El Cisne Negro (+18)

Autor: sistercullen
Género: + 18
Fecha Creación: 18/11/2010
Fecha Actualización: 26/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 63
Comentarios: 260
Visitas: 288427
Capítulos: 35

  Edward Cullen se ve en la obligación, por una promesa hecha ya, hacia un tiempo de dar cobijo a una colegiala, que dista mucho de la imagen que él recordaba, cuando era una niña

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Capítulo 21: Capitulo 21

CAPITULO VIGESIMO PRIMERO

Emmet Mc Arty, siguió los pasos de Edward y lo cogió por los hombros, aventándolo.

 -¿Dónde coño crees que vas, Edward?.- preguntó el hombre,mahumorado.

­-Dejame, Emmet.- murmuró Edward, mirando el piso, cogiendo el cabello de su cabeza, con la mano izquierda; pensando así que recuperaría la cordura que había perdido al ver a aquella mujer en la sala.

-¿…Pero que…?...Espera…¿Qué le has preguntado a esa ramera, Edward? ¿No jodas, que le has pedido…?

-¡No!.- rugió el hombre,exasperado.

 

 

   Dentro en la sala. Bella había observado a Edward, a hurtadillas, mientras se había acomodado junto a uno de los grandes hosteleros de Londres; ¿Qué pensaba aquel maldito hijo de perra?

 Tambien vió como Emmet fue hacia donde él había desaparecido y a los pocos minutos; entraron ambos de nuevo.   Fueron hacia donde estaban los hombres que los habían acompañado al local y ella decidió que era momento de pavonearse y acercarse, a la mosca, tendiendo así una suntuosa telaraña que dudaba mucho en que no pudiese caer.

  Todo lo que sentía por su mujer era falso; porque se si la amara de veras. No estaría allí…y mucho menos la hubiese interceptado para ¿tomar algo?¡Ja!, a Bella le faltaba chasquear los dedos, y lo tendría, lamiéndole los pies en un santiamén.

  Se despidió de los señores de la mesa y caminó bamboleante, hacia donde estaba Edward y todos los hombres que lo acompañaban.

 Se apoyó en la barra del local, con un brazo, sacó su pipa, y dispuso un fino cigarrillo Moritz, en ella, antes de sacar el encendedor de oro que le regaló Demetri, ya tenia , varios hombres a su lado intentando darle fuego.

 Ella se rió mentalmente; uno de ellos era Emmet, que la miraba a los ojos y le enseñaba todos los dientes…¿otro depredador? Pobre Rosalie…razón tenia Sue cuando decía, que no había ni un solo hombre que mereciera la pena.

  Ella se acercó a él y aspiró una bocanada, a la pipa,haciendo un circulo con la quemada nicótina de la punta de este.

-Gracias.- le dijo,con una sonrisa misteriosa.

Él no perdió la sonrisa y se acercó un paso más hacia ella.

-Mi amigo…a mi amigo le gustas, le gustaría…ya sabes.- dijo en un tono tan hosco, que a Bella, le sorprendió que no dijera las cosas por su nombre en un primer momento y no se andara con rodeos.

“ Primer acto”, pensó, ya ha sucumbido.

-¿Tu amigo?.- le dijo desinteresada.- ¿Qué amigo?

-Ese.- su cabeza se giró hacia Edward, que se había sentado en uno de los taburetes de la barra y no les quitaba el ojo de encima.

-Edward Cullen.

-¿Lo conoces?.- se sorprendió Emmet.

-Por supuesto, hace poco, ví su ostentosa boda por televisión. Es raro que un hombre recién casado, busque mujer en estos sitios. Tengo entendido que su mujer es joven y bella.- espetó Bella con aire arrogante.

-Ese no es tu problema.- le dijo Emmet, duro.

Isabella se irguió y levantó la madibula.

-No; claro que no lo es. Y no seria el primer hombre asquerosamente rico que ha pasado por mi lecho, no tengas miedo. Yo soy toda privacidad. Vuestro anonimato está a salvo conmigo.

-Vaya…eres una puta legal.

Bella se sintió ultrajada en un primer momento; pero se relajó de inmediato al respirar profundamente una buena calada de su cigarrillo.

-Yo no me acuesto con cualquiera, Emmet Mc Arty.

A Emmet le dio un vuelvo el corazón. ¿Esa mujer sabia quien era Edward; eso era lógico, pero él?

-¿De que me conoces?.- inquirió con la mandibula apretada.

 Una carcajada, serena, sexy y perturbadora, salió de los labios de Bella y terminó enseñando una sonrisa ladeada, que había aprendido de su primer amor: Edward Cullen.

-Me codeo, con tantas gente y sé casi tanto como un jefe de Estado.

-Creo que nos marchamos..

-Vaya… da recuerdos a tu mujercita, de parte del Cisne…da un beso de mi parte a Rosalie.

 Emmet, enmudeció; pero no fue solo eso lo que sintió. Terror, esa era la palabra, aquella mujer era terriblemente peligrosa, sabia demasiado, de él y quizás de Edward.¿Quien era?

 Dio una vuelta sobre sus talones y fue hacia Edward con cara de pocos amigos.

Una vez a su lado..

-Vamonos de aquí, Edward, ya inventaremos algo con Aro. Esa mujer me causa escalofríos.

Edward no escuchaba, estaba ensimismado, observando el cuerpo perfecto, que acariciaban aquellas suaves prendas. Bebió de un sorbo su copa, haciendo oídos sordos a Emmet y fué hacia ella, completamente embrujado.

 

Sólo había una persona en el mundo, que había conseguido que perdiera la cordura de una manera tan alarmante y esa era Bella Swan, su pupila. Ahora, mientras caminaba hacia aquella mujer, soñó con la idea de que la que se escondiera detrás de la mascara fuera ella y no otra.

 Ella le daba la espalda,agitando una copa de champange que había pedido al barman, rodeó su cintura con sus brazos y le dio la vuelta con fiereza.

-Te deseo.- le dijo muy cerca de sus labios.- Te deseo tanto que estoy perdiendo el conocimiento…quien quiera que seas..

Bella Swan sintió un estremecimiento y miles de descargas pasaron por su columna vertebral, hasta su bajo vientre, mareándose, trémula y victoriosa…

Puso sus manos en el pecho de él y lo miró con ojos perturbadores.

-Si tanto me deseas, deberas hacer lo que yo te diga…Edward.- le dijo ronca y seductoramente.

Él se desasió de ella y dio dos pasos hacia atrás.

-¿Bella?

Una oleada de terror, inflamó el pecho de Bella, ¿la había descubierto? ¿Cómo era posible?. Durante unos segundos, la mirada de él pareció vidriosa y contenida y su sonrisa esperanzada se truncó en mil añicos, con la contestación de ella.

-Si quieres que sea Bella; lo seré. No tengo nombre, no aquí.

Él apretó la mandibula y se acercó a ella, queriendo, despegar aquella mascara que le ocultaba el rostro de él.

  Pero ella dio dos zancadas hacia atrás, atemorizada; y antes de que dieran cuenta, los guardias de seguridad, tenían a Edward cogido por el pecho, para que no se acercara a ella.

 Ella respiró hondo y  se tocó la mejilla, ajustando un poco mejor la mascara.

-Nunca.- dijo acercándose a él.- intentes quitarme esto.- dijó plantando un dedito encima, de la prenda que la mantenía en el anonimato.- Es mi baza para hacer una vida normal, caballero, ¿entiendes? Ahora si sigues pensando en acostarte conmigo…tendras que  calmar un poco tu ardor, querido Edward…¡Ah¡ Y necesito pruebas medicas, antes…no crees que me acuesto con cualquiera, sin saber en que circunstacias se encuentra…- se relamió los labios gustosa.

 Bella miró a los guardias, y cerró los ojos exasperada.

-¡Soltadlo! Es inofensivo… no le hagáis nada…tiene que volver a los brazos de su querida mujercita.

-¿Pero señora?.- dijo uno de ellos, reticente.

-Soltadlo.- espetó Bella.

Edward se sacudió cuando los hombres lo dejaron libre y mantuvo el tipo, muy dignamente, ante la atenta mirada de todos los hombres del lugar.

  Leah, nerviosa, se hallaba en un rincón, viéndolo todo, y sufriendo en silencio por su amiga…¿Será que  Bella todavía lo ama? Se preguntaba una y otra vez.

   Emmet, cogió a su amigo de los hombros y salieron del local, entre empujones de los guardias de seguridad…la trampa había sido todo un éxito..ahora solo habría que esperar.

 

 

-Estas, loco, loco de atar, Edward, todo lo que has liado ahí dentro, por una ramera sin escupulos, te ha dejado a la altura del betún amigo.

-Emmet, calla, tengo que volver a verla.- dijo en un susurro, atranpando la cara entre sus manos, ya metidos detro de el coche  que los llevaba hacia el Palace.

-Lo que yo digo…loco de atar…..¿sabes? Esa mujer es peligrosa, sabe demasiadas cosas¿sabes lo que me dijo?.- preguntó Emmet, mirando por la ventanilla del vehiculo,a  un punto indefinido de la carretera. Edward negó con la cabeza sin mirarlo y echó la cabeza hacia atrás, sintiéndose atrapado de nuevo, en aquella melancolía entraña, que le recordaba a su pasado con Bella Swan.- Me dio recuerdos para Rosalie, Edward…esa mujer sabe demasiado de nosotros; creeme cuando te digo que es peligrosa. No te acerques a ella y sé feliz con Jess; ella lo merece.

   Edward abrió mucho los ojos ante esta revelación y sintió que se le abrían las puertas de su corazón.

-Emmet¿ Y si fuese…ella?

-¿Ella, quien, Edward?

-Bella, Emmet, ¿y si el Cisne Negro, fuera mi Bella?

 

 

 

-Cuando se lo diga a papá…no se lo va a creer, Jasper.- sentenció Alice, dando saltitos y cogiendo a su marido, entre sus brazos a la altura del cuello. Jazz, suspiró y apretó los labios, perturbado.

  No las tenia todas consigo… Eric Nothman había vuelto, después de tantos años en el extranjero, había triunfado tanto, que ya comenzaba a hacer sombra al gran imperio Culle- Webber.

-¿Cuándo vuelve tu padre de Londres?.- preguntó él, serio.

- Mañana.- le dijo ella sonriente.- Eric, aquí, y viviendo tan cerca…¿Es verdad que todavía no tiene novia?.- preguntó ceñuda a Jasper, mientras le tocaba el pelo, de la nuca con sus delicadas manitas.

-No.

 Alice, pestañeó un par de veces y aflojó los brazos del cuello de su marido, cabizbaja.

-Yo tampoco la he olvidado, Jasper. Creo que Bella, estará siempre en nuestros corazones.

Jasper Hale, tragó en seco y pensó dos veces lo que quería decirle a Alice.

-Nena. Eric, ha vuelto en busca de Bella.- dijo serio.

Alice, lo miró con ojos chispeantes,esperando una contestación anhelada, que le diera la alegría de su vida…

-¿Qué?.-  dijó, al mismo tiempo, que se formaba una amplia sonrisa en su rostro.

-Eric ha encontrado a Bella; sabe donde vive. En unos días ira a buscarla. Está en Londres Alice, siempre ha estado aquí… y tu padre no ha tenido la perseverancia de él…él la amaba de veras……

 

 

Capítulo 20: Capitulo 20 Capítulo 22: Capitulo 22

 
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