Mundos Opuestos (+18)

Autor: KiaCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 05/05/2013
Fecha Actualización: 12/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 16
Comentarios: 34
Visitas: 10224
Capítulos: 4

 

Un grupo de chicos son seleccionados para participar en un programa de televición, deberan estar en reclusión durante seis meses, competiran en pruebas deportivas para obtar a un premio en dinero; es asi donde comienzan a entablar relaciones de amistad, amor y enemigos, los cuales deberan ir resolviendo conforme aparecen los malos entendidos; ademas de ser capaces de soportar las pruebas y el encierro.

 


Los personajes pertenecen a S. Meyer, solo la historia es de mi creación, esta completamente prohibida su copia sin mi consentimiento.

Chicas este es mi primer fic, espero lo lean y dejen sus votos y comentarios, los cuales son muy importantes para mi, ya que de esta manera puedo saber su opinion y la recepcion de esta historia, la cual van a ayudar a ir mejorando dia a dia.

Tambien decirles que esta historia sufrio un editado por lo que les recomiendo que comiencen nuevamente a leerla, ya que hay cosas cambiadas.

Finalmente agradecer enormemente a mi Beta Eve Runner por su ayuda y apoyo con la historia. Tambien agradecer a Dennise Flores por la hermosa portada.

Gracias por su paciencia, espero sus comentarios, preguntas o sugerencias.

Gracias por su apoyo cariños de Kia Cullen

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Capítulo 4: Fiesta

Declaimer: Los personajes le pertenecen a Stephanie Mayer. La historia es propia y de mi imaginación, cualquier parecido con la realidad solo es coincidencia.

 

Esta historia contiene escenas de sexo, si eres menor o sencible a ciertas situaciones, ya sabes que hacer.

 

Esta es mi primera historia, espero les guste. Agradezco enormemente a mi Beta Eve y a Denisse Flores por crear la Hermosa portada.

 

Capítulo beteado por Eve Runner, Beta FFAD: www facebook com / groups / betasffaddiction


 

 

Capítulo 3: Fiesta.

POV Bella

 

Jamás pensé que podría ser capaz de quedar en el Paraíso, estoy demasiado feliz, me esforcé mucho, di todo de mí, sé que no estuve en los primeros lugares pero tendría tiempo para practicar, era solo cuestión de esfuerzo.

A los hombres les tocaba participar en la competencia, me relajé bastante, comencé a observarlos, la mayoría eran de la misma contextura, delgados y atléticos, unos más fornidos que otros, casi todos eran altos. Estaba mirándolos cuando aprecié a un joven alto, de cabello cobrizo, piel pálida, miré sus ojos, por unos breves momentos nuestras miradas se cruzaron, él me observaba de manera penetrante, inmediatamente me ruboricé, él pareció darse cuenta de que estaba sonrosada y sus labios se curvaron en una hermosa sonrisa torcida, aquello me dejó volando. Jamás en mi vida había visto una sonrisa como aquella, mi corazón se aceleró, traté de tranquilizarme caminando y así distraerme.

Me quedé de pie donde estaban las demás chicas de mi equipo, tres de ellas hablaban de los chicos guapos, en cuales estaban interesadas. La chica bajita, que parecía un duende, me observaba, se acercó a mí de  manera elegante, cuando estaba justo frente a mí habló.

—¿Así que tú eres Isabella?

—Solo dime Bella.

—Bien, Bella. Mi nombre es Alice, seremos grandes amigas, te lo aseguro. —Aquella afirmación me sorprendió

—¿Por qué lo dices?

—Porque eres una buena persona, Bella, no eres como las demás participantes, eres nueva en esto de la televisión, cosa en que las demás ya tienen experiencia. Saben que armando escándalos o estando con algunos de los chicos exhibiéndose tendrán frutos fuera. En cambio, tú no  lo sabes, eres un poco ingenua, no te he visto mirar a ninguno de los chicos, supongo que vienes con otras intenciones.

Su argumento me dejó, por un breve momento, abrumada, ¿tan fácil resultaba darse cuenta de mi personalidad? 

—No creí que fueran así las cosas —dije más para mí—, y tienes razón, no entré aquí para hacerme famosa o encontrar novio, lo que me interesa es ganar esto para poder estudiar lo que quiero, de hecho nunca imaginé que lograría pasar las pruebas —respondí con sinceridad.

—Bella, no te encuentres poca cosa, con entrenamiento puedes llegar lejos —dijo la frase con tal convicción que por un breve momento lo creí posible—. Descuida, te juro que te ayudaré en todo momento. —Le iba a responder pero llegó Marcus.

—Bien, chicas. Como dije antes ahora es el turno de los varones, ellos deberán competir para sus respectivos mundos, ya están en posiciones, así que daremos comienzo a la competencia. Chicos, comenzaremos la prueba en… 3, 2, 1… ¡¡¡YA!!!

Vi como todos comenzaron a correr, estaban muy parejos, llegaron a la mesa para comenzar el equilibrio. Quise tratar de ir observándolos a todos, pero me fue imposible. Mis ojos buscaron automáticamente al de cabello cobrizo, lo divisé en la tercera hilera, cuando lo encontré estaba terminando la mesa, era el que mayor ventaja tenía, por lo menos  unos tres metros antes que los demás. Escuché como las chicas gritaban, escuchaba algunos nombres, pero no sabía quién era quién; el de cabello cobrizo estaba comenzando su segunda vuelta, realmente corría rápido.

En menos de cinco minutos sacó una gran ventaja al resto de los participantes,  lo más sorprendente es que su nivel de rendimiento no bajaba a diferencia de los demás, ya habían unos algo rezagados, otros que empezaron bien pero bajaron un poco el ritmo; quedé sorprendida, sin duda él es uno de los competidores más fuertes en cuanto a velocidad y resistencia; comenzaba su tercera vuelta, a lo lejos pude divisar a aquel joven que primeramente había llamado mi atención, junto con dos que iban a la par; uno era rubio, piel pálida; el otro un poco más bajo que ellos dos, era de cabello negro y piel dorada, en comparación a los demás parecía uno de los más jóvenes; los otros estaban retrasados por una vuelta; cuando ellos llegaron, el joven de ojos verdes estaba a mitad de su cuarta vuelta, sin duda él quedaría en el Paraíso, eso me causó alegría, quizás podría acercarme a él, le pediría que me entrenara. Escuché que me hablaban, así que me giré, era Alice.

—Disculpa, creo que no escuché tu pregunta. —Ella me sonrió.

—¿Te pregunté que si encuentras a Edward guapo? —Gruñí mentalmente. Quizás fui demasiado obvia al no quitar mi mirada, completamente embobada, de aquel hombre de ojos verdes y cabello cobrizo. Traté de no ruborizarme y hacer una pregunta que me hiciera parecer desinteresada.

—¿Quién es Edward? —Agradecí internamente que por una vez en mi vida me resultara una mentirilla.

—Aquel chico de cabello cobrizo del que no apartas la mirada. —Aquello me tomó por sorpresa y me ruboricé, no pude decir nada, estaba de más decir que fui demasiado obvia o ella era muy intuitiva. Esperaba que fuera la segunda opción.

—Ya que has quedado muda, debo estar en lo cierto, ¡lo encuentras lindo! —Lo último lo dijo gritando y dando saltitos. Para ser pequeña tenía bastante energía, finalmente decidí que debía admitirlo, era pésima mintiendo.

—Sí. Es lindo pero los demás igual lo son. —Traté que mi respuesta sonara como que no me interesaba mucho el de cabello cobrizo.

—Claro, no lo niego, pero de Edward no apartas la mirada. —Alice se las arregló para destruir mi respuesta anterior. No puedo creer que no se le escapara nada a la duendecilla.

—Es que me sorprende lo rápido que es, es solo eso. —Hice el intento de sonar lo más convencida posible para que no siguiera con el asunto de mi atención hacia su amigo.

—Claro, en el caso de que te interese, a él lo conozco algo, si te interesa podría ayudarte. —Dicho eso se giró y comenzó a gritar por un tal Jasper.

Cuando miré hacia la prueba, el de cabello cobrizo, o mejor dicho, Edward, ya estaba sobre la plataforma, no se veía para nada cansado. Los demás que estaban cerca de terminar recién estaban en su última vuelta, miré una vez más hacia Edward, me sorprendió que él estuviera mirando hacia donde estaba yo, nuevamente con esa sonrisa matadora, me decepcioné cuando escuche que las del equipo le estaban gritando cosas a él, del tipo de cosas de que era el más guapo, o que estaban fascinadas con su rendimiento, otra le decía que lo felicitaba, eso me desanimó, él no me miraba a mí, estaba observando a las demás chicas.

Poco a poco comenzaron a ir subiendo los demás chicos a las plataformas, solo quedaban dos los que estaban algo rezagados, decidieron no terminar su prueba. Cuando todos estaban listos apareció nuevamente Marcus.

Bien, chicos, estoy sorprendido, fue una grandiosa prueba, pero como saben de aquí salen los dos grupos, los cinco primeros en llegar pasaran directamente al Paraíso, serán un grupo junto a las hermosas jóvenes que ya pasaron su prueba; por otro lado, los cinco últimos pasaran al Infierno, serán un solo grupo con las respectivas chicas que ya están ahí.

Antes quiero felicitar por su gran desempeño a Edward Cullen, quien solo se demoró ocho minutos en completar la prueba, todo un record, así que démosle un fuerte aplauso.

¡Solo ocho minutos en completar la prueba! Realmente impresionante, todos estaban aplaudiendo, parecía no importarle

—Bien, seguiremos. Pasan directamente al Paraíso… primer lugar, Edward Cullen; segundo lugar, Jacob back; tercer lugar, Jasper Whitlock; cuarto lugar, Seth Clearwater, y por ultimo y quinto lugar, Embry Call. Démosle un gran aplauso.

Seguimos… sexto lugar, James Witherdale; séptimo lugar, Emmett McCarthy; octavo lugar, Quill Atarea, y por último, Mike Newton y Eric Yorkie, quienes no terminaron su prueba.

Como ya están definidos los equipos los invito a que todos tomen posiciones con sus respectivos mundos, a mi lado derecho el Paraíso, al lado izquierdo el Infierno.

Todos tomaron sus respectivos lugares, quedé al lado de Alice y al otro se encontraba Jacob. Marcus tomó una bolsa que contenía los apellidos de alguien, comenzó uno a uno entregando la bolsa, cuando terminó se puso frente a nosotros.

—En las bolsas encontrarán sus respectivos trajes. Una vez estén dentro de sus respectivos mundos deberán cambiarse de ropa, ustedes solamente usaran estos trajes, excepto en ocasiones especiales, como en competencia donde deberán usar el traje correspondiente a su mundo, los cuales se les entregaran más adelante. Por otro lado, cuando tengan invitaciones recreativas también serán enviados sus trajes correspondientes según sea la ocasión. No me queda nada más que decirles, les deseo a todos mucha suerte. Dentro de cinco días tendrán la primera competencia de equipo, y esta noche tendrán una grata sorpresa, así que les recomiendo que descansen. Pueden ir a sus mundos. Hasta pronto.

Dicho eso salió Marcus. Todos comenzaron a saludarse, unos se tomaban de las manos, otros se abrazaban, muchos de los hombres fueron directamente a Edward para felicitarlo, vi como comentaba algo con, creo que era, Jasper…

¡Qué atroz, tendré que aprenderme todos los nombres! Estaba en mis pensamientos cuando Alice me agarró de mi polera y comenzó a caminar hacia donde estaba Edward, traté de frenar o escaparme pero ella, a pesar de ser pequeña, tenía una gran fuerza.

—Tranquilízate, Bella, solo saludaremos a miembros de nuestro equipo —dijo alegremente y sin soltarme.

—No creo que sea conveniente, están ocupados con unas chicas, no quiero molestar. —Trataba de zafarme de su agarre, no quería estar en medio de una conversación con las chicas que querían estar con Edward, me sentiría muy incómoda, además inferior con respecto a las chicas curvilíneas.

—Créeme, no molestaremos, solo marcaremos territorio. —Aquello lo dijo con un deje de odio, cosa me dejó algo aturdida. ¿Marcar territorio? ¿Quién diablos debía marcar territorio? No soy ese tipo de mujer, además apenas lo he visto hoy. Esto sin duda sería un enorme dolor de cabeza.

—Alice, ni siquiera los conocemos para hacer eso de lo que dices —chille tratando, en vano, de separarme de su firme agarre.

—Créeme, no será necesario. —Ya estábamos cerca de ellos, tres chicas los rodeaban, coqueteándoles descaradamente y ellos parecían muy incómodos, sin decir nada Alice se metió en medio de aquellas chicas tirándome a mí con ella, las chicas nos miraron con algo de repulsión. Estaba segura de que aquellas rubias le declararían la guerra a Alice y de paso a mí por estar con ella.

—Oigan, quienes creen que son para meterse en medio de nosotras, ¿acaso no tienen modales? —Tenía una voz un poco chillona la chica y pude reconocerla como Jessica, quien decidió mostrar sus tributos en la presentación.

Alice se paró frente a aquella chica, era una mujer más menos de su estatura, cabello castaño, piel cremosa, ojos cafés, se veía bastante satisfecha con su comentario.

—Tenemos muchos mejores modales que ustedes, según las cosas que aparecen en las revistas puedo decirte que no son muy buenas las que dicen de ti Jessica. —Cuando Alice le dijo esto ella palideció. Luego miró a la rubia que estaba casi colgada del cuello de Edward.

—Y tú, Tanya, no digas nada, mira que estás mucho peor que esta. De ti, Irina, no opino, pero dudo que seas mucho mejor que tu hermana.

Ninguna de ellas dijo algo, hasta que me observaron. Tanya fue la primera en hablar.

—No te digo nada, Alice, no porque te tenga miedo, sino para que veas que si tengo modales. Hay cosas que sé de ti que es mejor callar,  si no me respetas no dudaré en decirlas; por otro lado, no entiendo como una cosa como ella, que no tiene nada en común con nosotras que somos conocidas… la aceptaran. —Lo último lo dijo con repulsión.

—Sí, tienes toda la razón, Tanya. Ella no es conocida, no frecuenta nuestros mismos lugares, parece una muerta de hambre, te apuesto a que debió hacerle un gran favor a alguien para llegar a donde está y… —Jessica no pudo terminar, Edward la interrumpió.

—Jessica, esa no es la forma de hablar de una persona que primero, no conoces y segundo, que fue mucho mejor que tú en una prueba; creo que eso es ser mal educado, les pediré que si no tienen nada más que decir y que no sea bueno… preferiría que nos dejaran, no me interesa andar metido en problemas que no sean nuestros, menos de personas que no tienen un buen coeficiente intelectual para hablar de cosas más importantes. Vengo a competir y a ganar, solo eso, no me interesa nada más.

Mientras decía todo eso con voz tranquila pero fría Edward puso distancia entre Tanya y él. Las tres chicas nos miraron con desprecio y sin decir nada dieron media vuelta y se marcharon- Alice dio un salto, abrazó a Edward, quien pareció impresionado, pero luego relajó su postura.

—Bien hecho, Ed, les diste donde más les duele, mucho mejor que yo, aunque me hubiera gustado darles un buen derechazo.

—Enana, todavía no comenzamos y ya quieres que te echen por no controlar tus impulsos. Jasper, tendrás que cuidar a la enana, te aseguro que tanto Jessica como Tanya buscaran pelea.

—También lo pienso así, supongo que deberíamos estar acostumbrados —dijo Jasper. Alice me miró.

—Chicos, creo que Bella no entiende de lo que hablamos, así que empecemos las presentaciones… Bella, este es Jasper, es mi novio, nos conocimos en el reality anterior. Él es Edward, su madre tiene negocios con mis padres así que lo conozco desde hace algunos años.

Jasper me saludó, pero Edward agarró mi mano y  luego la besó, me sentí extraña. En el momento en que sentí sus manos sobre la mía una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, estaba ruborizada, lo sentía; él solo sonrió de forma torcida por mi actitud, iba a decirle a Alice algo pero me fije que no estaba, Edward pareció leer mi mente y contestó la pregunta no formulada.

—Alice y Jasper se adelantaron para entrar al Paraíso. —Esto me lo dijo mirándome directamente a los ojos. No sabía qué hacer, me sentía una tonta al lado de él. No sabía que decir, fue Edward quien rompió el silencio.

—Estuviste maravillosa en la prueba.

—No tan bien como tú, fuiste fantástico, eres realmente veloz, a mí me costó un gran esfuerzo terminar la prueba y era la mitad de la tuya, tú ni siquiera estabas agotado. —Luego de decirle aquello me ruboricé, bajé la vista avergonzada por hablar más de la cuenta. 

—Solo te puedo decir que son años de práctica. Y si te interesa te puedo ayudar a entrenar. —Sus palabras me alegraron

—¿Lo dices en serio? —No lo podía creer, estaba sorprendida por su propuesta, tenía todas las intenciones de preguntarle, pero esperaba ser rechazada.

—Claro, quiero ayudarte, puedes ser mucho mejor que las demás chicas, solo debes esforzarte y con un buen entrenador como yo, estarás más que fantástica —dijo con esa sonrisa torcida que me dejaba deslumbrada.

—No esperaba que fueras así. —comenté, pensaba en voz alta. Él me miraba divertido. Nuevamente mi cara ardía de la vergüenza.

—¿Por qué lo dices?  —preguntó Edward. Debía pensar en algo para zafar digna de mi metida de pies.

—Porque tenía pensado preguntarte si me podías entrenar pero esperaba que no me tomaras en cuenta, ya sabes… no soy conocida, no soy el tipo de chica que llama la atención y no estoy para nada familiarizada con el tema de la televisión. Sé que soy una extraña, en comparación a las demás y… —No me dejó terminar, él tomó mis manos.

—Puede que no seas conocida televisivamente o no tengas algún trabajo que sea de tipo comercial, pero todos comenzamos así. Te aseguro que Tanya, Jessica e Irina no eran conocidas, debieron hacer mil cosas para tener algo de atención, pero te aseguro que tú puedes ser mucho mejor que ellas, sin ningún esfuerzo.

Todo esto me lo dijo mirándome profundamente a los ojos, sentía que me perdía en su mirada y en sus palabras, su sonrisa me mataba, su contacto dejaba una corriente eléctrica donde tocaba. No sabía qué decir así que él rompió el silencio como venía haciendo.

—Será mejor que entremos, ya todos están dentro. Yo solo asentí, cuando soltó mi mano, sentía como si algo me faltara. Fue una extraña sensación. Caminamos juntos en silencio, no era un silencio incómodo, era algo agradable. Subimos las escaleras que estaban justo por un lado de la montaña, realmente era hermosa, la elaboración y todos los detalles, era como si realmente estuviera en el Paraíso. Entramos, los chicos estaban casi todos dispersos, unos mirando, otros conversando. Quedé maravillada con la casa, era casi toda de vidrio, las paredes exteriores eran así, daba la sensación de estar en una casa de cristal, solo un lado estaba cubierto con una cortina, cosa que llamó mi atención, todo los muebles eran blancos, había un gran living con sillones de cuero blanco, en el centro una alfombra verde, cerca de allí un ventanal por donde se podía salir, un poco más allá estaba una mesa de caoba blanca; cerca estaba la cocina con tres refrigeradores, tres cocinas de seis platos, muebles de cocina muy hermosos con todo lo necesario en vajilla, había una mesa más pequeña redonda, todo esto en una sola sala. Luego de una muralla había una mesa de ping pong y una mesa de pool, detrás máquinas de ejercicios, caminadoras, bicicletas y pesas; por el lado derecho pasando esa habitación, otra muralla, la cual daba a los dormitorios, me sorprendió ver que había diez camas. Tanya estaba acomodando unas cosas, me miró haciendo un gesto desprecio, todas las camas de enfrente estaban ocupadas, no sabía dónde dormiría yo. Edward colocó sus cosas en una cama que estaba cerca de una pared hacia el fondo, tuve la impresión que no quería estar cerca de Tanya.

Alice llegó saltando, ya estaba vestida, traía un vestido turquesa sobre la rodilla, con un escote en V no muy pronunciado, tenía aplicaciones en los lados del vestido blancas las cuales seguían por las mangas, que eran largas y estas tenían agujeros que le daban un toque chic; llevaba puestos unos botines de tacón alto blancos. Alice se veía divina, cosa que sabía que en mí no luciría, estaba acostumbrada a ocupar jeans y poleras. Alice se acercó a mí dando saltitos.

—¡Bella! Ven aparté tu cama junto a la mía. Tomó mi mano, caminamos hacia donde estaba Edward.

—Mira, estarás al lado de Edward y al lado mío, dudo que brujas molesten tus sueños en la noche. —Esto último lo dijo casi gritando.

—Bella, vístete, queremos hacer un brindis, así que apresúrate, te esperaré en el living. —Alice salió dando saltitos. Tanya desde el otro lado me miraba con furia, me sentí incómoda, así que me giré, vi que Edward se estaba cambiando de ropa, automáticamente me ruboricé, él se dio cuenta y sonrió.

—Sabes, me encanta el efecto que tengo en ti —comentó divertido.

—No creí que te cambiarías de ropa acá —lo dije lo más rápido posible girando mi cara.

—Deberás acostumbrarte, en este tipo de cosas debes dejar a un lado el pudor, tomando en cuenta que todo lo que tú hagas lo verán miles de personas por televisión, tómalo como un consejo, cuando quieras cambiarte ropa, trata de hacerlo lo más rápido posible, si no quieres que los demás te vean.

—Lo tomaré en cuenta —afirmé aún de espaldas a él y con mi cara ardiendo.

—Sin embargo, luego de unos meses, esto te será de lo más natural. Quizás para esas alturas tengamos algo —expresó y se fue. Sus palabras me dejaron en shock. ¿Él dijo que quería tener algo conmigo? No, quizás se refería a otra cosa, seguramente nos haremos amigos. Saqué sus palabras de mi mente, me senté en la cama y rápidamente me cambie la ropa, fue algo difícil pero lo logré sin mostrar mayormente nada, además las cámaras no se veían a simple vista, quizás en la habitación no las colocaron. Ya lista caminé para salir de la gigante habitación, cuando estaba por salir, Tanya bloqueó mi camino.

—Te advertiré algo, niña poca cosa. Edward Cullen es mío, no pongas tus ojos en él, te advierto que si intentas algo con tu actuación de niña buena que no aplasta ninguna mosca, no te funcionará, yo misma me encargaré de desenmascararte —expresó con todo el odio posible, se giró con elegancia, dándome un golpe en el rostro con su cabello largo.

Salí después de que ella estuviera a unos cuantos metros delante de mí. Vi a Alice con Jasper y Edward a un lado, me acerqué a ellos, unos metros antes estaban los demás del equipo, el chico de cabello negro y piel bronceada, era bastante musculoso, tocó una copa. Alice me agarró de la mano, pasándome una copa de champagne.

—Bien, chicos. Quiero felicitar a cada uno de ustedes por estar en este lado, acá están los mejores competidores, seremos un gran equipo, sé que no nos conocemos todos, pero los invito a que nos conozcamos y seamos compañeros, brindo por nuestra primera competencia ganada. ¡Salud!

Todos repitieron eso, nosotros que estábamos algo apartados chocamos nuestras copas y bebimos. Alice fue la que rompió el silencio.

—Bella, quiero decir que cualquier cosa que necesites puedes contar con todos nosotros, te lo digo porque a pesar de que Jacob dijera aquellas palabras, no nos llevaremos bien, es más creo que tendremos algunos conflictos. Sé que Tanya y Victoria no son buenas personas, puede que quieran dañar tu imagen, a los chicos Clearwater no los conozco, sé que son buenos atletas pero nada más, y en cuanto a esos dos Jacob y su amigo son hombres mujeriegos, eso es lo que se dice en la farándula, sé que tuvo un romance con Tanya y sus hermanas, así que no te confíes mucho de ellos.

Sus palabras llamaron mucho mi atención. Entendía que para llamar la atención de las cámaras, la mayor parte de las veces se usaban los conflictos, pero yo no estaba dispuesta a crear disturbios, estaría lo más lejos posible tanto de Tanya como Victoria; en cuanto a romances, no venía con esa idea, no estaba dispuesta a formar ningún romance trillado por pantalla y menos a prestarme con triángulos amorosos, como dijo Tanya anteriormente.

—Alice, acompáñame —le pidió Jasper, la tomó de la mano y salieron.

—Debes hacerle caso a Alice, siempre tiene razón y como dijo ella, puedes contar conmigo. Yo te puedo cuidar si lo necesitas o cualquier cosa que necesites. —Sus palabras me dejaron helada.

—¿Por qué eres así?

—¿A qué te refieres? —cuestionó extrañado.

—¿Por qué eres así conmigo? No me conoces y las cosas que me dices es como si…

—¿Ya te conociera de antes? —lo dijo con esa sonrisa torcida maravillosa.

—Sí. Quería saber realmente lo que pensaba de mí.

—Isabella, quizás…

—Solo dime Bella.

—Bella, quizás no nos conozcamos, pero me doy cuenta de cómo eres.

—¿Te das cuenta de cómo soy?

—Sí. Puedo decir que eres una mujer tranquila y humilde, deduzco que estas aquí con un objetivo diferente a cualquier otro de nosotros.

—Sí. La verdad, es que necesito el premio para estudiar, no me interesa esto de la fama, ni nada por el estilo.

—Como lo supuse. Cuando te veo es como si pudiera leer tu mente, tus expresiones son claras y fáciles de leer, además tus ojos chocolates muestran el interior puro de tu alma.

No pude decirle nada, sus palabras fueron lindas, era un hombre perfecto.

—¿Quieren jugar pool? —Me sobresalte cuando Alice llegó.

—No. Lo siento, no sé jugar.

—Bien, yo te enseño, acompáñanos —Edward solicitó. Tomando mi mano caminamos hasta el otro salón.

Pero no alcanzamos a avanzar mucho porque de pronto una imagen proyectada apareció en la pared, era de Marcus.

—Bienvenidos al Paraíso, reitero mis felicitaciones. Tengo el agrado de entregarles una excelente  sorpresas chicos. Esta noche celebraremos con una fiesta el inicio de Mundos Opuestos, así que en las próximas horas deberán alistarse para su primera gran sorpresa, espero que la disfruten.

Diciendo esto su imagen desapareció. Edward dijo algo que no entendí, luego seguimos caminando hacia el salón para jugar pool.       

Pasamos gran parte de la tarde jugando, hablando trivialidades, me sentía muy contenta de compartir con ellos. Edward me enseñó cómo jugar pool, aún así me costaba mucho, no era tan buena como Alice o Edward, quien jugaba fantástico, finalmente y luego de una hora Alice ganó.

—¡Edward, no me gusta que te dejes ganar! —gritó Alice.

—No me dejé ganar, algo me desconcentró —le respondió Edward.

—Claro. Ya lo entendí. Tú y yo luego hablaremos, por el momento me retiro con Jasper, necesito decirle algo urgente. —Alice tomó la mano de su novio y salieron muy rápido.

—¿Entonces…? Si te interesa podríamos jugar un rato más —sugirió Edward con una sonrisa.

—No. Soy mala para esto, no sería ningún reto para ti —respondí francamente.

—Tómalo como práctica, mientras más juguemos más aprenderás.

—Creo que podrías enseñarme otra cosa. —Inmediatamente al terminar de decir aquella frase me arrepentí, mi cara ardía. Edward me miró algo pícaro, acercándose a mí hasta que estuvimos a unos centímetros el uno del otro. Mi corazón se aceleró.

—Tengo algo en mente que podría gustarte. —Enrojecí automáticamente por sus palabras, ¿acaso me estaba haciendo una propuesta obscena?

—Mal entendiste. Quise decir que si me quieres ayudar para hacer algo mejor; podrías entrenarme para las competencias, esto de jugar no creo que sirva para nada y…

—Tú me mal entendiste. Si pensaste que quería acostarme contigo no me refería a eso, sé que soy muy atractivo y que las  mujeres se derriten por mí, pero no quiere decir que sea un chico fácil. —No podía creer lo que acababa de decir, es un hombre con un ego enorme—. También puedo decirte que aunque tú no lo creas, el pool te sirve para desarrollar tranquilidad mental y habilidad motora; aquí tendremos pruebas de diferentes tipos, las cuales medirán tu fuerza, velocidad, cardio, agilidad, destreza, entre otras, entonces, si te sirve practicar pool.

—Entonces, será difícil. —Me desanimé completamente.

—Nada en la vida es difícil, todo tiene solución, solo debes pensar en querer lograr tu objetivo.

Edward estaba tan cerca de mí que sus palabras fueron un susurro, podía sentir el calor de su piel, olía muy bien, era una combinación de jabón de vainilla y perfume con aroma a madera. Con su mano acarició tan suavemente mi rostro, que sentía que mi cuerpo reaccionaba, mi corazón acelerado, podría jurar que el mismo podía escuchar mis latidos, respiraba con algo de dificultad, sus ojos estaban mirando directamente los míos, queriendo buscar respuestas a sus dudas, sentía unas ganas de besar y probar sus labios, no entendía como alguien que apenas conocía, podía lograr tanto poder sobre mí. Estaba cerca de su boca, él no se apartaba, es más, tenía la impresión de que él me besaría, se había acercado a mis labios, estaba a punto de sentir sus labios sobre los míos y… escuchamos un carraspeo. Rápidamente nos alejamos para ver a Jasper algo incómodo.

—Siento la interrupción, pero Ed… Alice me mandó a buscarlos. Debemos arreglarnos para la fiesta —dicho esto salió tan silencioso como llegó, vi como Edward caminaba detrás de Jasper dejándome sola. Por unos instantes quedé parada allí, sin saber qué hacer, no entendía lo que acababa de ocurrir; tranquilizándome caminé hacia la habitación, en ella estaba Alice, se veía algo molesta, me acerqué a ella.

—¿Que te sucede, Alice? Te ves molesta.

—¡Estoy molesta! ¡No puedo creer que esa bruja estuviera coqueteando con mi Jasper! ¡Te aseguro, Bella, que la próxima vez, le arrancaré esas extensiones que tiene a Tanya!

—Alice, tranquilízate, pienso que ella quiere que te molestes y armes un escándalo. No le des el gusto.

—Tienes razón. ¿Harías algo por mí para ayudarme a tranquilizarme? —preguntó haciendo un puchero, se veía tan tierna.

—Claro, ¿qué necesitas? —Si podía hacer algo por ella, para tranquilizarle no lo dudaría, a pesar de toda esa energía excesiva, ya le tenía aprecio a Alice.

—Te ayudaré a vestirte para la ocasión —lo dijo alegremente.

—Bien, suena bien.

Entonces vi como Alice corrió de un lugar a otro, tomando cosas de aquí y de allá, era muy rápida, se veía realmente contenta, luego de unos minutos dejó todas las cosas encima de mi cama. Me puso de pie y me desvistió rápidamente, apenas pude decirle algo, me tomó por sorpresa. Me colocó un vestido strapless tipo corset de encaje azul, me quedaba por sobre las rodillas, el vestido era ajustado a mi cuerpo, por los lados tenía un tipo de vuelo, que le daba cierta elegancia, la parte del pecho era tipo corazón y estaba decorada con figuras en plateado; en los pies llevaba unas sandalias de taco aguja plateadas; me colocó pulseras plateadas y unos aretes redondos, luego me sentó en la cama, me maquilló; cuando terminó me ofreció un espejo, quedé maravillada, era un maquillaje suave y natural, delineador negro, sombra dorada, y en los labios un brillo incoloro, me di cuenta que mientras estaba mirándome en el espejo, ella trabajaba en mi cabello, después de algunos minutos me dejó.

—¡Quedaste perfecta, Bella! Ven, mírate —me instó llevándome a un espejo de cuerpo entero. 

Mi cabello lucía una trenza tipo cascada. Quedé asombrada, no parecía yo. Vi que Alice estaba satisfecha y saltaba de un lado a otro diciéndose que había logrado un magnífico trabajo y que yo lucía mecho mejor que aquellas brujas malintencionadas.

Estuve mirándome por unos diez minutos, no podía creer lo hermosa que lucía, cuando Alice llegó a mi lado ella traía puesto un vestido morado, con tirantes, tipo globo; sus sandalias eran moradas y su maquillaje era algo más marcado que el mío, sombras moradas y labios rojos que hacían lucir su piel algo pálida pero hermosa su cabello lo llevaba suelto y desordenado; tenía un brazalete grueso plateado y traía puestas una perlas crema y aretes largos con forma de gotas. Se veía espectacular.

Me tomó de la mano y me llevó al living, donde estaba Jasper que lucía unos pantalones azules de tela, una camisa blanca y encima una chaqueta azul, no traía corbata, tenía algunos botones de la camisa desabrochados, lo que le deban un look semi formal, se había arreglado algo el cabello y lo encontré gracioso. Cuando observé a Edward quedé sin aliento, traía puestos unos zapatos lustrosos negros, jeans ajustados oscuros, polera azul con un dibujo blanco de un león y encima una chaqueta negra abierta, lo cual le daba un look casual y elegante, lo miré a los ojos y para mí sorpresa él estaba observándome con una mira profunda, su sonrisa torcida y su cabello desordenado; me derritió completamente, mi corazón se aceleró, me ruboricé como nunca, inmediatamente giré mi cara y me dirigí a la cocina por un vaso de agua.

—Isabella, realmente te sienta bien el azul.

Me giré para ver quién era, para mi sorpresa era Jacob, quien me miraba de pies a cabeza.

—Solo dime Bella. —Traté de sonar tranquila, pero ver a Edward me dejó un poco alterada y con el pulso por las nubes.

—Claro, como tú ordenes, lindura.

Jacob vestía un traje elegante, pantalones de tela negro, camisa blanca, corbata roja y una chaqueta negra. No lucía nada mal, pero ya tenía mi preferido.

—¿Sabes, Bella? Me gustaría conocerte, eres muy linda, no eres como las otras chicas. —Esto lo dijo mirándome directamente a los ojos y acercándose poco a poco.

—Claro, Jacob, cuando quieras podemos hablar. —Busqué el modo de colocar un poco de espacio entre nosotros, no me sentía cómoda con él.

—Quisiera saber si tú… —No pudo terminar, Edward apreció.

—¿Y qué se supone que haces Jacob? —le increpó de manera cortante.

—¿A qué te refieres? —Parecía confundido e inmediatamente se puso a la defensiva.

—¿Qué haces en tu vida? Además de estar con las hermanas Denali —Edward lo dijo mientras se me acercaba, con esa sonrisa tan suya.

—Soy un corredor de moto, y en cuanto a las hermanas Denali… solo somos amigos. Tú sabes que las revistas y programas de televisión inventan cualquier cosa para subir rating.

—Claro, la fama a veces es complicada —le respondió Edward

—¿Y tú qué haces aquí? —preguntó tratando de hacer conversación

—Lo mismo que tú, la única diferencia es que ganaré la competencia. —Edward parecía muy seguro de sí mismo

—A veces tener demasiada confianza en uno mismo puede ser malo, las caídas pueden doler. —Jacob tenía cara de indiferencia y parecía algo molesto con la afirmación de Edward.

—No tengo necesidad de alardear, perro, lo demostré hoy, ni siquiera me esforcé en lo más mínimo.

—Muchas veces las cosas cambian. Daré mi mejor esfuerzo para ganar —aseveró Jacob feliz.

—Claro, esa es la diferencia entre tú y yo —respondió Edward con una sonrisa.

—¿Y cuál es esa diferencia? —cuestionó dudoso Jacob.

—En que tú debes esforzarte mucho por lograr tu objetivo. En cambio, yo no necesito esforzarme para lograr ganar algo. —Esto se lo dijo con una sonrisa traviesa. Vi como Jacob cambió de color, pasando por todos los tonos, pero no dijo nada, se dio media vuelta y se retiró. Sentí como Edward se reía algo bajo y luego me miró.

—Fuiste un poco desagradable con él —dije a modo de reproche.

—Bella, no fui un poco desagradable. Quise ser desagradable —me respondió mirándome directamente a los ojos, con su sonrisa deslumbrante y sin ninguna pizca de culpabilidad

—Por lo menos eres sincero. Pero creo que si no conoces a las personas, no debes opinar acerca de ellas o emitir un juicio. —Mi comentario pareció molestarle, frunció las cejas.

—Sé cómo son las cosas. Solo cuido lo que es mío. Eres muy ingenua Bella, y eso te puede traer problemas, lo bueno es que aquí estaré para ayudarte. —Eso último fue casi un susurro y mi corazón volvió a acelerarse.

—No creo ser ingenua, solo pienso que las personas merecen el beneficio de la duda.

No me dijo nada más y ser giró para salir, justo en ese momento venía Tanya con la que se llamaba Victoria, ambas usaban vestidos tubo, extremadamente cortos y unos zapatos de taco como de 15 centímetros. Tanya vestía de color verde y su maquillaje muy cargado en sombras en tono verde y labios rojo; Victoria vestía de negro y al igual que Tanya su maquillaje era muy cargado en sombra grises y labios rojos.

—Vicky, mira a quien tenemos aquí —dijo mirándome de abajo hacia arriba con una mueca de desprecio en su rostro

—¡Oh por Dios, si es mosca muerta, Swan! —exclamó sin dejar de mirarme.

—Luces como una verdadera mosca muerta.

—Más te vale que no mires a ningún hombre en el que nosotras nos fijemos, te lo advierto o sacaré mis garras —amenazó Victoria.

—La próxima vez que te vea cerca de mi Edward, esa cara tuya estará llena de cicatrices. Ya te lo advertí. —Luego ambas se fueron.

Sabía que no debería caer en sus juegos, pero ya me comenzaba a molestar los comentarios de Tanya. Me relajé antes de comenzar a caminar. Alice caminaba hacia mí.

—Bella, apresúrate, está por comenzar la fiesta, ya se escucha la música afuera. —Me tomó de la mano y comenzamos a caminar, salimos por la entrada principal. Afuera el ambiente era agradable, era una linda tarde de otoño, se escuchaba música electrónica. Había un toldo bien decorado, en donde antes habíamos competido colocaron una pista de baile y una mesa larga con cosas para comer y picar. En un extremo un barman y al frente estaba un DJ. Había personas afuera, de pronto Alice me soltó y salió corriendo para abrazar a alguien, me fijé que era la mujer que había visto cuando fui a firmar el contrato.

Vestía un sensual vestido tubo de cuello halter con escote en V y cola barrida color rojo, llevaba zapatos de tacos de diez centímetros rojos, maquillaje con sombras doradas, algo de rubor y labios rojos. Alice y ella se abrazaban muy efusivamente, luego de unos momentos se acercaron a mí.

—Rosalie, te presento a Isabella —dijo efusiva.

—Un gusto, Isabella —expresó Rosalie mirándome de una forma extraña

—Solo dime Bella —respondí un poco cohibida por su belleza.

—Bella, Rosalie es una buena amiga, es modelo y muchos de mis diseños ella los modela.

—Estuviste bien en la prueba, Bella —comentó de forma sincera.

—Gracias, Rosalie. —Aún estaba deslumbrada por su belleza.

—Si a Alice le caes bien y te considera tu amiga, también yo, puedes contar conmigo para cualquier cosa. Si me disculpan un segundo iré a buscar algo para tomar.

—¿Entonces ustedes se conocen desde hace mucho? —pregunté con curiosidad.

—Edward y Rosalie se conocen hace mucho, como sabes soy diseñadora de vestuario, de esta manera conocí a Edward, haciendo negocios, él me presentó a Ross, me dijo que era una excelente modelo y así fue, desde entonces quedamos como amigas. A Jasper lo conocí en una de mis fiestas de pasarela, llegó con Edward y puedo decir que fue amor a primera vista. De ahí en adelante hemos sido grandes amigos, luego de un tiempo los chicos aparecieron con Emmett, quien es un luchador renombrado.

—¿Entonces Rosalie y Edward son novios? —Debía salir de la duda, no entendía por qué me importaba.

—¿Por qué lo piensas, Bella? —inquirió interesada por mi pregunta.

—¿Por qué dijiste que Edward fue quien te la presentó? —Traté de sonar tranquila

—Sí, él me la presentó, realmente no sé cómo se conocieron o si tuvieron algo por algún tiempo, pero sé que en estos momentos no son novios. Ross está con Emmett.

—¿Rosalie está con Emmett? —De alguna manera me sentí aliviada de que no fuera nada de Edward.

—Claro, llevan cerca de cuatro años, comenzaron un año después de Jasper y yo.

—Vaya, realmente llevan mucho tiempo juntos.

—Sí. Por eso a pesar de lo que digan en televisión o revistas o en cualquier lado, nosotros sabemos que no es verdad, si te contara la infinidad de cosas que las personas inventan.

—¿En serio? No podía creer que en televisión fueran tan crueles o publicaran mentiras solo por rating.

—Sí. Las personas pueden llegar a ser crueles —conestó algo melancólica, como si estuviera recordando algo. 

En ese momento llegó Rosalie acompañada de los chicos, Jasper, Edward y un hombre alto musculoso, de cabello rubio y ojos celestes, vestía un traje elegante, pantalón de tela azul, camisa celeste corbata negra y encima una chaqueta azul; él traía de la mano a Ross, así que él debía ser Emmett . Jasper se acercó a Alice y le entregó una copa, a mi lado se colocó Edward, quien me entregó la mía.

—¿Bellita, debes estar preguntándote quien es este apuesto y gracioso joven?

Sus palabras me dejaron estupefacta, no las esperaba, lo miré a los ojos sin decirle nada

—Soy Emmett McCarthy, novio de esta hermosa mujer, de quien estoy profundamente enamorado y no tengo ojos para nadie más, así que no insistas, Bellita, además eres muy chiquita para mí, te rompería con mi…

—Em, no necesitamos detalles —exclamó algo enojado Edward.

—Además no creo que seas del gusto de Bella —agregó Alice.

—Ya que todos tienen sus copas… ¿por qué no brindamos? —sugirió Rosalie.

Todos levantamos nuestras copas.

—¡Por ser los mejores y próximos ganadores del reality. Salud!

Todos bebimos champagne, luego de eso conversamos sobre trivialidades y algunas anécdotas de Emmett.

—Bien, chicos, es mucho de risas a costa mía, así que me llevaré a esta hermosura a bailar.

Emmett tomó de la mano a Ross, fueron a la pista de baile, donde habían más personas, lo siguieron Alice y Jasper, dejándonos solos a Edward y a mí; trataba de no mirarlo, porque cada vez que lo hacia mi corazón se aceleraba.

—Bella, ¿vamos a bailar? —su pregunta me desconcertó un poco.

—No. Gracias, soy mala bailando —respondí ruborizada.

—Confía en mí, soy bueno bailando, solo eso hace falta. —Su mirada era penetrante, mi corazón estaba acelerado y estaba segura que debía estar ruborizada.

—Preferiría…

Edward tomó mi mano con fuerza y me llevó a la pista de baile, justo cuando llegamos comenzó una canción lenta, él me puso de frente, colocó sus manos en mi cintura y yo llevé las mías a su cuello; se sentía extremadamente bien, comenzamos a movernos al compas de la música; en un movimiento él me acercó más a su cuerpo y puso su boca en mi oído.

—¿Ves? Sabes bailar. —Su cercanía me dejaba embobada, mis rodillas estaban algo endebles, si no fuera por su firme agarre habría caído, prácticamente, en el suelo. Olía tan maravillosamente bien que me dejaba sin pensamientos coherentes, su toque producía electricidad en aquel lugar por donde deslizaba sus manos.

—Tú lo haces parecer fácil —hablé como pude, me costaba concentrarme.

—Las cosas son fáciles, es uno quien se complica.

Cuando dijo esto Edward estaba solo a unos centímetros de mi cara, podía sentir su respiración como un golpe delicioso en mi boca, sentía un impulso por acércame y terminar con los escasos centímetros que estaban y besarlo, probar su boca sobre la mía… observé sus ojos, estaban algo oscuros, llevó una mano a mi rostro y acarició mi mejilla.

—Isabella, yo…

—Lamento interrumpirlos, pero hay algo importante que debo decirle a Bella —manifestó Jacob mirando despectivamente a Edward.

—¿Algo importante? ¿Sobre qué, Jacob? —Quise sonar serena, pero estaba casi echando humos por la inoportuna interrupción.

—Preferiría decírtelo a solas.

Miré a Edward, quien estaba con el ceño fruncido, pero no dijo nada, me soltó de su agarre y dio la vuelta, caminó hasta donde estaba Alice le dijo algo y caminaron juntos unos cuantos metros lejos de la pista de baile. Regresé mi mirada a donde estaba Jacob, quien se veía complacido, tomó mi mano y me llevó hacia el otro extremo de la pista.


 

Hola! Primero que todo disculparme por la demora de la actualización.

 

Segundo agradezco enormemente a todas ustedes lectoras que se dan un tiempito para leer esta historia,  millones de gracias a aquellas que me dejan sus comentarios, a las que me agregan a favoritos y a aquellas que son lectoras silenciosas.

 

Tercero, como anteriormente les comento pueden dejar sus comentarios, dudas, consultas, inquietudes, reclamos, criticas, todo lo que ustedes estimen conveniente ya que todo me ayuda a mejorar para ustedes.

 

Saben donde encontrarme, por este medio o por Facebook pueden encontrarme como Cath Rodríguez (Kia Cullen), donde me pueden agregar todas las que quieran ya que estaré dando pequeños avances de la historia, fechas de actualización, y tengo unas imágenes que les encantaran. :)

 

Nuevamente agradecerles, estoy muy feliz por la aceptación de la historia.

 

Cariños Kia Cullen

 

Capítulo 3: Nuevo Comienzo

 


 


 
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