Bella POV
No se ni como pasó, pero le había dicho a Edward que nunca estuve con un hombre, pensé que iba a reaccionar mal, porque yo no tenía experiencia pero no fue así, el sonrió deslumbrándome con esa sonrisa torcida que tanto me gustaba y me sonrojé.
En la página de Internet no había especificado que era virgen, no quería sacar provecho de ello y que me pagaran más, después de todo en el contrato me había dicho Jane decía que no estaba obligada a tener sexo y que permanecería por lo menos seis meses casada.
Se debatía internamente si besarme o no, mientras se acercaba, lo dejaría pero nos interrumpieron avisando que estaba pronto el almuerzo.
Alice salió literalmente corriendo en busca de su esposo y yo reaccioné, sus ojos eran mi perdición y en ellos había deseo, felicidad, me sentía feliz después de todo lo revelado y luego de haber contado una parte de mi historia, él no me rechazó ni me juzgó ¿me amaba como yo a él?, o solo quería cobrar lo que pagó.
Tomé su mano y nos dirigimos al comedor. Pasamos por la puerta principal donde vi ingresar a cuatro hombres con perchas y muchísima ropa de mujer en ellas, mire a Edward quién se limitó a decir “Alice”, con eso me di cuenta que era lo que había preparado Alice para mi en la tarde.
Cuando llegamos en la mesa nos esperaban Emmet, Rosalie, Jasper y Alice.
Alice me presentó a Jasper y Rose me pidió disculpas por la broma en el aeropuerto.
-hola tortolitos, me imagino que ayer mi hermanito te hizo desvelar.- preguntó Emmet, como era de esperarse tenía una sonrisa de oreja a oreja.
-tranquilo Emmet que Bella continúa siendo virgen.- Alice lo dijo y yo no podía creer lo que escuche, en esos momento la frase, “trágame tierra” venía como “anillo al dedo”. Como Alice podía hacer algo así.
Con Edward miramos a Alice y le gritamos al mismo tiempo- ¡Alice!- ella se limitó a taparse la boca diciendo- ¡Ups.!
Bueno Emmet, no se como explicar su cara de satisfacción por tener carne nueva para las bromas.
Jasper y Rose se limitaron a taparse la cara con ambas manos y negaban con la cabeza, sabían que era lo que se venía. Ahí me di cuenta el parecido entre Jas y Rose, ellos eran hermanos Rose era dos años mayor, pero tenían los mismos gestos.
-ja ja ja así que mi cuñadita es vegetariana…- me miraba con carita de niño con juguete nuevo, yo me limité a ponerme colorada o mejor dicho bordó me ardían las mejillas- sabes ¿por qué?.
-dilo Emmet por lo poco que te conozco se que no vas a dejarla pasar.- Edward solo me sostenía la mano con fuerza y su expresión era de “perdón”, por sus hermanos los dos me querían hacer la vida a cuadritos.
-jaja mi virginal cuñadita, eres vegetariana porque no conoces el placer de la carne. Jaja se me ocurrió otra, te dicen 25 de diciembre, pasas muchas navidades pero ninguna noche buena jaja.
Así transcurrió todo el almuerzo, entre bromas de Emmet y consejos para Edward de cómo hacer que yo pasara bien, vino una idea a mi cabeza, se me encendió la lamparita.
Me paré y le dije a Emmet –tienes que prometerme algo.
- que quieres- no paraba de reír, se le ocurrían miles de frases que yo ni sabía que existían y mis mejillas ya no resistirían otra ronda más.
-debes prometer que no harás mas bromas sobre mi vida sexual, ni tampoco comentarios o algo que aluda a la misma.
- ah si y ¿que piensas hacer?, jugar una pulseada para ver quién gana.
-no Emmet, no ganaría aunque fuera una vampiro recién nacida, solo pretendo que me dejes en paz. Si tú no prometes dejar de bromear conmigo, yo personalmente cuando tú estés en cuarentena porque haya nacido tu bebé y no puedas tener sexo con tu esposa, voy a pasearme en tanga haciendo topless delante de ti.
Edward que estaba tomando jugo, lo escupió en toda la mesa, Alice se tapo la boca para no reír pero se movía como un taladro cuando hacen posos en la calle, Jasper tiró su tenedor al piso para agacharse no aguantaba la risa y no quería reírse en la cara de su cuñado, Rose solo sonreía y miraba a Emmet con cariño y contemplaba su reacción.
A Emmet literalmente se le cayó la mandíbula, con la palma de la mano, luego de unos segundos se cerró la boca, con un gesto muy cómico.
-cua… cua… cua… cuarenta días Rose ¡¡sin sexo!! ¿Cuando lo pensabas decir?.- parecía un pato trabado.
- Emmet pensé que lo sabías, no te preocupes va a salir todo bien.
- Bella- extendió su mano- trato hecho, si tu no me torturas en mi cuarentena yo prometo no molestarte, si me disculpan con mi mujer tenemos muchas cosas que hacer, SEXO eso que tu no tienes ni idea- lo dijo mirándome, yo enarqué una ceja y lo miré seria con las manos en mi cintura- perdón el trato empieza a partir de ahora, vamos Rose a casa.
Rose se levantó –gracias Bella- tenía una enorme sonrisa en su cara, las gracias eran verdaderas no estaba enojada conmigo.
-hermanos no se les ocurra molestar, Rose y yo vamos a adelantar esos cuarenta días, nosotros daremos señales de vida, chau. – salieron Emmet y Rose de la mano como recién casados, eran felices.
-bueno creo que por el momento no va a bromear con mi vida sexual.- lo dije sentándome en la silla y continué comiendo, ahora si podría.
-corrección con nuestra vida sexual, Bella eres mi héroe, nunca vi a una persona que dejara callado a Emmet o le hubiera hecho prometer no bromear.- otra vez me puse bordó, dijo “nuestra”, levanté la vista para perderme en sus ojos verdes.
-bueno tortolitos, Bella tiene una cita conmigo y una cantidad enorme de ropa, jeje.- se dio cuenta que estábamos hipnotizados por ese se reía, no, es porque nos dijo “tortolitos” igual que Emmet.
- no pienses ni por un minuto que me olvidé lo que dijiste a Emmet. Sabes que te conozco poco pero tengo una idea de tu debilidad, si no te controlas prometo usar todo un mes la misma ropa.- lo dije cruzándome de brazos.
-no, no, no, hago lo que quieras soy tu sirvienta por toda la vida pero no puedes hacer eso, es una atrocidad, no sabes que eres mi cuñada no puedes vestir mal, que dirían en las sociales “Alice Cullen la dueña de las mejores tiendas en Nueva York no tiene influencias con su cuñada, quién se viste HORROROSO”- seguía hablando, fue Edward quién la interrumpió.
-Alice necesito cinco minutos con mi esposa- lo dijo casi rogando, le hizo un puchero y casi muero era tan tierno, me lo comería.
-esta bien Edward, solo porque se me escapó que no “atiendes” a tu esposa.- lo dijo haciendo las comillas con las manos.
- Alice te ganaste una semana.-le dije.
- esta bien diez minutos por tu estúpida semana.- me sacó la lengua y se fue al salón con Jasper, quién se reía por mis ocurrencias o eso creo, era muy callado.
Cuando quedamos solos Edward se levantó me tendió la mano, la cual tomé, esa sensación que recorría mi cuerpo cuando él me tocaba no desaparecía, estaba enamorada de él y atraída por su escultural cuerpo.
Nos dirigimos al escritorio de Edward, me pidió que me sentara y lo hice, no tenía idea que quería, seguro no era hacer el amor en un sillón podría haberme llevado a su cuarto. ¡Bella tranquila ya se dará el momento!, después de lo que dijo Emmet estaba que ardía de deseo por este hombre.
- Esto es para ti, el de tu mamá ya llegó me confirmaron hace un rato.- por lo que dijo deben de haberle avisado con el mensaje de texto que le llego en el comedor, no quise preguntar, no correspondía pero quería saber quien le escribió, los celos me comían.
Me tendió una caja, cuando la abrí era un celular, yo tenía uno pero hacía mas de un año que no tenía saldo, y este era uno de los últimos, el mío parecía de las cavernas me encantó el gesto.
-¿mi mamá?-le pregunté.
-espero no te enojes pero quería que estuvieran en contacto, hice que te pusieran los teléfonos donde encontrar a mis hermanos, tu mamá y a MI.- acentuó la última palabra, eso me puso triste sería que no estaría nunca en casa, por eso me dio el celular para hablar desde lejos.
-gracias.- fui directo hasta su lado y lo besé en la mejilla, el sonrió.
-puedes llamarla si quieres.- lo dijo con un destello de nervios en su vos, ¿sería el beso que le di?, que aroma despedía su piel, embriagador, ¡Bella llama a tu mamá!, como siempre la conciencia salvadora.
Le sonreí y busqué a mamá en los contactos, allí estaban todos, Alice, Rose, Jasper, Emmet, Jane, Carlisle, Esmme, Edward personal, oficina, casa, ¿avión? y mamá, digité la tecla llamar.
-hola hija, veo que recibiste tu regalo.
-mamá no entiendo ¿como sabías?.
-digamos que hoy en la mañana hablé antes con Edward y estaba al tanto de todo y no te enojes vamos a vivir en su apartamento, está cerca del hospital y tu padre necesita seguir por un tiempo más los tratamientos.
-no lo puedo creer y cuando pensabas decirme que te aliaste a Edward y me mentían los dos. Y desde cuando tanta confianza. ¡Edward!- esto lo dije bajito pero él escuchaba estaba en la misma habitación.
-no lo hicimos, es solo que ocultamos alguna información para que no te sintieras mal, perdona hija solo quiero verte feliz y mi yerno se nota que te quiere bien, sino porque iba a ofrecernos su casa, el quiere que tu estés bien.
- no lo se mamá pero ya veo que te hiciste un concepto de él tu solita.
- si y me cae bien. Dime hija es tan espectacular como su vos, es joven, de que color son sus ojos…
-mamá- la interrumpí- no vas a cambiar nunca, si, si, verdes.- no pude evitar sonrojarme, Edward hacía que escribía en su notebook pero yo sabía que escuchaba y después de todo yo me quedé en su estudio, no me fui.
-¿él está contigo?
-si
-hablamos luego si es que logro descifrar como llamar con este aparato, estoy leyendo el manual pero sabes como es tu mamá y la tecnología.
-está bien no te preocupes, igual lo hago yo hasta que tu aprendas, los amo, besos.- corté la llamada, me giré hasta quedar de frente a Edward y el cerró su compu.
-gracias, no se que más decirte, gracias.- me encogí de hombros.
-no estás molesta- solo negué con la cabeza, como iba a estarlo si mamá se escuchaba feliz y él me miraba así- bueno eso no es todo- tenía una sonrisa en los labios, buscó en un cajón de su escritorio y sacó una cajita-puedo pedirte que ¿dejes que haga algo que nunca hice pero que quiero hacer?.
-eh…- habló tan rápido que no entendí o era que estaba mirando sus labios y me perdí.
-perdón son los nervios, tu limítate a quedarte quieta y decir que sí, si realmente lo quieres.- ¿tenía opción?, pero si el pagó por mi ¿Por qué quiere saber si estoy de acuerdo? ¿Siente algo?
-si- otra vez que ganas de besarlo ¡Bella compórtate! Menos mal que mi conciencia estaba despierta.
-Isabella Swan- se puso de rodillas- quieres casarte conmigo- extendió una cajita negra con un anillo hermoso dentro- se que ya nos casamos pero quería preguntarlo.
-no…- se tensó- no entiendo porque…-él me interrumpió, yo estaba bordó otra vez, mis mejillas no van a descansar en el día de hoy, me quería dar un anillo por las apariencias ¿por qué el teatro?.
-contesta por favor solo hazlo por mi.- por él, claro que quiero, no por él, por mí, porque lo amo. Si lo amo.
-si quiero- el volvió a respirar, tanto le importaba la respuesta, se levantó y colocó el anillo en mi dedo. Una sonrisa torcida se extendió en su cara, este hombre pensaba matarme solo con sus gestos.
-ahora si todo está perfecto- se acercó a besarme y apareció de la nada Alice.
-ya se les terminó el tiempo- me tomó del brazo y me arrastró fuera del escritorio, que frustración, quería besarlo ¡no! ya lo necesitaba me iba a volver loca, sufriría de una combustión espontánea.
*********************************
Edward POV
Luego de que Bella pusiera en su lugar a mis hermanos, la llevé a mi escritorio, le había pedido a Jane comprara dos celulares y le entregara uno a la mamá de Bella, Renée, en el almuerzo me llegó un mensaje informando que ya lo tenía en su poder, solo faltaba entregar el de mi esposa.
Ella lo recibió y me dio un beso en la mejilla, no aguantaba necesitaba tenerla allí en el piso o en el sillón, pero recordé que era su primera vez y quería que fuera especial y memorable, quedar en su recuerdo por si nos separábamos, ¡NO! eso no puede pasar.
Hablaba con su madre por celular y yo hice que escribía en mi computadora personal, pero la observaba, es tan hermosa y se sonrojaba al hablar ¿hablarían de mi?, en eso se me ocurrió algo, no quería dejarla ir, debería esperar a que terminara su llamada.
Terminó de hablar se volteó para quedar de frente a mi y cerré la compu, era el momento.
-gracias, no se que más decirte, gracias.- se encogió de hombros.
-no estás molesta- negó- bueno eso no es todo- tenía una sonrisa en los labios, saqué del cajón la cajita con mi mas preciado valor -puedo pedirte que ¿dejes que haga algo que nunca hice pero que quiero hacer?. -Las palabras salieron atropelladas ni yo entendí.
-eh…- no dejaba de mirarme los labios, Edward concéntrate.
-perdón son los nervios, tu limítate a quedarte quieta y decir que sí, si realmente lo quieres.- tenía opción de elegir, yo solo quería saber si no lo hacía por el dinero que pagué por ella.
-si-que le pasaba no dejaba de mirar mi boca, quiere besarte tanto como tú.
-Isabella Swan- me arrodillé- quieres casarte conmigo- extendí la cajita con el anillo de mi abuela Elizabeth - se que ya nos casamos pero quería preguntarlo.- tenía la necesidad de hacerlo como se debía, ella se merecía todo el teatro.
-no…- me tensé, ¿podría negarse? Claro tonto si tu le diste la opción - no entiendo porque…- la interrumpí, ella estaba colorada y me di cuenta que no era una contestación el “no”.
-contesta por favor solo hazlo por mi.- porque le pides que lo haga por ti, ¿quieres saber la verdad o solo obligarla por lo que pagaste?.
-si quiero- volví a respirar, me levanté y coloqué el anillo en su dedo. Una sonrisa torcida se extendió en mi cara, tenía entendido que les encantaba a las mujeres y así fue por su expresión.
-ahora si todo está perfecto- el anillo que guardé desde hacía tiempo, el cual prometí darlo a la mujer de mi vida estaba en su lugar, ni siquiera a Tania se lo había mostrado, solo ahora era el momento. Y como era de esperarse apareció el demonio en persona. Ni tuve tiempo de besarla, esa era mi intención, el momento justo.
-ya se les terminó el tiempo- Alice tomó del brazo a Bella y la arrastró fuera del escritorio, en la cara de Bella había deseo también, porque yo no podía más, que me hacía esa mujer solo con su cercanía ya estaba excitado, que pasaría cuando la besara, sintiera sus labios cerca, su aliento con el mío, su piel rozando mi cuerpo, con urgencia necesitaba tomar una ducha de agua fría.
Todo lo que dijo Emmet en el almuerzo estaba surgiendo efecto, hubiera querido mirar mi cara cuando Bella dijo que pasearía por delante de Emmet en topless, yo me ofrecería con gusto ser él en ese momento.
Mientras subía las escaleras me acordé de la foto que me envió Alice a la oficina y comencé a reír como loco, debía alejar de mi mente esa foto o terminaría cayendo de las escaleras como lo hice de la silla.
Se me ocurrió una idea para esa noche, pero debería hablar con Alice antes, ¡no! Definitivamente una ducha primero.
*************************************
Hola a todos, tómense un tiempito y dejen un votito con su comentario, por favor es lo que hace que escriba más rápido.
Estoy súper contenta, quiero saber si les gustan mis ocurrencias, nos leemos pronto.
Si alguien quiere deje su recomendación me encanta leer.
Saludos.
ec 07.