Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Stephenie Meyer y el fic a isis janet
Obsesión oscura
Capitulo 11. Vacio
Mis sueño no fueron para nada tranquilos, desde esa fatídica noche, no sabia que aspecto tenia, pero sabia que no debía ser bueno, puesto que Zafrina, Senna y Kachiri cada día se mostraban mas preocupadas por mi y mi renuencia a comer todo lo que me ofrecían o salir de mi… nuestra habitación, por suerte Edward no había vuelto a tocarme, eso me alegraba un poco y hacia que el vacio que crecía dentro de mi disminuyera solo un poco.
También creo que me ayuda mucho el no verlo durante todo el día, solo lo veía para cenar y desayunar. Apenas y le diría la palabra, los "Si" y los "No" eran mis únicas respuestas a sus preguntas, si requería agregar algo mas solo movía mis hombros; ni siquiera había vuelto a ver a Alice o Esme, eso principalmente se debe a que Edward tuvo una discusión con ellas a la mañana siguiente de nuestra noche de bodas…
Me desperté al sentir algo cálido en mi espalada, me sentía desorientada y adolorida, muy adolorida, trate de levantarme pero algo me lo impedía, al bajar la vista observe un par de brazos que me impedían moverme y entonces… como si una puerta se abriera los recuerdos de la noche anterior me invadieron, en mi desesperación por alejarme de él caí de la cama, mis muñecas que estaba un poco resentidas se quejaron mas.
Me arrastre a la esquina de la habitación, no me importaba estar desnuda, lo único que me importaba era alejarme de ese monstruo, no me di cuanta que lloraba hasta que lo vi removerse y levantarse, escuchaba su voz pero no sabia ni me interesaba lo que decía, lo vi acercarse lentamente su expresión era desoladora o eso aparentaba, yo lo único que no quería era que me tocara, así que no me di cuanta que ahora mi llanto eran gritos.
La puerta se abrió y mas voces se unieron a la de Edward; yo lo único que quería era que me dejaran sola, ¿Por qué nadie lo entendía? Alice se acerco a mi, con sus manos levantadas, yo… solo pude encogerme en esa esquina, de reojo pude observar a Esme peleando con Edward, el semblante de ambos demostraba su enojo. Alice se quito una chalina que llevaba y me la coloco, seguía sin entender que decía, y luego me abrazo.
El tiempo paso lento para mi, aunque tal vez no fueron mas de un par de minutos y entonces Edward salió de la habitación, me miro y el odio que se reflejaba en sus ojos me asusto aun mas, era esa misma mirada de anoche; trate de alejarme de Alice pero Esme se acerco y también me abrazo, las oía murmurarme cosas, pero seguía sin oírlas.
Pare de gritar cuando sentí que se me desgarraba la garganta, pero mi llanto seguí, tan fuerte como mi adolorida garganta me lo permitía, poco a poco me calme y mi llanto de convirtió en sollozos y luego se detuvo, sentí como me vaciaba lentamente, el dolor, la tristeza, el miedo, el enojo, todo desaprecio.
Las voces de Alice y Esme continuaron siendo susurros lejanos, sentí como me llevaban de un lado al otro de la habitación, primero al baño, luego frente al tocador, donde me pude ver reflejada, mi labio estaba hinchado al igual que mis ojos y mi mejilla, un par de marcas moradas en mi cuello llamaron mi atención pero no lo suficiente para que me concentrara en ellas, Esme tomo mis manos y con suavidad las froto, mi vista se dirigió a ellas; mis muñeca también tenían marcar moradas casi negras y mis palmas… cada una de ellas tenia dibujadas medias lunas pequeñas.
El dolor en mi cuerpo era incomodo pero soportable, solo el dolor de mi alma era el que no soportaba. Una vez vestida y peinada, Alice y Esme me llevaron al comedor, casi todos los Cullen estaba ahí, excepto él, Edward. Todos parecían consternados pero trataban de no aparentarlo, Esme me sentó entre ella y Alice, junto a Esme en la cabecera de la mesa se encontraba Carlisle, frente a Esme Jasper, junto a él Rosalie que quedaba frente a mi, su rostro se veía ensombrecido, casi parecía a punto de llorar, Emmett a su lado la abrazo, él… parecía confundido, las voces seguían sin llegar a mis oídos.
Las sirvientas entraron con la comida y la sirvieron, yo solo me quede contemplando mi plato de sopa, no tenia hambre, solo había una cosa que quería… desaparecer.
Pero eso no fue lo peor que viví ese día
Alice me obligo a comer, eso me enojo, ¿acaso ellos querían seguir torturándome? Yo solo quería desaparecer, morirme, todo mi mundo se había acabado en mi noche de bodas. Solo probé un poco de sopa y pan, me rehusé a comer algo mas, al terminar de comer, Esme me llevo a una habitación al otro lado de la casa, se parecía al despacho en el cual había entrado la ultima vez, pero no lo era, puesto que este tenia una cama pequeña, Esme me recostó en ella y acaricio mi cabello suavemente, adormilándome.
Escuche la puerta ser abierta y cerrada pero no preste mucha atención, sentí el toque de una mano diferente y abrí mis ojos, intente alejarme pero Esme me retuvo, ambos me sonrieron tranquilizándome, Carlisle tomo una de mis manos y la examino lentamente; lo vi fruncir el ceño y luego hizo lo mismo con la otra, le dijo algo a Esme, y luego ella me ayudo a incorporarme, estábamos por salir cuando la puerta se abrió y por ella aprecio Edward, su semblante era duro y frio, se acerco en unos cuantos pasos a mi, yo trate de alejarme pero me fue imposible, sujeto mi brazo y me arrastro fuera de la habitación.
Mi garganta me volvió a arder por los gritos que salían nuevamente de ella, Edward se giro hacia mí y con su simple mirada me hizo callar – no me provoques Isabella – agrego y continuo prácticamente arrastrándome a la salida, escuche un sollozo y me gire para buscar la fuente, Alice. Cerca de la puerta se encontraba Rosalie y Emmett, este último la sujetaba a ella.
– Eres un desgraciado Edward – la escuche gritarle pero él ni se inmuto, la vi forcejear en los brazos de su esposo. Edward siguió caminando abrió la puerta y sin decir nada salió, siguió arrastrándome hasta el carruaje que nos esperaba, prácticamente me lanzo dentro de el y en cuanto al puerta se cerro emprendimos la marcha.
Me acurruque en la esquina opuesta a Edward, mi vista quedo fija en el suelo del carruaje, le miedo, el coraje y el vacio dentro de mi era lo único que tenia. Le tensión entre los 2 se podía sentir, el camino transcurrió en completo silencio. Al llegar a "nuestra" casa el bajo primero y sin decir ninguna palabra tendió su mano para ayudarme a bajar, yo seguía acurrucada en la esquina mi vista solo llego a la altura de su mano, lentamente me moví a la puerta del carruaje sentía mi cuerpo agarrotado debido a que no me había movido en todo el camino, su mano seguía firme frente a la puerta, me debatí entre tomarla y no.
– No tengo todo el día Isabella – su voz aun seguía con ese matiz de dureza y frialdad, ni querer tenar mas mi suerte, la tome y nuevamente me arrastro hasta el interior de la casa; estaba dispuesta a recluirme yo misma en "mi" habitación, pero su voz me impidió seguir avanzando – a donde vas Isabella – por su tono supe que no era una pregunta.
No supe que contestarle, trate de tragarme el nudo que se había formado en mi garganta dese hace horas, pero me pareció una tarea imposible, hasta mi tercer intento pude deshacerlo y aun así eso no impidió que mi voz saliera pastosa y baja – a m… mi habitación – lo vi levantar una de sus cejas y camino hacia mi.
– Isabella – levanto su mano e instintivamente me encogí – querrás decir nuestra habitación – ignoro mi gesto anterior y rozo suavemente sus dedos en mi mejilla – ordene que pasaran tus pertenencias a mi habitación, de ahora en adelante será tu habitación también.
Eso fue lo que acabo de hacerme sentir vacía y sin esperanza, mi único refugio que podría haber tenido en esta casa me fue negado, obligándome así a vivir con mi infierno personal todos los días, las lágrimas acudieron nuevamente ese día, me sentía tan cansada y débil para tratar de luchar contra él, ¿de que me serviría? Solo avivaría su furia nuevamente, así que me resigne y me recluir en mi misma para tratar de proteger lo poco que me quedaba.
– Mi señora – la voz de Senna me saco de mis pensamientos, sus grandes ojos me miraban fijamente, trate de ignorar la lastima que brillaba de fondo en ellos, desvió su mirada cuando se dio cuenta que la miraba fijamente también – su almuerzo esta servido – apretó sus manos fuertemente contra su ropa, sabia que ese gesto en ella expresaba su nerviosismo – por favor mi señora, tiene que comer algo – me insistió, pero seguí sin dar indicios de moverme.
La observe darse la vuelta y salir de la habitación; esta era mi rutina y la de ellas, diariamente desde el día que había llegado de nuevo a esta casa. Me levantaba después de pasar la noche atormentada por pesadillas y por el miedo de que Edward volviera a tocarme, me cambiaba y bajaba al comedor para "desayunar", puesto que mi único desayuno eran un par de sorbos de leche o jugo y una o dos mordidas al pan, sentía a Edward mirarme, los primero días no dijo nada, después… solo me decía que tenia que comer mas. Después de que desayunábamos y él salía de la casa yo regresaba a "nuestra" habitación y me sentaba en una silla que había pedido que subieran y ahí me la pasaba todo el día hasta que la cena estaba servida, donde nuevamente solo probaba un par de bocados.
Los días siguieron su curso, pero para mi ya no tenían importancia, últimamente me sentía mas cansada de lo habitual, al mirarme al espejo solo podía ver una sombra, eso era lo que veía, mi piel lucia mas pálida, mis ojos habían perdido completamente su brillo y las ojeras debajo de ellos los ocultaban aun mas; pereciera que fuera una persona completamente diferente.
Me prepare para mi baño, la tina ya se encontraba llena de agua, el vapor que desprendía comenzaba a formar una tenue nube, con ayuda de Kachiri me retire el corsé, que últimamente sentía menos apretado, supongo que es por mi nueva forma de comer. El agua estaba agradable sentí como recuperaba el calor en mi cuerpo, me sentía mas relajada y tranquila, trate de olvidarme de todo, pero me era casi imposible. Me vestí con su ayuda nuevamente, y como siempre regrese a mi silla, donde seguí esperando el paso de las horas. Ya nada me motivaba, ni mi curiosidad por saber su pasado.
La hora de la cena llego, baje lentamente las escaleras, hoy mas que otros días me sentía mas cansada y débil, cuando toque el ultimo escalón mi respiración era casi errática, todo a mi alrededor se oscureció por unos instantes, me apoye en la pared para evitar caer, tome un par de respiraciones profundas para tratar de recuperarme pero parecía no funcionar, la oscuridad no disminuyo sino que me arrastro con ella.
Desperté con la sensación de estar recostada sobre algo suave y algo frio sobre mi frente, mis ojos se sentía sumamente pesados, al igual que mi cuerpo, escuchaba murmullos lejanos pero no era capaz de distinguir lo que decían, casi era la misma sensación que esa mañana después de mi noche de bodas; seguí tratando de abrir los ojos sin éxito alguno, así que me concentre en poner la poca energía que aun me quedaba en mis idos. La voz de Carlisle me llego débilmente.
– Esta sumamente débil, puede ser… – dijo algo mas pero no supe identificar que.
– No quiero perderlos – esta vez fue la voz de Edward, pero no era esa voz dura y fría, era la voz que había escuchado en nuestra noche de bodas, esa alucinación pidiéndome perdón, no podía ser, él era un monstruo, los monstruos no tenían sentimientos. Trate de moverme nuevamente y un dolor desagradable se extendió por mis extremidades.
– Tranquila Isabella – la voz de Carlisle esta vez me llego fuerte y clara, luche con mas fuerza contra la pesadez que me impedía abrir lo ojos y moverme – descansa Isabella, no te levantes – insistió nuevamente Carlisle, deje de removerme y trate de abrir lo ojos; después de varios intentos por fin pude abrirlos, la habitación estaba casi completamente oscura, solo una débil luz en la otra esquina la iluminaba, escuche pasos y luego la voz de Edward indicando que me trajeran algo de comida, quise protestar pero no pude encontrar mi voz, la poca fuerza que me quedaba la había ocupado para abrir mis ojos.
Carlisle se acerco a mi, sostuvo mi mano entre las suyas y note la diferencia de temperaturas entre nosotros, casi sentía las de él hirviendo, me sonrió, pero su sonrisa era forzada – quiero que descanses Isabella, y quiero que comas, estas muy débil – de nuevo el sonido de pasos acercándose me distrajo, Senna traía consigo una bandeja.
Carlisle me ayudo a sentarme en la cama, loe hizo una seña a Senna que se acerco, tomo un plato y la cuchara – come – casi me ordeno ofreciéndome la cuchara llena de sopa, quise protestar pero la mirada que me dio me lo impidió, no era como la de Edward, esta era suplicante. Después me ofreció un poco de pan y un poco de carne, pero sentía mi estomago pesado – Isabella por favor, estas muy débil – por el rabillo de mi ojo pude ver moverse a Edward, la luz no me permitió ver su expresión pero sabia que estaba tenso, su postura era el indicativo de ello.
– Me siento muy llena – mi voz salió como un susurro apenas audible.
– Solo un par de bocados – me sonrió y me ofreció la comida, la acepte no quedándome de otra.
– Sube mas pan y una jarra de chocolate –ordeno Edward, Senna se retiro para cumplir su mandato y la habitación volvió a quedar en silencio, Carlisle parecía preocupado, tomo mis manos entre las suyas y nuevamente sentí el cambio de temperatura.
– Isabella – me miro con mucha seriedad – quiero que comas, estas muy débil, y eso no es bueno – apretó levemente mis manos y miro a Edward – tienes que… Bella – suavizo su tono – tienes que cuidarlo - ¿cuidarlo? A quien, ¿a Edward?, mi expresión debió indicarle que no había entendido ya que volvió a hablar – tienes que cuidar la vida que crece dentro de ti.
Ahogue un gemido, yo… no podría… mire a Edward y luego a Carlisle, debía ser mentira, esto no podía pasarme a mi, no; yo no podía estar embarazada. Mi respiración se volvió errática nuevamente, Carlisle volvió a hablarme pero nuevamente no escuchaba, esto no podía pasarme a mi, no, no, debía ser un sueño o una pesadilla.
ola!!
aki cn un nuevo capi graxxias pr sus comentarios vamos cn ADELANTO!!!!!
autora original!!:
Y… como ven Edward ha estado distante, pero… el bebe que viene en camino, puede que cambie las cosa o no, ya veremos.
También me dicen si la noche de bodas tiene un propósito… si, lo tiene, se podría decir que es el punto de partida para el cambio de Edward.
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-Se que no he hecho lo correcto – escuche la voz de Edward, era una voz suave, aterciopelada – me odia lo se – trate de agudizar mi oído para saber si platicaba con alguien, pero no fui capaz de identificar otra voz – no se como hacer que las cosas sean diferentes – de nuevo una pausa – no se como hacerlo – esta vez su voz se hizo mas baja y suave. Ahora me encontraba casi pegada a la puerta, mis ojos vagaron por el interior de la habitación, una habitación con un delicado tapiz rosado.
adios!!
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