Words With Friends (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 23/07/2013
Fecha Actualización: 04/11/2014
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 47
Visitas: 57966
Capítulos: 29

Bella Swan está enamorada de la estrella de cine Edward Cullen. Ambos comparten la misma pasión por un juego. Podrán conectarse a través de Words With Friends y ser más que amigos? El tiempo lo dirá.


Bueno aquí estoy con una nueva traducción y esta vez en conjunto ya que carlarobpatt4ever están traduciendo el punto de vista de Edward, ese fic se llama Words With Strangers, el link es este: Words With Strangers (+18). Os dejo el summary:

La estrella de cine Edward Cullen está harto de las mujeres y está concentrado en su carrera. Una extraña lo encuentra via WWF. ¿Podrán sus palabras cambiar su pensamiento?

Esta historia, al igual que primero y diez (+18), son de Nolebucgrl, la cual nos ha dado su permiso. La historia original la podéis encontrar aquí:

Words with Friends Chapter 1 Name, a twilight fanfic | FanFiction

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 También os invito a pasaros por mi otro fic Primero y Diez (+18). Un beso!!

Primero y Diez (+18)

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Capítulo 22: La llamada

Eran casi las ocho. Llevaba sentada en mi cama mordiéndome las uñas durante los últimos quince minutos. Debería de estar con Alice, pero Rose me dijo que se ocupaba ella. Fue terrible. Ahí estaba yo, a punto de hablar de mi chico, y resulta que el suyo va al instituto. Me sentí mal. Pero no tan mal como para renunciar a mi llamada.

¿Qué hago si sueno como una idiota por teléfono? Peor aún, ¿y si me quedo muda? ¿O qué pasará si hablo sin parar y no le permito decir ni una palabra? ¿Qué pasa si le aburro? Yo era aburrida. No vivía en Hollywood ni volaba a París para ir de compras ni almorzaba en Spago. ¿Spago seguía siendo popular?

Mi teléfono sonó y vibró en mi mano, haciéndome saltar y casi dejarlo caer. Por Dios, Bella, cálmate. No te preocupes más. Sólo contesta.

-Hola.- Gracias a Dios no había chillado. Sentí que iba a hacerlo. Necesitaba respirar.

-¿Hola, Bella?- Joder, era él. Le reconocería en cualquier lado. Esto era real. Quiero decir, siempre había sido real, pero ahora era aún más real. Joder, habla con él, Bella.

-Sí, soy Bella.- Mírame, aquí tranquila y mi voz salía natural. Podía hacerlo. No es que estuviera hablando con el hombre más guapo del mundo. No hay problema.

-Hola, soy Edward.- Oh, créeme, lo sé. Me tragué una ridícula risa. Me iba a colgar de un momento a otro.

-Lo supuse. Es la hora.. Gracias a Dios. Si hubiera esperado más me hubiera quedado sin dedos. Alice me iba a matar al ver mis uñas.

-Mi padre me enseñó que nunca debo hacer esperar a una dama. Dijimos a las ocho, ¿verdad?- Dios, era sexy. Esa voz hacía que me mojara. Menos mal que me había quitado los pantalones cortos y la ropa interior cuando llegué a la habitación. Lo había hecho por si acaso al final había sexo telefónico. Eso era lo que quería.

-Lo hicimos. Y me alegra poder hablar contigo finalmente. Parece que hemos estado esperando desde siempre.- Los dieciséis días más largos de mi vida. Y algunos de los mejores, lo que era un poco triste, pero no me importaba.

-Es cierto. Este ha sido el día más largo y eso que dormí la mitad de él.- ¿Veis como estamos en la misma onda? Sentí que me calmaba con ese pensamiento.

-Debes estar feliz de regresar a casa. De sólo escuchar todos tus viajes me cansaban. Además, nada es mejor que dormir en tu propia cama.- A menos que estuvieras durmiendo conmigo en la mía. Eso sería mejor. O podríamos utilizar la tuya. Es probable que tuviera sábanas de hilo superlujosas de mil millones, ¿no? Apuesto a que se sentirían bien en mi piel desnuda mientras él embiste... mierda. Necesitaba parar. Céntrate en él, Bella. No en lo que su cuerpo desnudo podría estar haciéndote.

-Me alegra mucho estar en casa, pero me pone más feliz estar cerca de ti.- Puedes acercarte más si quieres, y también recorrer todo el camino dentro de mí. No, eso no estaba bien. Quiero decir, lo estaba, pero él había dicho algo muy dulce y tenía que responder de la misma forma.¿Cómo podía hacerme sentir tan especial con solo unas pocas palabras?

-¿Bella?

Muy bien, mira lo que has hecho. Tu sigue con tus sexys pensamientos y él pensará que eres aburrida

-Estoy aquí.

-Okey…- Acabó arrastrando. Mierda, ¿qué me había dicho en mi pausa?

-Estaba pensando que tú siempre sabes hacerme sentir bien. Estaba sentada aquí, esperando tu llamada, nerviosa que tú no lo hicieras o te aburrieras o que no fuera lo mismo que cuando hablamos por correo, y luego tú dices que estás feliz de estar cerca de mí y eso me hace sentir, no lo sé. Siento el balbuceo. Estoy un poco nerviosa.- Bueno, Bella, eso había sido vomitar verbalmente. Buen trabajo. Por Dios.

-No estés nerviosa. No te morderé. Por ahora. No puedo, físicamente.- Me reí. Eso me gustaría. Los mordiscos siempre me recordaban a Alice, pero sin duda con él eran sexys.

-Si me muerdes, tendrás tiempo muerto. Alice era una mordedora en kindergarten. Ella vivía pasando su tiempo en la esquina.

Su hermosa risa resonó en el teléfono. Dios, era tan sexy...

-De morder a patear bolas, ¿huh? Recuérdame de no acercarme a esa chica.

-¡Ella ni siquiera es la aterradora!- Rose se ofendería si Edward pensaba que Alice daba más miedo que ella.- Aunque, de verdad, Jared se lo tenía merecido. ¿Quién le dice a una chica que puede tener citas y demás cosas aburridas con un tipo y puede pasar tiempo sexy con otro?

-Nadie que valga la pena perder el tiempo. ¿De verdad me darás tiempo muerto si te muerdo?

Mmm, ¿la verdad?

-No lo sé, ¿de qué clase de mordida estamos hablando? ¿Una de amor o una tipo vampiro? Porque los vampiros son sexys en libros y películas, pero no me gustaría sangrar.- Eso era un eufemismo. La sangre me aterrorizaba.

-Nunca te haría sangrar. Sólo una pequeña marca que muestre que eres de alguien, sin dañar la piel.

Mierda, estaba ardiendo. Márcame, Edward. Me reí y sonó extraño, sin aliento y como si fuera una teleoperadora sexual. Tal vez deba utilizar el regalo de Alice.

-¿Un chupón, Edward? ¿Tenemos dieciséis?

-No, gracias a Dios. No te hubiera gustado a los dieciséis. Era un poco tonto.

¿Mi Edward? ¿Tonto?

-Encuentro difícil de creerlo.

-No, de verdad lo era. Había crecido el total de mi altura para ese entonces, pero era muy delgado y se metían conmigo, aunque mi hermano detuvo eso rápidamente. Empecé a ejercitarme con él y cuando cumplí diecisiete logré el cuerpo que tengo ahora.

Ha, tal vez aún había esperanza para Jasper.

-Diecisiete, ¿huh? Debería decirle eso a Alice.

-Um, ¿por qué?

Idiota, no se lo puedes contar aún. Me reí e intenté ocultarlo.

-Es una larga historia, una que te contaré algún día, pero no ahora.- Después de saber lo que hice y esperaba que no me odiaras.

-Algo que esperaré con ansias, entonces.

-Sí, tienes suerte de tener un hermano mayor que te cuide. Siempre quise uno, pero por supuesto, eso no estaba en las cartas.- No tenía hermanos.

-¿Tu papá nunca se casó de nuevo?- Sonaba tan simpático cuando lo preguntó. Me fundí.

-No. Nunca tuvo muchas citas cuando yo era pequeña, aunque a veces trabajaba por las noches y por las mañanas venía oliendo a perfume.- Me reí al recordar lo poco sutil que había sido mi padre. Pensaba que me engañaba.- Yo hacía como si no lo notara.

Su risa llenó la línea.

-Apuesto a que lo hacías. No hay nada peor que saber que tus padres tienen sexo. A menos que los veas, claro.

¡¿Qué?!

-¿Los viste?

-No, gracias a Dios. Pero mi hermano sí. Luego, a su manera de hermano, procedió a contármelo todo. Me dijo que si él tenía que estar traumatizado, entonces yo también. Yo tenía quince y era virgen. Me alejó del sexo por un tiempo.- Tal vez había tenido suerte al no tener un hermano.

Solté una risa extraña al pensar en Edward y el sexo. No pude evitarlo.

-¿Estás bien?- Ahora piensa que eres un bicho raro, Bella. Buen trabajo.

-Sí, estoy bien. Estaba pensando que ahora no tienes ese problema.- No, en absoluto.

Dejó escapar el gemido más sexy que he oído.

-No, no lo tengo. En vez de eso he regresado a mis trece años, cuando descubrí los senos por primera vez. Aunque creo que me masturbaba menos a esa edad.

No podía dejar de reír cuando se le escapó eso. Al menos nos pasaba lo mismo.

-Dímelo a mí. Alguien detrás de mí en mi clase tenía su teléfono en su escritorio y cuando vibró juro que pensé que mi auto estaba en mi bolso y se había encendido por accidente. Casi me da un infarto.- Eso habría pasado, aunque tal vez mi profesora de literatura feminista me habría aplaudido al cuidar por mi misma mis propias necesidades y no depender de un hombre que lo haga por mí.

Se rió en voz alta.

-Estás bromeando. ¿Pasó eso hoy?

-Sí. Hoy fue un día muy raro.- Estúpido Colin.

-¿Cómo raro?- Parecía preocupado. Era tan lindo.

-Uh, me pararon las vidas amorosas de mis amigas. O ex vidas amorosas.

-¿Ese tipo Jared habló contigo?- Sonaba como si fuera a venir por la línea telefónica para evitar que Jared se acercara a mí. Estaría más que de acuerdo en que lo hiciera.

Me reí ligeramente.

-No. No lo he visto desde el incidente. El hermano del ex de Rose me encontró en Starbucks y se sentó a hablarme.

-¿Sí? ¿De qué hablaron?- ¿Había celos en su voz? No, tal vez yo estaba imaginando cosas.

-Mayormente de Rose y Brady. Te había contado, que en nuestra noche borracha, lamento eso por cierto, hizo que ella terminara con su novio, ¿verdad?- Como si pudiera olvidar mi correo cuando estaba borracha.

-Creo que lo habías mencionado, pero estaba concentrado en otra cosa.

Gemí, estaba mortificada.

-Claro que lo estabas.

-Vamos, ¿puedes culparme?- Sonaba tan lindo y juguetón. Por supuesto que no podía culparle. Yo era el imbécil que al parecer dejaba sueltos los dedos cuando bebía demasiado.

-No, supongo que no puedo. De todas maneras, mientras yo estaba ocupada enviándote el mensaje más vergonzoso de mi vida, Rose estaba llamando a Brady porque estaba caliente. Él la vino a buscar y supongo que se divirtieron pero en la mañana él le dio un sermón sobre los riesgos de tomar una noche de diario.- Acababa de decir que alguien estaba caliente a Edward Cullen. ¿Qué me pasaba? Oh, ya, claro, estaba más que caliente.

- ¿Luego de tener sexo con ella? Suena como un gran tipo.- El sarcasmo fluía en su tono.

-¿Verdad? Así que Rose le dijo a dónde podía irse y regresó caminando a casa.

-¿Él dejó que ella caminara a casa, con resaca y enojada? ¿Quién hace eso?- Ahora parecía indignado. Me encantaba que estuviera siendo protector con mis amigas.

-Bueno, él se arrepiente, pero Rose no es de las que da segundas oportunidades.

-No la culpo. Si de algo vale, estoy cien por ciento a favor de que tomes cuando quieras, siempre y cuando prometas enviarme un mail o llamarme.

Me reí. ¿Por qué había estado tan preocupada por el correo?

-Puedo hacer eso, ¿aunque quieres que te despierte a la 1 de la mañana?

-¿De verdad tienes que preguntar eso? Puedes llamarme cuando quieras.- Sus palabras me calentaban.

-Mmm, bueno, ahora que tengo tu número, tendré que hacerlo, ¿verdad?- Bajé un poco la voz y traté de parecer sexy. Seguramente sonara como un fumador empedernido.

-Por favor, hazlo.- Está bien, ¡no hay problema!

-Bueno, entonces deberías emborracharte y enviarme un mail alguna vez. Es justo.- Necesitaba cosas para poder burlarme con él, además sería una buena idea compartir algunas reflexiones sobre sexo. ¿Quién sabía qué podía pasar?

Se echó a reír con esa risa tan sexy que tenía.

-¿No he compartido suficiente contigo estando sobrio?

-Oh, no, todas las inhibiciones escondidas salen cuando estás borracho.

-¿Eran eso entonces? ¿Inhibiciones escondidas?

Suspiré. Joder, yo había empezado con esto. Hmm, ¡enfócate!

-Honestamente, no tengo idea de lo que fueron. ¿Un poco de curiosidad, tal vez? Todavía no puedo creer que dije todo eso.

-Por favor. Fue un gran mail. Voy a guardarlo y algún día lo leeré contigo.

-Eso no estaría tan mal.- Yo podría morir de vergüenza, pero su voz estaría hablando sobre sexo anal y sexo en la ducha.

-En realidad guardo todos tus mails, sucios o no.

-¿En serio?- ¿Lo hacía? Me encantaba eso. Por supuesto yo también guardaba los suyos.

-Sí. Y si pudiera averiguar cómo hacer para guardar los mensajes de WWF también lo haría.

Me reí, pero estoy totalmente segura de que yo también lo haría.

-Apuesto a que sí.

-Quedarán en mi memoria. Tal vez si los escribiera como si fueran un mail…

-Pervertido.- Le dije, riendo. Me encantó.

-Te gusto de esa manera. Diablos, es tu culpa que yo sea así. Yo era un tipo relativamente normal hasta que tú apareciste.

-Lo dudo.- No había nada normal en él. Era increíble en todos los sentidos.

-¿Huh?

Mierda, te estás acercando a territorio peligroso.

-Quise decir que apuesto a que eras igual de sucio, sólo que te guardabas los pensamientos para ti.

Se rió entre dientes.

-Okey, tal vez sí tenía esos pensamientos, pero eran menos frecuentes y protagonizados por mujeres sin ninguna cara en particular. Ahora sólo la protagoniza una mujer y tiene una cara muy bonita.

Me atraganté un poco ante esa idea. ¿Cómo podría ser la chica con la que fantaseaba? Eso era increíble.

-Estás bien, Bella?

-Sí, sólo un poco caliente.- Un poco caliente, ja. Estaba ardiendo. Mi piel estaba enrojecida y seguramente estaba sudado. Necesitaba un ventilador a alta velocidad y todas las conversaciones relacionadas con Edward.

-Tú eres extremadamente caliente.

-No fue lo que quise decir, pero gracias.

-De nada.

¿Qué tenía que hacer ahora? Estaría bien acercarse a territorio de WWF. ¿Estaba preparada? Por supuesto que lo estaba. ¿Tenía la valentía para hacer algo al respecto? Bueno, eso lo tendría que ver ahora.

-Estoy sonrojada como te dije que me ponía cuando me excitaba. Joder, ¿de verdad había dicho eso? Si, lo había hecho.

-¿En serio?- Su voz se volvió ronca y sentí un cosquilleo abajo. Mierda, allá vamos.

-Sí. Tú sabes cómo me pones.- Parecía una actriz porno y ni siquiera había intentado hacer eso. Él sacaba lo mejor de mí.

-Sé lo que dices que causo en ti, pero nunca había tenido la experiencia.- Oh Dios. ¿Quería hacerlo? ¿Se lo tenía que pedir?

-¿Quieres?- Si, le había preguntado. Tal vez Rose me había poseído y estaba haciendo que dijera las palabras correctas. Eso tenía más sentido.

-Si tú quieres.- Su respuesta llegó demasiado rápida. Él era mucho mejor en esto que yo. Me gustaría no dejar que me intimidara.

Metí la mano en el cajón de la mesita de noche y coloqué el coche a mi lado de la cama.

-Okey, estoy lista.

-¿Lista?- Preguntó. ¡Ja! En realidad fue una especie de chillido.

No me pude resistir y me reí

-Sí, tuve que tomar mi juguete.- Ya ha salido. Bella Swan, diosa del sexo.

-¿Tu autito azul está afuera?- Su voz se apagó un poco, pero aún hablaba más alto que antes. No podía dejar de sonreír.

-Sí.

-Enciéndelo y ponlo al lado del teléfono. Quiero oírlo.

Mierda, eso era muy caliente. Me froté los muslos y dejé escapar un chillido de cuando empezó a funcionar, lo dejé funcionar unos segundos para después apagarlo y poner el teléfono en mi oreja.

-Ese parece un juguete muy poderoso, Bella.

-Lo es.- Apuesto a que tu polla es aún más potente. Y tu legua magistral. Y tus manos...

-Voy a poner el altavoz, Bella. Estoy solo, lo juro, pero necesito por lo menos una mano libre, aunque me gusta más tener las dos, si eso te parece bien.

Si, yo también tendré que hacerlo. Supongo. Nunca antes había hecho esto. Iba a intentarlo.

-Uh, sí. Voy a poner el altavoz también, supongo

-¿Está bien? No tenemos que hacerlo si…

¡Si, lo haremos!

-¡No, quiero hacerlo! Alice y Rose están en casa pero la puerta de mi habitación está trancada y sus habitaciones están del otro lado de la sala, por suerte.

-Okey bebé, pon tu celular en altavoz.- Me había llamado bebé. Dios, me correría sin utilizar mi juguete.

-Esta bien, listo.

-Bien. Ahora, Bella, el último mensaje de WWF que me enviaste…- gemí.- No ese, chica traviesa.

-Gracias a Dios.- Le dije, agradecida de que no fuera a esa parte de la conversación.

-Eres tan malditamente linda, ¿sabías eso?

No tanto como tú.

-Me alegra que pienses eso.

-Oh, de verdad lo hago. Dime, Bella, ¿qué estás usando?

Debería haber dicho algún cliché, pero esas palabras de los labios de Edward Cullen habían sido la cosa más sexy que había oído.

-Uh, mi camisa de noche gris.

-¿La que estabas usando en la foto que me enviaste? ¿La que estabas usando cuando estabas en tu cama pensando en mí?

-Si, esa.- Y estoy acostada en mi cama pensando en ti. Aunque eso sucede muy a menudo.

-¿Es todo lo que estás usando, Bella?

Dios, su voz me hacía mojarme instantáneamente.

-Sí, Edward. Me quité la ropa interior antes de que llamaras.

-¿Por qué hiciste eso, Bella?- Su voz era áspera y sexy y quería tumbarlo y montarle duro.

-Porque sabía que había 99.9% de probabilidades de que me excitaras y que las mojara. Pensé en saltarme un paso.- Bueno, había sido una buena idea. Lo estaba haciendo bastante bien. Gracias, ventrílocuo Rose.

-Admiro tu eficiencia, Bella.

Me reí.

-Gracias.

-Estabas muy segura de que esta llamada te volviera sucia, ¿verdad? 99.9% es bastante alto.

-Creo que te conozco bastante bien, Edward.

-Mmm, bueno, creo que yo también te conozco bastante bien, Bella. ¿Quieres que te muestre cuán bien te conozco?- Uhh, sí.

-Sí, Edward.- le contesté, mi tono agudo fue muy poco atractivo- ¿Qué estás usando?

-Una camisa blanca y boxers negros. ¿Quieres que me los quite?

Hazlo, Edward. Oh, Dios mío.

-Si.- Había sido apenas un susurro.

-Todo listo, hermosa. ¿Por qué no te quitas tu remera?

Era un buen cambio. Me la quité y la tiré al otro extremo de la habitación.

-Okey, la quité.

-Bien. No puedo tenerte vestida cuando vamos a ducharnos.- ¡La ducha! No pude detener el gemido que escapó mis labios.- Te gusta, ¿verdad bebé?

-Sí. Y me gusta cuando me llamas bebé.- Me encantaba. Podría hacer que me corriera sin tocarme.

-Bien. Porque me gusta llamarte así. ¿Quieres mojarte conmigo, bebé?- Eso no sería ningún problema, ya lo estaba.

-Ya estoy mojada, Edward.

-Apuesto que lo estás, Bella. Quiero hacer que te mojes más, así que voy a abrir la ducha para que esté muy caliente y agradable.- No pude detener el gemido ante la imagen de un Edward desnudo en la ducha y extendiendo una mano hacia mí.

-Me gusta caliente.

-A mi también, bebé. Nos metemos y te coloco debajo de la ducha, mirando como el agua corre por tu cuerpo. Quiero probarte, Bella. ¿Quieres que lo haga?

Dios, si.

-Sí, Edward.- De alguna manera me las arreglé para hablar a pesar de que mi respiración era pesada en estos momentos.

-¿Estás usando tu juguete, Bella?

¿Juguete? ¿Necesitaba un juguete?

-No. Estaba esperando.

-No esperes cariño. Puedes acabar más de una vez, ¿verdad?

¿Quería que me corriera más de una vez?

-Sí, puedo.

-Sabía que podías, Bella. Una chica sexy y traviesa como tú. Cuéntame sobre tu juguete. ¿Qué estás haciendo ahora?

-Yo, huh, estoy introduciendo la primera bala en mí.- Fue muy fácil, sus palabras y su sexy voz me habían hecho lubricar mucho.

-¿Sí? ¿Estás mojada, Bella? ¿Está entrando fácilmente?

-Sí.

-¿Y la otra, Bella? ¿A dónde va?

Era tan sexy y dominante cuando hacía preguntas. Iba a morir.

-En mi clítoris.

-Mierda, bebé, eso es tan caliente. Quiero mirarte usar eso. ¿Lo usarás para mí cuando te visite?

-Mmm, okey.- Haría lo que quisiera y él seguramente lo sabía.

-Enciende tu juguete, Bella.

Ahí vamos- A un nuevo territorio. Cerré los ojos y giré las ruedas, gemí cuando un zumbido familiar brotó en mi cuerpo.

-Eso es tan sexy, Bella. Ahora imagíname besándote y moviendo mis manos por todo tu cuerpo, como el agua, trazando tus curvas y descansando en tu culo, apretándolo. ¿Te gusta?

Lo podía ver y lo quería.

-Oh, sí.

-Luego muevo mis manos entre tus piernas y siento tu coño mojado. ¿Quieres que mis dedos toquen tu clítoris y luego los deslice en tu interior, Bella?

Sus dedos en mí, tocándome, y deslizándome dentro de mí.

-Mierda, sí.

-Deslizo mi dedo anular dentro tuyo. Estás tan mojada y estrecha, Bella. Lo muevo hacia dentro y hacia afuera y miro esos hermosos ojos marrones tuyos. Agrego un segundo dedo y comienzo a moverlos más rápido. ¿Se siente bien, Bella?

Estaba tan cerca que ya no podía responder. Chillaba y gemía y suspiraba.

-Beso tu cuello y lo muerdo gentilmente, chupando tu piel, marcándote como mía. ¿Quieres ser mía, Bella?

Ah, si. Estaba tan mojada que la bola de mi interior estaba intentando salir. Gracias a Dios que no podía verme. Pero era una lástima que no estuviera aquí.

-Sí, Edward. Toda tuya.

-Beso todo el camino hacia debajo de tu cuerpo, deteniéndome en tus hermosos senos. Tus pezones están duros, ¿verdad, Bella? Quieren ser tocados y besados.

-Mmmm, hmmm.

-Tomo tu pezón izquierdo en mi boca y lo muerdo suavemente, mientras coloco mis dedos dentro de ti.

-¡Mierda, Edward!- Lo perdí. La imagen de sus hermosos labios sobre mi pecho con sus dedos trabajando dentro de mí y el juguete, se combinaron para llevarme al límite. Gemí y golpeé la cama mientras el orgasmo me sacudía a través de mi cuerpo. Nunca había llegado yo sola tan fuerte.

-Bella, eso fue tan caliente.- Sonaba casi reverente por teléfono. Apagué mi juguete pero lo dejé, ya que seguramente lo utilizaré de nuevo.

-Wow. Nunca había hecho eso antes, Edward. Fue tan caliente.

Se rió en voz baja.

-¿Crees que puedes acabar de nuevo, conmigo dentro de ti?

Estaba más que a favor.

-Sí, pero primero, quiero probar algo.- Era mi turno para devolverle el favor. Había tomado la delantera y se lo agradecía. Pero me sentía más cómoda si ahora lo pasaba bien él y quería darle placer.

-¿Y qué sería eso?- Parecía intrigado.

Tomé una respiración profunda para calmar mis nervios.

-Tú quitas tus dedos fuera de mí y me besas, fuerte. Muevo mis manos por todo tu pecho, por debajo de tu estómago y tomo tu polla con mi mano, moviéndola lentamente por toda la longitud.- Oí el sonido de un líquido cayendo y tuve que reprimir una carcajada. ¡Había sacado la loción!

-Eso se siente tan bien, bebé.- Otra vez me había llamado bebé. Me estaba matando.

-Estás tan duro, tan sexy. Quiero probarte. ¿Quieres que te pruebe?- Podría hacerlo. Sólo tenía que describirme como si lo estuviera haciendo.

-Mierda, sí bebé, demasiado.- Su voz era tensa y pensé que podría correrme de nuevo imaginando cómo se tocaba.

-Mmm, bien, Edward. Me pongo de rodillas frente a ti y paso mi lengua por la cabeza de tu pene. Lamiendo tu punta, envuelvo mis labios en la cabeza de tu polla. ¿Quieres que te la chupe?- Rose me aplaudiría si me oyera.

-Sí, Bella. Quiero que me la chupes

-Me muevo, tomando tu polla con mi boca y luego me detengo.

-No te detengas, bebé.

-Quiero que lo hagas, Edward. Quiero que folles mi boca.

-Yo también quiero eso, demasiado.- Su voz era tan dura y sexy y respiraba con dificultad. Había sido buena la sugerencia.

-Tú das una estocada en mi boca deslizándola hacia dentro y hacia afuera mientras chupo tu grande y dura polla. Desciendo y aprieto tus bolas mientras follas mi boca. ¿Te gusta, Edward?

-Uh, uh. Bella, necesito estar dentro de ti.

Dios, sí. Quería que se fuera imaginándose dentro de mí la primera vez.

-Entonces fóllame Edward.- Sabía por experiencia que a los chicos les encantaba oir esas cosas.

-Hago que te pongas de pie y te levanto del piso, presionándote contra la pared. El agua cae entre nosotros mientras tú enredas tus piernas alrededor de mi cintura. Presiono mi polla contra ti. ¿Estás lista para mí, bebé?

-Sí-, me lamenté. Por fin sexo en la ducha. Lo deseaba.

-Enciende tu juguete, bebé, todo el camino. Deslizo mi polla dentro de ti dando una estocada fuerte y profunda.- Rápidamente encendí el aparato y empezó a funcionar.- Presiona las balas contra tu clítoris, Bella. Y acaba para mí.

No pasaría mucho tiempo.

-Estoy tan cerca, Edward.

-Yo también, bebé. Mi polla entra y sale de ti, tan fuerte. Tus pechos rebotan, tu culo está contra los azulejos y tú estás tan mojada y estrecha alrededor mío. Te sientes tan putamente bien, Bella. Quiero acabar dentro tuyo, ¿puedo?

Eso hizo. Grité su nombre y llegué de nuevo, apretando la bola y celebrando que la otra estaba en mi clítoris. Jesús. Esta vez había sido más fuerte. Le oí gemir y gemir mientras se acercaba. Lo hizo. ¡Mi primera relación sexual por teléfono!

Apagué mi juguete y suspiré.

-¿Estás bien?

Qué pregunta más tonta. Me eché a reír.

-Más que eso. Ya no estoy tan nerviosa.

-Bueno, pensé que sería un poco rudo follarte en el instante en que había atendido la llamada.

-Es cierto, me imagino que la Señorita Maneras debe haber tenido algo que ver en eso.

-¿Por qué no le escribimos y le preguntamos?

Dejé escapar un bufido muy poco femenino que me debería haber avergonzado, pero estaba demasiado relajada para molestarme.

-Esa es una carta que te garantizo, no estará en la columna, a menos que la enviemos a Penthouse.

Se rió, parecía encantado.

-Eres increíble, Bella.

-Espero serlo. Siento haber estado tan callada, quiero decir, no sabía…

Me interrumpió.

-Bella, estuviste perfecta. Cada sonido que hiciste fue mejor de lo que pude imaginar. Y cuando tomaste el mando… bueno, casi acabo al instante.

-Bien, bueno entonces. Era cierto cuando decía que nunca había hecho esto antes.- Sólo contigo, Edward.

-Bueno, es un honor haber sido tu primero.

-A mi también me alegra. Hemos transitado un largo camino en dos semanas.

-Es cierto. ¿Y tal vez llegaremos más lejos en un par más?- Parecía nervioso por primera vez.

-Bueno, ciertamente lo espero, si estás planeando venir.

-Sí, sobre eso…- Me quedé sin aliento. ¿Me estaría rechazando? Renuncia a la leche gratuita, Bella. Hoy le conté a mi hermano sobre nuestro encuentro planeado y no quiere que vaya solo.

-Oh.- Tenía sentido, sobre todo porque sabía quién era en realidad.- Bueno, entiendo si no quieres venir. Quiero decir, tú no me conoces y por supuesto…

-¡Bella! Por supuesto que quiero ir. ¡Voy a ir! Es sólo que mi hermano no cree que deba ir solo así que también irá, ¿si eso está bien?

¿Eso era todo? Eso no era ningún problema! Se lo diría a Rose.

-Oh, seguro. Eso será genial.

-Bien. Y, bueno, no que se harán tú, Alice y Rose, pero estábamos pensando que ir a una ciudad universitaria desierta probablemente será un poco aburrido, especialmente para ustedes chicas, ya que viven ahí.

-¿Qué tienes en mente?- ¿Donde quería ir a parar? ¿Quería llevarme a algún lado?

-Bueno, Emmet, ese es mi hermano, y yo estábamos pensando que tal vez podríamos alquilar una cabaña en Mount Rainier por la semana. Será tranquilo y privado pero hay mucho para hacer y tú y yo podemos tener más privacidad si quieres y…

Parecía nervioso, tenía que rescatarlo.

-Edward, acabo de tener dos orgasmos por teléfono contigo. Creo que decir que quiero tener tiempo a solas contigo es un poco redundante en estos momentos.- Chico tonto. Y no creas que no me di cuenta de que acabas de decir el nombre de tu hermano. No puedo creer que seas Edward Cullen. No puedo creer que no me importaba que fuera él. Solo le quería, a mi Edward.

-Bueno, sí, pero todavía no me has visto y tal vez no estarás atraída por mí.

Suspiré por lo ridículo de su declaración. ¿Habría alguna mujer que no se sintiera atraída por él? Eso no iba a ser ningún problema.

-De todas maneras, Em dijo que era más seguro si teníamos cerca a nuestra familia y amigos. Como Rose y Alice suenan tan protectoras, dudo que te dejen ir sola a algún lado conmigo todavía.

Pensé en ello y estaba bien. Por supuesto, Ali no sabía si venía, pero no creía, después de perder a su pareja, me dirá que quedar con un extraño no era muy inteligente, incluso si era Edward Cullen. Rose no me advertiría, vendría conmigo.

-Eso es cierto. No estoy segura de lo que podemos obtener en Mt Rainier y con lo que sale el alquiler , pero…

-El dinero no es problema.- Me interrumpió.- Yo pago todo. Bella, confía en mí. Ya he encontrado un lugar potencial. Emmet, bueno, él probablemente hará los arreglos, lo que podemos cancelar si a ti no te gusta.

-¿Qué es, Edward?

-Es una cabaña con cuatro habitaciones, una mesa de billar, chimenea, jacuzzi, Tranquilo, privado, Al lado del agua así puedes escuchar el sonido del río.

Bañera de hidromasaje. Sexo en el Jacuzzi. Sexo en la mesa de billar. Cálmate, Bella, sólo te has corrido dos veces.

-Suena genial. Estoy segura de que Rose querría ir y tendré que ver con Alice.- Esperaba que no estuviera enfadada conmigo por ese entonces.

-¿Pasa algo malo con Alice?

Era observador. Necesitaba contenerme.

-Puede que lo haya.- Dije.- Es parte de la historia larga que mencioné anteriormente. Prometo que te lo diré tan pronto como pueda.

-Okey. En el lugar pueden dormir diez personas, así que si quieres que venga alguien más, está bien. Hay una habitación principal…- Hizo una pausa por un segundo y esperé pacientemente.- Que pensé que podríamos compartir, si quieres, o puedo dormir con Emmet y tú y las chicas pueden dividirse las tres habitaciones como quieran.

¡Qué dulce! ¿de verdad creía que no podía dormir con él? Me reí.

-¿Cuántas veces tengo que decirte? Sí, compartiré la habitación principal contigo, Edward. Quiero todo el tiempo que pueda a solas contigo. Tengo que ver si puedes cumplir con tus palabras, ¿verdad?

-Sí, bueno, te prometo que soy mejor con mis acciones que con mis palabras. Esas son tu fuerte.- Tal vez sea así, pero tengo la intención de que mis acciones podrían ser igual.

-No lo sé, sonabas bastante bien con ellas hace un rato.

Se rió.

-Soy mejor con mi lengua y mis manos, te lo aseguro.

Gemí. Sus manos y su lengua.

-Espero con ansias eso.

-Quiero que sepas, Bella, que no espero nada de este viaje. Quiero decir, sé que te deseo y espero que tú también pero la realidad es diferente a la fantasía y si tú quieres pasar el tiempo conmigo y conocernos, eso es genial también. Quiero decir, quiero que lo sepas.

Suspiré. ¿Era perfecto? Sexy y dulce.

-Edward, tú dices las cosas más dulces. Quiero conocerte de todas las maneras. Quiero saber todo de ti y quiero saber cómo sientes y sabes. Espero que tengamos oportunidad de hacer todo eso, la realidad y la fantasía, mientras estás aquí.- Si, tengo la intención de tener mucho sexo contigo, mucho. Y también quería hablar y cogerte de la mano y ver tu sonrisa y acurrucarme enfrente del fuego junto a ti. Todo.

-Nueve días no serán suficientes.- ¿Me había leído la mente?

-Bueno, si no lo son, entonces tendrás que volver, ¿verdad?- Le pregunté. ¿Volvería? Parecía egoísta por pedir más, pero ya estaba tocando las estrellas en mis sueños. ¿Por qué no un poco más?

-Suena como un plan.- Un bostezo salió de mis labios y miré al reloj. Se estaba haciendo tarde y tenía que darme una ducha antes de ir a la cama.- Creo que dejaré que duermas un poco.

Suspiré.

-No quiero dejar de hablar contigo.

Se echó a reír.

-Yo tampoco quiero dejar de hablar contigo, pero estás cansada y tienes clase en la mañana. Hablamos mañana, si quieres.

¿Sólo hablar? ¿En serio?

-¿Hablar?

-Y tal vez otras cosas más. Veremos en qué humor estamos. ¿La misma hora mañana?- ¡Mañana! Sería mío otra vez.

-Me gustaría eso. Gracias por esta noche, Edward.

-El placer es mío, Bella.

Tuve que corregirle.

-Creo que fue de los dos.

-Buen punto. Hablamos mañana. Dulces sueños, bebé.- Bebé, otra vez. Mi corazón no podía aguantar mucho más esto.

-Igual para ti, Edward. Buenas noches.

Colgué y me quedé allí durante unos minutos, pensando en la llamada. Las cosas iban tan rápido que mi cabeza daba vueltas, pero no quería dejar pasar esto. ¿Cuándo me dirá quién es? ¿Cuándo le diré que lo sabía? ¿Mañana? No se. Creo que esperaré y veré que pasa. Pero mañana sabré de él. Lo demás ya llegará, cuando sea el momento. Y espero correrme de nuevo mañana. Me reí y me levanté para ir al baño. Este hombre me estaba convirtiendo en una maniática del sexo. No me importaba. Una cabaña con un montón de habitaciones y una bañera de hidromasaje... si, podremos pasar un buen rato.

 

 

 

…...................................

 

Chicas, siento el retraso, pero como sabréis o deduciréis se me ha hecho imposible por los estudios. Intentaré tenerlos más seguidos.

Por otra parte Primero y Diez vuelve en nada!! Ya estoy terminando el capítulo 26 y estoy a ver cuando lo subo :)

Un beso a todas!!!

 

Espero votitos y comentarios, (y que no me odiéis por el retraso)

Capítulo 21: Zit Capítulo 23: Sex

 
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