- NARRA NESSIE
Cada parte de mi cuerpo suspiraba su nombre; le necesitaba... el era como una droga para mi.
En sus ojos podía ver la furia; el deseo; el amor; la dulzura; podia ver todo a través de sus ojos. El era un angel bajado del cielo.
Poco a poco nos desprendimos de nuestras molestas ropas; quedando expuestos bajo la luz de la luna. Era realmente hermoso.
Con mi lengua empece a recorrer su cuello; su perfecta mandíbula hasta llegar a sus labios; el abrio su boca y un embriagador aroma salio de entre sus labios; un aire fresco que me hizo enloquecer.
Juntamos nuestros labios por primera vez y empezamos a jugar con nuestras lenguas en perfecta armonia.
En ese momento me sentia en el paraiso, podiamos estar horas y horas entrelazando nuestras lenguas. Decidi tomar el control y antes de arrojarle al suelo le susurre:
- Soy tuya y tu seras mio para siempre
Le arroje contra el suelo y el impacto fue tal que varias grietas nacieron del suelo.
En su rostro pude ver una sonrisa realmente sexy.
Me abalance sobre el y empece a descubrir todos los centimetros de su precioso rostro; mientras tanto, el reconocia mi cuerpo gracias a sus frias manos.
Note una debil presión en mis caderas; el me estaba colocando entre sus piernas. Miles de sensaciones invadieron mi cuerpo, mi respiración fue aumentando en cada movimiento, nos estabamos convirtiendo en una sola persona.
Puse mi mano sobre su mejilla y le mostre todas mis sensaciones en ese momento, lo que sentia por el, lo que le necesitaba en mi vida... todo.
El ritmo fue aumentando junto a nuestros gemidos, quería más y más; nunca en mi vida me cansaria de el.
El jugaba tan bien con mi cuerpo, me encantaba. Solte sus manos de mis caderas y se las lleve a mis pechos; queria abordar una nueva sensación. Lentamente empezo a acariciarlos, en su rostro podia ver la excitación; con su lengua empezo a jugar con mis pezones, suavemente los mordia.
- Quiero más; hazme tuya.
Me hizo caso y rapidamente fuimos aumentando el ritmo y nuestros gemidos. El roce de nuestros cuerpos era sencillamente maravilloso; grandioso; no tenía palabras para describirlo.
Poco a poco sentía que ibamos a llegar a las puertas del cielo, el ritmo de nuestras caderas iba aumentando descontroladamente.
Y por fin nos fundimos en uno solo.
- Alec...
- NARRA ALEC
Era tan hermosa cuando dormía; era un angel. Se veía ansiosa pero a la vez feliz, decía palabras sin sentido; me hizo esbozar una sonrisa.
De repente pronuncio un nombre, nunca me lo habría esperado
- Alec...
Sus ojos se abrieron rapidamente y clavo su preciosa mirada en mi; sus mejillas se sonrojaron, aun era más hermosa.
- Hola... ¿me has escuchado,verdad? - dijo mientras escondia su rostro.
- No te avergüences; me ha echo ilusión.
- Bueno, olvidalo por favor.
- Lo dudo - dije mientras soltaba una carcajada - Saldre un momento para que atiendas tus necesidades humanas
- Gracias - me dijo todavía ruborizada
Sali de aqueña cabaña, quería aclarar mis pensamientos. Miles de emociones sentía en ese momento... había soñado conmigo y se había ruborizado; me encantaba, me sentía el hombre más privilegiado del mundo, tantos siglos viviendo en la oscuridad y de repente aparece ella. Mi luz
Lo daría todo por ella; haría cualquier cosa... todo.
A los pocos minutos sentí una presencia, me di la vuelta y alli estaba ella; tan hermosa como siempre.
- Creo que hoy tenemos una cita - dijo con su preciosa voz
- ¿Una cita? - pregunte confundido
- Claro, voy a invitarte o a enseñarte a comer
-¿Invitarme o enseñarme? lo dudo mucho
- Lo dudas poco. Acompañame - me dijo con una gran sonrisa
Salimos corriendo hasta llegar a un gran bosque.
- Ahora que vas a estar conmigo... no voy a consentirte que mates a ningun humano. Hoy vas a aprender a alimentarte de otra forma distinta. Dejate llevar por tus instintos; pero recuerda que los animales no son como los humanos, los animales tienen su instinto más desarrollado y perciben el peligro. Osea que andate con cuidado; tienes que ser más astuto que tu presa.
Percibi el aroma de varios osos, no se encontraban muy lejos de mi posición. No eran muy apetecibles pero en el momento en el que percibi su aroma mi garganta empezo a arder.
Sin pensarlo dos veces fui directo hacía mi presa; la lucha no fue gran cosa...
Pude sentir la sangre entrando por mi boca; era tan calida... pero no tenía nada que ver con la humana.
Pero como ya e dicho antes; Haría todo por ella.
|