Bodas Por Encargo (+18)

Autor: LiiBiia
Género: + 18
Fecha Creación: 14/01/2010
Fecha Actualización: 05/12/2011
Finalizado: NO
Votos: 79
Comentarios: 277
Visitas: 115180
Capítulos: 28

Todas las mujeres sueñan con el día de su boda, todas menos Isabella Swan; después de tantas bodas un sentimiento de vacío se ha plantado en su corazón, aunque nunca se abia casado, para ella dejo de ser un sueño, se convirtió solo en un trabajo, ¿Quien es ella?... La organizadora de bodas más prestigiada de la ciudad.

 

Inspirada en cake y The Wedding Expert, pero con una trama original y diferente.

 

 

Ola, Kiero Presentarle a Todos mi nuevo Fic, ustedes han sido mas que maravillosas, han apoyado mi primer fic, como solo ustedes pueden, ustedes hicieron de "Mi angel guardian" una gran historia que aun continua... Espero tmbien su apoyo con este Fic, Pongo Todo mi Corazon en mis proyectos.

VOTOS Y COMENTARIOS... siempre son mi fundamento, su apoyo.

Los aDoro De verdad... xoxo : LiiBiiThaA!

 

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Capítulo 24: Escuchando al Corazón!

Hola niñas Disculpen la Tardanza, ya sabes como es Esto de la Scuela!!

pero ya Estamos por aquii de nuevo con otro capiitulo, espero lesguste mucho, y voten muchisimo, x ke he visto que estamos perdiendo posicion en la lista y eso me pone triste :(!!!

bueno les dejo un enorme beso y les invito a pasar x mi pagina de fanfiction x ahi una nueva sorpresita. FANFICTION

lOS KIERO MUCHO, XOXO!





Con mi boleto en la mano me pregunte que haría ahora, ni siquiera tenía una dirección en donde ir a buscar a Edward y su teléfono seguía sin dar señales de vida.

 

Ansiosa esperando la salida de mi vuelo se me ocurrió alguien que podría darme información… Alice.

 

Su teléfono sonaba y rogaba para que me contestara.

 

Bueno – dijo al fin.

 

Alice, soy yo – respondí.

 

Isabella Marie Swan, que ha pasado contigo, he estado como loca intentando contactarte y no he podido, solo sé que tu padre me dijo que estabas con Edward – dijo exaltada al otro lado de la línea.

 

Lo siento Alice, han pasado tantas cosas y tan rápido, que necesitaría comenzar desde el principio – dije confundida.

 

Que pasa, no te escuchas tan feliz como imagine – diablos me conocía muy bien.

 

Es que he vuelto a arruinarlo todo de alguna forma y quiero arreglarlo – le conté.

 

Bella, me estas poniendo nerviosa, mas te vale que comiences a contarme todo lo que sucedió desde ayer que Edward cullen salió corriendo de este lugar – distinguí su tono amenazante.

 

Ok Alice, esto fue lo que sucedió… - dije.

 

Comencé a relatarle todo lo que había sucedido desde que Edward irrumpió en el registro y todo lo que había sucedido entre nosotros después, incluyendo que él tuviera que irse a Londres a arreglar el problema de su compañía y yo negándome a  acompañarlo.

 

Eres increíble bella – gruño – después de todo lo que ha pasado no puedo creer que te hayas negado a acompañarlo – me reclamo.

 

Alice, no podía dejar a mi padre así nada mas – me excuse.

 

No estará solo, yo estaré al pendiente de él y tiene muchos amigos en su taller de pintura – me recordó.

 

Lo sé, el me ha convencido para que viniera a buscar a Edward al aeropuerto, pero su avión salió hace unas horas y estoy esperando mi vuelo para ir y alcanzarlo – le conté.

 

Menos mal, hasta que dejar de usar esa cabecita y empiezas a escuchar a tu corazón – dijo con sarcasmo.

 

Alice, necesito un favor – le pedí.                              

 

Lo que sea – respondió rápidamente.

 

Yo… no se a donde buscar a Edward en Londres, nunca hablamos nada al respecto y su teléfono sigue sin línea… estaba pensando que en la agencia habría algún dato al respecto – comente.

 

Si, seguramente debe haberlo, estoy aquí en este momento, ahora mismo busco algo al respecto, espera – dijo y así lo hice.

 

Después de un desesperante silencio al otro lado de la línea Alice por fin hablo – aquí está la dirección de su residencia en Londres, tienes donde anotar? – pregunto.

 

Si – conteste mientas sacaba un lapicero y una hoja.

 

De acuerdo es Kingston Palace Gardens número 23, no tendrás ningún problema en encontrarlo es la zona residencial mas exclusiva de todo Londres – comento.

 

De acuerdo Alice, muchas gracias amiga – dije con el corazón.

 

Escuche como anunciaban el abordaje para mi vuelo – Alice ya tengo que abordar – comente.

 

De acuerdo bella, mucha suerte amiga y ahora si demuéstrale a Edward cuanto lo amas, háblame si sucede algo, estaré pendiente – aseguro.

 

Gracias duendecillo, te adoro – dije agradecida.

 

Yo mas amiga, besos – dijo y colgó.

 

Arrastre mi maleta hasta llegar a la revisión, entregue mi boleto y camine hacia el avión que aborde tiempo después, sabía que era un largo viaje, y tenía mucho tiempo para pensar en la reacción de mi príncipe cuando me viera llegar así de la nada, esperaba que se pusiera feliz al verme tanto como yo lo estaba de ir en su búsqueda.

 

Durante el vuelo, me puse a pensar en un montón de trivialidades, como el hecho de que Edward y yo éramos demasiado opuestos en tantos aspectos… el volaba en jet privado y yo en un vuelo comercial de tercera clase, el era perfecto y yo por demás imperfecta, su dinero era seguramente incalculable y yo vivía humildemente con mi trabajo.

 

Como era posible que a pesar de todas esas diferencia nuestros corazones se conectaran con tal intensidad, como podía ser que él me amara tanto como yo lo amaba a él y que estuviéramos juntos en una relación; eso explicaba seguramente que el amor no avisa, no te pregunta a quien quieres amar ni de que clase social, simplemente te golpea como un meteoro y cuando puedes darte cuenta de ello, estas perdidamente enamorado y no puedes sentir más allá de esa persona.

 

Mire hacia el horizonte, como el cielo se obscurecía y el avión caía sobre la penumbra, pensé en solo cerrar levemente mis ojos para dejarlos descansar un poco, pero sin poder evitarlo, me quede completamente dormido.

 

Desperté cuando escuche el sonido del indicador, pidiendo que nos abrocháramos el cinturón de seguridad y así lo hice.

 

“señores pasajeros aterrizaremos en la hermosa ciudad de Londres Inglaterra en unos minutos” informo el capitán.

 

A medida que las azafatas nos ayudaban a bajar del avión me sentía más nerviosa, estaba a poco tiempo de presentarme en la puerta de mi príncipe pidiéndole que me dejara estar con él.

 

El aeropuerto era inmenso, más grande que el de los ángeles, pare en una pequeña cafetería y pedí un capuchino mientras compraba un libro de lugares para visitar en Londres.

 

Al salir pude percatarme del caótico tráfico que se arremolinaba en las calles y los enormes rascacielos que se alcanzaban a ver en la lejanía.

 

Después de mucho esperar, un taxi acepto llevarme y le indique la dirección, en el camino intente comunicarme de nuevo con Edward, pero era imposible completamente.

 

Mis ojos vagaban por todos lados, las miles de personas que caminaban en las calles, los autos en filas interminables, las construcciones coloniales y modernas a la vez, era una ciudad muy hermosa, que siempre había deseado conocer y ahora sin más me encontraba aquí.

 

Después de varios minutos de viaje el taxista me indico que este era el lugar, le pague y tome mi maleta en mi mano mientras abría la boca observando las hermosas mansiones que se abrían paso ante mis ojos, era un lugar en el que ni en mis mejores sueños pude haber vivido, esto solo era para personas millonarias.

 

Camine mucho hasta llegar a la propiedad marcada con el numero 23, era completamente exorbitante, seguramente tendría más de 100 habitaciones y 50 baños, tenia al frente un inmenso patio con un lago a un costado y un camino de mármol al centro, parecía una catillo de cuentos, digno de las personas que Vivian ahí, y me sentí intimidada como nunca.

 

Me acerque a las inmensas rejas que cubrían las propiedad, estaba cerrado y no encontraba la forma de poder entrar, de la nada apareció un hombre alto y robusto, su mirada era seria y me inspeccionaba.

 

En que puedo servirle – dijo con voz firme.

 

Buenas tardes, estoy buscando al señor Edward cullen – dije tímidamente.

 

Y usted es… - pregunto.

 

Eh, yo soy su amiga, he venido desde América para verlo – no me atreví a decir novia.

 

Me miro de arriba abajo y me di cuenta que debía haberme cambiado por algo más formal y descartar los jeans y blusa polo que traía puesta, incluso aquel hombre vestía un inmaculado traje negro.

 

Discúlpeme señorita…

 

Swan, Isabella Swan – responde.

 

Señorita Swan, no puedo dejarla pasar de ninguna manera – dijo serio.

 

Yo… he intentado comunicarme con él, me está esperando, pero algo ocurre con su teléfono – comente.

 

El señor no dejo indicaciones para que dejáramos pasar a nadie, así que le pido espere afuera si quiere hablar con el señor, cuando el regrese decidirá si le apetece recibirla – dijo cortante.

 

Me di cuenta que discutir sería una tontería, tendría que esperar a que Edward regresara para aclarar todo esto; arrastre mi maleta hacia una orilla de la banqueta y me senté allí a esperar a que el llegara, después de casi una hora sin señal alguna suya, comencé a ojear el libro de sitios para visitar en Londres que había comprado, realmente existían una infinidad de sitios a los que podría ir, incluso Edward tal vez podría acompañarme cuando no estuviese tan ocupado como ahora.

 

Seguramente pasaron más de dos horas porque casi terminaba de leer el extenso libro, solamente alce mi vista cuando escuche que un auto se aproximo a la entrada de la residencia, el hombre con el que había estado hablando abrió rápidamente los portones y cuando el auto avanzo se acerco a la ventanilla.

 

El cristal obscuro se bajo a la mitad y el hombre me señalo mientras decía algo, unos hermosos y desenfocados ojos verdes se posaron sobre los míos y solo pude sonreír al reconocer a mi Edward, en menos de tres segundos ya estaba abriendo la puerta y caminando hacia mí, me puse de pie nerviosa y acomode mi arrugada playera, me hubiese gustado que me viera más bonita o tan elegante como él en ese precioso traje gris.

 

Bella… - dijo emocionado mientras me tomaba en sus brazos y me hacia girar como si fuera una muñeca – mi amor, como es posible que estés aquí – dijo feliz.

 

He venido por ti mi cielo, fui una tonta al negarme a venir contigo, cuando lo único que deseo en este mundo es estar a tu lado – dije con el corazón.

 

Tomo mi rostro entre sus manos – estoy soñando verdad? – pregunto con dulzura.

 

No mi amor, realmente estoy aquí, si me besas puedes comprobarlo – ofrecí.

 

Sonrió ampliamente – está bien – acepto.

 

Sus labios tocaron lentamente los míos haciéndome estremecerme, enrede mis manos en su cabello dorado y me perdí en el sabor de sus labios, feliz porque estaba entre sus brazos y lo amaba.

 

Dios… si estás aquí – murmuro contra mis labios.

 

Te lo dije – bromee.

 

Me miro con adoración y después a mí alrededor – que haces aquí a media calle, desde cuando llegaste – me pregunto.

 

Hace un par de horas – comente.

 

Sus ojos se ensancharon – ¿qué?, has estado aquí sentada varias horas – dijo horrorizado.

 

Bueno si… pero estaba leyendo un libro…

 

Brian – grito exaltado – ven aquí – el hombre de complexión robusta se acerco.

 

Dígame señor – dijo amablemente.

 

Me podrías explicar porque dejaste a la señorita dos horas sentada aquí a media calle – dijo visiblemente molesto.

 

Bueno, usted no dejo indicaciones señor y no la conocemos – intento justificarse.

 

Pues te informo que acabas de dejar a mi novia dos horas sentada en una baqueta – gruño – porque demonios no me hablaron para avisarme – le reclamo.

 

Creímos que no era importante, no queríamos molestarlo – dijo apenado.

 

Pues sí que me molesta que la hayan dejado a media calle sin avisarme primero – reclamo – de ahora en adelante cualquier cosa que ella desee es una orden para ustedes, su palabra vale tanto como la mía y exijo que se le obedezca – dijo en tono brusco.

 

Sí señor, disculpe – dijo el hombre avergonzado.

 

Que no se vuelva a repetir y ahora trae la maleta de la señorita – le ordeno mientras me ayudaba a entras al auto.

 

Una vez dentro le di una mirada de reproche – no tenía por qué ser tan duro – lo regañe.

 

Lo sé – me abraso – pero no soporto la idea de que te dejara ahí sin avisarme, algo malo puso haberte pasado – dijo asustado.

 

No seas exagerado mi cielo, que podrías pasarme, sinceramente este en un lugar muy tranquilo – era obvio – además es mi culpa por venir vestida en tales fachas, como iba a pensar que tú me conocieras siquiera – explique.

 

Arrugo la frente – estas preciosa, no sé de que hablas, a mi me encantaría vestirme de forma casual, pero no puedo por las reuniones – hizo un puchero hermoso.

 

Te ves muy guapo – dije con sinceridad.

 

Mmm, ya estas provocándome y acabas de llegar – susurro mientras besaba mi cuello.

 

Mi cielo, deja de decir tonterías y bésame – hizo un lindo puchero mientras me atraía a sus brazos.

 

No podía describir la maravillosa sensación que me provocaba, era tan hermoso sentirlo junto a mí, edward era el hombre más tierno y cariñoso que había conocido en mi vida, me lo demostraba a cada segundo con sus miradas dulces y la delicadeza de sus labios sobre los míos, lo amaba tanto.

 

Tenía miedo – dije sin pensarlo, sus ojos me miraron preocupados y me arrepentí al instante.

 

Miedo? – Pregunto – que sucede mi cielo…

 

Negué levemente – no es nada, sabes que soy muy tonta e insegura – dije apenada.

 

Me abraso – dime a que le temes – dijo con ternura.

 

Yo… tenía miedo de llegar aquí y que todo cambiara, yo… mi miedo se acrecentó cuando… -me calle sabia que esa diciendo tonterías.

 

Cuando que mi cielo – pregunto cuándo alzo mi rostro para mirarme fijamente.

 

Bueno… no debiste enojarte con tu empleado, es que tu y yo somos tan diferentes que es imposible creer que estamos juntos, mírate, seguramente siempre luces elegante y tan guapo…

 

Sonrió – me encantan tus halagos mi cielo, pero no quiero que pienses en eso nunca más, que tiene de malo una preciosa y linda mujer vestida con unos jeans muy pegados y sexys, y esa blusa adherida a sus curvas, que tiene de malo lucir hermosa en cualquier ropa – sus ojos me recorrían con pasión – se que Brian fue un tonto al dejarte esperando afuera y jamás se volverá a repetir, pero quiero que tengas claro que no fue por como vistas mi amor, es porque… bueno en el pasado hemos recibido amenazas…

 

¿Qué? – grite alterada, no podía concebir la idea de que alguien le quisiera hacer daño a mi príncipe.

 

Si mi cielo, somos personas reconocidas y nunca faltara quien quiera aprovecharse de ello – dijo como si fuera lo más común.

 

Tome su rostro entre mis manos – pero nunca te han lastimado verdad? – pregunte preocupada.

 

Negó – no mi amor, tenemos muy buena seguridad y ahora te cuidaran a ti también – beso la punta de mi nariz.

 

Pero yo…

 

Eh, señorita nada de peros, tu eres mi vida y no podría vivir tranquilo si algo te sucediera – dijo con seguridad.

 

Está bien, hare todo lo que me digas – le asegure.

 

Hm… eso en una invitación – ronroneo en mi oído.

 

Eres un pillo lo sabías? – dije bromeando.

 

Entiende que estuve 24 horas sin ti – dijo con tristeza.

 

Hm, te recuerdo que hemos estado separados mucho más tiempo – comente.

 

Ni me lo recuerdes, fueron días realmente malos, solo podía desear tenerte junto a mi – confeso.

 

Yo también – asegure.

 

El auto se detuvo y Edward sonrió mientras las puerta se abría y el chofer nos ayudaba a salir – bienvenida a casa mi cielo – susurro en mi oído.

 

Mire nuevamente la inmensidad de aquel lugar, parecía más un castillo que una mansión, era el lugar perfecto para que viviera un príncipe, como mi príncipe azul.

 

Tu casa es impresionante – dije asombrada.

 

Edward le dijo algo al chofer que no alcance a comprender, este asintió y llevo mi equipaje dentro de la casa – y no la has visto por dentro, te daré un tour completo – dijo mientras tomaba mi mano y tiraba de ella para hacerme caminar.

 

Sonreí como tonta – mi amor, si estas muy ocupado yo…

 

He, yo nunca estoy ocupado para ti mi cielo – dijo tranquilo.

 

Asentí levemente mientras observaba como se abrían ante nosotros las enorme puestas de madera, el recibidor era inmenso y las paredes estaban cubiertas de muchos cuadros que se veían muy antiguos y costosos, los muebles eran muy elegantes y una fina alfombra color crema recubría todo el piso.

 

Buenas tardes señor – un hombre de edad avanzada se acerco a Edward y este le tendió su saco – como le ha ido este día – dijo con amabilidad.

 

Muy bien Rupert, mira quiero presentarte a mi preciosa novia, Isabella Swan – dijo alegre.

 

Es hombre hizo una especie de reverencia y yo solo asentí apenada – es una hermosa dama, si me permite decirlo – dijo con perfecto acento ingles.

 

Le agradezco – respondí.

 

Con permiso señor… señorita – dijo mientras se retiraba.

 

Quise jugarle una broma a Edward – entonces… señor cullen, tendría un poco de tiempo para enseñarle su casa a esta humilde plebeya – dije haciendo una reverencia.

 

Sonrió con esa sonrisa de lado que tanto me encantaba – venga por aquí – me indico haciendo un gesto de caballerosidad.

 

Me condujo por una exhaustiva caminata por todos los amplios pasillos de la mansión, me explicaba poco a poco la historia de su familia.

 

Mi tatarabuelo, era hijo del rey Carlos III, era el primero en fila para ascender al trono de Inglaterra y así la familia cullen ascendería a la corona – explico.

 

Que paso – pregunte.

 

Señalo un cuadro que estaba al fondo encima de una enorme puerta, en el se apreciaba a una mujer hermosa de piel clara, su cabello era rojizo, y sus ojos obscuros, no se parecía en nada a las mujeres que asomaban en los otros retratos, había algo diferente en ella.

 

Su nombre era Carlota Asmerandi. Desde el momento en que mi tátara abuelo charles supo de su próxima coronación, También recibió la orden de que debía contraer matrimonio con una princesa que estuviese a la altura de su posición – me conto – estaba prometido con Agustina Perpetuad, la hija de un rey de España, su matrimonio estaba arreglado y todo estaba en el lugar que debía – se detuvo.

 

Donde entra ella en todo esto – pregunte confundida.

 

Carlota pertenecía a una familia adinerada de Londres, pero por mucho estaba muy por debajo de lo que exigiría convertirse en Reyna, ella frecuentaba el palacio por su estrecha amistad con Antonieta II, hermana de charles – me mostro la fotografía de una joven de cabellos cenizos y rostro de ángel – charles nunca había tomado mucho en cuenta a la joven de apenas 19 años, para él era una chiquilla, una más de las amigas de su hermana pequeña – relato.

 

¿Y qué sucedió? – dije completamente atrapada por la historia.

 

Cuenta la historia que la noche del anuncio del compromiso de charles con agustina, Carlota se presento al festejo, narran los autores que lucía como un ángel alumbrando el lugar, en aquel momento vestida con una precioso vestido color crema, llamaba la atención de todo el que la veía, sus facciones denotaban sus descendencia extranjera y la hacían todavía más llamativa y atrayente – sonrió – en el momento en que charle fijo su vista en ella, no pudo volver a pensar con claridad, fue tanto el encanto que provoco aquella mujer en el, que supo en ese instante que ella era su destino – tuve que recordarme que tenía que cerrar la boca.

 

Paso un par de días platicando con ella, aprovechando su presencia en el castillo, y se dio cuenta que no solo era preciosa, sino que era inteligente y culta como ninguna mujer que había conocido; a pesar de todo lo que estaba en juego charles termino su compromiso con agustina y pidió la mano de carlota en matrimonio – continuo – al principio ella se negó, pues sabía lo que la ruptura del compromiso provocaría, no quería que él se viera afectado de ninguna manera, pues amaba a charles desde que se había convertido en mujer, charles le aseguro que su compromiso terminaría por que el la amaba a ella, y esas simples palabras bastaron para obtener su completa rendición.

 

Pero la familia de agustina se encargo de que charles no pudiera acceder al trono convirtiendo en su Reyna a carlota, cosa que a ellos no les importa, poseían fortuna y sobre todo tenían su amor ante todo, así que el primo tercero de charles, Ricardo, ascendió al trono y la familia cullen siguió poseyendo su título de nobleza sin ningún problema – concluyo.

 

Me quede con la boca abierta, como era posible que un amor fuese tan fuerte como para abandonar un trono… - es admirable lo que hicieron – comente.

 

Cuando encuentras al amor de tu vida, nada es suficiente, solo deseas estar con esa persona – lo mire fijamente porque él sabía perfectamente lo que sucedía, el estaba rompiendo muchas reglas al estar conmigo.

 

A ti no te importo cruzar el mundo para venir a mi – susurro en mi oído mientras me abrasaba.

 

Sonreí – a ti no te importo romper tu compromiso frente a todo el mundo – le recordé.

 

Nada es tan importante como tu – beso mi cuello haciéndome estremecerme.

 

Hm – me estaba constando mucho trabajo concentrarme al sentir sus suaves labios sobre mi piel – será mejor que continuemos – dije con la respiración entrecortada.

 

Sonrió – de acuerdo – acepto.

 

Tomados de la mano seguimos recorriendo la enorme estancia, parecía no tener fin, era un lugar precioso, contenía tanta historia y tantos recuerdos de una familia muy antigua.

 

Subimos por un ascensor al piso más alto de la mansión, mi príncipe sonreía gustoso mientras me conducía hacia una enorme puerta de madera – espera – dijo mientras la abría.

 

Volvió a mi lado y me tomo en brazos sorprendiéndome – que haces – pregunte con la respiración agitada.

 

Solo sonrió mientras entrabamos en la habitación, era enorme con una inmensa cama cubiertas por sabanas doradas de seda, en la esquina había una pequeña sala con muebles  modernos y alado de estos un enorme piano de madera, gire la vista para ver el enorme ventanal del fondo, desde allí se podía apreciar gran parte de la ciudad con su belleza natural.

 

Me llevo hasta la cama y me sentó en ella haciendo el lo mismo, pude ver mi maleta junto a la cama.

 

Te gusta – pregunto.

 

Es muy bonita – dije con sinceridad – me quedare aquí? – pregunte.

 

Asintió sonriente – es mi habitación y me encantaría que te quedaras aquí conmigo – dijo mientras besaba mi hombro.

 

Me sobre salte – mi amor, que pensarían los empleados si me quedara aquí contigo – dije preocupada.

 

Acaricio mi mejilla – que nos amamos, que no podemos estar el uno sin el otro… que las noches son eternas cuando no te tengo entre mis brazos – dijo con ternura.

 

Acaricie su mejilla – cielo, tu familia vendrá pronto – le recordé.

 

En una semana, y entiendo si no quieres quedarte conmigo entonces – acepto – pero no me dejes dormir solo en esta enorme cama – hizo un puchero – no podría hacerlo sabiendo que tu estas tan cerca – gruño.

 

Eres un embaucador – lo acuse.

 

Eso es un sí? – dijo ilusionado.

 

Sí, pero solo hasta que tu familia venga, no quiero que piensen mal de mí – dije preocupada.

 

Jamás mi cielo – me abraso fuertemente.

 

Lo abrace con muchas fuerzas, era tan feliz de tenerlo a mi lado, un bostezo escapo de mis labios, estaba muy cansada después de este largo día.

 

Estas cansada? – pregunto.

 

Si un poco, fue un largo viaje – comente.

 

Sonrió dulcemente, se quito los zapatos y después hizo lo mismo con mis sandalias, se acostó sobre la cama y me tendió sus brazos, sonreí mientras me recostaba sobre su duro y suave pecho.

 

Tomemos una siesta – susurro.

 

No estás ocupado, no tienes alguna reunión? – pregunte.

 

Acaricio mi mejilla con delicadeza – solo tengo que estar aquí contigo – murmuro mientras besaba mis labios con suavidad.

 

Te amo – susurre.

 

Yo mas – respondió al instante – y ahora descansa por que en la noche tenemos una cena, quiero que conozcas a alguien – comento.

 

Lo mire confundida – a quien? – pregunte.

 

Es una sorpresa, pero es alguien que quiere conocerte, una persona muy importante para mí – dijo contento.

 

Edward…

 

Shuu, ahora solo descansa mi cielo – comenzó a acariciar mi cabello y era como si el sueño se apoderara de mi.

 

Te adoro Edward – dije medio inconsciente mientras me quedaba dormida.

 

Mi cielo… - fue lo último que escuche antes de que la pesadez de mis parpados me obligara a quedarme dormida, pero hasta el último momento de conciencia me pregunte quien podría ser aquella persona.

Capítulo 23: ¿Sera correcto? Capítulo 25: Perdido sin ti! ed.pov

 
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