Este fanfic está protegido legalmente por safecreative. No apoyes el plagio.
Los personajes le pertenecen a Meyer. La historia es mía.
Capitulo doce; La carta.
Bella’s POV
—Venía a cerciorarme de que te encontrabas bien — Comenté sintiéndome algo intimidada por la cercanía. Edward me provocaba escalofríos y no precisamente de los malos.
—Ahora lo estoy — Tomó su cuello delicadamente con una mano, acariciando su mejilla y uní nuestros labios… por segunda vez.
Trate de separarme de sus labios, pero fue inútil…, con fuerza me levanto del suelo y me puso ahorcajadas de él. Siento como cuerpo comienza a temblar al sentir sus dos enormes manos acariciar mi trasero, acercándolo a la erección que comenzaba a crecer entre nosotros, gemí involuntariamente, junto con él.
—Mmm…, Bella— Gimió él al sentir como nuestras intimidades se acariciaban, se restregaban por encima de la ropa. Me sentía húmeda y excitada, quería más y no me sentí mal por ello.
Una de sus manos que apretaba mi trasero ascendió por el costado de mi cuerpo, deteniéndose sobre mi pecho izquierdo, su pulgar comenzó a jugar con mi pezón por encima de la ropa, mientras sus labios comenzaron a besar mi mandíbula, comenzando a besar posesivamente mi garganta.
—Edward… oh — ahogue un gemido, me sentía totalmente perdida por las sensaciones que Edward comenzaba a provocar en mi cuerpo. Me senté un poco más arriba, casi llegando a su ombligo, por lo cual la punta de su miembro tocaba mi clítoris. Un gruñido salvaje y casi celestial salió de sus labios; él comenzó a besar el valle de mi pecho, sintiendo como buscábamos mas fricción, más contacto, más entrega.
—Oh, Isabella— Edward me tocaba de manera muy experta y por alguna estúpida razón ese pensamiento me dejo perpleja, sentí como mi cuerpo se tensaba y todo rastro de excitación se esfumo tan rápido como llego.
—¿Qué pasa Bella? — sus manos se fueron directo hacia ambos lados de mi rostro, provocando que ambos nos mirábamos directamente a los ojos, moje mis labios, quería salir de ahí…, Edward no era hombre de una sola mujer, y yo no podía caer en sus redes, yo no podía dejarme humillar asi por un hombre, no de nuevo.
—Nada, solo…, solo creo que me iré — Dije cerrando mis ojos, él acaricio mi cabello y no pude evitar encontrarlo con la mirada, me sonrió dulcemente y me ayudo a bajarme de su regazo, acomodé mi vestido cuando sentimos unas carcajadas que provenían desde el pasillo; Podía apostar que se trataba de Emmett y Jasper y asi fue, ambos entraron por la puerta y yo rápidamente me acomode la parte de arriba del vestido, tratando de ocultar mis pechos que casi fueron victima de Edward, él me cubrió con su cuerpo rápidamente.
—¿A quién trajiste ahora Edward? ¿Por quién no nos acompañaste con esas prostitutas? — Escuche a Emmett, sabían que estaban completamente ebrios, ya que arrastraban las palabras… pero era otra cosa lo que llamo mi atención ¿es que acaso no se conformaban con tener todo el internado en su cama, que tenían que buscar prostitutas?
—Este… Emmett— Jasper estaba a mi lado mirándome con el seño fruncido, tratando de que su enorme amigo no siquiera abriendo la boca.
—Vamos– dijo Emmett girándose, aun no se percataba de mi presencia, quería salir del estúpido escondite de Edward, pero él no me lo permitió ¡idiota!
—Necesitas pensar en alguien más que no sea Isabella Swan— Seguía Emmett hablándole al aire—. Llévala pronto a la cama y luego se te quita aquella obsesión que tienes ¿Ese es el plan no?
¡Plan! ¡¿De qué plan hablaba?!
—¡Emmett! ¿Podrías callarte? — Gruño Edward molesto, yo por mi parte lo empuje y salí de mi escondite rápidamente.
—¿Qué plan Emmett? — Pregunte caminando hacia él, quien volteo y me miro como si yo fuese una aparición—. Vamos dime ¿Qué plan? ¿Llevarme a la cama? — Miré a Edward tratando de contener las estúpidas lágrimas que comenzaban hacer acto de presencia.
—¿Ese era el plan Edward? — Avancé hacia Edward fulminándolo con la mirada —. ¡Habla ya maldita sea!
Estúpidas lágrimas comenzaron acariciar mis mejillas, las sequé rápidamente con mi mano. Edward se levanto y yo retrocedí inmediatamente, temía asesinarlo por comenzar a creer que él había cambiado.
—¡No hay ningún plan! No sé de que está hablando Emmett— frunció el seño, se veía confundido—. Está borracho Bella no le hagas caso.
—¡No te creo nada! — trate de calmarme pero no podía, mire a mi alrededor no me di cuenta en qué momento Jasper y emmett habían abandonado la habitación —. ¡¿Siempre haces esto?! ¡Sé hombre por una puta vez en tu vida y respóndeme! — Él estaba estupefacto, no decía ninguna palabra—
—Bella…, yo no quería esto— musito.
Se sento en la cama y paso sus manos por su cabello alborotado; le mire por unos segundos, se veía indefenso y mierda…, mi corazón me gritaba que saltara hacia él y lo besara hasta el cansancio.
—Yo cambie…— su voz apenas era un susurro audible —. Yo cambie por qué quiero estar contigo Bella.
Mentira.
—Mira Edward no me digas que cambiaste, porque veo que no es asi— Tome aire tratando de calmarme, pero mis lágrimas querían hacer acto de presencia—. ¡Eres una completa mentira Edward Cullen!
—Bella, escúchame yo…, no te vayas — Se levanto de la cama queriendo impedir que me fuera.
—Lo siento Cullen, tengo cosas más importantes que hacer necesito sacarme esta…, — dije mirándome el cuerpo —, calentura que tú provocaste.
Estaba hablando como una puta y lo sabía, pero ¿Qué podía hacer? él hacía lo mismo con todas las mujeres de aquí, pero ellas quedaban destrozadas pero yo no era ellas, le pagaría con la misma moneda.
Sus cejas estaban fruncidas, hasta casi el punto de unirse en el centro, sus labios eran una línea recta y pude notar sus manos se convirtieron en puños, sus nudillos estaban casi blancos.
Seguí mi estúpido instinto, quizás me traería consecuencias ¿pero y qué?
—¿Crees que eres el único que puedes jugar con fuego? — pregunte acercándome a él peligrosamente. Me miro confundido.
—¿El único que puedes provocar esto? —pregunte tomando sus manos que estaban al costado de su cuerpo ubicándolas en mis señor, me obligue a mantener mis ojos abiertos. Me acerque a su oído —. No Cullen no eres el único — Una de mis manos se fue directamente hacia su miembro y lo acaricie por encima de su bóxer. Edward abrió su boca varias veces para decir alguna mentira, pero se callaba.
—Bella…, detente— Pidió sacando sus manos de mis senos y queriendo alejarme.
—¿Por qué? estás acostumbrado a este tipo de tratos ¿o te gusta más rudo?, dímelo— me mordí el labio inferior. Me sentí una cualquiera y sinceramente necesitaba salir de aquí para largarme a llorar tranquila sobre mi cama.
—No es como tú crees — dijo él —. No quiero a ninguna mujer Bella, te quiero a ti —suspire pesadamente.
—Calla esa boquita Cullen —susurre cerca de sus labios —. A mí nunca me tendrás escuchaste bien…, nunca – dije empujándolo y saliendo rápidamente de su habitación. Me recrimine mirar hacia atrás, pero él no vino… mis lágrimas comenzaron a salir y al llegar al salón principal Jasper estaba de pie, se veía dolido y confuso.
—Bella —Me hablo, me detuve y observe a Emmett sentado en el suelo con los ojos cerrados.
—No digas nada Jasper, pero a Alice no merecen que le mientan— Estos hombres eran una completa mierda, no sabía cuál de los tres era peor. Suspire y comencé a caminar hacia mi habitación.
—Bella todo lo que dije sobre el plan es mentira yo…— Emmett miraba el suelo
—Emmett silencio, eso ya no importa —.suspire — has como si nada hubiese pasado— dije y prácticamente corrí hacia la habitación.
Al llegar di un portazo a la puerta y me tiré a la cama a llorar. Sentí unos bracitos delgados abrazarme, supuse que era Alice; ella no dijo nada, cosa que agradecí, no quería hablar de esto y de la mierda de vida que tenia, solo quería despertar de esta horrible pesadilla.
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—Bella desayuna — Rosalie me ordeno, la mire por unos segundos negando con la cabeza.
—No quiero nada Rose —dije tapándome con las mantas, aun no me dignaba a levantarme, y realmente no creía que las sabanas se despegaran de mi cuerpo en todo el fin de semana.
—Vamos Bella; no queremos verte así pareces muerta en vida — Me sentí mal, no me sentía asi desde hace mucho tiempo, pero mi fortaleza se la había llevado Edward cuando lo vi por última vez. En pocas palabras estaba cagada.
—Yo solo quiero dormir y estar sola.
—Bella, siempre estas sola; no nos permites hacer nada, somos tus amigas. Ya van para las cuatro semanas que estas asi, no vale la pena, sea lo que sea no vale la pena — Decía Rosalie peinando su largo cabello color oro —. Nos preocupas mucho.
Su declaración me sorprendió, pero sabía que tenía razón. Desde la muerte de Elizabeth que no me encontraba en este estado de estupor, me sentía inservible, pero no dije nada, me limite a mirarlas.
—¿Los muchachos? — Rose le pregunto a Alice, esta última se puso completamente seria, ya que Jasper le había dicho sobre las prostitutas.
—Fueron a la catedral — Alice me miro con ojos entrecerrados.
—Bueno si, hoy se cumple un año desde que Elizabeth murió— Rose se quedo en silencio.
¿Qué? ¿Cómo lo había olvidado? ¿Qué clase de amiga soy? seguramente la peor; mierda. Me levante rápidamente de la cama tomando mis cosas.
—¿A dónde vas? — Pregunto Rose mirándome confundida.
—Tengo algo que hacer.
Me fui rápidamente al baño, me duche en menos de diez minutos y me tomo otros cinco estar vestida.
Lleve mis lentes oscuros, mi cartera y mi móvil.
—¿Bella que pasa? — Rose me miraba confundida y me sentí mal por ocultarle la verdad, Alice estaba serena, sabia porque yo actuaba así.
—Rose prometo contarte mas tarde— dije peinándome el cabello rápidamente.
Rose alzo su ceja dejándola ver algo intimidante, se levanto y salió de la habitación dando un portazo. Me sentí mal.
—¿Realmente irás? alguien podría verte —Comento mirándome detenidamente.
—Descuida, nadie me vera— dije sonriéndole, tratando de tranquilizarla. Me despedí rápidamente de ella y prácticamente corrí hacia la salida.
Agradecí mentalmente que hoy fuese sábado, ya que el internado estaba lleno de taxis para ir a buscar a los idiotas que tenían una familia donde llegar. Me subí al primero que encontré en la entrada, el señor me miro algo extrañado, quizás esperaba a alguien.
—Señorita, estoy esperando a un…— dijo el señor
—Le pago el doble ¡Lléveme a la catedral de los Ángeles! — el señor me miro y encendió el motor rápidamente.
En el camino me recriminaba mentalmente por haber sido tan idiota y olvidar por completo a mi Elizabeth. Pero tan pronto caí en la realidad mi corazón comenzó a galopar frenético en mi pecho, después de un mes vería a Edward; por lo que supe había vuelto a la casa de su abuela, y esta semana retomaría las clases, toda esta información la supe gracias a san Alice, ella me había salvado de muchas últimamente.
—Llegamos—Musito el taxista mirándome por el espejo retrovisor, le pague el doble como había prometido, y como si se tratara de una película de terror me baje del taxi y subí la pequeña escalera hasta llegar a la puerta de la catedral, estaba lleno de gente…, la mayoría gente de clase y respetable.
Observe con mucho cuidado donde sentarme, opté por el ultimo asiento justo detrás de un caballero gordo que impedía que yo fuese vista.
Mi mirada recorrió el lugar ya más tranquila, ahí se encontraban amigas de ellas, amigas legales por asi decirlo; sonreí pero mi sonrisa solo duro unos segundos, ya que adelante vi una hermoso cabello color bronce, fruncí el seño, no se encontraba con sus padres, si no que estaba acompañada de una mujer mayor. Vestía de negro por lo poco y nada que podía ver detrás de este caballero gigante. Suspire como una idiota y me obligue a despegar mi vista de él para ponerle atención al sacerdote que seguía hablando sobre algo que yo no había escuchado desde que puse un pie aquí, porque yo por supuesto había llegado tarde.
Sé que nuestra Elizabeth está con nosotros en este momento….
Fueron las palabras del sacerdote, cerré mis ojos y me concentre vagamente en las lágrimas de mis ojos que hacían acto de presencia y no me sentí mal por expresar lo que estaba sintiendo.
Sinceramente no escuche nada de lo que el sacerdote decía, mi mente me comenzó a jugar malas pasadas al recordar que tenía una familia de mierda que jamás se preocuparon por mí, me molestaba mostrar esta mascara de frialdad cuando por dentro me estaba muriendo, siempre necesite del amor paternal y sobretodo el de mi madre.
Hoy veinticinco de Julio se conmemora la partida de Elizabeth Cullen, hija mayor de la familia Cullen, quien siempre fue un ejemplo a seguir..., hoy la recordamos con alegría y paz.
Como te extraño Elizabeth, ¿Por qué tu? Tenias toda una vida por delante, teníamos tantas cosas que vivir juntas, tanto que contar..., ¡como me haces falta!
Abrí mis ojos, el padre ya había dejado de hablar, muchas personas comenzaron a dar ofrendas a la iglesia; pero yo cada vez me sentía más ahogada y fuera de lugar…, incomoda, asi que me levante de mi asiento y escuche como un señor a mi lado protestaba. Salí rápidamente de la iglesia y tome otro taxi, necesitaba paz y poder ser yo, sin mascaras de frialdad, sin nada…, ser solo yo.
—Llegamos— dijo el taxista, le pague y baje rápidamente del taxi. Sonreí al dirigirme a la tiendita que se encontraba a la salida.
—Me da un ramo de rosas blancas— pedí a la señora de edad que se encontraba sentada sobre un banco, ella me sonrío y las arreglo para mí. Una vez que estuvieron listas me adentre hacia el cementerio, puse mis oscuras gafas en mi cabeza y camine hacia donde ella descansaba.
—Hola Amiga —Salude, me senté en el césped y acaricie la fría lapida de mármol—.Espero que estés mejor que yo Eli.
Como siempre, busque en mi cartera aquel ultimo tesoro que ella dejo para mi, con mi mano temblorosa saque el pedazo de papel arrugado por todas las veces que ha sido leído.
Hermana Belly:
Las cosas no siempre salen como uno lo espera ¿Qué puedo esperar ahora? Me siento como la mierda de tan solo pensar lo que ese mal nacido me hizo junto a la empleada de casa, Paulina; si ella es su amante y lo peor del caso fue que Edward la defendió por qué se acostaba con ella o según él la ama ¿Qué puede saber Edward del amor?
Tú eres la única persona que nunca me ha fallado y sé que nunca lo harás. A veces me pregunto ¿Qué pasa si hubiésemos sido hermanas de verdad? Que ganas de que hubiésemos sido Edward, tu y yo inseparables, pero las circunstancias o quizás el destino quiso otra cosa para mí, ¡no puedo! Simplemente sé que hoy mis fuerzas están por el suelo y solo quiero paz, solo paz amiga.
El dinero, la fama y el poder cambian a las personas de una forma impresionante, pero sé que aunque tú tengas dinero o no siempre serás la misma Belly, la Isabella que solo yo conozco.
No quiero decirte adiós pero es tan complicado. Jamás me olvidaré de ti amiga, eres la mujer más fuerte e increíble que yo he conocido, sabes por qué lo digo, tuviste la fuerza necesaria para levantarte desde el hoyo en el cual te encontrabas, y sé que mis problemas son nada comparado con lo que tú has pasado, te admiro y quisiera ser como tú y tratar de salir adelante.
Nos volveremos a ver algún día y créeme esto que hago lo hago por el bien de todos; Edward no creyó en mí y es por eso que esta decisión me duele tanto, espero que él el día de mañana no se arrepienta de haber creído en esa estúpida pues yo lo amo mucho, sabes que siempre hemos sido los dos, aunque él tenga una personalidad algo extraña, es mi hermano y yo daría la vida por él si fuese necesario, lástima que no podre desde ahora.
Amiga te cuidaré, y te amaré donde sea que yo este. Solo espero que algún día me perdones por esto y puedas en parte comprenderme, sé feliz Bella, aunque el camino te ponga trabas yo siempre viviré a través de ti.
Te amo, tu amiga Elizabeth
Mis lágrimas mancharon nuevamente la carta que ella me había escrito hace un año, pero era algo que yo no podía controlar, me sentía devastada, me sentía vacía al no tener alguien con quien hablar, alguien que simplemente me demostrara algo de cariño, extrañaba tanto a Elizabeth, ella siempre fue mi única familia.
—Elizabeth— Musite soltando un sollozo, acaricie la fría lapida.
Una exquisita brisa se levanto, acariciando mi rostro; traté de sonreír pero fue imposible, la extrañaba demasiado.
—Isabella ¿Qué haces aquí?
Me paralice al instante al escuchar aquella voz, guarde la carta en mi cartera y voltee un poco mi rostro, para encontrarme a un Edward con el seño fruncido. Mierda, estaba jodida.
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Hola Chicas *.*, bueno un algo largo un poco compensando estos dias de mi ausencia :) a las chicas que preguntaron como me fue, dejenme decirles que me fue bien, aunque saben, me enferme de mi estomago un poco ajaja, pero ahora estoy mejor *-*
UUUY un cap impresionante no creen ¿que creen que hara bella ahora? ahi esta algo de la carta por la cual bella en parte "odia" a edward pero no creo que ya lo odie mucho ¿no creen? ajajaja, bueno ESPERO SUS VOTITOS & COMENTARIOS, son muuuuuuy importantes para mi ♥ las quiero un monton y nos leemos pronto bye bye chicas mias.
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