Caminos Enlazados

Autor: Reed21
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 27/01/2019
Fecha Actualización: 27/03/2020
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 1
Visitas: 12549
Capítulos: 6

Bella Swan debe mudarse a Forks, Washigton, para cumplir con la voluntad de su abuela. La fatídica relación que tiene con su padre le hace pensar que volver a vivir allí es lo más difícil que le han pedido. Pero su perspectiva cambia cuando conoce al misterioso Edward Cullen, quien ha mantenido su identidad en secreto, hasta que aparece esta curiosa e inteligente chica.

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Capítulo 6: Caminos II

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Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a Stephanie Meyer.


 

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Capítulo V

Caminos

Segunda Parte

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Bella

Desperté algo desorientada, a pesar de que estaba oscuro, tuve que parpadear varias veces para poder abrir mis ojos y acoplarme a la falta de luz que me rodeaba. Me senté lentamente con pesadez carraspeando al sentir mi garganta algo seca. Podía escuchar algunas voces desde abajo, pero aún estaba algo aturdida.

Suavemente me puse de pie y salí de la habitación. Bajé las escaleras con extremado cuidado ya que mi cuerpo estaba algo débil y adormecido. Seguí el sonido de las voces y me dirigí hasta pequeña sala.

Tío Matt estaba sentado en el piso tecleando rápidamente en su computadora que se encontraba sobre la mesita de centro. Rob estaba a unos cuantos centímetros de él sentado en forma de indio sobre el sofá con un montón de documentos sobre sus piernas, al tiempo que hablaba con alguien por teléfono mientras jugaba con un resaltador que sostenía en su mano izquierda. Se veía algo gracioso ya que llevaba puesto el cuello ortopédico.

-Lo sé, señor Perkins- habló en forma condescendiente rodando sus ojos- Estamos totalmente de acuerdo en que esa cláusula es completamente inútil, la trayectoria que tiene usted en el mercado son el garante de su calidad, no puedo creer que le haya dicho eso- murmuró con un tono de desaprobación haciendo reír a mi tío quien giró en su dirección mostrando sus dos pulgares arriba.

Los miré a ambos por unos cuantos segundos tratando de entender que estaban haciendo, sin embargo, mi cabeza no parecía estar dispuesta a cooperar. Me acerqué a mi tío y me senté en el sillón individual que estaba frente a él.

Él me miró y sonrió

- ¿Te encuentras bien, bella durmiente? - me preguntó algo divertido, pero observándome con cierta preocupación.

-Sí, estoy mejor, gracias- mi voz sonó algo ronca- ¿Qué sucedió con Charlie?

Él bufó por lo bajo desviando su mirada hacia la computadora

-Nada. Nos insultamos, me mandó a la mierda, yo le dije que no quería ir allí porque él parecía estar siempre en ese ese lugar- sacudió su mano frente a mí restándole importancia- No sucedió algo fuera de lo normal. Quiso hablar contigo luego de todas las estupideces que dijo, pero Donna estaba bastante enfadada con él, así que estipuló que bajo ningún motivo iba a acercarse a ti por el resto del día

Suspiré cansada de seguir pensando en la misma situación.

-Genial- murmuré con sarcasmo recostando mi cabeza sobre el espaldar de la silla- ¿No debías estar en Seattle en este momento? - pregunté al momento en que mi vista se enfocó en el reloj de la pared que marcaba las ocho treinta de la noche.

-Olvídalo, Mary dijo que se encargaría de enviar todas mis cosas. Su primo maneja un negocio de mudanzas o algo así- se encogió de hombros- Por ningún motivo voy a irme una semana para que el idiota de tu padre siga haciendo pendejadas- espetó tratando de no alzar mucho la voz ya que Rob seguía hablando por teléfono.

- ¿Entonces vas a quedarte aquí?

-Oh sí, Don- Don dice que puedo dormir en el sofá hasta que tú, pequeña necia, vuelvas a irte a vivir a la casa del mal, entonces puedo tomar la habitación donde te estás quedando- me reí ante sus palabras

-Bueno, no tendrás que esperar mucho. Volveré el fin de semana allí- el frunció su ceño- Hey, entre más rápido vuelva a vivir con Charlie, más pronto cumpliré el año para no vivir con él

-Lo sé- tío Matt suspiró- Aún así, sigo diciendo que es una muy mala idea

-También me desagrada, pero es lo que hay- contesté restándole importancia- Al final del año todo habrá valido la pena. No podemos perder la tienda de música ni las empresas, sabes lo que acarrearía eso

Tío Matt agachó su cabeza asintiendo.

-Tienes razón- murmuró derrotado

-Todo será mejor para mí ahora que estás aquí- hablé entusiasmada- ¿qué estás planeando ahora? - señalé su computadora y a Rob que acaba de terminar su llamada y me dedicó una enorme sonrisa

-Bueno, ya que voy a pasar un tiempo aquí, necesito trabajar- explicó concentrado en la pantalla de su laptop. Hice un gesto con mi mano para que continuara. - Me pregunté a que podría dedicar mi vida durante todo un año. Como sabes, soy demasiado malo para seguir ordenes de otras personas, me gusta dar las ordenes. Así que ser empleado de alguien quedó descartado ¿te imaginas trabajar para alguien como Charlie? - me preguntó fingiendo susto poniendo en su cara una mueca de horror- Decidí crear mi propio negocio- plasmó una gran sonrisa en su rostro

- ¿Qué clase de negocio? - pregunté interesada

-Un centro de entretenimiento- contestó con simpleza

- ¿Un centro de entretenimiento? - repliqué curiosa

-Sip. En Forks hay aproximadamente más tres mil ochocientas personas, de las cuales el sesenta y cinco por ciento se encuentran en edades productivas, personas jóvenes que deben desplazarse a otros lugares para obtener actividades de entretenimiento.

-De acuerdo… ¿entonces que planeas hacer?

-Bueno, estoy haciendo un estudio de mercado y con base a ello tomaré decisiones

- ¿Cuántas variables estás manejando? - le pregunté levantándome de mi asiento para colocarme justo detrás de él y ver lo que tenía en su computador.

-Acabo de reducirlas justo a cincuenta, mañana haré otro filtro y lograré reducirlas a diez- contestó mientras hacía un gráfico con el cruce de información para ser más objetivo respecto al lugar en el cual va a ubicar su negocio- ¿Lograste convencerlo? - le preguntó a Rob quien asintió entusiasmado, tío Matt rio- Lo supuse cuando empezó a contarte sus anécdotas

- ¿Patrick Penn? - cuestioné imaginándome de quién se trataba. Ambos asintieron- Tienes talento si lograste negociar con él

- ¿Bueno? Él es excelente. Lo tenía en su bolsillo a los cinco minutos- elogió tío Matt haciendo que el chico de cabello azabache se sonrojara- Tiene un gran talento para los negocios, por eso nos acompañarás mañana a Seattle

- ¿Nos? - mi pregunta hizo que rodara los ojos

-Reunión trimestral chica lista. Logré convencer a Wang de reunirse contigo allí

- No quiero reunirme con él- resoplé volviendo a sentarme- Va a ser totalmente grosero y no estoy en mis mejores momentos para tener la suficiente paciencia y lidiar con sus caprichos.

-Bueno, ¿prefieres que hable yo con él? ¿o quizás es mejor que lo haga Charlie? – fruncí el ceño ante su sarcasmo- La última vez que no asististe terminamos con un contrato de mierda que nos hace esclavos de una pobre imitación de Napoleón

-Ni me lo recuerdes- suspiré sintiéndome agotada- Trataré de llegar a un acuerdo con él, si esa cláusula llegara a cumplirse…Dios ni quiero pensar en eso- sacudí mi cabeza- Iré a dormir. Mañana será un largo día- me levanté de mi asiento

-Debes comer algo primero. No pudiste terminar todo tu almuerzo y ahora quieres irte a la cama sin cenar- Rob sacudió su cabeza reprobatoriamente- La abuela dejó tu comida en la cocina, iré por ella y cenarás- sentenció apuntándome con un dedo para luego caminar hacia la cocina

-Pero no tengo hambre- dije alzando la voz para que me escuchara

- ¡No me importa! - me contestó de vuelta

-Él me agrada- canturreó tío Matt a lo que rodé los ojos.

Sin embargo, agradecí mucho el gesto de Rob. No había muchas personas que se preocuparan por mí. Me sentí muy querida al enterarme de que nana se había encargado de decirle a Rob que, si no despertaba, debía de llamarme a comer porque no había ingerido suficientes alimentos en el día…y a pesar de que ella estaba en su club de tejido, dejó mi cena preparada.

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- ¿Estás diciendo que tuviste que caminar toda la semana de ida y vuelta a la casa? - preguntó mi tío apretando fuertemente el volante. 

Pude ver por medio del espejo que sus ojos se inyectaban de sangre.

-No es un trayecto tan largo- murmuré a sabiendas de que eso no lo iba a tranquilizar

-Me importa una mierda. Tiene tres malditos autos en su garaje ¿no se le ocurrió prestarte uno? - escupió enfadado

- ¿Tres autos? - jadeé con incredulidad- Solo vi uno.

-Son tres. Discutí con él por eso, porque la factura llegó a nombre de una de las filiales de la empresa, créeme, fueron excesivamente costosos.

-No lo sabía- suspiré algo iracunda también cruzándome de brazos

- ¿Por qué no me dijiste?

-Estaba esperando a que llegara mi motocicleta- me encogí de hombros. El suspiró tratando de calmarse

-Llega mañana- mantuvo su ceño fruncido hasta que llegamos al estacionamiento de la escuela- Vendré por ti para ir a Seattle. Logré convencer a Donna de que dejara ir a Rob conmigo con la condición de que estuviera quieto toda la mañana.

Fue difícil hacer que se quedara en casa para que reposara. Según él, ya se encontraba en perfectas condiciones.

Muchos estudiantes se quedaron viendo hacia el lugar donde estábamos estacionados. Supongo que la enorme camioneta de un profundo rojo brillante llamaba la atención a kilómetros de distancia. Suspiré agachando un poco mi cabeza por la incomodidad que sentía.

Me giré para despedirme de tío Matt, pero me sorprendí cuando se bajó del auto con un altavoz de mano de color negro y pequeño.

- ¿Qué rayos…? - el fuerte alarido de su voz hizo que me quedara estupefacta en el asiento de copiloto.

-Buenos días, instituto de Forks. Soy el soldado Matthew Swan y estoy buscando a Tyler Crowley- habló fuertemente.

 Joder, no.

-Tyler Crowley, preséntate- gruñó haciendo que algunos estudiantes saltaran nerviosos en sus lugares- Tienes treinta segundos para salir, de lo contrario serás llevado al campamento militar.

Gemí internamente sabiendo lo vergonzoso que sería salir del auto. Debí imaginarme que algo como esto sucedería cuando insistió en que debía traerme al instituto el día de hoy. Me sonrojé al recibir la mirada de gran parte del personal estudiantil. Di media vuelta alrededor del auto para llegar junto a tío Matt.

- ¿Qué demonios estás haciendo? - le gruñí en voz baja.

Él me ignoró.

Vi a Tyler algo pálido escondido detrás de Mike, traté de darle una sonrisa amable para tranquilizarlo, pero sus ojos estaban puestos en mi tío y definitivamente estaban inundados por el pánico.

-No voy a volver a repetirlo, Tyler. Sal ahora mismo. Sé quien eres. Sólo te estoy dando la oportunidad de dar la cara y pedir tus malditas disculpas públicas por casi matar a dos personas por tu imprudencia. Tienes diez segundos

Tyler dio algunos pasos adelante cuando notó que Mike se había apartado de él. Supongo que tío Matt lucía lo suficientemente intimidante como para ni siquiera considerar la idea de apoyar a su amigo.

Tuve que reconocer que a pesar de que Tyler estaba blanco como un papel, fue lo suficientemente valiente como para acercarse a mi tío.

-Bien Tyler, ya debes conocer a mi sobrina Isabella- con una mano me tomó por los hombros poniéndome delante de él.

Dios, por qué me odias. Yo estaba igual de mortificada que el chico, casi podía sentir mi cara a punto de estallar de la vergüenza.

-Ella es como una hija para mí. Agradece que prácticamente esté sin un rasguño, de lo contrario… bueno las cosas no serían tan fáciles para ti- su voz sonó grave y sombría, lo cual logró hacer que Tyler estuviera casi a punto de desmayarse

-Lo siento mucho Bella, yo no…- empezó a disculparse

-Silencio. Tu licencia de conducción estará decomisada hasta que yo esté seguro que no volverás a ser un peligro- un dedo apuntaba de manera agresiva a Tyler justo al lado de mi cabeza.

-E-e-está bi-ien seño-o-or- habló tartamudeando el chico sacando temblorosamente la billetera de su bolsillo y entregándole su licencia a mi tío.

-Esto se quedará conmigo por un buen tiempo- gruñó tío Matt dándole una mirada mortal- Ahora, ve a tus clases niño- le ordenó con desdén

Tyler se apartó rápidamente de nuestro lado

- ¡Y espero no verte infringiendo la ley! ¡Tengo mis ojos sobre ti, Tyler Crowley! – exclamó a través del altavoz, lo cual era totalmente innecesario ya que todos en el estacionamiento estaban sumidos en un profundo silencio.

-Esto es tan humillante- sacudí mi cabeza avergonzada haciéndolo reír.

-Pasaré por ti en la tarde, niña- despeinó mi cabello- Trata de mantenerte viva hasta entonces

-Ya estoy muerta de la vergüenza- gruñí aplastando mi cabello

-Hey, no me culpes. Jamás pude avergonzarte en la universidad.

Le pegué un golpe en su hombro

-No menciones eso cuando estamos rodeados de estudiantes- le dije mirando alrededor dándome cuenta que ya muchos chicos se habían dispersado para ir a sus clases

El resopló rodando los ojos.

-Como sea. Aun no entiendo porque sigues viniendo a la escuela. Eres la persona más inteligente que conozco haciendo la cosa más tonta que he escuchado

Fue mi turno de rodar los ojos

-No puedo soportar estar encerrada en esa casa todo el día, todos los días durante un año. Prefiero venir a estudiar- me encogí de hombros

-Supongo que lo entiendo- murmuró rascando su cabeza- Te veré más tarde ¿de acuerdo? – asentí dándole un abrazo.

Las horas siguientes fueron tensas y embarazosas. Para mi desgracia, me convertí en el centro de atención durante el resto de la mañana. Todos estaban insanamente curiosos acerca de mi tío. Por otro lado, Tyler Crowley se puso insoportable, me seguía a todas partes, obsesionado con compensarme de algún modo. Lo cual era totalmente estúpido si recordábamos la intimidación que tío Matt tuvo sobre él. Intenté convencerle de que lo único que quería era que olvidara lo ocurrido, sobre todo porque no me había sucedido nada, pero continuó insistiendo.

En el almuerzo hice el intento de sentarme sola, lo más alejada posible del escrutinio público. Todo se fue al trasto cuando Mike, Tyler y Erik decidieron sentarse en la mesa donde yo estaba. Lo cual ocasionó que el círculo de amigos de éstos, también se sentaran con nosotros. Mike y Eric se comportaban con él de forma bastante más hostil, e incluso se unieron para hacer bromas respecto a su horrible forma de conducir.

La hora del almuerzo se me hizo eterna al estar rodeada de personas preguntando los detalles del accidente, comentarios algo ridículos admirando mi valentía y chistes que lanzaban diciéndome que debería hacer que mi tío se llevara a Tyler al campamento militar. Salté de mi silla cuando la campana sonó anunciando el inicio de la siguiente clase.

-Buen día Bella- saludó Edward cuando corrí mi silla para sentarme.

A diferencia de nuestras anteriores clases, hoy parecía de buen humor. Sus ojos dorados brillaban con curiosidad y algo de divertida amabilidad haciéndolo lucir más guapo, si es que eso era posible.

-Hola, Edward- contesté devuelta tratando de no pensar en el porqué de su repentino trato hacia mí. Me conformé con concluir que las tragedias suelen generar un tipo de extraño acuerdo de paz y de no agobio entre las partes.

O tal vez, él también presenció la pequeña escena que hizo mi tío en la mañana. Definitivamente estaba mortificada por eso.

- ¿Cómo has estado? - preguntó luciendo en verdad interesado en saber.

-Bien- contesté suavemente tratando que mi escueta respuesta no sonara ruda.

No era mi intención ser grosera con él; simplemente que no sabía que contestarle, cuando ambos estábamos alrededor del otro es como si camináramos alrededor de bombas presionando botones para ver quién de los dos estalla primero.

Él, sin embargo, pareció frustrado por mi respuesta.

-Me da gusto- habló con su voz aterciopelada- ¿Está Rob mejor también?

-Oh sí- asentí- Sólo está algo irritado por llevar el cuello ortopédico- comenté mientras observaba al profesor entrar al salón.

-Un pequeño precio a pagar, para lo que pudo haber sucedido- murmuró frunciendo su ceño, aunque su semblante seguía siendo amable por su rostro pasó una mueca que lo hacía lucir algo molesto.

-Es lo que su abuela le dice- reí quedito mientras abría mi cuaderno y comenzaba a hacer garabatos.

Nuestra conversación se vio interrumpida ya que el maestro inició la explicación de la clase. Realmente no le estaba prestando demasiada atención y lo mismo sucedía con el cobrizo que estaba a mi lado. Por algún motivo su mirada penetrante estaba empeñada en seguir cada uno de mis movimientos. Me fue inevitable sentirme inquieta y algo avergonzada, así que hice una cortina con mi cabello tratando de evitar que él notara mi sonrojo.

Afortunadamente, la clase pasó rápido y antes de lo que habría pensado ya me encontraba caminando hacia la salida después de murmurar un simple <Adiós> a Edward. Pude escuchar como él me deseaba un buen día, pero algo no me dejó ser lo suficientemente amable para girar mi rostro hacia su dirección y desearle lo mismo.

Había algo que me impedía acercarme realmente a él; tal vez se debía a su belleza inalcanzable o al mal inicio que tuvimos apenas nos vimos, de todos modos, a pesar de su atrayente misterio no me debía permitir que el interés que parecía generarme Edward Cullen empezara a carcomerme el cerebro. Tenía suficientes cosas para preocuparme en este momento y siendo sincera conmigo misma, él y yo estamos en diferentes sintonías, nunca podría resultarle más que un fenómeno interesante a alguien como él. Y ya estaba cansada de ser el pequeño caso de exploración de muchas personas.

Una pequeña punzada se instaló en mi pecho al pensar en ello. Diablos, no. Sólo me había mudado aquí hace unos cuantos días, definitivamente no debería estar sintiendo ese tipo de afectación por una persona que no conocía. ¿Por qué habría de preocuparme si le resultaba interesante o no en primer lugar?

Ni siquiera quise adentrarme a contestar esa pregunta. Mis hormonas estaban anulando mi razón.

Sentí el rubor subir a mi cuello y mejillas. Definitivamente debo mantenerme alejada de él.

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- ¿Entoncespuedo confiaren que tendremos las composiciones listas en seis semanas? - tuve que contenerme de golpear mi cabeza contra la mesa ante la frustración que me genera hablar con Grayson Wang. Algo dentro de mí quería darle una cachetada para quitar de su rostro su mueca de desagrado y superioridad con la que solía vernos a todos los que le rodeábamos.

-Enviaré las composiciones una semana antes para que podamos hacer los debidos retoques- dije tratando de sonar amable sin rodar los ojos ante la pregunta que hizo. Llevábamos hablando una hora sobre el mismo tema.

-De acuerdo- asintió frotando su barba mientras me miraba analíticamente- Sin embargo, no me gustaría que me enviaras las composiciones por internet – algo en mi cerebro chispeó al oírlo.

No era de mi desconocimiento los delirios de persecución cibernética de Wang, el hombre no tenía redes sociales porque estaba seguro que un hacker quería apoderarse de su identidad. Por lo que he podido deducir en medio de nuestras conversaciones se debe a un trauma que tuvo hace algunos años a raíz de una suplantación de identidad por parte de uno de sus mejores amigos, lo cual lo dejó en bancarrota y le hizo cancelar su compromiso con la chica con la que llevaba comprometido cuatro años.

-Las enviaré físicamente, entonces- no era lo más eficiente, pero supongo que era la mejor opción

-Perderemos mucho tiempo de esa manera- sacudió su cabeza haciendo que los mechones de su cabello rubio ondearan desordenados

Apreté mis labios para evitar soltar un comentario mordaz.

- ¿Qué propones para hacerlo funcionar? - pregunté viendo como sus ojos verdes adquirían un brillo peculiar

-Bueno, sería más fácil si pudiera ser partícipe del progreso de las composiciones- dijo él con una sonrisa mientras bebía un poco de su café

-Grayson, no puedo reunirme contigo durante tres semanas. Estoy viviendo con mi padre en Forks y en este momento me es imposible viajar, sin embargo…

-Nunca dije que tuvieras que viajar- él arqueó una ceja divertido al interrumpirme. Mi ceño se frunció ante sus palabras- Tengo la temporada despejada hasta el estreno de la obra, puedo viajar y estar atento a los avances. De esta manera nos aseguramos que las canciones conecten verdaderamente con la trama ¿no te parece estupendo?

Le di una falsa sonrisa ante su comentario. La última canción que escribió Oliver no lo había convencido y al parecer no nos iba a dejar olvidarlo.

-Suena bastante laborioso movilizarte al otro lado del país para verificar la composición de cuatro canciones- acoté con algo de sarcasmo. Tomé un sorbo de mi batido de café para evitar decir todo lo que pensaba sobre ello.

-No tendría que hacerlo si se hubiesen cumplido los tiempos- alzó los hombros dándome a entender que era nuestra culpa

-Los tiempos están bien, Grayson. Te dimos tres canciones un mes antes de lo estipulado. La cuarta canción no te gustó, te entiendo. Aún con ello estamos una semana por delante de las fechas de entrega acordadas- le dije firmemente. –Si piensas que la mejor solución es viajar a Forks, hazlo. Pero no pongas cartas inexistentes sobre la mesa.

Estaba segura que, si no le ponía un alto en este instante, le iba a dejar la plena libertad de morder nuestros traseros cada vez que quisiera. Ya de por sí el contrato que teníamos de por medio nos dejaba en una gran desventaja frente a él.

-Llámame cuando tengas listo tu plan de viaje para sincronizar nuestros tiempos- tomé mi bolso que estaba descansando sobre una silla a mi lado y me levanté de mi asiento.

-Espera, Bella. – Grayson extendió su mano sobre la mesa alcanzando mi brazo antes de empezar a caminar. Por primera vez desde que lo conozco lo vi avergonzado. Su rostro estaba levemente sonrojado y algo desencajado- Lo siento- murmuró suavemente

Bueno, este día tal vez deba pasar a la historia. Traté de que en mi rostro no se mostrara ningún signo de sorpresa.

-Mira, sé que estás estresado con todo lo de la obra. Pero tú y yo sabemos que es injusto que dirijas la culpa sobre nosotros. – le dije en un tono amable, pero sin condescendencia- Créeme que nuestro objetivo no es hacer mal el trabajo, estamos tan comprometidos en esto como tú.

-Tienes razón, Bella- carraspeó incomodo-Yo te pido disculpas por lo que he dicho. – asentí ante sus palabras

-De acuerdo. Estaré en contacto contigo para hacer los horarios- le sonreí haciendo un movimiento suave para retirar mi brazo de su agarre- Fue agradable verte- dije con algo de falsedad

- ¿Te vas ya? - se levantó de su asiento rápidamente poniéndose en frente de mí.

- Bueno… sí. Ya tratamos y dimos solución a los temas con los que había inquietudes- dije en tono amistoso, esperando con todas mis fuerzas que no sacara más problemas a relucir.

-Oh, está bien… ¿no gustas tomar otro batido? - me preguntó algo tímido.

-Eres muy amable, pero ya estoy satisfecha- respondí algo abrumada por su actitud.

-Mmm ¿quieres que te acerque a algún lado? Tengo el auto estacionado afuera

-Gracias, Grayson- sonreí confundida - No es necesario. Mi tío está a una calle en el centro comercial- Asintió metiendo sus manos en el bolsillo de su chaqueta.

-De acuerdo. – murmuró bajamente- Muchas gracias por reunirte conmigo hoy

-No tienes que agradecerme- contesté cortésmente. Aunque realmente él si tenía que hacerlo. Había estado presionando toda la semana a tío Matt con el mismo tema- Hablamos luego- lo mire solicitando que me diera permiso.

Él captó mi intención y se corrió hacia un lado.

-Nos vemos pronto, Bella

-Adiós, Grayson. Te deseo un buen día- me despedí sintiendo como su mirada me seguía hasta que salí del local.

Suspiré pesadamente al cruzar la calle. Hablar con Wang cada vez se volvía más… excéntrico. Traté de despejar mi mente y no pensar de más en la extraña conversación que habíamos tenido, ni en cómo estaba tratando de coquetear conmigo… eso era incómodo.

Me dediqué a apreciar la arquitectura de los edificios que me rodeaban, tal vez me ayudaría a sentirme inspirada para hacer una nueva pintura. Saqué algunas fotografías con mi teléfono de todo aquello que me llamaba la atención e hice una nota mental de todos materiales que necesitaba conseguir.

-Buenas tardes, señorita. ¿Quisiera adoptar una mascota? - bajé mi mirada hacia la tierna voz infantil. Una niña de unos diez años con uniforme azul de exploradora me sonreía señalando a un gatito de color gris claro que lloraba encogido en una de las esquinas de la caja que tenía junto a sus pies.

Jadeé al ver lo pequeño que era.

-Hola, cariño. – saludé a la niña con dos coletas de largo cabello castaño. - ¿Puedo tocarlo? - le pregunté pidiéndole permiso. Ella asintió rápidamente

-Es una chica- me dijo – Es la última que queda, mi equipo está ayudando al refugio a encontrar personas que quieran adoptarlos. – me agaché estirando mi mano para acariciar a la indefensa gatita. Con suavidad masajeé con mi índice su cabeza, ella maulló calmando su llanto y colocando su patita sobre mi dedo.

- ¿Cuántas semanas tiene? - le pregunté mientras tomaba a la gatita, sacándola de la caja.

-Tiene seis semanas. Su nombre es Skye- informó, mostrándome una ficha con las descripciones de Skye y las observaciones hechas por el veterinario. - ¿Vas a adoptarla? - me preguntó con sus ojos verdes emocionados

Skye maulló acurrucándose contra mí, enterrando sus uñas en mis manos sin hacerme daño.

- ¿Tu qué opinas Skye? ¿Quieres ir a casa conmigo? - alcé a la gatita a la altura de mis ojos observándola con detenimiento, ella era una cosita sumamente tierna.

Su pelaje era de un color gris claro, con rayas más oscuras en algunas partes de su cuerpo y ojos de un profundo azul. Skye levantó una de sus patitas colocándola en mi nariz. Me reí, tomando ese gesto como su respuesta.

-Voy a adoptarla- le dije a la niña quien de inmediato me pasó algunos documentos para firmarlos y de esta manera hacer registro de la adopción.

-Gracias por darle a Skye una familia, señorita Isabella- dijo la exploradora mirando mi nombre en el registro

-Gracias a ti por colaborar con la comunidad, señorita…

-Megan- me dio una enorme sonrisa

-Señorita Megan- asentí divertida ante lo buena que ella era. - ¿Tus padres están cerca de aquí? - le pregunté

-Sí, están en el café- me señaló con su dedo hacia mi izquierda. Donde dos tiendas después de la entrada del centro comercial había una cafetería, con gente sentada a las afueras de éste.

Megan levantó la mano saludando, vi a dos personas que le devolvían el saludo. Sonreí al ver que sus padres están al cuidado de ella.

-Ten un lindo día, Megan- dije despidiéndome. Ella me deseó lo mismo entregándome una hoja de papel con las recomendaciones que hizo el veterinario para Skye.

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-Prométeme de nuevo que no robaste a esa gatita- pude observar la sonrisa de tío Matt a través del espejo del auto.

Bufé ante su burla

-No la robé. La adopté.

Acaricié a Skye que se encontraba recostada contra mis piernas. Ella ronroneó enroscándose más.

- ¿Compraron todo lo que les pedí?  No puedo dejar que ella esté haciendo sus necesidades por ahí en la casa de Charlie. Nos matarán a las dos. - Aun estaba algo asustada de llevar a Skye conmigo.

-Oh sí, todo está atrás. Compramos la caja, la arena y la comida, e incluso conseguimos platos y un collar. – mencionó Allan desde el asiento del copiloto.

-Bien- suspiré aliviada- Muchas gracias.

-De nada. – contestaron ambos al tiempo.

- ¿Pudieron conseguir lo que necesitaban? – pregunté recostando mi cabeza en el espaldar del asiento.

-Mmm, hmmm. Rob, logró convencer a las personas adecuadas y ahora vamos a ser una sucursal de Filmsnetic- tío Matt sonaba orgulloso

- ¡Eso es genial! ¡Te felicito, Rob! – exclamé –Ellos son proveedores de buenas películas y hacen excelentes propuestas para el cine alternativo. Negociar con ellos es muy complicado, me alegro mucho que lo obtuvieras.

-Gracias, Bella- sonreí al notar que estaba algo avergonzado, éramos similares en nuestro disgusto por ser el centro de atención.

Sentí vibrar mi celular en el bolsillo de mi chaqueta. No pude evitar gruñir al ver el número en la pantalla. Apreté mis labios dudando si contestar o no. Skye se movió inquieta en mis piernas ante el sonido, así que para tranquilizarla decidí apretar el botón para responder la llamada.

-Charlie- espeté fríamente. Lo escuché suspirar a través del teléfono

-Hola, Isabella- sentí la tensión en su saludo. – ¿Dónde estás? – preguntó soltando un gruñido bajo

-Escapé de Forks porque estoy intentando llamar tu jodida atención- respondí sarcásticamente

Hubo un silencio muerto en la línea por un tiempo. Tío Matt y Allan me observaban a través del espejo, algo perplejos ante la rudeza y el cambio de mi tono.

- ¿Vas a venir el día de hoy a casa? - cuestionó con voz pastosa.

-No. El domingo estaré allí. Si vas a salir por lo menos ten la cordialidad de dejarme copia de las llaves- Aún tenía algo de resentimiento por haberme dejado tirada en el instituto y largarse durante una semana.

-Estaré esperándote el domingo

-De acuerdo- contesté con frustración.

- ¿Estás… bien? - fruncí el ceño ante su pregunta

-Hasta el domingo, Charlie- colgué la llamada tratando de evitar las lágrimas.

No lloraría más. No por él, al menos. El camino que nos une a mi padre y a mí, está bifurcado desde hace mucho tiempo. A pesar de que hay algo que nos mantiene unidos, hay una división larga, llena de heridas y dolor que nos impide volver a encontrarnos.

-Bella, ¿estás bien, cariño? - reí irónicamente a la pregunta de tío Matt

-Sí, solo era Charlie siendo Charlie- contesté haciendo una mueca.

-Un año Ella, sólo un año-  asentí con resignación ante sus palabras.

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¡Hola! Aquí dejo este nuevo capitulo, por favor dejen sus comentarios para saber que opinan.

Muchas gracias por leer.

Hasta el próximo capítulo. 

Saludos!

 

Capítulo 5: Caminos

 


 


 
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