Cerré los ojos, hacia unos momento que había dejado de llover, y ahora el sol se podría ver por las cortinas, al abrir de nuevo mis ojos di unos pasos hacia atrás y corrí las cortinas. Los rayos del sol entraron y al estar en contacto con mi rostro en esta comenzó a verse destellos. Me pare en el centro de la ventana y voltee a mirar a mi familia. Kathelinne tenia la boca abierta con los ojos muy abiertos, mi padre se tallaba los ojos y mi madre se había echado para atrás con ambas manos en su pecho. Me quite la chamarra en color caqui que traía y la arroje a un silla cercana, mis brazos también brillaban al igual que mi rostro.

- está es la nueva yo - dije cruzando mis brazos.

- ¿co-coo como hici-hiciste eso? - tartamudeo mi hermana gemela señalándome, mirándome de abajo hacia arriba.

- ya les dije, soy un vampiro. Y técnicamente … estoy muerta.

- yo ya no entiendo nada - Kathelinne se sentó en una silla cerca de a la pared tomándose la cabeza y mirando al suelo.

- si eso es verdad, - decía mi madre mirándome.- si tu ya no eres mi Catherynne entonces …

- aun soy yo madre - me hacer hasta donde ella se encontraba, tome sus manos y la mire directamente a los ojos.- … solo que … diferente.

Nuevamente comenzaron a salir lagrimas de los ojos de mi madre, “No llores” pensaba, pero no podía hacer nada para consolarla. Después hubo un silencio el cual se me hizo eterno, Kathelinne se levanto de la silla y se sentó en el sofá aun lado de donde yo me encontraba. Ahora mi madre tocaba mi rostro y peinaba con sus dedos mi cabello, acerco su rostro hasta el mió y me dio un calido beso en una de mis mejillas. El silencio ya era demasiado largo, me puse de pie y mirando a cada uno volví hablar.

- voy a demostrarles que no les miento - corrí hasta las escaleras y me dirigí hasta la habitación de Sky, él se encontraba en el baño tarareando una canción la cual no distinguí, tome un reloj que estaba sobre un mueble cerca de la puerta del baño y salí de la habitación. Al llegar a las escales oí que Kathelinne preguntaba por mi … “¿A dónde ha ido?” … las baje y llegue nuevamente a la sala. Al verme Kathelinne se asusto y cayo detrás del sofá. Les mostré el reloj y les sonreí. Todos tenían una cara de confusión. ¿Acaso pensarían que aquello que estaban viviendo era un sueño?

- ¿Cómo hiciste eso? - me cuestionó Kathelinne, no se si estaba moletas porque yo me había aparecido así de repente o por que había caído.

- ¿Qué parte de … Soy un vampiro aun no entiendes? - les pregunte, ninguno se atrevió a darme una respuesta, en ese momento comencé a oír la voz de mi hermano mayor maldiciendo

“¿donde deje ese estupido reloj?” estaba bajando las escaleras al llegar a la planta baja lo dijo aun más fuerte “¡Donde esta!” gritaba

- Sky hijo, puedes venir por favor - le decía mi madre.

- en un momento, solo encuentro mi estupido reloj - contestaba la voz de Sky.

- ven hijo, yo se quien tiene tu reloj.

- ¿Qué? - Sky comenzó acercarse a la sala. Cuando al fin llego yo gire para verlo, seguí igual que antes, su cabello había crecido un poco pero seguía del mismo tono rubio que a mi tanto me gustaba y sus ojos seguían pareciendo como si tuvieran vida propia. Bajo su vista a mi mano y puso sus ojos en blanco.

- tu pequeño demonio … - decía Sky apuntándome con un dedo.- porque entraste a mi habitación y tomaste mi reloj, y … ¿Por qué estas mojada? Mamá ya viste que esta mojando la alfombra.

- toma - le dije a mi hermano tirándole el reloj a las manos.

- ¿tienes una idea de cuanto costo este reloj? - decía Sky muy indignado.

- mucho imagino - Sky levanto su rostro y me vio con cara de “¿de que hablas?

- Kathelinne estas más loca de lo habitual.

- lo se hermanito - decía Kathelinne.

Sky abrió sus ojos y movió su cabeza un poco para poder ver a mi hermana gemela. Me moví para que pudiera vernos a ambas. Luego volvió a mirarme por unos instantes.

- ¿Catherynne? - pregunto al final.

- Si -  Se acerco a mi y al igual que mi madre comenzó a llorar, aunque no tan ruidosamente como ella lo había hecho.

Con ambos brazos rodee su cuerpo. Había crecido más durante aquel tiempo apenas y le llegaba a los hombros.

- me da tanto gusto volver a verte Sky - le dije susurre al oído.

- no puedo creer que estés …

- ¿viva? - le dije alejándome de él.

- Si, la policía dijo que tu estabas muerta - aun se veían unas lagrimas en el rostro de Sky.

- pues no están tan equivocados - le dije con sarcasmo.

- ¿Cómo …?

Kathelinne la había explicado toda la historia a Sky mientras yo toma la mano de mis padres. Al terminar el relato Kathelinne, Sky puso la misma cara que ellos habían puesto antes, respondí sus dudas y le mostré como brillaba mi piel al estar en contacto con el sol. Todos nos quedamos platicando largo tiempo en la sala hasta que Kathelinne dijo que tenia hambre, mi madre se levanto y fue a la cocina hacerle algo de comer.

- ¡¿Cómo que no puedes comer?! - me había gritaba Kathelinne cuando esta me invito un pan.

- no me aliento de comida humana ahora.

- ¿entonces de que? - preguntaba comiendo pan.

- Sangre!

- ¿sangre? … sangre humana? - Kathelinne camino hacia atrás y se puso detrás de nuestra madre.

- antes si, ahora es animal - le dije para que se tranquilizara, pero eso no ayudo mucho.

- ¿tu has matado a personas?

Les conté todo lo que había vivido desde mi llegada con los Volturis, Kathelinne me había hecho prometerle que la próxima vez que fuéramos a Italia le presentaría Demetri. Lo único que no les conté fue de Alec, y no porque no quisiera que supieran de nuestra relación, si no porque me había afectado mucho la despedida que el me había dado. Aun seguía molesta con él, pero eso no me había hecho olvidar que me gustaba. Todos desayunaron en la cocina aquel día. Al tiempo volví a subir a la que era mi habitación. No había cambiado mucho, seguía igual a la última vez que la deje las paredes eran blancas, las cortinas estaban recién lavadas, en mi cama estaba el oso de peluche que mi madre me había regalado cuando cumplí 15 años, lo demás era lo mismo. Deje mi maleta en el mueble que había cerca del tocador, me comencé a quitar la ropa, abrí el closet, mi ropa seguía allí. Tome unos jeans y una playera blanca que había a la mano.

Me di un pequeño baño, lo único que podía pensar era … “estoy en casa, por fin en casa”, recargue mi cabeza sobre la pared, deje que el agua cayera sobre mi cuerpo. El azulejo era blanco y me recordaba mucho al que había en Volterra. No podía creer que después de todo lo que yo sabia de los Volturis los extrañara. Después de un largo tiempo salí del baño, seque mi cabello con la toalla y me puse la ropa que había sacado. Me asome por la ventana y en ese momento tocaron la puerta …

- Catherynne, ¿puedo entrar? - decía la voz de Kathelinne del otro lado de la puerta.

- entra - Kathelinne asomo poco a poco su cabeza y al verme sonrió. Entro y me abrazo igual a como lo había hecho al verme por primera vez.

- temía que esto fuera imaginación mía - me dijo al oído. Se alejo de mi y abrió un cajo del tocador, saco un cepillo y con el comenzó a desenredar mi cabello.

- gracias - le dije cuando hubo terminado.

- no tienes idea de cuanto te extrañe hermana - la voz de Kathelinne era igual de dulce que siempre.

- y yo a ustedes.

Aquella fue la primera noche que pase en Londres después de casi un año. En el cielo había ciento y cientos de estrellas, la luna lucia resplandeciente. Kathelinne me había pedido quedarse esa noche, su rostro se iluminaba aun más cuando el brillo de la luna tocaba su suave y tersa piel.