Tus Imperfecciones Mi Perfección (+18)

Autor: AliceJoziCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/11/2010
Fecha Actualización: 30/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 47
Comentarios: 81
Visitas: 144898
Capítulos: 26

FIC FINALIZADO!!

"Edward Cullen creyó tener una vida perfecta a sus 25 años. La llegada de una nueva persona a su hogar, le demuestra que la perfección no está en lo externo y lo hace replantearse todo su entorno y defender lo que nunca creyó posible; la belleza interna"

Antes de continuar quiero aclara que este fic no es mio, en teoria ,sino de PAM3.C.S con la cual me he comunicado y cuento con su total autorizacion, espero que lo disfruten igual que yo ¡Comenten y voten plis!

Bueno chikas me alegraaa q les aia gustadoo este fickk enserio no tienen ni ideaaa i bueno nada maz me keda dezirles q grax x los votos i toodoo :) si kieren leer otros ficks q bueno estoi escribiendo aka les doi los nombres i los link:

- PASIONES PROHIBIDAS (+18)

- LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE BREE

- MUNDOS DIFERENTES... UN MISMO SENTIMIENTO

Si kieren pueden pasarse por mi blog: www.alicejozicullen-fanfiction.blogspot.com

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Capítulo 11:

(Recomendación músical para este capítulo: "Run" Snow Patrol)

...

Ed.-

 

 

...

Me sentía observado. Levanté mi barbilla y dí una rápida inspección al lugar, efectivamente muchos de los asistentes tenían su vista clavada en mí y mi acompañante. Ella estaba ajena a todo, o al menos eso creí al verla concentrada en las presentaciones que se estaban llevando a cabo en el gigantesco escenario. Volví a bajar mi vista hacia mis manos entrelazadas sobre la mesa. Estaba comenzando a preguntarme si había sido una buena idea tomar en cuenta las palabras de Jasper.

Hacía unos días habíamos coincidido en el centro de la ciudad. Me había comentado que habían recibido unas invitaciones, pero por las nenas tendrían que rechazarlas. Posteriormente había señalado la idea de Alice, que era extenderle la invitación a Bella para que hiciera uso de ellas. Y luego de eso, me había insinuado que me haría bien salir, que la cena podría ser una buena oportunidad para despejar mi mente. Y así, ese mismo día que Alice se las había proporcionado, minutos antes que Bella ingresara a la casa. Jasper había telefoneado para advertirme que Bella las había recibido, no tenía con quien ir y yo podía tomar la otra… Y aquí estaba…

Giré levemente mi cabeza y me dediqué a observar con disimulo a Bella. No había mentido cuando la elogié sobre lo hermosa que se veía enfundada en ese vestido. Con los días que habíamos compartido, me había percatado de la sutil belleza que enmarcaba sus facciones. Además de la riqueza interior que poseía, que era indudablemente grandiosa.

Sin embargo, mi mente me seguía haciendo malas jugadas. Y aunque intentara por todos los medios no caer en comparaciones o mantener mi mente concentrada en éste momento mismo, era imposible. Desde nuestro ingreso mi cabeza procesaba a dos bandas. Una reflejaba escenarios alternos al presente, y eran aquellos en que Tanya era quien figuraba tomada de mi brazo. Por el otro lado, estaba el que vivía en ese mismo minuto.

Las diferencias, sin caer en connotaciones físicas, eran totalmente evidentes. La compañía de Tanya, me situaba inevitablemente en el centro de atención de todo el mundo y en todo momento. Ella disfrutaba con eso e intentaba que su presencia no dejara de ser relevante durante toda la noche. Bella por el contrario, intentaba incluso pasar desapercibida a toda costa si es que podía. Y en lugar de estar al pendiente de las cámaras, miradas y movimientos; ella estaba todo el tiempo enfrascada en lo que realmente nos concurría a este lugar.

- Edward Cullen.- una voz inconfundible habló a mis espaldas.

- Brittany Due.- saludé con mi mejor cara de falsa alegría

- ¿Y quien te acompaña esta noche?

Miré a Bella, quien en una posición tensa estaba atenta a los movimientos de la nueva compañía que nos acechaba. Brittany, era una conocida reportera de espectáculos. Muchas veces había reporteado los trabajos de Tanya. Aunque parecía que su interés, era el mínimo en aquello. Toda su atención se prestaba en nuestra relación.

- Brittany. Te presento a Isabella Swan.- las dos se saludaron con un leve asentimiento

- ¿Y nuestra querida Tanya? ¿Aun está en Europa?

- Así es. Aun se encuentra por allá.- quería terminar con el tema, pero al parecer ella no

- Hoy he visto un reportaje que se le ha hecho.- me envaré en mi asiento. Esto no era bueno.- ¿Lo haz visto?.- su veneno estaba comenzando a destilarse

- No. He estado con bastante trabajo últimamente.- observé a Bella darme una mirada de reojo

- Que lástima.- obviamente falsa.- De hecho estaba pensando en pedirte una entrevista para conversar sobre lo que se está sucediendo en Eu.- la corté, no quería saber más

- Lo siento Brittany. Pero la persona que está dentro de este mundo es Tanya. Yo soy un arquitecto, y no trabajo con las cámaras. Salvo cuando retrato las edificaciones que hago

- Pero creo que tu reputación está en juego con las actuaciones que está llevando a cabo Tanya…-

- Edward. Vamos a bailar.- interrumpió Bella. La miré asombrado, sin embargo, le agradecía enormemente su ayuda

- Por supuesto.- accedí.- Si me disculpas Brittany

Y sin más la dejé allí. Llegamos a la pista de baile y quedé estático viendo a Bella, sonrojarse hasta la punta del pelo.

- ¿Hay algún problema?.- inquirí acercándome a ella

- Yo…no sé bailar bien.- admitió y no pude evitar reírme

- ¿Me estás diciendo, que mi heroína me salvo de esa arpía, sin tener conciencia de su poder?.- asintió sonriendo.- Veamos. Yo tampoco soy un experto bailando, pero en probar no hay engaño

La tomé suavemente por la cintura y la pegué a mi cuerpo. Volví a convencerme que su aroma tenía un poder adictivo y relajante. Fui meciéndonos en forma lenta. En poco tiempo los dos nos acoplábamos a la perfección y su cuerpo se dejaba guiar por mí. Con el roce de nuestros cuerpos, pude notar el frenético latir de su corazón, lo cual atribuí a la contemplación atenta de muchas personas en nuestra dirección.

- ¿Estás incomoda?.- susurré, sintiendo como se estremecía. Por lo que amplié un tanto la distancia

- N-no.- respondió en el mismo tono, aunque un tanto nerviosa

- Cuando quieras irte. Me avisas.-

...

La noche siguió transcurriendo con normalidad. Una normalidad aparente, porque aunque no quisiera admitirlo, mi cabeza aun procesaba la información dada por Brittany. Bella a cada tanto observaba mi semblante. Al parecer no era el mejor. Intentaba poner mi mejor sonrisa, pero las constantes miradas que me brindaba, me demostraban que fallaba rotundamente en mi cometido.

- Podemos irnos.- afirmó Bella. No fue una pregunta

- No Bella. Vinimos a disfrutar y eso haremos.- ella negaba sutilmente

- Seré sincera. Creo que para mi no es problema que te encuentres decaído, pero todo el mundo está pendiente de ti y de la forma obligada que te encuentras intentando simular que es la mejor noche de tu vida.- soltó sin un respiro y quedé sin habla

- Yo…lo siento Bella…- fue lo único que me limité a decir

- Vamos.- apremió

Sin esperar más, se acercó a la mesa y tomó sus cosas. La seguí de cerca, observando por última vez a mí alrededor para corroborar las palabras de Bella. Tenía a la mitad de la concurrencia con sus ojos puestos en mi persona.

El regreso a casa fue silencioso. Bella se limitó a contemplar a través de la ventana del auto las desoladas calles que nos sucumbían. Me sentía asquerosamente podrido. Había arruinado la noche y le había agregado mi rotunda caída en picada nuevamente. Las semanas pasadas había intentado sobrellevar mi amargura, pero la nueva mención de ella y el comentario sobre algo ocurrido en tierras lejanas, me había dejado otra vez en la zona de partida…a una nueva avalancha de desdichas.

- Buenas noches Edward.- se despidió Bella, al sólo entrar en casa

- Bella…- la llamé. Necesitaba darle una escusa al menos

- Tranquilo Edward.- acalló mis palabras.- No tienes que darme explicaciones de nada. Buenas noches

Me quedé allí de pié observando como desaparecía por las escaleras. Refregué mi cara con impotencia ¿Por qué mierda no podía solo dar vuelta la página y seguir con mi vida? Mi cabeza era un lío, y quise desenmarañarlo ahogando mi frustración con el mejor amigo de las penas, el alcohol.

Tomé la botella y me dirigí a mi estudio. Ni siquiera me aventuré a tomarlo despacio y con mesura… La botella parecía estar rota, cada trago que daba de ella, el líquido desaparecía como por arte de magia. Me acerqué a mi ordenador y me dejé caer en la silla mientras esperaba que arrancara.

Entre el límite de la conciencia que me tenía el alcohol. Busqué información sobre Tanya. Pero al no conocer demasiado sobre revista de espectáculos, no tuve mayores resultados pasadas la media hora. Dejé caer mis codos en el escritorio y cerré mis ojos con fuerza. Me debatí durante unos minutos, pero al final, opté por tirar al tacho de la basura mi orgullo y someterme a la mayor humillación que podía recibir.

- Edward Cullen ¿Qué te hace llamarme a estas horas? Durante la cena no me diste ni la más mínima oportunidad de entablar una conversación decente.- exclamó Brittany, al momento mismo de contestar mi llamada

- Yo…- tomé una fuerte bocanada de aire y me esforcé porque mi voz pastosa a causa de mi inminente estado de embriaguez, no se notara.- Necesito que me expliques…lo que mencionaste hace un rato.- largué de una vez

- ¿Te refieres a las andanzas de tu querida novia?.- su tono de voz era irónico. Me sentí aplastado, pero seguí con mi entierro en vida

- Nombraste una revista o algo. Quiero el nombre

- Te enviaré el link a tu correo. Me parece oírte un tanto distorsionado.- rió de su descubrimiento.- Y cuando quieras descargarte. Puedes contactarme cariño. Adiós.

Cortó la llamada y me quedé allí. Esperando que en cualquier momento apareciera la ventana lateral anunciando un mensaje. Cosa que no tomó mucho tiempo…

...

Como si todo estuviera en cámara lenta, deslicé mi mano hacia el Mouse. Le di clic y la ventana no colaboró con mi muerte lenta, sino que al parecer estaba en mi contra, porque no hubo pormenores para dejar frente a mis ojos la imagen que acabaría con cualquier duda sobre una verdad aplastante.

Una secuencia de imágenes se mostraba ante mí. Los personajes involucrados eran, mi novia y un hombre del cual no conocía ni el nombre. Los escenarios eran diversos, y al parecer los días de encuentros lo eran también. La sonrisa de Tanya, era aunque me doliera decirlo, aquella que no veía junto a mí, desde hacia mucho tiempo. Y él…no lo culpaba, la compañía de aquella mujer que lo tenía abrazado, era para sacarle una sonrisa al hombre más compacto del mundo.

Leí dos líneas del artículo y con ello no tuve que hacerlo más. Era contundente. Se hablaba de la supuesta relación entre la modelo y el empresario Londinense de mayor renombre en Europa. El soltero más codiciado.

- ¡Mierda!.- grité con todas mis ganas e hice estallar el ordenador y todo lo que había en mi mesa contra la muralla contigua

Tomé la botella y la empiné hasta el fondo en mi garganta. No tomé un respiro para acabar con el líquido que aunque quemaba todo a su paso, iba a su vez borrando todo paso de aquellas jodidas imágenes que me aplastaban cada vez más.

No sé cuanto tiempo pasó… Sólo vislumbré una figura delante de mí y la vi agitar sus manos frente a mi rostro… Culpar al alcohol por mi arranque, no sería digno de un hombre… Pero ya no podía llamarme hombre, era un animal…

...


Be.-

...

Llegué a mi pieza y me cambié de ropa. La desilusión de una noche que al menos para mí, prometía ser una inolvidable…lo era. Había sido la peor de todas. Desde el momento en que habíamos arribado al Hotel donde se llevaría a cabo, todo se vislumbraba infausto. Edward, aunque intentara parecer estar en su mejor momento. Lo veía todo el tiempo observar a su alrededor y tensarse, cada cuanto muchas miradas se posaban en él.

Terminé por desvestirme y miré con algo de nostalgia mi vestimenta. Por primera vez, me había sentido una persona totalmente diferente y esa diferencia era positiva. Sonreí al recordar las palabras de Edward, al habernos visto en el momento exacto para partir. Y no pude dejar de sentir esas cosquillosas sensaciones que se hacían sentir en mi estómago. No quería pronunciar nada en voz alta, pero al parecer tampoco podía ignorarlas en mi cabeza. Las señales eran claras y si bien me asustaban, de otra forma me dejaban extrañada.

Un grito y un ruido de cosas quebrándose, me hizo saltar de mi cama en forma rápida. Abrí la puerta y me encaminé hacia las escaleras. Miré hacia todos lados, buscando el lugar de origen de todo, y la única luz que se vislumbraba era del despacho de Edward. Me acerqué lentamente, tomé el pomo de la puerta y aunque pensé en dar media vuelta e irme…escuché unos sollozos que me hicieron detener mi huida y armarme de valor para entrar.

- Edward…- susurré cuando entre

No me entretuve observando la locura que había a mi alrededor. El ordenador y cuanta cosa que antes estaba sobre su escritorio, ahora yacía en el suelo y destrozado. Edward estaba ovillado en un rincón, tomando una botella de algún licor que expelía un hedor fuerte. Me acerqué hasta él y al verlo en ese estado, me quebró.

- Edward.- volví a llamarlo.- Vamos a dormir.- intenté hacerlo entrar en razón

El verlo en el estado que se encontraba me afligió y también me asustó. Era como si me mirara, pero no lo hacía. Sus ojos estaban rojos y eran de expresión mezclada con desolación y dureza. Intenté tomarlo por su brazo y levantarlo, pero se soltó con un movimiento brusco, haciendo que trastabillara delante de él.

- ¡Aléjate!.- me gritó y quise dar media vuelta e irme del lugar.

- T-tienes q-que…calmarte.- pedí intentando tranquilizarlo

Una última mirada de furia me brindó y como pudo intentó ponerse de pié. Dos veces estuvo a punto de caer en forma estrepitosa hacia delante. Quise acercarme, pero no era el mismo Edward que había visto durante estas semanas el que estaba frente a mi tambaleándose hacia todos lados por su ebriedad. Ni siquiera era el mismo hosco que me había recibido los primeros días en que había llegado…

- Voy a llamar a Jasper.- susurré. Iba a salir, pero un fuerte agarre en mi brazo, lo impidió

- No quiero ver a nadie.- siseó entre dientes, sin soltarme

- Edward. Me estás lastimando.- murmuré intentando no romper a llorar como quería

- ¡¿Lastimar? ¡Lastimar! ¡¿Sabes lo que es eso? ¡No tienes ni una mierda de idea lo que eso es!.- bramó fuera de sí

- ¡Suéltame!.- sentía como mi corazón estaba latiendo con más fuerza.- Por favor.- terminé rogando

Más él no lo hizo. Intenté zafarme, pero a pesar de su estado. La fuerza que empleaba superaba la mía. En un movimiento rápido, tomó la botella y la hizo añicos en el mueble a mi costado. Los vidrios se esparcieron por todos lados, saltando incluso hacia nosotros. Un hilo de sangre se deslizaba por su mano, lo que me hizo comenzar a respirar con dificultad. El miedo y el olor a sangre, junto con la herida que se divisaba profunda en su mano. Me estaban llevando a un ataque de pánico.

- Edward por favor. Ya basta…- imploré en un hilo de voz

- Basta.- remedó.- ¡Eso es lo que yo quiero! ¡Basta! ¡Basta de esto! ¡Yo le di todo! ¡¿Sabes cual es el problema de todo esto? ¡Que todas las mujeres son unas zorras! ¡Incluso tu, que te crees mejor que el resto! ¡Ni por dentro, ni por fuera eres mejor!

- No tienes derecho a hablarme así…-

- ¡Tengo todo el derecho del mundo a hablarte como yo quiera! ¡Estás en mi casa. Bajo mi techo!.- de pronto comenzó a reírse de una forma que podía poner la piel de gallina al más valiente.- Irónico… Podría haber estado con mi mujer ¡Y en cambio estoy contigo aquí!

- Yo no tengo culpa.- dije firme, a pesar que mi garganta se cerraba a cada palabra que daba

- ¡¿No? ¡La única culpable de todo lo que me pasa eres tu! ¡Tú que no eres nadie! ¡Que jamás vas a ser como ella! ¡Porque no eres nadie! ¡No tienes nada! ¡No serás nunca nadie por como eres! ¡Eres…! ¡Eres…!

No aguanté ningún insulto más. Y con toda la fuerza que pude emplear, empuñé mi mano y la estampé contra su cara. Soltó mi brazo y cayó con todo en el piso. Al parecer eso lo hizo reaccionar, porque me observó atónito y con un deje de arrepentimiento en su rostro.

- No te preocupes en disculparte por todo lo que haz dicho. Porque dicen que los ebrios y los niños siempre dicen la verdad.- sequé con rabia mis lágrimas.- Pero quiero decirte algo. Puede que yo no sea el prototipo de mujer fatal como lo es tu perfecta novia. Pero me considero enormemente mejor que ella, por como soy como persona y los valores que tengo…

Mientras hablaba, intentaba frotar con fuerza el brazo que había sido prisionero de las tenazas de mi oponente. Y aunque no quisiera admitirlo…intentaba sujetar el músculo adolorido y decepcionado que parecía querer salir de mi pecho. Edward ya no mantenía la conexión de su mirada con la mía. Su cabeza gacha y sus continuos temblores sobre sus hombros, me confirmaban una pobre sombra de un hombre que aun estaba cegado por el dolor de la traición.

- Per-perdon-ame…- balbuceó entre llanto y embriaguez

- No tengo nada que perdonarte.- me encogí de hombros.- La rabia no es contigo. Tu eres lo que ella creó y dejó. Perdónate tú…y perdona tú. Porque hasta que no lo hagas. Nunca vas a superar lo que pasó.- musité con convicción en mis palabras.- No sé que pasó ahora, pero sea lo que sea que haya pasado… Estás mal. Y yo no tengo culpa de lo que ella haga. Tampoco tengo culpa de ser como soy. Pero me enorgullezco de mí y me siento mejor que cualquiera…incluso mejor que ella

Y soltando todo eso. Salí de allí…

Me dirigí a la cocina y lavé mi mano. Tenía unos pequeños cortes que dejaban ver unas gotas rojizas. Tomé varias tazas de café y me senté con la mirada perdida en la ventana que reflejaba unos pequeños destellos lejanos. El día estaba comenzando a ser su aparición y el sueño no era un lujo del que podía aferrarme en esos momentos.

Pasaron varias horas, en las que me mantuve sin realizar un solo movimiento en el lugar en que estaba. No lloraba, no sentía y no pensaba ¿Odio? ¿Rencor? ¿Rabia? ¡Nada! El pasar de los minutos, hacia que me convenciera cada vez más, que a pesar de todo el vuelco que había dado la relación que estábamos comenzando a cimentar con Edward…no pudiera albergar sentimientos agrios hacia él.

Sentí ajetreo proveniente del estudio de Edward. Miré detenidamente cuando la puerta fue abierta y por ella apareció lo que quedaba del hombre que había visto hacia unos meses en la puerta de esta misma casa, con una actitud de superioridad… El mismo que horas antes había descargado su furia conmigo, y que a pesar de todo…despertaba emociones en mí…

Caminó taciturno en dirección donde me encontraba. No reparó en mi presencia hasta que estuvo bajo el umbral de la puerta y se inmovilizó. Aparentemente, el efecto del alcohol había dejado su cuerpo. Miré su mano y la herida tenía un horrible aspecto. Me levanté de mi lugar y me acerqué al grifo con un trapo en mis manos. Cuando iba a acercarme para limpiar su mano, me detuve en seco y se lo extendí.

Ninguno de los dos habló, pero podía percibir que tenía la intención de hacerlo.

- Deberías curar esa herida.- indiqué su mano.- Podría infectarse

- No…deberías preocuparte por mí…- bisbiseo opacado

- ¿Dónde guardas los utensilios de emergencia?.- no tomé en cuenta su anterior comentario

- Bella…- intentó hablar, pero volví a interrumpirlo

- Voy al baño por ellos.- me levanté con dirección a la salida

- Isabella.- tomó mi brazo. El mismo que había aprisionado horas antes. Y el mismo que ahora me hizo sisear de dolor.- Lo siento…Yo… ¿Qué te… pasó...?

Observé mi brazo y noté las marcas que antes no habían estado allí. Mi cara no demostró mayor asombro, sin embargo, cuando levanté la mirada y me topé con la de Edward…hubiese querido no hacerlo. Estaba totalmente blanco y sus ojos no daban crédito a lo que estaban viendo…todos sus dedos estaban totalmente marcados en la zona sobre mi codo. Mi blanca piel hacía que fueran mayormente notorios

- Yo…Yo te hice…eso ¿Verdad?.- pronunció con dificultad

- No te preocupes por eso.- le resté importancia.- Ha habido marcas peores.- musité bajo

No sé cómo, pero Edward se acercó más a mi y en un segundo que no advertí. Su mano se acercó a mi rostro y con delicadeza su dedo fue siguiendo un camino hacia mi garganta. El cuello de mi ropa de dormir, fue bajando junto a su mano poco a poco…hasta que el aire frío llegó a él y fue ahí cuando entendí que mis marcas estaban expuestas frente a sus ojos.

No intenté taparme, por primera vez. Y aunque cualquier persona, hubiera salido corriendo avergonzada por mostrar su mayor defecto. Yo me erguí y como si hubieran sido trofeos, los exhibí sin tapujos por una única vez. Al mismo tiempo pensé que Edward se alejaría o su rostro denotaría asco o signo de repulsión, pero para mi asombro…la yema de su dedo trazó suavemente círculos sobre ellas

- ¿Qué… que…fue …?

- Mi piel tiene signos de quemaduras.- respondí su pregunta no formulada.- ¿Cómo sabías que ocultaba algo bajo mis ropas?.- inquirí yo esta vez. Su actuar fue decidido, no fue vacilante

- Yo…lo siento yo…- sus ojos conectaron con los míos y a través de ellos le pedí que siguiera.- Fue una casualidad…No fue premeditado…

- Entiendo.- bajé mi vista y respiré hondo.

- No quise hacerlo Bella. Como tampoco quise…hacer esto.- tomó en forma sutil mi brazo

- Todas las marcas que mi cuerpo lleva. Las porto con orgullo.- afirmé, mientras veía su mirada confundida

- No… ¿Cómo…?.- reí sin humor. Nunca había visto a Edward intentar sin éxito pronunciar más de dos palabras

...

Tomé mi café de la mesa y me alejé de él. Miré por la ventana y me pregunté si realmente estaba lista para compartir con otra persona, la mayor situación dicotómica de mi vida. Edward me había gritado no saber lo que era sufrir o lastimar, pero estaba totalmente equivocado. Él había perdido a una mujer que no valía nada, en cambio yo había estado a punto de perder al hombre más maravilloso e importante de mi vida. Y sí, sabía perfectamente lo que era sufrir y lo que eraser lastimada…

- Hace casi cinco años atrás. Mi padre tuvo un llamado de emergencia en la central de policía.- comencé a explicar desde el principio.- Estaba solo en ese momento y como era de esperar. Salió a hacer frente sin esperar nada. Él siempre decía que para eso había trabajado toda su vida, para ayudar…y esa noche no fue la excepción…

Sentí a Edward avanzar y situarse tras de mí. Pero no me voltee. Me quedé de pié en la misma posición observando el paisaje que se presentaba a mis ojos. El mismo paisaje que estaba siendo testigo de la primera vez en que me proponía contar todo lo que había pasado años atrás…

- Llamó a casa para avisar que había problemas en Port Angeles. Y que llegaría un poco más tarde de lo normal.- suspiré.- La noche pasó y el no llegó. Hasta que nos avisaron desde del Hospital, que mi papá había tenido un accidente en el trabajo y que debíamos ir de forma urgente…

Mi corazón quería salir de mi pecho. Era como estar viviendo nuevamente ese episodio. Sentía como la angustia se acrecentaba en mí a cada palabra que era pronunciada. Igual que ese horrible día

- Llegamos al Hospital y el médico nos informó la gravedad de los hechos.- continué.- Mi papá había estado en medio de una balacera ocurrida a raíz de un frustrado asalto en un banco de Port Angeles. Una de las balas había dado directo en la columna de mi padre. Y el resultado…era que…no volvería a caminar…nunca más…

Mi voz se quebró en la última parte. Recordaba con claridad todas las palabras que había pronunciado el médico sobre el estado de mi padre.

- Mi padre perdió totalmente la movilidad de su pierna izquierda…- sentía mis lagrimas correr libres por mi rostro y la dificultad para seguir contando todo.- Y la derecha, tiene mínimos movimientos…pero la vida normal que llevaba…nunca volvió… Ni a él, ni a…nadie de la familia…

Creí por un momento que quizás me encontraba sola. No oía más que mis palabras, mis sollozos y mi agitada respiración. Pero el reflejo de un hombre con el orgullo pisoteado en el espejo, me demostró que él seguía atento mi relato… Y ahora quedaba la parte más extraña de todo. Aquella que en ocasiones me desmoronaba por completo, pero que la mayor parte de ellas…me hacía pensar en revivirla una y otra vez, si fuera posible… Porque era mi padre, era el hombre que hubiera hecho lo mismo por mí ¡Era él!

Mi héroe desde pequeña. El único hombre capaz de sacarme una sonrisa, cuando sentía que la nube de lluvia estaba incrustada sobre mi cabeza… El maravilloso ser que socorría mis llantos, caídas y desdichas de pequeña… Para el único, que teniendo horribles cicatrices, un sobrepeso evidente y cualquier otro defecto que hubiese tenido. Yo seguiría siendo su princesa…la luz de sus ojos, como me decía desde pequeña…

- ¿Qué pasó…después?.- oí la suave voz de Edward

- Los meses que siguieron, fueron un calvario para todos. Mi padre, y como era de esperar, no concebía su realidad. Se negaba a asimilar, que ya no sería el de antes. Y que por sobretodo, debería dejar su trabajo y depender en forma total…de otras personas…

Instintivamente mis manos se fueron a mi cuello y mi estómago. Por sobre la ropa, pude palpar la prueba manifiesta, de aquel día en que por una vez en la vida pude sopesar el amor infinito hacia tu misma sangre. El día en que mi prioridad fue su bienestar y no el mío. El momento exacto, en que pude por alguna vez, darme cuenta del valor intrínseco que poseía y el orgullo de sentirme fuerte, capaz, valerosa y sobre todo…colmada de amor…para dar y recibir.

- Mi padre cayó en una fuerte depresión, la cual arrastró del mismo modo a mi madre.- proseguí.- Un día. Mi madre había tomado más somníferos de los que habitualmente se suministraba para poder dormir. Yo estaba dormida cuando sentí ruido en la planta baja y creí que podía tratarse de mi madre.- expliqué, sintiendo el sudor en mis manos.- Esperé unos minutos, hasta que decidí bajar a ver que hacía, supuestamente mi madre, a esas horas en la cocina…

Tuve que sostenerme con fuerza al borde del mueble. La imagen grabada en mi memoria como tallada en piedra, aun me hacía temer el no llegar a tiempo. Era como si todo volviera atrás, y el recordatorio fuera siempre un suceso vivido en el mismo momento que cada imagen va llegando a mí. Como si nuevamente tuviera que actuar y no fallar…

- La imagen que me llegó al terminar de decender las escaleras, y que se me repite como una eterna pesadilla… Nunca me da tregua.- inspiré varias veces para tomar fuerzas.- Mi padre…estaba en su silla al lado de la cocina a gas. No sé como…ni cuando…pero… Había logrado llenar un recipiente enorme de agua… El vapor salía de él, indicando que el agua hervía a su máximo punto…

Cerré mis ojos y me dejé llevar. Dejé que el dolor hiciera acto en mí y me consumiera como lo hizo esa noche…

- No sé como, pero…vi a mi padre moverse… Y en ese movimiento, su silla colisionó con un fuerte golpe en la cocina misma…haciendo tambalear el recipiente…- comencé a llorar fuertemente, sin importarme nada más.- No lo pensé, no razoné…más que el amor por mi padre. No vi alternativas a nada…sólo vi al hombre que más amo…y corrí los pocos pasos que faltaban… El recipiente como era de esperar, se volcó con los movimientos fuertes… Y el agua cayó sobre mí…desde mi cuello hacia abajo…

...

Sentí mis piernas débiles y me dejé arrastrar hacia el suelo. La superficie estaba fría, pero la sentía mi salvación…mi cuerpo vivía las reacciones de esa noche. El calor, el fuego que parecía quemarme poco a poco…

- Yo…yo no me arrepiento de lo que hice.- dije al fin, con mi voz rota.- Yo lo haría…una y mil veces por él… Yo sé amar, no importa nada…

Sentí unos brazos ceñirse a mi. Y más pronto de lo que debería, me dejé proteger por ellos. Dejé salir toda la pena que había guardado en mi alma con cerrojo. Me había prometido jamás llorar por mis actos, y así lo había hecho… Si ahora me desahogaba, no era por sentirme menos o diferente. Era por volver a revivir el momento exacto en que mi padre pudo haber dejado mi lado… Porque pude haber demorado un minuto más en llegar y hubiera sido él, quien pasara por todo lo que yo viví. Y como dije antes, con tal de no verlo sufrir… Yo pasaría una y mil veces por lo mismo… Siempre por amor…

Continuará…

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¿Que tal el capitulo de hoy?  ¿Se lo esperaban?

Me imagino que no. Y sé también q el arranque de Edward a muchas nos a llenado de coraje a muchas  pero luego veran como es en realidad..

WAAAA buu vieron lo q le paso a Belita? enserio la admiro demaziado.. es tan fuerte apesar de ser tan fragil.. es por eso q amo su personajeeee!

No se preocupen la historia está diseñada así (carita de niña buena) byee las kieroo bezitos

ESPERO SUS COMENT Y VOTOS!! JEJE SI KIEREN PUEDEN REKOMENDARLOOO JEJE ASI ME PUEDO APURAR EN SUBIR MÁS CAPITULOS.. JEJEJE BYEE ESPERO Q LES GUSTE..


Capítulo 10: Capítulo 12:

 
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