- NARRA ALEC
Dos semanas... y ella seguía sin despertar. ¿estaría muerta? según Carlisle no, decía que sus constantes vitales seguían, pero que eran muy debiles. El no podía hacer nada para ayudarla.
Todos los días me pasaba horas admirando su maravilloso cuerpo; la quería conmigo, volver a tenerla entre mis brazos... pero nada.
Pero había algo que me reconfortaba; mis tres preciosos hijos.
Dos niños igualitos a mi, y ella... mi dulce y pequeña princesa. Se llamaban Alexander, Anthony y Reneesme. Aunque habían pasado dos semanas desde su nacimiento parecían que tenían diez años... su crecimiento era increible. Tenían más de vampiro que de humanos... solo dormían; pasaba todas las noches velando sus sueños...
Ellos tenían dones...
Alexander era el más tranquilo, el más astuto... era como su abuelo, le gustaban la musica, la lectura... el tenia el don quitar los dones; Anthony era igualito a su tio abuelo Emm; le gustaba la lucha, siempre queria ganar... en fin como el y tenía el poder de escudo espejo, es decir tanto en un ataque fisico o mentalmente el los repelía y se los lanzaba a su atacante con muchisima más fuerza y ella... Reneesme tenía mucho caracter, era impulsiva, pero a la vez sensible e inocente... le gustaban los coches, la mecanica y la moda... ella tenía tres dones; el primero era congelar el tiempo, el segundo era controlar a la gente y el tercero era saber cuando alguien le mentía o no.
Estaba observando como el crepusculo llegaba a su fin y algo calido me agarro por la cintura.
- Papi ¿cuando va a despertar mamá?
Acune a mi hija entre mis brazos y la respondi...
- No lo se
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