Blind (+18) (Completo)

Autor: VictoriaMarie
Género: + 18
Fecha Creación: 20/01/2010
Fecha Actualización: 26/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 59
Comentarios: 58
Visitas: 349489
Capítulos: 49

 Minusvalía no significa que no seas capaz. Edward puede superar su discapacidad y encontrar la felicidad con alguien que se preocupe intensamente por él. ¿Hará cualquier cosa para convertirse en todo para ella?



Esta historia pertenece a Jayeliwood,  su traducción esta hecha por Isu (http://www.fanfiction.net/s/4667969/1/Blind) yo solo soy una mera intermediaria para que conozcais esta fantastica historia sobre Edward y Bella, y la  superación de cualquier obstáculo.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 22: Capitulo 22

                             Bella Swan

Hacer las maletas me llevó una eternidad. Edward no dejaba de distraerme con dulces besos y caricias. Sabía lo que me estaba haciendo, me cogía, echándome en la cama. Me besaba en la boca, las mejillas, la nariz, las orejas, el cuello y cualquier otro lugar al que pudiese llegar.

"Edward, tengo que hacer las maletas."Gemí con fuerza, pero me ignoró. Deslizó la mano por mi pelo, tapándome la boca.

"No, no tienes que hacerlo. Te compraré todo lo que necesites cuando lleguemos allí."Se puso sobre mí, bajando los labios hasta el hueso del cuello.

"No, no."Murmuré.

"Lo único que tienes que hacer es coger alguna ropa de abrigo y tu bolso. Te compraré todo lo que necesites."Sonrió, tirando de mi camiseta para encontrar nuevos lugares que besar.

"Me gusta mi ropa."

"A mí también me gusta, en el suelo."Bajó sonriendo hasta mi estómago, levantándome la camiseta y atacando mi carne. Lo único que podía ver era mi camiseta sobre su cabeza. Me reí tontamente por las cosquillas que me provocaba.

"Te he convertido en un pequeño monstruo lujurioso."Traté de sentarme pero no funcionó. Mi cuerpo no quería moverse. Lo estaba disfrutando demasiado.

Gruñó juguetonamente contra mi piel y comenzó a mordisqueármela. Chillé, me estaba haciendo muchas cosquillas."Sí, señora. Creo que tienes."

"Edward…"Respiré profundamente para calmarme."Déjame hacer la maleta."

"Bien. Pero no cojas demasiado. De todas formas te compraré ropa. La que tienes no te abrigará suficiente en Chicago."Cedió, sacando la cabeza de debajo de mi ropa.

"Bien, bien."Murmuré, levantándome. Me dio una palmadita en el trasero juguetonamente, haciéndome rechinar los dientes.

"Pervertido."Suspiré.

"Te gusta."Respondió sonriendo.

"Nunca dije que no lo hiciese."Contesté descaradamente.

Edward Cullen

Sabía que estaba un poco molesta, pero estaba demasiado contento como para encargarme ahora de eso. Hablaba en serio cuando le dije que le compraría todo lo que necesitase. Si se le torcía un dedo yo lo arreglaría, solo para verla feliz.

Finalmente, cuando terminó de hacer la maleta se tumbó en la cama conmigo. Ya se había puesto el pijama, y yo llevaba mis bóxers. Se acurrucó felizmente contra mí.

"Entonces ¿Qué te gustaría hacer mientras estemos en Chicago? ¿Algún lugar que quieras visitar?"Le pregunté de forma coloquial.

"Sinceramente, no sé lo que hay en Chicago."

"Vamos a ver. Hay montones de museos de arte y cosas por el estilo. Parques y zoológicos."Respondí acariciándole el cabello.

"Aunque tú no disfrutaras de esas cosas."Dijo un poco triste.

"Bella, disfrutaré si estoy contigo. Niña boba."La acerqué más a mí, aspirando su dulce aroma.

"Pero, me gustaría que tu también te divirtieras."

"Bien, déjame ver. Puedo ir a la opera o a la sinfonía. ¿Un concierto tal vez?"

"Me gustaría hacer cualquiera de esas cosas. Lo que prefieras."Respiró contra mí. Parecía muy cansada.

"Estoy seguro de que cuando lleguemos allí encontraremos algo para hacer. Mañana, por supuesto, estarás ocupada con las compras. Luego, está la fiesta de nochebuena y navidad."

"¿Qué fiesta?"Se incorporó.

"Lo siento, olvidé mencionártelo. Mis padres hacen una fiesta todos los años. Con sus amigos y compañeros de trabajo. Clientes y gente por el estilo."

"No tengo nada que ponerme para ese tipo de cosas."Bella intentó levantarse, pero no la dejé.

"Te dije que compraría todo lo que necesitases. La ropa para la fiesta entra dentro de eso."

"Será mejor que no me hagas un regalo de navidad."

"Sabes que lo haré."Me reí.

Ella gruñó."No, Edward."

"Por favor, se una niña buena y disfruta de la atención que te brindo."Imploré.

"No me gusta que me presten atención."Murmuró.

"¿Incluso la atención que yo te doy?"Pregunté juguetón. La cogí por un lado de su cuello y la acerqué a mi boca.
Besé y lamí suavemente.

Sonreí victorioso cuando gimió."Sabes que esa si me gusta."

"Entonces deja que te mime."Dije con firmeza antes de besar su cuello, con más pasión.

Bella Swan

Me desperté un poco dolorida y más tarde de lo que quería. Casi era medio día cuando me alejé de los brazos de Edward. Se dio la vuelta buscándome con el brazo pero atrapó una almohada contra su cuerpo, acurrucándose más cerca.

Me acerqué a mi escritorio y cogí el paquete de fotos que había hecho el Día de Acción de Gracias. Las miré, sonriendo al ver las distintas poses y esas cosas. Estaba contenta de haber imprimido tres de cada. Cogí todas las fotos en las que salía Edward y solo una en la que aparecíamos Edward y yo. Saqué la tarjeta de navidad que iba a enviarles a sus padres y tras escribir un mensaje en la tarjeta, metí las fotos en el sobre.

"Me siento bendecida cada día que vuestro hijo está en mi vida. No podríais haberme hecho un regalo mejor. Gracias por invitarme a vuestra casa.

Isabella Swan"

Lo metí en mi bolso. Esperando que fuese suficiente y que lo comprendieran. No me sobraba el dinero. Vivía gracias a las becas y el dinero que había ahorrado cuando me puse a trabajar durante el instituto. El único regalo realmente bueno era Edward. Le mandé a mi madre un libro sobre quiromancia, su ultima obsesión, y a mi padre un sujeta billetes de veinte dólares.

Comprar algo a Edward fue casi imposible. Él tenía dinero, así que los cheques regalo no servirían, incluso aunque eso fuese lo más fácil. Aunque no quería que se tratase de algo fácil. Quería que significase algo. Que era lo más difícil, entonces caí en la cuenta de que lo más importante en su vida era la música, a parte de mí. Me llevó una semana encontrar un lugar donde conseguirlo, pero cuando lo hice, valió la pena. Cientos de partituras de música en blanco y en braille."Música de Edward Anthony Cullen." Incluso había hecho las líneas en relieve, por lo que él sabría donde escribir. Estaba encuadernado en cuero. Valía la pena el dinero, si le hacía feliz.

Saqué su regalo del armario y lo metí en mi bolso de mano. Miré la forma en que tenía de dormir y sonreí. Me subí a la cama con él, a horcajadas sobre su cintura."¡Oh, Mr. Cullen! ¡Despierta, despierta!"

"Solo si estas desnuda o tienes algo para desayunar."Murmuró.

Le pegué en el hombro y abrió un poco los ojos."Ay ¿Qué?"

"No soy tu esclava desnuda."Bromeé. Para nada estaba enfadada. Simplemente quería ver su reacción.

"Vaya, hombre…"Sonrió. Me cogió por la cintura y me hizo bajar para besarle."Me parece bien. De todas formas no quiero que seas mi esclava. Prefiero que sea al revés."

"¿Oh, así que quieres que sea tu dominatrix y lleve un látigo de cuero?"

Rió."Eso no es exactamente lo que quise decir, oye pero si en cualquier momento quieres vestirte de cuero para mí, no pondré ninguna pega…"

Le pegué en el hombro de nuevo y rió entre dientes. Llevó mi mano hasta su boca y la besó con suavidad."Necesito volver a mi dormitorio para recoger un poco y coger unas cosas."

"Me lo había imaginado."Besé su frente."¿Quieres que te lleve?"

"No, caminaré. Está bien. Estoy seguro de que tienes muchas cosas que hacer antes de que nos marchemos esta noche."

"No demasiado. Solo unas llamadas y enviar algunos correos electrónicos."Dije sinceramente. Sin embargo, temía una llamada, la de Renée.

Parecía que había captado el nerviosismo de mi voz, porque se inclinó y atrapó mi boca."¿Necesitas ayuda?"Preguntó después de separarse.

"Estaré bien. Date prisa y vuelve pronto."

Edward Cullen

Pobre Bella iba a llamar a sus padres para decirles que se marchaba. Estaba seguro de que a Charlie no le supondría tanto problema, Renée por otra parte… Trataría de dejar claro su disconformidad. Bella le había dicho que no pensaba viajar en navidad y se enfadó bastante. ¿Qué haría cuando Bella le dijese que los planes habían cambiado y que pensaba pasar las fiestas con mi familia? Sabía que no sería una conversación agradable.

Llegué a mi dormitorio y comencé a guardar distintas cosas en mi mochila. Mi I-pod, mi regalo para Bella y mi maquinilla de afeitar. No necesitaba mucho más. Todo lo demás lo tenía en casa. Me di una ducha y me cambié de ropa. Cogí las ropas de abrigo que no necesitaba en Shreveport, pero que en Chicago era totalmente diferente. Me puse mi chaqueta de cuero que hasta ahora no había tenido oportunidad de usar y todavía tenía los guantes de cuero en el bolsillo. Saqué la bufanda y me la puse alrededor del cuello. Sinceramente tenía un poco de calor, pero podría sobrellevarlo hasta que llegásemos al avión.

Les dije a mis padres que me recogiesen en el apartamento de Bella. Mientras caminaba a mediados de Diciembre me sorprendí de no tener apenas frio. Solo en Luisiana estas navidades estaría a 60. (N/t: que en Celsius serian 15º)
Llamé a la familiar puerta, esperando a que abriese. Cambié de hombro la mochila. Estaba a punto de pasar cuando la puerta se abrió.

"No, mamá. No."Murmuró Bella. Debía de estar hablando por teléfono. Me cogió por el brazo y me hizo entrar. Cerré la puerta tras de mí, escuchando alejarse los pasos de Bella."Bien ¿Sabes qué? Es decisión mía. No tienes derecho a opinar. Soy adulta. No me apoyas de todas formas, ni con dinero ni de ninguna otra forma."

Eso fue sorprendentemente frio tratándose de Bella. Renée debía de haberla molestado de verdad. Sabía que Bella odiaba pelear contra su madre y me sentía mal por ser la causa.

Bella gruñó audiblemente."Jesús Renée. Crece. Estas siendo muy infantil. Pero, sabes, tienes razón. Ahora me gusta más Edward. Él al menos me trata con respeto."

Oí que colgaba el teléfono y que lo lanzaba a algún sitio. Esperé a que hablase a la vez que me sentaba a un lado del sofá. Ella se puso sobre mis piernas y colocó la cabeza contra mi hombro. Estaba sollozando débilmente.

"Podemos quedarnos, si quieres."Le susurré.

"Llévame lejos de aquí. Malcríame. Haz lo que quieras. Lo único que deseo es estar contigo."Respiró en mi cuello y me estremecí. La acerqué mas y enterré la cara en su cabello."Soy tan afortunada de tenerte."

"Isabella, me siento de la misma manera."Susurré junto a su oído.

Los pequeños dedos se agarraron a mi chaqueta, acercándose lo más posible a mí. Las lágrimas cayeron por mi cuello, mojando la bufanda. No me importó. Simplemente no quería que llorase.

"Gracias."Susurró suavemente.

"¿Por qué?"

"Por elegirme. Podrías tener a alguien mucho mejor, pero en lugar de eso me escogiste a mí. Y todo lo que tiene que ver contigo es maravilloso. También tienes una familia estupenda."

Levanté las gafas posándolas sobre mi cabeza. Alcé su rostro y pasé los pulgares sobre sus mejillas."Isabella, mírame. No te estoy eligiendo. A tu lado me hago más fuerte. Y ¿Sabes qué?"

"¿Qué?"Dijo suavemente, casi sonaba como una niña pequeña.

"Ahora voy a malcriarte."Sonreí.

"Gimió con fuerza."He dicho la cosa más estúpida que podía decir."

"¡Oh, no! Para nada. Creo que has dicho lo mejor que podías decir. Es exactamente lo que quería oír. Puedes pensar que es tu regalo de navidad."

"Ya tengo un regalo de navidad. Y, comprar cosas para otra persona no puede considerarse un regalo. Es una locura."Dijo entre dientes.

Me reí y ella soltó una risita. Me incliné y le di un beso rápido en sus labios húmedos."Basta de lágrimas. Haré todo lo que esté en mi mano para mantenerte feliz ¿de acuerdo?"

Bella Swan

Sus padres llegaron exactamente a las cinco. Me sentí mal por necesitar la ayuda de su padre para llevar mis dos maletas y mi mochila hasta el coche. No eran grandes, solo una bolsas de lona y otro bolso un poco más pequeño, junto con mi mochila. Sabía que Edward tenía razón cuando dijo que mi ropa no me abrigaría lo suficiente. Tendría que comprarme algunas cosas, suéteres, una chaqueta, bufanda, guantes y un vestido para la fiesta. Durante el trayecto al aeropuerto Edward me cogió de la mano, apretándola de vez en cuando.

"Oye mamá ¿Podrías venir mañana con nosotros para ayudar a Bella a escoger algunas cosas?"La pregunta salió de no sé dónde. Quise pegarle en el hombro, pero me abstuve ya que estaba frente a sus padres.

Esme aplaudió y sonrió."¡Oh! Suena divertido. ¡Conozco algunos lugares a los que te gustará ir, Bella!"

No pude evitar reir."Te pareces a Alice mi compañera de habitación."

"¿Cómo es?"Frunció el ceño.

"Le encanta ir de compras. Creo que te caería bien."Respondió Edward por mí."Es la novia de mi compañero de cuarto. Por eso es por lo que nos conocimos, como empezamos a quedar. Bueno, nos conocimos antes, pero…"Su voz se fue apagando.

"Pero ¿Qué?"Preguntó Carlisle aparatando su atención de la ventana para ponerla en nosotros.

"Me comporté como un completo capullo y fui muy grosero con Bella la primera vez que nos conocimos. Trató de ser amable y yo no la creí. No se había dado cuenta de que yo no podía ver."

Me sonrojé mordiéndome el labio inferior. Me puse a mirar por la ventana.

"Humph, típico en ti."Se burló su madre."Bella debería darte un premio por elegirle. Es guapo, amable e inteligente… si consigues obviar el sarcasmo."
Edward me apretó la mano cuando su madre dijo la palabra ¨elegirle¨."Esme, no lo pienses de esa forma. Me sentí muy mal por ofenderle. Fue muy agradable cuando se disculpó. Ugh ¿Te acuerdas cuando me caí encima de ti y tiré el agua por todas partes?"Reí tontamente.

Él no dijo nada, pero sonrió. Se inclinó y apretó los labios contra mi mejilla. Me asombró que supiese el lugar correcto donde besarme. Me incliné contra él y suspiré, sintiéndome menos tensa.

Mi padre se tomó a bien mi decisión. Me pidió que me divirtiese y que le llamase en navidad. Se lo prometí y noté mi corazón mucho más ligero tras esa llamada. Por parte de mi madre esperaba una respuesta favorable… que por supuesto no tuve.

Cuando la frase ¨¡Le quieres a él más que a mí!¨Salió de su boca, deseé que estuviese frente a mí para así poder darle un puñetazo. Quería mucho a mi madre. También quería a Edward. Eran distintos tipos de amor. No se podía comparar el uno con el otro. No sería justo.

Cuando llegamos al aeropuerto amontonamos todas nuestras maletas, que casi todas eran mías, en un carrito."¿Qué terminal es?"Pregunté.

No obtuve respuesta porque una pequeña mujer de labios llenos y abundante cabello rubio se acercó a nosotros. Era, obviamente, una azafata."¿El Sr y la Sra. Cullen? Soy Lauren, si son tan amables de acompañarme a su avión por este camino."

"¿Su avión?"Le gruñí a Edward.

"En ocasiones alquilamos un jet privado. ¡Pero pocas veces!"Me susurró, defendiéndose.

"¿Cómo de acomodada es tu familia?"Pregunté con sarcasmo.

"La última vez que charlé con el contable de la familia tenía alrededor de treinta y seis millones, arriba o abajo. En realidad no he gastado casi nada de lo que heredé. Gasté algo en mi educación y en ti, aunque no tanto como me gustaría. No estoy seguro que cuanto tienen mis padres. Sé que transfieren parte de sus finanzas, así que no pueden tener mucho más que yo."Hablaba como si fuese la cosa más normal del mundo.

Me atraganté con mi propia saliva, tosiendo y tratando de tragar. Me detuve en seco, intentando recobrar el aliento."¿Q…Qu… Qué?"

"Bella, sé que no quieres hablar de dinero. Mira, no tienes que preocuparte por lo que gaste en ti. Casi no gasto nada en mí mismo. No estoy gastando demasiado en ti."Dijo alegremente.

En ese momento llegamos al pequeño jet privado de color blanco. Un hombre tomó nuestras cosas antes de que la azafata nos llevase escaleras arriba. El interior de la cabina era de un lujo hermoso con butacas y sofás, junto con las mesas. Incluso había una televisión de pantalla plana. Me sentía nerviosa, fuera de lugar e indigna.

No me di cuenta cuando el Dr. Cullen cogió mi bolso y lo puso en un asiento vacío. Me senté lentamente, cayendo en los cojines. Edward se sentó a mi lado, en su rostro había una mueca de preocupación."¿Estás bien?"

"Yo… No lo sé."Dije sinceramente. Estaba como en shock.

"¿Qué ocurre?"Se inclinó, cogiendo una de mis manos entre las suyas. Eran cálidas y suaves.

"¿Cómo puedo imaginar ser igual que tú? Quiero decir… Edward… dios. Eres todo lo que yo no soy. Eres guapo, inteligente, amable, rico y con talento-"Estaba a punto de seguir cuando él me tapó la boca.

"Tú nunca serás igual que yo, porque estas muy por encima de mí. ¿Cómo podría un simple mortal compararse con un ángel como tú? Estas lejos de ser guapa. Este mundo no comprende tu belleza. Bella eres muy inteligente y leal. ¿Cómo puedes pensar lo contrario?"

Estaba tan absorta en él y sus palabras que no me di cuenta de que sus padres estaban sentados frente a nosotros. Esme tenía una gran sonrisa en su cara y Carlisle miraba a su esposa. Reí tontamente, sorprendida y avergonzada.

Las mejillas se me tiñeron de rojo."Gracias."Le susurré tranquilamente.

"Carlisle, va a darte rápidamente su dinero."Susurró Esme de forma audible.

"Hijo, me estás haciendo quedar mal."Se burló Dr. Cullen.

"Sabes, lo hago mucho."Rió Edward mientras me rodeaba los hombros con el brazo.

Capítulo 21: Capitulo 21 Capítulo 23: Capitulo 23

 
14436637 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10755 usuarios