Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?
Fernando Pessoa (1888-1935) Poeta Portugués
Parecía poco el tiempo que había transcurrido y todos los sucesos que habíamos tenido que pasar para llegar a este momento me parecían una mentira, aun no creía que tuviera a mi hija a mi lado, no después de todos los acontecimientos que ocurrieron durante y después de mi embarazo y mucho menos que aun tuviera a mi lado a mi Edward, aquella persona que amaba más allá de mi existencia y que día con día me demostraba su amor de todas las maneras posibles. Me encontraba desde la ventana del segundo piso observando como Alice hacia los últimos preparativos para la fiesta que tendríamos esta noche, todo le estaba quedando fenomenal...
— ¿En qué piensas? —me preguntaba mi amado esposo mientras me tomaba de la cintura y depositaba un beso en mi oreja, era indescriptible las sensaciones que aun provocaba en mí, a pesar de que ya habían pasado 10 años desde mi transformación, el rose de su piel con la mía era totalmente indescriptible, cada una de mis terminaciones nerviosas cobraban vida.
—En todo lo que tuvimos que pasar para estar aquí —me di la vuelta para quedar frente a él, lo bese con ternura, nos separamos y me recargue sobre su pecho, aun no lograba controlar ese apetito que sentía de él.
—Ni me lo recuerdes —me decía mientras depositaba un beso sobre mi pelo y me abrazaba con más fuerza —no sé cómo no se le ocurrió otra fecha para hacer esto, esta navidad no será una de mis favoritas —Edward aun no aceptaba que era tiempo que nuestra hija formara su propia vida y que mejor que fuera al lado del hombre que la amaba de verdad.
******** FLASH BACK ************
Nos encontramos en la casa de mi familia, los Cullen, ya que Nessie después de un largo día al lado de Jacob había caído rendida de cansancio y decidimos no molestarla. Antes de que Jacob se fuera me dijo que regresaría en la noche y me pidió de favor que bloqueara su mente para que Edward no pudiera leer sus pensamientos, me pareció raro pero al final acepte. Eran como las 11 de la noche cuando Jacob apareció junto a Billy, se veía realmente nervioso.
— ¿Pasa algo malo Jake? —le decía mientras dejaba a un lado el libro que estaba leyendo y me levantaba del sillón para acercarme a él.
— ¿Quién es Bella? —me decía Edward desde el segundo piso.
—Es Jacob, quiere hablar con nosotros —tan pronto dije esto ya lo tenía a mi lado tomándome de la cintura, pronto el resto de la familia ya estaba con nosotros en la sala, con cara de preocupación.
—Vamos Jacob, anímate hijo —le decía Billy mientras le daba un pequeño empujón hacia delante, él tenía una amplia sonrisa en el rostro, parecía que se estaba divirtiendo. Mientras a mi lado mi marido se tensaba.
—Bien, que bueno que están todos —conocía muy bien a mi amigo y sabía que algo importante tenía que decirnos, nunca lo había visto tan nervioso…
—Anda suéltalo ya perro —decía Rosalie con un tono burlón, después de que los Vulturis se habían marchado, entre ella y Jacob había nacido un fuerte lazo de amistad, ya ambos tenían un mismo propósito, cuidar de Renesmee y lo que los había unido aún más.
—Bella —me decía mi esposo al oído — ¿estas bloqueando los pensamientos de Jacob verdad? —solo asentí — ¿Por qué? —me miraba con cara de confusión.
— Porque él me lo pidió, no te desesperes, no ha de ser nada malo —intentaba calmarlo, pero Edward clavaba aún mas sus ojos en él.
—Bien —todos lo mirábamos expectantes, paso como 1 minuto y comenzó a hablar de nuevo —todos saben cuánto quiero a Nessie ¿verdad? – todos asentimos con la cabeza, ellos eran el uno para el otro
—Verán esto es muy complicado de explicar, pero ya no soporto estar separado de ella, me duele el alma cada que tengo que separarme de su lado, es como una necesidad la que siento de estar con ella, Nessie me da todo tan solo con el hecho de despertar cada mañana, su sonrisa ilumina el lugar en donde ella este —hablaba con tanto amor de mi hija y me alegraba tanto que el por fin hubiera encontrado a esa persona que lo amara tanto como él la amaba.
—Y sé que por algún milagro ella corresponde mis sentimientos, por eso, antes que hable con ella quería hablar con ustedes —Alice se encontraba con una gran sonrisa en su rostro, no sabía porque.
—Bella, Edward —ahora nos miraba a nosotros —quiero pedirles formalmente la mano de Renesmee —Edward apretó su mandíbula, él aun veía a Nessie como una niña, su niñita pequeña, pero ya no lo era
—No quiero que te enojes Edward, sabes que estaría dispuesto a dar mi vida por ella, sabes bien que sería lo que fuera…por ella —en más de una ocasión él nos había demostrado que era capaz de cuidar a Nessie —no quiero hacer las cosas mal, sabes bien que a lo largo de estos 10 años me he preparado para poder ofrecerle la vida a la que ella está acostumbrada, por eso quiero que ustedes estén de acuerdo con esto y nos apoyen.
—Claro que yo te apoyo Jacob —decía Alice acercándose a él para darle un abrazo —yo me encargare de organizarlo todo —estaba dando saltitos de felicidad.
—Sé que nuestra Nessie estará en buenas manos Jacob —decía Carlisle mientras le daba la mano a Jacob y después a Billy. Los demás integrantes de la familia solo nos miraban a nosotros dos, esperando una respuesta.
—Y bien… ¿Tengo su aprobación? — Jacob nos miraba con ojos suplicantes, sabia cuanto amaba a mi hija y que no había otra persona en el mundo que la pudiera hacer más feliz que el...
—Sabes que desde siempre te he considerado parte de mi familia Jacob, y que estoy en deuda por todo lo que has hecho por mí y por mi familia —el abrió su boca para decir algo pero yo alce mi mano para que me dejara continuar —también sabes lo importante que es Nessie para nosotros y cuanto la amamos, por eso… —el me miraba aún más nervioso, ahora el sentía lo que yo sentí con mi padre cuando le anuncie que me casaba con Edward
—Te doy mi bendición, claro que quiero que seas mi yerno —me acerque a él y le di un abrazo, el me regalo esa sonrisa que tanto me gustaba, esa sonrisa de complicidad que había entre nosotros, porque a pesar de los años nuestra amistad seguía intacta.
— ¿Y tu Edward? —mi esposo no había dicho ni una sola palabra, solo lo miraba como si quisiera explotarle la cabeza. Me acerque de nuevo a su lado y tome su mano, el pareció relajarse. Me miraba con esos ojos que me derretían, sabía que no era fácil para el aceptarlo, pero Jacob era el destino de Nessie. Desbloquee mi mente para que el supiera lo que yo pensaba.
—Está bien, tienes mi permiso —decía mi marido rindiéndose y dándome un corto beso en los labios —pero te juro que si la haces sufrir ¡te mato! —todos reímos ante su comentario.
********* FIN DEL FLASH BACK *****************
—Bella, ya tienen que arreglarse, los invitados ya están llegando —nos decía Alice mientras nos jalaba hacia la habitación que había sido de Edward —ya tengo sus atuendos ahí, enseguida voy a ayudarte Bella, es que aún no termino de arreglar a Nessie —y desapareció tan rápido como llego.
—Yo tengo una mejor idea —me decía Edward mientras me tomaba de la cintura y me besaba apasionadamente, sabia en que estaba pensando y simplemente no podía resistirme a sus besos, poco a poco sus manos fueron subiendo hasta la altura de mi busto para desabrochar los botones de mi blusa, pero un pequeño diablillo entro en nuestra habitación a interrumpirnos.
—Ah no, no van a hacer esto ahorita, ¡Edward! —le decía con un puchero en la cara —haz el favor de irte a cambiar al cuarto de Emmet —tomó las cosas de la cama dorada que aún se encontraba en el centro del cuarto y se las puso en la mano.
—Está bien Alice, pero de una vez te aviso que esta noche Bella es mía —dijo antes de que Alice lo sacara del cuarto.
—Parecen un par de adolescentes —me reí ante su comentario, mientras ella puso manos a la obra…
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Cuando baje las escaleras, quede maravillada con lo que vi, Edward se encontraba al pie de la escalera esperándome, cual adonis, cual Dios griego, pero definitivamente su belleza no tenía comparación, aun no podía creer que el fuera mío, únicamente mío… rápidamente se acercó a mí y me susurro al oído.
—Espero que no tengas nada planeado para esta noche, porque yo te tengo una sorpresa —me besó y desapareció rápidamente ante mis ojos.
Salí al jardín y todo lucia perfecto, miles de luces lo adornaban, un enorme pino se encontraba en el centro con adornos de color azul y cientos de flores de diferentes tipos, que hacían una mezcla de olores increíbles.
De fondo se podían escuchar algunos villancicos que seguramente Esme había puesto, gran parte de los miembros de la manada ya habían llegado, estaban Sam con Emily y sus dos pequeños hijos Ibrahim y Mauricio, también estaba Quil con Claire la sobrina de Emily quien ya tenía unos 13 años de edad, el siempre procuraba hacerla reír, del otro lado se encontraba Leah con Santiago su novio, ella lucia espectacular con un vestido color blanco que contrastaba con el color de su piel, también se encontraba ahí Sue con mi padre, él ya sabía lo que mi familia y yo éramos, me sorprendió su fortaleza al enterarse, él lo único que quería era verme feliz. Mi padre y Sue ya tenían más de 5 años juntos y eso me hacía muy feliz, ahora que no estaba yo a su lado, por fin tenia a alguien que le hiciera compañía. Seth, junto con Brady y Collin se encontraban en el área de la comida devorando todo lo que podían. Me acerque a ellos para saludarlos.
Poco a poco fueron llegando los últimos invitados, solo faltaban Nessie y Jacob, cuando lo vi aparecerse me acerque a ver como se encontraba.
— ¡Hey Jake! —dije tan pronto vi a Jake, quien pareció sorprenderse por mi llegada, venía con un elegante traje negro, lucia muy apuesto — ¿ya tienes todo listo?
—Este… si claro, compre el anillo hace semanas, ¿quieres verlo? —se veía tan ilusionado.
—Claro, muéstramelo —le dije con una sonrisa para animarlo. Metió su mano a su pantalón y sacó una pequeña cajita forrada de terciopelo, muy despacio la abrió y me dejo ver la pequeña joya que reposaba en su interior, era muy hermoso… miles de pequeños diamantes adornaban el pequeño anillo…
—Es hermoso Jake, estoy segura de que le encantara —solo sonrió. Alice llego corriendo hacia todos nosotros.
—Ahí viene Nessie, ¡Jake!, esconde eso, aun no es tiempo —rápidamente cerro la cajita y la metió de nuevo en su pantalón. Todos observamos a Nessie mientras se acercaba a nosotros. De verdad que había sacado la belleza de su padre, lucía un hermoso vestido azul que le llegaba arriba de la rodilla, su pelo lo llevaba suelto a la altura de su cintura, con una gran sonrisa se acercó a Jacob y lo beso. La miraba maravillado, como si fuera la primera vez que la veía…
—Tú te vez aún más hermosa —me decía Edward mientras me tomaba de la mano, y me llevaba a donde estaba toda mi familia.
Todos tomaron lugar y comenzaron a comer claro, solo los miembros de la manada. Entre risas y bromas se pasó la hora de la cena, hasta que llegó la hora de que Jacob tomo la palabra.
—Bueno, antes que nada, quiero agradecer a Alice, por organizar esta maravillosa velada —Alice solo asintió con su cabeza, pero no podía ocultar la gran felicidad que sentía —a mi familia, por acompañarme esta noche, Billy gracias viejo por aun estar conmigo, Sam, Quil, Embry, Jared, Leah, Seth, bueno en fin a todos ustedes por acompañarnos esta noche, también quiero darle las gracias a todos los Cullen, rubia gracias por tus consejos —Rosalie solo se reía…
—Carlisle, Esme gracias por todo —estaba segura que si Esme pudiera llorar este sería el momento —pero en especial a Edward y a Bella, por haberme permitido conocer a este ser maravilloso que tengo a mi lado —tomó la mano de Nessie y la besó, Nessie se levantó y le dio un corto beso en los labios —Nessie —se veía realmente nervioso.
— ¡Vamos Jake! —le grito Seth desde su mesa y toda la manada rió ante su comentario.
— ¿Qué pasa Jake? —Nessie lo miraba curiosidad.
—Es… esto no es fácil para mí —se había sonrojado, ella toco su rostro y él se relajó al instante —gracias, bien… Nessie, sabes lo mucho que significas para mí – ella también se sonrojo un poco y le sonrió
—Eres la última persona en quien pienso antes de dormir, apareces en mis sueños y en todo el día no puedo sacarte de mis pensamientos, cada segundo que pasa me vuelvo más adicto a ti, cada vez que me besas mi corazón late desenfrenadamente, contigo nada me falta… Y la verdad, ahora no me imagino la vida sin ti, quiero compartir contigo todos mis triunfos, quiero compartir contigo toda mi vida, por eso, aquí frente de nuestras familias, prometo cuidarte, amarte y hacerte feliz hasta el último día de mi vida —se arrodilló y sacó la pequeña cajita que guardaba celosamente en su bolsillo — ¿quisieras casarte conmigo? —los ojos de mi hija se llenaron de lágrimas y lo besó.
— ¿Eso responde a tu pregunta? —Jake solo le dio un fuerte abrazo y todos aplaudimos ante tal demostración de amor. Nos acercamos para felicitarlos por el gran paso que iban a dar. Alice empezó a hablar sobre todos los preparativos y me aturdió, Edward se dio cuenta y se acercó a mi lado.
—Este es el momento en que yo te rapto y tú no dices ni una sola palabra —al escuchar sus palabras se dibujó una enorme sonrisa en mi rostro, me ofreció su mano y sin titubear la tome, nos adentramos un poco en el bosque y se detuvo
—Sé que no te gustan las sorpresas, pero esta vez compláceme ¿quieres? — ¿cómo decirle que no cuando me miraba de esa forma?, solo asentí con mi cabeza, el paso un pañuelo rojo por mis ojos y los cubrió, me tomó en brazos y me susurro al oído —así es más fácil que lleguemos —me dio un corto beso en los labios y comenzó a correr, no sabía a donde me llevaba, pero por los aromas que alcanzaba a percibir, percibía que nos adentrábamos más en el bosque.
Cuando por fin se detuvo me bajo lentamente y me deposito en el suelo —espérame un momento aquí y por favor no vayas a hacer trampa —debía admitir que todo el misterio me resultaba emocionante, no paso más de un minuto cuando regreso a mi lado, tomó mi mano y comenzamos nuevamente a caminar, nos detuvimos y se paró detrás de mí, con mucha delicadeza soltó el pañuelo que cubría mis ojos y quede maravillada con lo que vi… nos encontrábamos en nuestro pequeño claro, donde incontables veces habíamos pasado momentos inolvidables, pero para la ocasión Edward lo había transformado para nosotros, los árboles que se encontraban a nuestro alrededor estaban adornados por cientos de luces de color amarillo, en el centro del claro se encontraba una cama, también había un camino de antorchas para llegar a ella, voltee para mirar a Edward quien se encontraba con una gran sonrisa en su rostro.
—Quería que hiciéramos algo diferente —y me besó, primero fue un beso lleno de ternura, pero poco a poco nuestro beso se fue intensificando cada vez más, ninguno de los dos necesitábamos aire, así que eso lo hacía aún más interesante —de verdad que esta noche te vez asombrosa, que digo asombrosa, realmente impactante.
—No es para tanto Edward —dije restándole importancia a mi aspecto, si siguiera siendo humana me hubiera ruborizado sin duda alguna —ya sabes cómo es Alice.
—Entonces le tendré que comprar un mejor regalo de navidad —nuevamente me tomó en brazos y me llevó a la cama que estaba cubierta con pétalos de rosas blancas, hasta ese momento fui consiente que se escuchaba una melodía de fondo… se trataba de la canción de cuna que Edward había hecho para mí…
Edward me miraba esperando una respuesta de mi parte, sus ojos brillaban con una intensidad que me aturdía, sus labios se veían más apetecibles, más de lo que yo recordaba, no podía aguantarme las ganas que sentía de él, con una de mis manos tome lentamente su cuello y con la otra deslice mis dedos sobre su pecho, podía sentir su aliento, podía sentir que toda esa pasión se encendía en mi ser como una llamarada gigante, tan grande que podía consumirme, todo ese momento ahora cobraba sentido, todas las palabras, cada caricia, cada beso que nos habíamos dado nunca sería suficiente para demostrarnos el amor que sentíamos, nunca me cansaría de él, porque más que el amor de mi vida, Edward era el amor de mi existencia.
Me vi sumida en mis pensamientos, hasta que sentí que lentamente el recorría una de mis piernas hasta subir lentamente a donde se encontraba el cierre de mi vestido, era una fortuna que en ese momento fuera vampira, porque estaba segura que mi corazón no hubiera resistido sus caricias.
Con mucha delicadeza comenzó a bajarlo y cuando por fin logró deshacerse de mi vestido me miró maravillado, me regalo una sonrisa, esa que me encantaba, aquella sonrisa que me cautivo desde el primer instante en que lo vi.
No sé porque siempre me tenía que perder en mis pensamientos, pero en pocos segundos ambos nos encontrábamos desnudos, su cuerpo era más que perfecto, sentía que no existían palabras en este mundo que pudieran describirlo, ambos nos miramos fijamente a los ojos, poco a poco fue acercando su rostro hacia mí y comenzó a besarme, un beso lleno de amor, ternura, pero también lleno de pasión, lleno de fuego, un fuego que podía acabar con el bosque entero, se separó de mi de un golpe y yo lo mire enojada, no quería que se terminara ese beso, pero el enojo no duro tanto porque comenzó a besarme debajo del cuello, siguió su camino hasta llegar a mis muñecas, fue ahí donde el deseo le gano a la razón y perdí los estribos, enrede mis dedos en su cabello y lo jale hacia mí.
Perdimos la noción del tiempo, nos hicimos uno solo, fue algo maravilloso y totalmente indescriptible, estar en los brazos de Edward era como estar en el cielo, pero lo que hizo aún mas especial el momento fue que comenzó a nevar, pequeños copos de nieve caían sobre nuestros cuerpos que se encontraban desnudos sobre la cama, el besaba cada parte de mi cuerpo en donde había caído uno —retiro lo dicho —me dijo y yo no sabía a qué se refería —esta es una de las mejores navidades que he pasado —y yo no podía contradecirlo ya que estaba totalmente de acuerdo con el — ¡feliz navidad! —me susurro al oído…
— ¡Feliz Navidad! —y nuevamente nos entregamos a la pasión y a la necesidad que sentíamos el uno por el otro, esa necesidad que nunca se saciaba, ese amor que nunca terminaría…
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