Mundos Opuestos (+18)

Autor: KiaCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 05/05/2013
Fecha Actualización: 12/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 16
Comentarios: 34
Visitas: 10223
Capítulos: 4

 

Un grupo de chicos son seleccionados para participar en un programa de televición, deberan estar en reclusión durante seis meses, competiran en pruebas deportivas para obtar a un premio en dinero; es asi donde comienzan a entablar relaciones de amistad, amor y enemigos, los cuales deberan ir resolviendo conforme aparecen los malos entendidos; ademas de ser capaces de soportar las pruebas y el encierro.

 


Los personajes pertenecen a S. Meyer, solo la historia es de mi creación, esta completamente prohibida su copia sin mi consentimiento.

Chicas este es mi primer fic, espero lo lean y dejen sus votos y comentarios, los cuales son muy importantes para mi, ya que de esta manera puedo saber su opinion y la recepcion de esta historia, la cual van a ayudar a ir mejorando dia a dia.

Tambien decirles que esta historia sufrio un editado por lo que les recomiendo que comiencen nuevamente a leerla, ya que hay cosas cambiadas.

Finalmente agradecer enormemente a mi Beta Eve Runner por su ayuda y apoyo con la historia. Tambien agradecer a Dennise Flores por la hermosa portada.

Gracias por su paciencia, espero sus comentarios, preguntas o sugerencias.

Gracias por su apoyo cariños de Kia Cullen

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Capítulo 2: Suerte

 

 

Declaimer: Los personajes le pertenecen a Stephanie Mayer. La historia es propia y de mi imaginación, cualquier parecido con la realidad solo es coincidencia.

Queda prohibida la copia completa o parcial de la historia sin mi consentimiento, (no al plagio)

 

Esta historia contiene escenas de sexo, si eres menor o sencible a ciertas situaciones, ya sabes que hacer.

 

Esta es mi primera historia, espero les guste. Agradezco enormemente a mi Beta Eve y a Denisse Flores por crear la Hermosa portada.

 

Capítulo beteado por Eve Runner, Beta FFAD: www facebook com / groups / betasffaddiction

 


 

 

Capítulo 1: Suerte

 

POV Bella

 

Estaba sentada, tomando mi desayuno tranquila, sin ninguna compañía. Esta era la rutina diaria, estaba acostumbrada, pero no me gustaba. Mis padres habían salido a trabajar, Charlie era jefe de policía en esta pequeña localidad, llamada Forks; por otro lado, Renée era dueña de un pequeño negocio de decoración.

Como era normal en Forks el día estaba nublado, cosa que no ayudaba con mi estado anímico, me sentía como el día, completamente decaída. Tomando un sorbo de leche miré el reloj de pared, que me indicaba que aún, para mí desgracia, me quedaban cerca cuarenta minutos para salir hacia mi aburrido trabajo.

Estaba cansada, aburrida y triste con mi vida, odiaba el tedioso trabajo. Ser cajera no era algo malo, el sueldo era generoso y luego me serviría para estudiar publicidad; ese era mi más grande sueño, pero mi sueño de estudiar estaba pospuesto por algunos años.

En cuanto a mi vida social… era un completo desperdicio. Mis compañeros de instituto estaban casi todos estudiando o trabajando en otra ciudad, muchos de ellos estaban tan  hartos de este pueblo que se fueron cuando tuvieron su oportunidad, casi tomo ese camino, pero luego me arrepentí por mis padres, como familia no estamos bien económicamente, por eso la mitad de mi pago se lo entregaba a Renée.

Como decía, estaría varada por unos años en aquel puesto de cajera de un pequeño supermercado, para colmo, tanto Lauren como Tyler también trabajaban allí, lo cual era un completo infierno. Lauren se empeñaba en hacerme la vida imposible creando algunos malos entendidos o metiéndome en problemas, cosa que me ganaba por ser buena samaritana, generalmente Lauren me pedía ayuda para solucionar algún inconveniente que se le presentaba al no entender alguna instrucción, y quien se llevaba los regaños era yo por tratar de arreglar su desastre.

Por otro lado, Tyler se empeñaba en pedirme salidas o citas, que siempre trataba de esquivar diciendo alguna que otra mentirita piadosa, pero desde la semana pasada la insistencia de Tyler era mucho para mí. Mi salud mental corría grave peligro, me agotaba decirle todos los días que no y lo malo era que cada vez que me veía preguntaba lo mismo, cosa que me generaba un gran dolor de cabeza. ¿Cómo una persona no captaba la indirecta? ¿Cómo es posible que un hombre no entienda la palabra NO? A veces me preguntaba si Tyler tenía algún tipo de pequeño retraso, sonaba cruel pero no tenía ninguna otra explicación para su bendita persistencia.

Con solo pensar en lo que me deparaba el día de hoy, mis ánimos decayeron más, ¿acaso eso era posible? Quería un cambio, un poco de diversión, salir de esta monotonía, pero era un poco cobarde para hacer alguna locura.

Tengo 24 años, lo sé, pero me comportaba como una completa vieja sin vida, lo único que me faltaba eran los gatos. Bien, debía cambiar un poco, ¿le daría una oportunidad a Tyler?

No era una brillantez de hombre, su apariencia tampoco era mala, era algo, mejor dicho, muy egocéntrico y no le importaban los demás, entonces la respuesta a mi pregunta llegó sola. ¡NO!, no saldría jamás con Tyler, su pareja perfecta sería Lauren. Tal para cual.

Estar tan tranquila pensando en lo patética que mi vida era no me ayudaba, tanto silencio empezaba a molestar, así que prendí el televisor, mientras esperaba la hora para ir al trabajo, hice zapping por un buen rato hasta que un comercial llamó mi atención.

 

“Si tienes entre 18 y 30 años, te invitamos a participar en una experiencia única en el mundo, solo debes llenar el formulario online y estarás participando para ganar fantásticos premios, más información en www.reality.com

Te estamos esperando”

 

La curiosidad me llenó. Era algo tonto, sabía que esos programas eran todos una completa mentira, pero quizás, solo quizás podía tener algo de suerte, tendría algo de diversión. ¿No era eso lo que buscaba? Pero debía saber exactamente qué era eso. Nada perdería con mirar y salir de la duda sobre lo que era eso del casting.

Caminé hasta mi notebook, lo encendí rápidamente y abrí la página www.reality.com Comencé a leer el anuncio.

 

 

“Casting Nuevo Reality”

Si tienes entre 18 y 30 años completa este simple formulario y participarás para ganar 15 millones de dólares. Nuestro programa tiene el agrado de reclutar a personas dispuestas a estar recluidas y participar en competencias, donde el mejor de los mejores podrá obtener el magnífico premio

De acuerdo a lo estipulado, si tienes el perfil necesario te llamaremos esta semana. Súmate a esta gran y magnifica experiencia, donde podrás ser un ganador. Te estamos esperando.

 

No era mucha información, solo que es un reality de competencias, donde el jugoso premio eran 15 millones, la idea pasó rápidamente por mi cabeza… eran 15 millones, ¿quién era indiferente a esa cantidad de dinero?

Si tenía algo de suerte podría ganar unos cuantos dólares, podían ser cualquier tipo de competencia, ¿no perdería nada con intentarlo? Sin dudarlo, ni pensando mucho en ello, comencé a rellenar el formulario. Si tenía algo de suerte podría ganar 15 millones, con los cuales podría estudiar tranquilamente.

 

 

Nombre completo: Isabella Marie Swan Dwyer

Fecha de nacimiento: 13 de septiembre de 1987

Edad: 22 años

Estado civil: Soltera

Hijos: No

Novio(a): No

Estatura: 1.64 metros

Peso: 50 kilos

Color de cabello: Chocolate

Color de ojos: Chocolate

Trabajas actualmente: Sí.  

¿En qué trabajas?: Cajera

Estudias actualmente: No, pero deseo seguir con mis estudios

Descríbete: Soy cariñosa, aunque con pocas personas. Suelo ser callada y reservada, no me gusta ser el centro de atención, entiendo a la gente; suelo “sacrificarme” por el bien de ellos. Soy torpe, realmente creo que soy la persona menos agraciada de todo el mundo, soy inteligente o eso suele decir mi madre. Siempre fui muy madura para mi edad, mi madre suele decir que parezco de 35 años.

Cuáles son tus miedos: la sangre, suelo marearme o desmayarme solo con su olor.

Cuáles son tus metas: Poder soportar los cambios, que las personas vean que soy fuerte y poder ir a una buena universidad.

Cuáles son tus hábitos: Comer cereales de noche, leer mucho.

Cosas que te disgustan: No saber mentir cuando se necesita, ser torpe.

 

Revisé lo escrito por última vez ante de enviar la información. Comencé a terminar de alistarme para salir a trabajar, estaba sobre la hora y no era nada bueno que me retrasara unos minutos, llegar tarde a aquel trabajo era un sermón por parte de Cynthia, la encargada, quien no me estimaba ni un poco.

Me subí a mi vieja camioneta y pisé el acelerador, en tiempo record llegué al pequeño estacionamiento, donde aparqué mi auto en el lugar dispuesto los empleados. Afortunadamente no llegué tarde.

El día pasó rápidamente mientras mi mente volaba, fantaseando lo que podría hacer si con suerte lograba ser aceptada en una ridiculez como un reality. Con mi mente en esos pensamientos el día se fue sin ningún inconveniente, totalmente normal y aburrido, como todos los días en Forks.

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La semana pasó rápido, cada nuevo día era más de lo mismo, estaba un poco cansada de que fuera así. Era viernes en la mañana, como siempre, estaba sola tomando el desayuno, aún tenía tempo para llegar al trabajo, así que revisé mi correo.

Me llevé una sorpresa… ¡Respondieron! Me puse nerviosa, mil sensaciones experimentó mi cuerpo, sentía euforia. Pensé que sería prácticamente imposible para alguien como yo acceder a algo así, sabía que podía encontrar cualquiera de las respuestas, podría ser aceptada o rechazada. Sentía nervios, tenía apretado el estómago.

Traté de relajarme, respiré profundamente, inhalé y luego exhalé; era la mejor manera que conocía para calmar mis nervios, mis manos temblaban un poco y para colmo sudaban. ¿Qué posibilidades de ser aceptada tenía? Fácil, un 50 y 50. Traté de ser positiva, pero mi lado negativo decía que era solo una respuesta de agradecimiento por perder tiempo llenando el dichoso formulario.

¿Qué podía dar yo a un programa como ese? Ellos prácticamente aceptaban a modelos, hermosas mujeres que parecían más diosas que humanas. Podía asegurar que no era una belleza de ese tipo. Mi belleza era… ¿normal? No encontraba otra palabra para describirme. Sí, esa era yo, una chica cualquiera, muy normal y nada extravagante, mucho menos divertida, alguien que pasaba desapercibida a la vista de todos, jamás llamé la atención de nadie, mucho menos de los chicos. ¿Qué oportunidad tenía?

Me debatía internamente en abrir o no el dichoso correo. Era una cobarde, no soportaba la frustración, mucho menos el dolor, sí, soy completamente una gallina, por esta razón mi vida no tenía sentido y era monótona. Como pude, con mis manos temblorosas y armándome de valor, abrí el correo, mi sorpresa fue aun mayor al ver la respuesta.

 

“Ha sido seleccionada para formar parte del nuevo reality. Debe presentarse el día viernes a las 12 M en la estación de comunicación televisiva ubicada en el centro de Seattle. Debe ser puntual o perderá la oportunidad.”

 

 

No lo podía creer. ¡Había sido seleccionada para el concurso! Tenía posibilidades de obtener el premio, tenía posibilidades de cambiar, posibilidades de una pequeña aventura, una gran locura…

Conseguí un cupo, ¿ahora qué? ¿Realmente estaba preparada para algo así? Comencé a pensar en mi vida, mi vida completamente aburrida y sin emociones, una vida de hija perfecta, buenas calificaciones, ejemplo de alumna, ejemplo de empleada, así suma y sigue. Pero… ¿Qué quería hacer?

Bien, pasé por un lapso de ser o no ser, quería experimentar cosas nuevas, sacar a la mujer que llevaba dentro, que estaba completamente apagada, pero era un poco cobarde, sinceramente, era demasiado cobarde, ¿Podía soportar aquello? ¿Sería capaz de cambiar?

La respuesta era… ¡Sí! Quería un cambio costara lo que costara, debía dejar mi cascarón y comenzar a florecer, y si debía cometer una locura, pues lo haría.

Si quería lograr el cupo debía ir ya, tenía que estar a las 12 y eran las 11. No lo pensé más, dejé el desayuno a medias, no me molesté en quitar nada de la mesa, me levanté decidida, tomé mi bolso con mis documentos, subí a mi auto, y partí rauda y veloz a Seattle.

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Mi viejo auto dio una larga y dura batalla, conducía a una velocidad jamás exigida a la chevy, llegué cuando eran las 11:45. Todo estaba bien por el momento, pude llegar casi a la hora, tomé mi bolso y bajé. Nerviosa caminé hacia el edificio enorme, de unos 15 pisos, donde entré rápidamente.

En la recepción estaba una joven de unos 20 años, curvilínea, piel de porcelana, ojos color celeste, una cabellera abundante rubia; era perfecta con su ropa de diseñador. Era a eso lo que me refería. Este tipo de mujer era a las que las cámaras y los programas adoraban, ¿qué ofrecía yo? No lo sabía, pero lo descubriría.

Ella parecía despreocupada, caminé en su dirección.  La rubia perfecta estaba detrás del mostrador central del edificio igualmente perfecto, ¿Creerían si les dijera que me sentía fuera de lugar? Probablemente… Vi como la curvilínea levanto la mirada hacia mí, pero luego de observarme volvió a lo que hacía, tecleando algo en el computador. Caminé a paso decidido hasta ella.

—Buenos días, señorita. ¿Con quién debo hablar sobre el concurso? —Traté que mi voz saliera lo más serena y educada posible. Ella me miró con desagrado.

—Dígame su nombre —Pidió de manera cortante sin mirarme.

—Isabella Swan.

—Señorita Isabella, el señor Aro Vulturi la espera en el quinto piso —dijo aún sin dirigirme la mirada.

—Gracias —le dije y di media vuelta, caminando hacia los ascensores.

Esperé unos minutos mientras llegaba y luego subí rápidamente.  Cuando llegué al quito piso salí del ascensor, me dirigí por el largo pasillo, en el fondo había una gran puerta, no sabía si entrar o no; mis manos sudaban, justo cuando iba a tocar la puerta, una mujer escultural y rubia con piel pálida salió, me miró con desdén y sin decir nada pasó a mi lado, moviendo sus caderas de un lado hacia el otro, era muy hermosa aquella joven. Me quedé mirándola embobada, si debían elegir entre ella y yo, obviamente yo no era una opción.  

—¿Isabella Swan? —preguntó un hombre sentado tras un largo escritorio, quien me sacó de mis divagaciones destructivas.

—Sí —respondí con timidez.  

—Por favor, pasa.

Entré a aquella oficina hermosamente decorada con cuadros y jarrones de época clásica, el piso rojo alfombrado, paredes pintadas de dorado. Detrás del escritorio se encontraban tres fotografías de unos hombres pálidos y de cabellera negra, donde uno de ellos era la persona que estaba frente a mí. Estaba algo asustada. La primera idea que vino a mí fue salir corriendo de aquel lugar. El hombre me miraba curioso e intensamente, era pálido con grandes ojos negros y de labios rojos, el cabello largo caía sobre sus hombros, su ropa era de diseñador, su colonia era un tanto desagradable.

—Por favor, siéntate frente a mí —pidió amablemente indicando un asiento. Mecánicamente realicé lo que me ordenó. Una vez cómoda y un tanto más relajada el habló.

—Isabella, soy Aro Vulturi, productor del Reality Show. Estás aquí porque pasaste las preliminares. Seré directo, te contaré los detalles de este programa para poner los acuerdos sobre lo que estas dispuesta a hacer. —Lo miré asombrada, su voz era un tanto delicada pero altiva y fría.

—¿Dijo programa de televisión? —No podía salir de mi asombro. Jamás pensé en ser parte de la televisión. Pensé que era solo un concurso de competencias. ¿En qué me había metido?

—Sí, es un Reality show en el que se contará un poco sobre la vida de un grupo de jóvenes, los cuales estarán encerrados durante 6 meses en una casona en un lugar alejado. Tendrán comodidades según corresponda, competirán en equipo para ir ganando dichas comodidades y así poder optar por el premio mayor.

—¿Competir en equipo? —¡Que se joda! No era deportista, es más, mis pies tropezaban con facilidad, era muy, muy torpe, no tendría posibilidad de acercarme al premio, ¿podría ser eliminada el primer día? La voz de Aro me trajo de regreso a la realidad.

—Sí, habrán competencias de diferentes tipos, tanto físicas como intelectuales —explicó como si fuera de lo más simple, incluso se oyó algo aburrido.

—¿Qué tipos de beneficios serían los que se obtendrían?

—Se conformaran 2 equipos, el que gane la primera competencia irá al Paraíso, allí serán tendrán comodidades, gozaran de una alimentación libre con diferentes tipos de banquetes, máquinas de ejercicios y personal trainer, baños de última generación, jacuzzis, piscinas, dormitorios cómodos, además ganaran la inmunidad. —Hizo un tipo de pausa para darle dramatismo al asunto y observar mi reacción, luego continuó hablando—. En cambio el equipo perdedor deberá ir al Infierno, donde no tendrán gozo, comerán y cocinaran como hacían antiguamente, se bañaran con agua helada, tendrán baños químicos, también deberán competir entre ellos por su estadía.

Bien, no sonaba del todo mal. Lo que realmente me preocupaba era el tema de los equipos, ¿quiénes serían? ¿Podría ser aceptada en este tipo de mundo?

—¿Cuántas personas serán? —La pregunta salió sola de mi boca y casi en un susurro.

—Serán 20, 10 hombres y 10 mujeres; el equipo contará con 5 hombres y 5 mujeres.

—¿Cuando los conoceré? —Volví a preguntar sin pensar, aunque ese era un asunto que me preocupaba.

—Cuando inicie la reclusión.

—¿Reclusión? —Debía estar bromeando.  Él sonrió con frialdad, un escalofrío recorrió mi espalda.

—Sí, estarán en una casona aislados a las afueras de Forks, donde vivirán de forma lo más natural posible, estarán monitoreados con cámaras de televisión escondidas, serán grabados todos los días, las 24 horas del día. No contaran con un modo de comunicarse, nada de celulares, internet, en caso de problemas en sus familias serán informados pero no podrán tener contacto con nadie que no sean los que están recluidos con ustedes…

—¿Algo más que deba saber? —Estaba muy nerviosa, era todo una locura.

—También se harán concursos donde habrán premios sorpresa; no puedes golpear a ningún integrante, en caso de golpes serán sacados del programa y sin derecho a sueldo; se realizaran votaciones, el público será quien vote, mayor número de votos significa inmunidad y premios.

—¿Habrá sueldo? —Esas palabras llamaron mucho mi atención, si era así, no sentiría culpa alguna por renunciar a mi trabajo o dejar a mis padres por seis meses. Era un poco esperanzador que todo ese tiempo donde sería observada como una rata de laboratorio por millones de personas, sería una especie de trabajo. Si bien es un programa de entretenimiento, era algo absurdo y ridículo que a las personas les gustara este tipo de diversión. Debía meterme en la cabeza que el sueldo valía la pena.

—Claro, Isabella, serás parte de un programa de televisión donde se te pagará como en cualquier otro trabajo, tu sueldo será de 3 millones mensuales.

—¡Dijo 3 millones mensuales! —grité incrédula y casi me levanto del cómodo asiento. Mi corazón se aceleró al escuchar aquella cantidad tan elevada de dinero.

—Claro. ¿Quieres negociar por un poco más? —Me miró incrédulo. ¿Acababa de preguntarme si necesitaba más? Este tipo era un loco, jamás había aspirado a tal cantidad de dinero, y para mí… esa cantidad era más que suficiente.  

—No, está bien. ¿Cómo sería el pago? —cuestioné con calma o eso intenté, aún sudaban mis manos y tener el corazón latiendo acelerado no ayudaba para nada, me sentía mucho más nerviosa que antes.

—El pago sería depositado mensualmente en una cuenta a tu nombre, donde mes a mes se estarán acumulando. Cuando salgas ya sea por retiro propio o eliminación estará a tu disposición. En el caso de que pases a las finales te llevarás tu sueldo que ascenderá aproximadamente a 15 millones más los distintos premios en dinero que van desde el tercer lugar al primero.

—Vaya… ¿Es en serio? —dije más para mí que para él. ¿Es posible que soñara todo esto?

—Claro querida, recuerda que estarás expuesta a buenos y malos comentarios, tanto de la prensa como de la sociedad. Debo advertirte que una vez sales eliminada llevando 2 meses dentro, deberás ir a los distintos programas de nuestro canal por lo menos durante un mes, luego podrás ir a los diferentes programas de nuestra competencia y podrás hacer eventos nocturnos también un mes con nosotros. Estos bonos extras, por así decir, también te será pagados, pueden ser hasta de un millón de acuerdo al contexto y necesidades que podamos tener, puede ser más o puede ser menos sueldo, todo dependerá del programa al que te llevemos. Debo advertirte que por cualquier incumplimiento deberás pagar una multa.

—¿Cuándo comienza esto? —Debía saber eso, realmente estaba más que conforme con todas sus explicaciones. Lo que me importaba era saber cuánto tiempo tenía antes de decirles a mis padres sobre toda esta locura.

—La semana que viene. Te pasaremos a buscar, debes llevar tres cambios de ropa, tendrán uniformes según el lugar al que pertenezcan, paraíso o infierno, tus cosas personales de aseo y medicamentos según corresponda, si tienes alguna enfermedad. Con respecto a los eventos que tendremos dentro del aislamiento, como fiestas o celebraciones de cumpleaños, se les dará su atuendo con anticipación. Ahora, necesito que luego de que firmes tu contrato, vayas al segundo piso para la confección de tus trajes y ya el próximo viernes una limosina pasará a buscarte a las 08:00 de la mañana hasta entonces puedes estar con tus familiares. ¿Estás dispuesta a ser parte de este programa de televisión?

Esa era la pregunta correcta. ¿Estaba dispuesta a ventilar mi vida? ¿Dispuesta a ser conocida? ¿Dispuesta a una gran locura como esta? Lo pensé por algunos momentos, sabía que podría a ser millonaria si estaba todo ese tiempo dentro pero no lo necesitaba, solo debía mantenerme a lo más 3 meses y luego salir o que me eliminaran. Era un buen plan, con tres meses era más que suficiente. ¿Podría aguantar hasta ese momento? Miré al señor Vulturi y le sonreí.

—Lo haré — Le dije con determinación, ya estaba todo dicho, estaban las cartas sobre la mesa y mi suerte por fin cambiaba. Solo esperaba que fuera para bien.

—Bien, querida. Necesito que me firmes este documento. Es el contrato con lo anterior mencionado, si gustas leerlo no hay problema, tómate tu tiempo.

Me acercó un documento de tres páginas, decidí leerlo, jamás debes firmar nada sin antes leerlo. Me tomé mi tiempo leyendo y analizando aquel escrito, pero como me dijo Aro era todo lo anterior explicado, no había trampas, todo estaba bien y claro. Así que sin dudarlo lo firmé. Ya estaba hecho, no podía retroceder. Sonreí.

—Bien, pequeña. Ahora ve a probarte tu traje al segundo piso. Hasta el viernes. —Se despidió de mí con dos besos en la mejilla y me acompañó a la puerta. Me dio una última mirada y cerró la puerta del despacho.

Caminé nuevamente hacia el ascensor para bajar hasta el segundo piso. No me tomó mucho tiempo, una vez  llegué bajé del ascensor y caminé sin desviarme en ningún lado, había una gran oficina con mucha gente y demasiada ropa, me sorprendí. Se me acercó una mujer de aspecto pequeño, vestida elegantemente.

—Bienvenida, debes ser Isabella. Soy Rita, la modista de la empresa, acompáñame necesito probar la ropa que usarás. —Todo lo dijo de manera rápida sin darme tiempo para nada. La seguí sin decir ninguna palabra, me llevó al fondo del lugar y salió rápido, luego de unos momentos llegó con tres trajes distintos.

—Pruébate estos trajes deberán quedarte bien. Creo que eres talla pequeña así que si hay que ajustarlo no será demasiado, te dejaré tranquila, cuando estés lista sales para ver los detalles. —Le asentí con la cabeza.

Ella cerró la puerta del probador dejándome con toda la ropa en mis manos. El primer traje que me probé era uno celeste con blanco, la polera celeste con aplicaciones blancas en las mangas y los pantalones eran pitillos blancos me quedaba bien, dejé que me viera y no me dijo nada; luego me probé una falda celeste estilo punta con un peto (1)  blanco, al igual que el anterior se ajustaba perfecto a mi cuerpo delgado, así la pasé durante el resto del día, probándome miles de prendas.

Luego de casi tres horas, de intensa y agotadora, sesión de vestuario, finalmente me dejaron salir; fue un alivio, estaba agotada y con hambre, me despedí de la modista y casi corriendo salí del edificio. Me subí a mi auto, estaba contenta a pesar del cansancio.

Ya camino hacia mi casa repasé mentalmente todo el día, no podía retroceder, estaba todo listo y dispuesto, a pesar de sentir mucho nerviosismo, estaba contenta, sabía que debía dar lo mejor de mí, podía tener una oportunidad, por más pequeña que fuera.

Ahora solo debía encontrar las palabras adecuadas para decirle tanto a Charlie como a Renée de esta locura, solo esperaba que se lo tomaran bien. Pero como dicen por ahí…  la esperanza es lo último que se pierde

 


 

Notas:

1. Peto: Pantalones con una pieza de tela que cubre el pecho.

 

Nuevamente agradecerles el apoyo, espero sus comentarios, dudas, consultas, preguntas

Cariños

Kia Cullen.

 

 

 

 

Capítulo 1: Prologo Capítulo 3: Nuevo Comienzo

 


 


 
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