Bella POV
Había pasado ya una semana desde que fuimos al evento del Sr. Stanley y Edward se encontraba trabajando con él, en el proyecto de hoteles de Brasil.
Iba todas las mañanas unas horas a la oficina y luego pasábamos, el resto del día juntos, recorriendo Nueva York y disfrutando del otro a full.
Le avisé que pasaría por él y luego iríamos a comer en algún restaurante del lugar, lo extrañaba mucho y me hacía falta en la mañanas, sus padres estaban pasando unos días en la casa de Alice para darnos privacidad, y me encontraba sola, me hice amiga de Luz y Sue y conocí al resto del personal de la casa, todos me trataban muy bien.
Edward me dio un auto, que dijo ser de la empresa, estaba equipado con gps para que no me perdiera, pero a Alice se le escapó que lo había puesto a mi nombre por mi cumpleaños, no podía delatar a mi cuñada, por lo que muy a mi pesar lo usaba, no me gustaban los regalos.
Llegué a la empresa y subí al piso 25 donde tenía la oficina mi esposo, Jane estaba en su escritorio hablando por teléfono, tapó el auricular y me dijo- apresúrate Edward está en problemas llamados “Jessica Stanley”, estoy hablando con seguridad.
Ya había estado unas cuantas veces allí y conocía el lugar, se me transformó la cara, esta vez no había fotógrafos que la salvaran y no dejaría que tocara a “mi hombre”. Una fiera enojada, no era nada a mi lado en este momento.
Abrí la puerta de golpe para encontrarme a Jessica sentada a caballito de “mi Edward” y él tenía una de sus manos entre sus bocas y con la otra estaba empujándola para que lo soltara. Por lo menos no permitió que lo besara.
Hice lo que debí hacer el día que la conocí, la tomé de los pelos y la saqué de arriba de Edward.
-suéltalo, no voy a permitir que lo toques.- la dejé parada y me puse entre Edward y ella.
-hayyyy…,¿Quién eres?- su voz era un chillido insoportable, quién la aguantaría hablando todo el día, con razón estaba sola y desesperada.
-su ESPOSA.- le hablé como a una tonta por si no entendía.
-jaja y yo soy su AMANTE, demuéstralo.- eso hubiera querido, Edward me había dicho que nunca estuvo con ella.
-mira- le mostré mi mano en un puño donde estaba el anillo de casada.
-me muestras un anillo, jaja yo también tengo uno.- se quería burlar de mí.
-te equivocas perra, no es el anillo, es esto…- le di una piña en medio de su cara y como en los cómics dio dos vueltas en su eje y cayó en el piso, comenzando a salir sangre por su nariz, se la rompí.
Al mirar hacía la puerta, que no cerré, estaba Jane con dos hombres, serían los de seguridad, pero también estaba Alice y Jasper, cierto íbamos a almorzar juntos, habían visto todo.
Los dos hombres levantaron a Jessica del piso y se la llevaron, ella no dejaba de gritar y ya me estaba aturdiendo, apenas se fueron, Jane cerró la puerta y comenzó a reírse tan fuerte que todos la miramos, recostó la espalda en la puerta se deslizó por ella y quedó sentada sosteniéndose el estómago, no podía más de la risa.
Todos la imitamos, comenzamos a reírnos como tontos, Edward se levantó del asiento y me abrasó dándome vueltas en el lugar y me di cuenta que la mano me dolía muchísimo.
-te amo, te amo, contigo no necesito guardaespaldas, lástima que es mujer, me hubiera gustado pegarle, te amo...- lo seguía repitiendo.
-hay Edward, por favor bájame que me parece que me rompí la mano.
Me bajó, tomó mi mano en las suyas muy delicadamente – tienes razón vamos al hospital para que te atiendan.- ahora ya estaba serio.
-no se preocupen, Edward papá está abajo con mamá esperando para ir a comer, él la revisa.- nos dijo Alice.
-porque lo dices, acaso es Doctor.- tenía que preguntar no tenía ni idea a que se dedicaba Carlisle.
- si amor, tiene razón Alice, si él confirma que está rota te llevamos al hospital.- me contestó Edward.
A pesar del dolor no podíamos dejar de reírnos y mucho menos cuando le contaron a Carlisle y Esmme lo que ocurrió.
Carlisle dijo que debería tener por lo menos un nudillo roto o fisurado, así que todos fuimos al hospital.
Me sacaron placas y lo confirmaron, lo bueno es que mi suegro conocía al médico y no me enyesaron solo pusieron un cabestrillo.
Todos fueron a admisión a arreglar los papeles de ingreso y yo fui al baño necesitaba lavarme la cara, lo hice como pude y salí, llevándome a un Sr. por delante, me dolió el brazo, siempre tan torpe.
-perdone, no lo vi.- me quejé mirándome el brazo.
-¿Bella?- miré al Sr. y era Emmet- que haces aquí y que te pasó en el brazo, fue mi hermano- enseguida se tensó y enojó, buscando a Edward por todos lados con la mirada, sus puños estaban cerrados, pensaba pegarle porque me hizo daño- dime donde está, porque lo mato- habló con los dientes apretados- estoy seguro que se quiso pasar contigo y terminaste con la mano rota, no tiene derecho a obligarte.
-tranquilízate Emmet no fue por tu hermano, le emboqué una piña a Jessica Stanley, tu familia está en admisión.
- que le pegaste a ¿quién?. Quiero todos los detalles.- ya se había relajado y tenía una sonrisa enorme.
-ahora te pongo al tanto, pero ¿que haces aquí y Rose?.
-vinimos a una ecografía de tu sobrina. Vamos y nos cuentas a los dos.- sacó el celular y me dijo que le envío un mensaje a Edward avisando que estaba en el ecógrafo conmigo.
Entramos en una habitación que en la puerta decía “ecografías”, él me llevaba abrasada por los hombros, me había adoptado, era su hermanita y me defendía como tal, ya que pensaba pegarle a Edward si me lastimaba, me sentía protegida.
Rose estaba sola recostada en una camilla, vio cuando entramos y automáticamente nos miró, estábamos abrasados y luego sonrió.
-si no supiera que estás enamorada de Edward, estaría celosa de ti.
-Rose es mi hermanito, bueno no lo digo por el tamaño, solo que soy más madura e inteligente que él.- nos reímos juntas y Emmet me dio un golpe suave en la cabeza.
-¿vamos a ver a mi sobrinita?, nunca les pregunté como se va a llamar.
-Bella no tenemos nombre, cada vez que pienso uno Emmet le encuentra un apodo gracioso y lo descartamos.- miré a todos lados y pregunté donde estaba el doctor, Rose dijo que había tenido una urgencia y que ya venía.
-que te pasó en la mano y porqué están aquí, me imagino que no estás sola.
-no Rose todos están arreglando los papeles en admisión y me fisuré la mano embocando a Jessica Stanley, ella está en cirugía.- llegó el doctor y comenzó a hacer la ecografía, mientras mirábamos a mi sobrinita les conté todo lo que pasó con Jessica y no paraban de reír, el doctor se paralizó cuando pronuncié su nombre y dijo.
-disculpen, se que no debo meterme en su conversación.
- por favor, díganos que está todo bien.- dijo Rose enseguida.
-no se preocupe Sra. la bebé está en perfectas condiciones, solo quería saber ¿de que Jessica hablan?.
-Stanley, pero a que se debe la pregunta.- no entendía porque preguntaba y al momento que dije Stanley se dibujó en su rostro una sonrisa.
-Ud. es mi héroe, lo mejor que me ha pasado en el día de hoy, lo que necesite, estoy a sus órdenes, no lo dude.
-la conoce.- le preguntó Emmet.
- a esa clase de personas es mejor perderlas que encontrarlas, y yo tuve la mala suerte de encontrarla, es una muchacha desesperada de sexo y soy su ginecólogo y ni por eso me perdonó, tengo que pedir me acompañen las enfermeras cuando viene a la consulta.- todos nos reímos y pensé en avisarle a Marc, debería internarla en un psiquiátrico o llevarla ya a Paris.
El doctor pidió lo esperemos un momento que venia con las fotos de la ecografía y el informe, así que nos quedamos solos otra vez.
-Cuñadita hablando de sexo puedo preguntar si ya no estás para vestir santos.
-Emmet, por favor quedamos en que no te meterías, eso incluye no preguntar.- sentí como subía el color a mi rostro.
-te sigues sonrojando, eso quiere decir que ya probaste el sabor de la carne- su cara era un chiste- ¿te gustó?- levantó ambas cejas y estaba súper gracioso. Como dice el dicho si no puedes con el enemigo únetele.
-si Emmet, lo probé y no sabes QUE CARNE, quieres que te cuente como me hace sentir tu hermano.
-no, solo con saber que ya no te puedo decir “virginal cuñadita” y que mi hermano está feliz alcanza, el resto guárdalo.- como imaginé cuando quise hablar del tema ya se le fue el interés.
-así que ya no quieres saber, yo pensé que te gustaba, ya que Uds. fueron sorprendidos varias veces, tienes tatuado en la frente exhibicionista.
- me imagino, ¿quién te lo contó fue Sue?.- se reía, no le molestaba en lo más mínimo.
- no, fue Edward.
- te acuerdas la última vez, fue en la cocina de Sue nos echo diciendo que tenía que desinfectar antes de usarla de nuevo.- lo dijo Rose muerta de risa y yo me sonrojé a no más poder, por mi experiencia, me pregunto ¿habrá desinfectado en la mañana?.
-te conozco Bella, ya los sorprendieron en algún lugar, eso si quiero saber para molestar a mi hermanito.
-no Emmet, ¿cómo puedes pensar eso?.
-no sabes mentir.- yo y mi bocota, que más da, si hasta mis suegros saben en que día y hora su hijo me hizo mujer.
Les conté lo que pasó con Esmme, no que Sue nos había visto en la cocina, me dio vergüenza y no se dio cuenta porque no estaba mintiendo solo ocultando.
Cuando terminé de hablar con Emmet y Rose llegó el doctor y toda la familia, como le había pegado a Jessica y el doctor me consideraba su héroe, nos mostró otra vez a la bebé por un largo rato, disfrutamos su imagen en familia, así me sentía.
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Edward POV
Me levanté temprano, ya que hacía más de una semana que tenía que ir a trabajar en las mañanas, y como todos los días amé a mi esposa en la ducha, era un hábito adictivo, no podía verla desnuda mojándose, sin poseerla.
Después de una despedida larga en la puerta donde nos tirábamos besos como dos adolescentes enamorados, fui a mi oficina.
Pase una mañana muy movida con muchas llamadas y una junta interminable, así que llegó rápido la hora del almuerzo, donde Bella vendría a buscarme, para ir a comer con mis padres, Jasper y Alice, Emmet y Rose no había dado señales de vida y no queríamos molestarnos porque fue lo que pidieron, así que ellos no irían.
Tenía una llamada, estaba de espaldas a la puerta de la oficina, escuche como se abría y cerraba, unos pasos acercarse y dos manos me acariciaron los hombros, haciéndome masajes placenteros, pero algo no estaba bien, esa corriente eléctrica que pasaba por mi cuerpo cuando Bella me tocaba, no estaba, colgué el teléfono y me di la vuelta aún sentado en la silla, el horror en persona, Jessica Stanley.
-que haces acá y quién te permitió entrar.- miré hacia la puerta y estaba cerrada, tenía ganas de pedir auxilio, pero parecería una niña.
-así me recibes, amor.- no me dejó ni pararme, se sentó sobre mi con ambas piernas a los lados de mis caderas, apretándome a la silla y quiso besarme.
Levanté ambas manos con una tapé mi boca, esta vez no dejaría que me besara y mucho menos porque tenía lápiz labial rojo otra vez y con la otra mano la empujé pero no logré separarla mucho. Solo forcejeábamos a ver quién ganaba más terreno.
Para mi suerte alguien abrió la puerta, la sacó de encima de los pelos, era Bella, esta vez no dejaría pasar la oportunidad de pegarle y yo sería el más feliz espectador. Mi mujer defendería nuestro amor y quería ser yo él que le pegara, pero no ir a la cárcel después, así que le dejaría a ella todo el trabajo pesado.
-suéltalo, no voy a permitir que lo toques.- le dijo Bella, que estaba que echaba humo, la dejó parada cubriéndome de Jessica.
-hayyyy…,¿Quién eres?- todavía le preguntaba y el chillido de su voz se volvió insoportable al gritar, me recorrió un escalofrío.
-su ESPOSA.- le habló pausado, dándole tiempo a entender.
-jaja y yo soy su AMANTE, demuéstralo.- menos mal que le conté a Bella que nunca me acosté con Jessica.
-mira- le mostró el anillo, pero ¿en un puño?.
-me muestras un anillo, jaja yo también tengo uno.- Jessica le mostraba su mano extendida.
-te equivocas perra, no es el anillo, es esto…- la embocó en una piña, Jessica dio dos vueltas, cayó al piso y comenzó a gritar, Bella le rompió la nariz.
Ambos miramos a la puerta donde estaban los de seguridad junto a Jane, mi hermana y su esposo, habían mirado todo y tenían sorpresa en la cara, como yo.
Se llevaron a Jessica y se calmaron mis oídos, no paraba de gritar y llorar.
Cuando Jane cerró la puerta, comenzó a reírse tan fuerte que todos la miramos, recostó la espalda en ella y se deslizó, quedó sentada sosteniéndose el estómago, no podía más de la risa, fue tan cómico y todos la imitamos ya que también nosotros no aguantábamos más.
Me levanté, había terminado el show y alcé a Bella dándola vueltas por el aire.
-te amo, te amo, contigo no necesito guardaespaldas, lástima que es mujer, me hubiera gustado pegarle, te amo...- se lo seguía diciendo y no me iba a cansar de decir te amo.
-hay Edward, por favor bájame que me parece que me rompí la mano.- me tensé, de la alegría no me di cuenta que ella se pudo haber lastimado.
La bajé y tomé su mano en las mías, muy despacio – tienes razón vamos al hospital para que te atiendan.- se lastimó y por mi culpa.
-no se preocupen, Edward papá está abajo con mamá esperando para ir a comer, él la revisa.- nos dijo Alice.
-porque lo dices, acaso es Doctor.- Bella no sabía que papá era doctor, pensé que lo había mencionado en alguna ocasión.
- si amor, tiene razón Alice, si él confirma que está rota te llevamos al hospital.- le contesté antes que Alice, quería que papá la viera ya.
Creo que Bella estaba soportando mucho dolor, pero a pesar de ello no podía dejar de reírse y mucho más, cuando Jasper que era muy callado, le contó a mis padres lo que sucedió, con ademanes y todo, no se que pasaba pero cuando él estaba feliz era contagioso, todos estábamos felices.
Papá dijo que debería tener por lo menos un nudillo roto o fisurado, así que todos fuimos al hospital.
Sacaron placas a Bella y el doctor era conocido de papá así que le pusieron un cabestrillo y cuando salió de la consulta fuimos a arreglar el ingreso.
Bella me dijo que iría al baño que necesitaba refrescarse el rostro y vi cuando entraba en él, arreglé todos los papeles, papá y mamá se quedaron conversando con unos doctores conocidos que hacía tiempo no veían y Alice con Jasper me avisaron pasarían por la cafetería a comprarle algo a Bella para que tomara los calmantes.
Caminaba por los pasillos hacia el baño de damas y llegó un mensaje.
“Emmet payaso” secuestré a tu esposa, estamos en ecógrafo, casi te mato pensé que la habías lastimado jeje, ya la hiciste feliz o sigue siendo virgen, le pregunto a Bella, los esperamos.- pobre Bella tener que soportar otra ronda de preguntas de Emmet.
Estaba en mis pensamientos y terminando de leer el mensaje de Emmet cuando alguien me tomó del brazo y me arrastró dentro de una habitación, cuando reaccioné me di cuenta que estaba en un lugar bastante obscuro y donde habían artículos de limpieza, la mujer que me metió aquí, porque era una mujer, comenzó a besarme.
La miré a los ojos y me di cuenta que la conocía, pero no sabía como se llamaba, habíamos estado en esta misma habitación el día de la primer ecografía de Rose y no precisamente limpiando.
-espera, por favor.- lo dije como pude mientras me besaba sin dejar de recorrer mi cuerpo con sus manos y me di cuenta que ya estaba bajando el cierre de mi pantalón.
- que pasa Edward.- ella si sabía como me llamaba y yo no tenía ni idea.
-es que soy casado.- ella se sonrió.
- lo imaginé, sino porque piensas que tuvimos sexo en el cuarto de limpieza, por más de una ocasión.- me acordaba solo de una.
Mientras yo me estrujaba la cabeza pensando si había estado más de una vez con esta mujer, ella peleaba conmigo, mientras bajaba el cierre del pantalón, yo pendía los botones de mi camisa que había desprendido y viceversa, cuando subía el cierre de mi pantalón ella desprendía los botones de mi camisa muy hábilmente.
Cuando me di cuenta que la pelea no tenía fin, me enojé.
-¡basta!- casi se lo grité.
-Edward, no grites, ya entendí, que desperdicio, realmente me gustaba el sexo que teníamos y ahora que hago.
- perdón, pero no te puedo ayudar.
-lo sé, por eso digo que desperdicio, te enamoraste. Ya terminó mi descanso, fue bueno mientras duró, espero seas correspondido. Chau.
Se fue de la habitación, me acomodé la ropa y fui en busca de mi familia.
Estaban todos esperando en el hall de entrada.
- ¿donde estabas Edward?, ¿y Bella?. –preguntó mi madre.
-fui…a… el baño.- no sonó creíble, o al menos Alice no me creyó.
-y donde está Bella.- volvió a preguntar mamá, claro no respondí a esa parte.
-Bella…si, está con Emmet y Rose en el ecógrafo, vamos.- Alice me fulminó con la mirada, mis días de Don Juan estaban trayendo consecuencias.
-después me cuentas y límpiate el lápiz de labio del cuello, porque Bella no está maquillada.-lo dijo en mi oído cuando pasó por mi lado, no lo podía creer, tremendo lío me causó… “no se como se llama”.
Dejé que la familia pasara primero y me limpié lo más disimuladamente posible, por lo menos había sido Alice, no Bella, no se ¿que era peor?, al menos a Bella la podía persuadir con mis besos y caricias pero a Alice, tendría que dejar que comprara una tienda nueva.
Llegamos al ecógrafo y el doctor ya había terminado, pero nos enteramos que detestaba a Jessica tanto como nosotros y por Bella, nos mostró nuevamente a nuestra sobrina por un rato largo, tomé de la mano sana a mi esposa manteniéndome lejos de ella, no sabía si me había quedado algún rastro de labial o el olor a su perfume. Bella no pareció notar nada raro y disfrutamos todos en familia de la explicación del doctor de cada partecita del cuerpo de esa hermosura, la nueva integrante de los Cullen.
Avisé a Sue que iríamos a almorzar en casa y cuando llegamos ya teníamos todo pronto.
-mi amor voy a ponerme cómodo y bajo, te prometo que te doy de comer.- Bella se sentó en el sillón y se recostó.
-te espero aquí, no tardes.- tenía ganas de darle un besito pero con mi suerte en el día de hoy mejor cuando bajara.
Me di una ducha rápida pero consiente de donde tenía que pasar dos veces el jabón, fue extraño, desde que Bella era mi mujer no me había bañado solo y me di cuenta que era grande el lugar y que faltaba ella para llenarlo. No me engañaba Bella era mi complemento, mi todo y si ella no estuviera no se lo que haría. Vino para cambiar mi mundo y me gustaba el cambio.
Bajé renovado y totalmente enamorado de mi esposa, le corté los alimentos y la consentí todo lo posible, la amaba.
Emmet estuvo molestándome por lo sucedido con mis padres el día que nos encontraron con Bella en la ducha, pero a ella no parecía molestarle, no entendía esta alianza, que había pasado mientras yo estaba con “no se como se llama” y porqué Bella se unía a las bromas de Emmet ayudándolo con algunas.
Pasamos un almuerzo y tarde muy entretenidos, en familia, pero me di cuenta que a Bella le faltaba algo, así que mandé un mensaje a Jane- cuando sea posible arregla una visita de Charlie y Renée a Nueva York mantenlo en sorpresa para Bella. Gracias amiga.
Pasaron como dos horas y llegó la respuesta de Jane- posible en dos semanas aprox. por tres días Charlie tiene controles, de nada te quiero.- saqué cuentas y era más o menos cuando Bella cumpliera un mes de que había llegado.
Casi al final de la tarde se fueron todos, quedamos solos y le dije a Sue que subiríamos a descansar, que si necesitábamos algo le avisábamos.
-no hay problema Edward, pero llévate los calmantes que le toca tomar ahora.- me dio los calmantes y una bandeja con jugo y dos sándwiches.
-no creo que tenga hambre.- Bella no era de comer mucho.
-los calmantes son muy fuertes y no quiero que le caigan mal al estómago, por favor solo que coma un bocado.- como dije, era como mi mamá, siempre me cuidaba y ahora también lo hacía con Bella.
-gracias, viejita, te quiero mucho.-le di un beso en su frente mientras tomaba la bandeja y me di cuenta que Bella se durmió en el sillón.- se durmió, ahora la subo.
-cuido de ella mientras subes, te aseguro que no va a desaparecer.- hasta Sue estaba bromeando conmigo hoy.
Subí la bandeja y luego a mi esposa, la quería dejar dormir, pero en el momento que la acosté en la cama sus intenciones no eran quedarse quieta.
Con la mano sana me atrajo del cuello para que la besara. Le di un pequeño beso en los labios y me separé para hablarle.
-¿no quieres dormir?.- le coloqué un mechón de pelo detrás de su oreja.
-no- se sonrojó, me encantaba- gracias.- ¿sabía que venían sus padres?.
-¿Por qué?- Edward no era por sus papás ¿cómo lo iba a saber?
-por no dejar que Jessica te besara.- no, Jessica no me besó pero “no se como se llama” si y más. No se lo iba a contar y a Alice, ¿tendría que contarle todo lo que pasó?, si, ella siempre sabía cuando mentía.
-solo quiero tus besos- sonó cursi- ahora si comes algo y tomas tus calmantes, prometo que haré lo que quieras para que hoy pases una súper noche.- ya estaba usando sus palabras “súper”.
-enserio, lo prometes.- tenía una sonrisa pícara, pero tan inocente.
-si amor, lo que quieras.
Se incorporó en la cama con mucha energía, comió y tomó todo, inclusive el calmante, se sentó en la cama recostada en el respaldo.
-listo, ahora quiero que me hagas un strip-tease.- sonreía y puso sus manos cruzadas, como pudo, en el pecho.
-¿qué?.
-un strip-tease, lo quiero, ahora y me lo prometiste. –me habló lento para que entendiera, si la había entendido, pero no creía lo que decía.
-las juntas con Emmet no te hacen bien, él es una mala influencia.- se le escapó una risa pero luego se puso seria.
-ahora, Edward.
-está bien, soy un hombre de palabra, deja que ponga música.- no paraba de sonreír, se veía hermosa.
Puse música, comencé a bailar al ritmo y quitarme la ropa lo más sexi posible, sentir su mirada recorriendo mi cuerpo fue lo máximo, luego de un rato en el que ya estaba en boxer, Bella puso cara seria y movía su cabeza de un lado al otro.
-no Edward, esto no es lo tuyo, continúa trabajando de empresario hotelero.
-puse todo de mi y pensé que te gustaba.- le hice un puchero, le había gustado por su forma de mirarme y el deseo que había en sus ojos.
-si contratamos a un striper y mientras te enseña, me hace un show.
-Bella, no te juntas más con mi hermano.- comenzó a reír.
-es broma, me súper encantó, bésame.
-lo sé, pero de todas formas no te ves más con Emmet y es mi última palabra.- quería que sonara serio pero no lo logré.
Fui hasta la cama y la acosté ya que estaba sentada disfrutando del show, la besé y se entregó al beso al instante, su respiración aumentó y el corazón latía más fuerte, lo sentía al tener su pecho pegado al mío.
La desvestí lento y disfrutando de cada rose, aspirando su aroma, besando sus labios, su cuello, sus hombros, todo su cuerpo, haciendo que gimiera de placer.
-Edward ámame, por favor.
Terminé de desvestirnos, lo poco que nos quedaba y la penetré mirándola a los ojos, viendo como su rostro se transformaba por lo que le hacía sentir, me moví suave hasta que ella pidió por más y fuerte, lo hice hasta que nuestros cuerpos llegaron al placer casi al mismo tiempo.
Besé sus labios por mucho y luego al apartarme la abrasé, pegándola a mi cuerpo.
-a dormir, el doctor dijo que debías descansar.- y ahora me acordaba después de cansarla, soy su perdición.-no más strip-tease, ni stripers Bella.
- está bien, no creo que hubiera podido hacerte uno.- lo dijo mostrando el brazo y eso me encendió aún más, Bella haciéndome un strip-tease.
- mi amor si las indicaciones del médico las seguimos dentro de un rato, mira como estoy.- otra vez excitado, ella sonrió y se mordió el labio inferior, se subió encima de mí y me hizo el amor a su ritmo lo que me fascinó.
Jessica Stanley no volvería a molestar.
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Hola a todas, no dejé pasar tanto tiempo porque prometí que si pasaba de pagina, subía otro capitulo y estoy en la pagina 3 gracias a Uds.
Espero les guste, la música que pone Edward la dejo a su imaginación, me divertí mucho haciendo este capítulo y me gustaría que voten y dejen su comentario si es que les gustó.
Contesté sus preguntas en comentarios pero de todos modos les cuento que este fic va a tener aprox. 20 capítulos, me gustan las historias cortas para que no se hagan tediosas.
Gracias nuevamente a todas y según los votitos dejo otro capítulo.
Saludos.
ec07.