SIEMPRE TUYA (+18)

Autor: Isabella_256
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2015
Fecha Actualización: 05/03/2017
Finalizado: NO
Votos: 8
Comentarios: 80
Visitas: 33886
Capítulos: 12

Las reglas eran simples sin apellidos, sin direcciones ni datos personales, cuando el mes finalizara también lo haría su relación, pues el destino de Isabella estaba sellado y pronto su vida se convertiría en un infierno.

Ella no contaba con que su corazón cayera presa de Edward pero sin importar sus fuertes sentimientos debe dejarlo atrás y aunque gracias a ese amor logra encontrar las fuerzas para luchar por desgracia no puede encontrar a Edward.

¿Qué sucederá cuando 5 años después se reencuentren y Edward sepa que él y Bella son padres?

 

Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia  es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación, por favor no publicarlo en esta página o culaquier otra sin mi autorización.

 

Tambien las invito a pasar por mis otras historias

 

CORAZON IMPREDECIBLE (+18) (Finalizada)

 

AMOR POR CONTRATO (+18) (Finalizada)

 

 


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Capítulo 7: Celos

Hola chicas por aquí estoy de nuevo esperando que hayan pasado unas fiestas maravillosas y deseándoles un FELIZ AÑO 2016 (aunque tardío) espero que este lleno de bendiciones y suerte en todo lo que emprendan. Les había prometido no tardar mucho en actualizar pero el mes pasado fue demasiado caótico así que les ruego me disculpen, como les dije en mi aviso hoy es mi cumpleaños y esperaba de esta manera celebrarlo con mi queridas lectoras (espero mis regalos es decir votitos y muchos comentarios jajaja). Muchas gracias por sus comentarios de apoyo ALEXANDRAGREYCULLEN, EMI20, JUD!*, DANIELAC, MAILOQUIZ, SUSA13 y a mi adorado esposo HANSVULTURY_85 por su apoyo en casa. No las canso más y aquí les dejo el capi DISFRUTENLO...

 

 

– Cariño por favor ve por tu mochila o llegaremos tarde – dije guardando todo lo que necesitaba en mi portafolios.

– Si mami – dijo mi pequeña y salió corriendo hacia su habitación.

Estaba lista para empezar con el día de trabajo tan agitado que me esperaba hoy aunque sin ganas de hacerlo porque lo único que quería era que los días transcurrieran rápidamente para que el lunes llegara y ver a Edward.

Cuando pensaba en todas las cosa que teníamos que hablar el pánico hacía aparición, pero cuando pensaba en él y en lo que había pasado entre nosotros la tarde anterior solo deseaba verlo y me arrepentía de haber aceptado la invitación de Rose de pasar el fin de semana en casa de sus suegros.

– Ya estoy lista mami – dijo mi pequeña.

– De acuerdo cielo será mejor que ya nos vayamos.

– Mami tienes que decirle a la mamá de Nikky que si tengo permiso de ir con ellas después de clases – dijo mi pequeña desde el asiento trasero cuando estaba estacionando el auto frente a su escuela.

– De acuerdo mi cielo lo haré no lo he olvidado, mira allá están Nikky y su mamá – dije señalándolas y después de ayudarla a bajar del auto salió disparada al encuentro con su mejor amiga.

– Hola Rose – dije saludándola con un beso en la mejilla.

– Hola Nikky.

– Hola señora Swan – dijo antes de que ella y mi hija se fueran a saludar a las compañeritas que iban llegando, el timbre sonó y nos apresurámos a despedirnos de nuestras hijas.

– Bella hoy te ves radiante – comentó Rose.

– ¿En serio? – pregunté sonriendo.

– Si no sé qué te has hecho pero deberías continuar – dijo escrutando mi rostro.

– Lo tomaré en cuenta – murmure sonrojada al pensar en lo que me tenía tan radiante y en lo mucho que me gustaría que eso se repitiera.

– Deberías tomarte la tarde libre y reunirte con nosotras en la casa – me dijo Rose.

– Lo lamento Rose pero si no me ocupo de todo lo que tengo que hacer no podré llegar mañana sino el domingo – dije lamentándome de todo lo que aún tenía que hacer.

– Deberías tomar algo de tiempo libre para ti – dijo de forma reprobatoria.

– Y lo haré Rose pero tendrá que ser después de que terminemos con la nueva colección, aún tengo algunos diseños que terminar y tengo que reunirme con Damon esta tarde para supervisar los materiales que aún faltan, Alice se fue a New York ayer por la tarde a arreglar algunos pendientes y yo debo hacerme cargo de todo aquí, vamos algo atrasadas así que en el taller tuvimos que contratar personal extra y mañana debo pasar por allí un rato a coordinar algunas cosas.

– Ah sí recuerdo que me lo dijiste cuando hablamos por teléfono ¿pero entonces a qué hora llegaran Nessie y tú? – preguntó cruzándose de brazos.

– Ya hablé con mi padre y él llevará a Nessie hasta tu casa y se irán juntos ya que mi hija está muy ilusionada y no quiere perder tiempo, yo iré en la tarde cuando deje todo en orden así podré ayudarte a preparar todo para el domingo.

– No es necesario que vayan hasta nuestra casa, Emmet y yo pasaremos por ellos a tu casa, te agradezco tanto que me ayudes en esto Bella es que hace mucho que no nos reunimos y ahora que mi cuñado está de vuelta y mi hermano llega en un par de horas queremos aprovechar en reunirnos todos como antes y quiero que todo salga bien, ya sabes que adoro a la familia de mi esposo y aparte de ellos, mi hermano es la única familia que me queda – dijo suspirando.

Rosalie y Jasper eran hermanos, sus padres habían muerto en un accidente de tránsito cuando ella cursaba su último año de universidad ambos eran hijos únicos y no tenían familia cercana.

– Me imagino que Nikky está muy feliz, Nessie me ha contado que quiere mucho a su tío Eddie.

– Lo adora ella dice que es su tío favorito, también quiere a mi hermano y él a ella pero Jasper es un poco más serio lo conoces él es muy formal, bueno mi cuñado también lo es pero cuando entra en contacto con su sobrina siempre tiene energías para jugar – añadió sonriendo y así era, había conocido a su hermano el año pasado y era muy agradable y caballerosos pero efectivamente algo serio.

– Nikky está eufórica con la idea de que sus tíos vivirán aquí en Seattle luego de terminar su residencia en New York, ambos son médicos, hicieron su residencia juntos, mi cuñado y tu harían una gran pareja, él es un alma vieja, es bastante serio pero adora a su sobrina, es un títere en las manos de mi hija, será un gran padre algún día y quedó encantado con Nessie.

– Rose no empieces – la amoneste.

– De acuerdo – dijo levantado sus manos en señal de rendición – prometí portarme bien y lo haré solo te comentaba algo sobre su personalidad, aunque no siempre fue así, antes era mucho más alegre y extrovertido, aunque él nunca lo ha reconocido creo que una mujer le rompió el corazón.

– Me puedo imaginar lo feliz que estará tu hija porque Nessie se ha vuelto fan número uno del tío Eddy – dije sonriendo para cambiar el rumbo de la conversación, hablar de corazones rotos no era mi tema favorito en el mundo.

– Si, esta tarde tal vez se nos una para ir por un helado, si logra salir temprano del hospital y no sé si mencioné que es muy guapo, muero por presentarlos.

– Tendrás que esperar hasta el sábado y respecto a la salida de hoy ya le dije a mi pequeña que tenía permiso y te agradezco mucho por llevar a Nessie a tu casa tan seguido, ella adora a Nikky pero no me gustaría abusar.

– No seas tonta Bella para mí es un placer normalmente me la paso sola con Nikky, Emmet solo viene a almorzar con nosotras cuando su agenda se lo permite y luego estamos solas hasta que él llega del trabajo, así que para mí es un placer tenerlas a ambas en mi casa porque nuestras hijas se adoran.

– Gracias Rose – dije dándole un abrazo agradecida de que Dios hubiese puesto en mi camino tantas personas buenas que amaban a mi hija.

Luego de despedirnos cada una subió a su auto y me fui directo a la oficina.

– Buenos días Leah – saludé a mi asistente.

– Buenos días Bella, luces muy bien – dijo mirándome de la misma manera que lo había hecho Rose hace un momento.

– Gracias – dije mientras sonreía pesando que este era el efecto de Edward sobre mí.

Mi día fue un interminable desfile de cosas pendientes y muchas torpezas porque a pesar de estar tan ocupada no podía sacar de mi mente a Edward, sus besos, sus caricias, la forma en que hicimos el amor.

Mi celular sonando me sacó de mi fantasía, cuando mire la pantalla el nombre EDWARD aparecía en ella y mi corazón se saltó un latido para luego retomar una marcha frenética.

– Hola – contesté en un susurro.

– Hola – dijo él imitándome.

– ¿Cómo estás? – pregunté si saber que más decir.

– Impaciente.

– Yo también – contesté.

Esta conversación me estaba resultando algo incomoda, extrañaba al Edward alegre que siempre lograba hacerme reír y sacar mi lado divertido.

– Necesito verte – dijo después de lo que pareció una eternidad.

– ¿Crees que puedas venir a mi hotel? O yo podría ir por ti donde me digas – preguntó titubeando y yo quise gritar que si pero antes consulte mi reloj y maldije internamente.

Eran la 2:50 y a las 4:00 tenía una reunión con Damon para entregarle el presupuesto y revisar todo lo referente al pedido que Alice había aprobado, le dije a Damon que me las arreglaría con su asistente pero el insistió en venir personalmente.

Solo tendría alrededor de 30 minutos despendiendo del tráfico para estar con Edward y aunque deseaba estar con él aunque solo fuesen 5 minutos también estaba aterrada de que el me hiciera alguna pregunta personal, mi mente aún seguía intentado buscar las palabras adecuadas para decirle la verdad, anoche incluso intenté escribir lo que le diría el lunes y me sentí como una estudiante que no sabía cómo empezar su ensayo.

– Conseguí que alguien me cubriera en el trabajo y en verdad quiero verte… ¿Sigues ahí? – preguntó Edward haciéndome reaccionar.

– Si, lo siento es que estaba revisando mi agenda, he tenido un día muy ajetreado, así que solo podría quedarme alrededor de media hora porque tengo una reunión a las 4 que no puedo cancelar.

– Me conformaría con verte aunque solo fuera por 5 minutos – dijo dulcemente y sonreí ya que era lo mismo que yo había pensado, allí estaba un atisbo del Edward tierno y encantador del que me había enamorado.

– Estaré allí más o menos en 20 minutos – dije tomando mi bolso y precipitándome al baño.

– Te estaré esperando – dijo antes de colgar. Acomodé mi cabello, me puse rímel y algo de brillo labial, no solía usar demasiado maquillaje y estaba tan nerviosa, además de que tenía solo unos minutos así que fue todo lo que pude manejar antes de salir de mi oficina.

– Tengo que salir Leah vuelvo a las 4 para la reunión con el señor Salvatore por favor no me llames a menos que sea algo relacionado con mi hija – dije y salí sin darle tiempo a contestar.

*********

– Muy bien Isabella respira – susurré para mí misma cuando estuve de pie en la entrada del hotel sintiendo que mi corazón iba a salirse de mi pecho así que decidí no perder más tiempo y entrar.

– Señorita Swan – dijo alguien a mis espaldas cuando me dirigía a los ascensores así que de mala gana me di la vuelta al reconocer su voz.

– Buenas tardes señor Newton – dije ofreciendo mi mejor sonrisa profesional después de todo era un cliente potencial y estreché la mano que me tendió para saludarme.

– No esperaba verla por aquí pero en definitiva es un placer, ha alegrado mi día – dijo de forma seductora sin dejar ir mi mano, intenté sonreír pero lo único que quería era salir corriendo hacia el ascensor.

– Esta vez si aceptará mi invitación para tomar una copa – afirmó pero entonces lo sentí incluso antes de verlo.

Cuando miré hacia atrás estaba de pie frente al ascensor con su ceño fruncido mirándome intensamente, llevaba jeans y una camisa negra con los primeros botones desabrochados y su cabello alborotado como siempre, lucía tan sexy y si las miradas mataran Mike Newton ya estaría muerto.

– Lo lamento señor Newton pero tengo un compromiso así que si me disculpa – dije soltando mi mano de la suya y miré a Edward que no lucía nada feliz.

– Ah ya veo – dijo Mike al seguir la dirección de mi mirada – ha sido un placer verla.

– Igualmente – murmuré tratando de alejarme lo más rápido de él ya que Edward empezaba a avanzar hacia mí.

Cuando llegue hasta él me tomó entre sus brazos presionándome contra su cuerpo y me besó.

No fue solo un beso a manera de saludo, fue un beso pasional y posesivo que haría sonrojar a cualquiera que nos viera y dejaba muy en claro que yo era suya.

Su boca se adueñó de la mía, su lengua acaricio cada rincón de mi boca y todo nuestro entorno desapareció, solo estábamos él y yo devorándonos en ese beso hasta que nos separamos jadeando en busca de aire y allí estaba aún de pie un asombrado Mike Newton con el ceño fruncido y una oscura expresión.

Era claro que Edward sabía que Mike aún estaba allí y por eso decidió marcar su territorio y quería recriminarle su comportamiento pero en ese momento y luego de ese beso no podía pensar con claridad y lo único que quería era estar a solas con él en su habitación.

Luego de una última mirada envenenada al señor Newton ambos subimos al ascensor con el brazo de Edward alrededor de mi cintura.

Podía ver los músculos de su mandíbula tensos y sus ojos casi ardían pero no dijo ni una sola palabra y yo luego de ese beso aún estaba intentando recordar cómo hablar.

Cuando el ascensor llegó a su destino y caminamos hasta su puerta la abrió dejándome entrar primero y me sentí igual que el día anterior sin valor para buscar su mirada esperando a que él rompiera el silencio, pero no lo hizo.

Se situó frente a mí y su delicioso aroma invadía mis fosas nasales mientras su mirada ardía sobre mí, cuando pensé que al fin diría algo tiró de mi besándome salvajemente hasta dejarme arrinconada entre la pared y su cuerpo mientras su lengua batallaba con la mía y sus manos se enterraban en mi cabello manteniéndome inmovilizada.

Cada centímetro de mi piel ardía, mi cuerpo lo deseaba desesperadamente, mis manos recorrían su espalda sintiendo sus firmes músculos por encima de su camisa pero entonces el rompió nuestro beso sin soltarme.

– ¿Quién era ese idiota? – preguntó con los dientes apretados y la respiración igual de acelerada que la mía.

– Nadie en especial – dije entre jadeos, mi pecho subía y bajaba, luego de esos besos era muy difícil concentrarme.

– Vi cómo te miraba – gruñó.

– Es solo un cliente, trabajo para una línea de ropa y estamos intentando cerrar un trato con esta cadena hotelera, a penas lo conozco – contesté atropelladamente.

– No me gusta cómo te mira, ese hombre quiere llevarte a la cama – dijo con sus ojos ardiendo con furia contenida.

– Edward lo acabo de conocer además él puede desear lo que sea pero yo no estoy interesada.

– No puedo más con esta situación – dijo soltándome abruptamente y de inmediato me sentí vacía.

– Siento que me estoy volviendo loco – dijo alejándose de mi dándome la espalda – hoy incluso en el trabajo he tenido que hacer un gran esfuerzo para concentrarme.

– Ya no puedo seguir así – añadió dándose la vuelta para mirarme. Yo me encontraba inmóvil en el mismo sitio, se acercó a mí nuevamente y tomó mi rostro entre sus manos.

– Estoy tan enojado contigo – dijo con su rostro a pocos centímetros del mío – pero no puedo soportar que desaparezcas de nuevo porque te extraño demasiado.

– También yo y está vez no pienso irme, pienso luchar – susurré y en una fracción de segundo sus labios estuvieron nuevamente sobre los míos y nuestro beso borró cualquier pensamiento coherente.

Mis manos fueron directamente a su camisa desabrochándola en tiempo record y con su ayuda quedó descartada en el piso, sus manos tomaron el borde de mi vestido rojo y rápidamente lo sacó por mi cabeza dejándome en mi conjunto de lencería azul oscuro.

Se apartó unos centímetros de mí y recorrió mi cuerpo admirándome solo con la lencería y los tacones altos de color negro para luego volver a mis labios aun con más pasión.

Caminamos hasta la habitación sin dejar de besarnos hasta que mis piernas tocaron el borde de la cama dejándonos caer sobre ella.

Sus labios se desplazaron de los míos a mi cuello dejando besos a lo largo de mi mandíbula hasta llegar a mi cuello mordiendo suavemente mis hombros para luego llegar a mis senos torturándolos con su boca.

Estuvimos fuera de lo que quedaba de nuestra ropa en pocos segundos y enseguida sacó un preservativo de su mesa de noche y colocándoselo ante mi atenta y deseosa mirada me cubrió con su cuerpo introduciéndose de una sola estocada en mi interior provocando que ambos gimiéramos a la par.

Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras sus envestidas se volvían cada vez más fuertes, empujando una y otra vez en mi interior arrancando gemidos de mi garganta en cada movimiento.

Todo mi cuerpo ardían y su intensa mirada cargada de deseo no se despegaba de mi rostro haciendo que solo deseara más y más de él hasta que ambos llegamos al orgasmo juntos y su boca sobre la mía silenciaba mis gritos de placer.

– Te he extrañado tanto – dijo con la respiración acelerada mientras aún me tenía entre sus brazos.

– Yo también – respondí en el mismo estado que él, pero entonces algo en su mirada cambio y soltándome se levantó y tiró el condón en una papelera.

– Tengo que preguntarte algo y no saber la respuesta me está matando – dijo Edward.

– ¿Hay alguien en tu vida? – preguntó con la mandíbula tensa esperando mi respuesta.

– Por favor se sincera conmigo dime la verdad, porque si hay una posibilidad de estar juntos estoy dispuesto a olvidarlo todo, el dolor que me causaste y tragarme mi orgullo si así puedo tenerte de vuelta en mi vida – añadió sentándose junto a mí.

– ¿Estarías dispuesto a olvidar? – pregunté atónita y el asintió.

– Pero necesito que esta vez seas completamente honesta conmigo, se acabaron los misterios y las mentiras – advirtió.

– Y ahora por favor quieres sacarme de mi miseria y contestar de una vez por todas ¿Hay alguien en tu vida? – dijo al ver que aún me encontraba mirándolo con la boca abierta.

– No – contesté mirándolo a los ojos – jamás ha habido otro hombre en mi vida después de ti.

Y allí estaba de nuevo esa sonrisa tan brillante que tanto había extrañado antes de besarme de nuevo profundamente, explorando cada rincón de mi boca, atrayéndome hacia su cuerpo hasta quedar a horcajadas sobre él sintiendo como su erección crecía debajo de mí al igual que mi deseo por él.

Se inclinó para recoger un preservativo de su mesita de noche y se lo coloco rápidamente, me tomó por las caderas con firmeza mientras yo lo guiaba hacia mi interior gimiendo a la par cuando entro completamente en mí.

– Eres mía – aseguró con los dientes apretados.

– Si, solo tuya – contesté como pude empezando a moverme sobre él en busca de placer.

Sus manos se aferraban a mi cintura presionándome contra él en cada movimiento mientras el calor en mi interior crecía y mis gemidos escapaban uno tras otro de mi garganta sin poder controlarme.

Mis movimientos se volvieron frenéticos y sus varoniles gruñidos solo me hacían sentir más extasiada hasta que mi orgasmo llego y el suyo casi al mismo tiempo.

– No vuelvas a irte – suplicó con su frente pegada a la mía – te necesito.

– También yo y no hay un solo día que no me haya arrepentido de la decisión que tomé pero te prometo que esta vez me quedaré y lucharé – dije tomándolo su rostro entre mis manos para atraerlo a mis labios besándolo suavemente pero de inmediato el profundizó nuestro beso abandonando mis labios para dejar un reguero de besos en mi rostro hasta llegar a mi cuello mordiéndolo suavemente.

– Maldita sea – dije al captar la hora que marcaba el reloj sobre su mesa de noche y me levanté rápidamente.

– ¿Qué ocurre? – preguntó Edward al ver mi reacción.

– Ya es muy tarde, tengo una reunión y no voy a llegar a tiempo – dije recogiendo mi ropa.

– Deberías cancelarla y venir aquí – dijo Edward sonriendo lascivamente.

– Lo lamento pero es una reunión muy importante, mi jefa está de viaje y confía en que me ocupe de esto hoy mismo – dije muy a mi pesar porque quedarme aquí con él era lo que más deseaba pero Alice confiaba en mí para que mantuviera todo bajo control y no podía decepcionarla.

– Lo siento pero me tengo que ir – dije al ver como se acercaba a mí.

Me envolvió entre sus brazos y me besó con la misma pasión que hacía un instante.

– Tengo una reunión – insistí contra sus labios con la respiración completamente errática cuando vi sus intenciones de seguir besándome.

– Esta bien – dijo suspirando – pero nos veremos el lunes aun tienes mucho que explicarme y no lo he olvidado – dijo y allí estaba de nuevo esa mirada de dureza.

– Lo sé – murmuré – aquí estaré y te lo contaré absolutamente todo porque si hay un futuro juntos lo quiero – dije y al oír esas palabras su mirada se suavizó.

Me vestí y arreglé lo más rápido que pude y luego de un largo beso conduje hasta mi oficina.

– ¿Ya llegó? – le pregunte a Leah en cuanto entré.

– El señor Salvatore llego hace 10 minutos, ya lo hice pasar a la sala de juntas y todo lo que necesitas está allí – contestó Leah con una brillante sonrisa.

– Gracias Leah – dije genuinamente agradecida. – ¿Qué? – pregunté al ver su mirada de sospecha ya que yo no solía salir de esta forma ni llegar tarde.

– ¿La pasaste bien? – preguntó levantando las cejas sugestivamente.

– Yo solo… – dije pero ella me interrumpió señalando el escote de mi vestido.

Al ver lo que había captado la atención de mi asistente de seguro me sonroje desde la raíz del cabello hasta el cuello, Edward me había dejado una marca en el borde de mi escote, me acomode el vestido rápidamente ocultándomela y abrí la boca sin saber que decir.

Pero Leah me señalo la sala de juntas con una sonrisa victoriosa en su rostro sacándome de mi apuro.

– Buenas tardes Damon, lamento haberte hecho esperar tanto – dije al entrar en la sala de juntas y el de inmediato se puso de pie y sonriendo beso mi mejilla.

– No te preocupes acabo de llegar – dijo restándole importancia.

– No sé qué te has hecho hoy pero luces aún más radiante de lo normal – comentó Damon mirándome atentamente.

– Absolutamente nada Damon he estado trabajando todo el día – dije y de seguro me sonrojé con las imágenes que desfilaron en mi mente de los momentos apasionados que acababa de pasar con Edward. Sonreí para mis adentros pensando que definitivamente este era el efecto Edward.

A pesar de mis distracciones logre terminar con la junta sin contratiempos y dejar todo listo con Damon, así que al llegar a nuestros autos nos despedimos ya que tenía que pasar a recoger a Nessie.

– ¡Ay no! – me lamente en voz alta.

– ¿Qué ocurre? – preguntó Damon con la puerta de su auto abierta a punto de subir en él.

– Una de las llantas delanteras está pinchada y se me hace tarde para pasar por Nessie – contesté.

– Tranquila princesa yo te llevo – ofreció amablemente y al ver la hora tuve que aceptar.

– Muchas gracias Damon le enviare un mensaje a Leah para que se encargue de mi auto – dije sacando mi celular.

De camino llame a Rose y me dijo que aún estaban en el centro comercial tomando un helado así que nos dirigimos hacia allá.

– Mami – grito mi pequeña corriendo hacia mí y la tome en mis brazos.

– Hola Damon – dijo mi pequeña en cuanto la coloque en el piso.

– Hola mi niña hermosa – respondió él.

– Hola Rose, hola Nikky – dije llegando hasta su mesa.

– Hola – respondieron a la par.

– Hola señora Cullen – saludo Damon.

– Ay por favor Damon ya te he dicho que me llames Rose.

– Porque no se sientan un rato – invitó Rose.

– Lo lamento Rose pero tengo que irme tengo muchas cosas que hacer y es mejor que hoy nos acostemos temprano ya que mañana será un largo día.

– Entiendo, es una lástima que no hayas podido conocer a mi cuñado, acaba de irse.

– Ya lo conoceré mañana – dije restándole importancia.

– Creo que alguien ha jugado demasiado hoy – añadí viendo bostezar a mi pequeña y frotarse los ojos.

– Si debiste verlas en el parque – dijo Rose sonriendo.

– Ven aquí cariño yo te llevaré – ofreció Damon y mi pequeña no dudo en aceptar su oferta.

Después de despedirnos caminábamos con Nessie prácticamente dormida en brazos de Damon, pero de repente sentí esa misma sensación de su mirada sobre mi cuerpo que había sentido en el hotel y al voltearme allí estaba él.

Sostenía un vaso junto a un puesto de café, me miró con el ceño fruncido y una mirada herida en sus ojos.

Me giré hacia Damon para decirle que me diera un minuto pero cuando regrese la mirada hacia él ya había desaparecido entre el gran flujo de personas.

¿Por qué me miró así? Era la pregunta que se repetía en mi mente mientras caminábamos hasta el auto de Damon.

Pero que estúpida era, había estado tan preocupada por el hecho de que Nessie estaba conmigo y no sabía que decirle, que había pasado por alto la escena completa.

Damon y yo caminábamos juntos y él llevaba a mi hija dormida en sus brazos, la imagen que dábamos era la de una familia que acababa de pasar un rato agradable.

¡No puede ser! Edward piensa que le mentí… otra vez.

 

 

*************************************************** Hola chicas espero que el capi les haya gustado y me dejen saber su opinion. Como lo prometido es deuda el martes subiré el siguiente capi ya que he estado trabajando mucho para compensarlas y ya lo tengo casi listo.

Nos vemos.

Cuídense mucho.

Besitos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 6: Sere Siempre Tuya Capítulo 8: El Incidente

 
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