AMOR POR CONTRATO (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 01/05/2013
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 65
Comentarios: 270
Visitas: 229527
Capítulos: 27

Edward Cullen es un joven y exitoso empresario reconocido internacionalmente, proveniente de una de las más importantes familias de Londres, por una desilusión amorosa se mudó a Los Ángeles y pese a ser un mujeriego empedernido lleva una vida muy solitaria hasta que se cruce en su camino Isabella Swan.

Pese a haber tenido una vida difícil la hermosa joven es alegre y carismática pero no confía en los hombres, ambos se conocen en una accidentada situación y se involucraran en un enredado acuerdo para que ella finja ser su novia ante su familia durante un par semanas. ¿Lograrán ambos superar sus temores y disfrutar su amor plenamente?....

 

Los personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

 

Los invito además a leer mi otra historia (Dando clic en el título del fic)

"CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18) (Finalizado)"

 

Además los invito a pasar por mi nueva historia

"SIEMPRE TUYA (+18) (En Proceso)"

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Capítulo 19: Noche de Fiesta

Hola chicas por aquí ando sorry por no haber actualizado el día 26 como prometí en el aviso en que les expliqué el porque de mi ausencia pero tuve que salir de la ciudad a arreglar un problema con unos documentos que necesitaba pero ya estoy aquí y espero que les guste el capi. Gracias a todas las que comentaron en el capi pasado y que a demás me han dejado mensajes por interno preocupándose por mi GLORIACULLEN, CINTY, ANONIMO, EMI20, BELLSWARD, INGRIDCOLLEN, YUSALE, ANONIMO CULLEN gracias por sus comentarios y su apoyo y sobre todo gracias a mi bellísimo esposo HANSVULTURI_85 que es quien siempre me apoya en casa. No las canso más y aquí les dejo el capi. DISFRUTENLO…

 

 

 

Este era el segundo día en que Edward y yo nos levantábamos para ir al trabajo luego de pasar la noche juntos y la sensación me gustaba, los dos habíamos desayunamos juntos mientras el leía el periódico luciendo completamente deseable con su cabello húmedo por la ducha, usando solo sus boxers Calvin Klein negros y yo mi pijama hasta que Quil llegó con su ropa.

Éramos como una pareja común y corriente recorriendo la habitación arreglándose y recogiendo sus cosas.

– Me ayudas con el cierre – dije dándome la vuelta y sosteniendo mi cabello en alto para facilitar su tarea. Subió el cierre lentamente besando mi espalda en el proceso.

– Creo que conozco este vestido – musitó.

– Creí que no lo recordarías – respondí sonriendo.

Llevaba puesto el mismo vestido que usé la noche en que nos conocimos y quedamos atrapados en el ascensor.

– Por supuesto que sí como iba a olvidarlo después de verte con él, me encanta como se ajusta a tu figura y aun más como luce cuando te mueves de forma tan sensual como lo hacías aquella noche en la sala de juntas – susurró contra mi cuello mientras deslizaba sus manos por mi cintura, mis caderas, mis muslos y me atraía más contra su cuerpo.

– ¡Edward¡… – lo amonesté en voz baja pues mi respiración empezaba a volverse más pesada por su cercanía y el sentir su erección contra mi cuerpo no ayudaba.

– Es la verdad, aquella noche salí a buscar un café para intentar despejarme, había sido un día difícil pero verte a ti fue un espectáculo maravilloso, lucías hermosa, relajada y completamente deseable… al igual que ahora – dijo dándome la vuelta para encontrar mis labios fundiéndonos en un beso cargado de deseo y pasión.

Cuando sus manos alcanzaron el cierre de mi vestido que hacia tan solo un minuto el había cerrado lo deslizó suavemente hacia abajo, quise protestar y decir que íbamos a llegar tarde pero ya era demasiado tarde ambos ardíamos en deseo por el otro.

Con extremo cuidado me quitó el vestido empujándolo por mi cuerpo hasta que cayó al piso di un paso hacia atrás para salir del vestido él lo recogió para luego colocarlo cuidadosamente sobre una silla.

– Quiero verte usándolo hoy – aclaró al ver mi expresión de desconcierto por su inusual cuidado con mi ropa, luego se quitó su camisa y el pantalón y los dejó en la misma silla que mi vestido.

– Aunque será una tortura imaginarte todo el día con ese vestido, no podré concentrarme en el trabajo – añadió antes de que sus labios empezaran a deslizarse por mi cuello.

Mientras acariciaba mi espala desabrochó mi brazier lanzándolo al otro extremo de la habitación, sus manos se movían con delicadeza sobre mi cuerpo pero pese a eso a cada centímetros que sus manos acariciaban mi piel parecía arder y ambos gemimos al sentirnos piel con piel.

Siguió su camino hasta mi cintura, mis caderas, luego continuó descendiendo hasta llevarse la última prenda que llevaba puesta y la dejó caer en el piso, imité su acción y llevando mis manos a su cintura empecé a deslizar sus boxers.

Llegamos a tropezones hasta la cama sin despegar nuestros labios mientras nuestras lenguas batallaban la una con la otra, hasta que abandonó mis labios para concentrar su atención en mis senos arrancándome gemidos con la dulce tortura.

Se posesionó entre mis piernas y sin más juegos previos se introdujo en mi interior embistiendo con fuerza, arrancándome gemidos en cada embestida hasta que ambos encontramos nuestra liberación.

– En realidad me he acostumbrando a esto – dijo Edward mientras le anudaba la corbata.

– ¿A que anude tu corbata? – pregunté concentrada en mi tarea.

– Si – contestó sonriendo – pero no solo me refiero a eso sino a que seas lo último que vea en la noche y lo primero al levantarme, te amo y amo pasar cada minuto contigo.

La intensidad de su mirada me dejó sin palabras.

– Se que todo entre nosotros ha sido muy rápido pero no me imagino compartiendo mi vida y formando una familia con nadie más que contigo, así que creo que ya es hora de que fijemos una fecha para la boda – dijo y yo no contesté nada y solo lo besé con intensidad saboreándolo, aspirando su aroma.

– ¿Que te parece dentro de 3 meses? – susurró contra sus labios.

– Dos como máximo – y yo asiento rindiéndome a sus deseos que también son los míos.

Ya era la hora del almuerzo y Edward estaba tan ocupado que ni siquiera tendría tiempo de almorzar conmigo en su oficina, según me había dicho prefería dejarme en libertad para que salga a almorzar lo que quiera en lugar de confinarme en su oficina, pero yo sabía la realidad y esa era que nuestra escapada de ayer había hecho que se retrasara en su trabajo y ahora tenía que sufrir las consecuencias sacrificando incluso su hora de almuerzo así que decidí llamar a Angela para ver si ella podría almorzar conmigo o se encontraba en las mismas condiciones que Edward.

– ¿Hola Angela estás libre para salir a almorzar conmigo?

– Lo siento pero estoy demasiado ocupada como para salir a comer después pediré algo – dijo confirmando mis sospechas.

– ¿Edward tampoco te ha pedido nada para almorzar verdad?

– Me temo que no amiga.

Lo primero que se me ocurrió fue llevarle el almuerzo aunque tal vez no le gustaría ser interrumpido, pero se supone que el será mi esposo en un futuro bastante cercano así que debería acostumbrarse a que me preocupe por él.

– ¿Te apetece comida china para el almuerzo? – le pregunté a mi amiga sonriendo.

 

 

*******

– Su orden señorita – dije poniendo la comida de Angela sobre su escritorio.

– Gracias amiga muero de hambre – dijo dando clic al mouse de su computadora y de inmediato la impresora cobró vida mientras ella tomaba su comida.

– Déjame adivinar trabajo atrasado – dije y ella solo asintió – debes estarme odiando – añadí.

– Todo lo contrario – esta mañana recibí un jugoso cheque – dijo sonriendo – una bonificación por haberme ocupado de la oficina de la señora Smith durante el viaje y su escapada de ayer, el señor Cullen siempre ha sido un buen jefe y si me va a seguir premiando así por un par de horas más de mi tiempo cada vez que ustedes deciden escaparse espero que lo hagan más a menudo.

Angela llevaba casi un año trabajando como la secretaria de Edward desde que su anterior secretaria que casualmente vivía en el mismo edificio que Ben y con quien Angela había hecho buena amistad la recomendó, supongo que lo que decía era cierto porque jamás la había oído quejarse de su trabajo.

– Pues entonces te felicito – dije recordando las palabras de Edward en nuestro vuelo a Londres cuando le conté la versión que Angela había divulgado sobre como nos habíamos conocido e iniciado nuestra relación, recuerdo que él había dicho que mi amiga merecía un bono por su creatividad y ahora su promesa se había materializado antes de que mi amiga empezara a odiarme por el trabajo extra que de cierta forma tenia que hacer por mi culpa.

– Bueno creo que iré a entregarle la comida al jefe – dije.

– Ha estado muy ocupado toda la mañana deberías aprovechar y desestresarlo un poco – dijo Angela levantando ambas cejas, puse los ojos en blanco y fui hasta la oficina de Edward.

Al abrir la puerta el levantó la mirada hacia mi dedicándome una cálida sonrisa mientras seguía con su conversación telefónica.

– Si sigue con eso y mantenme al tanto de todo – dijo antes colgar.

– Servicio a domicilio – dije mostrándole la bolsa con comida china que traía.

– ¿Me trajiste el almuerzo? – asentí correspondiendo a su deslumbrante sonrisa y fuimos interrumpidos por una nueva llamada así que fui hasta la mesa coloque allí la bolsa saqué las cajitas con la comida china y leve su comida hasta su escritorio pues sabía que sería difícil despegarlo de allí.

– No debiste molestarte – dijo cuando al fin colgó el teléfono y se echó hacia atrás en su silla abriendo sus brazos para mi, oferta que de inmediato acepté acurrucándome en su regazo.

– Claro que debía, no permitiría que mi futuro esposo muriera de inanición.

Sus brazos me presionaron más contra su pecho beso mi cabello y aspiró profundamente.

– ¿Día ocupado? – susurré.

– No sabes cuanto pero tenerte aquí es tan reconfortante, haces que la tensión desaparezca.

– Me alegra poder ser de ayuda – murmuré aspirando el aroma de su pecho.

– Gracias por el almuerzo, muero de hambre y eso huele delicioso.

Comimos no sin ser interrumpidos por un par de llamadas, recogí el desorden e introduje todo en la misma bolsa en la que traje la comida y la tire a la basura mientras el seguía hablando por teléfono, me acerqué hasta su escritorio con el fin de despedirme y dejarlo en paz pero el me sujetó con fuerza haciéndome sentar en su regazo así que lo complací y me recosté en su pecho cerrando los ojos y aspirando su aroma mientras el seguía al teléfono.

Cuando finalmente colgó su mano se deslizó por debajo de mi vestido acariciando mis muslos y me besó con pasión mientras sus manos acariciaban la cara interna de mi muslo y sus dedos rozaban mi intimidad hasta que finalmente apartó mi ropa interior e introdujo dos de sus dedos en mi haciéndome gemir con sus movimientos.

¡Oh por Dios¡… Sexo en la oficina por segundo día consecutivo, esto no era correcto y lo sabía pero resultaba tan excitante sobre todo cuando Edward dejó de acariciarme para presionar una tecla en su escritorio y escuche el clic de la puerta cerrándose con seguro.

Decidí que después le diría mi postura sobre hacer el amor en su oficina y en horas de trabajo pero de momento lo deseaba demasiado como para detenerlo.

En un fluido movimiento me vi sentada en el escritorio de Edward mientras él subía mi vestido, se deshacía hábilmente de mi ropa interior y abría mis piernas besando la cara interna de mis muslos hasta llegar a mi intimidad haciéndome gemir por el placer que me otorgaba y continuó haciéndolo hasta que mi cuerpo estalló de placer.

Apoyé mi manos en el escritorio mientras intentaba recuperarme y controlar mi respiración pero entonces vi como Edward aun sentado en su silla se desabrochaba su pantalón para liberar su erección lo cual era una clara señal de lo que deseaba me tomo por la cintura haciéndome caer de su escritorio a horcajadas sobre su regazo y sin más preámbulos me levanto y entró en mi de una sola estocada gimiendo al mismo tiempo que yo, moviéndonos a la par en busca de placer hasta que un nuevo orgasmo llego y luego de dos estocadas el también estallo en mi interior.

El mes se fue volando yo me encontraba constantemente ocupada en la oficina por los últimos preparativos de la inminente reinauguración del nuevo hotel que adquirió Edward que se celebraría mañana, ambos estábamos muy ocupados pero pese a ello pasábamos cada minuto de nuestro tiempo juntos incluso habíamos ido a almorzar con mamá un par de veces y sonreí al recordar nuestro primer almuerzo con ella.

 

FLASH BACK

La semana se había convertido en un borrón lleno de trabajo y felicidad, le habíamos hablado a Esme para darle la fecha de la boda y ella se ofreció a encargarse de la organización de la boda, dijo que ella tenía una amiga aquí el Los Angeles que era organizador de bodas y que con su ayuda y la de Alice organizaría todo desde Londres pero que vendría un par de semanas antes de la boda para asegurarse de que todo marchara a la perfección, lo cual yo agradecí pues ya había visto la prueba de que ellas eran geniales organizando bodas.

Todo era perfecto por esos días y por ello me tomó por sorpresa que nuestra temida cita del domingo llegara tan pronto.

El miércoles había llamado a mi mamá y le conté sobre Edward naturalmente se sorprendió mucho al saber que estaba teniendo una relación con alguien aunque de momento omití lo de nuestro compromiso pues no quería que sufriera un infarto con tantas noticias juntas pero al final se mostró más que feliz de conocer a Edward y nos invitó a almorzar con ella el domingo y aquel día había llegado.

– ¿Nerviosa? – preguntó Edward en cuanto estacionamos su auto afuera de la casa de mi madre.

– No… bueno si… es decir mi madre practica la cocina creativa así que o le quedará delicioso o será un fracaso, además querrá ser linda contigo pero es algo despistada y suele ser exasperante y…

– Tranquila – me interrumpió Edward sonriendo.

– Sobreviviremos a ella – añadió con fingido horror y fuimos hasta la puerta tomados de la mano para enfrentar a mi madre.

Toqué el timbre luego de tomar aire para tranquilizarme y de inmediato se abrió la puerta mostrando a Phil tras ella con una gran sonrisa.

– Hola chicos, pasen.

– Hola Phil él es Edward mi novio – dije sonrojándome, Edward sonrió al ver mi expresión y estrechó la mano de Phil quien luego de las presentaciones nos condujo a la cocina donde mi madre se encontraba condimentando un bol de ensalada.

– Hola cielo – dijo secándose las manos y de inmediato se lanzó hacia mi con los brazos abiertos – no sabes cuanto te he extrañado.

– Hola mamá yo también te he extrañado mucho – dije devolviéndole el abrazó

– Me alegra mucho que hayan venido – dijo soltándome y concentrando su atención en mi bellísimo acompañante.

Mi madre se quedó con la boca abierta al verlo y yo quería patearla para que reaccionara.

– Mamá te presento a Edward el es de quien te hablé – dije tomándola del brazo y afortunadamente eso la trajo de regreso.

– Mucho gusto Edward Cullen – dijo Edward tendiéndole la mano pero ella en lugar de estrechársela lo abrazó sorprendiéndolo pero por suerte Edward le devolvió el abrazo y pareció no molestarle.

– Es un gusto conocerte Edward me alegro mucho de que hayas podido venir con Bella.

– Es un placer para mi conocerla al fin Bella me ha hablado mucho de usted.

– No le creas ni una sola palabra – dijo de forma juguetona.

– Edward estoy viendo el partido de los Mariners en la tele ¿quieres venir a verlo mientras la cena esta lista? – preguntó Phil.

– Si claro – dijo Edward y después de darme un casto beso se alejo con Phil dejándome sonrojada en compañía de mi madre.

– ¿Como te has sentido mamá? – pregunté en cuanto se fueron.

– Muy bien cariño cada vez me siento mejor ahora que mi nena al fin tiene novio y es más guapo de lo que imaginaba.

– Gracias mamá – dije irritada.

– Hay hija sabes que no fue eso lo que quise decir pero en realidad elegiste bien.

– Mamá por favor no empieces.

– Ay por favor hija déjame saborear el momento – dijo sonriéndome dulcemente y no pude evitar corresponder a su sonrisa y me escabullí hacia el comedor con una pila de platos para poner la mesa.

– Y cuéntanos Edward como conociste a mi hija me imagino que en el trabajo porque ella casi nunca sale – dijo mi madre en cuanto estuvimos todos en la mesa.

– Si nos conocimos en la oficina – respondió tomando mi mano depositando un beso en ella haciendo que mi madre suspirara.

– Déjame decirte que hacen una hermosa pareja sus hijos serán bellísimos.

– ¡Mamá!...

– Lo siento hija pero tenía que decirlo además estoy muy emocionada a excepción de Mark es la primera vez que traes a un chico a casa.

– ¿Mark? – preguntó Edward enarcando una ceja.

– Era el hijo de nuestros vecinos, él era solo un par de meses mayor que Bella así que eran inseparables desde bebé se podría decir que incluso compartían cuna ya que Patrice la madre de Mark y yo éramos muy buenas amigas además ella era madre soltera y debía trabajar así que pasaba mucho tiempo en casa lo hacían todo juntos incluso cuando crecieron.

– No solo era mi amigo también lo era de Angela – musité.

– Si pero a diferencia de Angela él y tu solo se separaban cuando tu padre llegaba del trabajo – dijo mi madre perdida en sus recuerdos.

– ¿Y llegaron a ser novios? – preguntó Edward con sequedad.

– Claro que no Mark y yo solo éramos amigos además el se mudó a Arizona cuando cumplimos 14 años – su reacción era sencillamente irracional así mejor no le diría que Mark me dio mi primer beso durante nuestra despedida el día en que se mudó. Edward pareció relajarse por suerte mi madre había tenido un acierto hoy con la cena pues estaba deliciosa y después del postre decidió lanzar la gran noticia.

– ¡Van a casarse!... – casi gritó mi madre.

– Felicidades chicos – se apresuró a decir Phil.

– Gracias Phil – dijo Edward mientras yo continuaba prestando atención a mi madre que de pronto preguntó:

– ¿Estás embarazada? – preguntó mi madre mirándome a mi y luego a Edward quien me miró con expresión divertida.

– Claro que no mamá – dije y al ver mi expresión me creyó.

– Ok entonces felicidades.

FIN DEL FLASHBACK

 

El teléfono sonó arrastrándome al aquí.

– Hola oficina de la señora Amanda Smith en que le puedo ayudar.

– ¿Bella?…

– ¿Nessie?… – Si soy yo pero por favor no repitas mi nombre en voz alta.

– ¿Por qué a que te refieres? – pregunté intrigada.

– Porque no quiero que Jake te escuche pero mañana en la mañana estaré en Los Angeles acabo de hablar con Edward y va a guardarme el secreto, voy a quedarme en una suite de su nuevo hotel.

– De manera que sorprenderás a Jake en la fiesta del sábado – dije comprendiendo su plan.

– Exacto ¿ya sabes que usaras en la fiesta? – preguntó.

– Aun no, pensaba salir de compras el sábado en la mañana.

– ¡Como lo sospechaba Alice!... en fin te envió algo para que uses en la fiesta.

– Gracias – murmuré no muy convencida de lo que Alice me habría enviado.

– Confía en mi te quedará perfecto – dijo intuyendo mi nerviosismo – así que pasa por el hotel a las 5: pm y tendré todo listo para una sesión de spa privada.

– De acuerdo allí estaré.

– ¡Que emoción¡… No puedo esperar para ver a Jake y a ti y a Edward los he extrañado mucho.

– Yo también te he echado de menos.

– Ok entonces nos vemos mañana.

– Nos vemos.

De repente me sentía mucho más tranquila aunque aun guardaba cierto temor con respecto al vestido que Alice había enviado para mi me sentía mejor al saber que Nessie estaría conmigo pues no me parecía muy agradable sumergirme entre un mar de personas adineradas que no tenía idea de como me recibirían y a las cuales no conocía en lo más mínimo, de manera que contar con una cara amigable me resultaba muy reconfortante.

 

**********

– Bella… – gritó Nessie cuando abrió la puerta y se echó a mis brazos.

Me parecía mentira que todos los miembros de la familia de Edward me hubieran aceptado y me hubieran tomado afecto en el corto tiempo que compartí con ellos pero lo cierto es que yo sentía lo mismo hacia ellos.

– ¿Y que para mi no hay abrazo? – protestó Edward.

– Claro que si no seas celoso – dijo soltándome para abrazarlo a él.

– Espero que a partir de mañana te hospedes en casa – dijo Edward cuando la ronda de abrazos terminó.

– Bueno respecto a eso…– dijo dubitativa.

– ¿Que pasa? – preguntó Edward frunciendo el ceño.

– En lugar de hospedaje estaba pensando en que me ofrecieras un empleo.

– ¿Un empleo?...

– Si un empleo y no me mires así, amo a Jake – dijo sonrojándose – quiero estar con él y una semana juntos cada par de meses no es suficiente para mi y se que tampoco para él pero ya conoces a Jake el sería incapaz de hacerme elegir entre Londres y él pero esto es lo que quiero – dijo y de inmediato la mirada de Edward se suavizó.

– Y en cuanto al hospedaje no será necesario me quedaré en el apartamento de Elena ella solo usa cuando viene y como tiene dos habitaciones no será ningún problema – añadió.

– De acuerdo y hablaremos el lunes sobre lo que harás en la empresa – de inmediato Nessie soltó un grito de emoción y se lanzo a sus brazos dándole las gracias una y otra vez.

– Bueno Ed Dios sabe que te extrañado muchísimo pero ahora Bella y yo necesitamos tiempo a solas para cosas de chicas así que… – extendió su mano hacia la puerta dejando la frase inconclusa.

De inmediato llego todo un equipo para encargado de mimarnos, relajarnos y embellecernos.

Luego de un masaje, manicure, pedicura, mascarillas, peinado y maquillaje me puse el vestido que Alice me envió era de satén negro azulado, largo, ajustado, con un ligero corte sirena, finos breteles y tan descubierto en la espalda q era casi indecente pero debía reconocer que resaltaba muy bien mis pocos atributos.

Edward me envió un mensaje diciendo que me esperaría al pie de la escalera del salón en el que se celebraría la recepción, así que Nessie y yo salimos de la suite y tomamos el ascensor.

En el trayecto hacia la fiesta ambas estabamos irradiando nerviosismo yo porque no me agradaba ser el centro de atención y Nessie porque estaba impaciente por ver la reacción de Jacob cuando la viera y le dijera que había venido para quedarse.

Al llegar bajamos por la elegante escalera que descendía hacia la recepción la cual estaba recubierta de una alfombra roja y por alguna razón me recordó a la escalera del Titanic pero al mirar hacia el frente pude ver todo el esplendor en el salón con una decoración exquisita, lleno de elegantes personas y meseros llevando bandejas con copas de champagne la señora Smith si que sabe organizar una fiesta pero todos mis pensamientos quedaron dispersos cuando vi la figura de Edward son su elegante esmoquin esperándome con su radiante sonrisa y todo lo demás se evaporó cuando tomé su brazo.

– Te ves tan hermosa – susurró y beso mi siente aspirando el aroma de mi cabello ante las miradas curiosas que acababan de presenciar su muestra de afecto y de inmediato sentí el rubor extendiéndose en mi rostro.

Vagamente fui consciente de que Nessie estaba a mi lado y de que la mandíbula de Jacob casi cayo al piso desencajada por la impresión pero era de esperarse pues Nessie estaba hermosa en un ajustado vestido color rosa pálido, pero él de inmediato paso de la sorpresa a la alegría y con una radiante sonrisa fue hasta ella y le ofreció su brazo el cual ella tomó de inmediato.

Edward me condujo por el salón hasta la pista de baile me tomó entre sus brazos y empezamos a mecernos suavemente al ritmo de la música, Jacob y Nessie también nos imitaron.

– Creo que tratas de matarme con este vestido – dijo acariciando mi espalda desnuda.

– En realidad no lo escogí yo fue Alice quien me lo envió.

– Entonces no se si llamarla y agradecérselo o enfadarme con ella por que ahora tendré que espantar a todos los tipos que se te acercaran esta noche porque luces bellísima y muy deseable no se cuanto tiempo me podré contener antes de arrastrarte hasta una de las habitaciones – dijo otorgándome una mirada lasciva.

Continuamos allí en la pista de baile con mi cabeza recostada en su pecho mientras el me susurraba lo mucho que me amaba y me deseaba, me provocaba diciéndome lo que ocurriría cuando la velada concluyera y estuviéramos a solas, sus palabras, su cercanía y su perfume aumentaban mi deseo por el que cada vez era más fuerte.

Y es que así habían sido las últimas semanas no se que es lo que me pasaba pero siempre lo deseaba y el correspondía a mi deseo como anoche en la piscina y esta mañana en su gimnasio y en la ducha y en el escritorio de su despacho en el garaje antes de venir hasta aquí.

Me encontré deseando que la fiesta se terminara y pudiéramos estar solos, me sonrojé furiosamente ante mis pervertidos pensamientos.

– ¡Maldita sea¡… – murmuró Edward tensándose de repente y al seguir su mirada pude ver la razón de su irritación.

Mike Newton entraba al salón en ese preciso instante acompañado nada mas y nada de menos de una despampanante Irina vestida con un muy ajustado y escotado vestido rojo con el cual destrozaría la autoestima de cualquiera de las presentes ¿Por qué tenia que ser tan hermosa?

Edward volvió su atención a mi y continuo con lo nuestro pero no era ningún secreto para mi que Mike y él eran como el agua y el aceite y no podía olvidar el incidente del partido de polo en Londres aun no podía olvidar la manera en que miró a Edward ese día y cuando nuestras miradas se encontraron tampoco me gusto la manera en que me miró y cuando me sonrió no pude evitar sentir un escalofrío en mi columna.

En definitiva esta iba a ser una noche muy interesante...

 

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Hola chicas espero que les guste el capi y me perdonen por haberlas hecho esperar. No prometo nada pero intentaré actualizar nuevamente dentro de dos semanas. Gracias por su apoyo porfa déjenme sus votitos y sus comentarios que ya saben que para mi son de suma importancia.

Cuídense mucho…

Besitos...

 

 

 

Capítulo 18: Solo Tú Capítulo 20: Visitantes Indeseables

 
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