El Cisne Negro (+18)

Autor: sistercullen
Género: + 18
Fecha Creación: 18/11/2010
Fecha Actualización: 26/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 63
Comentarios: 260
Visitas: 288419
Capítulos: 35

  Edward Cullen se ve en la obligación, por una promesa hecha ya, hacia un tiempo de dar cobijo a una colegiala, que dista mucho de la imagen que él recordaba, cuando era una niña

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Capítulo 18: Capitulo 18

CAPITULO DECIMO OCTAVO

 

   -Está muy mal; muy, muy, mal, mamá.- le comentó la chica a la madre que fumaba como un carretero en la entrada del hospital comarcal, la mujer miró a su hija por unos instantes y volvió a dar una calada al cigarrillo.

   -Se recuperará. Casi no lo cuenta; pero lo hará. Esa chica tiene ángel….

   Leah Clearwether, se sentó en unos de los bancos del parking para coches y observó como salía el sol por el horizonte.

   -No digas tonterías; Si no hubiera sido por ti, estaría muerta; ahogada, para ser más exactos. ¿Qué llevaría a una persona a hacer semejante cosa? Que desesperada debia de estar esa criatura…

  -Seguro que es culpa de un hombre…

   Leah, miró a su madre y sonrió para sus adentros.

 

   Estaba orgullosa de ella; La chica se había tirado del puente y milagrosamente no había tocado con nada en el trayecto. Gracias a su madre que la seguía a una distancia prudente se pudo llamar a un guardia y la pudieron sacar del Támesis antes que el agua inundara sus pulmones. Sue ya tenia ganado a el cielo. Seguro. Aunque ellas no creyeran en eso. Creian en la vida y en los golpes que te puede dar. Muchos y  constantes.

  -Vamos mamá; el médico me ha dicho que me llamará si ocurre algo.. lo que sea.

  -¿No llevaba nada consigo que pudiese identificarla?

  -Nada.

  -Pobre chica… tan joven y sola…

  Leah, miró su reloj de oro y bufó.

 -Mamá he de  irme, he de dormir. Esta noche, no puedo esfumarme, ya sabes que hoy lo he podido hacer, pero esta noche lo dudo mucho…..¿Vienes conmigo?

  -Claro…¿Qué voy  a hacer yo sola aquí?

   Sue, siguió a su hija durante un corto trayecto, se oyó un pitido leve. La alarma del coche de Leah, se desactivó y ambas entraron al deportivo rojo.

  La chica encendió el cd player y comenzó a sonar una música de piano de fondo.

  Ambas se sumieron en sus pensamientos hasta que llegaron a una de las calles mas céntricas

 

 de todo Websmiter: Carnaby Street ; aquella calle era conocída porque en los años 60 muchos de los grupos mas famosos de rock iban allí a comprar ropa y complementos.

   Leah, entró por un vado,le dijo unas palabras a un portero automatico y dirigió el coche hacia un parking privado.

   -Veo que el negocio da para mucho, Leah. – setenció su madre con los ojos puestos en el sedan oscuro que había aparcado  a breves metros.

   -Sí, mamá, la verdad es que no me puedo quejar. – Leah, bajó del auto y le hizo un gesto a su madre para que la imitara, esta lo hizo y esperó a que su hija le dijera cualquier cosa. No estaba segura si iba a ser bien recibida en aquel lugar.

  -No me mires así, ven conmigo, no soy una hija desnaturalizada. Viviras conmigo en mi apartamento. Esta justo aquí arriba. Nunca debiste de marcharte mamá, conmigo no te faltaría de nada… eres muy suceptible.- Leah, comenzó a caminar y su madre la siguió, subieron unas escaleritas que dieron a un amplio pasillo con paredes inmaculadamente blancas y parquet deslizante en el suelo.

  -¿Todo esto es tuyo, hija?.- preguntó la vieja, admirándolo todo con los ojos muy abiertos.

  -Sí mamá, ya ves, de comer pan con leche a comer marisco y beber los mejores champañas en cuestión de varios años. Como ves no me va nada mal… y ahora a ti tampoco.

   Llegaron a una puerta de madera maciza y Leah, buscó la llave en su bolso de marca. Abrió con decisión y entraron ambas.

   Un silbido salió de los labios de la vieja.

  -Nena, ¿esto vale mucho?

  -Sí, pero no sufras mamá; ya está pagado, también lo está el Sedan y el deportivo en el que te has montado. Todo lo que gano es limpio.

  -¿Para tanto da ser puta?.- preguntó su madre en un tono más grave.

  Leah, se giró y dio unos pasos más hacia ella.

  -Si quieres llamarme puta; vale está bien; pero yo no me siento eso. Yo solo me acuesto con quien me apetece. Tambien es un  gozo para mi  y me pagan.- Alzó la barbilla y se dio la vuelta descalzándose automáticamente, se sentó en un sillón de piel blanca y descansó su cansada espalda en ella.

  Sue , la miró detenidamente y pensó en coger la puerta y largarse por donde vino.

  Pero no lo iba a hacer; estaba aquella chica, que le había robado el corazón la noche anterior. Tan desvalida y muerta como ella muchos años antes. Redimiendo su propia vida y viendo en los bellos ojos color café de ella los suyos propios años antes … antes de que Leah naciera.

   Esperó pacientemente todas las paradas cobijada en la parte de atrás del autobús, sin se vista por nadie. Cuando el conductor dio la parada final, bajó por la puerta trasera; sin que la chica la viera. La siguió el tiempo suficiente para saber lo que quería hacer. Corrió a buscar a un guardia, antes de  verla pararse y subir a la baranda para dejarse caer. Fue todo tan rápido que todavía lo recordaba como una pesadilla…pero estaba viva, en la UCI, pero viva e iba a salir de esta… Sue, lo sabia… tenia que salir …. Renacer… como  ave fénix… resurgiendo de sus cenizas….

 

 

 

-Venga, papá… la novia espera…y sabes que has de llegar antes que ella; así lo manda la tradición.- Alice Cullen ajustaba la corbata de seda negra al cuello de su padre, que la miraba con  ojos cálidos.

 -Sí ya salgo, Alice, déjame un minuto sólo,¿si?

 Alice le sonrió abiertamente y salió con paso decidido de la habitación de su padre.

  Edward miró hacia el amplio ventanal y vió que nevaba; no era inusual la nieve en Gatwick, pero sí en aquella estación del año.

  Se llevó las manos al cabello inquieto y volvió a recordar a Isabella Swan por enésima vez en aquellos últimos 4 años…no había podido hacer nada por encontrarla… se la había tragado la tierra. Tardó mucho tiempo en rendirse; pero lo hizo.

  No sin sufrir lo suficiente, estaba seguro de eso. Él no merecía ser feliz, pero si lo merecía la bonita chica que lo esperaba en el altar. Su bote salvavidas en todo aquel maremoto que él mismo ocasionó. Suspiró fuertemente y salió de allí. No sin antes abrir el ropero y rescatar al fondo de uno de los cajones, los manuscritos de Bella. Miró hacia la chimenea encendida y dudó en lanzarlos; pero cerró los ojos fuertemente y lo hizo.

  Mientras las llamas consumían los últimos sentimientos de Isabella por él, una lágrima recorrió su mejilla y la arrastró con su nívea mano mientras se encaminaba hacia la puerta e iba a encontrarse con su futura compañera de trayecto.

      Hacia un frio espantoso. Pero Alice lo había organizado todo en el jardín.

   Habian montado una carpa grandiosa que resguardaba a todos los invitados del frio y la nieve.

  Buscó a su hija entre la multitud ; pero ella ya se hallaba a su lado sonriente. Le cogió el brazo con solemnidad y caminaron hacia el párroco que esperaba sonriente la llegada de los novios.

  Ella todavía no había llegado. Seguro que su familia, estaba esperando que él se presentase, para que ella hiciera acto de presencia seguidamente. Y así fue.

   Comenzó la marcha nupcial y él y Alice se volvieron para ver entrar a la novia.

  Iba bellísima, tanto que Edward pensó que era una aparición.

  Carraspeos sonoros hicieron que se volviera intranquilo.

  Rosalie y Emmet le miraban sonrientes, Angela y su nuevo marido contenían también la sonrisa y Jasper Hale, se mordía intraquilo el labio…

    La mente de Edward viajó por unos sengundos unos días antes, cuando el subsodicho pretendiente de su hija le pidió la mano de la manera más solemne que podía imaginar.

  Se había arrodillado al frente de ella y le había pedido muy amorosamente su mano a él, antes de que todo esto ocurriera. Jasper le había entregado a su hija un anillo de prometida y ella había dado saltos de alegría al ponérselo él, en el dedo…

   La novia ya estaba a su lado sonriente y él la imitó sin que la sonrisa llegara a sus ojos…como siempre en estos últimos 4 años…Queria hacer feliz a la chica, quería amarla y respetarla.. pero Bella Swan lo perseguía como un fantasma por la noches en sus sueños, más bella y esplendorosa de lo que recordaba. La veía de lejos y se le escapaba de las manos al correr a buscarla, se esfumaba como el humo. ¿Se puede morir de amor? El pensó que si…Gracias a la mujer que tenia al lado en ese instante todo podía cambiar.

   Ella había comprendido su desdicha y lo había consolado… sabia que no la amaba realmente…pero ella estaba dispuesta a darle tanto amor que seria de ser un insensible no intentar quererla ni aunque fuese un poquito.

   Ambos se giraron para mirar al cura que recién comenzaba a recitar la misa del  matrimonio.

 

 

 

  - La casa es suya Señorita Swan. Toda una ganga, ha tenido suerte que los propietarios estuviesen con el agua al cuello y necesitaran venderla al precio que fuese. Tome.- El hombre maduro le entregó las llaves a ella. No sin antes darle un ultimo vistazo a su esplendoroso cuerpo, lleno de curvas. Habia estado  fantaseando con ella durante todo aquel tiempo y un brillo misterioso en los ojos de él hicieron que ella se apartara sabiendo lo que estaba pensando.

  -Estupendo.- dijo ella.

 Bella se levantó de la silla de aquel despacho inmobiliario y cruzó el vestíbulo con gesto altivo y prepotencia.

  La envolvía un caro traje de Channel que se había comprado para la ocasión ; lo merecía.  Despues de tanto tiempo iba a tener una propiedad a su nombre y todo gracias a la ayuda de Leah y al amor de su madre: Sue. Su verdadera familia durante toda aquella transición, de su vida.

   En la puerta la esperaba Leah, que al verla por el retrovisor, pulsó la bocina del coche y le indicó donde se encontraba.

  Subió al auto y la miró sonriente.

  -Ya está, tengo las llaves, Leah.- dijo enseñándole el juego de llaves bambolentes delante de la cara de su amiga.

  -¡Jajajajajajjaaj!! Que me maten Bella, vaya ganga… una casa de tres plantas, con jardín y piscina… por ese precio… mi edificio en Carnaby es un apartamentucho a su lado.

  Leah apretó el acelerador del deportivo y salió sorteando coches con la música a  todo volumen.

  De repente la música se paró y llegaron las noticias de la hora en punto.

  “….Estamos aquí parados ante la puerta del magnate Edward Cullen, que hoy  ha contraído matrimonio con la hija del multimillonario Jhon Stanley; Jessica Stanley…”

  Leah, miró a Bella y llevó la mano al aparato de rádio para cambiar de sintonía, pero la mano de Bella no la dejó.

 -No. Quiero escuchar.- dijo sin mirarla.

  Leah, redujo la velocidad y paró el auto en un arcen. Miró a su amiga y pudo ver un brillo de odio en sus ojos. La reportera seguía hablando..

 “…. Despues de casi un año y medio de noviazgo, Jessica, ha cazado a este hombre que  sin dudarlo es uno de los hombres maduros mas codiciados de todo el globo…. Mas de mil invitados se han apostado dentro de la mansión del magnate para festejar el evento… El anillo de bodas, comprado en  Los Estados Unidos por parte del novio se valora en un mi….

  Bella , abrió el compartimento de los Cds sacó uno con tranquilidad y lo metió en la endidura del aparato de música.

  -Pon en marcha este vólido, Leah, tenemos que festejar mi nueva adquisición de hoy…

  Leah la miró de arriba abajo y pensó en preguntarle si le había causado algún tipo de emoción aquella noticia…. Pero lo pensó mejor y negó con la cabeza… Bella Swan no tenia corazón.

 

  Bueno chicas…aquí otro…¿Os gustó? Espero que si, espero vuestros comentarios con ansias. Ok?? Un beso amores!!!

Capítulo 17: Capitulo 17 Capítulo 19: Capitulo 19

 
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