Ola Niiñas, Aki la Continuacion... Ahi qe pasara... No olviden Segiir dejando su apoyo y podamos avanzar mas en pociciones, Votos y comentarios El alimento que fortalece mi inspiracion.
Recuerden que estoy en fanfiction, pasen igual por ahi.
http://www.fanfiction.net/u/2277054/LiiBiiThaA_Swan
Los adoro Mil Besos!
mi angel guardian... en breve lo prometiido!
A donde iremos – pregunto, cuando nuestros labios se separaron.
Conozco un lugar perfecto – sonrío.
Cualquier lugar seria perfecto si estuvieses en el – agache la mirada avergonzada.
Vayamos entonces – tome su mano, era tan extraña la sensación que me provocaba su piel calida, casi se comparaba con sus labios.
Lo conduje entre la gente, esperando que nadie me reconociera, sin duda era una locura dejarme llevar con este extraño, pero había algo en el que me atraía demasiado.
Logre colarnos en una de las salidas que daba al patio trasero de la mansión Brown, lejos de toda la gente, la música era apenas audible, la gran alberca brillaba bajo la luz de la luna, las flores adornaban el pequeño camino de piedras y mosaicos de colores, me encantaba este lugar, entre Alice, Renne y yo lo habíamos decorado hacia apenas un año, el pasto se mostraba cómodo ante mis ojos, me senté en el, era mas cómodo que cualquier silla, el sonrío y se sentó junto a mi, demasiado cerca, el calor de su cuerpo contrastaba con el frío de la noche.
Tienes frío? - pregunto.
Un poco – conteste.
Tomo mi cintura con su brazo y me acerco a su suave pecho, inconcientemente rodee su cintura con mis brazos.
Mejor? – asentí.
Mucho mejor – dije sinceramente.
Nos quedamos un momento así abrasados, mi curiosidad era tan grande como las ganas de quedarme ahí en sus brazos.
Quien eres? - pregunte al fin.
Un Hombre al que has cautivado – me miro fijamente – esta noche me has hechizado completamente – acaricio mi mejilla.
No me dirás tu nombre? – insistí.
Que darías a cambio de saberlo – dijo en tono juguetón.
Que tal si te digo mi nombre – ofrecí.
Muy tentador linda señorita pero… Yo se tu nombre y mas cosas de las que crees – lo mire confundida.
Tu me conoces? – me aterrorizo la idea.
Que sucede te molesta? – negué.
Es solo que… Dios que debes pensar de mi, no se ni quien eres y vine a qui contigo – agache la mirada.
Bella, no digas eso, Lo único que puedo pensar es que eres una mujer maravillosa, y que soy el mas afortunado de todos los hombre por tener la oportunidad de estar junto a ti – sus ojos eran sinceros – jamás, podría pensar algo malo sobre ti – sus dedos rozaron mis labios dejando un escalofrío sobre ellos.
No se que me sucede contigo – acepte – esto es algo que nunca hubiera hecho – sonrío.
A veces tenemos que dejarnos llevar un poco – susurro.
Ahora lo entiendo – mire fijamente sus labios.
No dude ni un minuto y acorte la distancia entre nosotros, sus labios se aprisionaron de los míos en un instante, la dulzura que emanaba de ellos me confundía, era sin duda algo que jamás me empalagaría, solté su cintura y rodee su cuello con mi brazos de una manera tan salvaje que hasta su sombrero salio volando, sus manos se movían implacables sobre la tela de mi vestido, como si pudieran traspasarlo, mi respiración era agitada y los latidos de mi corazón acelerados, lo atraje mas cerca intensificando el beso, su lengua entro en mi boca de una manera suave y concienzuda, moviéndose a un ritmo lento y torturado, no pude evitar soltar un jadeo audible, eran demasiadas las sensaciones que me estaba provocando.
Sus labios abandonaron mi boca y comenzaron a recorrer suavemente mis mejillas, mi nariz, bajando hasta mi cuello, eche mi cabeza hacia atrás concediéndole mas espacio, solo quería seguir sintiendo sus labios sobre mi piel, sus manos acariciaron mis brazos y subieron hasta mis hombros desnudos, me estremecían sus caricias, estaba perdida, por primera vez en mi vida no podía detenerme, era algo mas fuerte que yo.
Mis manos entraron debajo de su saco acariciando su pecho y su abdomen encima de su camisa, se podía notar lo marcado y bien trabajado de su cuerpo, tal y como había imaginado, sus jadeos también eran audibles, pero no podía pensar si alguien nos encontrara o si estaba mal, estábamos aislados en una pequeña burbuja personal.
Volvió a apoderarse de mis labios de una manera mas suave y tierna, sus caricias eran suaves sobre mi piel y yo enredaba mis manos sobre su cabello, comenzó a recostarme sobre la hierba fría, temblé un poco por la temperatura, sin dejar de besarme se quito el saco y lo coloco sobre mis hombros, ese gesto me pareció de lo mas lindo y lo bese con mayor intensidad, mientra caía recostada sobre la hierba su cuerpo presiono el mío de una manera suave, sin que yo cargara un gramo de su peso, pero podía sentir cada músculo presionar sobre mi, sus manos bajaron sobre mis piernas y comenzó a acariciar mis muslos, algo se prendió dentro de mi en ese momento.
Que era lo que estaba haciendo?, yo no era ese tipo de mujeres, por mucho que me atrajera este hombre, yo tenia muy claro que mi corazón tenia dueño, el no era mío, pero yo si le pertenecía, no podría volver a mirarlo a la cara si yo me acostara con otro hombre, amándolo a
el.
Detenten por favor – dije con voz entre cortada.
Que sucede – Murmuro sobre mi cuello, intentando controlar su respiración.
Yo, no puedo, no puedo – dije avergonzada.
Tranquila – se sentó y me ayudo a hacer lo mismo, sin dudar un segundo me atrajo a su pecho – no te preocupes, no tiene que pasar nada, discúlpame por dejarme llevar, no quería ofenderte – se disculpo.
No es eso, no tienes por que disculparte, es mi culpa, soy yo la que tiene que disculparse, por dejarme llevar – sentía el sonrojo sobre mis mejillas.
Bella, que sucede, que te lo impide, yo te juro que me importas, esto es especial para mi, tu eres especial – beso mi frente.
Yo… yo, estoy enamorada y aunque no soy correspondida, mi corazón palpita solo de pensar en el, siento que lo estoy traicionando – dije sinceramente.
Quien es ese estupido que no se atreve a mirarte, a ver lo grandiosa que eres – me abraso mas fuerte.
Sentía tanta confianza con el, sentí la necesidad de abrirle mi corazón – el esta comprometido, su corazón es de alguien mas, fui yo la tonta que se enamoro – dije contrariada, sentí como su cuerpo se tenso.
El, como sabes que el no te ama – negué.
No, el ama a su prometida, se que esta confundido y es mi culpa, por eso quiero salir corriendo cuando estoy frente a el, me duele saberlo tan cerca y no poderlo tocar, no poder abrasarlo – las lagrimas caían por mis ojos.
Bella, tranquila – besaba mi frente y limpiaba mis lágrimas con sus labios, me sentía reconfortada entre sus brazos.
Perdón, no se por que te digo todo esto, debes de pensar que soy una tonta – tomo mi mentón entre sus dedos obligándome a mirarlo.
Jamás pensaría eso de ti, eres la mujer perfecta, hermosa y con un corazón enorme, estoy seguro de que el se lamenta de no haberte conocido antes – sus ojos eran sinceros.
Me quede mirándolo fijamente, tome mi antifaz entre mis manos y me lo quite, había desnudado mi alama ante el, no me importaba mostrar mi rostro, el me miro fijamente y sonrío tristemente.
Es tu turno… - susurre.
Agacho la mirada – prométeme que cuando sepas quien soy no me vas a odiar, por que lo único que deseaba esta noche era estar contigo, y pobrar tus labios, por que te deseo mas que a nada, mas que a nadie – me estremecía ante sus palabras.
Soy yo la que te debo mucho, gracias por ser un caballero, por escucharme – dije sinceramente.
Estaré para ti siempre que me necesites – dijo, mientras se quitaba la mascara, revelándome su identidad.
Me quede con la boca abierta al poder contemplar sus facciones con detenimiento, era hermoso y perfecto como lo suponía, pero esa belleza era mi mayor tortura, mi mayor angustia, sentí una opresión en mi pecho cuando me di cuenta de quien se trataba, de lo que habíamos hecho, hasta donde habíamos llegado, sentí tristeza, coraje, sentí todas las cosas malas que una persona pudiera sentir.
Tu… - mi voz se quebró.
Bella, lo prometiste, tienes que escucharme – suplico.
Promesas?, te atreves a hablar de promesas – reclame – quieres reírte?, quieres burlarte de mi por lo estupida que soy? – negó rápidamente.
No, por favor escúchame – tomo mi mano.
Suéltame - me aleje de el y me puse de pie – como pudiste, yo te dije cosas importantes para mi, como pudiste hacerme esto – las lagrimas caían por mis mejillas, estaba dolida, me sentía usada.
Bella, escúchame, yo jamás pensaría eso de ti, Perdóname, te lo suplico – se puso de pie rápidamente – esta noche fuel a mejor de mi vida, tenerte entre mis brazos, poder besarte, valoro tanto que hayas abierto tu corazón, ahora tengo tantas cosas claras – hablaba sin parar.
Edward, aléjate, no me lastimes mas por favor, vete, solo vete – suplique.
No, jamás te voy a dejar me entiendes, después de esta noche no podría alejarme de ti, te necesito, no puedes creerme? – sus ojos eran sinceros, pero había algo que me impedía creerle.
No te sientas culpable, no tienes que seguir con esto – la furia inundo su rostro y me tomo por tos brazos, pegándome contra su cuerpo.
Mírame bella, crees que miento, no puedes verlo, por que crees en las mentiras, te quiero, te necesito – me quede estática, como se atrevía a decirme eso, mi corazón casi salto de mi pecho,
podría ser cierto que el me quisiera, podría necesitarme tanto como yo a el.
Edward no…
Sus labios se estrellaron contra los míos, llenos de necesidad, necesidad de que le correspondiera y aunque mi mente me decía que me detuviera, que no estaba bien, mi corazón estaba perdido, por que lo amaba, mas que a nada.
Moví mis labios impacientes sobre los suyos, no sentía culpabilidad, ni temor, este era el hombre con el que quería estar… me apretó con tanta fuerza contra su cuerpo que casi sentí desintegrarme de felicidad, disfrutaría este beso como si fuera el ultimo por que talvez lo era.
Bella – susurro contra mis labios – dime lo que piensas por favor? – seguía dejando suaves besos sobre ellos.
Edward, no te alejes – suplique.
No iré a ningún lado, no podría aunque quisiera – beso mi frente.
Se que esto esta mal, pero no puedo mas, te necesito – dije sin pensar.
No te recrimines, solo piensa en nosotros dos por un momento – me miro tiernamente – no sabes lo feliz que me sentí cuando te vi portar el Dije que te regale – lo tomo entre sus dedos – sabia que era perfecto para ti – murmuro.
Tenia que usarlo, es hermoso – dije – además te siento conmigo cada vez que lo veo – admití.
Bella, te quiero – dijo dulcemente.
Te quiero – dije con el corazón – no me lastimes – acaricio mis labios.
Jamás, y si algún día lo hiciera, te juro que nunca será mi intención, lo único que quiero es protegerte – pego su frente a la mía – te quiero bella, eres la mujer que siempre soñé – sonreí – esos ojos brillantes y sinceros que siempre quise encontrar, tu rostro de ángel y ese corazón tan noble – negué.
No tengo todo eso, soy bastante simple – frunció el ceño.
Eso si que no, eres todo menos simple, nunca conocí una persona de la que quisiera conocer cada detalle, hasta el mas insignificante – sonrío – muerdes tu labio inferior cuando estas nerviosa y cambias de tema muy a menudo para evadirme, tienes grandes convicciones y eres una mujer muy fuerte aunque no lo creas así – me acerque mas a el.
No sigas por favor – sentí el sonrojo en mis mejillas.
Me encanta ese sonrojo, te hace lucir demasiado tierna – se acerco lentamente a mi.
Cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse, su celular sonó, pero el no se movió - no vas a contestar? - pregunte y el negó – tal vez sea importante – no dejaba de sonar, arrugo la frente y lo saco de su bolsillo, pero no me soltó.
Bueno? – contesto.
Sus facciones se pusieron tensas – muy bien y tu? – contesto.
Me quede mirándolo fijamente – si yo también te extraño – sentí como el alama me caía a los pies, sabia perfectamente con quien hablaba, todas las palabras y la ilusiones que habían crecido en mí momentos antes, salieron volando con el golpe de la realidad.
Mire sus ojos llenos de culpa y me di cuenta que esto era imposible, por mucho que yo lo amara y el me quisiera, habían cosas mas fuertes que eso, en este momento pude asignarle un nombre… Victoria Roberts.
Intente soltarme, pero no me lo permitió, quería alejarme de el, salir huyendo.
Victoria te llamo después – dijo y colgó – bella, por favor…
No digas nada, no es tu culpa, entiendo perfectamente – intente contener las lagrimas – ella es tu prometida y yo no soy nada en tu vida, será mejor que me vaya – negó.
Tu eres mas importante que nada, ella me pregunto si la extrañaba, no pude decirle otra cosa, perdóname prometí no lastimarte y lo estoy haciendo – logre liberarme de su agarre.
Edward, hace un momento nos dejamos llevar, me alegra que victoria haya hablado, eso nos demuestra que no podemos actuar sin pensar, hay demasiadas cosas en juego, te suplico que olvides todo lo que paso – su rostro se torno Lleno de ira.
Como puedes decir eso – casi grito – bella, esta noche me sentí vivo, como hace mucho no lo hacia, pude sentirte mía, finalmente me dijiste que me quieres y pude decirte que yo también te quiero, como puedes pedirme que lo olvide? – exigió.
Por que es lo correcto, te vas a casar, como puedes olvidarlo – le reproche – esta noche llegamos demasiado lejos, si continuamos así no se que podría pasar – dije contrariada.
Podríamos haber hecho el amor – sus ojos Lucian cristalinos – seria eso tan malo?, amarnos sin medidas, sin pensar en nadie mas? – pregunto.
Ya basta, esto no esta bien para ninguno de los dos – sentía mis piernas debilitarse – no soy ninguna traidora, jamás le haría eso a otra mujer, menos a una enamorada – casi grite.
El agacho la mirada, tal vez mis palabras lo habían hecho reaccionar, darse cuenta de lo mal que estábamos, me di la vuelta desesperada, intentando no caerme.
Pronto podremos amarnos libremente – dijo a mis espaldad, sus palabras me sorprendieron demasiado, pero preferí pensar que las decía por rencor, por enojo – me escuchaste!, vendré por
ti y te tomare sin pensarlo, te Hare mía para siempre – grito y las lagrimas rodaron por mis mejillas sin cesar, entre a la casa y me fui corriendo hasta la habitación de Alice.
Parecía irreal lo que había pasado esa noche, pensaba que cuando Edward me dijera que me querría seria la mujer mas feliz del mundo, que podría correr a sus brazos y entregarle mi corazón, pero era peor que antes, por que tenia mi amor mas contenido que nunca y saber que el sentía algo por mi y no podíamos estar juntos me torturaba de una manera mas dolorosa.
Me mire en el espejo, mire mi ropa y mi rostro, todo parecía en orden, pero si me miraba mas de cerca todo denotaba lo que acababa de hacer, mi vestido estaba un poco arrugado por donde sus manos me habían acariciado, mi labios hinchados por los besos apasionados que habíamos compartido, mis mejillas sonrojadas por sus palabras de amor… mis ojos hinchados y llenos de tristeza, por las lagrimas que había derramado sin cesar, tenia que recuperar la compostura, tenia que volver y estar con Alice, era mi mejor amiga, arregle un poco mi vestido, peine mi cabello y me retoque el maquillaje, respire profundamente antes de bajar las escaleras.
Afortunadamente todo el mundo se había despojado de sus antifaces, el mío había quedado tirado en el patio donde… me negué a pensar en ello, Alice platicaba animadamente con un pequeño grupo de personas, Jasper, rosalie y un hombre que no pude distinguir.
Bella, donde estabas? – pregunto Alice.
Eh, me sentí un poco mal y fui a tu habitación disculpa – explique.
Pero, ya estas mejor – toco mis mejillas.
Si mucho mejor – intente sonreír.
Mira bella – dijo Rosalie – te presento a Emmett Cullen – dijo emocionada.
Bella? - dijo el cuando se giro – lo mire fijamente, el hermano de Edward lucia un elegante traje negro, sonrío cuando nuestras miradas se enfocaron.
Emmett, me alegra mucho verte – el me tomo en brazos alzándome.
Hola pequeña, que guapa estas? – no pude evitar reírme – bella, que hermosa es rosalie, ella es
tu amiga? – pregunto interesado.
Me dejo en el suelo – si – conteste – que haces aquí? – pregunte confundida.
OH, Jasper es mi amigo, aunque no lo veo seguido – frunció el ceño – no has visto a Eduard, se me perdió – me quede estática cuando lo menciono.
Eh, no, no lo he visto – mentí.
Ese pequeño gruñón, tanto que insistió en venir, y mira ahora desaparece – comenzó a reírse.
Solo asentí, no quería ver a Edward, no en este momento – bella, bella, - alce la vista.
Disculpa?- pregunte.
Te preguntaba que si de donde conoces a emmett – pregunto rosalie.
OH, el es hermano del novio de la gran boda que estamos organizando Alice y yo – explique.
Me alegro – ella le lanzo una mirada picara – entonces emmett, practicas polo? – pregunto.
Si, bastante, compito en torneos nacionales – dijo orgulloso – si quieres puedo enseñarte algún día – ofreció.
Seria estupendo – dijo emocionada.
La platica continuo bastante tiempo, bebí algunos tragos y platique lo mas que pude, era difícil pues mi mente estaba totalmente ocupada en un solo tema, Edward Cullen, en que momento se había convertido en el centro de mi universo, no lo sabia, pero me costaría mas de una lagrima poder arrancarlo de mi corazón, si es que algún día lo lograba.
La fiesta termino gracias al cielo, ayude a Alice a subir a su habitación, estaba exhausta después de una noche tan larga, ir y venir, yo necesitaba cerrar los ojos y perderme en ese mundo de inconciencia, y así poder olvidar durante algunas horas.
Rosalie se fue con Jasper, Emmett y ella planearon salir, me alegraba que se hubieran conocido, desde u principio supe que serian una pareja perfecta.
Nos pusimos las piyamas y nos tumbamos en su cama, la enorme caja del regalo de rosalie continuaba intacta, seguro Alice estaba demasiado cansada para abrirla.
Bella – murmuro.
Que sucede Alice – pregunte.
No creas que no me di cuenta, claro que viste a Edward y algo sucedió, además lloraste mucho – me quede estática, debí imaginarlo.
Alice, estas muy cansada, descansa – le pedí.
Si – bostezo – pero mañana tendrás que contarme todo lo que paso – espero mi respuesta.
Claro que si enana, no podría contárselo a nadie mas – dije sinceramente.
Gracias bells, te quiero, descansa – sus ojitos se cerraron pesadamente.
Te quiero – susurre.
Me tumbe mirando hacia la ventana el cielo estaba pacifico y lleno de estrellas, la luna se plantaba de una manera majestuosa iluminando todo a su alrededor, era lo mas hermoso que había visto, me pregunte como se sentiría, sola en el cielo siendo contemplada por todos.
El sabor de sus labios, la calidez de sus manos, lo abrasador de su mirada me trastornaba hasta lo más profundo del alma; una lágrima se me escapo inconcientemente, no sabia que pasaría apartar de hoy, pero estaba segura que me esperaban momentos difíciles y mas sufrimiento.
|