Todo Gracias a mi Cuaderno de Historias (+18)

Autor: Lyhh_mt
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2011
Fecha Actualización: 26/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 87
Visitas: 113355
Capítulos: 28

 

La vida de Bella Swan no es color de rosas. El hombre al que amaba ni la miraba. Al no poder transmitir sus sentimientos, plasmaba todas sus fantasías con ÉL en un cuaderno. Un día, ese cuaderno cambiará su vida para siempre... ¿cómo? averígualo aquí.

 

Amor… odio… dolor… felicidad… y sobre todo… suspenso… muuucho suspenso…

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Hola, me llamo Lyane y este es mi primer fanfic. Bueno, qué decirles… me gusta mucho escribir y espero la opinión de ustedes, las lectoras (yo también soy lectora, por eso sé la importancia de la opinión y críticas de ellas a las autoras). Me encantaría saber lo que piensan… claro, pondré todo de mi parte para que esta historia sea de su agrado… yyy con respecto a los mensajes que sé que envían en donde incluyen insultos y demás, pues solo los ignoraré… si es que en esos mensajes, e incluyen algo así como críticas constructivas, que me ayuden a mejorar, que es lo que me importa, entonces, los tomaré en cuenta; mas no aquellos que solo ofendan…

Bueno, espero que les guste la historia y espero sus opiniones…

Lyhaane.

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Capítulo 6: CHAPTER 6

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... ¡la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.

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Holaaaa, chicas... pork lo prometido es deuda, akí les dejo el cap nueevo... muchas gracias por seguirme.. nos leemos abajo...

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BELLA POV

Después de una candente y laaaaaaaarga sesión de sexo salvaje, me encontraba recostada con mi novio entrelazando nuestras piernas, tanto así que ya no sabía cómo liberarme. Aunque, la verdad no quería hacerlo, pero ya eran las 19:00 y en una hora y media llegaría Charlie. Si me quedaba, tal vez pierda la noción del tiempo y mi papá nos podría encontrar. Y no quería que acribillaran a Edward. Así que, me desperecé, o eso intenté, porque al parecer Edward no me quería dejar ir.

-Cariño, tenemos que levantarnos. Charlie llegará dentro de poco y si nos quedamos, nos arriesgaremos a que nos encuentre en esta situación. Quisiera quedarme, pero tenemos que hacerlo- le dije tratando de convencerlo.

-No quiero- me dijo como un niño pequeño, escondiéndose en mi pecho.

-Edward, no seas así. Déjame ir.

-Bella, tú no seas así. Solo un rato más.

-No podré. Me quedaré dormida y Charlie nos encontrará y cómo piensas tú que va a reaccionar, ¿se alegrará y nos dirá que sigamos cómodos?... no, será todo lo contrario y la verdad no quisiera quedar viuda de novio.

-Ohhh- profirió desperezándose- está bien. Por esta vez, te dejo libre.

Sin decir nada me puse de pie lentamente. No me había percatado de que me dolía el cuerpo. Me estiré y lamenté hacerlo.

-Amor, si te quedas ahí así como estás causarás de todo, menos que te deje ir.- me dijo juguetonamente.

-No puedo creerlo. Después de todo lo ocurrido, ¿aún quieres más?... ¡Rayos!- me lamenté.

-¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?- me preguntó preocupado, mientras se sentaba en mi cama.

-No, no me siento bien. No puedo caminar. Me duele.- le dije lloriqueando dramáticamente.

Volteé para ver a Edward conteniendo una carcajada, pero no aguantó más y la soltó. Quiero golpear a alguien…

-No te rías. No es gracioso. En vez de carcajearte deberías acompañarme en mi dolor o ayudarme o algo.- le dije algo furiosa. Aunque, yo me lo había buscado y él me lo advirtió, pero yo terca no lo escuché. Esforzándome mucho, caminé hacia el baño y me encerré para darme una ducha. Tal vez, eso ayude.

Después de lo que creí 20 minutos, salí de la ducha algo mejor de lo que estaba cuando entré. Encontré a Edward terminando de cambiarse, levantó la vista y cuando se encontró con la mía y vio que estaba resentida por lo que pasó hace un momento, se acercó a mí.

-Amor, perdóname. No quise hacerte sentir mal y odio decir esto, pero te lo advertí.- me dijo mientras me abrazaba- Y… no creas que yo estoy bien después de lo que hicimos.- lo miré extraña- Me duele la espalda… pero ¿sabes? No me arrepiento de nada. El dolor que siento sí que vale la pena después del placer que sentí antes de quedar así.- me susurró eso último en el oído, haciéndome estremecer.  Oh, no. No podemos empezar nuevamente… muy arriesgado.

-Yo tampoco me arrepiento, pero no me gustó que te rieras de mí. Eso es todo. Pero, estás perdonado… aunque te va a costar.- sí, díselo, a ver qué hace.

Edward me miró frunciendo el seño.

-¿A qué te refieres con que me va a costar?- me dijo algo dubitativo.

-Bueno, pues me refiero a que no volveremos a intimar hasta dentro de… uhmm… un mes.- le dije con voz segura.

Mi novio me miró con cara de horror.

-¡¿Qué?!... No… no lo dices en serio, ¿verdad?... No, Bella, amor, por favor. Si quieres me arrodillo, me arrastro, lo grito en la calle, me humillo… cualquier cosa, pero no me hagas eso. Lo suplico.- me rogó. Me di la vuelta para esconder mi sonrisa. Me calmé para luego responder.

-De rodillas, Edward Cullen.- le dije con la voz más seria que me salió. Me volteé nuevamente y lo vi arrodillado y con las palmas juntas como suplicando perdón. Ok, es suficiente. Ya aprendió la lección. Vi su rostro que daba pena y me comencé a carcajear. Primero, me miró extraño, pero luego entendió lo que le había hecho y entrecerró sus hermosos ojos para mirarme intensamente.

-Amor, ¿en serio creías que te haría eso? Pensé que me conocías mejor.- le dije una vez controlada mi risa.

-Isabella Swan…- me dijo amenazadoramente mientras se ponía de pie- ¿acaso me hiciste hacer todo esto por nada?

-No, no fue por nada. Eso te enseñará a no burlarte de mí. Y si lo vuelves a hacer, entonces sí te dejaré sin sexo por todo un mes… o quién sabe, quizás por dos. Nunca lo harás otra vez, ¿verdad, cielo?- le dije con voz angelical mirándolo a los ojos.

-Eres la criatura más peligrosa que he conocido, Bella.

-Sí, eso me han dicho.- le dije divertida- Nah, es broma. Tú eres el primero. Ahora, si me disculpas, tengo que cambiarme.- dije mientras sacaba ropas al azar de mi clóset.

Edward tomó mi toalla y tiró de ella, dejándome desnuda. Inmediatamente me tapé con mi ropa.

-¿Qué?... Bella, ya te he visto desnuda. Puedes cambiarte mientras te veo.- me dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

-Pero… es incómodo…

-Vamos, Bella. Compláceme, ¿sí?- me puso esa cara que tanto amaba, pero que en este momento odiaba.

Sin decir nada, comencé a colocarme la ropa interior. La mirada intensa de Edward me hacía sentir como si estuviera viendo mi propia alma. Sus ojos me traspasaban. Decidí ponerme la ropa rápidamente. Había terminado de colocarme mi última prenda, cuando escuché el coche patrulla de Charlie.

-¡Maldición!- proferí mirando el reloj despertador que estaba en mi velador- pero si solo son las 19:40. Tenemos que bajar ya, sino Charlie te matará y a mí me enviará a un convento.- le dije a Edward, mientras lo empujaba fuera de mi habitación. Empecé a correr, o eso intenté, pero aún mi cuerpo estaba algo adolorido y no pude hacerlo. Edward volteó y vio cuál era mi problema. Me tomó en brazos y bajó corriendo las escaleras. Nos sentamos rápidamente en el sofá para dos lo más lejos que nos permitía el mueble y prendimos la TV. Estaba dando un show de Oprah y fingimos que lo veíamos, mientras escuchaba cómo se abría la puerta.

-¿Bella?

-Hola, papá.- lo saludé lo más normal posible.

-Buenas noches, jefe Swan.- saludó Edward.

-Por lo visto no la pasaste tan mal en todo el día como pensé que lo harías.- empezó a decir- La señora Newton me dijo hoy que su hija le había llamado diciendo que ni tú ni Edward habían ido a la escuela y obviamente fue a buscar información a la delegación.- me puse rígida y vi de reojo cómo Edward empezaba a sudar. Estaba tan nervioso como yo.

-Pues… sí. Edward me recogió y estuvimos un momento con Alice, quien se saltó sus dos primeras clases por hacerme compañía y luego supongo que se fue a la escuela. Aunque… ni creas que la… pasé muy bien que digamos.- esperaba que me saliera bien la mentira- Estar todo el día tumbada no es divertido.

-Veo que Edward cumplió un buen trabajo.- comentó Charlie. Edward ya estaba más calmado, incluso vi cómo se formaba una sonrisa en sus labios.

-Así es, jefe Swan. Sé hacer muy bien ese trabajo.- dijo mi novio en un claro doble sentido, por lo que le di un pellizco en el brazo- Ya sabe, lo aprendí de mi padre. Además, pretendo ejercer la profesión de medicina. Esta es una buena forma de comenzar a practicar.- dijo de lo más normal.

-Sí, tienes razón. Gracias por cuidarla.- dijo mi padre.

-Ni lo mencione, jefe Swan. Lo hice con todo gusto. Aprovechando el momento, quisiera pedirle permiso para quedarme con Bella hasta que se encuentre totalmente recuperada. Me siento responsable de lo que le sucedió. Si hubiera sido más cuidadoso, esto no hubiera pasado.- dijo Edward con tono triste, claramente habiendo recordado aquel mal momento.

-Edward, no fue tu…- empecé, pero me interrumpió.

-¿Jefe Swan?

-Está bien. Puedes quedarte, pero me haría sentir mejor si alguien de la escuela los pone al día sobre las clases que perderán.

-No hay problema, jefe Swan. En este momento, me comunicaré con unos compañeros que puedan ayudarnos.- respondió Edward.

-Ok, siendo así, me quedo más tranquilo…Ah, y Edward… llámame Charlie. Me haces sentir viejo con lo de “jefe Swan”.- dijo mi padre intentando imitar pobremente la voz de Edward en esa última frase.

-Como usted diga, Charlie.

Mi padre se dirigió al refrigerador y sacó una lata de cerveza. La abrió y bebió de ella mientras se sentaba en el sofá individual.

-Me extraña su comportamiento, chicos.- nos dijo. Lo miramos extrañados.

-¿A qué se…?- empezó Edward.

-Verlos así. Recuerdo claramente, como si fuera ayer, que cuando estuve de novio con la madre de Bella no podíamos sacarnos las manos de encima. Quiero decir, mirábamos la TV abrazados, esas cosas. En cambio ustedes, se alejan… ¿acaso ahora las relaciones son así?- comentó Charlie como si nada. Edward y yo lo mirábamos sorprendidos. ¿En realidad este es mi padre?

Edward reaccionó antes que yo.

-Bueno, no lo consideré adec…- Charlie lo interrumpió.

-Siempre he pensado que es bueno conservar algunas costumbres de las épocas pasadas, pero también es bueno acoplarse a los cambios de la juventud de hoy y la verdad nunca planeé ser un padre chapado a la antigua.- Wooww… eso sí que no me lo esperaba.- Es más, creo que Reneé contribuyó en que pensara de esa manera. Incluso, me atrevo a decir que de no ser que ella ahora se encuentra de viaje atendiendo a su madre enferma, en este momento ambos estaríamos diciéndoles lo mismo.

Bueno, creo que no mencioné antes que Reneé tuvo que viajar a Jacksonville para arreglar algunos problemas con la salud de mi abuela. En fin, mi vida había dado un vuelco tremendo que hasta me había olvidado de eso.

-Pues… es grato saber eso, Charlie. Creo que tanto usted como la señora Reneé se llevarán de maravilla con mis padres.- comentó Edward.

-Tienes razón. Deberíamos planear un almuerzo. Tal vez, cuando Reneé vuelva, hablemos de eso.- Finalizó mi padre dirigiendo su vista a la TV.- Por cierto, hija, pedí pizza. No tarda en llegar. Supuse que hoy no tendría disponible a mi cocinera estrella.

-Claro… papá- respondí aún ida por las palabras de Charlie.

-Ahora regreso. Voy a ponerme algo más cómodo.- avisó mi padre encaminándose hacia el segundo piso.

-¿Qué… fue… eso?- dije tratando de digerir todo lo ocurrido.

Edward sonrió.- No puedo negarte que también me sorprendió, pero no sabes cómo me encanta que piense de esa forma. Nunca pensé decirlo en mi vida, porque pensé que sería todo lo contrario, pero ahora estoy seguro de que mi suegro y yo seremos muy buenos amigos, además de cómplices.- dijo muy pagado de sí mismo.

-¿Cómplices?- interrogué.

-Sí, eso mismo. ¿Me permites un momento? Avisaré a mis padres que hoy cenaré aquí.

-¿Te quedarás?- dije tontamente sorprendida.

-Por supuesto que sí. Después de lo que dijo Charlie, creo que el toque de queda será aún más tarde de lo que había pensado.

-Chicos, ¿alguno de ustedes comparte clases con Rosalie Hale?- preguntó Charlie mientras bajaba las escaleras.

Me tensé en ese momento. ¿Habrá sido capaz Rosalie de contarle algo de lo ocurrido en casa de Edward?

-No, por mi parte, ninguna.- respondió Edward primero.

-¿Bella?- instó Charlie.

-…Sí. Todas, excepto una…- tengo que averiguar más. ¿Cómo conoció mi papá a Rosalie?- ¿Por qué?

-Bueno, ella se acercó a la delegación al terminar la hora escolar a preguntarme por tu salud. Me dijo que se lo habían dicho y que se ofrecía voluntariamente a ayudarte con las clases que pierda. Acabo de recordarlo hace un momento. Así que, ahí tienen una persona que los pueda poner al día. Me dijo que vendría a partir de mañana después de clases.- Me quedé atónita. ¿Qué pretendía Rosalie? ¿Acaso era una trampa?... Sí, de seguro de eso se trataba, pero a penas mañana la vea cerca a mi casa, me encargaré de echarla como lo que se merece.

A partir de este momento, nadie se volvería a burlar de mí y no me dejaré humillar nuevamente. Lo prometo… no, LO JURO. No lo permitiría, ni a Tanya  ni a la propia familia de Edward…  a NADIE.

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Charlie fue a atender y recibió la pizza. Había estado tan ensoñada que no me había percatado de la reacción de Edward. ¿Qué pensaría él respecto a esto? Le eché una mirada y me di cuenta que estaba incluso más pensativo que yo. En momentos, su ceño se fruncía y podía ver amargura en su mirada, pero después su expresión se calmaba y volvía a la normalidad. ¿Qué estaría pasando por su cabeza?

-Ok, chicos, sírvanse.- nos dijo Charlie.

-Muchas gracias, jef… -carraspeó- Charlie.

-Ni lo menciones, hijo. Adelante- ¿Acaso mi papá le dijo “hijo” a Edward?

Terminamos de comer y luego Charlie se fue a llamar a Reneé. Quería privacidad, por ello se había comprado un teléfono alterno en su habitación. Apenas subió las escaleras, me volteé hacia Edward. Teníamos que hablar.

-Edward, ¿qué…?

-No te preocupes, amor. Lo solucionaré, lo prometo. Hay una posibilidad de que sea una trampa…- ¿una posibilidad?, pero si está más que claro- pero…

-¿Pero? ¿De qué hablas, Edward? Es obvio que es una trampa; no hay peros.

-Cariño, omití esto cuando te conté lo ocurrido, pero Alice me contó que cuando yo salí en tu búsqueda, Rosalie se quedó cuando Tanya ya se había ido. Ella pidió disculpas, ya que, según ella, Tanya le había mentido con respecto a ti. Ella dijo que no sabía que eras tú y que de haberlo sabido, no hubiera apoyado a Tanya, ya que puesto que comparte una clase contigo, sabía qué tipo de persona eras y que obviamente no eras una… ya sabes, como había dicho Tanya. No lo sé, Bella. Tal vez, Rosalie en verdad quiere remediar las cosas.- me quedé pensando un momento en ello. No confiaba en ella, la conocía bien porque siempre fue costumbre en mí estudiar a los integrantes de los grupos a los que me asignaban, tenía la esperanza de encontrar algo en ellos que me haga saber que podía confiar en que trabajarían conmigo. Sin embargo, Rosalie no colaboró nunca. Tal parece que no le gustaba estudiar, era muy extrovertida, atrevida, pero nunca la había visto con varios hombres. Es más, nunca la he visto con ninguno en situaciones indecorosas o comprometedoras. Ese aspecto de ella me gustaba, que no dejaba que ningún hombre se le acerque más de lo que estaba permitido, se hacía respetar. Podría decir que tenía su dignidad muy en alto, todo lo contrario a Tanya. Tal vez…

-Bella, cielo, mira si no quieres que ella venga, yo puedo encargarme de decirle que no lo haga. No te preocupes, ¿sí? No quiero que te sientas incómoda con su presencia y entiendo que tengas dudas de ella. Si, en realidad ella quiere remediar lo que hizo, estoy seguro que te buscaría un día para pedirte las disculpas debidas. Pero si no quieres saber de ella…

-No, no, está bien. Admito que no confío en ella, pero si dijo lo que me has contado, tal vez merezca una oportunidad. Aún así, no bajaré la guardia. No dejaré que vuelvan a humillarme.- le dije muy segura.

-Amor, no debes preocuparte de eso. Yo te defenderé siempre. No dejaré que nadie te vuelva a hacer daño otra vez- me dijo mientras se acercaba a mí y me abrazaba.

-Yo puedo cuidarme sola, no necesitarás hacerlo. Además, ya te dije que en ese momento, no me importó lo que Rosalie o Tanya decían o pensaban de mí. Si me sentí mal fue por las palabras de tu madre. Esas sí me dolieron…- paré mientras recordaba lo ocurrido. Ya no quería hacer sentir mal a Edward por su situación con su madre, así que cambié de tema- Además, no siempre estarás conmigo. Recuerda que solo compartimos una clase y no olvides que no puedes entrar al baño conmigo… así que, eso te deja un considerable tiempo alejado de mí.- Edward gruñó cuando terminó de escuchar mis palabras. Bueno, al menos lo había distraído.

-Tenías que decirlo… Pero, bueno, puedo saltarme alg…- oh, no, claro que no.

-Ni lo pienses Edward Cullen.- lo interrumpí- No descuidarás tus cursos por mí.

-Pero Bella…- se enfurruñó.

-He dicho que no. Es imposible. No.

-Pero…

-Déjalo ya, Edward. Por más que insistas, no conseguirás convencer a Bella. Mi hija es muy testaruda. Dímelo a mí. Y eso que tuve que soportar antes a su madre.- decía Charlie. Nos sobresaltó, pero Edward no dejó de abrazarme.

-Papá, no querrás que mamá se entere de lo que acabas de decir, ¿verdad?- le advertí.

-Me pones en aprietos. De acuerdo, no diré nada más al respecto ¿ok? Solo… Edward, recuerda, cuando Bella dice no, es no.- dijo un poco más serio. Me dio un poco de miedo su tono de voz. Algo me decía que no solo se refería a estos temas con la frase que usó. Pude escuchar cómo Edward se tensó un poco, tragó saliva y se aclaró la voz sin hacer ruido.

-Estoy con usted, Charlie. Jamás forzaría a Bella a hacer algo que no quiere.

-Me da gusto saberlo. Bueno… chicos, lamento molestarlos, pero creo que ya es hora de que vayan a descansar…- ¿por qué? ¿No que el toque de queda sería más tarde de lo común?

-Papá, aún no es tiempo, podemos qued…- protesté.

-Bella, hija, ya son las 11 de la noche.- ¿11 de la noche? ¡Rayos, el tiempo se pasó volando!- Creo que los padres de Edward ya deben estar preocupándose. He sido más considerado que cualquier otro padre. Además, tú tienes que descansar. Aún no estás del todo bien.

-Tu padre tiene razón, Bella. Ya debo irme. Mañana vendré en la mañana para cuidarte.- Edward se puso de pie y me tendió la mano. La recibí y me paré para acompañarlo a la puerta. ¡Cómo odiaba despedirme de él! En verdad esperaba que llegara el momento en que no tengamos que despedirnos. Cuando ya nos dirigíamos a la entrada, Edward se detuvo.- Oh, olvidé decirle. Yo ya había contactado a un compañero para que nos ayude con las clases. Le pedí el favor incluso antes de que Bella saliera del hospital. Él vendrá mañana después de clases también. Ya sabe, yo no comparto las mismas clases que Bella.

-Ah, claro, entiendo. No te preocupes, Edward. Dile a tu amigo que podrá venir con gusto.- contestó Charlie. ¿Quién sería ese compañero?

-Gracias, Charlie. Bueno, me retiro. Buenas noches.- se despidió. Mi padre asintió y se dirigió al segundo piso.

-Ayy, detesto el final del día.- le dije rodeándole la cintura.

-Créeme que yo también. Pero en unas pocas horas, me verás nuevamente. Tengo entendido que tu padre sale al trabajo a las 6 de la mañana. A las 6:05 estaré aquí. Y no te preocupes, sé que tienen una llave debajo del alero.- lo miré impresionada. ¿Acaso me espiaba?- Lo descubrí hoy. ¿No recuerdas cómo abriste la puerta?- Ohh, claro, ya recuerdo. Bueno, vendré puntual. Y no será necesario que me esperes despierta. Me gustaría dormir un momento contigo.

Sonreí cuando escuché salir esas palabras de su boca. Me acurruqué en su pecho y levanté mi rostro para besar su cuello.

-Uhhmm… me encanta esa idea. No puedo esperar a que sea mañana.- le susurré.

-Dios, Bella. Tengo que irme. No me hagas cometer una locura aquí y ahora.- me separé de él a regañadientes.

-Ok, ok. Tú ganas. Que duermas bien. Y que sueñes con los angelitos.- le dije juguetonamente.

-Oh, sí. Ya tengo una angelita preferida y sueño con ella todas las noches. Y no sabes qué sueños tengo… ufff. Tal vez, mañana te los cuente.- terminó susurrándome eso último.

-Lo estaré esperando.- le devolví con una sonrisa sensual. Rompió la distancia entre nosotros  y nos besamos por un tiempo. Más pronto de lo que hubiera querido, se separó de mí y besó mi frente.

-Descansa, amor.- dicho esto, se dio media vuelta y se fue en su Volvo.

Cerré la puerta a mis espaldas mientras sentía como si estuviera viviendo un sueño. El más hermoso de los sueños. Subí flotando en las nubes a mi habitación, me cambié y me dispuse a dormir. Esa noche, soñé con un futuro precioso al lado de Edward.

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EDWARD POV

Me dirigí a mi casa con una sonrisa pintada en mis labios. Llegué, estacioné mi auto y entré inmediatamente a mi hogar. Tenía que llamar a Emmett para confirmar su asistencia mañana en la casa de Bella. No le diría que iría Rosalie, porque si lo hacía, se negaría a ayudarme. Sabía que él estaba prendado de ella desde hace mucho, pero no se atrevía a declararse al ver cómo ella rechazaba a todo hombre que la cortejaba.

Había pasado un día maravilloso con mi Bella. Y para hacer más perfecto mi día, mi suegro sale siendo más comprensivo de lo que alguna vez me imaginé. Subí a mi habitación y le marqué a mi amigo.

-¿Edward?... ¿Qué quieres? Son las 11:30 de la noche. ¿Yo duermo sabías?- me contestó con voz irritada.

-Hola, mi gran amigo, yo estoy muy bien. Gracias por preguntar.

-Ya basta de jugar. ¿Qué quieres?

-Ok, ok. Solo quería hacerte recordar que mañana tienes que ir a la casa de Bella…

-Después de clases. Lo sé. No soy un “mente de pollo” (N/A: En mi país, esta expresión significa que no tienes buena memoria). Tengo buena memoria. Además, te lo prometí. Oye, y ¿vamos a tener privacidad? Tienes que contarme qué sucedió para que tu novia termine en el hospital.

-Sí, sí. Seguro. Nos vemos mañana.

-Ok. Hablamos.

Corté la comunicación y mientras me cambiaba de ropa me debatía entre llamar o no a Rosalie. Tenía su número gracias a Tanya y me había marcado 2 veces en estos días, pero no le había contestado. Quería saber qué me diría con respecto a la ayuda que le brindaría a Bella. Decidido, tomé mi celular, le marqué y esperé a que contestara.

-¿Hola?- me contestó soñolienta.

-Rosalie, soy Edward.

-¿Edward? No esperaba tu llamada. Intenté comunicarme contigo antes, pero no respondías. Tengo algo que decirte. Es importante.- empecé a preocuparme.

-Yo también quería hablarte sobre algo.

-Bueno, empieza tú. Yo te lo diré al último.

-Como quieras. Hoy me enteré que ayudarás a Bella con las clases que pierda. ¿Qué es lo que pretendes? Porque si piensas hacerle daño, no lo permitiré, ¿me oyes? No…

-No malinterpretes, Edward. Yo en verdad quiero remediar mi error. Como les dije a tu madre y a tu hermana, Tanya no me dijo que la “mujerzuela” era Bella. De haberlo sabido, nunca hubiera formado parte de tal maldad. Tanya me mintió y no es justo que personas inocentes como Bella salgan dañadas. Créeme, no fue mi intención. Por eso quiero ayudarla. Por favor, créeme. No quiero hacerle daño. Quiero apoyarla. Hacer todo lo necesario para que ella me perdone. Quiero pedirle disculpas por el daño que pude ocasionarle. Dame una oportunidad para demostrarte lo que digo. Por favor, Edward.

-Mira, Rosalie. En realidad, no confío en ti, pero por el tiempo que te conozco puedo decir que no le harías mal a nadie a menos que lo odies… Está bien, podrás ayudar a Bella. Ella también está de acuerdo con ello. Solo recuerda, Rosalie, que si tan solo intentas hacerle algo a Bella, lo lamentarás.

-Te lo prometo, Edward. Sería incapaz de hacer algo en contra de ella. Yo en verdad la aprecio.

-Bueno, mañana yo estaré con ella. Uno de mis compañeros también irá.

-Ok. Muchas gracias.

-No hay problema. Y dime, ¿qué es eso tan importante que me querías decir?

-Es sobre Tanya.

-¿Qué pasa con ella?- pregunté mientras me sentaba en mi cama.

-Ella me llamó hace unos días. Me dijo que le habían dicho que Bella fue llevada al hospital en una ambulancia y que no estaba nada bien. Tanya me pidió ayuda. Ella quería hacerle más daños a Bella…

-¿De qué hablas?- le dije más alto de lo debido mientras me paraba.

-Ella quería que la acompañe al hospital y esperar a que Bella esté sola para hacerle daño. No me dijo cómo, solo que quería que Bella pagara. Yo me negué desde el principio, pero ella estaba empecinada en ello. Yo quería saber cuándo iría, así que le dije que le había dicho que no porque tenía miedo de ser descubierta, pero que si me decidía a ayudarla, acudiría al hospital en el día y la hora que ella me dijera. Una vez enterada de ello, la seguí a escondidas y la estuve vigilando. Fue cuando te llamé, pero no me contestabas. Iba a mandarte un mensaje, pero en ese momento vi cómo Tanya se iba maldiciendo. Al parecer Bella siempre estuvo acompañada de alguien, lo cual no le permitió a Tanya llevar a cabo su plan. Ya entrada la noche, ese día, le llamé al celular y le dije que mi madre me había obligado a ir de compras con ella, así que no había podido ir al hospital. Ella me dijo lo que yo ya sabía, pero no me dijo si pensaba ir de nuevo. Edward, tienes que tener mucho cuidado. Tanya es capaz de cualquier cosa. Eso ya te lo demostró. No dejes sola a Bella. Quizás, yo no sea la única persona a la que Tanya pida ayuda. Quizás, otras personas sí la apoyen, personas como… James- al escuchar ese nombre, mis manos se cerraron en puños y con ello hice que mi celular crujiera. Ese maldito no podía atreverse a ponerle una mano encima a Bella o juro que lo mato. LO JURO.- Edward, Bella está en peligro. No la descuides. Yo estaré cerca de ella lo más que pueda. Me beneficia el hecho de que comparto casi todas las clases con ella. Pero aún queda Gimnasia. Y ahí está Tanya. Sabes lo que eso significa, Edward. No dejes que se le acerque. Ella puede hasta m…

-Eso nunca. NUNCA. Ella no le pondrá un dedo encima a Bella. Primero, la mato. Y a James también. Ellos no se acercarán a Bella.

-Confío en ello, Edward. Bella no se merece esto. Si es posible, en cuanto las clases terminen, llévatela de aquí. Váyanse lejos. Aléjala de este pueblo. Aquí peligra, Edward.

-Tienes razón. Pero, no quiero preocupar a Bella. Actuaremos en silencio. Yo me encargo de proponerle estudiar en una universidad fuera del estado y la posibilidad de vivir juntos. Muchas gracias por la información, Rosalie. Y gracias por tu apoyo.

-Ni lo menciones, Edward. Esto es lo mínimo que puedo hacer por Bella. Entonces, a partir de mañana, empezamos a actuar. Yo trataré de conseguir información de parte de Tanya. No estamos comunicando, Edward.

-Seguro. Ante cualquier cosa, Rosalie, cualquier cosa, llámame. Por favor. Quiero estar enterado de todo lo que Tanya pueda decirte, así sea insignificante.

-Pierde cuidado. Lo haré. Nos vemos mañana.

-Buenas noches.- colgué intranquilo.

No podía permitir que ni Tanya ni James ni NADIE se atreva a ponerle un dedo encima a Bella. Ni siquiera a mirarla o dirigirle la palabra. Y haré cualquier cosa para lograrlo, incluso mancharme las manos de sangre.

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Holaa de nuevo... weno este cap fue algo así como una transición... spero k les haya gustado...

me emocioné como no saben cuando vi k había pasado de la pag 36 a la 32... kería saltar de alegría, pero no pude pork stoy malita... seep... es horrible, pero estas cosas siempre pasan, no?...

weno, a ver... uhmmm.... k m dicen?? llegamos a las 400 visitas??? algún votito??? rr??... anímenme... les prometo k actualizaré como en esta ocasión... nos leemos prontito okz... chauuuu cuídense mucho y muuuuchas gracias por su apoyo... byeee

Lyhaane.

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VAMPIRESSA: Holaaa... muchas gracias por tu rr... sorry por no haberte contestado antes... me alegra muchísimo de k te esté gustando el fic... lo hago con mucho cariño... ssiiii, weno, ya se me hizo costumbre escribir caps de esta longitud.......................... ufff solo te digo k en el prox cap viene lo interesante... o debo decir, comienza... stoy segura de k odiaras a Tanya tanto como yo la odio... nos leemos y nuevamente muchas gracias... chauuu

Capítulo 5: CHAPTER 5 Capítulo 7: CHAPTER 7

 
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