“Si regalaran un diamante por cada disgusto que da la vida, seria multimillonaria”, pensó Isabella cuando encontró a su novio liado con su mejor amiga el día antes de su boda. Y tenía razón, porque a pesar de sus gafas de Prada, de sus bolsos de Chanel, de sus zapatos de Gucci y de todos los Carolina Herrera del mundo colgados en su armario, Isabella solo era una mujer amargada que vive en la mejor zona de Londres.
En medio de este caos emocional, su empresa le ha dado dos meses para ir a Escocia, localizar a un conde de nombre impronunciable y convencerle de que debe firmar un contrato de cesión del castillo de Eilean Donan para rodar un spot publicitario de una marca de relojes. Dos meses o estará de patitas en la calle y perderá su flamante estilo de vida.
Con un fracaso amoroso a cuesta, una maleta llena de ropa de marca, y una misión empresarial, Isabella, acompañada por su hermana Bárbara la alternativa, se encamina a las Highlands en busca del conde Cullen. Allí solo ve un lugar lleno de lluvia, de paletos y de vacas. Ni rastro del conde.
Y lo peor de todo; Emmett, el que se considera la mano derecha del invisible aristócrata y al que Isabella se refiere con los apelativos de cromañón, paleto y bestia, tiene un plan muy bien trazado sobre cómo tratar a una londinense gruñona.
Te lo dije es una novela divertida, carcajeante a veces, salpicada de escenas emotivas capaces de hacer suspirar. Una novela con muchas posibilidades de provocar un nudo en el corazón.
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