Hola chicas. De todo corazón espero que todas hayan pasado unas felices fiestas y que Dios les regale a todas un excelente año 2017. Como les prometí mañana es mi cumple y como quiero disfrutar el día con mi familia aquí les traigo un nuevo capi de esta historia que espero les guste y como siempre quiero agradecer a SUSA13, ELIZABETH MERDADO, EMI20, BELLSWARD, ALEXANDRAGREYCULLEN, GINNADECULLEN, ALEGRA SALVATORE, JIMENA, CIBEL, NOE, NIHON1, ALIXA CULLEN, JUD!* gracias por sus comentarios, por su apoyo, su paciencia y también gracias a todas esas lectoras silenciosas. No las canso más y aquí les dejo el capi. DISFRUTENLO…
– ¿Quieres darte una ducha? – dijo Edward mientras jugueteaba con mi cabello, yo yacía recostada en su pecho escuchando como los latidos de su corazón poco a poco volvían a su ritmo habitual.
– Si, hoy ha sido un largo día y quiero volver al hospital para estar al pendiente de mi hija – me sentía agotada y habría deseado que la situación fuera otra y poder quedarme dormida junto a él pero mi hija estaba presente en mi mente y me sentía culpable de estar aquí cuando ella estaba durmiendo en esa cama de hospital.
– Nuestra hija – me corrigió dulcemente y sonreí por lo hermoso de aquellas palabras saliendo de su boca, el hecho de que él me hubiera perdonado me llenaba de alegría – pero antes de volver quiero que comas algo, no te preocupes llamare a mi padre, él me prometió que estaría al pendiente de nuestra hija de manera que si él no ha llamado significa que todo marcha bien.
– ¿Él ya lo sabe? – pregunté temiendo saber la respuesta.
– Si, me lo preguntó hace un rato, eran demasiadas coincidencias el parecido entre Nessie y yo, el tipo de sangre…
– Ella me recuerda tanto a ti – le interrumpí sin poder evitarlo – su cabello, sus ojos, su sonrisa, frunce el ceño igual que tu cuando está concentrada en algo y su comida favorita también es la lasaña.
– No me di cuenta de que nos parecíamos hasta que Rose empezó a decírmelo insistentemente, pero a pesar de eso intenté restarle importancia porque no tenía ningún sentido.
– No puedo creer que todo este tiempo hayas estado tan cerca y a la vez tan lejos, todo este tiempo traté de olvidarte, me concentre en mi carrera trate de hacer mi vida en New York pero me era imposible olvidarte, luego decidí que quería estar más cerca de mi familia y Seattle era un magnifico lugar para vivir – dijo Edward mientras entrabamos al baño.
– Cuando al fin volví Rose siempre se refería a ti como “mi amiga” o “la mamá de Nessie” y Nikky como “la señora Swan”, si algunas vez se hubieran referido a ti por tu nombre habría indagado más y habría corrido a buscarte.
– Lo siento en verdad.
– Ya no lo sientas me encargaré de recuperar el tiempo perdido – dijo acercando sus labio a los míos, besándome suavemente.
Pero lo que empezó como un tierno beso cambió inmediatamente a uno lleno de pasión me tomo entre sus brazos levantándome de las caderas y yo envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras él nos introducía a ambos en el cálido torrente de agua.
Me apoyó contra los fríos azulejos que me hicieron jadear contra sus labios que seguían devorando los míos con pasión, nos separamos en busca de aire pero el continuó besando mi piel, mordisqueando suavemente mi cuello, descendiendo hasta llegar a mis pechos tomando uno de mis pezones en sus boca y succionando con fuerza logrando que un gemido se escapara de mis labios.
Nuestros cuerpos cálidos y resbalosos por el agua se presionaban el uno al otro mientras el deseo nos consumía hasta que Edward decidió ponerle fin a nuestro tormento y me penetró con fuerza.
Sus movimientos eran rápidos desesperados y yo solo podía absorber cada sensación gimiendo de placer.
Todo esto me parecía un hermoso sueño del que no quería despertar, muchas veces había despertado en medio de un sueño como este, en medio de lágrimas al saber que lo más seguro era que jamás volvería a ver a Edward y ahora estaba entre sus brazos disfrutando de sus cercanía de su aroma de su aliento mezclado con el mío.
Ahora él conocía toda la verdad, amaba a nuestra hija y me perdonaba por todo el dolor que nos cause por mi cobardía, esto era aún más de lo que yo podía desear.
Sus embestidas continuaron acelerando hasta que nuestros orgasmos llegaron al mismo tiempo haciendo que ambos gimiéramos con fuerza.
– No sabes cuánto te amo – dijo Edward besando mi frente.
– Claro que lo sé – declaré con las lágrimas rodando por mi rostro – me amas tanto como yo a ti, por eso perdonaste todo pero…
– ¿Pero qué? – preguntó tomando mi rostro entre sus manos.
– Temo lo que pueda pasar si James nos encuentra – dije incapaz de sacar ese temor de mi mente.
– Yo las protegeré – afirmó mirándome a los ojos – y aunque daría cualquier cosa por tener a ese malnacido frente a mí y hacerle pagar por cada lagrima que te hizo derramar no creo que te encuentre con facilidad ya que mi familia no es como la de mis tíos, siempre hemos estado alejados del ojo público. Nuestra hija y tú no tendrán nada que temer mientras yo viva – dijo envolviéndome en sus brazos.
Al salir de la ducha Edward pidió servicio de habitación y no me dejó en paz hasta que comí la mitad del contenido de mi plato, también insistió en que durmiera aunque sea un par de horas pero eso sería imposible, sabía que nuestra hija estaba bien, el medico había asegurado que se recuperaría pero no podría estar tranquila y conciliar el sueño mientras ella estaba en el hospital, prefería estar junto a ella de manera que Edward no insistió sino que nos arreglamos y volvimos al hospital.
Edward tomo firmemente mi mano en cuanto bajamos del auto y no me soltó incluso cuando llegamos hasta donde se encontraba mi padre sacando una soda de una máquina expendedora y por supuesto que no se le paso por alto el detalle, su mirada se centró en nuestras manos unidas y vi la sombra de una sonrisa en sus labios.
– Sigue dormida – dijo antes de que yo le preguntara – la enfermera paso a revisarla hace unos minutos y dijo que todo estaba bien así que salí por algo de tomar.
– Gracias papá.
– No hay de que cariño y ustedes dos… ¿tienen algo que decirme? – pregunto enarcando una ceja y yo sentí el calor esparcirse en mi rostro.
– Papá yo…
– No tienes que contarme nada ahora hija ya habrá tiempo – dijo sonriendo al ver mi incomodidad y yo solo asentí.
– Tienes razón Charlie no es el momento para sentarnos a hablar sobre el tema pero me gustaría decirte que ahora que estoy enterado de todo estaré aquí para Bella y nuestra hija porque yo jamás dejé de amarla – dijo Edward que hasta ahora había permanecido en silencio.
– Eso es todo lo que necesito saber, que cuidaras y amaras a mi hija y mi nieta – dijo mi padre extendiéndole la mano a Edward.
– Bienvenido a la familia – añadió mi padre cuando él tomó su mano extendida y mis ojos de inmediato comenzaron a humedecerse y parpadee repetidas veces para que mis lágrimas se disiparan.
Esto era como un sueño del que no quería despertar, pese a la pesadilla que habíamos pasado por que nuestra hija haya estado en peligro de morir ahora un futuro alentador se extendía ante nosotros.
Nessie estaría bien, Edward sabía la verdad y amaba a nuestra hija, no solo me había perdonado sino que quería un futuro juntos, además sabía todo lo de James y tengo que reconocer que el hecho de que viniera de una familia tan poderosa era tranquilizante porque la posibilidad de que James nos encontrara un día siempre estaría latente.
Además mi padre y Edward parecían llevarse muy bien a pesar de las circunstancias y de solo haberse tratado por un día, ya que mi padre sabía bien que nuestra separación y el hecho de haber tenido que criar a Nessie sola no fueron culpa de Edward, nada de eso había sido su elección sino consecuencia de mis decisiones equivocadas.
Edward y yo nos quedamos acurrucados en un sillón en la habitación de Nessie y el estar recostada en su pecho con sus brazos a mi alrededor mientras contemplábamos en silencio a nuestra hija dormir tranquilamente me relajo a tal punto que me quede dormida y para cuando desperté ya casi eran las 6 así que después de un corto beso de buenos días fui al baño y cuando salí allí estaba un doctor de mediana edad alto y de cabello rubio hablando en voz baja con Edward y mirando a nuestra hija con adoración, recordé haberlo visto en las fotografías de la casa de los Cullen de manera que se trataba del padre de Edward.
– Buenos días – dije en voz baja sintiéndome tímida ante el primer encuentro con el abuelo de mi hija.
– Buenos días – contestó el doctor Cullen con una sonrisa tan encantadora como la de su hijo.
– Mira papá te presento a Bella ayer con todo el revuelo ya no pude presentarlos – dijo Edward.
– Mucho gusto doctor Cullen – dije extendiendo mi mano tímidamente hacia él, pero fui sorprendida ya que él no la acepto y en su lugar me atrajo en un abrazo.
– Lo lamento – se disculpó en cuanto me soltó – pero estoy muy emocionado de conocerte, Rose nos ha hablado mucho de ti y la verdad es que las ultimas noticias me tienen algo eufórico y espera a que mi esposa se entere.
– Ya me lo imagino – dijo Edward poniendo los ojos en blanco.
– Solo para prevenirlos dijo que pasará por aquí en la mañana así que conociéndola dentro de poco estará por aquí, se quedó muy preocupada por ella – dijo mirando a nuestra hija y mi estómago se hizo un nudo ante la perspectiva de conocer a la madre de Edward y a la vez revelarle que él era el padre de Nessie.
– Mami – murmuró mi pequeña con la voz ronca y de inmediato corrí hasta su cama.
– Tranquila cariño aquí estoy – dije acariciando su mejilla.
El doctor Cullen de inmediato reviso minuciosamente a su nieta y afortunadamente todo estaba en orden y después de que mi hija desayunó llego la madre de Edward.
Esme Cullen llego vistiendo un vestido azul y unos tacones negros que resaltaban su figura, su cabello color caramelo cayendo en suaves ondas hasta la mitad de su espalda y con un oso de felpa y un libro de cuentos entre sus manos, era una mujer muy atractiva y elegante que lucía muy joven para su edad.
– Hola cariño – dijo saludando su hijo con un beso en la mejilla y un abrazo.
– Mira mamá te presento a Isabella Swan, la madre de Nessie.
– Mucho gusto cariño – dijo envolviéndome en sus brazos de la misma manera que lo había hecho su esposo poco antes – lamento mucho lo que paso.
– Muchas gracias señora Cullen – murmuré sonrojada por su efusiva reacción.
– Por favor llámame Esme.
– De acuerdo y a mi llámame Bella – dije correspondiendo a su cálida sonrisa.
– Hola mi niña hermosa, mira a quien te traje para que te haga compañía – dijo sentándose en el borde de la cama para darle un beso en la mejilla.
– Gracias abuela – dijo mi pequeña abrazando a su nuevo juguete mientras yo me quedaba helada al escucharte.
– Lo lamento, si te molesta yo…
– Claro que no – dije sonriendo para tranquilizarla.
– Es que ayer mientras jugábamos mencionó que ella no tiene una abuela, Nikky propuso que yo podría ser su abuela también y yo le dije que por supuesto que podía serlo.
– Buenos días – saludo mi padre desde la puerta. – Buenos días respondimos a coro.
– Charlie crees que podrías quedarte con Nessie un momento, mi madre, Bella y yo necesitamos hablar a solas – dijo Edward ignorando la mirada interrogativa de sus madre, luego me tomo de la mano y aunque le detalle de nuestras manos unidas llamó su atención no dijo nada al respecto.
– ¿Que pasa hijo?
– Tal vez deberíamos ir a la oficina de papá – dijo Edward y ella asintió.
– Hijo por favor ya habla de una vez que me estas preocupando – dijo Esme en cuanto entramos en la oficina de su esposo.
– Mamá hay algo que necesitamos que sepas.
– Habla ya por favor hijo.
– Está bien mamá – dijo Edward haciendo una pausa para intentar escoger sus palabras lo mejor posible – necesitas saber que Bella y yo ya nos conocíamos, hace 5 años durante las vacaciones que tomé la conocí, ella fue la mujer de la que me enamoré y producto de esa relación nació Nessie.
Esme miraba a su hijo como si no comprendiera sus palabras mientras el continuaba su relato y le explicaba a su madre los pormenores de nuestra historia.
– ¿Me estás diciendo que esa hermosa pequeñita es mi nieta? – preguntó Esme con los ojos anegados en lágrimas.
– Si mamá, ella es tu nieta.
– ¡Oh cariño! – dijo corriendo a abrazar a su hijo y cuando lo soltó hizo lo mismo conmigo dejándome completamente sorprendida.
– No lo puedo creer, es que algo en mi corazón me hacía sentir un cariño tan especial por ella como el que siento por Nikky, es mi nieta, no lo puedo creer – seguía repitiendo para sí misma.
– Esta bien mamá, creo que es hora de calmarse no quiero que te desmayes o algo, si sigues así tendré que darte un calmante – dijo Edward preocupado al ver a su madre tan eufórica.
– No digas tonterías – lo reprendió Esme aun sonriendo – es solo la emoción, iré a leerle un cuento a mi nieta ¿Si me lo permites claro? – añadió mirándome y yo solo asentí, aun me encontraba con un nudo en la garganta al ver la cariñosa reacción de la madre de Edward hacia nuestra hija.
– Mamá por favor se discreta aun no le hemos dicho nada a nuestra hija y creo que será mejor que esperemos a que abandone el hospital para hacerlo.
– Por supuesto que lo haré hijo, nada me importa más que la salud de mi nieta, quédate tranquilo ella lo sabrá solo cuando ustedes lo estimen conveniente – dijo con una cálida sonrisa.
– Gracias mamá. Esme se acomodó en la silla junto a la cama y mi padre fue a la cafetería yo aún no tenía apetito así que decliné su invitación.
– Creo que iré a buscar al doctor Steven quiero hablar con él sobre nuestra hija, quiero saber con detalle como está evolucionando y luego te llevaré a comer algo y no acepto un no por respuesta.
– De acuerdo, yo prefiero quedarme cerca por si Nessie me necesita.
– Está bien – dijo Edward y antes de marcharse me dio un corto beso en los labios.
En lugar de entrar a la habitación de Nessie me senté en una de las sillas que se encontraban junto a la pared, quería darle privacidad a Esme y a mi hija así que me quedé allí sola.
La madre de Edward era una mujer muy dulce y maternal, de seguro quería un tiempo a solas para disfrutar de su nieta y yo le concedería algo de espacio.
Saqué mi celular para revisar mis mensajes y correos pero para mi sorpresa estaba apagado, cuando venía de camino a Forks recibí muchas llamadas de la oficina y el taller, además el tiempo había perdido significado para mí desde que llegué y me encontré con la terrible noticia de que mi pequeña había sido herida y mi cargador estaba en mi maleta.
– Alice me va a matar – murmuré al recordar a mi amiga y que se pondría furiosa por no haberla puesto al tanto de la situación de inmediato y al parecer mi pensamiento hizo que se materializara porque al levantar la mirada mi amiga corría hacia mí.
– Como es posible que no me hayas llamado si Charlie no me hubiera avisado a estas alturas no me habría enterado de nada – dijo completamente indignada en cuanto llego hasta mí.
– Lo siento tanto Alice pero debes creerme cuando te digo que no tenía cabeza para nada en ese momento, apenas venía llegando a Forks cuando Rose me llamó para avisarme lo que había ocurrido y ni siquiera sé cómo logré manejar hasta aquí sin causar un accidente.
– Tienes razón lo lamento por ponerme así – dijo envolviéndome en un abrazo – pero sabes cuánto quiero a Nessie y por cierto no vine sola – dijo haciéndome girar.
Y allí estaba Damon Salvatore y debo reconocer que lucía muy sexy con esos Jeans y un jersey negro que se ajustaba a sus músculos.
– Hola Bella – dijo Damon envolviéndome en sus brazos.
– Debiste haberme avisado, me angustié mucho cuando me encontré con Alice y me dijo lo que había pasado, no puedo creer que hayas pasado por esto sin avisarme, si me hubieses llamado habría venido hasta aquí de inmediato y habría estado a tu lado – dijo Damon aun sosteniéndome entre sus brazos.
– No te preocupes, su padre y yo estuvimos a su lado todo el tiempo – dijo Edward apareciendo no sé de dónde y sus hermosos ojos verdes parecían oscurecidos por los celos al ver que Damon aún me tenía en sus brazos.
Logré salir de mi estupefacción y me liberé de los brazos de Damon con torpeza.
– ¿Tu eres? – preguntó Damon correspondiendo a la hosca mirada de Edward quién se acercaba a mí.
– Él es… – dije torpemente.
– Edward Cullen, soy el padre de Nessie – dijo Edward colocando su brazo posesivamente alrededor de mi cintura, atrayéndome a su cuerpo, por lo visto aun recordaba a Damon de aquel día en el centro comercial y quería dejar claro que yo era suya.
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Hola chicas espero que les haya gustado el capi por favor déjenme sus votitos y comentarios que para mí son de vital importancia ya que es así como se si les gusta el rumbo que está tomando la historia o no, ya saben que yo siempre estoy abierta a sugerencias.
Cuídense, las quiero mucho.
Besitos.
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