Los Personajes no pertenecen mí, le pertenecen un Stephenie Meyer.
ke bueno ke les aya gustado pro no sean malas lean mis otras yistorias ke ya conosen y si no me preguntan jeje los veo abajo....A LEER
miedo
Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Stephenie Meyer.
Si, ahora me encontraba de pie frente a la puerta de mi nuevo amo, dueño o lo que sea. Aun recuerdo lo sucedido hace 2 años como si fuera ayer, la noche anterior a esa fatídica noticia… todo parecía normal.
Mi madre y yo nos encontrábamos tejiendo un lindo mantel, el cual se suponía haría juego con las cortinas que habíamos hecho la semana pasada, el sol casi se ocultaba, lo que indicaba que mi padre estaba por llegar, él era el alguacil del pequeño pueblo en que vivíamos, todos lo conocían y lo respetaban.
A mis escasos 15 años el era la mejor persona que había conocido, incluso superaba a mi propia madre; y es que había ocasiones en que se comportaba peor que una niña de 5 años. Continuamos con nuestro trabajo esperando que en cualquier momento se abriera la puerta y por ella entrara mi padre.
Los minutos pasaron y él no llegaba mire a mi madre con una pregunta silenciosa, ella me devolvió la mirada, pude ver en sus ojos también un poco de preocupación, no era normal que mi padre se retrasara, a menos que algo hubiera ocurrido, poco probable en un pueblo tan tranquilo como este.
Esos minutos se convirtieron en horas, la noche ya había caído sobre nosotros, afuera todo estaba oscuro, una especie de peso se instalo en mi pecho, me sentía muy angustiada y no sabia el porque, me levante de la silla en que había estado sentada y camine con paso lento hasta la ventana, mis ojos no veía mas allá de un par de metros, era luna nueva y ello solo significaba que todo estaba mucho mas oscuro, la estrellas no eran suficientes para brindar una fuente de luz aceptable.
Escuche la silla de mi madre rechinar contra el piso de madera y sus suaves pasos acercándose a mi, sin decirme nada me abrazo ¿acaso ella también tenia esa angustia en su pecho? tomo mi rostro entre sus cálidas manos y seco mis lagrimas ¿en que momento había comenzado a llorar? No lo sabia, pero esa angustia crecía más y más, y lo peor es que se concentraba en un punto… mi corazón.
– Tranquila hija, tal ves algo sucedió y por eso aun no llega – su voz se escuchaba distante, pero pude notar un poco de angustia – tranquila, no llores – me abrazo con más fuerza hacia ella; ahora no solo eran lagrimas, un par de sollozos se unieron. Me abrace a mi madre, no se porque pero todo parecía desolado, triste… sin esperanza.
No se cuanto tiempo estuve en brazos de mi madre llorando, lo ultimo que recuerdo antes de despertar es que ella también lloraba. El sol se colaba débilmente por las cortinas de la venta, perece que hoy tendríamos un día nublado. Me levante lentamente de la cama, aun traía la ropa de ayer, así que supuse que mi madre me había traído a la cama.
Todo estaba en silencio, y eso me dio un mal presentimiento, algo andaba mal, y además mi padre debería haber venido a despertarme como era su costumbre antes de irse a su trabajo, lo que indicaba que aun no llegaba.
Camine lentamente hasta la puerta de mi habitación, la angustia se incremento de manera exponencial en el momento en que abrí la puerta unos cuantos centímetros y escuche unos suaves sollozos. Mi madre se encontraba en la pequeña mesa del comedor, su aspecto no se comparaba en nada al del día de ayer, su cara estaba surcada por lagrimas, varios mechones de su pelo escapaban de su peinado y lo peor fue cuando levanto su rostro y pude ver esas profundas ojeras bajo sus ojos; ella no había dormido nada, lo que significaba solo una cosa… papá no había llegado a dormir.
Me acerque con cautela, sabia que en cualquier momento yo también colapsaría, la usencia de mi padre a estas horas no era nada bueno.
– Hija – su voz sonó entrecortada, ronca y eso solo ocasiono que mis ojos se nublaran por las lagrimas aun no derramadas – siéntate – y así lo hice, no podía ver claramente sus ojos, pero sabia que su llanto tenia una razón y esa razón iba entrelazada con esa opresión en mi pecho.
– ¿Dónde esta papá? – susurre, incapaz de elevar el tono de mi voz.
Mi madre me dio una sonrisa triste y nuevas lagrimas se derramaron por sus mejilla, no necesite escuchar ninguna palabra, su expresión, sus ojos, todo me lo dijo y sin más comencé a llorar, me levante como pude de la silla y abrace a mi madre, queriendo fundirme con ella para evitar sentir este enorme vacio, pesar, dolor, todo, todo esto que sentía y que hacia que me faltara el aire, que me sintiera desfallecer. Nos abrazamos con toda la fuerza que nos permitieron nuestros cuerpos, mis lágrimas se perdían en su hombro y las de ella en el mío.
No se cuanto tiempo paso, tal vez segundos, minutos, horas, días, no lo se, lo único que sabia es que sentía un gran vacio dentro de mi, un vacio que había estado creciendo desde la tarde de ayer. Sentía las suaves caricias que mi mamá me daba, yo solo la abrazaba más fuerte, unos suaves golpes en la puerta llamaron nuestra atención, con renuencia ambas nos separamos, mi madre se acomodo un poco su cabello y por mi parte solo agache la mirada.
– Adelante – Mark el compañero de papá entro, su rostro también estaba cubierto por el dolor.
– Renee… – se detuvo y me miro, mi madre también lo hizo, por lo que me aferre a su brazo.
– Esta bien Mark – le contesto sin mirarlo – pasa, toma asiento, ¿quieres que te prepare algo, un café, un té?
Él movió la cabeza negativamente – solo… vengo a informarte que lo encontraron – me volvió a mirar – estaba a las afueras del pueblo, parece que… que fue un asalto, ya lo llevaron con el doctor y… determino la causa de la muerte… – ya no escuche más, yo lo sabia, lo sentía, pero escucharlo, no supe que paso, de pronto todo se volvió negro.
Desde ese día mi vida cambio por completo, había perdido a mi padre, al hombre que mas amaba y que me amaba, y además por si fuera poco también se había llevado a mi madre, su muerte nos cambio totalmente, hizo que nuestras vidas dieran un giro de 180 grados; no recuerdo exactamente que paso los meses posteriores, todo se ve envuelto por una espesa bruma, pero después del primer aniversario de su muerte las cosas cambiaron aun mas. Phil comenzó a acercarse a mi madre, venia a la casa con pretextos, primero era para saber como estábamos, si nos faltaba algo, si nos podía ayudar en algo. No me di cuenta hasta que fue tarde.
Se suponía que mi madre amaba a mi padre y resulto que solo un par de meses después de su aniversario de muerto se caso con Phil; él jamás seria como mi padre, él solo era un usurpador, poco meses después de la boda comenzó a portarse distinto, ya no era amable como al principio, era mandón, flojo, odioso, despreciable… lo odiaba, odiaba la forma en que me miraba, nos trataba como sirvientas y lo peor es que se gastaba el dinero que mi padre nos había dejado de forma inútil, en apuestas.
Había veces que llegaba ebrio y… esos días no me gustaban, siempre llegaba gritándonos, pero era peor cuando llegaba enojado por haber perdido, rompía cosas, pareaba las sillas, la puerta, lo que se le pusiera enfrente, por fortuna nunca nos golpeo, solo nos lastimo de una forma: con insultos.
Recuerdo que cierto día me encontraba en la cocina preparando la comida, mi madre había salido para comprar un poco de pan, la casa se encontraba en silencio, me agradaba cuando estaba así, me hacia sentir en paz, y… aunque suene tonto sentía que mi papá estaba conmigo, cuidándome, incluso llegue ha hablar sola un par de veces, no se si me estaba volviendo loca o que, pero yo podía sentir que el me escuchaba; y de pronto escuche los gritos de Phil, parecía que venia mas enojado que de costumbre, por lo que rápidamente quite las cosas del fuego y salí de la cocina, no seria nada agradable que estropear tanto esfuerzo.
– NIÑA – grito y yo salí a su encuentro, estaba recargado en una de las sillas, apenas y se sostenía en pie – prepara tus cosas.
¿Qué?, debió haber sido la expresión de mi rostro al escucharlo decir eso.
– Que no oíste, prepara tus cosas – se acerco a mi y yo instintivamente retrocedí, no permitiría que me tocara, yo lo odiaba.
Estaba a punto de decirle que se fuera al demonio cuando la puerta se abrió, revelando una figura imponente, un joven, hubiera dicho que era como un dios, pero sus ojos fríos como el hielo y sus facciones duras me lo impidieron.
– No tengo toda la noche Phil – le dijo el joven, su voz sonó dura y un escalofrió me recorrió, algo me decía que saliera corriendo de ahí, pero mis pies parecían pegados al suelo.
– Que esperas – Phil se acerco a mi y esta vez no pude evitar que me tocara, me tomo de la mano y me arrastro a mi habitación – empaca tus cosas, PERO YA – lo ultimo lo grito, provocando que diera un pequeño salto.
– No – respondí desafiante, esta era mi casa, si alguien se iba era él.
– Con un demonio niña, harás lo que te digo – mis ojos se abrieron por la sorpresa cuando vi que levantaba su mano para golpearme, lo vi en cámara lenta, su mano descendía directo hacia mi, lo único que fui capaz de hacer fue apretar los ojos y esperar el golpe, pero nunca llego, abrí mis ojos, esperando ver que había pasado y me horrorice, el joven tenia a Phil contra la pared, su mano apretaba su cuello.
– NO TE ATREVAS – su voz antes fría y dura ahora estaba teñida de furia, sin darme cuenta me encontraba contra la pared opuesta, el miedo me recorría, primero por lo que Phil estuvo a punto de hacer y luego por la forma en que ese joven lo tenia.
– Lo… si… en… to – se disculpo Phil en cuanto el lo soltó, me miro con un poco de miedo – has lo que digo – y sin mas salió.
El joven se giro hacia mi, sus verdes ojos me traspasaron, parecían tristes, llenos de dolor, de furia, estaban llenos de un mar de emociones, me sentí atrapada por ese par de ojos hechizantes – date prisa – casi susurro, dio media vuelta y salió de mi habitación.
Todo paso como un borrón, no supe que fue lo que metí en una pequeña maleta, lo único que sabia es que no quería hacerlo enfadar, algo en el me daba miedo, y mi instinto me decía que era mejor no hacerlo enojar, me apresure a la puerta y la abrí lentamente, podía acachar el murmullo de una conversación, escuche las palabras “deuda” “trato” “intercambio”, pero la que mas me sorprendió fue “Edward Cullen”, acaso el era ese famoso joven que vivía a las afueras del pueblo, en esa gran casa, ¿esa casa que me daba escalofríos cada vez que pasaba frente a ella? Salí rápidamente y ellos guardaron silencio, mi madre se encontraba en la esquina con la cabeza agachada, me dirigía hacia ella pero él se interpuso en mi camino.
– No hay tiempo para despedidas, mi tiempo es limitado – sin decir mas me tomo la mano y literalmente me arrastro fuera de la casa, ya aun me encontraba en estado de shock, pero en cuanto la brisa toco mi rostro mi mente se despejo.
– Suélteme – jale mi mano para tratar de zafarla de su agarre, pero todo fue inútil.
– Me perteneces Isabella – ¿que yo que? Como podía decir eso, yo no le pertenecía a nadie, me detuve y tire de mi mano nuevamente.
– Yo no le pertenezco a nadie – seguí tirando de mi mano, pero era inútil, su agarre era demasiado fuerte para mi.
– Tu padre te vendió a mí por 1000 monedas de oro y la liquidación de su adeudo, me perteneces.
¿Que mi padre había hecho que?, era imposible que mi padre hubiera hecho algo así, él… y caí en cuenta, se refería a Phil.
– Él no es mi padre – tire inútilmente de mi mano otra vez.
– Como sea Isabella, eres mía – se dio la vuelta y me encaro, su rostro me atemorizo y retrocedí solo lo que su agarre me permitió – vendrás conmigo por las buenas o por las malas, tu elijes – sentí mi cara enrojecer por la rabia, si mi padre estuviera aquí nada de esto habría pasado; deje de tirar de mi mano, no tenia caso seguir luchando, su mirada me lo decía.
Me llevo hasta un carruaje, abrió la puerta y me permitió pasar primero, me arrincone cerca de la ventana y el se sentó frente a mi, en cuanto la puerta se cerro el carruaje emprendió la marcha. Mi vista se nublo, las lagrimas de impotencia, tristeza, humillación, enojo se hicieron presentes, pero yo no quería que él me viera llorar, no le daría esa satisfacción, mire por la ventana, el sol estaba por ocultarse, me concentre en los matices de color que desprendía, no podía dejar que las lagrimas salieran, no.
Avanzamos a ritmo continuo, las casas poco a poco quedaron atrás, y frente a nosotros se erguía su casa, esa casa triste, con aspecto abandonado, fría, desaliñaba nos daba la bienvenida, atravesamos lo que en un tiempo atrás debió haber sido un hermoso jardín, el carruaje se detuvo y Edward descendió primero, me ofreció su mano pero yo la rechace, el bufo y se encamino a la entrada, yo lo seguí, que mas me quedaba
si si gracias! pr sus comentarios y cmo lo prmeti aki sta el cap (cda ke resivo + de 3 comentarios subo cap y si menos adelanto jeje) asi ke si kieren el proximo cap rapido cmo ste comenten! a y se me olvidaba sta muy largo asi lo dejo o lo dejo un poco mas corto? contesten pliss!! dany*_Cullen-patt
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