Obsesión oscura

Capitulo 5. Interludio

De nuevo aquí encerrada en esta casa, en este… futuro, si así se le podría llamar, porque para mi mas parecía un castigo que otra cosa, ahora todo lo bueno parece tan lejano, tan… irreal, es como si todo hubiera sido un sueño, ahora… todo es una pesadilla.

Miro a mi alrededor y solo veo oscuridad, no hay una luz al final, nada, estoy sola, completamente sola, solo me queda tratar de ser fuerte para sobrevivir, para tratar de luchar, en un par de horas llegara Alice para empezar a ver los preparativos de la boda, de esa boda a la que he sido obligada, pensé que todo había mejorado, pero no, todo empeoro, ahora también seré su… esposa.

No se cuanto paso, no se nada, solo el pequeño rayo de luz que atravesó las cortinas me regreso a mi realidad, a mi pesadilla, me sentía como una observadora, como si no fuera yo, desde anoche ya no era yo, eso lo se, no quería serlo, solo deseaba que todo fuera una pesadilla y que pronto despertara, pero… no lo es, todo es real, tan real que me aterra, me atemoriza, me asusta, me… me hace sentirme perdida, sin rumbo, como si caminara en la oscuridad, como si no tuviera ojos, nada, no tengo nada.

Me levante de forma mecánica, como lo haría de ahora en adelante, me cambie de ropa, arregle mi habitación, baje las escaleras y me encamine a prepararle el desayuno a… él, me sentía mas pequeña, muy pequeña, esta no es mi casa y nunca lo será, no se como le prepare su desayuno, no se si comí, no se nada, los segundos pasaron, y se hicieron minutos, y estos a su vez se convirtieron en horas, o tal vez todo fue mi imaginación, no lo se, ya no quiero saber nada, quisiera dormir y no despertar mas, eso… eso seria lo mejor.

Me siento sola, tan sola, primero mi padre, me abandono, y luego… mi madre, ella… ¿no se supone que una madre hace todo por sus hijos? ¿No se supone que una madre debe cuidarlos? No, parece que no todas las madres son como deben, pero… yo no seré así, no, jamás dejare a mis hijos nunca, los protegeré de todo, de lo que sea y de quien sea.

– Isabella – su voz fría y dura pero suave como el terciopelo me trajo de nuevo a mi triste realidad, no quería verlo, no quería escucharlo, pero a su vez no podía evitarlo, él me tiene en sus manos, levante mi mirada para observarlo, sus ojos, esos ojos que ocultan una verdad, me miraron profundamente sentía que me leía completamente – Alice llegara en cualquier momento, y mas vale que te comportes como debes, como una entusiasmada prometida que esta por casarse, te quedo claro – tomo mi barbilla para que lo mirara a los ojos, esos ojos llenos de oscuridad.

– Si – es lo único que pude responderle, no quería probar su furia.

– No intentes nada estúpido Isabella o sufrirás las consecuencias – termino de decirme y pude ver en sus ojos la amenaza, lo observe acercar su rostro al mío, quería moverme de verdad, pero su agarre no me le permitió, yo no quería esto, se suponía que me enamoraría y seria feliz, no así; cerré mis ojos no quería verlo, no quería sentirlo pero… esto ultimo fue imposible ya que sentí sus labios sobre los míos, fue breve solo un roce, pero aun así me sentía mal, me sentía de nuevo sucia y usada, sentía mis lagrimas acumularse tras mis parpados – te veré en la cena – me soltó y escuche sus pasos alejarse, luego escuche la puerta abrirse y cerrarse.

Se había ido, por unas hora, ahora solo me quedaba esperar la llegada de Alice, su llegada y el comienzo de mi sentencia.

De nuevo me sumergí en una especie de neblina para tratar de olvidar todo, no quería saber nada, solo quiero perderme, desaparecer, sentí mis cálidas lagrimas deslizarse por mis mejillas, escuche de forma lejana mis sollozos, me sentía tan vacía, sentí que la casa se contraía para encerrarme aun mas dentro de ella, para mantenerme presa, enjaulada como un ave, sin esperanza, sin libertad, sentí como me rompía poco a poco, sentí como un agujero se apoderaba de mi pecho, dejándome sin respiración, sin nada, solo… oscuridad y vacio.

Un golpe en la puerta me trajo de nuevo a esta realidad, me levante de forma mecánica y camine hasta la puerta, la abrí lentamente y me tope con una cara conocida y muy muy alegre.

– ¡Bella! – casi grito y sin que me lo esperara me atrapo entre sus brazos – de verdad no puedo creer que por fin Edward se vaya a casar, después de tanto – suspiro – no lo había visto tan… como decirlo, animado en mucho tiempo, te ayudare en todo Bella, no tendrás de que preocuparte…

El sonido de una garganta aclarándose llamo nuestra atención, Alice se giro hacia un lado permitiéndome así, observar a una hermosa mujer de cabello acaramelado y rostro en forma de corazón, lo que mas me llamo la atención fueron sus ojos, verdes como los de el, llenos de muchos sentimientos.

– Bella déjame presentarte a mi suegra Esme Cullen, la madre de mi Jasper y Rosalie, y tía de Edward.

Ella se acerco a mi y extendió su mano – un gusto conocerte Bella – una sonrisa algo triste cruzo su rostro, yo me acerque a ella y estreche su mano, la cual ella apretó levemente.

– El gusto es mío – respondí con voz suave.

– Bueno Bella porque no comenzamos con todo, solo nos queda poco para la boda – sin mas me arrastro al interior de la casa, Esme me dio una sonrisa de disculpa, llegamos a la pequeña sala donde tomamos asiento; inmediatamente Alice empezó a hablar del vestido, comida, invitaciones, y demás.

No sabia que era lo que contestaba o que era lo que me preguntaban, solo tenia ganas de gritarles que me ayudaran, que yo no quería esto, que Edward me estaba obligando, pero… no sabia como decirlo, no sabia si podía o no confiar en ellas, Alice tan emocionada y Esme… esperanza, mi cerebro no registraba todo, solo algunas partes de la conversación, "rosas", "manteles azules", "encaje", y demás palabras que no lograba entender, mi mente estaba dividida, no lograba concentrarme.

– Bella – escuche que me llamaba – Bella – repitió y la mire sin realmente verla – ¿entonces que opinas? Es tu boda, Bella.

Si, mi boda, una boda por la que no pedí, una boda a la que había sido obligada a acceder el día de ayer, una boda con un hombre al que no amaba, una boda con un desconocido, con un monstruo.

– Si, mi boda – respondí sin mucho animo.

– ¿Sucede algo? – pregunto Esme mirándome detenidamente, esquive su mirada.

– Solo… estoy nerviosa, es todo – recompuse mi expresión y les di la mejor sonrisa que podía darles dadas las circunstancias, la voz de Edward y su rostro llegaron como flash a mi mente, y su advertencia resonó haciendo eco – sigamos.

Y así lo hicimos, trate de concentrarme en todo y nada, al final determinaron que lo primero eran las invitaciones, el reverendo y juez que nos casarían, así como el vestido, que después se ocuparían de el lugar para la boda, comida y demás detalles menores. Se levantaron y me ayudaron a llevar las tazas que ocupamos durante la charla, después las acompañe hasta la puerta y donde nos dependimos.

Al cerrar la puerta me deja caer contra ella y me abrace a mi misma, esto era verdad y estaba pasando y no había nada que pudiera hacer, por ahora. La lagrimas y los sollozos se convirtieron en un llanto, llore por todo, por mi padre muerto, por mi madre, por Edward y su comportamiento, por su familia y por mi; llore por todo, por lo que me paso, por lo que me pasa y lo que me pasara, me quede sentada ahí hasta que me dolió el cuerpo, me puse en pie lentamente y me encamine a la cocina para hacer la cena, de hecho… solo tenia que calentar la del día de ayer.

Una vez que tuve todo listo me encamine para hacer un poco de limpieza, quería distraerme, empecé por la sala, no había mucho, subí las escaleras, levante la mirada y la puerta al final del pasillo llamo mi atención, la puerta prohibida, la puerta que Edward me dijo que jamás tocara, no se como me llevaron mis pies delante de ella, mi mano tomo la perilla pero esta no se movió; esa habitación guardaba un secreto y no se porque pero tenia el presentimiento de que ahí se ocultaba algo.

Escuche la puerta abrirse y cerrarse, después de unos segundos su voz me llamo, me gire y emprendí mi camino a la planta baja, él estaba aun frente a la puerta, en sus mano sostenía un ramo de rosas y tras él se encontraban 3 jóvenes – Isabella – una sonrisa se extendió por su rostro, se acerco a mi y me tendió el ramo, lo observe tanto a él como al ramo – espero te gusten – su sonrisa se amplio mas y un brillo en sus ojos llamo mi atención, no supe identificar que era; tome el ramo y lo observe mas detenidamente, las hermosas flores despedían un aroma dulce y fragante, no pude evitar llevarlo a mi nariz, inhale profundamente.

– Gracias – le respondí en cuanto aleje el ramo de mí.

– También te traigo a tus nuevas sirvientas Isabella, a partir de ahora solo te tienes que concentrar en la boda – por primera vez le preste atención a las 3 chicas, todas negras, no tenia ni que pensármelo 2 veces, eran esclavas – Zafrina, Kachiri y Senna – las 3 chicas hicieron una inclinación – la cocina esta por allá, después de la cena les indicare donde pasaran esta noche – les indico y ellas inmediatamente se dirigieron a ella – deberías ponerlas en agua, así duraran mas – señalo la rosas – nos vemos en la cena – se acerco a mi y beso mi frente, lo observe caminar a su despacho, abrir la puerta y entrar, sentí que tocaban ligeramente mi hombro.

– Mi señorita me permite – señalo las rosas la joven que creo era Senna, no pude evitar prestar atención a su tono de voz, si, en definitiva esclavas, aun conservaban cierto acento de su idioma.

– Claro – le respondí y le entregue el ramo, ella lo tomo y se encamino a la cocina.

– Mi señorita – otra de las jóvenes salió de la cocina, creo que ella es Kachiri – ¿a que hora servimos la cena?

– Um… – me gire para ver por la ventana, los últimos rayos de luz todavía se divisaban – cerca de 1 hora, pero tengan preparado todo antes – se dio la vuelta y regreso a la cocina.

Senna, regreso con el ramo de rosas en un florero – ¿Dónde las coloco mi señorita?

– Yo… um, supongo que en la mesa de la sala – camino hasta la sala y coloco el florero en la pequeña mesa y después se retiro.

Camine lentamente a la cocina, las 3 chicas se encontraba de un lado para otro, eso me extraño, la cena ya estaba, solo tenían que servirla – puedo ayudarles en algo – ofrecí y las 3 se giraron, sus expresiones eran de total asombro.

– Mi señorita nosotras… – dijo Zafrina, pero la corte.

– Bella, pueden llamarme Bella – iba a continuar, pero sus expresiones me detuvieron – ¿sucede algo?

Ellas se miraron y Zafrina dio un paso adelante – mi señorita, nosotras… no, no podemos, el señor podría mandar colgarnos por ello – sonreí tristemente, eran verdad las historias que escuchaba de las esclavas, siempre sumisas y obedientes, pero eso para mi solo eran tonterías, ellas también son personas y entonces la voz de Edward me recordó que no vivía en un mundo de ensueño.

– Esta bien – les volví a sonreír y salí de la cocina.

Suspire frustrada, solo esto faltaba, camine hasta la sala nuevamente observe el ramo; Edward era tan extraño, no sabia ni que pensar a veces de él, ayer en la noche se porto como un monstruo, un tirano, un sádico, al igual que en la mañana, pero ese ramo allí y el brillo en sus ojos; de verdad ya no sabia que pensar, levante mi mirada y recordé la habitación, algo me decía que ahí se oculta algo, su pasado. Alice… ella sabe algo, así como Esme, no se que culta esta familia, pero lo averiguaría.

EY TU!! SI TU EL KE KIERE BRINKARSE STO NO LO AGAS O DEJO DE ESCRIBIR!!

uyyy perdon chikzz pro eske ALGUIEN  le metio virus a mi lap y no podia actualizae le tienen ke cambiar el disco duro asi ke ps asta mañana me la entregan aorita estoy en la de mi papa pero pra recompensarlas les dejo 2 capis pro no se olviden  comentar ehh el anterior no resivi muxxos asi ke... bueno bye...y la RECOMENDACION!!! CHIKSS NO ME LA DIERON SI NO SABEN CUAL ES VAYAN AL ANTERIOR EH!! att: dany*_Cullen-patt

ADELANTO!!

me levante casi revotando no importándome también el dolor de la pierna, alcance el pomo de la puerta y lo abrí, cerré lo mas lento y silenciosamente posible que pude y prácticamente volé a la habitación de Edward, tenia que devolver la llave a su lugar, me deje caer sin cuidado alguno frente a la comoda, abrí el cajón, y avente la llave dentro de la bolsita de piel, luego la oculte debajo de la ropa y como resorte me puse en pie nuevamente, pero la puerta abriéndose me dejo paralizada. La figura de Edward estaba frente a mí.