……………..*\Ö/*……………...
Dame aunque sea la última oportunidad de mi vida, la más valiosa de todas, la que hará volver la felicidad en mi vida, la que hará que mis ojos no lloren más. Dale la oportunidad a un corazón enamorado que tiene tanto que decirte y entregarte, ese amor que tu lo hiciste brotar.
..:: RELATO NARRADO POR EDWARD ::..
El sol daba directamente sobre mi rostro, el sonido de las aves y de las olas chocando sobre las rocas no me dejaron continuar mi sueño, me levante de la cama tallándome los ojos en un intento de despertar. Los ronquidos de Seth resonaban aun por toda la habitación, después de haber “surfeado” durante toda la tarde y conseguir el número de unas cuantas chicas cayo rendido, tome mi camisa del suelo y salí a ver como se encontraban las chicas, particularmente Bella, durante toda la tarde de ayer no le vi ni un solo pelo – “gracias Seth” – dije mentalmente. Esperaba que estando en este lugar las cosas entre ella y yo cambiaran, estaba decidido, ya no había marcha atrás. Toque su puerta, no se escuchaba ningún ruido dentro, a lo mejor todavía estaban dormidas, regresaría a mi habitación.
- ¿Edward? ¿Qué sucede? – Era Alice, medio somnolienta – ¿Esta todo bien? – bostezaba mientras intentaba peinar su cabello.
- Nada en realidad, solo quería saber ¿Cómo estaban? – intente mirar hacia adentro de la habitación para ver si podía mirarla.
- Bella no esta, ya tiene rato que bajo a desayunar si es lo que buscabas, ahora si me disculpas, quiero seguir durmiendo un poco más – y me cerro la puerta en las narices pues ¿Qué hora era? Mire mi reloj… ¡Demonios! Había dormido demasiado, corrí hacia mi habitación nuevamente y entre al baño para ducharme, esperaba alcanzarla en el comedor…
- ¿Qué sucede hermano? – Me decía Seth desde su cama – ¿Por qué tanto escándalo? – Salí para terminar de vestirme.
- Nada, tu sigue durmiendo – le avente mi toalla mojada mientras yo terminaba de ponerme los pantalones.
- Buscarás a Bella ¿Cierto? – me pare en seco antes de salir por la puerta y me gire para mirarlo.
- Si, ya no aguanto más, tengo que decirle lo que siento de una buena vez
- Solo ten cuidado ¿Quieres? – Se levanto de la cama y camino hacia mi – la muerte de Jake aun le duele y lo sabes perfectamente, solo no la presiones y todo estará bien – ¡diablos! ¿Por qué tenia que recordármelo? Sabía que aun le dolía, lo podía ver en sus ojos cada vez que la miraba, su mirada ausente, vacía, aun estaba presente en mi mente desde aquel día… Asentí y salí de la habitación, él tenía razón, tengo que ser paciente, precavido…
La buscaba entre las mesas, la buscaba con la mirada, pero su ausencia era más que notoria, no estaba, se había marchado, pero ¿A dónde?
- Señor Cullen ¿Cómo ha amanecido? – un señor se paraba a mi lado y me miraba sonriente – soy Roberto – extendía su mano y no pude más que estrecharla amigablemente – creo que no me recuerda.
- No, discúlpeme es que estoy buscando a alguien y no lo encuentro por ninguna parte – sinceramente reconocí.
- ¿La señorita Swan? – me gire instintivamente para mirarlo.
- Claro, ella, ¿La ha visto? – pregunte ansiosamente, mi corazón, por el ritmo de sus latidos amenazaba con salirse de mi pecho y la alegría inundo rápidamente mi cuerpo.
- Seguro, se acaba de ir rumbo a la playa, no hace mucho tiempo que se fue de aquí – le dí un fuerte abrazo y comencé a correr en su dirección, en un intento irremediable de calmar el frenético golpeteo de mi corazón.
- Joven, tenga cuidado, el clima es muy cambiante en Hawai – escuche que gritaba a mis espaldas pero un comino mi importo, el verla era lo único en lo que pensaba, lo único que necesitaba. Corrí con todas las fuerzas que mi cuerpo me lo permitió.
Aunque el cielo se encontraba nublado, el calor era desquiciante, tal vez se había ido nuevamente – al parecer el destino estaba en mí contra, pensé – eche una última mirada a mí alrededor y fue entonces cuando la vi, se veía tan linda, tan hermosa sentada a la orilla del mar, el viento jugaba con su cabello mientras estaba entretenida con un cuaderno, me acerque silenciosamente a ella, quería sorprenderla.
- Eres realmente buena – le dije con sinceridad al ver su trabajo, la sorprendí ya que pego un pequeño salto al escuchar mi voz
- Gracias – e inmediatamente intento guardar su cuaderno.
- No, ¿Qué haces? Déjame, déjame ver – jamás había visto el gran talento que ella poseía para el dibujo, pasaba las hojas y veía a Bree en diferentes posiciones, dormida, sonriente, los demás eran paisajes de Forks, el río, el bosque, la puerta de su casa, hasta que vi uno que en lo particularmente me llamo la atención, un atardecer, el lugar poco conocido, un lago que no recordaba – wow ¿Qué lugar es este? – Señale el dibujo que me había sorprendido – no lo recuerdo.
- Es un lago ahí en Forks – miro en otra dirección, ocultando su mirada.
- ¿Enserio? Jamás lo he visto – buscaba en mi mente algún lugar parecido – No me digas ¿Te internaste tu sola en el bosque? – la mire fijamente, a pesar de ser una zona poblada, existían animales salvajes, el solo pensar que pudo estar en riesgo, hizo que la piel se me pusiera de gallina.
- No, nada de eso – sus palabras me tranquilizaron – recuerdas… - dudaba en continuar, permanecí callado para darle a entender que podía confiar en mi – ¿Recuerdas el día en que nos anunciaron que Jake estaba muerto? – su voz fue disminuyendo de tono y solo la ultima palabra fue un susurro.
- Si, si lo recuerdo – ¿Cómo olvidar ese día? Todas las esperanzas que un día había tenido con ella se vinieron abajo al saber que ella lo amaba a el, su dolor lo sentía propio, hubiera dado cualquier cosa por evitarle ese sufrimiento, vi que su semblante cambiaba, debía de cambiar de tema – ¿Ya has pensado que es lo que quieres hacer saliendo del colegio? – el futuro era más prometedor que nuestro pasado.
- No, aun no decido que es lo que quiero hacer ¿Y tu? ¿Ya sabes a que universidad vas a ingresar? – no pude evitar reírme, mis planes ya estaban más que hechos.
- Sabes que mi sueño siempre ha sido estudiar los medios de comunicación, en especial la radio, a veces la voz, más que un rostro, es mejor para reconfortar a la gente, transmitir un mensaje positivo, llegando a miles de lugares cada mañana, cada tarde – se vino a mi mente el rostro de mi padre, que aunque a veces se ausentaba, siempre tenia una palabra para mi de aliento, cuando escuchaba un mensaje de su parte cuando mi espíritu flaqueaba… Quería ayudar, quería transmitir – eso es lo que realmente quiero hacer, por eso me uní al grupo de radio de la escuela ¿Recuerdas? – le entregue su pequeño cuaderno y lo guardo la pequeña mochila que reposaba a un lado de ella.
- Claro, como no recordar a la voz más sexy que hay en la escuela – reí ante su comentario – y solo cito el comentario que más suena en la escuela – me sentía avergonzado
- No exageres – le reste importancia a ese comentario – muchas en los pasillos ni siquiera me reconocen y eso es lo que quiero, el anonimato – ya que la vida publica es la muerte, pensé. Ella río y no pude más que imitarla – pero es enserio Bella – mi expresión se volvió seria – ¿Qué es lo que te hace feliz? – Quería ayudarla a cumplir sus sueños, a lograr sus metas – ¿Cómo te ves a futuro?
- Me hace feliz esto – hizo un gesto con su mano en dirección a el paisaje en el cual estábamos – mi familia, mis amigos, la tranquilidad, un buen café, una buena charla, mis dibujos – su mirada por unos instantes se volvió ausente.
- Se que lo que decidas hacer lo harás bien, solo piensa que es lo que de verdad te hace feliz – le dije entusiasmado – lo que te ves haciendo a futuro, lo que cada mañana que despiertes te motive a seguir adelante, lo que tu corazón te dicte y tu alma llene – quería que sintiera que estaba con ella, que tenia mi apoyo, tome su mano – sabes que estaré contigo a cada momento, apoyándote en lo que decidas hacer –era un juramento al que me comprometía reafirmarlo día con día.
- Gracias, de verdad muchas gracias – un leve sonrojo se albergo en sus mejillas.
- No tienes nada que agradecer, tu me has dado más de lo que crees – llego la hora de la verdad, este era mi momento – por ti cada día me esfuerzo a ser una mejor persona, sacas siempre lo mejor que hay en mi y eso es algo por lo que yo siempre estaré realmente agradecido – solté todo eso de golpe, mi respiración se volvió entrecortada por la emoción del momento – Bella, ¡diablos! ¿Por qué tiene que ser tan difícil? – susurre para mi mismo, quería decírselo, gritarlo al mundo si es que fuera necesario.
- ¿Qué sucede? – ¿Cómo debía decírselo? ¿Lo tomaría a mal?
- Tal vez este no sea el momento para decirte esto, pero si no lo saco realmente voy a explotar – el sentimiento, la atracción que sentía por ella día a día crecía y crecía, no había nada que pudiera frenarla, me pare y comencé a caminar en círculos ¿Qué le diría? ¿Qué palabras eran las mejores? – Dios, bueno aquí voy – me arme de valor, tome su mano para ayudarla a levantarse – Bella, sabes que desde siempre hemos sido los mejores amigos, he sido tu confidente y muchas veces tu compañero de travesuras, realmente significas mucho más para mi, más de lo que tu piensas y quiero que me des una oportunidad – me miraba dudosa, tal vez todo se lo dije demasiado rápido, debía de explicarme mejor – si, se que tu corazón esta herido, que realmente llegaste a enamorarte de el pero yo también lo estoy de ti – bien, ya lo dije, pensé – no se desde que momento empezaron a cambiar mis sentimientos por ti, más solo se que te amo más que a nada en este mundo – ahora que lo había dicho me sentía más tranquilo, liberado – que uno de mis sueños es quitar esa tristeza que se aloja en tus ojos, y cambiarla por una alegría infinita que te llene en todos los sentidos, que nunca más de tu cara se borre esa sonrisa que tanto amo y todos los días anhelo – nuevamente tome una de sus manos y la puse sobre mi pecho – dame la oportunidad de ganarme tu corazón, de ser para ti el compañero perfecto en el trayecto de tu vida, déjame demostrarte que puedes volver a amar a mi lado, que no hay nada que temer – me olvide de todo lo racionalmente pensado, el sentirla cerca era la única prioridad, de un solo paso acorte la distancia que nos separaba – por favor – dije en tono suplicante, tome cuidadosamente su rostro con mis manos, como si de el material más delicado se tratara, me acercaba lentamente a el, su aroma me volvía loco – dame tan solo una oportunidad – el corazón fue más rápido que el pensamiento y la bese, sus eran labios tan calidos, tal y como lo soñé, su sabor tan perfecto, parecía que me fundía en ella, las mariposas en mi estomago no se hicieron esperar, “eso es estar enamorado”, ahora entendía a la perfección lo que me dijo mi padre, no había nada mejor que esto. Pero algo sucedió y de golpe se separo de mi, me quede unos segundos sin saber como reaccionar ¿Acaso hice algo mal? – ¿Qué sucede? – la miraba expectante, ¿Qué error cometí?, me preguntaba mentalmente.
- Yo… yo… perdóname, yo… no, no puedo – sus palabras eran entrecortadas, y veía el miedo en sus ojos, poco a poco se alejaba de mi.
- Bella, no hagas esto – intente aproximarme nuevamente a ella, le pediría una disculpa si fuera necesario, no quería que se alejara de mi.
- No, por favor no – se dio la media vuelta y se hecho a correr, me quede estático, mirando como se alejaba, ¿Qué debía hacer? ¿Seguirla? ¿Aceptar que ella no era para mí? Que rabia sentía, grite de frustración, ¿Por qué ella no se fijo en mí? ¿Por qué no podía olvidarlo?... El cielo parecía estar del mismo ánimo que yo, ya que relampagueaba en todo su esplendor. Camine de regreso a nuestra morada, la lluvia que caía sobre mi cuerpo no me importaba, no me importaba más nada.
- ¿Qué sucedió hermano? – Seth se encontraba sentado en la entrada y al ver mi cara se acerco inmediatamente a mí.
- Se lo dije – dije con mi voz apagada y unas ganas locas llorar irrumpieron en mi cuerpo.
- ¿Y? ¿Por qué ella no viene contigo? – lo mire extrañado
- ¿Acaso ella no ha vuelto? – el negaba con su cabeza mientras Alice llegaba a su lado junto con Jessica.
- ¿Y Bells? La estábamos esperando – preguntaba pero mis oídos ya no los escuchaban, ella no había regresado
- ¡Rayos! – Exclame – no debí dejar que se fuera – intente salir de la estancia para ir a buscarla, pero el brazo de Seth me detuvo
- ¿A dónde vas hermano? – intente soltarme de su brazo.
- ¿Cómo que a donde? Pues a buscarla, algo malo le debió de haber pasado – Alice se llevo sus manos a la boca para evitar que de ella saliera un grito.
- Ni lo pienses, vamos los dos – asentí con mi cabeza, entre más personas la buscáramos sería mucho mejor – chicas, quédense aquí por si ella regresa – ambas asintieron con su cabeza, Jessica se veía realmente preocupada. Durante el camino preguntábamos a cualquier persona que se nos cruzaba por la mirada; si la habían visto o sabían en donde estaba, pero todos respondían negativamente, nos internamos en la jungla tanto como se nos fue permitido y ni rastro había de ella – es mejor que regresemos, a lo mejor ella ya esta con las chicas – frustrado y muy preocupado acepte su propuesta, rogaba a Dios que lo que decía fuera verdad.
- Dios Bella – grite realmente emocionado cuando la vi saliendo de entre los árboles, ella volteo a mirarme, yo no hice más que correr a su encuentro y abrazarla muy fuerte contra mi pecho – ¿Dónde estabas? Te he estado buscando como un loco por todos los lugares que se me ocurrieron y pensé que algo malo te había pasado – ella correspondió inmediatamente a mi abrazo, y yo no pude evitar sentirme como un estúpido por haber llegado a considerar la idea de alejarme de ella, nuevamente tenia que suceder algo así para volver a recordar cuan importante es ella en mi vida. La despegue de mi cuerpo para verle el rostro – ¿Por qué lloras? – le decía mientras secaba con mis dedos las lagrimas que salían de su rostro.
- Ppp… por nna… nnaada – sus labios estaban casi azules, y nuestra ropa estaba completamente húmeda.
- Edward, es mejor que nos vayamos, sino Rene nos matara por no haber cuidado de Bella – había olvidado por completo a Seth.
- Si es mejor que nos vayamos – mire a Bella y ella asintió con su cabeza, pase mi brazo por su hombro en un intento de proporcionarle calor, aunque los dos estábamos empapados de pies a cabeza. El camino a nuestros dormitorios estuvo lleno de bromas que hacia Seth, Bella sonreía, se reía de cada tontería que el decía, me encanta verla así.
- ¿Tu que opinas Edward? – me decía Seth cuando casi llegábamos.
- ¿Opinar? ¿De que? – estaba tan sumido en mis pensamientos que no escuche su conversación, me dedicaba solo a contemplar su hermosa risa y su mirada nuevamente viva.
- ¿Que si querías acompañarnos a una fogata hoy en la noche? – no tuve tiempo para responder ya que rápidamente llego Alice junto a Jessica.
- Bella, ¿Dónde rayos te habías metido? Nos tenias súper angustiadas por no saber nada de ti – se acerco y la separo de mi lado – Dios, estás empapada, ven te ayudare a cambiarte – ella solo rió ante la expresión de su amiga, ella nunca cambiaría.
- Espera un momento Alice – se soltó de su brazo y camino hacia mí – muchas gracias Edward, gracias por todo – se paro de puntitas y me dio un beso en la mejilla, no hice más que mirarla mientras se alejaba, instintivamente me lleve una de mis manos hacia mi cara, el tan solo hecho de sentir sus labios contra mi mejilla hizo que en mi estomago se hiciera presente una sensación de alegría, ¿Será acaso que si tenia una oportunidad?...
…………..*\Ö/*………….
- Te dije que no la presionaras – me reprendía Seth, después de haberle contado con detalle lo que había sucedido con Bella momentos atrás.
- Lo se hermano, lo se, es solo que, al tenerla tan cerca, el ver sus labios, el sentir su calor, no se, se me nublaron por completo los pensamientos – me tire sobre la cama recordando el tierno rose de sus labios, sonreí como un estúpido al pensar que por un momento fui correspondido – ¿Crees que todo este arruinado? – le pregunte, a decir verdad el tenia más experiencia con las mujeres.
- No lo se hermano, sabes que Bella es impredecible – tenia razón, ella siempre lograba sorprenderme, hacer cosas que no me esperaba, decir cosas que nadie pensaba.
- Creo que por el momento dejaré las cosas en paz, ella tiene mucho que pensar y yo solo quiero su felicidad – aceptaría cualquier decisión que ella tomará.
- Deja que el destino decida, anda arreglémonos que las chicas nos esperaran.
- Sabes que yo no creo en el destino – le respondí con sinceridad – el destino es más cuestión de voluntad, tu haces tus propias elecciones, tu decides que destino tomar – me levante de la cama y me encamine hacia el baño, por alguna extraña razón, mi corazón latió con desesperación…
…………..*\Ö/*………….
Extrañaba el frío de mi ciudad, pero el calor era algo a lo que podía acostumbrarme, salimos a nuestras habitaciones y las chicas ya nos esperaban, nos subimos a uno de los transportes de lugar, rápidamente tome el lugar a un lado de mi Bella, no quería incomodarla, así que permanecí en silencio hasta que llegamos a la cercanía de una de las playas donde ya nos esperaban, se oía el oleaje de las olas del mar.
- ¡Niña Alice! – un hombre bajito se acerco a nosotros y le dio un abrazo a Alice que respondió gustosa como si se conocieran de toda la vida – que bueno que ha venido a visitarnos, ¿Cómo están sus padres? – se alejaron de nosotros y comenzaron a platicar animadamente.
- Jóvenes, si son tan amables de seguirme – un hombre camino delante de nosotros y solo lo seguimos, hasta que llegamos a la orilla de la playa, la cual, se encontraba iluminada por la luz de la luna. – “La cita perfecta” – no pude evitar pensar; Bella maravillada por el lugar miraba con devoción el cielo, y yo no podía dejar de mirarla a ella, con su rostro iluminado y sonriente parecía la modelo que cualquier pintor desearía poseer.
- ¿Y bien? ¿Dónde están los bombones? – dijo Seth una vez que estábamos sentados alrededor de la fogata.
- Aquí están chicos – apareció Alice con dos hombres a su lado, quienes traían todo lo necesario y hasta lo que no era indispensable. A lo largo del lugar, había otras personas disfrutando del mismo momento que nosotros.
Toda la velada Seth se dedico a contar sus anécdotas sobre las mujeres y otras tantas historias de terror, yo me sentía un poco incomodo, hacia tiempo que no estábamos todos reunidos, unidos como el grupo de amigos que éramos, pero no sabía que posición debía de tomar con Bella, de vez en cuando realizaba uno que otro comentario, pero no me sentía realmente presente, mi mente ideaba la forma en que podía acercarme nuevamente a ella, en que todo volviera a ser igual que antes; me disculpe con ellos, debía alejarme, pensar, olvidarme un momento de lo sucedido, Seth insistió en acompañarme, pero me rehúse, no quería que la reunión se terminara por mi. Camine a lo largo de la playa en un intento de olvidarme de los fantasmas de mi presente, de todas mis cavilaciones, de mis malditas inseguridades, de mis sentimientos, de todo lo que me agobiaba, me quite los zapatos y camine con los pies sumergidos en el agua del mar.
- ¿Tan incomodo te sientes a mi lado? – la voz de Bella me sorprendió pero quise sonar indiferente, mi estúpido corazón no fue del todo convincente ya que latió con una frenética desesperación, espere que llegara a mi lado y caminamos juntos, quería tomar su mano, pero rápidamente quite esa idea de mi mente.
- ¿Por qué lo dices? – quise saber, tal vez fui demasiado duro en mi actitud hacia ella.
- Por que te conozco y se que cuando frunces tu seño, es que algo te pasa, no me hablaste en todo el camino y siento que me evades – detuve mi andar y la mire fijamente
- Es que no se como comportarme contigo…. No después de lo sucedido – le respondí con toda la sinceridad y la valentía que sentía presente en mi cuerpo.
- Ni yo se como comportarme contigo Edward, tu siempre has sido mi amigo, mi mejor amigo y descubrir esto, este sentimiento que existe en ti hacia mi me asusta – abrazo su cuerpo con sus propias manos, me acerque nuevamente a ella.
- Perdona si lo que te dije te molesto, es solo que… Tenía que decírtelo, que tú lo escucharas de mis propios labios, quería que tú vieras todas tus opciones y que estuvieras conciente de ellas.
- Yo ya no soy la misma de antes Edward – se encamino hacia el mar y dejo que el agua mojara un poco más de su vestido – y tengo que ser sincera contigo, no quiero engañarte y mucho menos utilizarte para intentar borrar el recuerdo de alguien que todavía habita en mi mente y aun más en mi corazón – sus palabras dolían, saberlo era una cosa, pero escucharlo, que ella lo dijera causo que la herida que había en mi pecho por lo anteriormente sucedido se abriera un poco más – me emociona lo que dices y mucho más lo que sientes por mi, pero no se si algún día pueda corresponder a ese sentimiento, lo último que deseo es lastimarte.
- Bella, muchos podrán decir que soy un tonto, imbécil y hasta masoquista y puede que tengan razón, pero ¿Qué puedo hacer si mi corazón te ama y pide a gritos que lo escuches? Que te acerques a el, que lo mires, que sientas el inmenso amor que hay en el… Estoy conciente de que jamás lo olvidarás, que el fue parte importante de tu pasado y que lo es ahora en tu presente, pero déjame serlo en tu futuro, mira – tome sus manos entre las mías – dame tan solo una oportunidad, una oportunidad de amarte, de hacerte feliz, de ser tu compañero, de ser tu amante, un enfermero si es preciso, solo déjame, déjame hacerlo, si después de eso tu solo quieres mi amistad, yo lo aceptare, tan solo date y dame la oportunidad de hacerte creer en el amor una vez más – de su rostro cayeron lagrimas pero no aparto su mirada de la mía, toda ella me invitaba a protegerla, a cuidarla del resto del mundo, la estreche muy fuerte contra mi cuerpo, el golpeteo de las olas contra nuestros pies y su llanto eran los únicos sonidos que se escuchaban, poco a poco fue tomándome entre sus brazos, acariciaba con devoción su cabello – todo estará bien mi amor, todo estará bien – le repetía, para tratar de tranquilizar sus lamentos. Pasamos un rato más abrazados, en silencio, poco a poco ella se tranquilizaba.
- No se que hice para merecer que me quieras de esta manera – pase mis dedos por su cara para limpiar el rastro de las lagrimas que surcaron su rostro.
- Ser solamente tu Bella, me encantas y no sabes cuanto – intente acercarme nuevamente para besarla pero ella desvió su cara y mis labios se estrellaron contra su cachete.
- Perdóname Edward, dame… dame tiempo por favor, esto no es nada fácil para mi… todo ha sido tan rápido, tan impredecible – sentí el calor en sus mejillas y sonreí como un tonto al ver lo que mis palabras provocaban en ella. Le bese tiernamente su frente. Y la abrace nuevamente…
- El tiempo que tu quieras, lucharé por ti, y porque este amor que siento por ti, te llene el corazón como lo hace conmigo – Hawai, desde este momento se convertía en uno de mis sitios preferidos, quería quedarme por siempre con ella, quería hacerla feliz… Ella me había dado una oportunidad que no desaprovecharía… Me ganaría su corazón a costa de lo que sea….
...............*\Ö/*................
Y ¿Que les ha parecido este capitulo? *-* espero que les haya gustado tanto como yo disfrute haciendolo... ¿Algún voto, comentario, duda o sugerencia? Este capitulo va especialmente dedicado a mi tia Silmo... tía! espero que te haya gustado tu Edward.. sabes que te quiero mucho y espero que te recuperes pronto! a mi Lau! ♥ nena, espero no haberte aburrido, a mi Sofi :P sabes que te quiero hermana gracias por todo... Vale! gracias por las porras, de todo corazón te lo agradezco... a mi Editor *-* sin ti esto no sería posible amigou! y Danny no me gusta hacer sufrir a Bella! jaja ok bueno si un poco... gracias por leerme, Vicko! gracias por tu ayuda primis de mi corazón! y geme! que te quede claro que si te adoro con todo mi ♥... y sobre todo para cada una de mis lectoras, que se toma el tiempo de leer esta historia... Gracias por los nuevos votos y sus sugerencias... Les dejo un bonus disfrutenlo... Sin más que decir, nos leemos en la próxima actualización...
…………..*\Ö/*………….
En el cuarto de un hospital, un corazón luchaba por mantenerse a flote, sus latidos eran débiles pero constantes, se aferraba a la vida como un guerrero, cual gladiador en una pelea… Sus familiares, estaban con el corazón destrozado, mirando aquella terrible escena con miedo, con pánico, con dolor… Estaban llegando al límite de la incertidumbre, por el futuro incierto que tenían frente a sus ojos…
- No podemos esperar más tiempo tenemos que operar – el jefe de cirujanos enfrentaba a la familia de su paciente, sabia que no había otra oportunidad de hacerlo, cada minuto que pasaba era vital para mantenerlo con vida – los dejaré un momento a solas, decidan lo más pronto posible – los miro a ambos por unos cuantos segundos y salio de la habitación, su rostro denotaba la angustia y preocupación por aquel joven que estaba postrado sobre la cama…
- Mamá – la voz del hombre parado a un lado de la puerta salio quebrada, estaba con lágrimas en los ojos, le dolía en el alma verlo así, ya había sufrido la pérdida de sus seres queridos, el perderlo a el… No, no quería ni considerarlo, alejo ese tormentoso pensamiento de su mente – yo solo quiero que se salve y si operarlo es la solución, hay que hacerlo – la mujer lloraba en silencio, solo observaba a su hijo, tan frágil, tan indefenso, recordaba sus primeros pasos, sus primeros logros…
- ¿En que había fallado? – Se preguntaba – si hubiera hecho caso, si tan solo lo hubiera escuchado, todo sería tan diferente – en su mente aparecieron los momentos antes de aquel trágico accidente, sabia bien que el hubiera no existe, lo único que le quedaba era decidir, la vida de su hijo estaba en sus manos; aquel muchacho alto y fornido se acerco a la ella y la abrazo con cariño, un cariño que a pulso se había ganado, por haberlo acogido cuando sus padres fallecieron, ella no hizo más que soltar el llanto contenido, no pudo soportarlo más, se aferro a su cuerpo con sus pequeños brazos, su hijo, el fruto de aquel amor tan puro y sincero, prohibido y secreto… Se debatía entre la vida y la muerte, luchaba por vivir, a pesar de que todos los pronósticos estaban en su contra, su corazón seguía latiendo. La atmósfera del lugar era triste y desoladora, ninguna palabra de consuelo les servía ahora.
Sonó un teléfono, ninguno de los dos tenía ganas de contestar, todo lo demás era efímero, estaba en segundo plano, todo lo demás podía esperar… Insistente y desesperante el teléfono no dejaba de replicar, el joven sin fuerzas tomo el teléfono que se encontraba sobre la mesa, aclaro un poco su garganta y contesto…
- ¿Diga? – escucho la voz de una mujer, la cual, desesperada por obtener información, formulaba una pregunta tras otra, sin permitir que el joven contestará, cansado y un poco molesto por la voz tan chirriante de ella, decidió que lo mejor era terminar de una vez con aquella llamada, no tenia tiempo ni cabeza para lidiar con eso en aquellos momentos – pronto entrará al quirófano, después te avisamos como sigue – y sin miramientos colgó, la madre del joven que luchaba aun por vivir, sabía que la decisión estaba tomada, se acerco a su hijo y le beso la frente, en un acto de demostrarle el inmenso amor que sentía por el.
- Te amo, por favor no nos dejes, no me abandones – le susurro al oído en un intento de que escuchara sus palabras, el doctor entro nuevamente a la habitación y miro con ternura la escena, el había sido el único que decidió tomar el caso, esperaba una respuesta, la luz verde para continuar esta batalla, la madre, secándose las lagrimas que corrían por sus ojos asintió ante la mirada del doctor, el cual inmediatamente llamo a las enfermeras que lo asistirían en aquella complicada intervención.
- Haré todo lo humanamente posible para que su corazón no deje de latir – las palabras del doctor se guardaron en la mente de sus dos familiares, sin nada más que agregar salio de la habitación para ultimar los detalles de la operación.
- Tienen unos cuantos segundos, pronto llegaran unos enfermeros que lo llevarán al quirófano – la enfermera que aun se encontraba en la habitación, después de prepáralo, se dio media vuelta y los dejo solos para que se despidieran, ambos sabían que todo podía suceder…
- Hermano, lucha, se que tu puedes con esto y mucho más, ¿Con quien me iré de rumba cuando este triste? ¿Quién me sacará una sonrisa con sus tonterías? – las lagrimas no se hicieron esperar, los recuerdos salieron de su memoria y lo azotaron mentalmente, los veía tal como si hubieran sucedido ayer, se hinco para estar a su altura, tomo su mano y la apretó contra su frente, en silencio le pedía que no se dejara vencer, le rezaba una oración a su Dios para que no lo abandonara, para que no lo dejará ni un minuto solo. Dos hombres hicieron su aparición e inmediatamente se hizo a un lado para que hicieran su trabajo, la mujer se rompió en llanto nuevamente e intentaba aferrarse a su cama con uñas y dientes, entraron unas enfermeras con tranquilizante en mano – mamá tranquilízate, el estará bien, estará bien – le repetía mientras intentaba convencerla y convencerse a si mismo de que todo resultaría, la abrazaba con fuerza, para que las enfermeras lograran inyectarle aquella sustancia que la relajo al instante, ella miraba con tristeza como se alejaba su hijo, sus llantos se tranquilizaban pero la agonía en su corazón crecía con cada paso que los enfermeros daban
- Vive hijo, por favor vive – eran los pensamientos de aquella madre que tenia el corazón herido, lastimado.
- Haré lo que este en mis manos para que salgas bien librado de esta, solo quédate, quédate con nosotros – sus palabras eran más que una promesa, eran un juramento que le hacia a el y así mismo, en esta guerra lucharía hasta que no pudiera más, todos en la sala de operaciones, lo miraban a la espera de instrucciones – será una operación complicada lo saben bien, espero que su mente este en este quirófano, no quiero nada de distracciones, saben que es lo que tienen que hacer – los presentes asintieron con su cabeza – bien pues manos a la obra – dicho esto, comenzaron la operación, la cuenta regresiva seguía su marcha…
|