Edward POV.
Soy Edward Cullen uno de los millonarios mas exitosos en el mundo de las inversiones hoteleras, me encontraba en mi oficina en Nueva York hablando por teléfono con uno de los inversionistas que necesitaba mi empresa para un nuevo proyecto en Brasil, nos encargábamos de hacer inversiones en el mundo y estaba enfocado en estos proyectos las 24hs., no se cuando la conversación tomó otros rumbos pero termino insinuando, el Sr. Stanley, que para cerrar negocios tendría que casarme con Jessica, su hija, hice lo que se me ocurrió en el momento, ya que si Stanley proponía algo se cumplía, casi como yo lo hacia con mis negocios, una locura!!! pero lo que él me proponía también lo era.
-Sr. Stanley disculpe lo vaya a desilusionar pero estoy comprometido para casarme en dos semanas, no seria justo para mi prometida.- wow dos semanas no pudiste decir un poco mas de tiempo, ahora como soluciono este lío. Jane…
-No tenia idea, disculpe Sr. Cullen, pensé que Ud. estaba solo, como nunca está acompañado por su prometida… diga ¿cuando piensa que podamos conocerla?- ahora si que la complique, no solo voy a perder mi soltería sino que puedo perder el negocio que mi empresa mas espera.
-Cuando cerremos el trato en dos meses y medio, porque ¿Ud. no se va a retractar no?, ¿o si?- ni loco pensaba casarme con esa muchacha antes lo hacia con una desconocida que con ella, solo de pensar en casamiento con Jessica Stanley me recorrió un escalofrío todo el cuerpo.
-Por favor Cullen, no piense eso de mi, nos vemos en dos meses y medio, mantenemos el contacto. Lo felicito por su unión, espero sean felices.- corto la comunicación.
“Felices” si primero tendría que conseguir una esposa, ¿que tiempo de “felices” tendría?.
Deje el teléfono y encendí el intercomunicador. -Jane, te quiero en mi oficina ya!.- Jane era una persona de baja estatura, delgada pero bien formada, tenía los ojos muy azules y transparentes y se parecía mucho a mi hermanita pero en versión rubia.
La vos fue en un hilo de desesperación, Jane ingreso a mi oficina en unos segundos y me pregunto como me encontraba, ¿se notaba el pánico en mi cara?, le conté toda la conversación con Stanley y escucho con mucha atención, pero con una sonrisa en los labios, por dios ¿que le pasaba a esta mujer? yo estoy a punto de colapsar y ella tan tranquila, ¡claro! como soy yo el que se va a casar.
-Jane borra la sonrisa que me pone mas nervioso de lo que estoy, ¿que pasa contigo?.
-No te preocupes Edy, puedo solucionar todo.- cuando mi secretaria me decía “Edy” estaba en un gran lío, que ella efectivamente solucionaría (ahora entiendo la sonrisa), pero me costaría muy caro, a lo mejor vacaciones… si podría ofrecerle vacaciones a ella y a su familia.
-Que tienes en mente, como voy a conseguir una esposa, porque de algo estoy seguro no puedo montar un teatro porque Stanley se daría cuenta, tengo que CASARME de verdad, te das cuenta yo el soltero mas codiciado de toda Nueva York “casado”, piensas que me podré divorciar pronto.
-Cálmate Edward y dime en que siglo piensas que vivimos, existen contratos de matrimonio y podemos elegir tu esposa en Internet por una suma importante de dinero, siempre haciendo un contrato que no implique darle algo después del divorcio. Pongo manos a la obra y luego te presento a las candidatas para Sra. Cullen, wow quien lo iba a pensar.- y se retiro sonriendo, claro era yo el que estaba en shock.
Todo valía la pena antes que casarme con Jessica, grrr tenia que sacar esa imagen de mi cabeza terminaría con pesadillas, Jessica era irritante, por sobre todo irritante con la vos mas chillona que pude escuchar jamás, rubia, alta lo normal, ojos verdes linda figura pero una niña malcriada e irritante- eso ya lo dije- pero lo es y para mi pesadilla se había fijado en mi.
Desde hacía ya casi dos años, vivía la vida como se me antojara, sin compromisos, salía con mujeres que terminaban en mi cama solo por un rato de buen sexo, después de la desilusión ya no tomaba enserio a ninguna mujer y sólo pensar en casamiento revivía todo lo ocurrido.
Flash Back
Me casaba en unos días y ella, la que yo pensaba era el amor de mi vida, se iba a visitar a su mejor amiga, que por motivos personales no podría venir a la boda, su amiga vivía en Washington por lo que lleve a mi prometida al aeropuerto y la despedí por dos días, me dijo que necesitaba ir sola.
En el momento que el avión despegó, sentí un vacío enorme y un nudo en el estomago, como si algo malo fuera a pasar, así que no lo pensé dos veces y tome mi avión personal y me dirigí a su encuentro, Tania así se llamaba mi prometida iba a alojarse en mi apartamento en Washington y allí le daría la sorpresa.
Llegue al apartamento y vi su maleta en la habitación, pero ella no se encontraba, así que puse manos a la obra y me dedique a preparar todo para esa noche, que seria inolvidable.
Tenía todo preparado para cuando llegara Tania, la cena, la mesa con todos los detalles, rosas y pétalos en la cama, el champagne en la heladera, solo faltaba lo más importante, mi amor Tania Delani.
Creo que me quede dormido en la cama esperándola, de pronto escuche ruidos en el apartamento, era buena señal ya que mi noche comenzaría en ese momento, sin hacer ruido me dirigí a la puerta de la habitación y la abrí muy despacio observando hacia la sala para poder darle la sorpresa, pero la sorpresa me la lleve yo.
Tania estaba besándose desesperada con un chico que yo había conocido como su amigo hacia unos meses, que idiota pensar que entre ellos solo había una amistad, quede en shock no podía moverme solo miraba como la pareja de enamorados se desprendía de su ropa y hacían el amor en mi sofá.
En eso golpean la puerta y Tania contesto, mejor dicho casi grito.- ¿Quién?
-Soy yo Tania estoy mal necesito una amiga, ¿puedo pasar?- supongo que seria la amiga que vino a visitar, después de todo no me mintió en eso.
-Espera no estoy presentable- lo decía mientras con su amigo y amante juntaban la ropa del piso y en eso la muchacha que los interrumpió abrió la puerta diciendo.
-Tania como si tuvieras vergüenza de mi…. – no la veía desde la habitación pero por el silencio pienso que se sorprendió y así fue.
-No lo puedo creer yo pasándola pésimo por ti y tu revolcándote con mi amiga. Tania te vas a casar y te entregas a mi novio.- oh, oh lo que si estaba claro es que Tania y el novio de su amiga nos estaban engañando, mientras yo tratada de desenmarañar lo que pasaba y salir de mi estado de shock, la chica recibió una llamada.
dijo -ya voy- y luego se dirigió a ambos- no quiero volver a saber de Uds. es la ultima ves que les dirijo la palabra, no se merecen mi amistad o mi amor, cuando digo ultima, es ultima y eso incluye mi familia y el hospital.- su novio, bueno pienso que después de esto sería su ex. quiso hablar pero solo balbuceaba, ¿estaría en estado de shock como yo?.
- que pasa tu no te cansas de hacerme mal, hoy en casa y ahora con ella, que fue lo que te hice…, no tiene caso me voy.- que le habría hecho en su casa, aunque ahora sería la gota que derramó el vaso, se escucho que empezó a llorar y luego se fue.
Escuche como se cerraba la puerta, reino el silencio pero ahora me tocaba a mí.
Me dirigí a la sala y ambos se dieron vuelta a medio vestir, bueno a decir verdad el hombre solo se tapaba sus partes íntimas con un almohadón del sillón, nota interna tirar todo el juego de living.
-Tania tu y tu amante – lo dije señalándolos a ambos- tienen 10 minutos para abandonar mi casa, mi vida y no volver a verlos jamás y no quiero escuchar excusas con lo que vi tengo para toda una vida.
Di media vuelta entre a la habitación, cerré la puerta y luego de 10 minutos o menos sentí como se iban, en ese momento yo Edward Cullen cambie.
Fin de Flash Back
Me engaño con un amigo que había conocido un tiempo atrás, por ese motivo me volví todo un don Juan y disfrute al máximo de mis borracheras y encuentros sexuales, pero ahora debía comportarme por lo menos por unos meses, después retomaría mi vida.
Le deje claro a Jane que no quería saber nada sobre las candidatas para Sra. Cullen, confiaba en ella y en su criterio así que pedí me dijera solo el resultado, ya que en unos meses me divorciaría.
|