NO PIENSO HACERTE MUJER (+18)

Autor: ec07
Género: Romance
Fecha Creación: 26/07/2011
Fecha Actualización: 28/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 62
Comentarios: 392
Visitas: 259279
Capítulos: 25

FIC RECOMENDADO POR LNM 

Isabella se casa con su novio luego de dos meses de conocerlo, su noche de bodas que prometía ser la mejor noche de su vida se torna en una pesadilla.

 

Un pasado oscuro de su esposo no permite que sean felices, este encuentra una solución, solo que esa solución logra separarlos.

 

Encuentros de amores dormidos y revelaciones de pasados ocultos hacen esta historia.

 

Los personajes son de Stephanie Meyer pero la idea es de mi autoria.

 

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Dejo los enlaces de mis otros fics por si quieren pasar a leer.

CASAMIENTO POR INTERES (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1776

MI ANGEL DESNUDO One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1946

NO PIENSO HACERTE MUJER (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2228

MENTIRAS, ENGAÑOS Y UN AMOR (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2451

LIZZIE, EL ESPEJO DE TUS FANTASÍAS (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2493

YO SOLO QUERÍA UNA TAZA DE AZÚCAR One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2775

LADRÓN DE ALCOBAS (+18) One Shoot (Finalizado) http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3734

QUERIDO SANTA… (+18) One Shoot (Ganador concurso Nav.13) http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4084

 

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Gracias. Erika./ec07.

 

 

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Capítulo 15: Si, si quiero.

Las invito a comentar: si en donde hay pasión les da deseo, donde es gracioso le da risa, donde es romántico las hace suspirar y donde es triste realmente se siente así.

Gracias. ec07.

************************

-antes de dormir, voy a cobrar mi beso.

 

-has lo que quieras.

 

Por más que quería estar enojada con él, no podía, lo observaba y su cara solo decía que estaba feliz.

 

Comenzó a bajar su cara, cuando estaba a la altura de mis senos le avisé.

 

-Edward, mi boca está aquí.

 

-nunca dije que el beso sería en tu boca.

 

Aspiré todo el aire que pude y me paralicé quedando sin respirar, solo intentando recordar cuando hicimos el trato, en que momento dijo que su beso sería en mi boca y no lo logré, Edward estaba en todo su derecho de querer seguir, yo acepté sin condiciones o exigencias, pensando que iba a ser solo un beso inocente y estaba completamente equivocada, en el fondo estaba feliz por mi equivocación.

 

Enganchó ambas manos en mi ropa interior y antes de empezar a bajar me miró a los ojos sonriendo y me dijo en forma muy tierna.

 

-Bella, mi amor, tienes que respirar, quiero que disfrutes no que te desmayes.

 

Solté el aire de golpe e intentaba recuperar mi respiración, pero no sirvió de mucho, porque en ese momento Edward continuó con su trabajo, deslizando suavemente sus manos junto con mi ropa por mis piernas, tanto su contacto como su mirar quemaban la piel. Todas esas sensaciones que alguna vez imaginé sentir, lo estaba haciendo él, solo con rozar, con mirar cada centímetro, estaba expuesta y no me importaba, quería más.

 

Cuando mi ropa interior cayó al suelo, levantó suavemente mis rodillas acariciando mis piernas, las abrió y reaccioné sin darme cuenta juntándolas nuevamente, quedé roja como un tomate esperando su reacción, ¿si no le gustaba? no lo hice queriendo, existía una batalla en mí, quería entregarme a él en cuerpo y alma, pero a la vez sabía que no debía, todavía estaba casada, le había hecho una promesa, solo un día me repetía, solo una noche.

 

En ese momento sentí que no era para él, que no era la mujer que él se merecía, pero Edward sonrió reconociendo mi miedo de no gustarle, porque dijo las palabras justas para tranquilizarme.

 

-eres simplemente perfecta, solo para mí…te amo.- volvió a abrir mis piernas, sosteniéndolas con una caricia que fue desde mis rodillas hasta el centro mismo de mi cuerpo, ese contacto superficial de apenas unos segundos encendieron todo, emanando calor, temblaba jadeando y gimiendo sin contención.

 

Se notaba que él disfrutaba tanto o más que yo con lo que estaba haciendo, ahora entendía que no hacía falta fingir que hacíamos el amor porque solo con tocarme o besarme como pensaba hacerlo yo reaccionaba y de seguro Mike escuchaba.

 

Se lamió los labios y bajó suavemente su cara para hacer contacto con mi intimidad, pero justo al momento de tocarla reaccioné otra vez sin pensar, puse mi mano en medio, se le escapó una riza, negó con la cabeza muy suavemente y posó una de sus manos en la mía para retirarla poniéndola en su cabeza, en el momento que su lengua se entrelazaba con mis pliegues, mis manos lo hacían con su cabello y perdí toda conciencia, solo estaba él y yo, no se donde, entregándonos al placer de nuestros cuerpos.

 

Soy conciente que grité, disfruté, gemí y jadee, diciendo miles de cosas que no recuerdo por un tiempo que no medí, pero que parecía eterno, me encontraba atrayéndolo a mi lo más que pude en el momento que llegué a tocar el cielo por sus besos, mi cuerpo se tensó, tembló, estremeció y palpitó absorbiendo todo el placer antes de caer rendido, sin fuerzas, mientras Edward terminaba su beso y se tendía a mi costado.

 

Nunca pensé que el orgasmo, mi primer orgasmo fuera tan… no tenía palabras, tal vez especial o intenso o mucho más, aunque creo que fue así porque era él, a quién amaba y pensaba entregarme no solo en cuerpo, sino en alma al casarnos.

 

Miré a Edward recostado en la almohada y me di cuenta que estaba muy excitado, se notaba a simple vista el bulto de sus boxer, no sabía en que momento se había sacado el pantalón del pijama.

 

-mi amor.- le dije mientras me ponía de costado apoyada en mi codo y con la mano libre acaricié su pecho hasta llegar al elástico de su ropa interior, pero me detuvo.

 

-no lo hagas.

 

-¿porqué no?, si yo disfruté tu también puedes.-no tenía mucha idea pero podía intentarlo.

 

-NO, no aguantaría y solo es hasta mañana, unas horas más Bella.-su voz sonó a súplica.

 

Lo entendí, pero se me ocurrió algo, nunca había visto a un hombre así como estaba él.

 

-está bien, pero puedo mirarte.

 

-no.

 

-solo un poco, por favor.-le hice un puchero al estilo Alice, pero no funcionó.

 

-no.

 

-no es justo, tu acabas de verme hasta el apellido.-solo mis senos continuaban cubiertos.

 

-jaja, está bien, solo una oportunidad.

 

Puso ambas manos en su nuca y sonreía tan bonito que me quedé hipnotizada.

 

-¿va a ser hoy?.

 

-cierra los ojos.

 

-Bella.

 

-por favor, si me miras no puedo.

 

Cerró los ojos, aunque su sonrisa no desaparecía. Llevé mi dedo pulgar hasta el elástico y levanté suavemente, cuando me dignaba a mirarlo dijo.

 

-bu.

 

Casi muero del susto y solté todo, grité, mi corazón se aceleró, mientras Edward no dejaba de reír.

 

-perdiste tu oportunidad mi amor, pero no te preocupes, mañana… todo.- lo dijo muy sensual, se levantó y se fue al baño, al rato escuché la ducha.

 

Cuando salió del baño, yo me encontraba con el camisón puesto observándolo desde la cama, era tan hermoso, parecía de mentira, un Dios del Olimpo que aparecía ante mí solo para incitarme a pecar, su cuerpo aún mojado brillaba con las luces tenues de las velas y sonrió para quitarme nuevamente el aliento, intenté poner cara de enojada, pero sabía que él me conocía y no lo estaba.

 

Se recostó a mi lado y preguntó muy contento, sin dejar de sonreír y mirarme intensamente.

 

-¿te gusto?.

 

-no.

 

-jaja, te aseguro que si mañana le pregunto a Eric que está en el pueblo, me dice que te escuchó y que te gustó mucho.

 

-Edward.- tomé una de las almohadas y comencé a pegarle por el lugar que alcanzara a su cuerpo, él me imitó y pronto nos encontrábamos en una lluvia de plumas blancas, mientras no dejábamos de reírnos y gritar.

 

Las rizas cesaron cuando cayó sobre mí, me miró intensamente y sin despegar su mirada de mis ojos, me besó suave, tierno, con amor y a la vez pasión, profundizó y acepté sin hacerlo esperar, el roce de su lengua con la mía era suave, tanto o más que el terciopelo y su sabor embriagador, irreal, único.

 

No tardó mucho en que sus manos recorrieran mi cuerpo mientras que las mías se entrelazaban en su cabello rebelde y húmedo, por la ducha que seguramente fue fría, el beso se profundizó aún más, hasta que perdí el aliento por completo, antes de que perdiera la razón se apartó continuando con sus besos por mi cuello y mis hombros, no ayudó mucho porque mi respiración no quería normalizarse, sabía que debía detenerlo, se lo había prometido.

 

-Edward detente.- fue en un susurró, entrecortado y para nada convincente.

 

-¿porque?.- hablaba tan cerquita de mi piel, que estremecía con su aliento y con el paso suave de su lengua dejando besos húmedos, definitivamente mi fuerza de voluntad y mi auto-control estaban de vacaciones.-estás segura…que no…quieres…no estás lista…para amarnos…dime.- besaba entre cada palabra que pronunciaba, sabía que me estaba probando, porque no se encontraba excitado aunque yo no podía decir lo mismo de mí, era totalmente lo contrario, había probado el pecado y quería volver a pecar.

 

Mi mente viajaba a mil por segundo hasta que encontré el recuerdo exacto para poder detener a Edward, Mike y mi primer noche de bodas, porque quería tener una segunda con Edward, donde me lastimó diciendo que no pensaba hacerme mujer y cuando trajo a James para humillarme, pensando en todo esto le dije bajito para que Mike no escuchara.

 

-no quiero Edward, no esta noche.- continuaba con sus besos por mi cuello y mis hombros alternando suaves mordidas.- ¿no lo harías a la fuerza o sí?.

 

Se apartó de mi cuello, me miró con un puchero en los labios que me pareció súper tierno, me besó suave y se recostó a mi lado atrayéndome para que quedara en su pecho.

 

-duerme mi amor, que mañana nos espera un día complicado.

 

-buenas noches.- le dije y me dormí, muy a gusto abrazada al hombre de mi vida, porque de algo estaba segura nunca me entregaría a otro hombre que no fuera Edward, no después del momento íntimo que pasamos en esta noche, donde por un ratito descubrí e incursioné de su mano o mejor dicho de sus besos, en el placer físico, en el amor verdadero.

 

Nos despertamos sobresaltados con el sonido del celular de Edward, quién se apresuró a contestar.

 

-si.- pasó la mano por su pelo, luego se sentó en la cama seguramente escuchando lo que la otra persona le contaba.

 

-gracias.- cortó.

 

Lo miré extrañada y sonrió ante mi aspecto supongo, porque me tomó el cabello y en eso me di cuenta, estábamos cubiertos de plumas.

 

-es un desastre.- le dije divertida.

 

-si y mucho más después que te cuente que en quince minutos llega Emmet con Jessica.

 

-¿Jessica?.

 

-Emmet dice que necesita un testigo que no sea yo y estaba preparando los papeles en el estudio y ella se ofreció, al parecer su hijo está de viaje con sus abuelos, estaba libre.

 

-¿trajo los papeles, me puedo divorciar hoy?.

 

-si, faltan los datos de Mike que nunca me diste nada y su firma.

 

-hablando de Mike, tengo la ropa en su cuarto.

 

-trata de no despertarlo.- asentí, le di un besito, me levanté y cuando iba a abrir la puerta me dijo.-ten cuidado con la zanja.

 

-¿que zanja?.

 

-la que dejó Mike anoche por caminar de un lado a otro en la habitación.

 

Le saqué la lengua divertida y salí sonriendo.

 

Entré al cuarto intentando no hacer ruido, miré en toda la habitación, encontré a Mike durmiendo en el piso, solo con una almohada y una botella de whisky vacía en las manos, estaba roncando, nunca en los cuatro meses de casada lo escuché, pero ahora lo hacía y cada vez parecía que subía el volumen, eso me ayudó porque si se callaba me quedaba quieta sin hacer ruido hasta que continuara.

 

Me duché y vestí muy sencilla, unos vaqueros con una camisa blanca, las botas que me regaló Edward y bajé a toda prisa ya que me demoré un poco en sacarme las plumas que no querían apartarse de mi cabello, al igual que los recuerdos de la noche anterior haciendo que me sonrojara.

 

En la sala estaban los tres charlando muy amenamente, apenas asomé por la escalera, Edward vino en mi encuentro y me besó suave en los labios, saludé a Emmet y luego a Jessica que se notaba estaba de buen humor, pero quién no, si viajó con Emmet, no imagino la cantidad de bromas que debe de haber hecho, aunque pensándolo bien, creo que yo le gané al reventar a Mike en el cartel de “No a la violencia” difícil de superar.

 

Charlamos un buen rato contando como les fue en su viaje y como nos fue a nosotros, omitimos el encuentro en el baño porque no quería soportar las bromas de Emmet, quién aseguró que no se contendría cuando conociera a Mike, que estallaría en rizas recordando el momento del cartel, los huevos, etc. nos reprochó no haber tomado fotos o filmado para subirlos a youtube, luego me pidió que le diera los documentos de Mike para terminar de llenar los papeles del divorcio y que quedaran prontos para firmar.

 

Me levanté y saqué sus documentos de mi bolsillo trasero, los había puesto allí porque Edward me avisó que los necesitarían, se los tendí a Emmet y el se los dio a Jessica sin mirarlos, para que ella llenara el divorcio, mientras me preguntaba muy serio.

 

-Bella continúas siendo virgen.- miró a Edward para comprobar que no me había tocado y ambos asentimos- muy bien, porque papá me dio una constancia de virginidad confiando en ti, no te revisó y no quiero que tenga problemas en su trabajo si ya no lo eres.

 

-nos portamos bien.- le dije en un tono natural, pero automáticamente me sonrojé recordando los besos de Edward.

 

Jessica abrió los documentos de Mike, soltó un grito ahogado, se paralizó por un momento y luego se paró respirando con dificultad, se le cayeron al piso y reaccionó muy extraño, me empujó hasta que quedé recostada en una pared unos pasos atrás, de pronto abrió mi camisa haciendo que varios de los botones salieran disparados y miró mi hombro, su expresión cambió a una de pánico, caminaba hacia atrás con una de sus manos en su boca.

 

-¿que pasa?.- dijeron Edward y Emmet al mismo tiempo.

 

-es el.-eran las únicas dos palabras que salían de su boca, las repetía como en transe.

 

Emmet levantó los documentos mientras que yo trataba de taparme, por la reacción de Jessica había quedado semidesnuda, me daba pena por Emmet que sabía me había visto en camisón en alguna ocasión, pero no en ropa interior.

 

-por Dios, Edward mira.- se los dio y la cara de Edward cambió a una expresión que no supe interpretar.

 

-sabía que lo conocía, pero nunca pensé que fuera él.

 

-alguien me puede explicar que sucede, no entiendo nada.- los miraba a los tres alternando, esperando que alguno dijera el porque de la reacción de Jessica, que se encontraba sentada en los sillones con dificultad para respirar.

 

-es el padre de mi hijo.-dijo entrecortado.

 

-¿qué?

 

-pensé que con el tiempo había cambiado, pero me equivoqué, también te lastimó.- esto último lo dijo señalando mi hombro.

 

-¡¡por Dios!!.- tardé un momento en procesar toda la información y entender todo, recordar la historia que me contó Jessica, donde terminó por una semana en el hospital por su culpa, ahora entendía porque decía que no quería lastimarme y la tranquilicé.- no Jessica, tu estás equivocada, él si cambió, no quiso estar conmigo por miedo a lastimarme, lo que pasó contigo está presente en su vida al punto de querer escapar antes de repetirlo.

 

-puede que tengas razón, pero te ama, ya me olvidó.

 

-no creo que te haya olvidado y no creo que me ame, ¿tu entregarías a la persona que amas a otro quedándote a escuchar?.

 

-buen punto.-dijo Emmet.-¿nunca has pensado en ser abogada?.

 

-yo le dije lo mismo.- le dijo Edward sonriéndole a su hermano.

 

-una pregunta, ¿como fingieron?.-dijo muy intrigado pero sin dejar de sonreír.

 

Me sonrojé en forma automática, por segunda o tercera vez en el día, Edward me sonrió y dijo.

 

-deja que le explique, mira Emmet, digamos que me salteé el práctico pero le tomé un oral.- tapé con mis manos mi cara por la vergüenza, trágame tierra, como se le había ocurrido a Edward decirle lo que hicimos, no se daba cuenta que tendría o mejor dicho tendríamos toda una vida de bromas.

 

Abrí mis dedos para mirar entre ellos y vi cuando chocaban las manos en señal de aprobación, felicitando a Edward por su ocurrencia mientras le decía.-ese es mi hermanito.

 

Un manantial de bromas por parte de Emmet llegaron sin cesar, era de esperarse siempre fue así y más cuando le daban los motivos en bandeja, en un momento hasta llegó a decirme si me había cuidado porque Edward llevaba tres años sin sexo y de seguro podía dejarme embarazada con su lengua, casi muero y se me ocurrió algo, me levanté y le saqué el celular de su bolsillo y el solo me observaba hasta que se dio cuenta que estaba buscando el teléfono de Rose.

 

-lo encontré.- le dije y me sacó el celular de las manos, su cara fue de alivio pero duró poco, ya había visto el número y se lo repetí, se dio cuenta que lo sabía y comenzó a suplicar que no la llamara.

 

-está bien Bella, tu ganas, prometo no bromear con ustedes dos, si no llamas a Rose, porfis, porfis, porfis…- repetía mientras caminaba de rodillas hacia mí, era tan cómico verlo así por Rose, en esos momentos me sentía pequeña por su tamaño y el mío, pero también me sentía poderosa, me abrasó a la altura de mi cintura- sabes que te quiero mucho cuñadita.-lo decía mientras hacía un pucherito, dejándolo con una expresión de bebé grandote muy tierno.

 

-si Emmet y yo también, pero hay veces que te pasas, solo quiero que no bromees más con mi vida sexual y que me divorcies hoy si es posible.

 

-tus deseos son órdenes.-se levantó y comenzó a llenar los papeles él.

 

Jessica me miró un tanto aliviada, a lo mejor pensaba que yo quería a Mike y no aguantó la intriga porque me preguntó.

 

-¿estás segura que te quieres divorciar?.

 

-si, amo a Edward y con Mike nunca sucedió nada, solo las mordidas que viste en mi hombro.

 

Jessica volvió a respirar aliviada dejando caer el cuerpo des-tensionado en el sillón, recostándose mucho más tranquila, Edward me abrasó estaba sonriente por lo que pasó con Emmet y por mi confección a Jessica.

 

-voy a despertarlo, lo que les pido es que se queden en la cocina hasta que firme el divorcio, luego te lo llevas Jessica.

 

-gracias, me encantaría estar a solas con él para hablar largo y tendido.

 

-¡tendido! ni se te ocurra, no hasta que te asegure que no te lastimará.- le dijo Emmet, fue la primera vez que vi a Jessica sonrojarse, luego Emmet me miró y dijo- la broma fue a ella, no a ti.

 

-claro Emmet, está bien, lo voy a buscar.

 

-espera.-dijo llamando mi atención- para que subas con una cara de alegría, porque así te tiene que haber dejado mi hermano ayer.-levantaba ambas cejas.

 

-¿que quieres Emmet?.

 

-sabes que le dijo un vampiro a un mosquito.-su cara ya era un poema, daba gracia con solo mirarlo.

 

-no tengo idea.

 

-a papá no.-lo decía mientras hacía el gesto con su dedo índice.

 

Definitivamente el chiste dio resultado, porque subí con una sonrisa gigante en los labios, nunca me cansaría del humor de Emmet.

 

Entré a la habitación me arrodillé a un costado de Mike y me senté en mis pies, luego lo moví suave de los hombros, se despertó sobresaltado sentándose de golpe y acostándose nuevamente sosteniendo su cabeza con ambas manos en la cien, a un costado de sus ojos.

 

-buenos días.-le dije bajito.

 

Entrecerró los ojos y me miró con dificultad, de seguro tenía un dolor de cabeza infernal por tomar toda la botella de whisky.-¿para ti lo es?.-su voz salió rasposa.

 

-hueles espantoso, levántate y te espero abajo.

 

-Isabella.-lo dijo mientras me tomaba de la mano impidiendo que me levantara.-me darías un abrazo.

 

No me negué, dejé de respirar para abrasarlo porque el olor era asqueroso, lo hizo un tanto fuerte y luego me soltó.

 

-gracias.

 

-gracias por un abraso, ¿que te pasa Mike?.

 

-ya lo entenderás, tenemos que hablar, ayer en la noche me di cuenta de muchas cosas.

 

-bueno, te espero en el salón con un café muy cargado y un par de aspirinas.

 

-gracias.-se levantó con dificultad y entró en el baño, aproveché el momento para cambiarme de camisa por una de color verde botella.

 

Bajé muy despacio, serían mis últimos momentos de casada con Mike, porque de algo estaba segura, no se iría sin firmar los papeles del divorcio aunque fuera a la fuerza.

 

Edward me estaba esperando en uno de los sillones, me senté y lo abrasé con fuerza que él correspondió, estuvimos allí sin decir nada solo escuchando nuestras respiraciones, en nuestra burbuja personal, hasta que escuchamos la puerta del cuarto de Alice y Edward se levantó.

 

-mejor que no estemos abrasados, solo hasta hablar con él.

 

-claro.

 

-buenos días.-dijo Mike, mientras que Edward se sentaba en uno de los sillones de enfrente, al parecer la ducha lo ayudó a recuperarse porque se encontraba de mejor aspecto.

 

-buenos días.- lo saludamos.

 

Se sentó en otro sillón, no en el mío, me extraño pero también sentí alivio, pensé querría estar conmigo al pensar que ya era mujer.

 

-antes de hablar de nada quiero que te saques la camisa.-me dijo muy tranquilo, noté como Edward se tensaba y Emmet aparecía en la puerta de la cocina, Mike no lo veía porque estaba de espaldas.

 

-estás loco, no lo voy hacer.

 

-pensé que no te gustaba pero quieres que use la fuerza.

 

Automáticamente Edward se puso de pie con ambas manos en un puño al costado de su cuerpo, lo mismo sucedió con Emmet.

 

-no se te ocurra tocarla o te vas a arrepentir, te lo aseguro.-por un segundo imaginé una lluvia de piñas por parte de Emmet y Edward al mismo tiempo sobre Mike y no me molestó, creo que necesitaba verlo sufrir un poco por todas las veces que me mordió y lastimó.

 

Mike sonrió, era extraña su reacción y le dijo muy calmado.-jaja tranquilo, no pensaba hacerlo, solo quería comprobar algo que tu reacción lo confirmó.-ahí si que me perdí.- por favor siéntate.

 

Edward continuaba parado, creo que tampoco sabía que pretendía hacer Mike y por las dudas mantenía la guardia alta.

 

-vamos Edward, si estás más tranquilo a su lado, hazlo no me molesta.- titubeó por un momento y luego se sentó junto a mí, esto si que estaba raro.

 

-la verdad Mike no entiendo nada, podrías ser claro, ¿que te pasa?, ¿que quieres?.- le dijo Edward estaba a mi lado pero no me tocaba, creo que no quería provocar a Mike a pesar de que fue él que le pidió se sentara conmigo.

 

-esta bien, primero debo pedirte perdón,-lo dijo mirándome- se que parezco figurita repetida porque siempre hago lo mismo, pero esta vez va a ser la última, aunque si me odias después de esto, te entiendo.

 

-¿porqué piensas que te voy a odiar?.

 

Respiró hondo y comenzó con su explicación.

 

-te traje con la ilusión de ser mujer para poder estar conmigo, pero…con todo lo que vi ayer y con lo que escuché en la noche…quiero el divorcio Bella.

 

-¿que?.-en realidad no se porque pregunté, era lo que quería, estar libre y poder vivir mi amor con Edward.

 

-no me odies, se que Edward te ama, te das cuenta con la forma en que te mira o te cuida y tu también lo haces, aunque no lo sepas ahora, es lo mejor, no te amo, pensé que si, pero era solo un vago recuerdo de la persona que realmente amo, Jessica Stanley, ella es el motivo por el que no te hice mujer, la lastimé hace tiempo y por cobarde la abandoné, todos merecemos una oportunidad ¿no te parece?.

 

-si, solo que deberías…- me interrumpió.

 

-no te preocupes, pensé mucho anoche y al escuchar que tu no gritabas de dolor, me di cuenta que se puede hacer el amor sin lastimar, algo tiene que estar mal en mí, así que antes de buscar a Jessica para pedirle perdón, voy a empezar terapia, espero que eso me ayude.

 

-lo va a hacer.- le dije, nos paramos y lo abracé él correspondió, luego se apartó solo un poco me miró a los ojos y me besó en los labios.

 

-el último.- dijo sonriendo cuando terminó su beso que no profundizó solo rozó mis labios.

 

-el último.

 

Nos apartamos y cambié el abrazo de Mike por el de Edward.

 

-hacen linda pareja- nos dijo muy sincero- la forma en que lo miras, nunca me miraste así, ella si lo hizo, eso me ayudó a recapacitar, yo tampoco te miro como lo hace Edward, a ella sí.

 

-tienes razón Mike y si tu me perdonas yo también lo hago.

 

-¿de que me perdí?.

 

-amo a Edward y también quiero divorciarme, otra cosa no me entregué a él ayer solo fingimos.-no se porque se lo confesé, pero me sentía mas aliviada que supiera la verdad y que lo tomara tan bien, era muy bipolar, parecía otra persona, es lo que se podía esperar de Mike, salía con lo menos pensado.

 

-wow me lo creí, son muy buenos.

 

-ni se te ocurra.-le dije a Edward mirándolo seria, con que Emmet y Jessica estuvieran enterados de cómo fingimos me alcanzaba, él solo sonrió.

 

-eso me deja más tranquilo, no te quite la posibilidad de entregarte cuando quisieras, me encontraba mal pensando que lo hacías por obligación, no puedo creer todavía lo que te propuse, de verdad que debería estar muy loco.-se reía de si mismo.

 

-eso me tenía intrigado.- le dijo Edward.-pero si tu dices que es porque estás loco, no soy quién para contradecirte.-Mike le sonrió y luego me dijo.

 

-te quiero mucho Bella-fue muy sincero- pero nunca llegué a amarte fue solo una confusión, me hacías recordar a Jessica con algunos detalles, pero no necesito a alguien que me la recuerde la necesito a ella.

 

-deja vu, a mi me pasó lo mismo con Edward, después de todo no somos tan diferentes.

 

-lo bueno es que se puede solucionar.- le dijo Edward mientras le tendía una carpeta donde estaba el divorcio.

 

-¿que es?.

 

-el divorcio.- le dije.

 

-me sorprendes.- abrió la carpeta y dijo- donde tengo que firmar.

 

Edward le señalo todos los lugares donde debía firmar y lo hizo sin problema, luego me lo dio y lo imité.

 

-te explico, el matrimonio queda anulado porque nunca se consumó, no se deben nada, no hay pensiones o reclamos por separación de vienes, todo queda como estaba antes de casados.

 

-bueno creo que me tengo que ir, ¿me llevarían al aeropuerto?, te dejo la llave con el portero después de sacar mis pertenencias.

 

No me dio el tiempo a contestar porque apareció Emmet de la cocina diciendo.

 

-falta la firma de un testigo que no sea abogado para que el documento sea autentico. Hola soy Emmet jajaja perdón jajajaj no puedo contenerme jajaja.

 

-hola Emmet un gusto.- le tendió la mano y al momento de juntarlas Emmet cerró en un puño y la dio contra el ojo de Mike, este cayó al piso con cara de desconcierto, no entendía nada.

 

-eso es por lastimar a Bella y por abandonar a Jessica.-le explicó.- Ahora si oficialmente lo puedo llamar “perro atropellado”.- lo último lo dijo muy divertido mientras nos miraba, con Edward no habíamos reaccionado.

 

-gracias hermano, creo que no estaría bien que yo le pegara.- le dijo Edward.

 

-te entiendo.-lo dijo mientras le tendía la mano a Mike para ayudarlo a levantar, pero este no sabía si tomarla o no.-vamos sin resentimientos.-lo animó a hacerlo y lo hizo.

 

-está bien luchador de zumo, firma así me voy.-Mike pensó que Emmet no era abogado.

 

-yo no soy gordo, solo musculoso, verdad Bella que no estoy gordo, Edward que dices tú, no soy gordo, no, no, esto son solo músculos.- lo decía mientras se revisaba los brazos y se miraba el estómago.

 

-tranquilo Emmet así me dijiste que te llamabas verdad,-Emmet asintió- eso fue porque me llamaste “perro atropellado”.-lo dijo mientras se ponía detrás de mi, de seguro no quería que le pegara otra vez, su ojo ya se estaba poniendo negro.

 

-bueno, no te llamo “perro atropellado” si no me llamas “luchador de zumo”.- le tendió la mano y esta vez cerraron el trato.-aunque era un lindo nombre. Ya se, te puedo llamar “vampiro frustrado” si te gusta la sorpresa.

 

-¿que?.

 

-pobre, está más perdido que piojo en peluca,- lo dijo tan natural que no pude evitar reírme hasta Mike se sonrió.-Jessica ven por favor.

 

Mike se giró lentamente hacia la puerta de la cocina de donde apareció Jessica muy tranquila, se paralizó por un segundo y comenzó a retroceder mientras me miraba y preguntaba con la mirada si realmente esto estaba pasando.- ¿es ella?.-le salio en un susurro.

 

-si es Jessica.- le contesté.

 

-“vampiro frustrado” está bien- le dijo a Emmet mientras comenzó a caminar en el encuentro de Jessica al darse cuenta que no estaba soñando.-perdón Jess, perdón Jess, perdón yo…-lo interrumpió.

 

-shhh tranquilo, escuché todo y no puedo creer el tiempo perdido por tu huída, eres un bobo, yo tampoco dejé de amarte.

 

-te prometo que no volveré a desaparecer.-se abrasaron y noté como a Jessica se le caían las lágrimas por haberlo encontrado.

 

-“vampiro frustrado”- Emmet lo llamó y Mike lo miró sin protestar.-donde le aparezca un rasguño, mordida o algo parecido, te mato, ¿soy claro? porque Jessica es como mi hermana, nadie le pone la mano encima sin consecuencias.

 

-clarísimo Emmet.

 

-Jessica, firma así nos vamos quiero llegar temprano a casa.

 

Mike soltó a Jessica y subió las escaleras en busca de su mochila, mientras ella firmaba todo y me entregaban los papeles donde decía que era totalmente libre, Edward me sonrió y besó tiernamente.

 

-gracias a todos.- les dije al terminar el beso, Mike ya estaba de vuelta con sus cosas.- suerte Mike.

 

-lo mismo para ti Bella.

 

-Jessica- la llamó Edward- si quieres puedes irte en el auto que vino Bella, ella se va conmigo.

 

-gracias Edward, va a ser lo mejor así le puedo contar muchas cosas que están pendientes- todos comprendimos, menos Mike, que se refería a su hijo.

 

-Jessica que él maneje y tú con el celular en la mano.- le dijo Emmet preocupado de que Mike la pudiera lastimar.

 

-no te preocupes y gracias a todos, aún estoy como en una nube, no puedo creer que lo encontré o lo encontraron ustedes para mí.- nos dio un abrazo y un beso a cada uno y esperó que Mike se despidiera de nosotros junto a la puerta.

 

-Bella llegó el momento, no quiero que tengas resentimiento conmigo- negué porque después de todo se había portado bien al final dándome el divorcio sin problemas.-cuídate mucho.

 

-tu también Mike y sin resentimientos.- sonrió, se paró frente a Edward y le tendió la mano.

 

-cuídala mucho, yo no lo supe hacer.- le dijo Mike cuando soltó su saludo.

 

-con mi vida y tu cuida a Jessica, porque es de la familia.

 

-con mi vida, además de que no me gusta ser “perro atropellado”.- lo de perro lo dijo como en secreto para que Emmet no escuchara.

 

Pasó por al lado de Emmet le tendió la mano pero mantuvo el cuerpo lo más alejado posible para que no le pegara nuevamente, antes de llegar donde estaba Jessica esperándolo se acordó de algo, dio la vuelta y le dijo a Edward.

 

-un consejo, antes de invitar a alguien a tu casa, fumiga el cuarto rosado.

 

-porque.- le dijo Emmet.

 

Tapó su boca con una mano para hablar solo en dirección de Emmet y le dijo bajito.-hay pulgas en la cama.

 

Emmet estalló en carcajadas contagiándonos a todos, aunque solo nosotros tres sabíamos que no eran pulgas sino el polvo pica pica que le dio a Edward.

 

-no sabía que las pulgas causaban tanta gracia.

 

Emmet no quiso confesarle que fue él el de la idea, así que se tranquilizó y le dijo muy sincero.-no son las pulgas, es que me acordé de un chiste.

 

-siempre es así.- nos preguntó Mike a Edward y a mi.

 

-si.- le contestamos y Jessica le dijo también sumándose a su pregunta.

 

-acostúmbrate, hay muchas veces que es peor.

 

-nos puedes contar, así nos reímos todos.- creo que Mike no le creyó.

 

-eh…mm…-de seguro estaba pensando uno para salir del paso.-sabes que le dijo un techo a otro techo.

 

-no.-le dijo Mike que fue el único en responder.

 

-techo de menos.- Emmet estalló nuevamente en carcajadas, no podía más se sostenía el estómago, solo nosotros sabíamos que no era solo por el chiste.

 

-es horrible verdad.-nos miró Mike para que lo apoyáramos pero ya no aguantábamos la risa.

 

-jajaja nadie dijo jajajaja que era bueno jajaja solo que me acordé de uno jajaja.

 

-vamos- le dijo Jessica mientras le tendía la mano a Mike, éste la tomó y se fueron sonriendo hipnotizados con sus miradas, olvidándose de Emmet.

 

Sonó el celular de Edward y pidió permiso para contestar mientras se dirigía a la cocina, no se porque esconderse, luego le preguntaría quién era, no me gustaba que me ocultara cosas.

 

-cuñadita, me tengo que ir.- suspiraba para intentar recuperar su respiración por el ataque de risa que le dio.

 

-gracias Emmet por todo, hasta me sentí bien con el golpe que le diste a Mike, se lo merecía.

 

-yo me sentí bien pegándole, a lo mejor le puse las neuronas en el lugar, firmó sin problemas y hasta se fue con una sonrisa, soy bueno.-lo decía haciendo poses mostrando sus músculos.

 

Nos reímos juntos mientras me daba un gran abraso de oso y giraba como loco. Apareció Edward nuevamente en la sala dejando el celular en la mesita de la entrada.

 

-bájala Emmet, quiero que esté en sus cinco sentidos.

 

Me dejó en el piso y no lo solté ya estaba medio mareada.

 

-no soy yo- le dijo mostrándole mi agarre a Edward.-aunque soy irresistible a las mujeres.-su tono fue seductor pero en mí causó gracia.

 

-Emmet con las mujeres que quieras, pero con Bella no.-me hizo soltar de Emmet para que lo abrasara a él, no podía creer que estuviera celoso de su hermano.

 

-solo una Edward, solo una- suspiró pensando en Rose-me voy y ustedes- nos señaló a ambos- pórtense bien.- lo menos que decía su expresión en la cara era que nos portáramos bien, logró que me sonrojara.

 

Desapareció por la puerta levantando la mano, aún de espaldas, en señal de saludo.

 

-por fin solos.

 

-¿quién te llamó?.-no me pude contener quería saber.

 

-nadie.

 

-ahora nadie habla por teléfono.

 

Sonrió –no te enojes amor, es una sorpresa para ti.

 

-ah.

 

-pensabas que era alguna mujer.

 

-no.

 

-me encantas celosa.- besó mis labios muy suave, logrando que me estremeciera y temblara, si me invitaba a ir al cuarto en este momento lo haría sin pensar.-espera un momento.-me soltó y se encaminó hacia las escaleras.

 

-¿que pasa?.

 

-vamos a salir, trae tu abrigo, aunque no llueva puede hacerlo.

 

No quedé muy contenta, lo que quería era estar allí sola con él, pero bueno llevaba solo unos minutos de soltera y sabía que estar juntos estaba pasando desde este momento y para siempre.

 

Apareció con una mochila en los hombros y se fue a la cocina, lo seguí y se encontraba haciendo unos emparedados, lo ayudé.

 

Pusimos todo en la mochila junto con unos refrescos y salimos de la mano hacia el bosque, al momento de poner un pie fuera de la casa supe que iríamos a nuestro prado por el rumbo que tomamos al caminar, solo estaba a unos 15 minutos de la casa.

 

Edward no dejaba de sonreír mientras caminábamos tomados de la mano, ese recorrido que hacía más de tres años que no lo hacíamos juntos, estaba removiendo momentos felices de mi recuerdo.

 

El tiempo acompañó nuestro paseo en todo momento, se había despejado para nosotros, solo se encontraban algunas nueves dispersas a lo lejos, pero en Forks podía esperarse que en minutos lloviera sin parar.

 

Llegamos a nuestro prado, estaba exactamente igual que en el pasado, un lugar natural, custodiado por un círculo de árboles, que en forma incansable lo venían cuidando durante años y continuarían por muchos más, cubierto de hermosas flores de colores, que hacían suspirar para degustar el aroma fresco a vida.

 

Nos dirigimos al centro, Edward abrió la mochila y sacó una manta, la tendió y se recostó invitándome con su mano, me senté a su lado, él se acostó poniendo sus manos en su nuca y yo me recosté en su estómago formando una T.

 

Estuvimos por un largo rato acostados admirando el cielo, sin hablar, de la misma forma que lo hacíamos años atrás, el dejó solo una de sus manos en su nuca mientras que con la otra acariciaba suavemente mi cabello, gesto que hacía recorrer millones de corrientes eléctricas por mi piel.

 

-me siento feliz, no pensé que podríamos estar así los dos juntos, nunca en mi vida estuve o voy a estar más feliz que ahora, no tengo palabras, estoy feliz.

 

-puedo hacer que estés más feliz.

 

-enserio, estás seguro, mira que es difícil de superar.-lo miré y me observaba con una sonrisa de costado que me encantaba, esas que te dejan sin aliento.

 

-por mucho tiempo pensé que era imposible juntar, el claro, nuestro claro, con este cielo y nuestro amor, pero desde que te encontré se que no es imposible, lo logré, descubrí la forma de inmortalizar nuestro amor, juntando cada cosa en un todo.

 

-me tienes intrigada, aunque te confieso que me conformo con mantener esta felicidad.

 

-así y más, ven.- lo dijo incorporándose e invitándome a sentar a su lado, lo hice mientras Edward no dejaba de mirar su reloj.-es el momento.

 

-¿de que?.

 

-de hacer que lo imposible sea realidad.-comenzó a buscar dentro de la mochila sin parar, abría y cerraba los cierres de los bolsillos revisando todo.

 

Dejé de prestar atención a Edward cuando me percaté de que había un ruido extraño que se volvía más fuerte a cada momento.

 

-ese ruido…es una…¿avioneta?, pero si nunca pasan por aquí.-sonrió y dijo señalando en dirección norte.

 

-allí.-ambos nos arrodillamos, se puso detrás, apartó mi pelo estremeciendo mi cuerpo por completo y apoyó su pera en mi hombro mientras me rodeaba con sus manos en un abraso tierno y protector pegándome a su pecho.

 

No pasaron ni dos segundos que ingresó una avioneta al claro de esas que hacen propaganda, llevando en su cola un cartel, la misma hacía movimientos con el ala saludándonos y me paralicé en el momento de leerlo, decía en letras grandes y claras en un color verde igual al de sus ojos.

 

“Bella te casarías conmigo. Edward.”

 

-no…no…-Edward se tensó pensando que no quería casarme con él, así que tomé aire para darme fuerzas y seguí hablando.-no lo puedo creer…, tenías razón ahora estoy mucho más feliz que antes,-no podía evitar sonreír y respirar con dificultad, lo había hecho, juntó el claro, el cielo y nuestro amor en uno solo, como un rompecabezas cada pieza en su lugar.- siempre me sorprendes, es tan tierno, parece mentira, pellízcame Edward, quiero saber si no estoy soñando.

 

Apretó su abrazo a la altura de mi estómago que automáticamente se llenó de mariposas y contestó.

 

-te aseguro que no es un sueño y si no quieres que muera esperando tu respuesta, por favor contesta.

 

-si, si quiero.

 

-te amo.- hizo que diera la vuelta y caímos en un beso apasionado sobre la manta, no dejaba de besarme diciendo te amo, sus besos y esas cinco letras eran adictivas, necesarias para vivir.

 

-yo también te amo.- se lo dije cuando me permitió hablar.

 

Enseguida se puso serio y mi estómago se comprimió por lo que vendría, muy suave y por medio de caricias desprendió mi abrigo, pasó sus manos por encima de la ropa erizando la piel, a pesar de no ser un contacto directo. Mi pecho subía y bajaba cada vez en forma más notoria, él solo sonreía y mordía su labio inferior haciendo que este gesto fuera endemoniadamente sexy.

 

En un momento pensé que quería torturarme lentamente porque hizo algo que me dejó paralizada, puso su mano en el primer botón de mi camisa, al parecer quería abrirlo, pero no era su intensión, miraba el botón y luego a mis ojos con deseo sin moverse, solo alternaba su mirada.

 

Sin previo aviso dijo- uy que torpe.- se golpeó la frente con la palma de la mano en señal de haberse olvidado de algo.

 

-¿que paso?.- le pregunté mientras se levantaba arruinando todo el momento intimo que teníamos.

 

-me olvidé de esto.- sonreía tan bonito y me tendía una cajita de terciopelo azul para que la tomara.

 

Costó un poco que reaccionara, primero porque tuve que sentarme y luego porque tuve que despejar mis pensamientos impuros de hace unos momentos atrás, tomé la caja y la abrí encontrando un anillo que conocía muy bien, era el de mi mamá.

 

-Edward, ¿como?… si yo pensé que lo había perdido cuando vendí la casa.- en ese momento sentía una mezcla de sentimientos, felicidad por su gesto y tristeza por mis padres que estarían encantados de saber que un pedacito de ellos estaría conmigo, ese anillo testigo de su amor y que ahora se convertiría en el testigo de nuestro amor.

 

-no te enojes, te amo mucho.

 

Lo interrumpí- no estoy enojada, solo sorprendida.

 

-me refería a que la casa la…compré yo.

 

-¿que?.- estaba más que sorprendida aunque en un momento llegué a desconfiar de que había sido él porque se vendió muy rápido y por el dinero que pedí.

 

-por favor no te enojes, la casa está igual que como la dejaste, iba allí para recordarte cada vez que perdía tu pista y tenia que volver a comenzar.

 

Respiré hondo dos o tres veces y hablé.-no puedo enojarme contigo te quiero mucho, te amo, eres mi vida.

 

-tu también, nunca lo dudes.- me besó en los labios suavemente y luego deslizó el anillo en mi dedo, diciendo.-ahora es oficial en una semana nos casamos.

 

-¿Qué?, ¿Cómo?, ¿una semana?, Edward no va a dar el tiempo, aunque mejor, va a ser algo muy intimo.

 

-te equivocas amor, Alice ya tiene todo preparado y cuando se enteró que Emmet traía el divorcio hoy, lo publicó en los diarios.

 

-por Dios y ¿como la frenamos?.

 

-no se puede, solo queda resignarse, ella siempre hace lo que quiere.

 

-tienes razón, una semana wow.- estaba sorprendida pero también contenta en una semana sería su mujer.

 

-¿nos vamos?.

 

-pensé que íbamos a almorzar aquí, aunque- miré el cielo nuevamente- ya es muy tarde.- estaba por llover, había pasado el tiempo volando a su lado.

 

-yo prefiero que almorcemos en la cama, no quiero interrupciones con la lluvia.- fue muy sugerente y me levanté juntando todo para irnos en un abrir y cerrar de ojos.-jaja estás casi igual de ansiosa que yo.

 

-no se, tu dime, eres el que sabe de estas cosas.

 

-creo que yo más que tú.- me tomó de la mano y salio corriendo conmigo de arrastras.

 

Llegamos en menos de cinco minutos, corrimos mucho, Edward evitó que me cayera un par de veces sosteniéndome fuerte de su mano, al pararnos en la puerta de entrada le dije.

 

-vas a tener, que dejarme descansar.- me faltaba el aire, él estaba olímpico.

 

-estás fuera de forma, podemos solucionar eso haciendo mucho ejercicio… en forma horizontal.-me volví a sonrojar.

 

Entramos a la casa prendidos en un beso apasionado tocando el cuerpo del otro donde fuera posible, de pronto sonó su celular encima de la mesa de la entrada.

 

-no lo contestes.- le pedí.

 

-cuando suena así, es papá, puede pasar algo- me explicó mientras tomaba el celular y contestaba.-papá…tranquilo…si está aquí…no te creo…espera…no es cierto…no es cierto…nunca…repítelo…no puede ser, estas seguro…si claro…tiene que haber una solución… está bien…si.- cortó, cerró el celular y se puso una mano en el puente de su nariz, luego se peinó con sus dedos, noté una lágrima en sus ojos y me asusté.

 

-¿que pasa amor?.- traté de abrasarlo y se apartó, generando un vacío enorme en mi pecho, había dolor, rabia, tristeza en su mirar.

 

-me mentiste.

 

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GRACIAS.

 

SOLCULLEN, SILMO, BICHITO, MISSYLADY, ELINAESME, OSILUPE, MARTHA, ANA_DCULLEN, ALICEAGLAECULLEN, NATALIARENDON2121, BELLSGLOOM, JESSECULLEN, SOLCHU, ALE1972, CARLIS, SHI_CULLEN09, A_CULLEN, VERONIKICE, LUZBELLSCULLEN, ALICEASHLEYCULLEN, MIRELLACULLEN, HI, ELLS, GIULIANA, MAYA, KRISS, BELLABELLED, VANEIAN08, ANDREALICE, PAU_CULLEN, JO, DAISY, JAKEDAN, SUKI, KENNYDECULLEN, MARIANNEJEAN, GABY19_96, CAROCULLEN92, GABRIELACULLEN, KDEKRIZIA, VICKOTEAMEC, DORRY, YEYE1819, LUCECIITA89, KMYCULLEN.

 

Son las personas que pasaron y se animaron a dejar su comentario, gracias nuevamente y también a los que pasan en forma silenciosa.

ec07.

 

Capítulo 14: Edward-Mike, Mike-Edward Capítulo 16: Misión imposible.

 
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