Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Stephenie Meyer y el fic a isis janet

Obsesión oscura

Capitulo 15. Mi luz

Lleve mis manos a mi vientre, trate de calmarme, tal vez la ansiedad y el miedo habían ocasionado ese dolor, respire profundamente para tratar de calmarme y relajarme, poco a poco el dolor remitió y solo sentí el movimiento de mi bebe. Me deje caer nuevamente en la cama, ya más tranquila y sin dolor, aunque una de mis manos seguía haciendo círculos sobre mi vientre.

El sueño comenzó a invadirme nuevamente, y sin más me deje arrastrar por el lentamente, casi me sentía perdida en las profundidades del sueño, cuando nuevamente otro dolor, y esta vez mas fuerte que el anterior me atravesó; me aoville para tratar de contener mi nuevo grito y tratar de sofocar el dolor, pero no funciono, de hecho creo que lo empeoro, y con ello el miedo llego. Esto ya no era normal, pero… Carlisle dijo que aún faltaba, esto era malo, realmente malo.

Una vez que el dolor disminuyo me incorpore lentamente en la cama, tendría que hallar la forma de bajar y pedirle ayuda Zafrina o alguna de ellas, tenían que hacer algo, esto no era normal, mi bebe aun no podía nacer, era muy pronto. Al terminar de incorporarme un par de gotas cayeron sobre mi mano apoyada en mi vientre, lleve mi mano a mi rostro y me tope con un camino de lágrimas, mi bebe se movió nuevamente y sin que me lo esperara otro dolor más me invadió.

Volvía gritar, no sé si era mi imaginación, pero… cada dolor era más fuerte que el anterior, tenía que llegar a la puerta y pedir porque Zafrina, Kachiri o Senna me escucharan, ellas eran las únicas que podrían ayudarme en este momento, lentamente me puse en pie, decidí no llevar la pequeña vela, puesto que si otro dolor me atravesaba en mi camino lo más seguro es que la vela terminara rodando por el suelo y con ello… provocar algo peor.

– Por favor – me dije a mi misma para tratar de alentarme y pedir porque no me atravesara otro dolor. Una de mis manos iba al frente, mientras que la otra frotaba delicadamente mi vientre, pues aun sentía un poco de dolor. Cada paso se me hacia eterno, era como su la puerta se alejara, un sollozo salió de mis labios – por favor – volví a repetir y entonces lo sentí, mi bebe se movió y luego el dolor me llego, mis rodillas se doblaron y caí al suelo, mis manos impidieron que me golpeara de cara contra el suelo. En definitiva esto estaba completamente mal; mi bebe, era lo único en lo que podía pensar ahora.

Me arrastre lentamente hacia la puerta, puesto que ya no me sentía con la fuerza suficiente para ponerme en pie y las lagrimas me eran de menos ayuda con la oscuridad que me rodeaba, sentí un poco de alivio al llegar a la puerta, estoy segura que una sonrisa se instalo momentáneamente en mi rostro, pero… al ver el pasillo recordé que mi mayor obstáculo ahora era la escalera. ¿Cómo se suponía que la bajaría? Pues apenas y podía moverme, ¿y si lastimaba a mi bebe?, pero… ¿y si no llegaba a la puerta y le avisaba a alguna de ellas? ¿Qué le pasaría a mi bebe?

Trate de reprimir las lagrimas, tenía que ser fuerte por mi bebe – si, hazlo por él – me susurre a mi misma y me arrastre hasta el primer escalón, estaba por sentarme cuando otro dolor me atravesó, pero eso no fue lo peor, pues sentí un liquido escurrir en medio de ellas – no no no no, esto no puede ser no – solloce, sabía que esta era la señal que indicaba que el nacimiento de mi bebe era inminente, Carlisle me lo había dicho, pero no podía ser, porque ahora, aun faltaba, no quería que mi bebe naciera así, se suponía que Carlisle lo traería al mundo sano y salvo.

Llore, cuanto tiempo, no lo sé, solo sé que mi llanto se vio incrementado con un grito con cada dolor que me atravesaba. De pronto escuche ruido y voces, pero no fui capaz de identificar de quien era la que al parecer… se dirigía a mí – mi señora – volvía a escuchar y sentí que me tomaban por ambos brazos para levantarme.

– No – susurre, y es que no quería moverme, pues el dolor aun seguía.

– Tranquila mi señora, todo estará bien – levante mi rostro y gracias a una pequeña vela que traía Senna a quien distinguí primero me permitió ver que Zafrina y Kachiri me llevaban en medio de ellas, caminaron lentamente y me sostuvieron con delicadeza, como si fuera de cristal y me pudiera romper en cualquier momento.

– Mi… bebe… tengo… contracciones – les susurre.

– Tranquila mi señora, no pasara nada, estamos aquí – llegamos a la entrada de la habitación y los últimos pasos que me separaban de la cama fueron los más tormentosos porque un nuevo dolor me atravesó; no sé de donde saque la fuerza pero arrastre conmigo a Zafrina y a Kachiri – Kachiri – escuche que decía Zafrina e instantes después sentí sobre mi vientre las manos de Kachiri. El dolor remitió casi al instante y después desapareció.

– Ya está mi señora, tiene que estar tranquila – Kachiri se inclino sobre mi hombro – ahora quiero que respire profundamente, cuando sienta que el dolor viene de nuevo respire – asentí para indicarle que la había escuchado, sus manos continuaron masajeando mi vientre.

– Mi señora debemos colocarla en la cama – esta vez fue Zafrina – tendremos que recibir al bebe.

– No, Carlisle tiene que hacerlo – me ayudaron a recostarme en la cama, Senna había colocado las almohadas para que me recargara en ellas.

– Es tarde mi señora, y no podremos ir el portón está cerrado, yo recibiré a su bebe – me dio una sonrisa y tomo una de mis manos.

– Confié en ella mi señora – apoyo Senna.

– Zafrina sabe lo que hace, en nuestra tierra recibió a una de nuestras primas – secundo Kachiri, y yo… solo pude asentir.

– Muy bien mi señora, quiero que este tranquila, y que respire cuando el dolor llegue, tiene que estar relajada, hágalo por el bebe – volví a asentir – no la dejaremos – y diciendo esto se sentó a mi lado – Kachiri necesitamos agua caliente, Senna trae mantas – cada una de ellas asintió y salieron de la habitación, Zafrina me miro y me sonrió nuevamente.

La habitación se lleno de movimiento, Senna y Kachiri se movían de un lado a otro, acomodando cosas, y trayendo otras, habían llenado un par de palanganas con agua y habían encendido mas velas para iluminar la habitación. Más contracciones me habían atravesado, pero gracias a Zafrina que me había tranquilizado y me había explicado un poco mas como me ayudaría a tener a mí bebe, ahora estaba más tranquila.

El tiempo comenzó a pasar lentamente, o eso me pareció a mí, las contracciones se incrementaron en frecuencia e intensidad, ya no estaba muy segura de hacer esto; las lágrimas me habían invadido nuevamente, y aunque Zafrina y las demás estaban a mi lado alentándome y sosteniendo mí mano me sentí sola. De un momento a otro me sentí tan desesperadamente sola que mis sollozos se convirtieron en un llanto completamente histérico; una parte de mi me decía que no había nada por lo que debiera preocuparme, que ellas estaba conmigo y no me dejarían, pero otra… me decía que esto no estaba bien, que mi bebe aun no debía nacer y que algo malo le estaba ocurriendo.

Ese último pensamiento me domino por completo y una desesperación aun mayor me invadió, y mis pesadillas comenzaron a vagar frente a mis ojos; esas donde veía a Edward con mi bebe mientras lo alejaba de mi, y otras donde el repudiaba a mi bebe diciendo que era de otro y que yo le había sido infiel. Eran tan nítidas y claras las imágenes que me sentí casi aterrada, nunca permitiría que Edward me quitara a mi bebe, era mío, las manos que me sostenían se convirtieron en las manos de Edward, era él estaña frente a mí y venia por mi bebe – mío, no me lo vas a quitar – le grite, nunca permitiría que me quitara a mi bebe, nunca se lo dejaría, y menos sabiendo la clase de monstruo que es – suéltame, no te daré a mi bebe – intente luchar contra las manos que me sujetaban, pero eran demasiadas, Edward tenía demasiadas manos, yo no podría luchar contra ella.

– Mi señora – escuche vagamente, Zafrina podría ayudarme, ella entendería que yo no quería que me quitara a mi bebe.

– Ayúdame, no dejes me quite a mi bebe – le suplique a su voz y seguí luchando contra Edward, su rostro se contrajo en esa mueca de superioridad.

– No será tuyo Isabella – la comisura de sus labios se levanto y una sonrisa siniestra apareció en ellos.

– ¡NO! – trate de pelear con todas mis fuerzas, no lo dejaría, no. Un dolor se concentro en mi espalda y tuve que detener mi forcejeo.

– Mi señora, tranquilícese – la voz de Senna me llego de mi lado derecho.

– Por favor no dejen que se lleve a mi bebe, por favor – les suplique antes de romper a llorar de nuevo, no podía luchar con tantas manos de Edward.

– Mi señora somos nosotras, tiene que tranquilizarse, por el bien suyo y del bebe – ¿ellas?, levante la vista, la cual estaba nublaba por mis lagrimas, pero era verdad, eran las siluetas de ellas y no el rostro de Edward – eso es tranquilice mi señora – e hice lo que me dijo, me tranquilice. Edward no estaba aquí, cerré mis ojos y trate de calmarme.

– Zafrina – escuche la voz de Kachiri y luego Zafrina se levanto.

– Senna quédate con nuestra señora – la cama nuevamente se movió.

Escuche el susurro de la tela y sus pasos al alejarse y salir de la habitación, Senna tomo mi mano y la froto delicadamente con cada contracción que me atravesaba. No paso mucho para que Zafrina y Kachiri regresaran y eso me tranquilizo aun más – mi señora todo está listo para poder recibir al bebe, solo necesitamos que este tranquila – asentí y ellas se acercaron – necesito revisarla mi señora – Senna se levanto y dejo que Zafrina se acercara.

Me ruborice un poco cuando note a que se refería Zafrina con revisarme, pero sabía que esto era normal, Carlisle me lo había explicado y además de que otro modo nacería mi bebe. Me sentí un poco incomoda cuando me toco, aunque creo que la incomodidad era más por pena que por otra cosa – vamos muy bien mi señora, solo le pido que se tranquilice, no quiero se vuelva a alterar, eso podría ocasionar que el bebe subiera y el parto será más difícil.

Esta vez las horas pasaron más rápidamente, los primeros rayos del sol atravesaron los extremos de la cortina, pero aun así no apagaron las velas. Las contracciones ahora eran muy seguidas, casi ni me daban tiempo para prepararme para la siguiente, Zafrina me había revisado un par de veces más, también le había dado la indicación a Kachiri que se colocara a mi espalda para masajear mi vientre y ayudar a mi bebe; Senna se había encargado de subir 2 botes llenos de agua caliente y acomodar varias mantas. Entre las 3 me habían ayudado a colocarme sobre una de la mantas, por fortuna no había tenido que cambiarme pues mi bata de dormir era más que perfecta para la ocasión.

Kachiri masajeaba mi vientre y presionaba suevamente hacia abajo, como empujando a mi bebe, Senna de vez en cuando limpiaba el sudor que ahora corría por mi frente y cuello. Me habían ofrecido comer algo ligero pero me había negado, pues el dolor apenas y me permitía comprender lo que me decían.

Las contracciones se hicieron muy seguidas, tanto así que Zafrina me reviso nuevamente para decirme que era el momento – mi señora el momento ha llegado, de ahora en adelante le pido que con cada dolor puje – asentí nuevamente, Kachiri tomo mis manos y Senna se coloca al lado de Zafrina con una manta en mano.

Respire profundamente esperando la siguiente contracción, que no tardo mucho; puje como me había dicho y sentí presión y ardor en medio de mis piernas, no sabía si eso era normal o no, pero Zafrina debía saber lo que hacía. Me pidió descansar una vez que la contracción termino, coloco sus manos sobre mi vientre, masajeándolo y empujando suavemente a mi bebe – esto ayudara mi señora, el bebe tiene que bajar – me miro unos segundos – puje mi señora – y así lo hice ya que nuevamente sentí el dolor de la contracción atravesando mi cuerpo. Senna se acerco a mí varias veces con una toalla húmeda para retirar el sudor que corría por mi cara, se lo agradecí de forma silenciosa.

El cansancio comenzó a invadirme, no sabía cuánto faltaba para que mi bebe naciera, sentí como las fuerzas se me escapaban sin que pudiera controlarlo, sabía que eso no era bueno, y la desesperación me invadió de nuevo, sabía que era tonto dejarme llevar de nuevo por ella, pero como la vez anterior no pude evitarlo – no puedo – a penas y fui capaz de decirlo en voz alta, Zafrina, Kachiri y Senna me miraron detenidamente y luego se miraron – yo… – quería decirles que me sentía muy cansada para continuar pero ya no tuve la fuerza para decirles.

– Por favor mi señora, tiene que hacerlo, usted es la única que lo puede hacer – Kachiri apretó mis manos y luego las dirigió hacia mi vientre – por favor mi señora – me susurro al oído. Dirigí mi mirada hacia nuestras manos entrelazadas sobre mi vientre; mi bebe… con una nueva contracción puje nuevamente, ella tenía razón solo yo podía traer a mi bebe para tenerlo en brazos – eso es mi señora.

Zafrina se arrodillo entre mis piernas y le pidió a Senna que preparara el agua; la presión y el ardor entre mis piernas se incremento, pero seguí pujando, debía hacerlo – lo veo mi señora – sonreí, pronto tendría a mi bebe en mis brazos – siga pujando mi señora – y lo hice; pero… el ardor se convirtió en dolor y el rostro de Zafrina se puso tenso – Senna – la aludida acudió de inmediato – mi señora viene la parte difícil, necesito que se relaje y respire como le hemos indicado y que puje cuando le llegue el dolor, necesitamos que la cabecita del bebe salga – asentí y comencé a respirar profundamente, y puje con todas mis fuerzas, el dolor en medio de mis piernas se intensifico casi al punto de igualar al de las contracciones y luego ceso.

– Lo hace muy bien mi señora – me alentó Kachiri que aun continuaba a mi espalda y con sus manos entrelazadas a las mías.

– Ya casi mi señora solo un poco mas y tendrá a su bebe en brazos.

Volví a pujar y el ardor seguido del dolor regreso pero no tan intenso como antes, Zafrina coloco la manta en medio de mis piernas y Senna movió la palangana de agua – solo otro pujo más mi señora, uno más y será todo – puje esa última vez, el ardor y el dolor de detuvieron por un simple y único sonido que llego a mis oídos, el llanto de mi bebe – es un varón mi señora – escuche de forma lejana, yo solo estaba concentrada en una cosa, en el hermoso bebe que se movía y lloraba; estire mis manos las cuales ahora estaban libres, me sentía impaciente por tener a mi bebe en mis brazos.

– Primero deben limpiarlo mi señora – me susurro Kachiri – observe como rápidamente Senna y Zafrina lo limpiaban y como de forma cuidadosa cortaban el cordón que lo unía a mí. Lo envolvieron en otra manta y me lo entregaron.

– Es perfecto – y lo era, hermoso y perfecto.

– Debemos limpiarla mi señora – Senna se acerco y tomo a mi bebe, Kachiri se levanto e hizo que me recostara en las almohadas, sentí como limpiaban mi cuerpo pero yo solo estaba concentrada en una cosa… mi bebe, y de pronto sin que me lo esperara un dolor me atravesó completamente.

– Zafrina – escuche la voz de Kachiri, desvié por un instante mi mirada y observe el rostro horrorizado de Kachiri, seguí su mirada, Zafrina aun se encontraba entre mis piernas, pero eso no fue lo que llamo mi atención, si no la mancha de sangre que parecía extenderse; regrese mi mirada hacia mi bebe y fue lo último que vi antes de que la oscuridad me absorbiera.

ola!! bueno cmo en el capi de las imagenes resivi muxxos comentarios a ki sta el capi jeje es vdd tengo ke compensarlas pr el susto!! jeje

ADELANTO!!!

ola chikas jeje no se preocupen si abra adelanto pro sto es importante a las ke me  dejen coentario deben estar registradas y les envio un mensaje privado cn el adelanto si saben lo ke es no? y a las ke no lo sten dejenme su correo pra enviarles el adelanto jeje bye (ojala me ayan entendido ) NECESITO KE ME DIGAN SU NOBRE CN EL KE STAN REGISTRADAS Y SI SI STAN REGISTRADAS O SU CORREO BYE!!