Frente ami se encontraba un hombre alto y de tez blanca, sus ojos eran de un hermoso verde esmeralda y sus cabellos mojados reflejaban un tono dorado, pero eso no era lo que ma llamaba mi atención, oh dios santo, esta criatura divina traia puesta solo una toalla amarrada debajo de su cintura, que me daba una completa vista de sus muy marcados y cuadrados abdominales, su torneado pecho y sus musculosos brazos que tenia cruzados sobre su pecho, lo que los hacían mas pronunciados, mi vista vagó por ese hermoso cuerpo durante unos segundos, hasta que me pude percatar de lo que estaba haciendo.
Oh discúlpeme por favor, yo no quería entrar asi como si nada a su habitación, de ver..dad yo.. lo.. siento.. demasiado.. – dije y no podía evitar que mi boca no lograra articular palabras coherentes.
El me miro con escepticismo y su mirada se veía enojada.
Dime quien eres- dijo con voz acida
Mmm deberías saberlo- le dije, no podía ser posible que no me conociera, era la imagen en la portada de cientos de revista, mis discos habían vendido millones de copias, había ganado infinidad de grammys y diversos premios, y por si fuera poco era la principal imagen de todos los productos de ropa, maquillaje y perfumes de chanel; como es que no me reconocía.
Me miro con comedia – No se a que se refiere con que debería de saberlo, nunca la había visto en mi vida, lo único que se de usted es que le gusta irrumpir en las habitaciones de los demás- me dijo con un tono de molestia.
No me conoce?- pregunte en tono de sorpresa, esto de verdad era extraño
NO! – dijo muy seguro
Mmm Bueno eso no importa, de verdad le pido mil disculpas, y no piense que me dedico a hacer esto, es que tuve un serio problema y me vi obligada a…
No me importan sus excusas – me dijo en tono acido – estoy casi seguro que pretendía entrar a robar.
Que? – dije, podía imaginar mi boca totalmente abierta por la sorpresa de sus palabras, no pude evitar ponerme furiosa, que se creía, si supiera quien soy, si supiera las riquezas con las que cuento; como si necesitara robarle algo.
Si conozco a las de su tipo, mujeres hermosas y con caras inocentes, pero que no son mas que ladronas o arribistas. – dijo.
Quien se cre usted que es – le grite acercándome a el para propiciarle una cachetada, el tomo mi mano y me volteo de modo que quede con mi espalda pegada en su pecho, y el tenia sus brazos alrededor de mi cuerpo.
Suelteme!!- grite, pero su agarre no desistió- LE digo que me suelte en este instante no sabe con quien esta tratando,
SUELTEME!!- grite histéricamente, y el cedió en su agarre.
Me voltee y lo mire con tanto odio, que me era casi imposible controlarlo, el me miro de igual manera, y asi nos quedamos unos segundos.
Es usted un patán – le dije mirándolo fijamente
No hay por que ser un caballero- dijo en tono de burla – no veo ninguna dama presente.
En ese momento perdi los estribos y me abalance sobre el; pero en otra maniobra rápida logro que yo quedar encerrada en sus brazos a escasos centímetros de su rostro.
SUELTEME, es usted un imbécil!! – grite y el apretó su agarre, era imposible no sentir como cada centímetro de su bien torneado cuerpo se pegaba al mio, podía sentir su pecho presionar con el mio y sus manos depositarse en mi espalda, por unos segundos perdi mis cavilaciones y me deje llevar por el verde hipnotizarte de sus ojos, en ese momento acerco su rostro al mio a tal grado que estamos a un centímetro de distancia, podía sentir su aliento sobre mi rostro y su nariz rosar la punta de la mia, oh por que este tipejo era tan atractivo para mi, en el segundo en que mis pensamientos formularon esa pregunta, el pego sus labios sobre los mios, dios santo eran tan suaves y cálidos, y casi al segundo comenzaron a moverse con insistencia sobre los mios, de un lado a otro haciéndome saborear su dulce aliento; esto no estaba bien, no estaba nada bien, pero me mente decía una cosa y mi cuerpo reaccionaba de otra forma, pude sentir su lengua sobre mi labio inferior, pidiendo permiso para introducirse en mi boca, y seria una ingratitud hacia el cielo no permitírselo; abrí mi boca lo mas que pude y su lengua comenzó a deslizarse sobre la mia, haciéndome sentir sensaciones inimaginables, recorrió cada centímetro de mi boca con ella, y sus manos descendieron y se colocaron sobre mi cintura; en ese momento una parte de mi mente reacciono y como pude me libere de su agarre y deposite una cachetada en su mejilla, el me miro anonadado, incluso yo estaba en shock.
No pude hacer nada mas que salir corriendo de esa habitación, todo era demasiado confuso.
Espera- lo escuche gritar, y corri con mas fuerzas
Por favor espera- grito d nuevo y lo sentí seguirme, Oh no yo no podía enfrentar esto, lo que acababa de pasar no estaba bien, corri hacia el elevador y entre en el, justo cuando lo mire correr hacia el elevador, pero ya era demasiado tarde, ya se había cerrado, y agradecía l cielo por eso.
El elevador fue ascendiendo, asta que llego al ultimo pizo, en el cual gracias al cielo estaba mi habitación, cuando la puerta se abrió corri, mire mi llave qe tenia el numero 999 y lo busque con locura, como caído del cielo frente ami se encontraba el numero de mi habitación.
Entre corriendo desesperada, tanto que me tropecé y cai al suelo, para mi suerte todo estaba alfombrado y amortiguo muy bien el golpe.
Corrí hacia la cama, y me quite rápidamente mis jeans y mi blusa, quedando solo en ropa interior, debería haber tomado un baño, pero sabia que al hacerlo tendría mas tiempo para pensar n lo que había pasado, y yo lo único que quería en ese momento era dormirme y despejar aquel hermoso rostro de mi mente.
Me meti entre las cómodas sabanas y me tape el cuerpo completo, por alguna razón me sentía demasiado apenada, apenada con ese hombre por haber permitido que me besara, pero mas apenada con migo misma por haber me dejado llevar por el momento, y sobre todo avergonzada por que no me arrepentía en lo absoluto.
Mentiría al decir que no me habían besado nunca antes, pero ningunas vez de esa manera, oh solo de recordar sus labios sobre los mios y su lengua recorriendo cada centímetro de mi boca me sentía de una manera que jamás me imagine, sus manos en mi cintura, podía imaginarlas llegando mas abajo y recorriendo mas haya de mi piel, sentía un hormigueo en todo el cuerpo solo de pensar en sus ojos verde esmeralda mirándome fijamente; no! Basta! – me dije, no podía permitirme pensar de esa manera, ese tipo era un patán, tenia que recordarlo, además nunca lo volvería a ver.
Asi clavada en mis pensamientos poco a poco me fui quedando dormida, mas cansada de lo que imaginaba, aun casi rendida aquel hermoso rostro seguía presente en mi mente.
Era muy extraño; me encontraba en un escenario desconocido, no había nadie mas que yo, no traía puesto nada mas que mi ropa interior, Oh! Que sucedía, de pronto sentí dos brazos ya un poco familiares enrollarse en mi cuerpo, yo quería voltear y mirar de quien eran, pero no me lo permitieron, fueron acariciando mi cuerpo, primero mi rostro muy delicadamente, luego fueron descendiendo por mi cuello y mis hombros, el roce de esas manos me quemaba la piel, solo quería saber quien era el dueño de esas maravillosas manos, que recorrían poco a poco la base de mis pechos, no pude evitar comenzar a respirar agitadamente y morder mi labio, me estaba volviendo loca, tome todas mis fuerzas y gire bruscamente, cuando lo hizo me sentí vacía, no había nadie detrás de mi, estaba sola otra vez, como al principio, como siempre lo he estado, corrí sin dirección asta que tropecé y comencé a caer en un vacio, cuando estaba apunto de llegar al suelo; DESPERTE.
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