No puedo creer que se terminó, gracias por apostar por este fic y también gracias a la persona o las personas que pidieron recomendar MI ANGEL DESNUDO que le dieron 4 votitos en LNM.
************
Edward POV
5 años después…
Hoy era nuestro aniversario de Bodas, claro que el que todos nos permitían festejar, el día que nos casamos por la iglesia, nosotros festejábamos solos, los otros dos, cuando nos casamos y no nos conocíamos y cuando nos entregamos al amor la noche de su cumpleaños.
A Bella no le gustaban los festejos, pero este día era de ambos así que sabía no se enojaría, por la sorpresa.
Alice había organizado todo en uno de los más grandes hoteles que tenía en Nueva York, ella como siempre se encargó de las invitaciones, de los trajes y vestidos de todos nuestros conocidos, me sorprendía ya que hacía dos años que era mamá de tiempo completo, pero no perdía su toque.
Mi sobrina era una princesita, había adquirido el gusto de la moda de su madre con solo dos años, no sabía si era a la fuerza o no, pero lo había adquirido al fin. Se llama Marie y es igualita a su mamá en todos los aspectos.
Recuerdo cuando junto con Emmet le jugamos una broma a Jasper, fue cuando regresamos de Paris antes de casarme con Bella, Alice nos dijo que ahora que todas estaban embarazadas o tenía hijos, pensaba practicar con Jasper para tener un bebé los dos, a lo mejor fue eso lo que los hizo esperar tres años para encargar, nunca había visto a Jasper tan rojo y con ganas de salir corriendo, lo asustamos tanto de que lo íbamos a matar si tocaba a nuestra hermana, pero como toda broma nos salio el tiro por la culata, tanto Bella como Rose nos dejaron una semana sin sexo, bueno en realidad eso le pasó a Emmet yo logré seducir a “mi Bella”, ya que nunca tuve sexo con ella solo hice el amor.
Noemí, Marie y Elizabeth, mi hija, también eran unas princesitas, siempre estaban a la moda y querían lo último que salía, soy el culpable de que los malcríe, a mi hijo Seth como a mi hija Elizabeth.
Bella nunca quería que los llenara de lujos porque ella decía que no tuvo nada cuando chica y que era bueno aprender lo que cuestan las cosas y que nada viene de arriba, por eso cuando les regale un celular a los cuatro, mis dos hijos y mis dos sobrinas, tuve que recurrir a Emmet para que se los entregara, Bella se enojó pero luego la vi en unas cuantas ocasiones comunicándose con los niños por celular, se sonrojó al verme y me dijo que si lo tenían y no se los podía sacar, debían usarlo.
En la mañana fui al hospital, ya que me encontraba un poco mal y tuve que hacerme unos análisis, papá me dijo que no estaban prontos aún, pero que parecía un virus de esos que te dan al estómago, que tratara de no contagiar a los niños ni a Bella, solo eso me faltaba, pero en la noche tendríamos nuestra fiesta de todos modos.
Ya en mi oficina Jane me avisó que tenía una llamada, resultó extraño porque al contestar me di cuenta que era Jacob Black, aviso que había salido de la cárcel hacía unos meses y que quería pedirle disculpas a Bella. Iba a cortar la comunicación pero era preferible saber cuales eran sus intensiones a no saber que pensaba hacer.
Fue una conversación rara, me dijo que se había casado hacía dos años con una muchacha que mantuvo correspondencia con él y que ya tenían un hijo, aseguraba que estaba curado de su obsesión con Bella y que no la molestaría más, incluso a Tania y su hijo Sam, que les avisara que estaba bien, lo último que me sorprendió ya que supuestamente había superado a Bella, fue que se había casado con una muchacha que se llamaba Isabella y a su hijo le habían puesto Charlie.
Le pedí que no molestara a mi esposa y me aseguró que no lo haría, de todos modos luego de terminada la conversación hablé con el jefe de policía y le conté lo sucedido, mas vale prevenir que curar.
Alice se comunicó pasado el medio día y me dijo que ya estaba todo pronto que fuera a vestirme e ir a esperar a Bella en la recepción, le pregunté como haría para que se vistiera tan bonita sin sospechar y ella solo dijo, -“como siempre” hace años que le digo que ponerse y por suerte ella no se niega, aprendió a no llevarme la contra con la ropa.
Hablé con Bella y le dije que la esperaría en el hall del hotel, para cenar temprano y que luego pasaríamos una noche larga en la suite “noche de bodas”. No sospechó porque en los años anteriores habíamos festejado así, solo que ahora que eran cinco años los que cumplíamos, quería compartir nuestro amor con todos nuestros amigos y familiares.
Llegó la hora de la recepción, pasé por el hall e ingresé a él salón, estaba exquisitamente decorado como era de esperarse, Alice se lució con cada detalle, la encontré y la saludé con mucho cariño dándole un beso en la frente junto con un cálido abrazo.
-quedó tan hermoso Alice, no se como lo logras- ella sonrió- ¿Cuánto demora Bella?
-más o menos media hora, tienes que pasar a saludar a los invitados.
-gracias.
-no hay de que, las gracias se las damos a tu cuenta bancaria.- tenía que recordar hacer un depósito, en esa cuenta para gastos que utilizaba Alice, últimamente con la ropa de mis hijos y la nuestra, de Bella y mía, pasaba sobregirado y con lo que hizo ahora ni quiero pensar.
Me dirigí a las mesas y me encontré con el Sr. Stanley y su esposa Carme, una Sra. que conoció cuando fue a Paris en busca de su hija, la había internado luego de sus locuras y de que Bella le rompiera la nariz.
Jessica estaba a su lado, casada con el Dr. Mike Newton, este era su médico, le daba terapia por adicción al sexo y terminó enamorándose de ella, por el momento no tenían hijos, porque no querían interrupciones para estar juntos libremente. Por lo que pude entender el Dr. Newton también era adicto al sexo.
No me gustaba mucho Mike, no porque me haya librado de Jessica, eso se lo agradecería de por vida, solo que me había enterado de que fue compañero en la preparatoria de Bella y creo que lo asocié al tipo que quiso pasarse con ella en el estacionamiento cuando cumplió 17 años y que su hermano junto con Jacob lo habían golpeado, solo esperaba que no fuera él, pero tampoco lo iba a averiguar. Me despedí de ellos agradeciendo que vinieran a esta celebración y seguí mi recorrido.
En la siguiente mesa estaba Tania con Realey y sus dos hijos, claro, dos porque ella hacía dos años que aceptó la proposición de Realey y ya tenían un chiquito de meses, Tania había empezado a trabajar en la empresa, cuando regresé de Paris, en empaques como coordinadora y allí conoció a Realey, este había conseguido que sus padres la perdonaran y ahora estaban viviendo muy bien, pero les gustaba seguir trabajando, aunque no lo necesitaran.
Les agradecí la presencia y me encontré con Jane, a ella le debía mucho, luego de mi primer luna de miel, le di a Jane unas merecidas vacaciones, se fueron seis meses en familia a pasear por el mundo con todos los gastos pagos, claro que se quedaban en mis hoteles y luego me enteré que en Paris encargaron a su segunda hija, Esther que era la ahijada de Bella y mía. Me despedí por el momento de Alec, Jane y sus dos hijos y seguí saludando a más empleados de confianza que se llevaban muy bien con toda mi familia.
También saludé a algunos empresarios e inversionistas de mi empresa y me encontré con nuestros padres.
Charlie, Renée y mis padres, vivían juntos, si se que es raro, lo que pasa es que compramos una casa para mis suegros, mis padres también querían establecerse por su nietos en Nueva York y decidieron vivir juntos, así en los fines de semana todos íbamos a su casa y los niños se quedaban a dormir allí para que sus padres tuvieran tiempo a solas y los abuelos tiempo a malcriarlos.
A lo lejos me saludó Ben, me acerqué y recibí un gran abrazo de mi amigo, a su lado estaba su esposa junto a su hijo Eric, eso me hizo recordar como la conoció y se casó.
Cuando llegamos de Paris, luego del incidente con Jacob, no dejaba sola a Bella, pero un día tenía pendientes impostergables y no podía acompañarla a su consulta con Ben, para controlar el embarazo y Ángela se ofreció a llevarla, desde ese momento que conoció a Ben no se apartó de él, se casaron un año después y ella se estableció en Nueva York, cosa que dejó muy contenta a mi esposa y a mi por mi amigo. Quedé de tomar algo con ello más tarde junto con Bella y me dirigí a la mesa donde se encontraban mis hermanos y sobrinos.
Emmet y Rose solo tenían a Noemí, ella trabajaba como modelo y por eso no quería descuidar su figura nuevamente, aunque estábamos al tanto de que Emmet la estaba por convencer otra vez.
Jasper y Alice tenían a mi sobrina Marie y por el momento era suficiente, ya que Alice se encontraba muy atareada con las tiendas que cada día se extendían por el mundo aún más.
A decir verdad Bella y Jasper trabajaban muy duro en la administración de todas y cada una de ellas, pero conociendo a Alice sabía que ella tenía que opinar en todos los detalles, así que trabajaban los tres juntos. No se como hacía mi cuñado para trabajar con Alice y luego llevarse tan bien en la casa, realmente eran el complemento del otro, él tan tranquilo y ella tan hiperactiva.
Por último me encontré con mis dos pequeños amores, Seth, así lo llamamos por el hermano de Bella y Elizabeth, el nombre de mi querida abuela, ambos pensamos muchos nombre y nos inclinamos por estos dos porque recordamos nuestra charla en el restaurante la primer noche que salimos juntos, ambos los extrañábamos y nos pareció una linda forma de recordarlos. Se abalanzaron sobre mí y me abrazaron tan fuerte que casi caigo sentado al piso.
-papi, papi, ya viene mamá.
-si mis amores, tengo que ir por ella al hall.- me besaron en la mejilla, uno de cada lado. -Uds. tienen que quedarse calladitos porque es una sorpresa para mami, si.- ambos asintieron, estaban tan hermosos, la prueba viviente de nuestro gran amor.
- vamos niños a comer pastel que papá tiene que ir por su madre.- llegó Esmme llevándose a mis hijos para poder estar libre e ir por Bella.
No esperé más de cinco minutos y apareció por la puerta del hall del hotel, una diosa, simplemente hermosa que me pertenecía, mi esposa.
Apenas nuestras miradas se conectaron, como la primera vez, me sonrió dejándome sin aliento, eso era lo que ella producía en mi cada vez que la veía y siempre era lo mismo, aunque haya pasado cinco años, se que a ella le pasaba igual, se estremecía y se sonrojaba ante mi mirada.
La tomé del brazo y la dirigí al salón, claro que al entrar en él, todos nos recibieron aplaudiendo y como era de esperarse se sonrojó, su mirada fue de “te mato más tarde”, pero se sonrió y saludó a todos.
La vi deslizándose por el salón y conversando con cada uno de los invitados, disfrutando de la recepción, lo sé porque se le notaba en la mirada y en sus gestos.
En un momento la perdí de vista y la encontré con mis niños haciéndole cosquillas a los dos al mismo tiempo, era una batalla que sola la estaba perdiendo, cuando me vio pidió ayuda y muy contento la auxilié, disfrutando juntos un momento en familia los cuatro.
Logré des tensionarla cuando estuvimos bailando, sabía no le gustaba ser el centro de atención, pero por mí lo estaba llevando muy bien.
Disfruté de bailar con ella solo tres temas, ya que después estuvo con todos los invitados, al igual que yo, lo que me tensionó un poco fue cuando estábamos bailando y Stanley le pidió una pieza a Bella, al mismo momento que Jessica lo hizo conmigo.
No pasó nada, solo bailamos al compás de la música y me comentó lo feliz que se encontraba ahora, que había conocido a Mike, me pidió disculpas nuevamente, ya que cada vez que me veía lo hacía, seguí bailando con todas la mujeres que me invitaron y la última pieza fue con Bella.
Entrada la noche, nuestros hijos y sobrinas estaban dormidos en los sillones de la entrada, mis padres nos avisaron que los llevarían a la casa y antes de que se terminara la recepción me robé a mi esposa, llevándola a la suite que había apartado para nosotros, donde pasaríamos una noche inolvidable, como todas desde que estamos casados.
Al salir del ascensor tomé la tarjeta de la habitación y la abrí para pasar luego de que ella lo hizo, dejó su cartera en la mesa y tomó la tarjeta que tenían las 24 rosas rojas del arreglo, lo había mandado a poner allí para ella, con la misma dedicatoria de siempre.
Leyó en voz alta, “una por cada hora que pienso en ti. Tu esposo. EC”, sonriendo se enfrentó a mí y me iba a besar, en sus ojos se notaba el deseo, pero la esquivé besando su cuello, no quería contagiarla del virus que tenía.
Al parecer no se dio cuenta porque se deshizo de mi saco y comenzó a desabrochar los botones de mi camisa, no me quedé atrás le bajé el cierre del vestido mientras mis labios recorrían todo su cuello y hombros, no tardamos en gemir por el placer que proporcionaban nuestras caricias y besos.
Al estar completamente desnudos, la deposité en la cama y me deleité con su figura, al momento de recorrerla con la mirada supe que se había sonrojado, la acaricié muy despacio y deteniendo mis manos a cada centímetro que avanzaban por sus piernas, para que disfrutara del contacto, ambos sentíamos la corriente eléctrica que encendía los poros de la piel, se estremecía y pedía a gritos que la penetrara y la hiciera sentir tocar el cielo, la amé, disfrutando cada milímetro que me hundía en ella, haciendo que arqueara su espalda de placer, dejando sus senos al alcance de mi boca, que no tardó en devorarlos y saborearlos hasta cansarme. Incrementé mis movimientos a medida que nuestros cuerpos lo exigían y llegamos a disfrutar cada segundo que tocamos el cielo con las manos, juntos siendo uno.
Al apartarme de ella, la atraje a mi pecho donde descansó su cabeza y nuestras respiraciones retomaron su normalidad, hacía dibujos circulares en mi pecho con sus dedos cuando preguntó.
-¿Por qué has evitado besarme en todo el día?- pensé que no se había dado cuenta pero estaba equivocado, ambos nos conocíamos y no podíamos ocultar nada al otro.
-fui al doctor hoy.- levantó su cabeza y me miró a los ojos.
-¿como?, ¿te pasa algo?, ¿estás enfermo?.
-no amor, solo que estuve un poco mal de estómago y fui a ver a papá, no te preocupes me dijo que debe ser un virus. Los estudios que me hizo están mañana o pasado.
-¿Por qué no me dijiste nada Edward?- sonó enojada.
-me perdonas amor.- le hice un pucherito.
-hay Edward que voy ha hacer contigo, siempre lo mismo.
-vamos amor, hace cuanto no te pido perdón.- se llevó la mano a la barbilla y pensó.
-ayer, cuando te terminaste el helado tu solo.
-me perdonas amor.- ambos comenzamos a reír.
-yo también fui al hospital hoy, pero no te vi.- y yo diciendo que no nos podíamos ocultar nada.
-¿a que fuiste al hospital?.- ahora me tenía que enojar yo, pero no podía.
-levanté unos estudios que pueden confirmar si es un virus lo que tienes.- ahí si que no entendí nada, ella habrá levantado mis estudios, ¿porque papá no me avisó?.
Se levantó de la cama, caminó desnuda por la habitación, no pude evitar sonreír estaba tan hermosa, fue hasta su cartera y tomó un sobre, me incorporé en la cama quedando sentado y recostado en el respaldo, volvió y se sentó entre mis piernas colocando su espalda en mi pecho. La abracé, dejándole los brazos libres para que ella me enseñara lo que tenía ese sobre.
Lo abrió sacó un papel de él y comenzó a leer en voz alta, yo también lo hice desde arriba de su hombro, siguiendo la lectura con mi mirada.
Examen de sangre por Embarazo.
Sra. Isabella Cullen.
Edad: 26 años.
Esta vez fui yo, quién le señaló mucho más abajo con el dedo índice, donde decía en letras grandes.
“POSITIVO”
***************************************
Gracias nuevamente y no se olviden de votar y comentar.
Por cualquier consulta, recomendación, sugerencia les dejo mi correo pero también les cuento que contestaré en comentarios lo que pregunten, gracias.
e.c07@hotmail.com
Saludos y nos leemos.
ec07.