Lo de hablar sobre “el problema” quedó para más adelante, ya que al llegar al departamento Mike me dijo que continuaba muy mareado por las pastillas que tomó y que hablaríamos en otra ocasión, no se fue al sillón se quedó junto a mí, en nuestra cama.
Al día siguiente había que trabajar, no nos sobraba el dinero y no nos podíamos dar el lujo de faltar, así que la charla quedó para la noche.
Ya en la noche, estaba evadiendo el tema pero no aguanté más y le pregunté.
-¿que vamos a hacer Mike?, no es que me queje pero creo que solo en épocas remotas las mujeres continuaban vírgenes luego de una semana de casada.
-Bella no te desesperes, tengo que buscar una solución.- claro yo era la desesperada.- Por el momento no se me ocurre nada.
-a mi si, hazme el amor, por favor.- tenía razón yo estaba desesperada, le estaba rogando.
-no pienso hacerte mujer Isabella. No quiero lastimarte.
-sabes Mike, entonces no le encuentro solución, este matrimonio es una farsa, no me quieres, no me deseas y creo que la mayor parte de la convivencia tiene que ver con quererse y desearse.- se acercó a mi y me tomó de ambos brazos.
-no mi amor, yo te amo y te deseo más que nada, voy a encontrar una solución, te lo aseguro, dame un poco de tiempo.- se notaba la desesperación en sus ojos, debatiéndose por solucionar nuestro problema.
-no lo se, cada vez que hablamos del tema te entiendo menos, ¿cómo que no quieres lastimarme?, ¿a que te refieres?, ¿en lo emocional o en lo físico?.
-no quiero hablar de eso, me voy a duchar mañana entro temprano a trabajar, debo recuperar las horas perdidas.- soltó su agarre, dándome un beso en la frente.
-Mike no podemos dejar un tema tan delicado así sin concluir. Mike…- ya se había ido, estaba frustrada, muy enojada y caliente, no por el enojo.
Así pasaban todas las noches, comenzábamos hablando y luego terminaba esquivando el tema, se iba a dormir o a bañar o simplemente se callaba, permanecía inmóvil por un buen rato hasta que cambiara de tema.
Por un tiempo insistí, luego dejé correr los días por si era tiempo en realidad lo que necesitaba, pero siempre estábamos igual, alguna que otra vez me robaba besos pero cuando la cosa se ponía fuerte, por así decirlo, se iba de la casa a caminar por un buen rato y volvía en la madrugada, llegué a pensar que pasaba por algún lugar donde se vende sexo, porque la única perturbada con el tema era yo, él parecía pasarla bien con la abstinencia.
Por eso en el momento que llegué a desconfiar, me propuse una última chance, hoy decidiría si continuaba con este matrimonio que aunque no lo puedan creer ya llevaba 4 meses.
Preparé una cena para mi esposo, que si hoy no se decidía en tener relaciones le pediría el divorcio, ya no aguantaba más, necesitaba tener un esposo por completo, no solo compartiendo los gastos y la cama solo para dormir, si quería solo un amigo hubiera compartido mi departamento antes, pero me gustaba estar sola antes que mal acompañada.
Busqué en Internet todas las comidas que fueran afrodisíacas, por si el problema de mi esposo era la impotencia, porque al no querer hablar del tema, no sabía si necesitaba un médico o un psiquiatra, a lo mejor teníamos que hacer terapia, solo que él se negaba a hablar conmigo, en realidad se negaba a hacer todo conmigo.
Tenía pronta la cena y me puse muy bonita, un vestido rojo con finas tiritas adherido al cuerpo bastante corto y me dejé el pelo suelto formando ondas por mi espalda hasta casi mi cintura, maquillé mis ojos y labios muy sutilmente, nada exagerado y me puse perfume, uno que me regaló los primeros días de novio, según él era muy rico, a mi me resultaba demasiado dulce.
Lo que nunca se me pasó por la mente es que mi querido esposo apareciera con un amigo, que no lo conocía, no quería ser una mala anfitriona por lo que permití que se quedara a cenar, ya estaríamos solos y esperaba fuera pronto.
-Bella mi amor, él es James.
-encantada- le estreche la mano, era un tipo muy alto, delgado pero musculoso, rubio, usaba el pelo largo en una cola, ojos azules, pero algo no me gustaba, era como un mal presentimiento.
-el gusto es todo mío, te lo aseguro Bella.- no se quién le dio tanta confianza para tutearme y llamarme Bella.
-pasamos al comedor- miré a Mike- me acompañas a la cocina para poner otro cubierto.
-si mi Ángel, James estás en tu casa.- parecía que tenían mucha confianza, aunque yo no lo conocía.
-Gracias Mike.
Llegamos a la cocina y antes de que pudiera hablarle me besó por un largo rato y muy tierno.
-estás muy linda Bella.
-gracias Mike, pero no deberías haber avisado que venias con alguien.
-perdón amor, te aseguro que después de esta noche todo va a cambiar para nosotros.- me dejó sin palabras, él se había dado cuenta que esta sería su última oportunidad y lo más importante pensaba hacer el amor conmigo.
-estás seguro- raro preguntar, debería preguntarme él a mí.
-completamente.- lo dijo con una sonrisa, la misma con la que me enamoró y volvió a besarme, atrayéndome a su cuerpo por mi cintura, usando la fuerza justa.
Estábamos perdidos en nuestro beso cuando nos interrumpieron.
-disculpen, no quiero interrumpir, pero podrían decirme cual es el baño.
-si, te acompaño James, ¿Bella puedes sola?.
-si tranquilo.
Escuché cuando Mike le mostraba donde quedaba el baño y luego volvió a la cocina abrasándome por la espalda y dándome un corto beso en el hombro, realmente estaba muy cambiado.
Comimos tranquilos, tanto Mike como yo teníamos una sonrisa en los labios, solo de imaginarnos lo que pasaría esa noche. En cuanto a James, se notó que disfrutó de la cena y tenía una charla muy amena, lo único que me sentí toda la cena muy observada, nerviosa, intimidada, parecía que me desnudaba con la mirada.
Antes de que trajera el postre, era un pastel de almendras y nueces, que sabía eran afrodisíacas, Mike se paró y me dijo que iría por helado.
-mi amor ya tengo el postre.
-no te preocupes, lo que pasa es que quiero helado y se que te gusta mucho.
-está bien, vamos.
-no, tenemos visitas y no estaría bien dejarlo solo, no te preocupes demoro solo unos minutos, son dos cuadras.
No me dejó protestar, se levantó y tomó sus documentos, las llaves, me dio un beso en los labios y se fue, diciendo “te amo” desde la puerta.
Me levanté para llevar los platos a la cocina y James se ofreció.
-no te preocupes puedo sola, gracias.
Llegué a la cocina y no me percaté que James vino detrás, al darme la vuelta me asusté llevando una de mis manos a mi pecho y la otra a la boca para no gritar.
El sonrió y se acercó- disculpa no pensaba asustarte.- una vez frente a mí, me tomó por la cintura y me besó.
Lo aparté de mi boca, no de su agarre de mi cintura, por ser tan fuerte y le pegué una bofetada.
-que haces idiota. Suéltame, cuando vuelva Mike…
-no te preocupes Bella él se va a tomar el tiempo necesario.
-¿cómo?, a que te refieres.- no entendía nada.
Se extendió por su rostro una sonrisa ¿malvada? o era yo que me sentía mal por la situación. Acarició mi cara, bajó por mi cuello y al pasar por mi hombro se llevó con su mano la fina tirita de mi vestido. Estaba asqueada, sus besos eran asquerosos, inmundos, no tenía adjetivos para describirlos, me quería violar.
Empecé a gritar y forcejear, el continuaba con sus besos por mi cuello, cara y labios, mientras me apretaba contra la mesada.
Comenzó a levantar muy suavemente mi vestido y ante mi negativa me dijo algo que me dejó helada.
-Bella si no cooperas tu primera vez va a ser dolorosa.- él sabía, Mike también de lo que estaba haciendo, ahora entendía lo que me dijo en la cocina “te aseguro que después de esta noche todo va a cambiar para nosotros”, quería que su amigo me hiciera mujer, humillándome, para luego estar conmigo, ¿Qué clase de amor sentía por mí?.
Hice lo que se me ocurrió en el momento, ya que las cosas se estaban calentando demasiado, ya sentía entre mis piernas su miembro excitado y me asustaba que pudiera lograr lo que quería.
-está bien, me doy cuenta que sabes, podrías apartarte un poquito, no me dejas respirar. –lo acaricié un poco en el rostro y su cara se volvió en un gesto de victoria, me tenía, o eso era lo que creía.
Coloqué una de mis piernas entre las suyas, lo permitió porque me estaba entregando, al separarlas un poco, subí de golpe y muy fuerte mi rodilla, se dobló del dolor, miré en la cocina algo que me pudiera servir y encontré un sartén a la mano, le di con mucha fuerza en una de sus mejillas y así lo saqué de mi casa, a rastras y gritando de dolor, abrí la puerta y no pude contener darle una patada en su trasero para que no volviera nunca más.
Ya a salvo, con el idiota fuera de mi casa, cerré con llave y la dejé en la cerradura, porque definitivamente Mike tampoco entraría.
Tuve que darme una ducha demasiado larga para borrar las manos de James, no lo logré, porque al cerrar los ojos estaban muy presentes, soñaba que James me violaba mientras Mike miraba desde el sillón con una sonrisa en los labios, diciendo “te aseguro que después de esta noche todo va a cambiar para nosotros”.
Mike se cansó, como a las 2 de la mañana, de mandarme mensajes, llamarme y golpear la puerta por mucho rato.
Me desperté temprano, bueno creo que no dormí, me duche y me vestí con un pantalón de vestir azul oscuro, camisa celeste y chaqueta haciendo juego con el pantalón, era mi uniforme, también llevaba un pañuelo azul con amarillo en el cuello, horrible pero era el logo de la empresa de viajes y sus colores.
Al abrir, Mike cayó en el piso de la entrada, seguro durmió recostado en la puerta. Se incorporó y me abrasó. Quería zafarme pero no lo permitió.
-mi amor, perdón, soy una mala persona, no debí hacer esto sin preguntar, por favor perdóname, te juro que estoy arrepentido.- se notaba sincero.
-me humillaste Mike, fue horrible.- debía decirlo, que viera que no la pasé bien.
-lo se, perdón por favor- realmente estaba arrepentido.
-no puedo, me siento mal.
-perdón, perdón, perdón- me besaba entre cada perdón que pedía, pero sus besos a pesar de ser tiernos no llegaban a mi corazón, ni siquiera a sentir algo en mi cuerpo y habló- te juro que la próxima vez eliges tú.- plop, si hubiera sido un dibujito me hubiera caído de espaldas.
Tenía tanta rabia.- ¿que estás diciendo?.- me salió con los dientes apretados, estaba que echaba humo, logré zafar su abraso.
-tengo otros amigos amor, se que James puede intimidad mucho, a lo mejor si le digo a Jacob, ¿te acuerdas de él?.
-estás loco- fue una afirmación no una pregunta- no puedo creer lo que dices, ¿te estás escuchando?.
-puedes elegir a uno de tus amigos, si eso te hace sentir bien.
-llego tarde a trabajar, no tengo tiempo de hablar de esto contigo.
-no te preocupes amor, lo charlamos después.- volvió a darme un beso en los labios con una sonrisa en los suyos, pensó que todo estaba bien.
Él entró a la casa a bañarse y yo salí rumbo al centro, para encontrar un estudio de abogados.
******************************************************************
Digan que les pareció, que ocurrencias tiene Mike.
No se olviden de comentar y votar que son lo que alienta a seguir, gracias.
Saludos.
ec07.
|