A punto de estrenarse “La saga Crepúsculo: Eclipse”, su guionista (y la de toda la saga), Melissa Rosenberg, ha participado también en su promoción. Dialogando con el Hollywood Reporter, la escritora, que tenía una previa experiencia televisiva, con series como “Dexter”, da a conocer su propia visión sobre la personalidad de Bella Swan (Kristen Stewart), la controversia sobre su virginidad hasta el matrimonio, y cómo será “Amanecer”, por su duplicidad y contenido tal vez la más dificil de hacer. Para Rosenberg, lejos de ser una puritana, la humana enamorada del vampiro que interpreta Robert Pattinson es “una chica caliente que quiere sexo” y por eso se casa.
En la charla con Jay A. Fernández, Melissa Rosenberg habla sobre el supuesto puritanismo en lo sexual de la historia de amor entre Bella y Edward, y el hecho de que no hagan el amor hasta que están casados. En su opinión, esta decisión no parte del personaje femenino, que considera justo contrario a esa idea: “Ella tiene deseos, quiere hacerlo. Quiere sexo. Y lo tiene muy claro.
¡Es una chica caliente!. Hay una especie de taboo cultural en el hecho de que una chica tenga más deseo sexual que un hombre, Y es él, Edward el que intenta preservar su virtud y no quiere acostarse con ella hasta que estén casados. Creo que ella debe pensar “¡eres un jodido dinosaurio!”, pero lo acepta, acepta casarse porque quiere sexo. Me parece interesante, porque de alguna forma decirles a las chicas que lo que ellas sienten es vergonzante o equivocado, o que es extraño que experimenten deseos, es perjudicial para ellas”.
En opinión de la guionista, otro punto importante que se pondrá sobre el tapete en “Amanecer” es el del aborto. “Me saca de mis casillas ese concepto tan habitual en películas y televisión de que tienes sexo sin protección, te quedas embarazada y no eres capaz de plantearte abortar si la situación es desfavorable. Ni se les pasa por la cabeza… En cambio aquí si se habla claramente de ello. Tal y como crece la criatura y se vuelve peligrosa para la propia vida de Bella, Edward dice “Deberíamos desacernos de esa cosa”, y Jacob piensa exactamente igual, pero en cambio Bella sostiene que ha tomado la decisión de no harcelo. ¡Por fín alguien habla de eso!”.
Cabe preguntarse como ha podido producirse el entendimiento entre la geneticamente liberal Rosenberg y la conservadora autora de la saga literaria, Stephenie Meyer, quienes han tenido que trabajar codo con codo. “Es interesante -dice la guionista- porque Stephenie y yo no podríamos tener orígenes y ambientes más diferentes. Yo nací en Marin County, cerca de San Francisco, en un ambiente hippie… Mi padre es un conocido psicoanalista que en los años 70 escribió un libro llamado “El orgasmo total”, y mi madre es una feminista bastante radical. En cambio Stephenie viene de una familia mucho más tradicional y conservadora, y es una devota mormona. Así que cualquiera podría pensar que entre nosotros el entendimiento no iba a resultar fácil y habría conflictos. Pero la verdad es que nunca hemos hablado sobre nuestras diferencias. Honestamente, yo no creo que ella pretenda con los personajes de “Crepúsculo” inculcar sus creencias o ideología. Ha creado unos personajes que se identifican por sus elecciones. Así que para mí se trata de buscar un terreno común en el que movernos las dos. Porque no hay suficiente dinero en el mundo como para hacerme escribir algo que vaya contra mis principios. Así que se trata de encontrar puntos de acuerdo, dejando fuera religión y política, y buscar los trazos que caracterizan a los personajes”.
Una presión a la que Melissa Rosenberg ha tenido que hacer frente, a pesar del margen de libertad que le dio Summit Entertainment para adaptar la historia, ha sido y es el de las “fans”, que se conocen al dedillo la trama por la lectura de los libros. “Creo que les gustaría -bromea la escritora- simplemente encontrar cada palabra, punto y coma, y que me limitara a copiar y pegar. Pienso que ha sido un proceso casi educativo mostrar a la gente lo que significa adaptar un libro. Mi esfuerzo ha consistido en condensar, quitar cosas menos importantes, pero a la vez mantener el espíritu de ese viaje emocional que hace Bella sin violar ninguna de mis propias creencias. Por ejemplo, cuando surge el tener un hijo, en la novela no queda claro si es un deseo consciente, una decisión propia, o una cuestión del destino. Para mí ella toma una decisión, porque para mí la maternidad es una decisión, no un designio divino. Y no creo estar violando el libro cuando lo hago así”.
Respecto del guión que prepara sobre “Amanecer”, Rosenberg confiesa que aunque no estaban seguros desde el principio, todos querían dividir el libro en dos películas, y consideraron que sí había suficiente material para un díptico, porque de otro forma una sóla película tendría que ser muy larga. Por eso, y aunque la incognita estaba sobre todo en los actores y su disponibilidad para filmar el doble metraje, su planteamiento como guionista fue de dos libretos. “Ahora -cuenta- estoy en el primer borrador, y para mi el punto de separación dentro de la novela que nos permitiría cortar la acción sería ese en el que Bella deja de ser humana para convertirse en vampira”.
La guionista avanza que en las próximos dos entregas finales de la saga podrá poner más de si misma, porque al disponer de más tiempo estará en disposición de “rellenar” huecos de la trama con aportaciones propias: “En las tres películas anteriores fue cuestión de resumir, y ahora con “Amanecer” tengo más aire a mi alrededor. Pero de todas maneras tendré que ser fiel a la mitología de la saga… no voy a hacer que quien manda en los Vulturi acaba bailando claqué y trabajando en un vodevil…”.