Obsesión Oscura (+18)

Autor: dany*_cullen-patt
Género: + 18
Fecha Creación: 29/05/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 81
Comentarios: 317
Visitas: 359782
Capítulos: 33

Link de la Secuela

Todo en La vida de Isabella Swan era perfecto, Pero ... Despues De que su padre muriera y su madre se volviera a casar, termino en manos de Edward Cullen por unas cuantas monedas de oro T/H U/A. Fic oscuro.

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Capítulo 10: Inevitable

Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Stephenie Meyer, y el fic le pertenese isis janet

 

Obsesión oscura

Capitulo 9. Inevitable

Me sentí nerviosa, sabia que tenia que dormir, pero lo único de lo que era capaz de hacer era dar vueltas y vueltas en la cama, sabia que por la mañana tendría unas enormes ojeras y eso… seria malo, muy claramente Alice me dijo que me quería perfecta, descansada para así lucir radiante el día de mi boda; como si eso de verdad me importara, suspire nuevamente y trate de acomodarme en la cama, tenia que dormir.

Un par de leves golpes en la puerta y la voz de Zafrina dándome los buenos días me despertaron de mi ligero sueño, apenas y había podido dormir un par de horas, sabia que mi semblante no era el mejor, ya podía visualizar a Alice regañándome, aun seguía sin creer lo cercana que me había hecho de ella, solo unos cuantos días y casi la consideraba como la hermana que nunca tuve; aunque… yo me sentía como la hermana mayor y eso que ella me lleva unos cuantos años mas.

Zafrina tan amable como siempre me ayudo a vestirme, esta vez me puso un hermoso vestido color vino, una nueva adquisición, que Edward había sido tan amable de comprarme, debía reconocer que su gusto para la ropa es exquisito, pero aun así no me sentía cómoda, no me agradaba que me regalara cosas, me hacia sentir pero de cómo ya me sentía.

– Gracias – le dije de todo corazón a Zafrina, y es que debo reconocer que en el poco tiempo que llevan aquí (un par de días) ya me había encariñado con ellas, y aunque no me gustaba como se comportaban las entendía, sabia que era el miedo lo que las motivaba a actuar así, tan sumisas y no las culpaba ya que debía reconocer que yo también me comporto así frente a Edward, solo esperaba poder descubrir mas de su pasado y así por lo menos tratar de ablandarlo.

No fue si no hasta que estuve frente a el en el comedor que realmente comencé a sentir nervios, hoy era mi ultimo día como una mujer libre, ya que mañana seria una mujer atada a él, podía sentir su mirada sobre mi, me hacia sentir nerviosa.

– En cuanto termines partiremos de regreso a casa de Esme, allá se celebrara la boda, pero antes de eso necesito hablar contigo – eso termino por quebrar mis nervios, su tono había duro había estado presente en cada una de las palabras y aunque su voz fuera tan suave como el terciopelo no pude evitar estremecerme, sabia de que iba su conversación y la verdad es que preferiría ahórramela.

Apenas y probé bocado, sentía mi estoma apretado, lleno de nudos, lo que me dificultaba aun mas el control de mis escasos nervios, solo estaba esperando el sonido de su silla al recorrerse, y sabría que era el momento de firmar mi sentencia. Y al parecer era un adivino o lector de mentes porque se puso en pie enseguida.

– Isabella te espero en mi despacho – apreté los ojos y conté mentalmente los pasos que dio hasta escuchar abrirse y cerrarse la puerta de su despacho, todos mis músculos se contrajeron, no sabia si era de nervios o enojo, inhale profundamente un par de veces antes de ponerme en pie y caminar esos mismos pasos hasta su estudio, golpe la puerta un par de veces y escuche el "pase".

Nunca había estado en su despacho, me sorprendió lo ordenado que lo tenia, pero como el resto de la casa, también era triste y vacio – toma asiento – me indico y pude observarlo dándome la espalda, parado frente a una estantería con innumerables libros, camine casi de forma automática y al intentar sentarme note la rigidez de mis músculos, casi podía escuchar como rechinaban con cada movimiento, no me agradaba que me diera la espalda, puesto que me tomaría por sorpresa cualquier expresión que reflejara su rostro.

Mis manos se aferraron al reposabrazos, tenia la ligera sospecha de que mis uñas dejarían una pequeña marca, Edward seguía inmóvil frente a mi, no me gustaba, ya llevaba demasiado tiempo ¿o era mi imaginación?; y justo cuando me empezaba a concentrarme en eso del tiempo él se giro hacia mi, su rostro serio, me miro fijamente, evaluándome, sentí mi respiración acelerarse, no me gustaba que me observara así.

– Solo quiero recordarte Isabella que me perteneces, y que mañana espero que no se te ocurra cometer una estupidez, o te juro que lo pagaras caro – no podía comprender como en cuestión de segundos su rostro se deformaba de la nada a una mascara de completa frialdad y dureza, sus palabras a parte de asustarme me hirieron nuevamente, pues me recordaba que para él solo era una esclava mas, esclava a la que le ponía el nombre de esposa, parpadee para alejar las lagrimas de impotencia y dolor que nuevamente me invadían, no lo dejaría verme derrotada.

– No te preocupes – me detuve al escuchar que mi voz salía forzada – se lo que debo hacer – esta vez las palabras salieron un poco mas fluidas.

– Entonces – se acerco a mi – dime; que es lo que responderás cuando el juez te pregunte si aceptas casarte conmigo – no era una pregunta claro esta, su tono me decía que era una exigencia.

Tome una respiración profunda antes de contestar – le diré que acepto, ¿feliz? – oh si, y lo ultimo no pude evitar que saliera de mis labios, pude ver la rabia cruzar su rostro e instalarse en sus hermosos ojos verdes que llamearon por unos instantes.

– No juegues conmigo Isabella, estas advertida – sin esperarme mas, me tomo de la mano y me levanto casi arrastrándome hasta sacarme de su despacho – prepara lo que te vayas a llevar, salimos en unos minutos – y sin mas me cerro la puerta frente a la cara, mi rabia exploto con eso y las lagrimas que había luchado por retener se derramaron nuevamente, prácticamente corrí a mi habitación, no quería que nadie me viera llorar, me sentía humillada y el simple hecho de que me vieran lo empeoraría, me desahogue contra la almohada para amortiguar mi llanto, volví a maldecir el día que mi papá murió, luego el día que Phil entro a nuestras vidas, y el día que mi madre dejo que ese monstruo me alejara de su lado.

Después de desahogarme baje las escaleras, levante mi frente, tratando de levantar con ello mi dignidad, Edward esperaba en la puerta, ni siquiera me miro, movió su brazo y lo tome, no le daría mas motivos para insultarme.

El viaje transcurrió en silencio, mantuve mi vista alejada de él, puesto que sabía que me derrumbaría si lo miraba. Esme y Alice me recibieron muy entusiasmadas, despidieron a Edward asegurándole que me vería mañana en la ceremonia, como era de esperarse Alice se molesto por la ojeras que ahora tenia bajo mis ojos, pero Esme la tranquilizo diciéndole que con un poco de maquillaje seria mas que suficiente.

El resto del día lo pase relajándome, la sección de embellecimiento y preparación de Alice fue algo tortuoso; trataba de mostrarme alegre para que no desconfiaran y no hicieran preguntas, les hice creer que mi estado de animo se debía a los nervios, así que no insistieron mas, una vez estuve completamente preparada y lista, me dejaron en mi habitación indicándome que debía dormir, pues mañana me esperaba mi gran día.

Me encontraba rodeada de un hermoso jardín lleno de flores, a la sombra de un árbol, el suave murmullo del agua en el pequeño estanque me hacia sentir relajada, tranquila, podía sentir los débiles rayos del sol posarse en mi piel, me encontraba tan concentrada que el pequeño movimiento en mi vientre me sobresalto.

Una de mis manos se poso rápidamente en el, ahora podía sentir con mayor claridad los movimientos de mi bebe, me sentía feliz y triste a la vez, este bebe era mi esperanza, una risita me hizo levantar la vista.

Mi otro pequeño se acercaba feliz y sonriente, tan hermoso como su padre, por reflejo le sonreí, estire mi mano para que se acercara; se dejo caer a mi lado suavemente, su ojos se posaron en mi vientre antes de levantar la mirada.

Mami ¿cuando va a llegar mi hermanito? – sus ojos brillaron como dos esmeraldas contra la luz del sol, yo solo pude sonreírle mas.

Dentro de poco tiempo– fue lo único que pude responderle antes de atraerlo hacia mi; mi pequeño niño.

De pronto el aire comenzó a soplar, el sol se oculto tras las nubes y poco a poco todo se quedo completamente oscuro. Cerré lo ojos y atraje hacia mi a mi pequeño; cuando volvía a abrir mis ojos todo a mi alrededor estaba seco, sin vida y mi pequeño ya no estaba en mis brazos, solo mi vientre seguía ahí, escuche pasos crujiendo al pisar la vegetación muerta del suelo, levante la mirada y me encontré con Edward, su expresión era aterradora instintivamente lleve mis manos a mi vientre, no permitirá que lastimara a mi bebe.

Sentí sus manos tomarme por la cintura y levantarme bruscamente, un dolor me atravesó el vientre y no pude evitar gritar, mis manos continuaron aferrándose a mi vientre, jamás permitirá que lastimara a mi bebe, primero moriría por el antes quede dejar que lo tocara.

Eres una inútil – su voz fue dura y terrorífica, me sacudió antes de arrojarme violentamente al suelo, la hierba amortiguo la caída, pero eso no impido que el dolor se extendiera por todo mi cuerpo y se concentrara en mi vientre, el cual inesperadamente se cubrió de sangre.

Apenas y pude sofocar el grito que luchaba por salir de mi garganta, lleve mis manos a mi frente perlada de sudor, antes de guiarlas a mi vientre; sentí miedo, terror, un sueño, solo fue un sueño. Trate de convencerme a mi misma, no era real, era solo una pesadilla.

Me levante lentamente de la cama, mis piernas temblaban incontrolablemente así como el resto de mi cuerpo, podía sentir las lagrimas corriendo por mis mejillas, no era real, seguía diciéndome, solo un mal sueño, una pesadilla.

Llegue a la ventana, con manos temblorosas recorrí la esquina de la cortina, afuera todo estaba oscuro, pero sabia que ahí, en algún lugar lejano en esa casa, estaba el árbol y el estanque, un escalofrió me recorrió y nuevas lagrimas corrieron por mis mejillas, solo fue una pesadilla; regrese lentamente a la cama y me acurruque lo mas que pude en el centro, cubriéndome completamente, quería sentirme segura, pero las imágenes me seguían perturbando, y sin saber en que momento, me quede dormida.

De pronto sentí que alguien me movía, me sentía desorientada, los recuerdos de ese sueño un seguían presentes, así que instintivamente cubrí mi plano vientre, solo pude reaccionar hasta que escuche una voz llamarme.

– Bella, Bella – esa voz solo podía pertenecer a alguien, Alice; me relaje notoriamente y no queriendo me incorpore en la cama, hoy seria el inicio de mi condena, mi inevitable final.

Todo paso casi como un borrón, lo mas tedioso fueron los momentos que pase con Alice para dejarme "perfecta", estaba sumamente molesta porque mis ojeras se habían incrementado, casi entra en pánico al verme, suerte que Esme ya estaba ahí, si no quien sabe que hubiera pasado.

Me sentía extraña, como si no fuera yo, y es que cuando me vi en el espejo pensé que veía a una extraña, el vestido ahora me quedaba perfecto, el velo cubría mi rostro el cual solo tenia lo justo de maquillaje para hacer desaparecer mis ojeras y resaltar mis rasgos, los nervios que me habían aquejado algunas horas antes habían desaparecido completamente y la verdad eso me agrado, un peso menos del cual preocuparme.

La hora llego, mi fin se acercaba, esto era inevitable, claro a menos que dijera la verdad, pero no estaba segura de querer enfrentar las consecuencias de eso, y… también estaba eso de que me sentía triste, mi madre estaría ahí afuera, no sabia con que cara la vería, porque… después de todo ¿que podía haber hecho ella para impedir que Edward me alejara de su lado?

Me encontraba en una de las salidas laterales, se suponía que la fiesta seria en el jardín de la parte trasera, así que solo esperaba la indicación de Alice para hacer mi entrada, Carlisle el tío de Edward se había ofrecido a entregarme, y lo agradecí, ya que me hubiera sentido algo tonta caminando hacia él, además de que tal vez me quedara a mitad del camino o saliera huyendo, no lo se, pero con Carlisle a un lado tendría que llegar.

– Lista – me dijo y tomo suavemente mi mano para acomodarla en su brazo, yo solo asentí, y de ahí en adelante todo paso a mayor velocidad, fui ligeramente consiente de las palabras que Carlisle pronuncio al entregarme a Edward y de lo que este respondió; lo mismo paso con todo lo que el juez dijo, solo preste atención hasta que llegamos a la parte que preocupaba a Edward.

– Tu, Isabella Marie Swan, ¿aceptas por esposo a Edward Anthony Cullen, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y pobreza y aceptar todo los hijos que dios les mande? – pregunto el juez, y lo mire antes de posar mi mirada en Edward. Su mirara era dura pero trataba de aparentarla, mire a mi alrededor, la mayoría de las caras, si no es que todas me eran completamente desconocidas, solo una llamo mi atención, la de mi madre. Parecía alegre y triste, la mire fijamente y no pude evitar sonreírle, sentí un ligero apretón en mis manos y regrese mi atención al hombre que tenia frente a mi, su ceño ahora estaba fruncido.

– Isabella – su voz salió suave y aterciopelada, y entones recordé la pregunta del juez.

– Acepto – respondí; mi voz salió un tanto chillona no era la entonación que quería darle, pero… que mas podía esperar, primero el me estaba obligando, segundo, había tantos desconocidos que nos miraba, tercero mi madre y cuarto, no estaba preparara para responder aun.

– Por el poder que el estado de Washington me concede, los declaro marido y mujer – vaya y hasta me perdí la aceptación de Edward. Definitivamente no estaba prestando atención pues de pronto sentí sus labios sobre los míos.


ubo un comentario jeje bueno si me ekivoke jeje me adelante a decirles ke ese capi el de la bodatodavia no era jeje bueno bye

2 Paciencia, mas adelante sabrán mas de su pasado, aunque… tardara un poco y es que Bella primero dulcificara al ogro, digo a Edward (aquí también queda resulta la duda de su Edward cambiara

ADELANTO!!!

– Isabella, vez como todo fue mejor para ti, no te alegra eso – yo solo pude mirarlo con todo el odio que pude, él era el causante, puesto que me había vendido a Edward, no entendía como podía ser tan descarado y creer que todo lo había hecho por mi bien. Me abrazo y se alejo.

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Sin que me lo esperara poso sus manos en mi cintura y la recorrió, me empujo suavemente hacia la cama, extendió su mano a mi costado y escuche el otro susurro, el de la colcha que la cubría supongo, y nuevamente sin esperármelo me giro y estampo sus labios con los míos, su beso fue demandante, hambriento no era como ninguno de los anteriores, y eso… termino por romperme....

 

Capítulo 9: Revelación Capítulo 11: Oscuridad

 
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