Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Stephenie Meyer, y el fic a isis janet
De una vez advierto, tiene escenas no aptas para menores, por eso es rating M.
Obsesión oscura
Capitulo 10. Oscuridad
No podía creer que ya estuviera casada; todo había pasado tan rápido, aun no podía ni asimilarlo, solo cuando sentí sus labios sobre lo míos reaccione, ya no había vuelta atrás las cosas ya están hechas.
Un par de lágrimas corrieron por mis mejillas, todos pensaron que era por la emoción, pero yo y él sabíamos porque eran. Todos los invitados pasaron uno a uno a felicitarnos y desearnos mucha suerte y prosperidad en nuestro matrimonio, cuando le llego el turno a mi madre sentí que mi respiración se cortaba, no sabia como enfrentarla y ella parecía algo afligida, solo su esposo Phil parecía feliz.
– Felicidades Edward – le dijo dándole la mano y mirándome.
Edward no le respondió solo asintió y se giro hacia mi madre.
– Isabella, vez como todo fue mejor para ti, no te alegra eso – yo solo pude mirarlo con todo el odio que pude, él era el causante, puesto que me había vendido a Edward, no entendía como podía ser tan descarado y creer que todo lo había hecho por mi bien. Me abrazo y se alejo.
Mas lagrimas salieron de mis ojos, no podía controlarlas, y entonces la voz de mi madre llego hasta el fondo de mis oídos – hija – estaba frente a mi, su rostro no era nada feliz como yo esperaba.
– Mamá – sin espera nada mas y sin que siquiera lo pensara mis brazos la rodearon, llore con mas fuerza, ella me abrazo.
– Lo siento, ojala algún día puedas perdonarme – un sollozo ahogado salió de su garganta y yo solo pude abrazarla con mas fuerza.
– Mamá – volvía a repetir en apenas un susurro.
Se separo lentamente de mi, sosteniendo mi cara entre sus manos, delicadamente tal y como recordaba retiro las lagrimas, una sonrisa como las que siempre me daba cada vez que me caía apareció en su rostro y yo no pude evitar devolvérsela.
– Siento no haber sido la madre que merecer, siento no haber tenido la fuerza para mantenerte a mi lado – susurro, apenas y pude escucharla.
– Oh mamá – una nueva ronda de lagrimas corrieron por mis mejillas, después de todo ella no tenia la culpa, Phil era el culpable, ¿Qué podía haber hecho? ¿Enfrentarse a Edward o enfrentarse a Phil y resultar golpeada por alguno de los dos? Todo esta mejor así.
Nuestro momento se rompió con la llegada de Alice, mi madre me sonrió nuevamente y se alejo, Alice me guio hasta el interior de la mansión hasta el comedor me llevo hasta el lado de Edward donde tome asintió.
Lo mire, parecía feliz o eso aparentaba, no pide evitar seguir viéndolo, sus ojos parecían brillar, como en… como en ese sueño, donde apenas era un niño, se veía totalmente opuesto a ese hombre de mi pesadilla, lo único idéntico… el rostro, tan perfecto, se giro hacia mi y su sonrisa no desapareció, levanto su mano y suavemente delineo el contorno de mi rostro y mis labios, y se giro para seguir con su conversación.
Todo comenzó a pasar rápidamente para mi de nuevo, debo reconocer que comida estuvo excelente, las hora siguieron pasando, y cuando menos me di cuenta la hora del vals llego, Edward seguía manteniendo esa sonrisa, todo parecía un sueño, pero yo sabia que no lo era, el final de esto llegaría y con el, el mío.
La fiesta llego a su fin, todo se retiraron, Edward me guio a una de las habitaciones superiores de la mansión, no sabia donde estaban los demás, no había visto a Esme o a Alice ni a nadie mas, Edward se había encargado de agradecerles por su asistencia.
La habitación a donde me llevo se encontraba casi en penumbras, solo un par de velas le daba la luz suficiente para permitirnos guiarnos. Los nervios que hasta entonces se había mantenido a raya fluyeron con todo su poder por todo mi cuerpo, no sabia a ciencia cierta lo que me esperaba esta noche, mi madre solo me había dicho muy poco con respecto a lo que pasaba esta noche, se suponía que debía considerarla una noche feliz, porque me entregaría al hombre que amo.
Me guio hacia una enorme cama, sus manos se deslizaban por mis costados, así que no pude evitar estremecerme – Isabella – susurro con voz suave y aterciopelada en mi oído antes de depositar un suave beso – eres mi esposa.
Si, ahora lo era, pero aun así… yo no pude evitar seguir estremeciéndome, esto iba a ser mucho peor que solo un beso, las silenciosas lágrimas hicieron su aparición.
– Te deseo Isabella, siempre lo he hecho – sus manos continuaron su recorrido por mi cuerpo, escuche el suave susurro del cordón del corsé al ser desabrochado. Cuando lo soltó completamente el vestido de deslizo hasta el suelo, me sentí expuesta, pues solo estaba en ropas interiores, nunca nadie me había visto así, salvo mi madre.
Me quede en mi lugar, el miedo ahora reemplazaba a los nervio, las lagrimas continuaban silenciosas; sentí sus labios posarse en mi hombro y hacer un pequeño recorrido desde este hasta mi oído, apreté fuertemente mis dientes para evitar que algún sonido saliera de mi boca, no quería alterar su aparente calma y complicar las cosas.
Lo escuche moverse, y escuche el débil susurro de la ropa al ser removida del cuerpo, mis manos se convirtieron en puños y mis ojos se cerraron impidiendo así que las lágrimas continuaran su camino. No se cuanto tiempo paso hasta que volví a sentir sus labios, ahora en mi otro hombro – Isabella – murmuro suavemente antes de atraerme hacia él; por primera vez sentí el calor de su piel, la dureza de sus músculos.
Apreté aun mas mis puños, sabia que mañana tendría las marcas de mis uñas en las palmas, pero no me importaba, esta era mi única forma de desahogarme.
Sin que me lo esperara poso sus manos en mi cintura y la recorrió, me empujo suavemente hacia la cama, extendió su mano a mi costado y escuche el otro susurro, el de la colcha que la cubría supongo, y nuevamente sin esperármelo me giro y estampo sus labios con los míos, su beso fue demandante, hambriento, no era como ninguno de los anteriores, y eso… termino por romperme, un sollozo salió desde el fondo de mi garganta, y Edward se detuvo, mis ojos seguían cerrados, no sabia que pasaba, estaba aterrada.
– Tranquila amor – susurro y me recostó en la cama un nuevo sollozo salió, no pude contenerlo, no se como podía llamarme amor y hacer esto – shh – trato de tranquilizarme, sus manos recorrieron el camino que habían dejado mis lagrimas, tan suave como la caricia de una pluma – mírame – su voz suave e hipnótica me hizo abrir lo ojos – eres mía Isabella, esto es lo correcto, no tienes porque estar asustada.
Sus palabras en lugar de reconfortarme me enojaron y humillaron, ¿porque tenía que recordarme que le pertenecía? ¿Acaso su motivo era torturarme? Trate de alejarme, no quería que me tocara.
– Isabella – su tono imperativo se hizo presente logrando así frenarme.
– ¿Por qué? – era lo único que quería saber – ¿Por qué yo? – volví a repetir.
– Siempre te he deseado, desde el primer momento en que te vi, siempre te quise para mi – me respondió fijando sus ojos en los míos y ese sentimiento que no supe identificar apareció nuevamente. Lo observe detenidamente, no podía creer que me hiciera esto, era lo único que le interesaba de mi, poseerme.
Forcejee de nuevo, pero con él sobre mi me resulto casi imposible, las lagrimas regresaron junto con el miedo, yo no quería esto – será mejor que te tranquilices Isabella – lo sentí ejercer mayor presión sobre mi – Isabella – su voz ya no era suave, de nuevo era dura – si no quieres hacer esto por las buenas será por las malas Isabella.
Con una de sus manos todo ambas mías y las coloco por encima de mi cabeza, su cuerpo se acomodo sobre el mío para impedir que me moviera, con su mano libre desgarro mi ropa interior, los largos trozos de tela terminaron en el suelo, los sollozos se incrementaron, puesto que ahora podía sentir con mayor claridad su piel contra la mía.
– ¿Es así como lo quiere Isabella? – pregunto con su voz impregnada de furia y ataco mis labios, trate de girar mi cara pero su mano me lo impidió, este beso fue brusco y demandante, antes de alejarse mordió mi labio inferior y proferí una pequeña queja – si no eres dócil Isabella será peor para ti.
¿Dócil? Como esperaba que lo fuera, si me obligaba a algo que yo no quería – te detesto – le dije entre dientes y forcejee inútilmente de nuevo, él rio y la furia se concentro en sus ojos.
– Me darás lo que quiero, lo quieras o no Isabella, eres mía casi en todas las formas posibles y esta noche lo serás en todas, si no quieres cooperar será peor para ti – lo sentí removerse y acomodarse sobre mi, aferro mis manos entre la suya con mayor fuerza, estaba casi segura que por la mañana tendría un par de marcas.
Me paralice al sentir una presión sobre mi vientre, algo duro, no estaba segura de lo que era, pero algo dentro de mí me decía que mi fin se acercaba, la impotencia y el horror comenzaron a invadirme, su rostro ahora distorsionado por la furia me aterrorizo aun mas. Yo no quería esto, debía ser una pesadilla, mis esfuerzos por liberarme eran inútiles, me sentía atrapada, como si la oscuridad me estuviera absorbiendo.
Edward se inclino y comenzó a besarme el cuello, su mano libre recorrió mi costado, rozo el contorno de mi pecho, yo… solo pude llorar de coraje, impotencia. Sus caricias comenzaron a incrementarse, conforme yo trataba de resistirme, no se lo haría fácil, si esto iba a ser peor para mí, también para él, no me entregaría tan fácil a lo que quisiera, pelearía.
Gruño un par de veces al ver mi renuencia a cooperar, su mano siguió incrementando la presión en mis muñecas, las cuales apenas y sentía sus piernas batallaban con las mías y su cuerpo presionaba el mío para mantenerlo quieto. Sus caricias se fueron haciendo bruscas, apretaba mis pechos con fuerza lo que causaba que me quejara y me removiera mas, me besaba para acallar mis protestas, sabia que jugaba con fuego, pero no me importaba.
La lucha siguió cada vez veía con mas claridad la furia en sus ojos, una furia que solo había visto un día, el día que me informo que me tenia que casar con él, levanto su mano en la cual tenia presas las mías y la azoto contra la pared, grite por el dolor, pero no pareció importarle, sus piernas abrieron bruscamente las mías y las enredo para que no las pudiera mover, su mano libre golpeo mi rostro con fuerza, hacendó girar mi rostro hasta el otro lado, sentí un liquido caliente correr por mi labio y olor a oxido y sal inundo mi nariz, me sentí mareada así que empecé a jalar aire por la boca.
– Te lo advertí Isabella – su voz era un gruñido terrorífico, las lagrimas corrieron nuevamente acompañadas de los sollozos – ERES MÍA – cuando dijo esto sentí como embestía contra mi, y un dolor me atravesó el cuerpo, sentí que me desgarraba por dentro, deje que las lagrimas corrieran libremente y los sollozos se convirtieron en llanto – MÍA, MÍA, MÍA – repitió con cada embestida, y el dolor se incremento.
Un sollozo que no era mío llego hasta mis oídos, aunque no estaba segura, me sentía cansada, adolorida, rota, vacía, sucia… sus envestidas se fueron ralentizando, soltó mis muñecas, tomo mi cara entre sus manos y me beso suavemente – perdóname – escuche suavemente, pero tampoco estuve segura; tomo mis manos y las entrelazo con las suyas, luego sentí que las levantaba y algo cálido se poso en ellas, mis ojos se fueron cerrando, sentí como me acariciaba y besaba, eran caricias suaves, tiernas y me deje llevar por ellas, escuche un gruñido suave y luego todo se detuvo – Isabella perdóname – volvía a escuchar, pero el sonido era lejano, sentí mi cuerpo ser girado y aprisionado por dos brazos, mas sollozos se escucharon a lo lejos y luego nada pues la oscuridad me devoro.
espero ke no me odien pro sta istoria no es mia y tampoco odien a la autora ya ke sta istoria son del tipo ke me gustan jeje me preguntaron ke si iba a aver epov ps si va a aber pro ese sera otro fic ke me explico la autora original ke seria cmo un complemento o secuela se veran cosas ke aki no se vieron y continuara donde sta acabe.espero ke aunke pso sto sigan leyendo jeje
autora original:Oh si, lo se, hice que Edward fuera muy malvado, pero como pueden leer trato de disculparse, y… ¿que les pareció el capitulo? ¿Malo, bueno, lloraron, ya no quisieron leer? Espero sus opiniones
ADELANTO!!!
Mi garganta me volvió a arder por los gritos que salían nuevamente de ella, Edward se giro hacia mí y con su simple mirada me hizo callar – no me provoques Isabella – agrego y continuo prácticamente arrastrándome a la salida, escuche un sollozo y me gire para buscar la fuente, Alice. Cerca de la puerta se encontraba Rosalie y Emmett, este último la sujetaba a ella.
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– Isabella – me miro con mucha seriedad – quiero que comas, estas muy débil, y eso no es bueno – apretó levemente mis manos y miro a Edward – tienes que… Bella – suavizo su tono – tienes que cuidarlo - ¿cuidarlo? A quien, ¿a Edward?, mi expresión debió indicarle que no había entendido ya que volvió a hablar – tienes que cuidar la vida que crece dentro de ti.
osi ya se acerka lo bueno jeje bueno bye
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