Concurso Nav13: QUERIDO SANTA.. One Shoot (+18)

Autor: ec07
Género: Romance
Fecha Creación: 26/12/2013
Fecha Actualización: 09/12/2014
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 11
Visitas: 15880
Capítulos: 2

FIC GANADOR CONCURSO Nav13.

MIRA LA ENTREVISTA A LA ESCRITORA Aquí

POV BELLA Y EDWARD.

 

Isabella nunca festejó la navidad, hasta hace un año atrás, donde su amiga le hizo ver lo lindo del espíritu navideño y si uno realmente cree, SANTA EXISTE.

 

Todo comenzó con una inocente carta para complacer a su amiga, que la llevó a tener su primer milagro de navidad y creer en ellos…

 

¿Seguirías pidiendo deseos si uno se vuelve realidad?, los invito a leer lo que hizo Bella ante semejante regalo.

 

Los personajes son de S. Meyer, la historia me pertenece.

 

Dejo los enlaces de mis otros fics por si quieren pasar a leer.

CASAMIENTO POR INTERES (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1776

MI ANGEL DESNUDO One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1946

NO PIENSO HACERTE MUJER (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2228

MENTIRAS, ENGAÑOS Y UN AMOR (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2451

LIZZIE, EL ESPEJO DE TUS FANTASÍAS (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2493

YO SOLO QUERÍA UNA TAZA DE AZÚCAR One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2775

LADRÓN DE ALCOBAS (+18) One Shoot (Finalizado) http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3734

QUERIDO SANTA… (+18) One Shoot (Ganador concurso Nav.13) http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4084

 

Por favor no publicar en otros sitios sin autorización.

Gracias. Erika./ec07.

 

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Capítulo 2: Querido Santa.. POV Edward.

Hola a todos, espero disfruten este pov y comenten como incentivo para seguir escribiendo. Por si no nos leemos, que terminen bien este año y sea mejor el siguiente.

 

Saludos.

Erika.

 

***********

 

Después de dejar pasar el tiempo y querer quedarme un poquito más con mis padres, debía ocupar el departamento que con tanto esfuerzo compraron para mí, así que me mudé, no conocía a nadie del lugar excepto a mi primo y sabía que me quedaba cómodo para ir al trabajo.

 

Mi primo Jacob ocupaba el departamento de enfrente, como era de esperarse me dio todos los detalles de cada uno de los pisos y también sobre la morocha del segundo que lo traía volando por las nubes, según él, porque le correspondía y no quería dejar pasar el momento para el amor de su vida.

 

Luego de pasado un mes desde que me mudé, seguía sin presentármela o por lo menos decirme el nombre, la llamaba “mi ángel”, por lo que comprendí que lo traía loco, pero creo que no se trataban como lo había dicho mi querido primo.

 

Fue entonces que la conocí y morí por mi suerte, la chica era tan hermosa que comprendía el amor que le tenía mi primo, pero por códigos no era posible que siquiera intentara mirarla, por lo que mi vida se volvió un martirio, no podía decirle a mi primo que me gustaba o mejor dicho mucho más que eso, no entendía la atracción que generaba, pero era muy grande e irreversible.

 

Flash back

 

Llegaba al edificio y noté que se estaba cerrando el ascensor, por lo que pedí detuvieran la puerta, para mi suerte lo hicieron y dentro estaban dos chicas.

 

-gracias.-les dije entrando y me fije en ambas, una de ellas no me pasó desapercibida, pero intenté disimular mi interés, siempre fui reservado en temas amorosos.

 

-no es nada.-dijo la más extrovertida y rogué para que fuera la interesada de mi primo, ya que aún continuaba sin conocerla.-¿eres nuevo en el edificio?, nunca te había visto antes, ¿vives aquí desde hace mucho?, ¿te quedarás o vas de paso?.

 

-si, soy nuevo y me quedaré.-sonreí por la forma en que preguntaba sin tapujos.-Edward Cullen.-me presenté.

 

-soy Ángela y ella es Bella.-su información no era de mucha ayuda ya que no me decía nada, además de saber que esa atracción que sentía tenía nombre, se llamaba Bella, estaba mejor que mi primo.-¿a que piso vas?.

 

-¿a cual van ustedes?, debo ser caballero.-me dio pie a saber lo que más me interesaba, ¿pertenecían al segundo piso?.

 

-quedan pocos, vamos al segundo y tú.

 

-el séptimo.-contesté presionando ambos botones y estando muy conciente de que ella podía llegar a estar prohibida si se trataba del ángel de Jacob.

 

-huy en ese hay solo cinco departamentos por piso.-aclaró Ángela y por momentos pensé que podría surgir una esperanza, si le comentaba a Bella ella nunca había subido.

 

-no, hay cinco en el quinto y sexto, en mi piso solo hay dos.-aclaré divertido al pensar que si le llamaba “mi ángel” todo el tiempo, que podía ser por el nombre “Ángela”, ¿habría posibilidades?.

 

-mierda, te saldrá carísimo.-no puedo negar que me gustó su curiosidad y de ese modo poder hablar más tiempo con ellas, aunque Bella no pronunciaba palabra, la codeó para que callara, generando una sonrisa que sé, no fue indiferente para esa bella mujer.

 

-en realidad fue un regalo cuando me recibí.-no pude generar más conversación y enterarme de ellas dos aunque fuera solo de boca de Ángela, ya que sonó el timbre del segundo piso, no tuve más que sostener la puerta y esperar que se fueran, inhalé su aroma al pasar por mi lado sorprendido por ese gesto nada común en mí.

 

-buenos días.-habló Bella y juro que su voz quedó bailando en el aire, por su cántico suave, generando una tranquilidad que desbocaba mi corazón, extraño y contradictorio.

 

-buenos días para ustedes y fue un placer.-reaccioné a contestar, pero no apartaba la mano de la puerta, por lo que pude ver donde se dirigían y lo que Ángela decía.

 

-porque no me dejaste preguntar, quería saber de que se recibió, no tienes curiosidad, ambas dejamos los estudios, como sabremos que se siente estar con un universitario.

 

-ya se recibió.-habló molesta, por lo que pensé que si no era “mi ángel” de Jacob tampoco tendría posibilidades, no había generado interés en ella.

 

-entonces saber que se siente al estar con un profesional, ¿de que será profesional?.-si que era curiosa.

 

-Ángela.-la empujó para que entrara en el departamento 207, debía recordar para hablar con Jacob.

 

Fin de flash back.

 

Así fue, cuando le comenté que había conocido a las ocupantes del 207, mi queridísimo primo dijo que se llamaba Isabella Swan, que le gustaba le dijeran Bella y que no solo le había enviado flores ese día, sino que la había invitado a cenar, no quise escuchar más ya que no lo soportaría, apenas la conocía pero algo extraño había surgido en mí, pueden decir que era amor a primera vista, pero para mí era atracción, química, el amor llegaría si llegaba, valga la redundancia, a conocerla.

 

Los días pasaban y así surgió el amor, no podía obviarlo, la amaba, amaba su gestos o simplemente su forma de saludar un frío “hola”, su olor lo reconocería con los ojos cerrados y su caminar la delataba desde lejos o entre muchísimas personas, estaba perdido y locamente enamorado, pero el amor que tenía mi primo no cesaba y continuaba al asecho, completamente convencido de que Bella cedería ante sus encantos.

 

No entiendo porque, él que no cedía de esperar a que se cansara Jacob y buscara otra víctima era yo, hasta me daba cuenta si ella había ingresado al ascensor antes, estaba quedando completamente loco y no había forma de remediarlo.

 

Por todos los medios intentaba que ella no notara mi atracción, en ocasiones era casi un tímpano de hielo y en otras se me escapaba alguna insinuación, que consistía en un simple “bonito día” con doble sentido, no podía hacer más, pedía a Dios que cambiara mi suerte para bien o para mal.

 

Faltaba cerca de una semana para la navidad cuando Alice me visitó, era casi costumbre para mí digitar el segundo piso antes que planta baja, de esta manera existía la posibilidad de verla por unos segundos e irme a trabajar con buen ánimo, esto generaba Bella en mi persona, se había apoderado de mi voluntad y cuerpo sin siquiera ella saberlo o intuirlo.

 

Ese día coincidimos los tres y por primera vez noté que Bella estaba incómoda, ¿sería que le importaba?, así como mi corazón saltó de emoción, recordé a Jacob y no aclaré absolutamente nada, sabía que pensaría sobre Alice, pero prefería lastimarme a lastimar a mi familia.

 

Ya en el auto, porque llevaría primero a mi hermana a su trabajo, cuestionó.

 

-¿que sucede entre… Bella y tú?, creo que así la saludaste.

 

-absolutamente nada.-contesté tras un largo suspiro, Alice tenía su carácter y era una mujer intuitiva, sin decir que no se le pasaba una.

 

-si, claro y yo estoy casada.-dijo con ironía.

 

-enserio, ¿cuando te casaste?.-intenté bromear, ya que mi hermana era madre soltera y nunca reveló quién era el padre de su hija.

 

-confiesa gordito que no tengo todo el día.

 

-bebe…

 

-¿es casada o tiene alguna relación?, ¿es por eso?.

 

Conociéndola y sabiendo que no dejaría de insistir le confesé.-Jacob está loco por ella.

 

-wow… ahora entiendo y él lo sabe.

 

-no y no se lo dirás, espero que desista ya que ella no le da esperanzas, después lo intentaré.

 

-por como se puso, le gustas y… ¿se puede saber porque no me presentaste?.

 

-la necesito lejos.

 

-¡por Dios!, querías que pensara que soy tu novia, jaja, los hombres son todos iguales, estoy segura que Jacob no se enojaría si le dices que te gusta.

 

-puede ser, pero deja pasar el tiempo por favor.

 

-tu y tu forma de hacer las cosas, cuando harás algo loco y disfrutarás de la vida, hay momentos en que uno tiene que ser un poco egoísta gordito.

 

-deja de llamarme gordito.

 

-gordito, mi gordito, gordito, gordito…-comenzó a cantar pareciendo más joven de lo que es, ese apodo lo gané cuando nací, soy el más chico y según ella era todo arrugadito y parecía una bolita de gordito, por ello siempre me lo dice y cuando me enojaba la llamaba bebé, porque sabía la molestaba y ahora que somos grandes lo hacemos por cariño.

 

Prometió esperar unos meses y vería el resultado de sus intuiciones, según ella Bella no tardaría en decirme algo y Jacob terminaría por desistir, eso sí, dejó claro que si pasaba mucho tiempo ella misma se lo diría para agilitar el trámite, eso me causó gracia.

 

La dejé en su trabajo y lentamente pensando en todo lo que hablamos me fui al mío, así pasaron los días y llegó el 22 de Diciembre, salí a trabajar como cualquier día previo a las fiestas, organizando en mi cabeza todo porque Alice pasaría en el piso con Jacob y conmigo, nuestros padres iban a visitar a los abuelos ya que estaban muy viejitos y no se podían desplazar.

 

Subí al ascensor y lo que menos esperé es que se detuviera en el segundo y que Bella estuviera justo allí, hermosa como siempre y a las apuradas, desde que nos encontró con Alice no la había vuelto a ver y eso me hizo no solo mirarla un poquito más, sino que sonriera de lado cuando la saludé.-buenos días Bella.-se sonrojó y aluciné al notar como recorrió mi cuerpo de forma disimulada, Alice podría tener razón.

 

-buenos días Edward.-apenas contestó y dejó el bolso con su ropa a un costado, ¿sonrojada?.

 

Al llegar al destino, esperé que saliera primero y me despedí con un simple comentario de doble sentido, acompañado de una mirada sexy, que noté no le fue indiferente.-bonito día.-sentí su mirada mientras me retiraba con una sonrisa en los labios, no debía tentar a la suerte por mi primo, pero tampoco era de piedra, necesitaba esos comentarios inocentes en algunos momentos.

 

Se y fui conciente que dejó de mirar cuando se cerraban las puertas, al salir no se llevó su bolso, eso me hizo volver a sonreír, me encantaba su forma de ser y sus despistes.

 

Cuando ella puso un pie en la calle estaba saliendo del garaje y se me ocurrió despedirla con un bocinazo, sonrió y con ese gesto estaba lista mi semana.

 

Trabajé medio horario por las fiestas cercanas y cuando intenté abrir la puerta de mi departamento Jacob salió casi corriendo del suyo y desesperado.

 

-por fin llegas.

 

-¿me esperabas acaso?.-sonreí divertido al verlo tan extraño.

 

-desde hace rato, vamos que no podemos perder el tiempo.

 

-espera que dejo mi portafolio.

 

Tomó las llaves y después de abrir la puerta tiró el portafolio sobre el sillón más cercano, cerró y tiró de mi brazo hasta que estuvimos nuevamente en el ascensor.

 

-¿se puede saber que haremos y a donde vamos?.

 

-Bella está trabajando y Ángela nos espera.

 

-¿para que y porque?, no entiendo nada.-hice gestos con mis manos totalmente desconcertado.

 

-mi Bella hizo su primera carta a Santa.-su forma de llamarla estrujó el corazón sin remedio.

 

-¿la primera?.-pregunté extrañado y suspiré para intentar regular la respiración.

 

-si es el segundo año que festeja la navidad, Ángela prometió que me enseñaría la carta para cumplirle su deseo.

 

-¿abrirás la carta que hizo Bella para Santa?.

 

-claro, como cumpliré su deseo si no se lo que quiere, además es su primera carta, te imaginas la ilusión que tendrá cuando obtenga lo pedido.-Jacob estaba tan entusiasmado que contagiaba la sonrisa y ya me encontraba expectante por saber que había pedido la mujer de mi vida, digo de su vida.

 

Se abrió la puerta del ascensor y mi corazón comenzó a latir con fuerza, tocamos el timbre y esperamos con impaciencia.

 

Ángela abrió sonriendo sin perder de vista a Jacob, nos saludó a ambos con un beso que fue más efusivo con mi primo, esto generó desconfianza, sería que Jacob ligó con Ángela solo para estar cerca de Bella, todo esto me enloquecía, al parecer Jacob estaba más interesado en Bella de lo que imaginaba, logrando que mis esperanzas de intentar algo con ella se esfumaran.

 

-pasen que hoy llegará como a las 10, tenemos mucho tiempo.

 

-permiso.-dijimos ambos y pasamos a la sala.

 

-esa es.-dijo Ángela señalando la carta que Bella escribió, se veía en el sobre la leyenda “Querido Santa”.

 

-la quiero leer ya.-dijo Jacob acercándose a dicha carta.

 

-noooo.-gritó Ángela y ambos la miramos.

 

-¿que sucede?.-pregunté al no entender su negativa.

 

-préstame el celular.-le dijo a Jacob, le sacó una foto y luego dejó que la tomara.

 

-¿para que la foto?.

 

-tenemos que dejar todo en el lugar, no quiero que sepa que la tienes tú.-aclaró.

 

-entonces no puedo rasgar el sobre.

 

-tranquilo tengo agua en el fuego, dicen que se despega con vapor.

 

-todo un trabajo de inteligencia.-bromeé con ellos, no pude evitarlo, parecíamos espías obteniendo un secreto de estado.

 

-exactamente, vamos mi James Bond.-me encogí de hombros ante la atenta mirada de Jacob, ya que no fue dirigido a mí el cumplido ni la invitación.

 

Ellos entre peleas por quién tomaría la carta en sus manos para colocarla en el vapor, se fueron a la cocina y mirando todo decidí espiar donde era la habitación de Bella, de esta manera conocer un poquito más de sus secretos.

 

La primera puerta que abrí era el baño, lo dejé abierto por las dudas, si me llamaban haría como si salía del baño, la segunda puerta tenía o mejor dicho no tenía el olor tan peculiar de Bella, así que la descarté sabiendo que esa pertenecía a Ángela, por fin llegué al objetivo, mirar como dormía mi Bella durmiente.

 

La habitación era sencilla, pero acogedora, al ser un departamento pequeño no había demasiado espacio, el centro lo ocupaba una cama de dos plazas, una veladora con motivos arabescos y varios peluches, el armario estaba empotrado en la pared dando más espacio y su ventana daba paso al balcón, mirando el balcón fue que me perdí en pensamientos, ya que estaba separado del de mi amigo Seth por una reja fácil de saltar, la imaginación de lo que podría llegar a hacer fue muy intensa, ¿Bella se molestaría si irrumpía su sueño en la madrugada?, ¿llegaría a intentarlo alguna vez?, lo dudo, ya que Jacob continuaba muy pendiente de ella y yo no era de cometer locuras.

 

-se abriooooooo…-escuché el grito de Ángela desde la habitación de Bella, por lo que cerré despacio luego de inundar mis fosas nasales con su aroma e hice que salía del baño.

 

Lo que encontré cuando aparecí en la cocina, no era de amigos, Ángela y Jacob estaban hipnotizados mirándose a los ojos, como si estuvieran en trance, al parecer la alegría de abrir la carta hizo que se abrazaran pero fue más que un abrazo o eso parecía.

 

-¿la leemos?.-pregunté, no para separarlos porque en realidad me convenía que ellos terminaran juntos sino porque necesitaba saber que había pedido Bella en su carta, si Jacob no quería cumplirle el deseo, yo se lo cumpliría sea cual sea.

 

Se separaron mirándose un tanto incómodos.-sostén, pero no la leas.-me dijo Ángela y tendió la carta, que tomé en mis manos con impaciencia.-busca la foto en tu celular, primero dejaremos el sobre como estaba.-habló con Jacob y este procedió a buscar la foto.

 

Ángela puso un papel en blanco en el lugar de la carta de Bella, cerró el sobre con tranquilidad y luego lo dejó según la foto que había sacado con el celular de Jacob, todo exactamente igual, no perdía detalle.

 

-dame eso.-cuando estaba pronunciando las palabras sacó la carta sin dejarme reaccionar, quería leerla primero, pero ella era más curiosa que nosotros juntos y era la que ordenaba lo que haríamos.

 

Estábamos en la sala por lo que todos nos sentamos en los sillones, mientras Ángela leía en voz alta para que nos enteráramos que había pedido Bella en su primera carta a Santa.

 

Aclaró su garganta y comenzó.- “Querido Santa… En mis 21 años nunca te pedí ningún milagro o regalo para la navidad, pero en vista que te conocí recién hace un año, tengo una propuesta para ti”.

 

-¿porque no conocía a Santa? o ¿porque nunca festejó la navidad?.-no pude contenerme y pregunté, llevándome una mala mirada de Jacob por interrumpir.

 

-sus padres no creían en nada y Bella lo dejó pasar hasta que me conoció.-dijo Ángela sonriendo por ser la culpable de que Bella festejara la navidad y hoy estuviéramos leyendo su primer carta a Santa.

 

-continúa.-dijo Jacob serio.

 

-“Propuesta para navidad: Por todos estos 21 años de deseos acumulados, te pido a…” mi Dios, nunca lo había imaginado, como puede ser posible que no me diera cuenta.-dijo Ángela muy desorientada.

 

-no entiendo, ¿que pidió Bella?.-dijo Jacob, levantándose y tomando la carta él porque Ángela estaba sorprendida y con esto paralizada.

 

-querido santa… bla, bla, bla, propuesta para navidad: mi Dios, con razón tanta negativa.-ahora el que tenía la curiosidad al límite era yo, no entendía absolutamente nada, ¿que sucedía?, ¿que se supone que pidió Bella que todos reaccionan de la misma manera?.

 

-¿pidió algo que no se puede comprar?.-pregunté a ambos, los dos me miraron extraño.

 

-bueno… es que…-habló Ángela o mejor dicho balbuceó, porque no era nada coherente lo que decía.

 

-jaja tienes razón no se puede comprar.-dijo Jacob mientras continuaba leyendo lo que Bella escribió.

 

-¿te gusta Bella como mujer?.-me preguntó Ángela.

 

-¿como?.-apenas balbuceé, mirando a Jacob para ver su reacción, no quería que se molestara conmigo por la pregunta de Ángela y tampoco quería que se enterara de que ella me traía loco desde tiempo atrás.

 

-Edward, es bonita, atractiva, joven, hermosa, inteligente, cualquier hombre podría enamorarse de ella.-habló Jacob y el paralizado fui yo, no entendía como hablaba así de la mujer que lo llevaba a cometer locuras como espiar una carta a Santa y supuestamente estaba loco por ella, ¿porque el cambio?.

 

Contestó Ángela.-lo se, pero no entiendo como no me di cuenta, tantas cosas habrían sido distintas.-miraba a ambos sin perderlos de vista y no entendiendo absolutamente nada.

 

-¿como que cosa?.-preguntó Jacob mirándola de forma seductora, ¿en que planeta me encontraba?.

 

Suspiró de forma teatral y aclaró.-para empezar te hubiera invitado a cenar…, después de haberte probado.

 

-suena a una invitación interesante a la cual no puedo ni quiero negarme.-tiró la carta sobre el sillón la cual resbaló y terminó sobre el piso ante mis atentos ojos.

 

Como si se encontraran en transe ambos se acercaron y besaron sin tapujos, estaba en una situación incómoda, tuve que aclarar mi garganta para que se acordaran que no estaban solos.

 

Ángela se apartó de mi primo y tomándolo de la mano dijo.-conoces la salida y no te olvides de la carta.-una manera sutil de echarme.

 

Antes de perderse en la puerta de la habitación de Ángela, Jacob me suplicó.-por favor cúmplele el deseo, ambos se lo merecen.

 

El clic de la puerta al cerrarse fue lo que me despertó, necesitaba irme de allí lo antes posible, ya que había cosas que no deseaba escuchar.

 

Tomé la carta y casi corrí al ascensor, presioné el botón y esperé a que llegara al piso, temblé cuando se abrió, por más que Ángela dijo que vendría tarde no quería que me encontrara con su carta en la mano.

 

Al estar seguro en el piso siete fue extraño, me encontraba… extraño, acababa de presenciar como las súplicas de que se terminara el enamoramiento de Jacob con Bella se cumplían ante mis ojos, ¿que debía hacer?, ¿que se supone que estaba sucediendo?.

 

Tanteé la puerta de mi departamento y comprendí que no solo estaba cerrada sino que Jacob tenía la llave, no tuve otra que sentarme recostado a ella para esperar mucho rato.

 

Tantas cosas habían pasado, pensaba que podía despertar en cualquier momento y que todo había sido un sueño, pasé la mano izquierda en el cabello y me di cuenta que tenía la carta apretada en la mano derecha desde que salí del departamento de Bella.

 

Tenía que terminar con tanta intriga, abrí la carta y comencé a leer.

 

“Querido Santa… En mis 21 años nunca te pedí ningún milagro o regalo para la navidad, pero en vista que te conocí recién hace un año, tengo una propuesta para ti.

Propuesta para navidad: Por todos estos 21 años de deseos acumulados, te pido a…Edward Cullen”.-¿que.?-miré a mi alrededor pero estaba solo y no se trataba de una broma, por las dudas volví a leer tres veces más mi nombre en el papel. “Edward Cullen, Edward Cullen, Edward Cullen, jaja sip… mi vecino del séptimo piso, en boxers rojos con elástico blanco y que diga “Feliz Navidad Bella” en todo el contorno, me gusta que me digan Bella, con un gorro con pompón, me encantan, de se posible en mi cama y con ese perfume de Dior que promociona Robert Pattinson aahh, no te preocupes por lo que haré con él cuando lo tenga por toda la navidad, seguro se me ocurrirá algo, gracias y prometo no abrir mi regalo hasta que den las 12hs.

¡¡¡¡¡Feliz navidad Santa!!!!!. <3

Isabella Swan (aclaro por el regalo que estoy pidiendo, que soy mayor de edad).”

 

Cuando terminé de leer la última palabra reí como idiota, no podía creerlo, todo este tiempo pasando mal, tratando de mantenerla apartada por Jacob y ella me quería a mi.

 

Creo que la leí unas cien veces antes de que sonara el ascensor debelando a un Jacob desaliñado, arreglando su ropa y con una sonrisa completa como hacía tiempo que no lo veía.

 

-hola… creo que.-suspiró.-estoy enamorado.

 

-jajaja enserio.

 

-¿que piensas hacer?.-señaló la carta en mis manos.-y ¿porque estás esperándome?, ya cumplí la mayoría de edad.-aclaró divertido.

 

-aún no lo se.-me levanté sonriendo.-y tienes mis llaves.-encogí los hombros.

 

-jaja perdón, sobre Bella date una oportunidad, yo por intentar conseguir lo imposible no miré lo que tenía frente a mí.-rebuscó las llaves en sus bolsillos y las tendió, antes de tomarlas debía decirle la verdad.

 

-Jacob estoy enamorado de ella desde que la conocí.-solté todo el aire de mis pulmones y sentí alivio, relativamente estaba bien, esperando que me golpeara como mínimo.

 

Se tomó unos segundos mientras tomaba las llaves en mis manos y aclaró.-perdón.

 

-te confieso que estoy enamorado de Bella, la mujer que te tenía totalmente loco y solo dices “perdón”.

 

-sé que fue por mi culpa que te alejaste, adelante.-palmeó mi hombro dándome ánimos.-no haces nada sin pensar, tómate un día y haz lo correcto, se feliz, yo lo soy.

 

Dio la vuelta y se fue tarareando una canción alegre que no identifiqué, entré al departamento para releer la carta cogiendo ánimos para cometer una locura, colarme por la ventana el día de navidad, con perfume y gorrito de pompón.

 

Sonó mi celular y comprendí que ni siquiera me había quitado el abrigo, el portafolio estaba sobre uno de los sillones y la luz permanecía apagada.

 

-hola.

 

-Edward soy yo.

 

-¿Jacob?.

 

-quién más, te llamo para avisar que Bella se queda y pasa la navidad en el departamento.

 

-¿no pasaría aquí?.-pronto comprendí que podría querer pasar con su familia y como se suponía que le cumpliría el deseo.

 

-eso no importa, te estoy diciendo que pasará en su departamento sola y trabaja hasta las 10 de la noche.

 

-claro.

 

-¿escuchaste?, ¿te encuentras bien?, ¿quieres que pase?.

 

-no, no, estoy bien, gracias.

 

Cené y me acosté soñando con ella como era de esperarse, al día siguiente no la encontré, ni la cruce en ningún momento, creo que fue lo mejor, necesitaba poner en orden mi cabeza.

 

Llegué a casa con todas las compras para el día de mañana, dio solo el tiempo de dejarlas sobre la mesada porque el celular comenzó a sonar de forma insistente.

 

-hola.-contesté sin mirar quién se trataba.

 

-aaaaaaaaaaaaahhhhhh…-aparté el aparato de mi oído.-hola.

 

-Alice, por Dios Santo estás loca o solo quieres dejarme sordo.

 

-me acabo de enterar, ¿donde se supone que estás?.

 

-llegando a casa con las compras para mañana.

 

-¿ya tienes todo?.

 

-creo que si, falta la bebida que la trae Jacob y el postre que te corresponde.

 

-estoy hablando sobre Bella, no te preocupes por nada que te cubro con María.

 

¿Que tenía que ver mi sobrina en esto y para que se suponía que debía cubrirme?, ¿Bella?.-espera ¿como te enteraste?, ¿quién te contó?.

 

-Jacob y debo decir que lo encontré feliz, no creo que se trate de que Bella te quiere a ti y no a él, ¿que sabes?.

 

-es por Ángela su compañera de piso, terminaron juntos ayer después de leer la carta.

 

-wow, todo salió redondito jaja, noto que necesitas ayuda o no harás nada, mañana te quiero en el supermercado cerca de tu casa a primera hora y lleva la carta necesitamos hacer compras de último momento.

 

-si.-cortó la comunicación sin dar tiempo a nada más.

 

Acomodé todo y revisé si tenía el departamento presentable, ya que mañana estaría fuera por un rato largo conociendo a Alice.

 

El árbol de navidad estaba pronto, dejando todas las figuras del pesebre para colocar en familia, ya que a María le encantaba armarlo y que le contáramos historias sobre el nacimiento.

 

En algún momento de la noche me acosté y dormí tan plácidamente que desperté desconcertado cuando sonó el despertador, tuve que apresurarme a ducharme y salir más que corriendo.

 

El día se ponía interesante, ya que tenía la ventaja de conocer el desenlace a la media noche, el ascensor se detuvo en el piso dos, abrió lentamente develando su secreto, Bella.

 

-subes, jaja, perdón bajas.-la ventaja no fue de mucha ayuda después de mencionar estas palabras.

 

Asintió lentamente como si estuviera en transe, estaba seguro que no sabía que tenía su carta, pero algo estaba sucediendo entre nosotros dos o era que por primera vez estaba libre de sentir, ya que no existía el impedimento que me impuse desde que la conocí.

 

Inevitablemente la recorrí con la mirada y me di cuenta que seguramente se levantó tarde, porque le sobraba un botón o le faltaba un ojal.-yo… es que…-no hablé más lentamente levanté la mano y la dirigí a la camisa, sin pensar en las consecuencias de mis actos, desprendí el segundo botón generando un sonrojo y suspiro provocador, ya que ni un tímido “que…” hizo que me detuviera, seguí con mi cometido, arreglar su camisa en plena ascensor.

 

Desprendí el tercer botón y comprendí que no era el momento para dejar volar mi imaginación, había esperado tanto tiempo y no quería que al apresurarme todo lo que pensaba hacer en la noche no tuviera el efecto deseado por ella, debía contenerme aunque fuera casi imposible.-creo que debes hacerlo tu.-mordí mi labio inferior para intentar controlarme y porque detecté que no llevaba nada debajo de su camisa, seguro quería matarme antes de la noche, seguía mirando sin comprender así que le aclaré.-te sobra un ojal o te falta un botón.-sonreí intentando ser divertido aunque en esos momentos solo me encontraba altamente nervioso.

 

-huy…-dijo llevando sus manos a la camisa generando un poco de alivio, si seguía observando su piel no dejaría que fuera a trabajar, seguro que la secuestraría.

 

Cuando se abrió la puerta del hall de entrada, salió apenada pero no si saludar un tímido.-buenos días.

 

Levanté su bolso del piso y le dije.-espera, esto es tuyo.

 

-gracias.-tomó el bolso y antes de que desapareciera de mi vista volví a provocarla, por alguna razón lo necesitaba, parecía que quería recuperar el tiempo perdido en unos minutos.

 

-¿no te vestirás en la calle?, puedes provocar accidentes de tránsito.

 

-¿accidentes?.-preguntó prendiendo su abrigo sin arreglar los botones de la camisa, pasó una bufanda por el cuello varias veces.

 

-por mirarte cuando te vistas, yo lo haría, buenos días.-salí antes de que me arrepintiera, no era de hacer locuras, pero en este momento juro que lo haría.

 

A pesar de que el súper donde vería a Alice quedaba a unas 15 cuadras decidí que iría en auto, llegué en unos 5 minutos, estacioné con tranquilidad e ingresé al lugar.

 

Pasado unos minutos donde intentaba localizar a Alice, llamó diciendo que estaba por estacionar y preguntó donde estaba para encontrarnos, levanté la vista para decirle el lugar correcto y divisé a Bella vestida para matar con un vestido cortito color rojo que me dejó sin aliento.

 

-en el pasillo de budines.-corté la comunicación y antes de que notara mi presencia, vi como el encargado se dirigía a ella.

 

Esperé para que no la molestaran porque me encontraba allí, quería saludarla, pero el idiota del encargado estaba intimidándola, le hablaba en el oído generando una bronca incontenible por la impotencia.

 

Cuando metió su mano por debajo de la falda y la tocó, respiré varias veces para hablarle con altura y no rebajarme a la suya, ayudó mucho ver como le daba una cachetada sonora en su mejilla, así era como me gustaba Bella.

 

La tomó de los brazos, muy fuerte sin escapatoria y al notar que Mike, así decía su cartel, estaba ganando terreno con mi mujer, decidí intervenir.

 

-no sabes respetar a la señora Santa.

 

-no te metas.-habló sin dejar de mirarla, tenía tantas ganas de bajarlo de una piña, pero ese hombre no era yo.

 

-lo hago porque es mi novia.-automáticamente la fue soltando, gracias a Dios que funcionó.

 

-¿nunca dijiste que estabas con alguien?.-le cuestionó aún enojado, con el cuerpo tenso.

 

-no sabía que debía hablar de mi vida privada.

 

-fue solo un mal entendido.-me aclaró.-te quedas media hora más.-le dijo a Bella.

 

Cuando el encargado estaba a una distancia prudente me enfrentó.-gracias.-suspiró.-creo que tenía la guardia baja.

 

-¿te disculpas?, Bella no es tu culpa que intente propasarse, aunque vestida así cualquier hombre quiera hacerlo.-otra vez de forma inevitable desde que conocía su secreto, me deleité con su figura, cada detalle de su cuerpo recorrido sin pudor, noté como se sonrojaba elevando mi ego a valores insospechados, realmente cada palabra de su carta a Santa era verdadera, le pertenecían.

 

Como caída del cielo, escuché la voz de Alice, si se hubiera demorado unos segundos más no se que hubiera pasado.-Gordito te buscaba por todo el local.-di la vuelta y le sonreí, notando la incomodidad de Bella.

 

-bebé, disculpa estaba ayudando a una vecina.

 

Me abrazó por la cintura para cuidarme, según ella era su forma de mantener a raya a las mujeres de su hermanito, cuando notó que se trataba de Bella se apartó apresurada.

 

-Bella verdad.-asintió.-soy Alice encantada, aunque nos conocemos del edificio de mi Gordito.

 

-Alice me avergüenzas.-pasé la mano por mis cabellos.

 

-siempre serás mi Gordito.-dijo divertida mientras me encogía de hombros, sabía que al enterarse que no le aclaré a Bella que se trataba de mi hermana me mataría.

 

La saludó con dos besos uno en cada mejilla para después pedir.-tienes budines para celíacos, mi hija no puede comer nada que contenga gluten.

 

-claro.-apenas se alejó para buscar el pedido de Alice, pero se notaba su incomodidad, sabía lo que estaba pensando y lo seguiría haciendo hasta la media noche.

 

-aquí tienen y feliz navidad.

 

-feliz navidad para ti Bella y si tienes tiempo pasa por el piso.-la invitó Alice, solo la observé, realmente no quería que fuera al piso, ¿como se suponía que cumpliría su deseo si no estaba en su casa?.

 

-gracias.

 

Apenas nos alejamos, cuestionó.-¿sabías que trabajaba aquí y porque estaba rara?.

 

-no sabía y el encargado se quiso pasar con ella.

 

-¿que hiciste?.

 

-le dije que era su novio.

 

-¿ya lo son?.

 

-no, Alice le cumpliré el deseo, pero hasta la noche seguiré actuando como siempre.-mentiroso, si desde que la vi en la mañana estoy sin contención.

 

-¿no sabe que soy tu hermana?.-negué.-por Dios Edward, cuando har…

 

-shh.-la frené con un gesto de mano y tendiendo la carta de Bella, automáticamente se le formó una sonrisa hermosa en la cara, la leyó a velocidad de vampiro, levantó la vista recorriendo el lugar apresurada y dijo.

 

-por ahí.-nos dirigimos a un pasillo que decía lencería.

 

-Alice es de mujer.

 

-siempre hay un lugarcito para los hombres.

 

Dicho y hecho, había un pequeño lugar dedicado a los hombres, pero en ningún lado un boxer rojo con elástico blanco, ni hablar de la leyenda que pidió Bella, que no daría el tiempo de mandar a escribirla.

 

-¿ahora que hago?.-le dije casi completamente entregado.

 

-acá hay uno.-dijo feliz.

 

-eso no me sirve.-lo observé y era de niño, ni en la punta del pie.

 

-claro que si.-lo presentaba a la altura de mis partes íntimas y por más que lo estirara no había forma de que se ajustara a mi cuerpo, o mejor dicho no había forma de estirarlo.

 

-no.

 

-pruébatelo.-señaló un probador, comencé a reír a carcajadas contagiosas.-esta bien, llevamos este verde.

 

Intenté tranquilizar mi risa y asentí para seguir con las compras, me llevó a mirar cosméticos.

 

-¿necesitas comprarte algo?.-le pregunté.

 

-yo no, tu.

 

-¿que?.-lo que me faltaba maquillarme.

 

-tonto.-me golpeó la cabeza saltando un poco para lograrlo ya que era muy bajita.-la leyenda la escribiremos con labial rojo.

 

-buena idea.

 

-que harías sin mí.

 

-entraría por la ventana e improvisaría.

 

-jaja.-fue una risa fingida.-hablando de ello, Seth se va esta tarde por unos días.

 

-¿Qué?.-no podía creer que no pensé en ello.

 

-jaja, te dije, que harías sin mí.-sacó unas llaves de su bolso y las tendió.

 

-¿son de la casa de Seth?.

 

-exactamente.

 

-te quiero mucho bebé.

 

-no te pases gordito.-le di un abrazo y beso en su frente.

 

No volvimos a pasar por el lugar donde estaba Bella, compramos el perfume de Dior y algunas cosas extras para la cena en la noche, sin olvidar un gorrito rojo con pompón que se le prendían lucecitas.

 

Volví a casa solo, Alice iría por la suya y traería a mi sobrina en la tarde para pasar todos juntos, por lo menos buena parte de la noche antes de tener que colarme por una ventana en pleno invierno.

 

Dejé todo sobre la cama, era tan extraño lo que estaba haciendo, llegué a preguntarme mirando el espejo si lo haría realmente y la conclusión fue que si, ya que estaba enamorado de Bella sin remedio y ahora tenía el camino libre por completo, saqué un abrigo y lo dejé a un lado de los boxer verdes, el perfume de Dior, el lápiz labial rojo, la llaves del departamento de Seth y el gorrito de pompón, esperando que mi sobrina no lo viera porque no tendría idea de que decirle sobre el labial.

 

Por primera vez en mucho tiempo Alice tocó el timbre antes de ingresar al departamento, creo que quería darme espacio, aunque fuera mi casa me sobreprotegía demasiado, ahora que sabía que estaba enamorado y correspondido me apoyaba en las decisiones que tomaba.

 

-tioooooooooo.-gritó María.

 

-sobriiiiiiina.-dije con la misma efusividad, se colgó de mi cuello e hizo que la diera vueltas por la sala sin dejar de sonreír.

 

-¿armaste el pesebre?.-habló haciendo un puchero muy parecido a los míos, era de familia.

 

-mira.-le señalé las cajas para que notara la esperé.

 

-siiiiii.

 

-tranquila hija tenemos tiempo.-le dijo Alice porque estaba muy hiperactiva, mientras me saludaba con un beso.

 

-hola familia.-dijo Jacob apareciendo en la puerta.

 

-tío ven rápido.-aunque fuera un primo María se había acostumbrado a llamarlo tío.

 

-¿me lo perdí?.-le dijo haciendo un poco de teatro para que sonriera.

 

-nooo, ya estamos todos mami, ¿puedo empezar?.

 

-si claro.-la dejamos comenzar a abrir las cajas y mientras Alice colgaba sus abrigos me preguntó.-¿todo listo?.

 

Suspiré.-creo que sí.

 

-¿como que creo?.-preguntó Jacob.

 

-esta bien, todo listo, aunque un poco ansioso.

 

-va a salir todo bien.-palmeó mi hombro.-Ángela llamó, dejó feliz navidad para todos y suerte para ti.

 

El resto de la noche fue como una película, estaba presente pero a la vez ausente, pensativo, queriendo que pasara rápido para terminar con esta agonía y lento para pasar más tiempo con mi familia.

 

A las 11 en punto María estaba dormida en el sillón, ya habíamos cenado temprano por ella y Alice me mandó a cambiar, lo se muchas de las veces parecía mi madre.

 

Una rápida ducha, perfume lo suficiente para no bañarme en él y llamé a Alice.

 

-hermanita.

 

Ingresó a la habitación y no aguantó la risa.-jajaja, perdón hace tiempo que no te veía en calzoncillos.

 

-pensé que guardabas las fotos de mamá.

 

-cuando nos bañábamos en la piscina.-dijimos los dos a la vez sonriendo y recordando, tenía 5 o 6 años y yo creo que 3 o 4.

 

-están bajo llave, llevo solo una bombacha.-volvimos a reír.-lo que hago por un hermano.

 

-hey por tu hermano, tienes uno solo.

 

-con uno me basta.

 

Escribió la leyenda que pidió Bella, guardé las llaves en un bolsillo del abrigo y en el otro el gorrito de pompón, respiré hondo y salí rumbo a la sala.

 

-no quiero ver.-dijo Jacob sonriendo y tapándose la cara con ambas manos.

 

-no pensaba mostrar.-hablé siguiéndole el juego.

 

Se puso serio.-olvida todo y disfruta, que no importe si es solo una noche.

 

-no pienso salir de su cuarto sin un si como lo que sea, novia, mujer, no quiero solo una noche.

 

-esposa.-dijo Alice.

 

-no quiero ir tan rápido.

 

-claro, claro.-me tomaron el pelo, en definitiva tenían razón, pasaría la noche con ella siendo la primera de ambos juntos.

 

-¿seguro que Ángela dejó abierta su ventana?.-consulté.

 

-seguro.

 

-¿si por esas casualidades está cerrada?.-pregunté.

 

-golpeas, porque no te recibiremos nuevamente hasta la mañana.

 

-me dejarán fuera de mi casa.

 

-sip.-dijeron ambos, entregado decidí aventurarme a lo inesperado.

 

Si fue difícil subir al ascensor casi sin ropa, ni les cuento pasar por el pasillo frente al departamento de Bella sin ser visto, me temblaban las manos para abrir la puerta de Seth, pero al girar el pestillo, fue como otro mundo, los nervios y temblores se esfumaron, si quedaba la ansiedad y el frío cuando abrí el ventanal que daba al balcón.

 

Justo cuando escuché que las campanadas de la iglesia sonaban dando la bienvenida a la navidad fue que salí al balcón, salté la reja que me separaba de Bella y luego procedí a tantear la ventana para saber si estaba abierta, la empujé generando un ruido que seguro escuchó Bella, por lo que me apresuré a cerrar, encender la luz y desvestirme tratando de que no me encontrara en el proceso, pero fue en vano.

 

Llegó más rápido de lo esperado abriendo la puerta de par en par, justo en el momento que sacaba el abrigo y me descalzaba apresurado, nuestras miradas se encontraron, me puse el gorro de Santa y estaba nervioso por no estar como ella pidió en su carta, no sabía si le molestaría las diferencias por lo que pregunté.

 

-espero no te moleste que sean verdes.

 

Se sonrió por mi pregunta pero de todos modos contestó.-son bonitos.-mordió su labio inferior y suspiré por el deseo que generaba.-¿quién es Alice?.

 

-¿Alice?.-pregunté, ya que no pensaba en nadie solo en nosotros.-mi hermana, ¿porque?.-después de esa pregunta recordé que la hice pensar que se trataba de mi novia.

 

-gracias.

 

La escuché dar las gracias y no entendía nada de nada.-¿gracias?.

 

-no es para ti, es para Santa.-me explicó.-ahora otra pregunta.

 

-¿para mí?.-hablé sonriendo.

 

-no para Santa.

 

-¿que le preguntarás?.-quería saber que preguntaría a Santa en estos momentos.

 

Miró la sala donde se podía distinguir el destello de luces al prender y apagar del árbol de navidad, habló en voz alta.-Querido Santa…¿esta noche se repetirá 21 veces?.

 

Recree su pregunta en la mente sonriendo por lo que significaba para mí, ella no esperó una contestación, quedó de frente y lentamente dejó que la bata que cubría su cuerpo se deslizara sobre la piel, bastó dos segundos para descubrir que no traía nada de ropa debajo y el mismo tiempo para que me excitara con solo mirarla.

 

-gracias.-dije.

 

-¿gracias?.

 

-a ti no, a Santa.-fue mi turno de explicarle.

 

-¿Por qué?.

 

-por dejarme vivir este momento.

 

No volvimos a hablar, sonreímos hasta que nuestros labios estuvieron en el primer y tan ansiado contacto, era algo que había estado esperando desde que la conocí y descubrí que estaba prohibida para mí.

 

Sus labios tiernos, sus manos recorriendo mi pecho, me volvieron loco por completo, dejé de pensar en todo lo que nos rodeaba y me dediqué a sentirla, disfrutarla con caricias e intentar demostrarle cuanto la amaba.

 

Nunca pensé que estaría entre sus piernas, que nos fusionáramos de una manera tan perfecta, pero sucedió, dejó que la poseyera de las formas que se me ocurrieron y dejó que la amara por completo.

 

Los miedos a que no fuera de su agrado se esfumaron al sentirla temblar cuando estuvo en la cima del placer, cuando notaba su estremecimiento al recorrer su cuerpo con besos tiernos, la excitación de sus senos al tacto de mis dedos, el movimiento de sus labios al jadear de deseo, todo fue perfecto y fue superado cuando escuché un tímido pero claro.-te amo.

 

-¿desde cuando?.-tuve que preguntar, no se si fue buena idea ya que solo me reprendería por no tenerla antes, por no aclarar lo que sentía con Jacob, pero necesitaba saber.

 

-desde que te encontré con Alice en el ascensor, me di cuenta que no era solo deseo.

 

-también te amo y no recuerdo desde cuando, pero fue casi enseguida de conocerte.

 

-¿porque nunca dijiste nada?.

 

-por mi primo, Jacob estaba loco por ti.

 

-oh.-dijo comprendiendo.

 

-no hablemos de eso.

 

-tienes razón, que te parece si me dices que pediste para navidad.

 

-yo…-tapó mi boca con un tierno y dulce beso.

 

-que no sea tenerme, ya me tuviste y puedes pedir otra cosa.-dijo sonriendo y levemente sonrojada al decir que estuvimos juntos.

 

-en realidad ya se cumplió.

 

-¿que era?.

 

-que no fuera solo una noche.

 

-porque dices que ya se cumplió, si no me dijiste nada hasta ahora de algo más.

 

-tu misma le dijiste a Santa que si se repetiría 21 veces, estoy dispuesto a tenerte 21 noches y estoy seguro que luego de ese tiempo seguiremos juntos.

 

Sonrió mordiéndose el labio inferior y asintió, no se si la pregunta se refería a eso, pero no aclaró el motivo de la misma y dejó que se convirtiera en nuestro comienzo…

 

FIN.

 

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Yapa (extra).

 

23 de diciembre del 2014.

 

-¿que haces amor?.-pregunté al salir de la ducha.

 

-escribo mi carta a Santa.-contestó sin mirarme.

 

-muero por saber que pedirás este año.

 

-si te enteras, no se cumplirá.

 

-el año anterior no sucedió así.-aclaré sonriendo mientras recordaba toda la odisea que hizo Jacob con Ángela para leer su carta y al final era para mí.

 

Dio vuelta su silla y quedó de frente.-no entiendo.

 

-piensas que llegué a tu ventana sin ayuda.

 

-¿leíste mi carta?.

 

-es mi tesoro más preciado.-saqué de la billetera la carta desdoblándola lentamente y leí para ella.-Querido Santa…En mis 21 años nunca te pedí ningún milagro o regalo para la navidad, pero en vista que te conocí recién hace un año, tengo una propuesta para ti.

 

-por favor no leas más, se lo que sigue.-habló ruborizada.

 

-que lástima me encanta esa parte…-besé su cuello e intenté mirar lo que escribía, pero no lo permitió.

 

-no se vale espiar.-dijo reprendiéndome.

 

-no sirvo para eso, pero estoy seguro que Ángela me ayudará.

 

Sacó su lengua generando un deseo que fue contenido por obligación, ya que siguió escribiendo su carta sin prestarme la más mínima atención y eso que llevaba solo una toalla fácil de sacar.

 

-terminé, me voy a trabajar.-dijo cerrando el sobre dirigido a Santa y llevándolo al árbol que se encontraba en la sala.

 

-no te despedirás.-levanté la voz para que escuchara mientras continuaba buscando ropa, porque hoy no trabajaría.

 

Apareció lentamente en la puerta de la habitación.-nunca me iría sin darte un beso.-habló de forma sensual y terminó de acercarse para tirarme sobre la cama, besarme, excitarme y dejarme de ese modo sin remordimientos.

 

-Isabella.-grité molesto.-no te atrevas a dejarme así.

 

-llego tarde a trabajar, prometo compensarte esta noche.-sonriendo tomó el bolso con su ropa de trabajo y se fue.

 

Hasta que escuché como se cerraba la puerta principal pensé que se trataba de una broma y que volvería para hacer el amor hasta cansarnos, pero había olvidado su responsabilidad con el trabajo, decía que no podía mantener la casa solo, que ella tenía que aportar aunque fuera poco, vivíamos juntos desde el año pasado cuando en la madrugada de navidad compartimos más que una cama, aunque ella dice que vivimos juntos pasados los 21 días de prueba, vale aclarar que la prueba la hicimos todas las noches en mi casa.

 

Suspiré y decidí terminar de vestime, cuando estaba relativamente tranquilo llamé a Ángela, en esos momentos estaba viviendo por tercera vez con Jacob, se querían mucho ambos, pero Jacob decía que cuando necesitaba tranquilidad, ya que Ángela hablaba mucho, le pedía unos días y como solo ellos se entienden, ella aceptaba.

 

Antes de que apareciera Ángela empujando a Jacob para que entrara por mi puerta, dio el tiempo solo de poner un poco de agua en el fuego, ya que no golpearon, según ella porque era algo de urgencia.

 

-¿donde está?, la quiero ya.-habló Ángela.

 

-está en el árbol.-dije señalándola.

 

Sacó su celular y tomó una foto de la carta, sonriendo ya que Jacob le había regalado uno del cual no dejaba de presumir.-la tengo.

 

-manos a la obra.-dijo Jacob.

 

-¿tenes agua hirviendo?.

 

-para que es el agua.-dijo Alice ingresando en el departamento, menos mal que no venía María con ella.

 

-la carta de Bella.-dijo Ángela sin dar tiempo a nadie de mencionar palabra.

 

-huy que bueno, ustedes esperen en la sala, dejen el trabajo para las que saben.-nos echó y como dos buenos niños nos fuimos a esperar.

 

-hola Edward.

 

-hola Jacob.

 

-¿todo bien?.-dijo empezando a reír, ya que la situación causaba gracia, en definitiva parecíamos dos tontos dejando que las mujeres nos manejaran, asentí.

 

Pasado unos minutos se escuchó claramente cuando se abrió la carta.-¿vamos?.-le dije a Jacob en un amague de levantarme.

 

-te aconsejo esperar.-volví a asentir y permanecer sentado.

 

Aparecieron ambas con la carta y el sobre en la mano.-¿me lo dan?.

 

-que esperanza, lo leeremos todos.-dijo Ángela, el próximo año la abriré solo pensé.

 

Le dio a Alice la carta, puso en el sobre un papel vacío y luego de cerrarlo de forma correcta buscó la foto para dejarlo sin levantar sospechas, como si Bella no supiera pensé sonriendo.

 

Ángela le sacó la carta de las manos a Alice y ella puso un tierno puchero por ese gesto, la conocía y estaba molesta.

 

Aclaró su garganta y comenzó a leer.-“Querido Santa…Es la segunda vez que pido algo para navidad, se y soy muy consciente, que mi anterior regalo fue y es insuperable, pero creo que todos somos iguales y siempre queremos un poquito más. Aquí va mi deseo para este año, quiero un…”-dejó de leer en voz alta y continuó paseando sus ojos por todo el papel con cara de asombro, otra vez me sentí como el año anterior.-jajajajaja…

 

-dame eso.-dijo mi hermana.-querido Santa, bla, bla… mmm…, mmm… ooohhh, jaja, que linda.-dijo encogiéndose de hombros y sonriendo mientras me miraba pero yo no entendía nada.

 

Quise tomar la carta y terminar con esta agonía pero Jacob se me adelantó, ¿que pasaba? otra vez sería el último en enterarme.

 

Alice tomó su celular e hizo una llamada en la cual alcancé a escuchar pedirle ayuda a un amigo.

 

-wow…-dijo Jacob palmeando mi hombro.

 

-dame eso que es para mí.-hablé relativamente molesto.-“Querido Santa…Es la segunda vez que pido algo para navidad, se y soy muy consciente, que mi anterior regalo fue y es insuperable, pero creo que todos somos iguales y siempre queremos un poquito más. Aquí va mi deseo para este año, quiero un compromiso y futuro casamiento con mi vecino del séptimo piso, si, Edward Cullen, él es todo lo que pude imaginar para un compañero de vida y de ser posible que me pida ser su esposa en la noche de navidad, ese detalle tendría un gran significado para mí. Gracias. ¡¡¡¡Feliz navidad Santa!!!!. <3 <3.-sonreí como un tonto, sabía que nos llevábamos bien, pero era reconfortante saber que no me equivoqué al notar que Bella era feliz a mi lado.

 

-saca esa cara de idiota y vamos que consigo un anillo en poco tiempo con un conocido.-dijo Alice tirando de mi brazo.

 

-Edward ¿que te pasa?, no me digas que no quieres comprometerte con mi amiga.-dijo Ángela enojada con sus falsas conclusiones.

 

-más te vale que reacciones, tiene que servir que te dejara el camino libre el año pasado.-dijo Jacob.

 

-tienes que recordarlo, estoy consiente que te gustaba mi amiga.-habló molesta Ángela.

 

-te quiero a ti amor, es para que se levantara.-la abrazó y le dio un besito muy tierno para compensar su error.

 

-y yo a ti.

 

-bueno terminen con estas escenas que necesitamos ayudar a mi hermano.

 

-yo tiro del brazo derecho, ustedes del izquierdo.-dijo Jacob.

 

-tranquilos, tranquilos, no necesito ayuda.

 

-explícate, no entiendo.-dijo Alice molesta.-tienes un amigo joyero.

 

-no.-sonreí, me levanté y fui a un cajoncito que tenía en un mueble de la sala, saqué la cajita de terciopelo y la mostré sin abrir.-hombre prevenido vale por dos.

 

-donde no muestres el anillo te mato.-dijo Ángela.

 

Lo guardé en el bolsillo.-lo verás cuando le pida matrimonio a Bella.

 

-lo odio.-dijo hablándole a Jacob.-para colmo cuando pide ayuda todos venimos corriendo.

 

-el año que viene, que se arregle solo.-dijo Alice.

 

-está bien, gracias por su ayuda.-dije tranquilamente de forma sincera, agradecía su ayuda, pero quería que Bella viera el anillo primero.

 

-nos vamos mi hermano tiene todo bajo control.-habló mientras dirigía a Jacob y Ángela a la puerta, antes de llegar se dio la vuelta para preguntar.-¿leíste la post data?.

 

No hizo falta hablar, volví a tener la carta de Santa ante los ojos, busque como loco el final para poder leer para mí.-“PD. Ve preparando mi siguiente deseo, estoy más que segura que el año siguiente se me ocurrirá agrandar la familia… Isabella Swan, posible Cullen, desbordante de espíritu navideño.”-lentamente levanté la vista para observar como era observado por 3 pares de ojos expectantes, subió el color a mis mejillas cuando comprendí el motivo por el cual no ayudarían el año entrante.-ups.

 

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¿que les pareció? espero sus comentarios si es que los merezco.

saluditos.

Erika.

 

Capítulo 1: Querido Santa..

 


 


 
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