Hola chicas como lo prometido es deuda aquí les dejo un nuevo capí que espero sea de su agrado, si es así me dejen su comentario para saber su opinión y además les ruego un poquito de paciencia para el siguiente porque mi hijo entra a finales esta semana así que entre el trabajo y ayudarlo a estudiar voy a tener muy poco tiempo. Millón gracias IRQ8, MAILOQUIZ, ALEXANDRAGREYCULLEN, ELIZABETH MERCADO, EMI20 por sus comentarios y gracias a mi esposo HANSVULTURY_85 por su apoyo en casa. Las invito además pasar por mis otras historias amor por contrato (+18) y CORAZON IMPREDECIBLE (+18). No las canso más y aquí les dejo el capi DISFRUTENLO…
Una familia.
Eso era lo que de seguro pensaba Edward que éramos y todo esto después de que le había dicho que no había habido otro hombre después de él en mi vida.
Los latidos de mi corazón sonaban atronadores en mis oídos, mis manos estaban sudorosas y mi boca reseca.
No podía perderlo de nuevo por un mal entendido como este, lo único que deseaba era llegar lo antes posible a mi casa y llamarlo, explicarle lo mejor posible la situación y rogarle que me diera la oportunidad de explicárselo en persona.
– ¿Estas bien Bella? – preguntó Damon con el ceño fruncido.
– Si por supuesto.
– Es que pareces muy distraída.
– Es solo que recordé algo que deje algo inconcluso en la oficina y estoy impaciente por llegar para hablar de ello con Leah y darle instrucciones sobre eso – mentí rápidamente.
Afortunadamente no tardamos mucho en llegar y aunque Damon insistió en cargar a Nessie que aún estaba medio dormida hasta mi puerta no hizo ninguna otra pregunta sobre mi estado nervioso.
Esa noche llame a su celular una y otra vez hasta que me di por vencida después de que todos mis intentos de hablar con él terminaran en el buzón de voz. Finalmente le envié un mensaje de texto.
¨Tienes que creerme no es lo que parece, por favor dame la oportunidad de explicártelo todo en persona¨
Quise enviarle cientos de mensajes intentando explicar la situación pero no era sencillo, para eso tendría que decirle toda la verdad y no era algo que debiera hacerse por mensajes de texto.
Prácticamente no dormir revisando mi celular cada 5 minutos mientras me ahogaba en mis lágrimas. Me levante poco antes de que el sol saliera, de cualquier manera solo había estado dando vueltas en la cama toda la noche.
Tome una ducha y me vestí con ropa deportiva preparé, mi maleta porque la llevaría en mi auto para poder partir de la oficina directo hacia Forks y la de Nessie porque a las ocho Rose y su familia pasarían por ella y por papá que de seguro estaría aquí en una hora como máximo.
Miré el reloj otra vez, ya eran las 6:30 y revisé mi celular por enésima vez sin ninguna señal por parte de Edward, su silencio era insoportable así que decidí volver a intentarlo y marqué su número aunque estaba casi segura de que terminaría en el buzón de voz.
Su celular sonaba y sonaba y mi esperanza se marchitaba hasta que en el séptimo timbrazo escuche su voz.
– ¿Qué quieres? – preguntó con su voz dura y cortante, casi podía imaginar su ceño fruncido y sus ojos quemando con furia.
– Por favor no cuelgues – supliqué – dame la oportunidad de explicarte.
– Creo que no hay mucho que explicar solo que me mentiste de nuevo y yo fui tan estúpido de creerte – casi gritó.
– Edward por favor no es lo que parece déjame explicarte – dije al borde de las lágrimas al escuchar sus duras palabras.
– Este bien empieza de una vez.
– Edward es una larga historia, no es algo que pueda explicar por teléfono, necesito verte puedo estar en tu hotel a las 9 y te lo contaré todo – dije con el pánico trepando por mi garganta.
– No puedo tengo un compromiso con mi familia y no voy a cancelarlo por ti – dijo destilando desdén.
– Está bien ¿Aún sigue en pie nuestra cita del lunes? – pregunté con las lágrimas rodando por mi rostro.
– No le veo el caso – dijo cortante.
– Por favor déjame explicártelo en persona – supliqué.
– Está bien nos vemos el lunes – dijo y colgó.
Sentí ganas de desplomarme en el piso y llorar todo el día o al menos hasta que la presión en mi pecho disminuyera pero no podía hacerlo, pronto mi pequeña despertaría y no podía verme es ese estado, así que fui a preparar mis cosas para el viaje y luego empecé a preparar el desayuno.
– Buenos días ¿Cómo están las mujeres que más amo? – dijo mi padre entrando en la cocina.
– Abuelo – gritó mi pequeña bajándose de su silla y corriendo a los brazos de mi padre.
– Hola mi niña hermosa – dijo él abrazándola.
– Mejor desayunen ya o se les va a hacer tarde – dije poniendo dos platos con pancakes sobre la barra del desayuno acompañados de dos vasos de leche y me ocupe en recoger todo en la cocina mientras mi pequeña y mi padre devoraban su desayuno.
– ¿Y tú no vas a desayunar nada? – preguntó mi padre con el ceño fruncido al ver que me sentaba con nada más que un vaso de jugo como mi desayuno.
– No tengo hambre papá – dije dándole una sonrisa lo más convincente posible.
– Hija no me gusta que te vayas a trabajar con el estómago vacío – me amonestó mi padre.
– No te preocupes aún tengo algo más de una hora para estar en la oficina, en un rato desayunaré algo y sino al llegar a la oficina pediré algo para desayunar.
– Está bien – dijo mi padre examinando mi rostro detenidamente igual que cuando era una adolescente y el intuía que algo iba mal afortunadamente mi celular sonó distrayéndolo de su escrutinio.
– Hola Rose – contesté al ver su número.
– Hola Bella, estamos a dos calles de tu apartamento ¿Nessie y tu padre están listos?
– Si – dije mirando hacia mi padre y mi pequeña que ya habían terminado su desayuno – estaremos en la entrada en un minuto.
Recogimos todo y en poco tiempo estuvimos en la entrada del edificio en donde Rose su esposo e hija ya nos esperaban.
– Hola Emmet – dije al ver al esposo de Rose bajarse para abrir la cajuela.
– Hola Bella – dijo y como siempre me envolvió en un abrazo de oso levantándome del piso y es que Emmet era un tipo enorme y musculo pero bastante efusivo e infantil, un adulto en el cuerpo de un niño.
– Por favor Emmet necesito respirar – dije para que me liberara de su abrazo.
– Emmet ya déjala en paz – dijo Rose dándole una palmada en el brazo a su esposo.
– Hola Bella – dijo Rose.
– Hola Rose – contesté mientras nos dábamos un beso en la mejilla y luego ella se acercaba a mi padre para saludarlo al igual que su esposo.
– Hola Nikky – salude a la niña.
– Hola señora Swan contesto – sin mirarme pues ella y mi hija como de costumbre ya estaban en su propio mundo.
– Creo que mejor nos vamos ya – dijo Rose consultando su reloj – mi cuñado y mi hermano también vendrán en su auto y pasaremos por ellos a su hotel para irnos todos juntos.
– De acuerdo mi cielo ven aquí – dije agachándome hasta su altura – por favor pórtate bien, obedece al abuelo y la señora Cullen ¿de acuerdo?
– De acuerdo mami – dijo mi pequeña emocionada y luego de un fuerte abrazo y de darle muchos besos la ayude a subir al auto y le abroché su cinturón de seguridad.
– Tu y yo tenemos una conversación pendiente – dijo mi padre en voz baja antes de subir al auto.
– ¿Sobre qué? – pregunté rogando porque mi padre no se hubiera dado cuenta de mi miserable estado de ánimo pero eso era una posibilidad demasiado remota, mi padre me conocía bien.
– No sé qué es lo que te pasa hija, pero definitivamente algo ocurre y necesito saber qué es lo que te molesta, ayer en la mañana cuando desayunamos estabas radiante, no recuerdo cuando fue la última vez que te vi así y hoy tus ojos reflejan tanta tristeza que me parte el corazón.
– Papá yo…
– No tienes que decir nada ni inventar falsas escusas cariño pero me gustaría que sepas que tu viejo estará aquí para ti siempre.
– Gracias papá – dije abrazándolo fuerte mientras tragaba el nudo de emociones en mi garganta.
– Mejor vete ya o se les hará tarde – dije parpadeando rápidamente para contener las lágrimas que pugnaban por salir.
Mi padre solo sonrió y después de un beso en mi cabeza y un “por favor maneja con cuidado” subió al auto y me quede allí parada viendo cómo se alejaban. Subí mi apartamento y en cuanto entre sentí la necesidad de salir corriendo, así que consultando mi reloj me di cuenta de que la oficina no se caería a pedazos si llegaba 30 minutos tarde, tendría tiempo suficiente para correr al menos 30 o 40minutos tomar una ducha y llegar a la oficina a una hora razonable. Necesitaba una distracción y nada mejor que el ejercicio para relajarme.
Corría en el parque más cercano a nuestra casa con Adele cantando “Rolling in the Deep” en mis oídos, mis piernas y pulmones empezaban a protestar pero era lo que necesitaba sentir como todo el estrés se iba, dejándome con la momentánea sensación de libertad. Pero a pesar de mis esfuerzos sus recuerdos estaban siempre presentes, sus besos, nuestros encuentros en su hotel, sus besos hambrientos, sus labios recorriendo mi piel mientras me hacía el amor de forma apasionada, casi desesperada. Definitivamente necesitaba una ducha fría, mi temperatura y mi pulso se habían disparado y no tenía nada que ver con el ejercicio.
*********
– Hola Leah salude al entrar a la oficina.
– Hola Bella, tengo algunos mensajes para ti.
– Por favor solo los más urgentes – supliqué.
– La señorita Brandon ha estado intentando localizarte pero no ha podido así que ha llamado varias veces intentando encontrarla, también llamo el señor Salvatore – dijo con una pícara sonrisa – y llego algo para usted, esta sobre su escritorio, también llamaron por algunos asuntos del taller pero ya me encargue de solucionarlo todo y de decirles que usted iría pronto a ultimar los detalles.
– Gracias Leah no sé qué haría sin ti – dije agradecida.
Al entrar a mi oficina un enorme arreglo de rosas blancas y rojas me esperaba en mi escritorio, rápidamente tome la tarjeta con mi corazón martillando dolorosamente en mi pecho pero todas mis ilusiones se rompieron como pompas de jabón.
No sé qué ocurrió contigo anoche pero espero que este pequeño detalle alegre tu día y te haga pensar en mí, aquí estoy siempre para ti, en la manera en que me necites.
Con amor Damon Que estúpida era como iba Edward a saber dónde enviarme flores además tendría mucha suerte si después de hablar con el aún me dirigiera la palabra.
Así que saque mi celular cuya batería había muerto por tanto uso, lo conecté para que se cargara y le pedí a Leah que me comunicara con Alice.
– Bella me tenías muy preocupada no es propio de ti no contestar tu teléfono ¿estás bien? – preguntó preocupada.
– Lo lamento Alice es que no me había dado cuenta de que la batería había muerto he estado algo distraída – confesé.
– Ya lo creo, ni siquiera me has llamado, sabes que siempre me preocupo por ti Bella – me amonestó.
– Lo se Alice y siempre te estaré agradecida porque gracias a ti y a tu padre, mi hija, mi padre y yo hemos logrado rehacer nuestras vidas.
– Bella no te vayas por ahí y mejor cuéntame que es lo que te está ocurriendo te oyes fatal.
– Alice el detective ya no será necesario.
– ¿Porque?... estabas decidida y como tu amiga no te dejaré arrepentirte de…
– Lo encontré Alice – la interrumpí.
– ¿A quién? – preguntó confusa
– Encontré a Edward – dije y tuve que apartar el auricular de mi oído por el ensordecedor grito de Alice.
– Como es que pasó todo eso y no me lo contaste tienes que empezar a hablar en este mismo instante Isabella – dijo en un tono que dejaba claro que no había discusión.
Y lo hice, le conté todo de principio a fin incluyendo el fatídico malentendido con Damon.
– Mañana en la noche estaré en Seattle, han pasado demasiadas cosas allá en mi ausencia – refunfuñó Alice. Me despedí de ella y procedí a hacerle frente a todo el trabajo que tenía que hacer.
Afortunadamente no tuve ningún incidente y luego de un rápido almuerzo consistente en un sándwich que apenas y mordisquee y jugo de arándanos, salí con rumbo a Forks.
El viaje en carretera solo me ofrecía más tiempo libre para que mi mente volviera a él y a los miles de momentos felices que habíamos compartido en el poco tiempo que pasamos juntos.
Sin poder controlar mis impulsos mi mente volvió al momento en que llegamos a Lake Tahoe.
– Este es el viaje más loco que he hecho en mi vida – dijo Edward mientras conducía y de inmediato me sentí mortificada por haberlo arrastrado conmigo en esta locura.
– Pero la compañía no podría ser mejor – dijo acariciando mi sonrojada mejilla con el dorso de sus dedos.
– Lo lamento – susurré.
– Oye no hagas eso – dijo en voz baja – si solo podemos compartir juntos estas pocas semanas por favor no perdamos el tiempo en disculpas y silencios incómodos, además aun no pierdo mis esperanzas, tal vez logre que te enamores de mi con locura y…
– Creo que es allí – dije desesperada por interrumpir sus intentos de convencerme de continuar esta relación aunque sea a la distancia.
– Es un hermoso lugar – dijo Edward observando la “sencilla cabaña” que Alice había rentado para nosotros.
Era enorme y de acabados elegantes, la madera y los cristales reluciendo bajo los rayos del sol, cuyo calor apenas se sentía en el frío aire.
Y al entrar en la cabaña nuestra sorpresa fue mayor al ver los muebles de lujo, los acabados y al subir las escaleras la maravillosa vista del lago y las montañas extendiéndose majestuosamente te quitaban el aliento y la habitación principal gritaba pasión.
Esto era cosa de Alice, había mandado a decorar la habitación como si se tratara de nuestra noche de bodas, era claro que Alice estaba construyendo una fantasía para mí de lo que sería una luna de miel de ensueño ya que la mía sería una pesadilla junto a James.
Había hermosos arreglos florales en cada rincón y mesa de la habitación, velas aromáticas y un camino de pétalos de rosas que terminaba en la enorme cama matrimonial con un corazón de pétalos de rosas en el centro de las impecables sábanas blancas de seda y una hielera con champagne junto a dos copas sobre una mesa.
– Definitivamente debes dejar que le dé las gracias personalmente a tu amiga, por todo esto y por planear el alocado viaje con escalas y autos rentados – dijo lo último con ese aire interrogativo que me instaba a contarle que era lo que en verdad estaba sucediendo.
En verdad quería contárselo todo pero como hacerlo sin que sonara como lo que era, me casaría por dinero, eso es lo único que el escucharía una niña mimada que no quería perder su estatus social y se iba a vender en un matrimonio arreglado.
Sin decir nada empecé a quitar mi ropa prenda a prenda dejándola caer al piso hasta quedar en ropa interior, mi rostro ardía ruborizado al tener que tomar la iniciativa pero necesitaba distraerlo y al ver su mirada hambrienta recorrer mi cuerpo cualquier pudor quedo olvidado.
Me acerque a él y le quité su sweater y luego lo atraje a mis labios, sus manos me atrajeron a su cuerpo mientras devorábamos nuestros labios y sus manos fueron directamente hasta el broche de mi sostén, descartándolo en el piso de inmediato.
En un instante estábamos en la cama, él sobre mi cuerpo y mi única prenda desaparecía al igual que el resto de su ropa, ambos estábamos ardiendo por el contacto de nuestra piel al desnudo, ambos nos necesitábamos con desesperación.
El vio en mis ojos mi suplica silenciosa y lentamente me penetró entrando y saliendo de mi lentamente hasta que supliqué por más y sus embestida se volvieron rápidas e implacables.
El timbre de mi celular sonó sacándome de mi fantasía y no pude evitar sonrojarme como si quien llamara pudiese verme y saber sobre mis pervertidos pensamientos.
– Hola – conteste.
– Hola Bella – dijo la voz de Rose a través de los altavoces de mi auto pero algo no estaba bien.
– ¿Rose estas bien? ¿Paso algo? – pregunté intentando no entrar en pánico.
– ¿Bella ya estas por llegar? – preguntó Rose ignorando mis preguntas y su actitud disparó todas mis alarmas.
– Ya estoy en Forks pero tardaré 30 minutos más en llegar a la finca de tus suegros, Rose dime la verdad ¿pasó algo malo con mi hija? – pregunté con el miedo atragantándome y las lágrimas formándose en mis ojos.
– No vayas a la finca ven al hospital de Forks.
– Rose mi hija… ¿qué le paso? – grité.
– Bella lo siento tanto… – dijo soltando un sollozo.
– Por favor Rose dime que tiene mi hija – grité aún más fuerte, la desesperación apoderándose de mí.
– Estábamos en la heladería cuando de repente empezó una balacera al parecer por un asalto frustrado o algo así – trató de explicar Rose pero apenas lograba entender lo que decía.
– Rose por favor dime la verdad ¿Cómo está mi bebé? – supliqué ya que era lo único que quería saber.
– No lo sé Bella mi cuñado y mi suegro están con ella pero aún no hemos tenido noticias – dijo Rose.
– Voy para allá – susurré pisando a fondo el acelerador por suerte el hospital estaba muy cerca y fue un auténtico milagro que lograra llegar sin incidentes hasta el hospital ya que era como si mi cuerpo funcionara en piloto automático, ni siquiera sé cómo llegué hasta allí.
Mi padre ya estaba en la puerta del hospital esperándome con sus ojos enrojecidos y los brazos abiertos para que me refugiara en ellos.
– Nessie… – fue todo lo que pude decir con la respiración entrecortada aceptando el abrazo de mi padre.
– Aun no sabemos nada cariño, pero tienes que calmarte hija Dios no permitirá que nada malo le ocurra a mi nieta – dijo frotando mi espalda intentando reconfortarme mientras mis lágrimas fluían incontrolablemente.
Mi padre me condujo por el hospital hasta la sala de espera donde Emmet y Rose ya se encontraban, al verme de inmediato se puso de pie y me abrazó.
– Lo siento tanto Bella – dijo entre sollozos.
– ¿Qué fue lo que pasó? – pregunté al fin.
– Fue un asalto – explicó Rose entre sollozos – fuimos con las niñas por un helado, ya nos estábamos yendo cuando todo empezó de repente, al parecer dos sujetos intentaron asaltar la farmacia de en frente, solo estaban el personal y un par de clientes pero no se percataron de que entre los clientes estaban dos policías y se desato una balacera, todo sucedió muy rápido, mi cuñado puso a Nessie a salvo de inmediato pero una de las balas la impactó en el abdomen, incluso él resulto herido aunque solo fue un rozón.
– Si hija, si él no la hubiera quitado del camino probablemente esa bala también la habría alcanzado, Edward le salvo la vida – dijo mi padre y eso si que captó mi atención.
– ¿Que dijiste? – pregunté en un susurro.
– Dije que Edward le salvó la vida a Nessie cariño – contestó mi padre.
Y como si hubiese aparecido al oír su nombre Edward caminaba hacia nosotros con un scrubs azul y una venda en la parte superior de su brazo.
Fue como si todo en la sala se hubiera desvanecido, como si el tiempo se hubiera suspendido mientras él llegaba hasta mí con el ceño fruncido y el desconcierto marcado en sus ojos enrojecidos.
– Mira Bella te presento a mi hermano – dijo Emmet sacándome de mi letargo – ella es la madre de Nessie.
– Edward Cullen – dijo él con frialdad extendiéndome su mano y fue entonces que todas las piezas cayeron en su lugar, él era el tío Eddie y sin saberlo mí hija y su padre habían estado conviviendo en los últimos días.
– Isabella Swan – dije en voz baja estrechando su mano.
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Nos vemos
Besitos
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