-Hey, dejen algo para esta noche.-dijo un rubio palmeando la espalda de Edward. Nos separamos y el sonrió.- ¡Amigo!-dijo antes de que Edward se levantara de su asiento y lo abrazara.
-Jas, hace mas de un mes que no te veo Bro.- ahora Edward dirigió la mirada a la chica.- Hola Alice.-le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa. Me aclaré la garganta sonoramente, se suponía que debía presentarme.- Ah, ella es Bella, mi novia.- terminó de hablar y sonrió. Me levanté de la silla para saludar con un beso en la mejilla a Alice y luego a Jasper.
-Es un placer.-dijo el rubio.- Y muy buen gusto Cullen.-rió. Su novia lo empujó levemente. El la miró.- Pero no mejor gusto que el que tengo yo.- ella le sonrió.
Los cuatro nos sentamos a la mesa. Edward y yo de un lado y Jasper junto a su novia del otro. Comenzamos a hablar, mejor dicho Edward y Jasper, Alice y yo estábamos calladas. A la hora de pedir la comida Edward pidió por mi, no me pregunten porque, solo lo hizo.
-¿Y bien?-dijo Christian jugando con la servilleta.- ¿Ustedes no saben hablar?
-Mmm… si.-dijo la chica de pelo negro sentada a su lado. Sonrió. Edward me miró pidiendo algo. Por Dios este chico estaba tan raro.
-¿Qué Edward? ¿Qué quieres?-pregunté mirándolo a los ojos. El me pateó por debajo de la mesa.- Perdona estaba pensando en algo.-me retracté. El sonrió.
-Descuida amor.-dijo tiernamente.- Te entiendo.-acarició mi mano con amor.
Okey bueno Edward ya para.-dije en mi interior. Los bellitos de mi nuca se erizaron. El volvió a sonreírme esperando respuesta.
Las ganas de salir corriendo de ese lugar, no faltaron en toda la noche. Hablaron sobre la que seria “nuestra boda”, sobre que Jas había comenzado a trabajar y sobre la chica de pelo negro y sus problemas familiares. También surgió el tema de nuestro viaje a México y Jas que quería ir con nosotros.
-No te cuesta nada, me pagaré yo.-dijo Christian mientras comía de su ensalada de frutas.- Por favor.
-Jasper!.-le reprochó su novia.- Edward te aclaró el otro día que quería pasar tiempo a solas con su futura esposa.- dijo ella acariciando el cabello del joven.
Edward se tensó ante esto y desvió la mirada hasta la mesa de al lado donde dos pequeñas jugaban con los cubiertos.
¿Tiempo a solas con su futura esposa? ¿No que era de trabajo? Okey Cullen cuando lleguemos te toca explicar todo esto.
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