Hola niñas, disculpen la tardanza, primero que nada quiero agradecerles x el apoyo que brindaron al final de mi angel guardian y al final alternativo de nuestra querida amiga luna cullen, son maravillosas, gracias x ello.
pues aki con un nuevo capiitulo, espero sirva para que me vuelvan a querer despues de hacerlas sufrir tanto, espero haberlas recompensado.
votos y comentarios vitales!!
los kiero muchisimo!
Bella.
Fije mi vista en la figura femenina que asomaba frente al espejo, lucia hermosa con aquel vestido en un tono beige claro, se ajustaba a su cuerpo marcando las líneas de su figura, subí lentamente la mirada hasta detenerme en su rostro que estaba cubierto por una sutil pero notoria capa de maquillaje.
Todo lucia muy bien, hasta ese momento las cosas seguían su curso, todo sería perfecto, si no fuese por la tristeza que enmarcaba su semblante, no era definitivamente la expresión de una mujer plena y feliz que estaba a punto de unir su vida a la del hombre que ama.
Pero no bastaría con mentir para que las cosas fuesen como deberían, solo en ese momento, pude comprender que nunca ni aunque me esforzara mucho y Jacob se comportara como el marido ejemplar, lo querría.
Una lagrima cayo por mi mejilla mientras a mi mente venia la imagen de mi verdadero amor… el único hombre con el que quería compartir el resto de mi vida, mi príncipe, mi amor, Edward.
No me dolía tanto saber que estaba a punto de cometer un enorme error, pero lo que me desgarraba el alma completamente era saber que él le pertenecía a otra mujer, saber que habían unido sus vidas para siempre, que sería ella la que disfrutaría de sus sonrisas, el roce de su piel y su pasión, me desgarraba pensar que nunca volveríamos a amarnos intensamente o abrasarnos en un cama hasta caer dormidos.
Olvídalo bella – susurre con voz entrecortada.
Sabía que de nada servía hacerlo, porque jamás lo arrancaría de mi alma, lo tenía dentro de mí y así seria hasta que este tonto corazón dejara de latir, hasta que el ultimo de mis suspiros seria pensando en el.
Tenía que enfrentar las consecuencias de mis decisiones, por que la felicidad de muchas personas dependía de ello, mi padre era la persona más importante, quería verlo tranquilo y sabia que para el Jacob era el hombre indicado para mi, era como un hijo para él y tenía su cariño.
Y después estaba Jacob, que no merecía que lo lastimara, era mi culpa haber tomado malas decisiones con las que ahora me tocaba cargar.
Esta mañana había hecho algo que jamás creí posible, después de la maravillosa noche llena de amor que había compartido con Edward, hui de su lado, no pude soportar despertar a su lado, sentirlo tan mío, desnudo y rendido entre mis sabanas, sabía que no debía permitirme mirar sus ojos al despertar o captar aquella sonrisa que seguramente me habría regalado.
Yo había hecho varias promesas, entre ellas me había jurado, hacer todo lo posible para que Edward fuera feliz y sabia que si nosotros estuviésemos juntos eso no podría ser posible, tarde o temprano la oposición de su familia y la mía terminarían por destruir nuestro amor.
Por eso hui de mi propia casa, dejándolo ahí, solo y confundido, no quería ni imaginar cuanto lo había lastimado, era algo que nunca me perdonaría, pero tuve que huir de mi propia casa, recuerdo haberme vestido rápidamente y caminar hasta que no pude mas, me detuve en un pequeño parque en el que estuve hasta que lo creí conveniente y cuando entre a casa asustada, me di cuenta rápidamente de que Edward se había marchado, dejando su aroma impregnado por todas partes.
Hija – gire rápidamente encontrándome con mi padre.
Papa – dije sonriendo.
Estaba sentado en su silla de ruedas y portaba un elegante traje negro, se veía muy bien, y yo me alegraba tanto de tenerlo junto a mí, en este momento.
Camine hasta a él y lo abrace fuertemente, necesitaba sentir que alguien me apoyaba en este momento.
Hija que sucede – dijo mientras me abrasaba.
Nada, solo que me alegra que estés aquí – dije con melancolía.
Nos separamos levemente y me miro de manera extraña – bella, estás segura de que esta es la decisión que deseas tomar? – pregunto.
Su pregunta me sorprendió pero intente mantener la compostura – claro que si papa, por qué dices eso? – pregunte.
Solo que… bueno es un gran paso – comento.
Papa, esto es lo que quiero – dije lo mejor que pude.
Suspiro – si tu lo dices está bien – sonrió.
Gracias papa – lo abrace de nuevo.
Hiciste algo interesante anoche? – pregunto.
Me quede helada por un momento – eh, nada yo… solo una cena – dije nerviosa.
Mmm, lamento no haber llegado a dormir – comento.
No importa papa – dije en un suspiro.
Me miro fijamente algo extraño brillaba en sus ojos.
Luces preciosa hija – susurro.
Gracias, espero parecerme a mama el día de su boda – dije con el corazón.
Igual de hermosa, eres tan parecida a ella, cuando se fue me dejo el mejor regalo para recordarla por siempre… tu hija – sus ojos se cristalizaron.
Gracias papa – susurre con voz entrecortada.
Bueno – limpio sus ojos – es hora de salir – dijo un poco serio.
Vamos – salimos de la pequeña habitación que ofrecían en el registro civil.
No tuvimos que caminar mucho para entrar en la pequeña sala, Jacob estaba ahí de pie y en cuanto nuestras vista se enfocaron su sonrisa se ensancho, vestía un elegante traje y se veía realmente guapo, ojala sintiera esa enorme emoción que siempre imagine, ojala estuviera en una enorme iglesia rodeada de mis seres queridos, ojala quien me esperara en el altar fuera…
Bella estas preciosa – dijo entusiasmado mientras tomaba mis manos.
Gracias – sonreí, el juez ya estaba detrás de la mesa con unos documentos.
Ven el juez nos espera – nos situamos delante del juez.
Buenas tardes, mi nombre es Richard kohl, soy el juez que va a oficiar su matrimonio – se presento – primero necesito que me aseguren que están aquí por su propia voluntad – pregunto.
Si – contesto Jacob.
Si – dije como pude.
Perfecto – contesto.
Desde el momento en que comenzó a decir los estatutos que integraban la firma de ese documento, mi mente se fue demasiado lejos, volvió a los días de mi infancia en que soñaba casarme enamorada, que mi matrimonio durase toda la vida, aun después de la muerte de mi madre y la vida tan dura que atravesé, jamás perdí la fe de que sería feliz para siempre, y ahora todo eso se desmoronaba, era como si mis sueños hubiesen desaparecido.
Si todo está claro, pregunto si existe alguien que tenga alguna razón para que este matrimonio no se realice – en mi mente pasaron mil razones que no era capaz de decir.
Bueno, si nadie…
Yo, yo tengo una! – me gire intrigada al escuchar las palabras de mi padre.
Papa? – dije confundida.
Charlie que sucede – pregunto Jacob.
Yo, necesito hablar con mi hija ahora – dijo agitado.
Pero papa…
Ahora hija, por favor – me miro de manera extraña.
Disculpen – dije mientras caminaba hacia el aun confundida ayudándolo a salir de la sala y dejando allí a un Jacob totalmente confundido.
Papa que fue todo eso? – dije.
Suspiro – crees que no sé lo que estás haciendo? – me miro fijamente.
Aparte la mirada confundida – papa, no sé de qué hablas.
Hija, mírame – así lo hice – estabas a punto de casarte con un hombre al que no amas – negué.
No papa, mira, Jacob es mi amigo, yo lo quiero mucho…
Pero no lo amas – dijo fuerte.
Suspire – el amor no lo es todo – dije resignada.
Eso no es lo que tú crees, si no, no lo hubieses arriesgado todo por el hombre que amas – no entendía a que se refería, no era posible que el supiera nada sobre lo de Edward.
No sé de que hablas – mentí.
Si, lo sé – metió la mano dentro de su saco y saco algo que parecía una billetera.
No entiendo – dije confundida.
Ábrela – me pidió.
Abrí la fina billetera de piel negra y me sorprendí mucho al ver de quien era – donde has conseguido esto – dije asustada.
Eso pensé esta mañana cuando la encontré tirada en tu habitación – rio – hasta que logra abrir los ojos – dijo serio.
Papa yo…
Eso me explico el porqué dejaste abandonado el proyecto más importante de tu trabajo, porque has estado triste y porqué aceptaste tu compromiso con Jacob – me miro fijamente – no pienso juzgarte hija, se que en el corazón no se manda, tu no elegiste amarlo, pero porque hacer las cosas de esa manera? – dijo preocupado.
Las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos – yo… nunca quise lastimar a nadie, me enamore de él, lo amo con todas mis fuerzas pero lo deje ir, intente rehacer mi vida eso es todo – dije con el alma destrozada, jamás imagine que sería tan duro enfrentar este momento.
El se caso esta mañana, es un estúpido por no valorarte hija, no tienes por qué sufrir – me aseguro.
No papa, Edward no es así, el quería luchar por nuestro amor, quería que estuviéramos juntos – dije entre sollozos.
Que sucedió? – me tomo de las manos.
Yo… no se lo permití, hui de casa dejándolo ahí – confesé.
Por qué hiciste eso hija? – pregunto.
Tengo un compromiso con Jacob, el tenia un compromiso con victoria Roberts, soy una simple organizadora de bodas y el es un empresario, miembro de una de las familias más ricas que hay, lo nuestro nunca podría ser papa, somos de mundos diferente – me miro con coraje.
No puedo creer que estés hablando así, tú vales igual o mucho más que cualquier jovencita aristócrata y el seria el hombre más afortunado al tenerte a su lado – gruño – bella, no puedes casarte con Jacob si no lo amas – aseguro.
Papa, no puedo romper mi compromiso – dije asustada.
Olvídate de él, olvídate de mí, lo único que quiero es que seas feliz, aunque Edward este casado y no puedas estas con él, no significa que amaras a Jacob – limpio mis lagrimas – yo fui feliz con tu madre, más de lo que pude soñar, es hora de que tu vivas tu propio sueño hija y te aseguro que un matrimonio sin amor no es la solución – dijo tiernamente.
Me lance a sus brazos abrasándolo fuertemente, no podría creer la comprensión que me ofrecía mi padre, el apoyo que me brindaba a pesar de el error que había estado a punto de cometer.
Tengo que hablar con Jacob – dije segura.
Vamos hija, estoy aquí – me aseguro.
Camine llena de nervios hacia la sala, Jacob me miraba confundido y yo me acerque a él, mientras mi padre me sonreía.
Todo bien, podemos continuar? – pregunto Jacob.
Jacob… - no sabía cómo comenzar – creo que no debemos continuar – dije como pude.
Su Expresión se congelo y me miro fijamente – de que hablas, que sucedió bella – pregunto.
Jacob, eres un gran hombre, maravilloso y el mejor amigo que he tenido – dije con el corazón.
Podrías dejar de intentar hacerme sentir bien y decirme que demonios sucede – dijo molesto.
Jacob, yo no te amo – dije al fin – nunca quise jugar contigo, pero creí que las cosas podrían funcionar, pero no te voy a condenar a una vida sin amor – dije con la voz entrecortada.
Bella, el amor puede llegar – dijo seguro.
No Jacob, no nos engañemos, nunca podre verte más que como un amigo – sentía el corazón latirme agitadamente y el nudo de mi garganta impedirme hablar.
Porque demonios aceptaste mi propuesta, porque permitiste que llegáramos tan lejos – me reclamo.
Lo siento mucho Jacob, nunca quise lastimarte – dije entre lágrimas.
Demasiado tarde, me has destrozado completamente – dijo furioso.
Jacob… - me acerque a él y lo abrace – perdóname…
Me rodeo con sus brazos y apoyo su cabeza en mi hombro – será tan difícil vivir sin ti bella, eres muy importante para mí – susurro.
Siempre contaras conmigo – le jure.
Se separo de mí y su rostro triste asintió levemente y supe que por muy grande que fuera su molestia, siempre nos tendríamos el uno al otro como amigos.
ALTO, DETENGAN LA BODA!!! – al escuchar esa voz, cada una de mis terminaciones nerviosas cobro vida, sería imposible que el estuviese aquí, tenía que ser un sueño.
Gire rápidamente y mi sorpresa se hizo inmensa, Edward entro corriendo en la sala, llevaba un elegante traje negro y se veía demasiado agitado, nuestras miradas se encontraron y mi corazón casi se sale de mi pecho, no podía comprender que hacia aquí.
Bella, mi amor, no te cases, te lo suplico, te amo, te amo, no me dejes – comenzó a decir y yo aun no podía moverme, estaba clavada en el suelo.
Edward… - susurre, las lagrimas caían por mis ojos.
Mi amor, no me case, no pude hacerlo, te amo solamente a ti, no puedo imaginar mi vida sin ti, te necesito para ser feliz, no cometas este error bella, por favor – su mirada era suplicante, no podía creer todo lo que me decía, no podía entender que estaba aquí y no camino a su luna de miel.
No pude percatarme de nada hasta que Jacob llego a su lado y le dio un puñetazo, perdí el aire y mi corazón se contrajo al verlo lastimado – Jacob, déjalo – suplique entre lagrimas.
Eso fue lo que paso, sedujiste a bella, aun estando comprometido con otra mujer, me han estado engañando todo este tiempo – grito furioso.
Edward se recompuso y le lanzo un golpe que hizo que Jacob perdiera el equilibrio y cayera al suelo – bella es mía y estas muy equivocado si crees que la vas a alejar de mi lado, nos amamos y nos pertenecemos y aunque se case contigo siempre me amara a mi – le grito con coraje.
Jacob se puso de pie encarándolo, podía ver la línea de sangre en su labio inferior – no te creas mejor que yo cullen, solo porque eres rico y perteneces prácticamente a la familia real – dijo en tono de burla.
Infeliz – dijo Edward lanzándose sobre él, afortunadamente uno de los testigos lo detuvo.
Jacob aprovecho esto para darle otro puñetazo y sentí mi alma caer al suelo, tenía que detener esto, tenía que hacer algo.
YA BASTA!!! – grite entre lagrimas.
Jacob me miro ceñudo mientras se detenía, en cambio la mirada de Edward era de suplica y temor.
BASTA LOS DOS – grite desesperada. – no soy un objeto, no soy juguete de ninguno de los dos, por mi, se pueden matar ambos, yo no me quedare aquí para observarlos – dije mientras salía corriendo de la sala.
Perdóname papa – dije mientras salía de la sala, escuche como gritaban mi nombre pero no me detuve, tenía que huir de todo y de todos, o me volvería completamente loca, al llegar afuera cori lo más rápido que me permitieron los tacones, me sentía aturdida y triste como nunca antes lo había estado.
No sé cuanto camine, pero me detuve al llegar a una banca, enterré mi rostro ente mis manos y llore como nunca lo había hecho, dejando a flor de piel mis emociones, por lo que fueron minutos interminables.
Bella, mi amor – escuche una voz llamarme.
Levante la visa encontrándome con Edward – vete por favor, déjame sola – suplique.
Se sentó a mi lado y me rodeo con sus brazos atrayéndome a su pecho, quería golpearlo, quería alejarlo, pero al mismo tiempo deseaba con toda mi alma quedarme para siempre entre sus brazos.
Tranquila mi amor, todo ha terminado – susurro mientras acariciaba mi cabello.
Es horrible, me siento tan mal – confesé.
Todo estará bien, te lo juro bella, estoy aquí y no voy a permitir que ni siquiera tu terquedad pueda separarnos – dijo con seguridad.
Lo mire fijamente, sus ojos eran intensos y tiernos – porque… porque no te casaste? – pregunte.
Suspiro – no pude hacerlo, no podía condenarme a una vida lejos de ti, hable con victoria – dijo al fin.
Me estremecí – que dijo ella – pregunte.
Ella también ama a otra persona, y entendió que yo te amo a ti, así que decidimos que debíamos luchar por ser felices, y aquí estoy – concluyo.
Lo que sucedió en el registro…
Perdóname – dijo sinceramente – yo estaba desesperado y cuando Alice me dijo que estabas casándote sentí que me moría bella, no podía permitir que cometieras ese error, porque a pesar de que huiste esta mañana, sé que me amas y entiendo que estés asustada, pero sé que podemos enfrentar lo que sea juntos – sus dedos acariciaron lentamente mi mejilla llena de lagrimas.
Yo… no quise dejarte ahí, pero tenía que darte la oportunidad de hacer lo correcto, no soportaría que tu familia se enojara contigo, no soportaría verte sufrir por no poder estar con ellos, no soportaría que nos miraran con desprecio – dije con el alma.
No necesito que me explique nada amor, se toda la verdad – dijo.
Lo mire confundida – de que verdad hablas - pregunte.
Tomo mi rostro entre sus manos – sé que mi madre hablo contigo hace tiempo y te pidió que te alejaras de mi, y estoy seguro que por eso comenzaste a sentir todos estos temores, por eso rompiste todo vinculo entre nosotros – dijo con seguridad.
No entendía como se había enterado de lo que su madre y yo habíamos hablado – ¿cómo lo sabes?- pregunte.
Mi madre me lo ha dicho hoy y está muy arrepentida bella, porque entendió que mi única felicidad esta a tu lado – dijo suavemente.
Edward, no la juzgues por favor, ella solo pensaba en tu bien – le pedí.
Al principio estaba furioso, por que se que tu decisión de alejarte de mí fue por eso… pero ahora que te tengo aquí mi vida, ya nada me importa, solo tu – pego su frente a la mía.
Cuando llegaste al registro, antes de que se armara todo ese alboroto, le estaba diciendo a Jacob que no podía casarme con él – le conté.
De verdad amor? – una hermosa sonrisa apareció en su rostro.
Mi padre interrumpió la boda y me pidió que habláramos – continúe – el… encontró tu billetera en mi habitación y se dio cuenta de que no amaba a Jacob, que en realidad tu eres el hombre a quien amo – dije con firmeza.
Sonrió de una manera que casi me roba el aliento y me beso apasionadamente.
Respondí ante sus labios lo más rápido que pude, llena de necesidad, lo abrace por el cuello pegándome contra su cuerpo mientras nuestras bocas buscaban su propio ritmo y bebíamos nuestros alientos, en momentos como este, encontrándome entre sus brazos y sintiendo sus dulces labios, su aroma enloquecedor, me olvidaba de todos los problemas, solo existíamos él y yo.
Te amo – susurro sobre mis labios – te amo tanto mi bella – dijo mientras se separaba levemente de mi.
Yo también te amo, y nunca volveré a ser cobarde mi amor, ya no puedo estar sin ti – tome su rostro entre mis manos – me estaba volviendo loca, imaginando que nunca más estaríamos juntos, que era mi culpa por ser una cobarde – dije entre lagrimas.
Tú no eres cobarde, eres fuerte y maravillosa, y ahora eres mía – dijo con felicidad.
Solamente tuya – respondí a su sonrisa.
Volvimos a besarnos suavemente, no podía dejar de sentir este éxtasis y esta felicidad que me embargaba completamente, los temores habían desaparecido, no podía estar ni un minuto más sin mi príncipe.
Te necesito mi amor, te necesito con urgencia – susurro contra mis labios.
El deseo de su mirada me hizo estremecerme – yo también te necesito - confesé.
Vamos a casa mi cielo, quiero hacerte el amor hasta perder la razón, que no podamos distinguir donde comienza tu piel y donde termina la mía – dijo con voz ronca.
Edward – jadee – mi padre yo…
El me ha pedido que te haga feliz, que te cuide y es lo que pienso hacer – comento.
Cuando fue eso? – pregunte confundida.
Hace un rato, cuando saliste corriendo y mientras me devolvía mi billetera – bromeo.
No pude evitar sonreír – vamos entonces, porque no puedo soportar un minuto más sin ponerte las manos encima – dije con voz torturada.
No antes que yo – dijo con malicia, mientras nos poníamos de pie y me llevaba casi corriendo por la calle.
Nos detuvimos cuando llegamos a su auto, antes de dejarme entrar me beso con labios fogosos que me hacían olvidarme del mundo entero.
Estas tan hermosa – acaricio mi mejilla – no soportaba la idea de que estuvieras así para otro hombre – dijo serio – quiero ser el único en contemplar tu belleza.
No pienses en eso, porque comenzare a reclamarte por que estas tan guapo si no querías casarte – gruñí.
Me apretó contra su cuerpo - Te amo, mi princesa – susurro.
Yo mas mi príncipe – dije mientras sonreía y me perdía en el mar verde de su mirada.
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