Hola chicas por aquí estoy de nuevo agradeciéndoles por su paciencia y el apoyo que siempre me brinda, millón gracias por sus comentarios que para mí son de vital importancia, MAILOQUIZ, SUSA13, EMI 20, ANDREALICE, ELIZABETH MERCADO, ALEXANDRAGREYCULLEN, DANIELAC, ALONDRAG y a mi esposo HANSVULTURI_85 que siempre me lee en casa pero le da pereza comentar jajaja. Chicas un favor enorme a las chicas que la historia les haya gustado y crean que merece su voto pero aún no lo hayan hecho please regálenme sus votitos no es que me esté poniendo exigente es solo que no quiero que mi historia se pierda entre las páginas de la sala Cullen. Bueno chicas una vez más gracias por su paciencia con mi ocupada vida no las canso más y aquí les dejo el capi DISFRUTENLO…
Edward (POV)
– Por favor ya cambia esa cara, me niego a manejar hasta Forks con una estatua ceñuda por copiloto – dijo Jasper haciendo un esfuerzo por sacarme de mi estado de ánimo, ni si quiera estaba de humor para conducir.
– Vamos Edward tienes que animarte, incluso yo parezco el alma de la fiesta junto a ti lo que ya es mucho decir – dijo ante mi silencio y esta vez me saco algo parecido a una sonrisa ya que Jasper era bastante reservado y serio.
– Haré un esfuerzo cuando estemos en casa de mis padres pero por favor no me pidas que finja estar feliz ahora porque sabes muy bien que no lo estoy.
– Lo siento amigo – se limitó a decir con la mirada fija en la carretera.
– Es que no puedes imaginar cómo me sentí al verla con ese sujeto, lucían como la familia perfecta – dije destilando mi rabia en cada palabra.
– ¿Y el sujeto era apuesto? – preguntó Jasper tratando de ser gracioso pero eso solo le lanzó más sal a la herida.
– Como sacado de una maldita revista – dije entre dientes al recordarlo.
– No puedo creer que le haya creído, pensé que esta vez… me juro que no había nadie más… y las cosas que le dije… ¿Cómo fue que le creí después de todo?– pregunté como si mi amigo tuviese las respuestas.
– Pero te dijo que te lo explicaría ¿no? Tal vez en realidad tenga una buena explicación, ya sabes no todo es lo que parece – dijo intentando darme esperanzas.
– Que más explicación necesitas me dijo que se tenía que ir porque tenía una reunión muy importante y luego la encuentro saliendo de un centro comercial junto a un sujeto con una niña dormida en sus brazos, era obvio que eran una familia – dije frustrado.
– Me engañó de nuevo.
– Sé que no es de mi incumbencia pero te daré un consejo – dijo Jasper en tono cuidadoso.
– Has sufrido demasiado tiempo por ella, ahora la viste durante dos días y volviste a ser el verdadero Edward, el que conozco desde la secundaria, el mismo soñador y optimista compañero de cuarto que tuve en la universidad que siempre me arrastraba en sus locuras, así que si tienes la más mínima oportunidad de que las cosas entre ustedes funcionen deberían darse la oportunidad, no digo que creas en ella ciegamente, pero te aconsejo que la escuches, deja que te explique todo y ya luego podrás sacar tus propias conclusiones – concluyó Jasper y yo solo pude responder con silencio.
La verdad es que Jasper tenía razón pero me sentía demasiado herido y enojado, no podía borrar esa imagen de mi mente, esa niña debería haber sido mía.
Ese era el pensamiento que se repetía en mi mente, no podía borrarlo yo debí haber sido él y esa niña debería ser mi hija, a pesar del dolor y la rabia que estaba experimentando eso era lo que predominaba en mi mente.
Ella es mía, no puede ser de otro porque es mía, no podía imaginarla en los brazos de otro, el solo pensamiento era como si acido se agitara en mi estómago ¿pero qué haría si lo que vi era real, si ella me había mentido y esa era su familia? Jasper tenía razón tenía que escucharla y luego sacar mis propias conclusiones y tomar una decisión.
El viaje había sido interminable y Jasper había sufrido las consecuencias de viajar con alguien extremadamente silencioso ya que mi mente era un hervidero de ideas y pensamientos por suerte al llegar a casa de mis padres los juegos de mi sobrina y su pequeña amiga habían disipado mi pésimo estado de ánimo incluso había reído genuinamente durante el almuerzo gracias a ellas.
Los niños siempre me han enternecido y han sacado mi lado más protector es por eso que me convertí en cirujano pediátrico, pero con la amiguita de Nikky todo esto era poco decir.
Desde el momento en que vi a esa pequeñita algo en lo más profundo de mi corazón se removió, era como si tuviéramos un vínculo especial, amaba el sonido de su risa y sentía una necesidad visceral de protegerla a toda costa.
Ni siquiera yo mismo entendía el porque me sentía así respecto a esa pequeñita, tal vez se debía a que me la recordaba, de alguna manera me recordaba a Bella algo en su mirada, en su forma de reír me llevaba hasta el pensamiento de que así habría sido nuestra hija de haber tenido una.
Sabía que mi obsesión por esa mujer estaba llegando a niveles alarmantes pero aun así no veía en que podría hacer daño disfrutar de un fin de semana de juegos con mi sobrina y esta pequeñita que despertaba lo que pensaba era mi instinto paternal.
– Niñas por favor ya dejen en paz a Edward que debe estar cansado – dijo Rose al verme alternando para empujar a Nessie y a Nikky en los columpios que mis padres habían instalado en la parte trasera de la casa.
– Esta bien Rose no hay problema – me apresuré a decir.
– Estas niñas seguirán aprovechándose de ti si se lo permites – dijo Charlie que hasta ahora había estado sentado en una mecedora en el porche de la casa viéndonos jugar.
– Pero miren quien lo dice – dijo Rose sonriéndole.
– De acuerdo lo confieso – dijo Charlie levantando sus manos – mi nieta también hace lo que quiere de mí.
– Por lo visto aun te tienen como rehén – dijo Emmet que venía saliendo acompañado de Jasper en ese instante.
– Papi – gritó Nikky bajándose del columpio para lanzase a los brazos de mi hermano.
– ¿Podemos ir por un helado? – pregunto Nikky rodeando su cuello con sus pequeños bracitos.
– Hmmm… – dijo Emmet titubeando ya que esperaba con ansias el juego que estaba por empezar en la TV pero tampoco podía negarle nada a su hija.
– Rose y yo las llevaremos – dije sacándolo de su dilema.
– Gracias hermano – dijo Emmet auténticamente agradecido. – ¿Y a ti te gustaría unírtenos Jas? – preguntó Rose a su hermano aun sabiendo la respuesta.
– Yo creo que me uniré a Emmet para ver el juego – dijo Jasper en tono de disculpas.
– Esta bien ¿y tú Charlie? – preguntó Rose.
– Es una difícil decisión pero creo que iré con mi niña hermosa a disfrutar de un helado – dijo tomando a su nieta en sus brazos mientras ella reía y mi corazón se hinchaba de felicidad con ese dulce sonido.
– Te has dado cuenta de que Nessie podría pasar por tu hija – cuchicheó Rose observándome con atención mientras las niñas subían al asiento trasero del auto ayudadas por Charlie.
– Rose no empieces, tus dotes de casamentera no tienen limite – dije negando con la cabeza.
– No es eso, claro que muero por presentarte con la mamá de Nessie pero ella también me advirtió que no quería que intentara nada – dijo asiendo un mohín. – Una mujer sabia – añadí.
– Como te dije no es eso, era solo un comentario, es que tus ojos y los suyos son idénticos y el cabello, incluso creo que también Charlie lo ha notado y por eso los veía con tanta atención mientras jugaban – dijo con el ceño fruncido.
– Es solo una casualidad Rose – dije restándole importancia.
– Ya lo sé es solo que no me había dado cuenta hasta que empecé a verte junto a ella, el parecido es… impresionante – dijo pensativa.
– Rose me estas asustando, creo que has a leído demasiadas novelas de misterio – dije riéndome de sus expresión.
– Supongo que tienes razón – dijo suspirando resignada.
Todos subimos al auto y dentro de poco estábamos en la heladería riendo por las ocurrencias de las niñas.
– ¿Así que te vas a quedar en Seattle? – preguntó Charlie.
– Si, ya empecé a trabajar en el ala pediátrica del hospital Northwest, Jasper también consiguió trabajo allí – dije.
– Pues me alegro mucho por ustedes, tal vez podrías aceptar una invitación a cenar más adelante – propuso Charlie.
– Siiii… podrías ir a casa – dijo Nessie saltando en su asiento – mi mami prepara la mejor lasaña del mundo – continuo agitando sus bracitos.
Y para mis adentros pensé que difícilmente podría superar la lasaña que preparaba Bella y tuve que luchar para que mi ánimo no decayera.
– En serio, pues tendré que probarla – le dije a Nessie.
– Y mi nieta no exagera mi hija es una excelente cocinera pero si aceptas mi invitación lo comprobaras por ti mismo – dijo Charlie.
– No dudaría de tu palabra y claro que acepto tu solo dime cuando – le respondí.
– Le preguntaré a mi hija y te aviso pero te aseguro que será pronto – dijo Charlie y los ojos de Rose brillaban de felicidad.
No quería alimentar las ilusiones de Rose que aunque había sido discreta al elogiar a su amiga en frente de mí ya que sabía que no estaba interesado en un relación amorosa seguro quería emparejarme con ella, pero Charlie era un sujeto agradable, habíamos hablado poco pero podía ver que era una persona de fiar, que amaba a su hija y a su nieta por encima de todas las cosas, así que no veía ningún daño en aceptar una invitación a cenar.
Terminamos nuestros helados y cuando estábamos por subir al auto me di cuenta de que no tenía mi celular.
– Creo que deje mi teléfono sobre la mesa, voy a buscarlo – dije entregándole las llaves del auto a Rose.
– Te acompañó – gritó Nessie agarrándose de mi mano, miré a Charlie en busca de autorización pero el asintió sonriendo.
Entramos y mi teléfono ya no estaba en nuestra mesa.
– Señor – dijo uno de los empleados detrás del mostrador.
Nessie soltó mi mano y se entretuvo observando los peluches de una de esas máquinas removedoras de peluches en la entrada
– ¿Buscaba esto? – preguntó sosteniendo mi celular.
– Si gracias, lo deje olvidado – dije acercándome para recuperar mi teléfono.
– Lo sé la camarera me lo acaba de entregar – contestó amablemente mientras me lo entregaba y entonces todo ocurrió demasiado rápido.
El estruendo de una detonación.
Un cristal hecho añicos.
Un grito desgarrador.
Y a pesar de mi profesión, la imagen más aterradora que había visto jamás.
El abrigo color de rosa de Nessie ahora estaba cubierto de brillante color carmesí y ella yacía en el piso, al mirar por la puerta cuyos cristales estaban dispersos por el piso y ver la escena que se desarrollaba cruzando la calle, en mi mente solo había una cosa… protegerla.
Sin pensarlo dos veces me lance sobre ella, protegiéndola con mi cuerpo hasta quitarla del peligro.
– Llamen una ambulancia – grité a los empleados ocultos tras el mostrador.
Sonaron sirenas de policía y los disparos seguían sonando pero para mí era como si todo eso fuese lejano.
Me sentía como en mi primer día en la escuela de medicina no sabía qué hacer, era como si mi mente estuviera bloqueada, pero al mirar a su rostro indefenso e inconsciente fue como si mi cuerpo empezara a operar de forma automática.
Me quité mi chaqueta y me saque mi sweater para hacer presión sobre la herida en el costado izquierdo de su cuerpo a penas y se lo que mis manos hacían.
A penas y me di cuenta cuando Charlie entró y se quedó con el rostro lívido al ver la escena frente a él.
Por suerte los paramédicos no tardaron en llegar y por lo visto la policía había controlado lo que sea que ocurría en frente.
El camino en la ambulancia se me hizo eterno, al llegar al hospital de Forks que es dirigido por mi padre, todos me reconocieron y se alarmaron al verme con una fina camiseta blanca empapada de sangre así que dentro de poco mi padre estaba allí.
– Hijo que te ha ocurrido – preguntó aterrado al ver mi estado de confusión.
– A mi nada pero Nessie está en urgencias, tengo que estar con ella – dije desesperado mi padre asintió y me indicó que lo siguiera.
– ¿Qué pasó? – preguntó mientras corríamos hacia urgencias.
– Hubo un tiroteo frente a la heladería a la que habíamos llevado a las niñas, pero no te preocupes que Nikky y Rose están bien – me apresuré a decir. Pero cuando la vi en esa camilla con los médicos trabajando en ella casi me desplomo en el piso, era algo demasiado doloroso de ver.
– Estás herido – aseguró mi padre.
– No es mi sangre es de la niña – respondí.
– No, mira tú brazo, está sangrando – dijo él señalándome y de inmediato mi padre reviso mi brazo que efectivamente estaba sangrando pero ni siquiera me había dado cuenta de haber sido herido.
– Solo es un rozón – dijo revisándolo atentamente – pero necesitaras sutura.
– Edward – llamo Jasper entrando a la sala.
– Vinimos lo más rápido que pudimos Emmet está afuera con Rose y Charlie ¿Estás bien? – dijo fijándose en mi brazo.
– Solo fue un rozón – murmuré.
– Yo me encargaré de él – dijo Jasper dirigiéndose a mi padre.
– Sara ayuda al doctor Hale con lo que necesite – instruyó mi padre a una de las enfermeras.
– Si doctor Cullen – contestó enseguida.
– Tienes suerte de que solo haya sido un rozón – dijo Jasper terminando de vendar mi brazo y yo solo asentí.
Mi mente estaba en otro lado, jamás había sentido esta angustia tan apremiante, este nudo en la garganta que solo se comparaba a cuando Bella me dejo, pero de alguna manera esto se sentía aun peor.
En silencio me levanté y fui al baño y me puse el scrubs azul que Sara había dejado para mí ya que mi ropa estaba manchada de sangre.
– ¿A dónde vas? – preguntó Jasper con el ceño fruncido ya que de seguro intuía que pretendía ir al quirófano con Nessie.
Sara me había dicho que la acababan de llevar al quirófano pero no conocía su pronóstico.
– Sabes muy bien – dije entre dientes.
– Claro que no, no te dejaré, mira el estado en el que estas, te has encariñado mucho con esa niña, no puedes ser objetivo, estas demasiado implicado – dijo sosteniéndome del brazo pero en un movimiento brusco me zafé de sus agarre y corrí hacia el quirófano.
Llegue hasta el quirófano y me detuve en los lavamanos cuando mi padre entró tras de mí, a penas y percibí su presencia mirándola través del cristal hacia la mesa de operaciones y jamás había sentido lo que sentía al ver a esa pequeñita allí.
– Edward no te permitiré entrar allí – dijo mi padre en voz baja pero firme, por lo visto Jasper lo había alertado.
– Pero papá…
– No Edward, no entraras allí.
– Papá estoy bien recuerda que fui yo quien la estabilizó antes de que llegaran los paramédicos.
– No entraras allí y no está a discusión, estas demasiado implicado para estar aquí, el doctor Stevens es un excelente cirujano y está haciendo un muy buen trabajo ahora ve a la sala de espera allí están tu hermano, Rose y el abuelo Nessie en un momento saldrán a informarles – dijo tajante y no tuve más remedio que obedecer por el bien de Nessie.
Mi padre me sacó de allí y se dirigió a su oficina mientras yo caminaba tratando de controlar mis lágrimas hacia una sala de espera como a las que tantas veces había salido a informar sobre el estado de mis pacientes a padres desesperados por noticias y ahora era yo el que tenía que pasar por la angustia de esperar información, pero nada podía prepararme para lo que encontraría allí.
En cuanto nuestras miradas se encontraron su rostro palideció, pero pese a eso, sus ojos enrojecidos y las lágrimas humedeciendo sus mejillas lucía preciosa con su cabello recogido en una coleta, usando unos jeans azules, botas planas de color café y una chaqueta de cuero del mismo color sobre un sweater blanco.
– Mira Bella te presento a mi hermano – dijo Emmet en cuanto llegue hasta ellos – mira Edward ella es la madre de Nessie.
– Edward Cullen – dije extendiéndole mi mano ya que ella se había quedado petrificada y aun en medio de esta confusa situación no pude evitar mostrar algo de mi enfado aunque traté de controlarme.
– Isabella Swan – dijo en voz baja y temblorosa tomando mi mano pero pese a todo, allí estaba esa sensación casi eléctrica que sentía cuando su piel entraba en contacto con la mía.
Mi cabeza se sentía aún más confusa con cada segundo que transcurría, si Nessie era hija de Bella entonces… ¿su padre era aquel tipo del centro comercial? Pero eso no podía ser Rose me había comentado que Nessie llevaba el apellido de su madre ya que ella era madre soltera, de haber tenido alguna relación ella no habría estado haciendo planes de juntarnos en una relación.
¿Qué edad tiene Nessie? Pensé para mis adentros.
Si Nikky tenía 4 años y eran compañeras de clases entonces Nessie debería tener la misma edad.
No… ¿Sería posible acaso? Sentí la necesidad de tomar a Bella por el brazo y llevarla afuera para aclarar esta maldita situación pero en cuanto ella soltó mi mano su padre al verla tan afectada y ya que era ajeno a la situación entre nosotros la tomó de la cintura y a llevo a sentarse junto a él susurrándole que todo iba a salir bien.
Yo por mi parte tome asiento junto a Emmet, dejando caer mi cabeza contra la fría pared aunque a ratos no podía evitar buscar su mirada y aunque ella la desviaba en cuando hacíamos contacto visual para mí era reconfortante esa fracción de segundo en la que sabía que ella también necesitaba verme.
– Familiares de Rennesme Swan – dijo el doctor Stevens sobresaltándonos después de lo que pareció una eternidad.
– Como esta mi hija – dijo Bella saltando de su asiento.
– La niña está estable de momento…
– Como que de momento – interrumpí al doctor Stevens sin poder evitarlo.
– Pues el disparo laceró el vaso causando una hemorragia que afortunadamente controlamos sin contratiempos gracias a la rápida acción del Doctor Cullen y los paramédicos – dijo el doctor señalándome – pero va a necesitar sangre y no disponemos de ella.
– Su tipo de sangre es muy extraño – dijo Bella entre sollozos y mi corazón empezó a latir desbocado esperando escuchar cual era ese extraño tipo de sangre.
– Hemos intentado conseguirla en los hospitales más cercanos sin éxito.
– ¿Cuál es su tipo de sangre? – pregunté interrumpiendo nuevamente al médico e incluso a mis oídos mi voz se escuchó extraña.
– 0 negativo – susurró Bella mirándome a los ojos, intuyendo el porqué de mi pregunta.
Ahora estaba seguro esa pequeñita era mi hija y su vida estaba en riesgo, mis piernas se sentían inestables y mi boca estaba repentinamente seca mientras los frenéticos latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos.
No podía desmoronarme ahora en frente de todos, ellos ni siquiera sabían lo que estaba ocurriendo así que haciendo acopio de toda mi fuerza me obligue a mí mismo a reaccionar.
– Yo puedo donar, ese es mi tipo de sangre y soy donante habitual – dije lo más calmado posible y no se me escapo la mirada de sospecha que Charlie alterno entre Bella y yo.
– Acompáñeme por favor – dijo el doctor Stevens y yo asentí y lo seguí.
– Edward – escuché a Bella llamarme al doblar el pasillo y me giré en silencio.
– Gracias por salvarla – dijo en voz baja con los ojos anegados en lágrimas y aunque estaba enojado no pude evitar envolverla en mis brazos al verla tan vulnerable y allí estaba ese aroma tan familiar que lograba calmarme.
– Deme un momento – le dije al doctor que asintió sabiendo que conocía bien el hospital y sabría a donde ir.
Quería abrazarla besarla y decirle que todo iba a estar bien pero no podía, a pesar de que la amaba con locura por su culpa me había perdido los primeros años de vida de mi hija y no sabía si podría perdonárselo.
¿A quién engañaba?... yo era un títere en sus manos, eso era lo más frustrante y pese a mi enojo no soportaba verla así.
– ¿Ella es mi hija? – pregunté aunque ya conocía la respuesta, pero necesitaba oírlo de sus labios.
– Es nuestra hija – dijo mientras aun la sostenía entre mis brazos y su cálido aliento cosquilleaba contra mi cuello mientras me hacía semejante revelación.
– Por favor perdóname y déjame explicarte – suplicó entre lágrimas y sollozos.
Pero de momento no tenía fuerzas para escuchar nada más y después del shock la ira crecía en mi pecho, lo único que quería era que mi hija recibiera la sangre que necesitaba para salvar su vida.
– Por supuesto que lo harás, tendrás muchas explicaciones que dar – le espeté con dureza soltándola – pero no ahora, ahora iré a darle a mi hija la sangre que necesita y ya luego hablaremos y espero que tengas una excelente explicación del porque te fuiste y me robaste la oportunidad de estar presente en los primeros años de vida de mi hija.
– Espera – dijo sosteniendo mi brazo.
– Lo que viste ayer, era solo mi vecino llevándome por Nessie porque mi auto tenía una llanta pinchada, te juro que no hay nada entre nosotros – dijo atropelladamente y aunque parecía decir la verdad estaba demasiado enojado así que me zafé de su agarré y me alejé sin decirle ni una sola palabra y fue una tortura escuchar sus sollozos a mis espaldas sin regresarme y estrecharla entre mis brazos.
Pero en este momento estaba demasiado enojado, necesitaba calmarme y tenía algo muy importante que hacer, salvar a mi hija…
***************************************************
Hola chicas espero que el capi les haya gustado y me dejen sus votitos y comentarios, les prometo que tratare de no tardar tanto en subir el próximo capi.
Cuídense muchos.
Nos vemos.
Besitos.
|