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Los personajes le pertenecen a S.M. La historia es mía.

Capítulo Diecisiete; Fiesta.

Bella's Pov.

—Bella, no seas idiota. — me dijo Rosalie frunciendo su ceño. La miré por unos segundos analizando sus palabras, posiblemente era idiota, si, pero como era de idiota también de orgullosa y no iba a dar mi brazo a torcer.

—No Rose — me puse brillo en los labios—. Tú no sabes, pero Isabella Swan no es propiedad de nadie.

Rosalie y Alice soltaron una risita, divertidas por la situación, pero yo estaba lejos de reírme. Aquí donde me ven, me estoy arreglando para ir a la famosa fiesta de Jacob, solo esperaba que las horas pasaran de manera rápida y sin novedades. Elegí para la ocasión un vestido verde esmeralda sin tirantes, dejando mis hombros desnudos, el vestido estaba por cuatro dedos sobre mi rodilla, en la parte inferior tenia pequeños detalles, la tela se me pegaba tanto al cuerpo que recé para no morir asfixiada. Mi cabello estaba recogido y lleno de ondas, algo sofisticado. Sabía perfectamente que la familia de Jacob era tan rica y poderosa como mis padres.

—Bella estás radiante.

—Gracias Alice.

«Ojala me hubiera arreglado así para Edward y no para Jacob» Pensé

—¿Aun quieres ir? — preguntó Rosalie pasándome unos zapatos altos.

—Di mi palabra chicas, no puedo cancelar a menos de veinte minutos. — caminé para ponerme un poco de perfume. Miré mi aspecto, mi maquillaje es suave, no quería parecer una puta.

—Estás guapa. Jacob va a babear por ti — comentó Rosalie y todas hicimos un gesto de desagrado al escucharla.

—¿Qué harán esta noche? — pregunté con curiosidad.

—Saldremos a bailar. — comentó Rosalie—. Con Emmett y Jasper.

«¿Dónde estaría Edward entonces?» me pregunté.

No quise preguntar en voz alta. Las chicas sabían que estábamos peleados, claro, desde aquel día, ni quisiera nos dirigíamos la palaba, pero cada vez que yo lo veía conversando con una idiota afloraba de mi, mi asesina interior, queriendo matar a quien sea que se le acercara lo suficiente para mostrar sus tetas a Edward.

— Bueno, espero que se diviertan más que yo. — dije tomando mi bolso—. Las quiero.

—Adiós Bella y cuídate, llámanos cualquier cosa — Rosalie me abrazó fuertemente.

—Adiós amiga. Te acompaño a la puerta. — dijo Alice. Sonreí. La puerta no quedaba mejor, solo a tres pasos, pero sabía que Alice quería hablar conmigo. Rosalie se metió al baño y nosotras salimos de la habitación.

—¿Qué pasa Alice?

—No hagas tonterías Bella. Edward lo ha pasado mal estos días y bueno…

—Alice — La interrumpí—. No haré nada, solamente pasar el rato ¿sabes dónde está el ahora? — pregunté, mi lengua no soportó la intriga.

—Desapareció muy temprano hoy Bella. Es sábado quizás fue a su casa...,

—No lo creo. — Edward no iría hacia allá—. Solo espero que se encuentre bien— comenté pensativa— bueno me voy adiós.

Le di un beso en la mejilla y desaparecí por el pasillo. Caminé hacia el lugar de encuentro con Jacob, sentía que mis piernas pesaban diez kilos cada una, me costaba avanzar. Realmente no quería ir, pero al menos podría venirme en cualquier momento.

—Hola Jake—saludé una vez que lo vi de espalda a mí con un traje gris. Él volteó y me miró de pies a cabeza, me sentí algo incomoda.

—Hola Bella. Estás…, estás radiante.

Su brazo aun traía su cabestrillo y su nariz un horrible parche recordándome cada segundo el porque me encontraba aquí.

—Vamos.

—Claro, el chofer nos espera. No puedo conducir, por el brazo.

—No te preocupes— le tranquilice. Caminamos hacia la limusina blanca que se extendía ante mis ojos. Suspiré profundamente, sería quizás, la noche más larga de toda mi vida.

—¿Quiénes estarán en tu casa? — pregunté una vez que nos encontrábamos de camino.

—Bueno, mi prima Leah… hijos de personas importantes— no pude evitar poner los ojos en blanco.

—¿Falta mucho? — estaba impaciente.

—Estás ansiosa— afirmó. Sonreí sínicamente, claro estaba ansiosa, ansiosa para que pronto terminara.

—Sí —. Mentí

Llegamos a unas de las residenciales más apartadas de la cuidad de los Ángeles, eran una manzana de puras tierras. La casa realmente es preciosa, tenía una fuente de agua en la entrada que estaba iluminado con luces de colores, los pastizales y los árboles adornaban el lugar. Realmente es espectacular, una casa muy linda. El chofer nos dejo justo en la entrada de esta, nos abrió la puerta.

—Gracias— dijo Jacob tomando mi brazo.

Subimos la pequeña escala de la entrada. Una mujer morena de mediana estatura, delgada, su cabello corto, liso y negro nos abrió la puerta

—Hola hijo— saludó abrazando a Jacob amorosamente. Sonreí—¿Y tú debes ser Bella? — se dirigió hacia mí. Asentí devolviéndole la sonrisa.

—Sí un gusto ¿su nombre…? — pregunté confundida.

—Ah, linda discúlpame me llamo Lilian, soy la madre de este hombre — dijo sonriéndole tiernamente a Jake, eso era extraño. Esta mujer era realmente amorosa.

—Un gusto señora.

—Que va. — dijo abrazándome por los hombros —. Dime solamente Lilian, nada de formalismos.

Nos adentramos a la enorme casa, cada rincón estaba atestado de gente bien vestida, bebiendo algun trago y riéndose de estupideces. Observé con cuidado, pero no reconocí a nadie.

—Ponte cómoda cariño, ¿Quieres tomar algo?- preguntó la madre de Jacob.

—No Gracias.

Ella me sonrió. Pasó por el lado de su hijo y golpeó su hombro tiernamente para perderse entre los invitados.

—¿Enserio no quieres nada de beber? — me preguntó Jake observándome.

—Nop.

—Bueno.

Pasó alrededor de una hora donde no paró de llegar gente. Me mantuve siempre al lado de Jake, no conocía a nadie. Me presentó a su padre Billy, era tan amable como Lilian, eran pocas las personas amables en este "mundo"

—Esme, Carlisle. Bienvenidos. —dijo la madre de Jake. Mi corazón dejó de latir por un instante

«¿Qué hacían los padres de Edward aquí?»

Me volteé para ver hacia la entrada y bingo, justo ahí se encontraba Esme y Carlisle saludando a la madre de Jacob. Creo que me puse pálida.

—¿Bella que pasa? Parece que has visto un fantasma— murmuró Jacob. Le miré y aclaré mi garganta.

—No pasa nada Jake—. Le tranquilicé.

—Al menos no llegó Cullen — comentó Jacob tomando posesivamente mi cintura. Su tacto quemó mi piel y quise salir arrancando.

—¿Y eso por qué? — Me hice la inocente en el tema.

—Siempre venia con sus padres, bueno duraba cinco minutos aquí y se iba, siempre fue un mal ejemplo, hasta para su hermana.

Mi corazón se encogió de dolor.

—No deberías hablar así de él Jake. No lo conoces— lo defendí.

—Claro que lo conozco Bella...,

—No entiendo.

—Bueno algún día te lo explicare mejor, solamente te digo que lo conozco tanto como a Emmett y Jasper.

No quise seguir indagando en el tema de Edward, cogí una copa de vino blanco y bebí un buen sorbo.

—A todo esto Jake, ¿que celebramos? —Pregunté riendo.

—Bueno, mi padre inauguró unas empresas en Londres y Australia, y algunos son socios de la compañía, otros amigos y a otros los invita por compromiso. —Explicó sonriendo.

—Suele suceder —Comenté—¿Podemos ir a tomar aire afuera?

—Claro Bells, lo que desees.

Salimos hacia una pequeña terraza, el viento goleaba mi rostro. No tenía frio al contrario, era una noche cálida como pocas. Estuvimos conversando cuando a lo lejos, vi una pareja, ella jalaba del brazo de él, la mujer llevaba un vestido naranjo completamente fuerte, era lo único que podía ver ya que la obscuridad no dejaba ver mucho.

Luego de un rato, volvimos a entrar a la mansión de Jake, la gente se había multiplicado.

«¿Nunca acabaría?»

—¿Bella? — alguien toco mi hombro. Esa voz..., la última vez que la había escuchado fue hace meses.

—Hola Renée— Saludé como si fuera una persona cualquiera y no mi madre. Aunque no podía negar que estaba impresionada de verla aquí.

—¿Qué haces aquí? — Estaba con el ceño fruncido

«¿Ahora me reclama?»

—Vine acompañando a un amigo— Aclaré— ¿Ustedes hace cuanto llegaron?

Miré a mi lado, Jake se había acercado a un grupo de hombres, genial, y Charlie estaba con Billy

—Bueno hace dos semanas.

—Genial— comenté sarcásticamente

—No uses ese tono sarcástico — Me regañó con voz baja pero no por eso menos autoritaria.

—No comiences, no tienes derecho a nada Renée.

Algo que la molestaba profundamente era que yo no le dijera mamá.

—Veo que no has cambiado nada en estos meses — comentó negando con su cabeza. Su voz era fría al igual que su mirada.

—Veo que tu tampoco— comenté.

Ella volteó el rostro ignorándome, dirigiendo sus pasos hacia más personas sínicas que había en ese momento en el salón. Mi paciencia estaba al límite, encontrarme con mis padres era lo último que quería hacer en este momento. Sentí que alguien me miraba, no quise ver de quien se trataba, solo quería largarme de aquí.

—Hola — una voz que no reconocí me habló. Me gire y ahí estaba la madre de Edward hablándome, abrí los ojos impresionada.

—Hola —respondí tratando de ser cortes, hace años era una joven tan recatada y sofisticada gracias a mis clases, cosa que últimamente no ponía mucho en práctica. Sonreí ante el pensamiento

—¿Viniste acompañada? — Preguntó Esme.

¿Qué carajo le interesa?

—Sí. Acompaño a mi Amigo Jacob —aclaré. Esta señora no me daba confianza, su mirada era calculadora, como si yo fuera un bicho el cual tenía que aplastar con su zapato.

—Bueno, al menos dejaste a mi hijo..., Vino con Tanya ¿No lo has visto? Bueno esos niños quizás hacia donde se fueron. —

«¿Qué?»

¿Qué estaba hablando esta mujer? ¿Edward con Tanya, aquí? ¡No! Eso no podía ser cierto.

—¿Perdón?

Su sonrisa es triunfante y tengo deseos de golpearla, pero me contengo.

—Es mejor que te acostumbres niñita. Él se irá con Tanya a Australia y espero que se casen. Ella si es una mujer de clase, sofisticada. — Su ceja se alzó mirándome despectivamente.

—Bueno creo que esa es la decisión de su hijo —comenté bebiendo un poco de vino. Mis nervios no me dejaban pensar con claridad, esta señora podría ser incluso peor que mis padres, al menos ellos jamás se metieron en mi vida.

—Te equivocas, es mi hijo y como tal yo decido su futuro y sé lo que a él le conviene.

—Su hijo es mayorcito señora. Él me quiere y yo lo quiero a él, eso usted no lo podrá cambiar jamás.

Ella sonrió mostrando sus perfectos dientes.

—Tanya tiene el apoyo de la familia, no puedes competir con eso. Que disfrutes de la velada.

Y sin más se fue de mi lado.

Sentia la ira correr por mis venas ¿Qué diablos pretende esta mujer? es peor de lo que alguna vez imaginé.

Traté de buscar a Jacob para decirle que me largaba de aquí, me había hartado de comportarme, Alice y Rosalie tenían razón, no debí venir, no debí.

Miré la hora y solté un suspiro, eran la una de la madrugada. A lo lejos vi a mis padres sonrientes con los padres de Jake, Esme gracias al cielo había desaparecido de mi vista y Jake se había esfumado.

Necesito aire.

Salí hacia la terraza y respiré contadas veces para tratar de calmarme.

—Te ves Hermosa— Susurró una voz. Por un momento temí estar soñando, su voz recorrió cada centímetro de mi piel ¡Como lo había extrañado! Me volteé para mirarlo, su sonrisa me quitó el aliento.

—Tú No te quedas atrás — sonreí. Edward se acercó a mí, tanto que, podía sentir su respiración en mi rostro.

—Lo siento — Susurramos al unísono. Ambos soltamos una risita.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté.

—Acompañe a Tanya — puso sus ojos en blanco—.Aunque no sabía que estarías aquí. Admito que quería sacarte celos.

—Yo tampoco sabía que estarías aquí, y eso de sacar celos…, bueno creo que lo lograste.

Comenté acercándome a él, sus manos rodearon mi cintura y mis manos se fueron directamente a su cabello. Besó mi mejilla derecha, dejando un exquisito hormigueo.

—Vámonos — susurró en mi oído. Me alejé un poco de él y le miré confundida.

—¿A dónde? — le sonreí pícaramente.

—Vámonos de aquí. Alejémonos de esta gente Bella, aunque sea solo por esta noche. Quiero…, quiero tenerte junto a mí. — mis piernas se sentían como gelatina.

—Vámonos.

Él se inclinó y beso suavemente mis labios, sentí como mi cuerpo reaccionaba ante su presencia. Salimos cogidos de la mano por la puerta de atrás llegando a un volvo plateado. Abrió la puerta del copiloto y luego entró al automóvil.

—¿A dónde? — pregunté una vez que salimos hacia la calle principal

—Donde sea, solo quiero que estés junto a mí. —dijo tomando de mi mano, dándole un suave beso.

No me equivoque, esta noche sería quizás la noche más larga de mi vida, pero no por las razones que creí en un principio, ahora Edward estaba conmigo, y con tal solo verlo la noche había cambiado. Esta noche quería olvidar toda la mierda que guardaba en mi interior, hoy por primera vez me mostraría ante él tal y como soy por cómo me llamo Isabella Swan.

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vestido de Bella

Holaaaaaaaaa Chicas, Bueno espero que el capitulo les haya gustado *-*. a mi en lo personal me encanto ajajaja, bueno gracias por el apoyo que me dan dia a dia, Saludos a mis Amigas del Chat *-*, a las que comentan y bueno tambien a las silenciosas :D, las quiero un Monton ♥ pooooorfis, dejemne sus Comentarios que son lo mas importante para mi ¿ya?, y si pueden algun votito ajaja byeee y Comenteeeen *-*

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