Niñera por toda la eternidad

Autor: Meli-ch
Género: Humor
Fecha Creación: 03/10/2009
Fecha Actualización: 30/10/2011
Finalizado: SI
Votos: 64
Comentarios: 169
Visitas: 130786
Capítulos: 12

 

Bella es una niña de cinco años que escapa de su casa al ser maltratada, ¿que pasara cuando encuentre la casa de los Cullen? ¿Podra sobrevivir en una casa llena de vampiros? o mejor dicho ¿Podran siete vampiros sobrevivir con una niña pequeña?

 

Si quieren saber, lo unico que deben hacer es entrar y dejar sus comentarios y votos ^^

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Capítulo 3: Capitulo 3

Capitulo 3

 

BELLA POV

 

Todos en la casa se habían marchado a hacer alguna cosa. Lo que mas recordaba era que Alice me compraría ropa y por alguna extraña razón eso la tenía muy emocionada. Escuche que Rosalie y Emmett se fueron a comer afuera y Esme y Carlisle se fueron a hacer “aquello”, no entendí muy bien, pero ahora estábamos Edward y yo, solos en la casa.

 

Ambos estábamos en el gran salón, cada uno sentado en un sillón, enfrentándonos, nos mirábamos, pero Edward tenía la clara expresión de no saber que hacer. Estaba tan quieto que parecía una estatua, hasta me daba la impresión de que no respiraba.

 

-¿Qué vamos a hacer?- pregunte rompiendo el silencio.

 

-¿Qué?- parpadeo varias veces, mirándome desconcertado, lo había sacado de sus pensamientos.

 

-Pregunte, ¿Qué vamos a hacer?- repetí con cierto fastidio.

 

-¡Oh!- se rasco la cabeza- ¿Qué te gustaría hacer?

 

Abrí tanto mis ojos que llego hasta el punto de dolerme, ¿acaso no estaba pensando él en eso?

 

-Quiero comer- dije un tanto apenada, desde la noche anterior que no había comido nada.

 

-Cierto, tu no has comido nada- en medio segundo se puso en pie y camino hacia una puerta, a la cual imagine que era la cocina.

 

Me baje del sillón, con un poco de dificultad, me acomode mis ropas y salí a la carrera detrás de Edward. Lo encontré mirando la heladera con gesto pensativo, me acerque a él y vi que la heladera estaba vacía.

 

-No te preocupes, encontraremos algo para que comas- me alzo y me sentó en la mesada de la cocina, mientras tanto él abría las puertas de la alacena, que se encontraban en el mismo estado que la heladera, los estantes estaban vacíos.

 

-¿Acoso no comen?

 

-No, bueno…-tartamudeo- hace poco que nos mudamos, y…hummm... comemos afuera- balbuceo.

 

¿Era mi imaginación o estaba nervioso?

 

-¿Entonces no hay nada para comer?- pregunte luego de unos minutos, en los que Edward abrió todas puertas de todos los muebles, y todos se encontraban vacíos.

 

-Al parecer, no- dijo sentándose a mi lado-. Creo que tendremos que pedir algo por teléfono, ¿Qué te gustaría comer?

 

-¡Pizza!- dije con mucho entusiasmo, él sonrió.

 

-De acuerdo- salio de la cocina, de nuevo hacia la sala.

 

Me quede sentada esperando a que volviera, pero no escuchaba nada, todo era muy silencioso. Intente bajar de la mesada, pero estaba demasiado alto, hasta me dio vértigo.

 

-Edward…-le llame, al segundo estaba parado en la puerta.

 

-¿Si?- pregunto curioso.

 

-¿Me podrías bajar?- dije estirando mis brazos hacia él.

 

Edward sonrió de lado, dejando ver su dentadura perfecta, se acerco a mí y me cargo en sus duros y fríos brazos. Todos en esa familia tienen la piel así, eso era muy extraño.

 

Me dejo en el suelo, camino hacia una mesa, que para mí, estaba muy alta.

 

Me acerque e intente mirar haciendo puntitas de pie, pero mis piernas son tan cortitas que no lograba ver nada. Cerca había una silla, la arrastre al lado de Edward y me subí, le encontré ojeando a gran velocidad un gran libro con hojas amarillas y blancas, con un montón de letras y números.

 

-¿Qué haces?- le pregunte, ¿acaso no dijo que llamaría por teléfono?

 

-Busco el número de una pizzería- dijo sin dejar de mirar y hojear el gran libro.

 

-¿Y como lo encontraras? ¡Ese libro es enorme!

 

Soltó una melodiosa carcajada y me palmeo la cabeza.

 

-Definitivamente, eres encantadora- deposito un beso en mi cabeza, haciendo que me sonrojara, eso hizo que volviera a reír.

 

No aguante más la vergüenza y baje de la silla. Camine por la sala sin encontrar nada interesante. Hasta que vi el gran ventanal. Me acerque a él y quede maravillada con el hermoso patio que había.

 

Abrí la puerta y camine hacia fuera. Había flores de todos los tamaños, formas, aromas y colores, una más bonita que la otra. El viento que soplaba era frío pero no me importo, estaba muy entretenida oliendo y tocando las flores.

 

-¿Puedes creer que no atienden ningún teléfono?- la voz de Edward me asusto. Me gire para mirarlo y lo vi apoyado en la puerta de vidrio con un teléfono en la mano.

 

En ese momento una idea cruzo por mi cabeza.

 

-¡Tengo hambre!- grite, asustándolo.

 

-¿Qué?- me miraban entre sorprendido y curioso.

 

-¡Tengo hambre, tengo hambre, tengo hambre!-grite aun mas fuerte, fingiendo un berrinche mientras agitaba mis brazos, pero deje mi acto enseguida cuando lo escuche reír.

 

-¿Me quieres engañar?- dijo picadamente.

 

-¡No es justo!- cruce mis brazos por mi pecho e hice un puchero, esta vez no estaba fingiendo.

 

-Te falta mucho para intentar hacerlo- me alzo y beso mi cabeza, nuevamente, mientras me llevaba adentro de la casa, donde estaba un poco mas calentito.

 

Me sentó en el sillón y prendió la televisión, una muy grande por cierto, sintonizando las caricaturas

 

-Te quedaras aquí, como la niña buena que eres y esperaras a que vuelva con tu comida- camino hacia la puerta de la entrada, antes de irse se giro- Volveré enseguida.

 

Una vez que la puerta se cerro, me le quede mirando. En mi pequeño pecho sentía una opresión que no supe entender. Deje de mirar la puerta e intente prestarle atención a la televisión, hice una mueca de disgusto, nunca me llamaron la atención los dibujos animados.

 

Suspire frustrada, baje del sofá y camine hacia la ventana, apoye mis manos en el cristal, no podía ver mas allá de los árboles, suspire nuevamente. Acerque una silla a la ventana y me senté a esperar a Edward, en ese momento se me cruzo una idea por la cabeza.

 

-Esta vez si te engañare Edward- dije en voz alta y una sonrisa macabra se reflejo en la ventana.

 

EDWARD POV

 

Llevaba conduciendo minutos y no encontraba una vendita pizzería abierta. Sabía que era domingo, pero eso no significaba que estuvieran todas cerradas. Mi frustración iba en aumento al pasar las calles y no encontraba nada y peor aun sabiendo que había dejado a Bella sola. Me estaba arrepintiendo de haberla dejado, pero tampoco podía sacarla de la casa. No aun.

 

Pise el acelerador hasta el fondo y salí a toda velocidad fuera del pueblo. No tarde mucho en encontrar una pizzería con el cartel de “24 Horas”. Estacione, haciendo que las ruedas rechinaran en el asfalto, baje a toda velocidad del auto y entre en el vacío local.

 

Había una muchacha en el mostrador, dándome la espalda, estaba hojeando una revista. Carraspee un poco para llamar su atención, bufo frustrada dejo la revista en el mostrador y se giro lentamente a atenderme con mala gana. Pero todo cambio en cuanto me vio.

 

-…-su mente estaba en blanco, no reaccionada.

 

-Buenos días- salude lo más cordial que pude.

 

-B-buenos d-días- tartamudeo ella- ¿Q-que vas a llevar?

 

-Quiero esta pizza-dije señalando la primera que vi en el menú plastificado que estaba en el mostrados, no sabía a que sabían y todas parecían iguales.

 

-Claro- dijo ella y se pedio por una puerta que daba a la cocina.

 

Bufe cuando escuche que le contaba a sus compañeras de trabajo del “hombre” que estaba comprado, todas las chicas se juntaron y asomaron por la puerta, algunas soltaron unos chillidos y otras pensaron en obscenidades que inmediatamente bloquee.

 

-Queremos recortarles a todos los habitantes de Forks, y alrededores, que colaboren con la familia Swan, en la búsqueda de la pequeña Bella. Que lleva desaparecida desde anoche…

 

Gire bruscamente hacia el televisor que estaba colgado en la pared. En ese momento estaban transmitiendo una foto de Bella. Luego enfocaron a sus padres, que mostraban un falso dolor por la perdida de la niña.

 

Apreté mis puños al verlos, eran ellos lo que habían traumado a Bella ¿Y ahora la estaban buscando? ¿Para que?  ¿Para seguirla maltratando?

 

-Ojala encuentren a la niña- dijo una voz detrás de mi, me gire para ver a otra chica, no a la que me había atendido. En el mostrador estaba la pizza que había encargado-. Pero si realmente se perdió en el bosque, dudo que se encuentre viva.

 

-Eso nunca se sabe- dije-. Es más, me intriga saber por que se perdió.

 

La muchacha abrió sus ojos bien grandes.

 

-Es verdad- se llevo una mano al mentón, pensando en lo que le había dicho.

 

-En este momento se están juntando todos los hombres del pueblo para salir al bosque en busca de la niña…

 

Tome la pizza, deje el dinero en el mostrador, no espere que digiera nada mas la vendedora, yo ya había hablado demasiado, y salí disparado del local.

 

En pocos segundos me encontraba de nuevo en la carretera. Tenía mis manos fuertemente agarradas en el volante, debía apurarme para llegar a la casa y estar junto a Bella, y pensar en algo para cuando esos hombres llegaran a nuestra casa.

 

En menos de lo que esperaba estaba en la calzada de la casa, baje corriendo y entre dando un portazo, busque a Bella en donde la había dejado y no estaba allí, mire una silla que estaba tirada en el suelo cerca de la ventana, en ese momento lo peor cruzó por mi cabeza.

 

Bella se había marchado. Sacudí la cabeza, sacando ese pensamiento de mi cabeza, ella no haría de nuevo lo mismo… ¿verdad?

 

Corrí hacia la cocina, hacia el patio, subí las escaleras y busque en el cuarto de mis padres, pero no encontré nada, busque en el cuarto de Rosalie y Emmett, pero tampoco estaba allí, la desesperación iba en aumento y me culpe a mi mismo por no saber cuidar de un niño.

 

Por ultimo y sin esperanza abrí la puerta de mi habitación y mi muerto corazón latió de alivio y felicidad al verla sentada en el sofá mirando un libro.

 

Giro su cabecita para mirarme, me sonrío al verme.

 

-Te tardaste mucho- me dijo con su suave voz, me acerque a ella y las piernas por primera vez se me debilitaron, caí de rodillas al lado del sofá.

 

Ella me miro curiosa y se acerco a mí.

 

-¿Estas bien?- me pregunto apoyando sus manitas en mi cara, ni se inmuto al sentirla fría y dura.

 

-Me has dado un susto de muerte- le dije con un hilo de voz, que dude si ella me escucharía.

 

-¿Entonces funciono?- dijo para si misma mirando hacia otro lado.

 

-¿Qué cosa?- la mire seriamente.

 

-Bueno…- saco sus manos de mi cara para ponerse a jugar con ellas, eso significaba que estaba nerviosa-. Como no te pude engañar con el berrinche, trate de engañarte al ver que no estaba. No sabía a donde esconderme ¡Y eso que la casa es enorme!- dijo agitando sus brazos, exasperada-. Abrí muchas, muchas puertas y ninguna habitación me parecía la adecuada para esconderme, hasta que entre a esta- miro mi cuarto-. Y me entretuve con este libro que tiene dibujo de animales- me mostró el libro, que no se que hacía allí, ya que no era mío.

 

Suspire con alivio y la abrace.

 

-Nunca mas vuelvas a hacer esto- le dije, abrazándola un poco mas fuerte, intentando no matarla-. Nunca más.

 

-Lo siento- su vocecita se escuchaba ahogada, ya que estaba contra mi pecho- Prometo no volverlo a hacer- me prometió dándome un abrazo.

 

No se cuanto tiempo permanecimos en mi habitación y abrazados, tampoco me importaba, mientras estuviera con ella lo demás no importa.

Capítulo 2: Capitulo 2 Capítulo 4: Capitulo 4

 
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