Edward se tuvo que tomar un par de tilas para calmar las emociones que tenía dentro. Creía que eso lo hacía el efecto de la granada, o alguna de esas mier.das. Pero en el fondo sabía que no era así. ¿Kate no estaba muerta? ¿Qué hacía allí?
Dejó que el agua caliente le recorriera el cuerpo, quitándole los restos de sangre que tenía. Salió de la ducha y pasó una mano por el empañado espejo. Observó su cuerpo, bronceado y fuerte… ahora adornado por decenas de cortes. Suspiró y se frotó con fuerza el pelo con la toalla. ¿Por qué no había salido corriendo detrás de Kate en cuanto la había visto? Durante casi tres jodidos años había pensado que ella estaba muerta, y ahora… ahora que había conocido a Bella, que sabía que Tanya era su hermana mayor y que ellas habían tenido mucho que ver con James Donovan… volvía a aparecer. ¿Por qué?
Se metió dentro del albornoz, cubriéndole el dolorido cuerpo. Salió de allí. Los ronquidos, delataron que Jacob, baldado, ya estaba durmiendo. Con la dura piel que tenía su compañero, y la masa de puro musculo que tenía en los brazos, le había costado un poco cerrarle la brecha del brazo.
Supuso que Bella también estaría durmiendo. Había tenido un duro día, y las copas de más se le habían bajado de golpe con la mar de sustos y altibajos que habían tenido aquella tarde.
Se dirigió hacia su habitación.
- ¿Qué haces? – dijo, mirando a Bella que estaba sentada en su cama, mirando no se qué. Edward se enfadó cuando vio lo que era.
- ¿Es esa Kate? – dijo mirando el retrato de esa chica que Edward tenía guardado en uno de los cajones de la mesita de noche.
Edward se lo arrebató de las manos.
- No puedes entrar aquí sin mi permiso. – dijo Edward – mi habitación… es mi intimidad, joder.
Bella pudo ver de nuevo aquella persona fría que había conocido en un principio. Se dio una bofetada mental a si misma, por gilipo.llas, por im.becil, por haber pensado… que Edward podría sentir algo más por ella que buscar simple satisfacción o… o tan solo un caso más de faena. Pero ahora veía lo tonta que había sido. Caer de nuevo… no era ninguna novedad para ella.
- Lo siento… - murmuró, apretando los labios para intentar no llorar. Se dirigió a la puerta, deseando que Edward la detuviera.
- Bella... – ella se giró, sonriendo, al escuchar su voz, llamándola de nuevo. Llenando su corazón de alguna pequeña esperanza.
- ¿Sí? – dijo sin dejar de mirarlo. Pero él… él la miraba serio.
-Ahora que todo ha terminado, podrás irte ya a tu casa… - se sentó en su cama, guardando la foto de Kate de nuevo a su mesita de noche. - ¿No es lo que querías? Mira… al fin y al cabo no ha durado mucho más de dos semanas. Ya podrás volver a tu vida normal. Mañana por la mañana te ayudaré a que recojas todo y te llevaré a tu apartamento de nuevo.
Ya faltan pocos capitulos para que termine, Gracias por leerlo y espero les este gustando.
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