Mi Profesora de Seducción (+18)

Autor: LauraAtenea
Género: + 18
Fecha Creación: 11/03/2013
Fecha Actualización: 05/05/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 19
Visitas: 13707
Capítulos: 8

PREFACIO

—¿Crees….crees que si me enseñas todo lo que sabes sobre….sexo —susurró —podré estar con Tanya? —miré a Edward de arriba abajo. Gafas de pasta, ropa anticuada y…virgen. ¿Podría con este reto?

—Por supuesto, Edward….seré su profesora de seducción… 

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Capítulo 7: Capítulo 7 Bésame otra Vez

CAPÍTULO 7 BESAME OTRA VEZ

Al día siguiente me levanté con remordimientos de conciencia; me había masturbado pensando en Bella...oh, cielo santo... ¡me había masturbado pensando en Bella! Con su imagen en mi mente mientras tenía entre mis manos mí...arggg. Vale, ¿y qué quieres? No todos los días viene una chica de esas características y te confiesa que se da placer ella sola. Porque una cosa es que te lo puedas imaginar...y otra muy distinta que ella misma te lo confirme de sus propios labios. Dios santo, por mi bienestar físico y mental tenía que apartar esas imágenes calenturientas de mi mente. Cada vez que la mires vas a recordar que te la cascaste pensando en ella, marrano. ¿Cómo vas ahora a mirarla a la cara?

Pues bien, ese día casi no lo hice. Durante toda la jornada me pasé todo el rato esquivándola deliberadamente. Apenas la saludé con la cabeza agachada en el aparcamiento del campus y agradecí a los cielos, a los ángeles y hasta al niño Jesús cuando un chico del club de ciencias me dijo que a la hora del almuerzo había reunión. Gracias, Dios...espero seguir cayéndote bien...

Sí, sí, sí, canta victoria...de todos modos no te vas a librar de ella...Esta tarde la verás, en su habitación, en su cama, completamente solos en su casa y...cállate, conciencia de mierda.

Venga, Edward...es mejor enfrentarte a lo que te viene. Respiré hondo una vez que estuve en frente de la puerta de su casa. Vaaaamos, Edward. Como dijo ella misma, es algo normal y natural, ¿no? Pues no le des más vueltas a la cabeza. Y eso fue lo que hice – o al menos lo intenté — cuando llamé al timbre y Bella me abrió la puerta.

Como la vez anterior, iba vestida de manera totalmente informal y sin apenas maquillaje... ¿Por qué demonios se maquillaba si su piel era tan perfecta? Cosas de chicas, supongo.

— Edward – me sonrió mientras me dejaba paso para entrar haciendo que su aroma de su champú se colara por mi nariz – Hoy apenas nos hemos visto...

— Eh...si, ya sabes...el club de ciencias y eso – rodé los ojos. Despeja tu mente, capullo.

— Oh...bueno...por un momento pensé que me evitabas... — dijo mirándome a los ojos.

— ¿Yo? — sí, tu – No, para nada...— bieeen, encima de pajillero, mentiroso.

— Bueno...Está bien – dijo encogiendo los hombros — ¿Vamos arriba?

Subí las escaleras detrás de ella. Decidí desviar la mirada a los bonitos cuadros pintados al óleo que la madre de Bella tenía colgados por las paredes; el trasero de Bella llegaba justo a la altura de mis gafas, de modo que podía seguir ese delicioso movimiento, un escalón, y otro y...déjalo ya, ¿vale?

Entré en su ya conocida habitación – y lo que te queda por conocer, pensé – y me acomodé como siempre en el borde de la cama por si acaso tenía que salir corriendo hacia algún lugar...

— ¿Qué vamos a hacer hoy? — pregunté para romper el silencio.

— ¿Qué te parece si empezamos con un poco de práctica? Estaría bien comenzar con los besos, ¿no crees? — bieeeen, pensé — ¿Estás seguro de que quieres seguir adelante con esto, Edward? Ya sabes... ¿no te gustaría que tu primer beso fuese con alguien que te gustase de verdad? — la miré de arriba abajo.

— No, tú eres la mejor para enseñarme. Quiero que sea contigo – lo que quieras hacer conmigo, hazlo, dije para mis adentros.

— Vale – se sentó a mi lado – a las chicas nos gusta que un chico sepa exactamente qué tiene que hacer; aunque también nos gusta tomar la iniciativa nos gusta que un tío sepa controlar la situación. Como te dije, lee sus reacciones. Si está hablando contigo y no te quita ojo de los labios...blanco y en botella. Quiere que la beses. A ver...Lo primero de esta lección, nada de nervios, ¿de acuerdo? — asentí – Un beso es la tarjeta de presentación para algo más íntimo...Tienes que aprender a besar como un puto ángel, que a la chica con la que estés se le caigan las bragas cada vez que la besas – abrí mucho los ojos – Si llegas y le das un beso de mierda a la tía que quieres impresionar probablemente piense: ¿si besa así de mal...cómo follará?

— Wow – ahora me sentía realmente intimidado. Por Dios, no sabía besar...no sabía follar, una regla de tres muy sencilla y muy devastadora para mí. ¿Era eso lo que Bella me había querido decir? ¿Y era mi impresión o mi forma de hablar, aunque fuera en el pensamiento, había empezado a cambiar?

— Si, wow – dijo Bella – Vamos a ver...acércate y bésame.

¿Qué? ¿Estaba loca? La miré por unos instantes buscando la gracia de la frase...pero no, estaba esperando a que la besara, ¡en serio! Noté que mis mejillas enrojecían...bueno...a ver...Me acerqué a ella tanto que pude oler su esencia de fresas...miré sus labios sonrosados...un poco más...hasta que hice contacto con ella besándola en la mejilla. Se giró hacia mí con los ojos como platos.

— ¿Estás de broma? ¿Esto es todo lo que tienes para darme? — me dijo incrédula.

— ¿Qué quieres que haga? — supliqué – No he hecho esto nunca...no sé si voy a hacerlo bien. Mejor dicho, tengo miedo de hacerlo mal – confesé.

— Vamos, Edward...esto no es una puta competición. Vas a besarme a mí, a tu profesora...no tienes nada que perder...Ven aquí y bésame como si quisieras follar conmigo – casi me gritó.

Suspiré en alto. Vamos, tío...la media de edad en la que los jóvenes se besan por primera vez es a los trece años...les sacas seis. Edward, tu puedes hacerlo. Miré de nuevo sus labios carnosos y sonrosados y lentamente me volví a acercar a ella, de nuevo ese olor taaaan rico...hasta que posé suavemente mis labios sobre su boca. He de reconocer que me daba pánico acercarme más a ella; las imágenes de lo que hice anoche pensando en ella vinieron a mi mente en el momento más inoportuno. Estaba seguro de que si me acercaba un poco más podría oír mis latidos erráticos...por no hablar de los latidos que sentía en otra parte de mi cuerpo situada un poco más abajo de la cintura. Dios...estaba besando a Bella, con esos recuerdos en mi cabeza...decidí romper el beso antes de estropearlo todo. Muy despacio me separé de ella.

— ¿Qué tal? — susurré.

— Bien...— dijo con el mismo tono de voz — no ha estado mal, pero hubiera estado mejor si me hubieras metido la lengua, Edward – por favor...eso sonó demasiado sensual – es imprescindible que un tío sepa utilizar debidamente la lengua.

— Oh.

— ¿Quieres que yo te muestre cómo se hace? — soy todo tuyo, pensé.

Me sequé el sudor inexistente de mis manos en la pernera del pantalón, cerré los ojos y casi al instante sentí los suaves y cálidos labios de Bella. Al principio el beso empezó como el anterior...hasta que sentí cómo lamió mis labios. Dios santo, que sensación. Sentí que empezaba a excitarme de nuevo y eso no era bueno; el cuerpo de Bella estaba demasiado cerca de mí. Un sonoro y vergonzoso jadeo se escapó de mis labios. Entonces aprovechó ese momento para meterme la lengua. ¿Ahora qué debía de hacer? Moví la lengua, probando el sabor de su boca. Pronto ambos movíamos los labios y las lenguas, acompasados. Esto estaba muy bien, demasiado bien...si no fuera porque la sangre se me estaba acumulando en su totalidad en un sitio que no eran mis mejillas. Bella pasó las manos por mi nuca, ese movimiento me hizo unas deliciosas cosquillas que no ayudaron en nada a mi vergonzosa situación. Cuando me quise dar cuenta tenía sus suaves mejillas en mis manos hasta que lamentablemente el besó se acabó...cosas que pasan por tener que respirar...Mi primer beso...wow.

— Joder – susurré. Bella abrió los ojos y me miró raro — ¿Qué?

— Has dicho un taco — ¿de verdad? ¿Y a quién le importaba ese detalle en este momento? Lo único que tenía en mente era repetir ese fantástico beso una y otra vez.

— Sí... ¿cómo he estado?

— Sorprendentemente...muy bien — ¿sí? Noté que mi cara se ensanchaba en una involuntaria sonrisa – Ahora empieza tú.

Estuve a punto de mirar al cielo y dar gracias por escuchar mis plegarias. Con más rapidez de la que yo mismo quise, me abalancé sobre sus labios y repetí la misma acción que antes, sólo que ahora fui más atrevido. Ahora fui yo el que pidió paso a su boca, lamiendo sus labios con ansias. Como respuesta me mordió el labio; no me bastó más que eso para que mi excitación llegara al punto más álgido. Después del pequeño mordisco Bella separó nuestros labios.

— Muy bien – me miró detenidamente – Aprendes jodidamente rápido – dijo... ¿jadeando?

— ¿Sí? Tengo buena maestra – dije mirando sus labios rojos por mis besos – No tengo con quién comparar, pero creo...no, no creo...estoy seguro...besas de muerte – oh—oh... ¿yo había dicho eso?

— Gracias...lo que no estaría nada mal para las próximas clases es que usaras un poquito más las manos, ya sabes – subió la mano hasta mi mejilla y bajó con un dedo lentamente por el cuello...reprimí un gemido cuando paró – Algo así...las caricias y los besos son una muy buena base para lo que viene después — me respondió sonriendo – Bueno...creo que es suficiente por hoy.

— ¿Ya está? — me dieron ganas de hacer una pataleta como un niño pequeño...con lo bien que estaba yendo la clase de hoy...

— Edward, no creas que porque aprendes rápido esto sea un proceso acelerado. Hay mucho con lo que trabajar así que creo que por hoy es suficiente...

Muy bien, de acuerdo, ella es la profesora, así que si ella lo dice...espera. Si me levanto me verá...oh cielos, me verá el aparatoso bulto que se había formado en mi pantalón. Casi necesitaba un andamio... ¡Qué vergüenza! ¿Y si a lo tonto me quedo aquí y hago como que no pasa nada? Bella me miraba sin entender con cara de mueve—el—culo—tío.

— No...no creo...que sea una buena idea que...yo me levante ahora...

— ¿Por qué? — frunció el ceño — ¿Pasa algo?

No...— susurré – Bueno...sí...creo que... ¡qué vergüenza!

— Vamos, suéltalo...— me animó.

— Creo que me he excitado – murmuré. La mirada de Bella me recorrió el cuerpo hasta la entrepierna y...abrió los ojos mucho. Arggg, eso me excitó aún más...

— Bueno... ¿y qué? — dijo encogiendo los hombros.

— ¿Cómo qué y qué? Que me da vergüenza – repetí, aunque agradecí el hecho de que ella no me tomara por un salidillo ni nada parecido.

— Vamos, Edward...es normal – se acercó a mi hasta quedar a unos pocos centímetros de mi cara — ¿Te quedas más tranquilo si te digo que yo también me he puesto burra? — ¿ein?

— ¿Tú también te has excitado? ¿Conmigo? — uh, las palabras salieron sin permiso de mi boca.

— Pues sí...— se acercó a mi oído, ¿ahora qué iba a hacer? — Estoy tremendamente mojada – susurro.

Oh—Dios—Mío. En estos momentos yo mismo me sentía mojado y si no salía pronto de este cuarto iba a tener un serio y vergonzoso problema en mi ropa interior. Tragué en seco mientras me levantaba de la cama de Bella. Me miró de nuevo el bulto y se mordió el labio inferior. Tenía que dejar de hacer eso, en serio...

— ¿No te...molesta que yo me haya...? — me señalé a mí mismo.

— Estamos en igualdad de condiciones, Edward... ¿a ti te ha molestado que yo me haya excitado contigo? — esta conversación era la más surrealista que había tenido hasta la fecha. Ambos reímos.

— Para nada – pero sólo de pensar que Bella estaba mojada por mí...mmmm – Creo que me...voy – y qué ciertas eran mis palabras – Espero que esto se baje – dije reacomodando mi pantalón.

— Agua fría – bromeó.

— Creo que te digo lo mismo — ¿yo había dicho eso? Salí de allí antes de que fuera demasiado tarde.

No me tiraba de los pelos porque mi peinado no me dejaba, menos mal que no iba mucha gente por la calle porque iba a haber sido un poco vergonzoso que la gente me viera en ese estado. Tenía que hacer algo con "esto" y tenía que hacerlo ya.

Pero esta vez no tuve tanta suerte como el día anterior. Todos, y cuando digo todos, estaban en el salón de mi casa. Mis padres, mis hermanos y sus parejas. ¿Alguien más que quiera pasar? ¿Doy entradas o algo parecido? Perfecto, yo con un calentón de la leche y con espectadores. Me puse detrás del sofá para que no fuera evidente mi protuberancia; no me quería ni imaginar cómo sería mi vida a partir de ahora si Emmet descubría mi estado.

— Hola, hijo. ¿Qué tal con Bella? ¿Habéis estudiado mucho? — preguntó mi madre.

— Si, Eddie, ¿qué tal con Bella? — los chicos se rieron — ¿Qué habéis estudiado? ¿Para los exámenes parciales...o para los totales? — dijo moviendo las cejas...en ese momento quise matarle...

Mis padres estaban ajenos totalmente al juego de Emmet y compañía...evidentemente no sabían nada de las clases. Para ellos simplemente...estaba estudiando con Bella. Bueno, relativamente no era mentira.

— Con Bella bien, gracias. Ahora si me disculpáis...me voy a...estudiar.

Por primera vez mentí delante de todos y de forma descarada. Subí las escaleras de dos en dos porque necesitaba aliviarme si o sí. Apenas cinco minutos más tarde estaba en la ducha bajo el agua caliente y con el pene entre las manos. Entonces me di cuenta de otra cosa...me estaba masturbando de nuevo con la imagen de Bella en la mente, no con la de Tanya.

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Mañana o pasado habrá otro nuevo capítulo!!!

 

Capítulo 6: Capítulo ¿Estás creando un monstruo? Capítulo 8: Capítulo 8 En el Cine

 
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