Diario de una mente

Autor: FICQUITO
Género: + 18
Fecha Creación: 19/04/2018
Fecha Actualización: 07/05/2018
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 4
Visitas: 13828
Capítulos: 8

Los Cullen reciben un libro, no saben quién lo ha enviado; sienten curiosidad y deciden leerlo. En Phoenix vive Isabella, una adolescente de 16 años quien vive su vida con mucha dificultad, sin saber que sus pensamientos, están siendo leídos por una familia de vampiros. (Aclaro que el libro NO es crepúsculo)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 6: Encuentro demasiado cercano

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Stephenie Meyer.

El texto en negrita: pensamientos de Isabella, el contenido del libro.

El texto normal: comentarios de la familia cullen.


Segunda parte: Posibilidades imposibles.

Toc toc

- ¿Puedo pasar? - Alice preguntó en voz baja, esperando que Edward la dejara pasar.

- Claro entra - le dijo Edward que estaba parado a lado del ventanal gigante mirando los árboles. Alice entró y se acercó a él con cautela.

- ¿Estás bien hermanito? - le preguntó con preocupación al ver el rostro de Edward que parecía angustiado.

- Sí, estoy bien. No te preocupes ¿Van a seguir con la lectura? - preguntó deseando que la respuesta de Alice fuera no.

- Sí, a eso venía - dijo pero luego en su mente agregó "Esme está algo preocupada" Edward la miró y ladeó la cabeza hacia la derecha, Alice le entendió "Es por ti" le contestó. Edward resopló disgustado.

-"No, no es lo que piensas Edward, es solo que estuviste demasiado silencioso durante el día y tú siempre estás haciendo algo, Esme se preocupó eso es todo, nos lo dijo cuando volvimos de cazar" Edward levantó las cejas, Alice resopló y se dio la vuelta "No te vine a buscar porque vi que me ibas a decir que querías quedarte y pensar así que por eso no vine ¿Estás enfadado?" le preguntó girándose para mirarlo, Edward negó pero en cambio le preguntó.

- ¿Qué piensas de la historia que estamos leyendo? - le preguntó Edward con un tono normal, demasiado tranquilo, pero Alice volvió a comprender.

- Es algo bastante interesante - y en su mente agregó "Escucha, todo es muy confuso y si lo que realmente quieres saber es si creemos que ese lunático que acosa a esa niña eres tú, estás equivocado, estuve pensando durante la tarde y... Me di cuenta de que tú no serías capaz de algo así. Te conozco demasiado bien, pero algo tiene que ver con nosotros esta historia, es todo muy confuso. Sólo quiero seguir con la lectura para aclarar todo el malentendido y no tienes de qué preocuparte, somos tu familia, deberías de tener un poquito más de confianza en nosotros ¿No crees? " Alice le sonrió y Edward le sonrió de vuelta, su conversación había pasado en apenas unos segundos así que era muy probable que los demás no se dieran cuenta de nada.

- Vamos, ya están todos en el vestíbulo - "Ah y no hagas caso de lo que nuestro hermano idiota te diga" le aconsejó Alice cuando salían de la habitación de Edward.

- Bien - le contestó.

Cuando llegaron abajo Edward comprobó lo que ya sabía, ya todos estaban allí como la noche anterior sentados formando un círculo. Alice se sentó junto a Jasper y Edward caminó y se sentó en medio de Esme y Alice.

- Bien ¿Ya podemos continuar? - preguntó Esme con dulzura, los demás asintieron.

- Vaya, te cambiaste de ropa hermanito - dijo Emmett con una sonrisa haciendo que Edward lo fulminara con la mirada.

- No veo que tenga nada de malo ¿O sí? creía que después de vivir con Alice y Rosalie tanto tiempo te habrías dado cuenta de cuanto las enfada que utilicemos la ropa dos veces - Edward le contestó serio pero Emmett soltó una carcajada que lo dejó confundido. Edward que le iba a preguntar pero sintió que alguien tomaba su mano derecha y vio a Alice sonriéndole, entonces recordó lo que esta le había aconsejado en su habitación, asintió con la cabeza y logró a duras penas tranquilizarse.

- Bueno ¿quién leerá? - preguntó Esme suavemente.

- Creo que yo - contestó Carlisle.

- Ten amor - le respondió Esme con una pequeña sonrisa y le entregó en libro.

Capítulo 5: Encuentro demasiado cercano... leyó Carlisle, luego frunció el ceño pero no comentó nada.

Vaya sitio más bonito, tantos árboles, tan grandes y altos. Caminé unos cuantos pasos por el sendero pero me voltee al escuchar un portazo. Mierda, la puerta se había cerrado ¿Y ahora cómo diablos iba a regresar? vaya problema, me encogí de hombros pues la necesidad de adentrarme en el inmenso bosque hizo que me olvidara de ese problema.

Seguí caminando por el sendero no sé por cuanto tiempo pero me parecieron horas, al final vi como el sendero llegaba a su fin y pude ver hasta donde me había conducido. Había llegado a un pequeño prado, había unas flores de color lila por toda la superficie del prado; era tan hermoso, cerré los ojos por un momento escuchando a los pajarillos cantar y también me di cuenta de que debía de haber un arroyo cerca pues podía escuchar el agua correr. Sentí una brisa fría golpear contra mi rostro, abrí los ojos sintiéndome extraña... Como vigilada.

Oh demonios, ya empezamos - comentó Emmett.

Me giré tratando de encontrar algo que hubiera pasado por alto a la hora de observar el prado y no tardé en encontrarlo.

- Ahora vamos a saber quién es esa persona que parece acosarla - dijo jasper esperanzado

Los demás asintieron, contagiados por su ansia de saber.

El que me miraba estaba apoyado en un árbol con aspecto despreocupado, tenía los brazos cruzados por su pecho y me miraba de forma inexpresiva, al ver que no se me acercó le quedé viendo, su cabello era de un color bronce, dorado o cobrizo, no lo sé bien; estaba muy desordenado. Miré su rostro y vi que era extremadamente pálido, a la distancia que estaba no podía estar segura pero me pareció que sus ojos era negros, tenía ojeras malvas, la nariz recta perfecta, sus labios rojos y carnosos, era increíblemente hermoso, tanto que por un momento creí que era un ángel... Pero eso sólo significaría que yo estaba muerta y dudaba mucho que yo me encontrara en el cielo ¿Quien asegura que existe?

- Wow, te llevarías bastante bien con ella ¿Eh Eddy? tienen ideas bastante parecidas - le dijo Emmett.

- No me llames Eddy - le contestó Edward con un gruñido, pero la verdad es que estaba un poco nervioso por lo que era inevitable que reaccionara así, además odiaba ese estúpido apodo.

Entonces seguí observándolo, llevaba una polera negra apegada al cuerpo, podía ver sus codos y el resto de sus brazos que también eran increíblemente blancos, se le veía delgado pero musculoso, de hombros anchos. Era él sin duda, el que se colaba por mi habitación por las noches.

Edward cerró los ojos esperando el resto de la descripción, había nombrado una polera negra pero no había dicho lo demás así que era todavía muy posible que se tratara de otra person. Además, sólo había dicho eso y su polera en el lado izquierdo de su pecho sobre su corazón tenía bordado en negro una E, Alice se la había regalado por su cumpleaños. Esperaba que no describiera su demás vestimenta porque sino comenzarían a pedirle explicaciones, unas que él no tenía.

Llevaba también unos Jeans y unas tennis negras, que guapo y atractivo se veía.

Edward se levantó de su asiento, era demasiado, todos lo observaban pasear por el vestíbulo.

- No es posible. Yo no soy, no soy ese - dijo antes de que pudieran decir algo. Alice se levantó y le tomó de la mano.

- Edward tranquilo, nadie de aquí piensa que seas tú, es solo otra coincidencia nada más, tranquilo, ven - le tiró para que volviera a sentarse y le acarició el cabello para tranquilizarlo, eso pareció funcionar más el poder de jasper.

De pronto su mirada cambió, ya no era una mirada inexpresiva sino más bien de suficiencia, sonrió un poco y pude reconocer un poco de maldad en esa sonrisa. Sentí miedo, mucho miedo. Retrocedí un paso y con eso sólo logre que rompiera a reír de una forma muy... Escalofriante.

- Vaya vaya vaya - dijo con voz suave pero penetrante, parecía estarse divirtiéndose con mi miedo - ¿Pero qué tenemos aquí? - preguntó descruzándose de brazos y comenzando a caminar hacia a mí. Yo retrocedí unos pasos sin pensar y él se detuvo y mirándome burlón.

- ¿Qui... Quién eres? - le pregunté titubeante.

- ¿No lo sabes? me sorprende. Veo que ese idiota sabelotodo tenia razón después de todo, la creadora no sabe nada de su creación - dijo dejándome confundida.

- ¿Creadora? ¿De qué hablas? ¿Y qué es lo que tendría que saber? - le pregunté con temor, algo me decía que era mejor no hacerlo enfadar.

- Ese tipo no parece que sea bueno ¿No les parece? - preguntó Rosalie.

- Sí, espero que no le haga daño y que ella ahora sí se escuche a sí misma y no lo haga enfadar - dijo Alice.

- Mmm supongo que tienes derecho a saber, eso es lo que pienso yo ¿Sabes? pero hay otros que no quieren que te lo diga porque dicen que aún no estas preparada, pero a mí me importa un comino lo que ellos piensen la verdad. Por qué habría de hacerles caso - comenzó a acercarse a mi otra vez con una mirada negra, feroz, malvada - cuando ellos no están aquí y yo sí.

Me encogí de miedo ¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? ¿Por qué no me quede en mi cama a salvo y lejos del peligro? ¡Ah si! ya sé, porque soy estúpida, por eso.

- Eres realmente hermosa. Sí, muy hermosa. Incluso cuando te ves tan asustada - de pronto lo tuve a no más de tres centímetros de mí, no sabía cómo había hecho para acercarse tan rápido, un momento estaba a cinco metros y en un segundo a solo centímetros.

- Es oficial, es un vampiro - dijo Carlisle

- Ya pero ¿Quién es, maldita sea ?- preguntó Edward, cada vez más ansioso.

- Tranquilo, tranquilo. Lo sabremos tarde o temprano - le dijo Alice sobando su espalda para calmarlo "Pues espero que no" pensó Edward sintiendo un mal presentimiento acerca de eso.

Y de repente me encontré tumbada en la fría tierra del prado, había estado tan impresionada con la hermosura de las flores que no me había percatado de las piedras de diferentes tamaños que estaban regados por el lugar y que ahora mi espalda las aplastaba haciendo que quisiera soltar un quejido de dolor, pero la impresión y la sorpresa no me dio tiempo de hacer nada ya que al momento del impacto y de mi conocimiento de las piedras a mi espalda, me di cuenta de que algo duro estaba sobre mi

- Espero que no sea lo que pienso - murmuró Rosalie en un susurro apenas audible, pero Edward sí pudo escucharle.

Abrí los ojos solo para darme cuenta de que hubiera sido mejor dejarlos cerrados, solo pude percatarme de la mirada feroz y maligna de aquel ángel-demonio que se había aparecido como por arte de magia en el borde del prado. Su cuerpo era tan duro que me imaginé siendo aplastada por un tronco, pero uno completamente liso, suave y su olor ¡Oh dios mío! ese olor a lila y miel mezclado con algo que me estaba haciendo desfallecer. Aún tenía los ojos abiertos y pude observar como aquel ser me miraba con la más perversa diversión, sonreía con maldad y autosuficiencia. Quise decir algo pero su mirada cargada de veneno bastó para hacerme callar, eso y el hecho de que me aplastara con más fuerza haciéndome gemir de dolor e incomodidad al sentir las piedras clavándose en la parte trasera de mi cuerpo. Al escucharme sonrió burlón, estaba tan pegado a mí que su respiración me daba de lleno en la cara haciéndome estremecer de miedo y frio.

- ¿Eso te gustó, no?

- Oh Dios ¿Cómo puede preguntar algo así? - dijo Esme indignada.

Dijo con voz despiadada, lo miré horrorizada ¿Acaso estaba preguntándome si me gustaba el dolor? eso no podía ser cierto ¿Por qué justamente tenía que toparme con un descarado-loco-depravado-psicópata-enfermo mental? pareció como si hubiera leído mis pensamientos porque sonrió ampliamente de una manera tan fría que me heló la sangre.

- Aléjate... Por favor - le rogué con un quejido. Él como toda respuesta y para mi mayor horror separo mis piernas con brusquedad y se postró en medio mirándome con desafío. - No... No... Por... Por favor... Te lo pido - le rogué otra vez, mis ojos se aguaron y los cerré fuertemente. Tomó mis manos poniéndolas por encima de la mi cabeza, lo sentí separar su cintura de la mía unos segundos para luego sentir un fuerte golpe en mi entrepierna. Sollocé quedamente deseando morirme, cuando lo sentí volver a separase de mi abrí los ojos mirando directamente a los suyos y cuando eso pasó, su expresión pareció cambiar.

Se quedó suspendido a unos diez centímetros de mi entrepierna, me observó con intensidad como si estuviera tratando de concentrase enormemente en algo y le parecía costar. A pesar del miedo que sentía no despegué mi mirada de la suya entonces puede darme cuenta de cómo la maldad, la cruel diversión, la excitación y todo lo negativo que había visto en su mirada disminuía hasta desaparecer por completo. Ante mi asombro, por un momento pareció dudar y luego en un susurro casi inaudible dijo:

- Lo siento.

Y ahora pude comprobar mi teoría de que estaba totalmente loco, primero me ataca y luego se disculpa, hasta podría decir que con timidez. Pero de una cosa estaba segura y era que ese hombre que me había preguntado por poco que si me gustaba el dolor que estaba sintiendo en mi espalda, cabeza y trasero y aquel que recientemente se había disculpado no era ni de cerca la misma persona.

- Vete, vete - susurró quedamente.

- ¿Qué diablos pasa? No entiendo nada - murmuro Emmett frustrado, totalmente perdido pero ninguno le pudo contestar ya que no sabían que responder. Así que Carlisle siguió leyendo muy confundido.

Solo hicieron falta unos segundos para darme cuenta de lo que debía hacer. Él todavía estaba a unos centímetros por encima de mí y sus brazos ahora estaban a cada lado de mi torso, no me había dado cuenta del momento en que me había liberado las manos, pero había bajado su cadera así que tenía que afirmarme de él para salir. Me afirmé de su cintura y con la planta de los pies en el suelo hice fuerza para arrastrarme hacia arriba, él todavía parecía seguir luchando. A los pocos segundos después ya no estaba debajo de él pero si demasiado cerca, gatee en la dirección por la que había entrado al prado, dándole la espalda, me detuve cuando escuché un ruido como de arrastre y luego nada. Me di la vuelta y miré hacia atrás, él ya no estaba en el suelo, estaba de pie y me miraba desde arriba con arrogancia, ¡Mierda!

Esme miro mal a Carlisle pero no le dijo nada porque sabía que era por el libro que su amado esposo debía decir malas palabras. Emmett hizo un puchero al ver que el regaño para Carlisle no llegaba.

Su momento de piedad parecía haber pasado. Me levanté como pude todavía mirándolo, mientras él sacudía sus pantalones y sus manos dejando su ropa como si nunca se hubiese tirado al suelo, yo estaba cubierta de tierra, sobre todo mis manos. En unos de sus costado la polera estaba subida un poco

Edward frunció el ceño, preguntándose que importancia tendría un detalle como ese, no llegó a ninguna conclusión pero sentía que era importante y que eso se le escapaba.

Se lo bajó, se arregló el cabello dejándolo aún más desordenado y me miró.

- No importa, siempre lo puedo intentar otra vez - dijo con una sonrisa maliciosa. Dio un paso hacia mí y se detuvo, su sonrisa se desvaneció y en su rostro apareció una extraña expresión: la diversión.

Pero no era mala, más bien me pareció… Amablemente juguetona.

- ¿Qué? ¿Pero, no era malo? - preguntó Emmett. Carlisle se encogió de hombros.

- Será mejor que corras, no vaya a ser que la bestia salvaje se nos escape _dijo con una amplia sonrisa, después su expresión volvió a cambiar; puso los ojos en blanco negando con la cabeza y mostrando una sonrisa resignada.

- Corre, te ayudaremos.

Me quedé petrificada sin conseguir poner mis pies en movimiento, pues parecía estar escuchando a varias personas a la vez, pero que hablaban con los mismos labios.

- No puede, está demasiado asustada - y soltó una risa divertida, me recordó a un niño travieso. Pero entonces en su rostro apareció una nueva expresión, el miedo, la angustia y antes de que pudiera hacer nada gritó:

- ¡Corre! ¡Deprisa! - para dar paso a unos ojos negros y una sonrisa fría y maligna.

- Mmm - dijo Carlisle, tocando su barbilla mirando a la nada pensativo

- ¿Qué? - le preguntó Emmett.

- Es obvio ¿No? Es un claro caso de personalidad múltiple.

- Ya… En el caso de él. Pero ¿Qué hay de Isabella? ¿De la puerta que la transporta a… Donde quiera que sea ese lugar? - preguntó Jasper expectante.

- ¿Será real? - preguntó Rosalie y sin esperar respuesta dijo - Tal vez no lo sea y ese ser del bosque también forme parte de su imaginación.

- No lo sé... Creo que esa explicación no me convence - dijo Alice

- A mí tampoco - dijo Emmett mirando a Edward algo preocupado, muy inusual en El como también era inusual ver a Edward distraído ya que se le notaba totalmente perdido en sus pensamientos. Carlisle carraspeó para llamar la atención de todos ya que el capítulo no había terminado aún. Edward le miró inexpresivo y espero a que retomara la lectura.

Corrí y corrí desesperada. No sabía que estaba ocurriendo si estaba soñando o realmente esto estaba pasando. Lo único que sabía era que debía alejarme de él. Estaba muy asustada pero eso no importaba, debía encontrar la puerta, mi puerta, pero como no, tropecé con la raíz de un árbol que sobresalía en el camino, caí de bruces y miré hacia atrás, me seguía, estaba a unos veinte metros pero se acercaba demasiado rápido. Me quedé petrificada al ver su expresión, estaba furioso.

A pesar de la distancia pude ver sus ojos negros, me di cuenta de que no caminaba normal, lo hacía como si estuviera arrastrando algo muy pasado para él, o alguien estuviera jalándolo para evitarle acercarse. Cuando estavo más cerca me miró y su rostro volvió a cambiar, se veía angustiado, asustado y sumamente preocupado. Al verlo así dentro de mí se despertó un deseo totalmente estúpido e irracional, tuve deseos de correr, sí , pero de correr hacia él y

- ¿Qué? - exclamó Emmett - Está loca, él quiere matarla o algo.

abrazarlo, quería decirle que todo estaría bien, encontrar la manera de borrar esas expresiones de su precioso rostro pero su grito pareció despertarme y hacerme reaccionar… Otra vez.

- ¡Corre! ¡Rápido! ¡Vete!

- Al menos las otras personalidades no quieren hacerle daño - dijo Esme con voz amable y preocupada. Edward todavía se veía pensativo pero todos sabían que estaba escuchando y atento a la lectura.

Como pude me levanté y seguí corriendo. No sé por cuanto tiempo corrí y ninguno de los árboles me parecía familiar, de vez en cuando debía saltar más raíces, pero caí muchas veces y en esas ocasiones aprovechaba para mirar hacia atrás y saber si había tomado algo de ventaja, estaba un poco lejos pero no lo suficiente para hacerme ir más lento. Además mis caídas le daban unos segundos para acortar todavía mas la distancia. Seguí corriendo lo más rápido que mis adoloridas piernas me permitían, miraba el camino para no tropezar, al darme cuenta de que no había mas raíces por un buen trecho del sendero levanté la mirada y pude divisar entre todo ese verdor un fulgor rojo, estaba a unos veinte y cinco metros y no se divisaba bien, pero sentí un impulso de correr así allí.

Era mi puerta, tenía que ser. Y lo era, sentí un alivio tan inmenso que cometí el error de mirar hacia atrás. Con horror me percaté de que sólo estaba a unos metros de mí ¡Cielos! ¿Cómo pudo acortar la distancia tan rápido?

- Los vampiros somos bastante rápidos - dijo Emmett. Edward lo miró y Emmett esperaba que le gruñera o le dijera algo pero Edward simplemente bajo la mirada y esperó a que Carlisle continuara. Los demás ya empezaban a mirarle preocupados. Aunque el comentario de Emmett no había sido una provocación.

Eso no importaba, ya estaba a sólo unos pasos de la puerta que estaba entreabierta (muy en el fondo de mi mente me pregunté cómo era posible si recordaba haberla escuchado cerrarse cuando salí)

- Es increíble cómo aún en su estado de miedo y desesperación puede acordarse de detalles como ese - dijo jasper incrédulo.

Ya faltaba poco, pero él estaba incluso más cerca, podía sentirlo.
Cuando estaba a punto de cruzar la puerta, sentí un tirón muy fuerte en la cabeza, pero no me detuve, cuando estuve en mi habitación tropecé con mis propios pies y al mismo tiempo escuché que la puerta roja se cerraba con un fuerte portazo. Hubo un fuerte estruendo, él había chocado contra la puerta. Cuando creí que todo había pasado, pude escuchar muchos golpes, parecían puños y patadas, aún así la puerta no se abrió, de todas formas me asusté tanto que me levanté y corrí hacia la otra puerta, cuando la abrí y quise salir simplemente no pude.

Los cullen se mostraron sorprendidos.

Me afirmé del umbral e hice fuerza hacia adelante pero no podía, era como lo que le pasaba a él, una fuerza extraña no me dejaba avanzar.

Ahora los cullen se mostraron un poco temerosos por Isabella.

La diferencia era que él podía avanzar y yo no. Cuando los golpes a mi espalda se hicieron más fuertes, me empecé a desesperar y estaba a punto de ponerme a gritar, cuando pude salir de la habitación. No me detuve a analizar la situación o a tratar de encontrarle un sentido. Bajé corriendo la escalera y por poco me caigo pero logré recuperar el equilibrio antes de romperme la cabeza contra el suelo. Me fui a la cocina y aunque estaba todo en penumbras pude encontrar la pequeña puertecita de debajo del fregadero, lo abrí y me metí allí.

Aún podía escuchar los golpes y me preguntaba cómo era que mis padres no se despertaban e iban a ver que sucedía, pero luego pensé que era mejor así, ese sujeto se veía peligroso y... Malo.

- Ay esa niña, puede estar en los peores momentos y aún así se preocupa por sus padres - dijo Esme con dulzura, mientras que Edward estaba levemente asombrado e integrado, peligroso y malo, esas eran exactamente las palabras con las que solía definirse así mismo.

Pasaron unos minutos y pude tranquilizarme lo suficiente para darme cuenta de que estaba llorando, supe que los golpes ya no provenían de mi habitación si no de mucho más cerca.

Los cullen contuvieron el aliento.

De mi pecho, era mi corazón que latía desbocado.

Los cullen soltaron un suspiro de alivio.

- Terminó el capítulo - comentó Carlisle para que luego la estancia se sumiera en un pesado silencio..

Todos estaban pensando en lo leído y eso no ayudaba en nada a Edward en ordenar sus propios pensamientos, cuanto estaba concentrado era más fácil bloquearlos que cuando estaba así de distraído y es que no lo podía evitar, como tampoco podía evitar pensar en cómo es que en el libro parecían describirlo con lujo de detalles (incluso con la vestimenta que estaba usando en ese momento) señalando que había hecho algo de lo que no se acordaba y eso era imposible, los vampiros tienen una excelente memoria, de hecho ellos no olvidan. Edward ya no sabía que pensar, sabía que lo mejor que podía hacer en ese momento era seguir el ejemplo de Isabella, no calentarse la cabeza con preguntas que no podría responder y poner más atención, a todo, a cada frase que ella dijera y a cada pensamiento, tal vez así lograra concentrarse y pensar en algo. No estaba seguro de que fuera él, es que lo encontraba como algo irreal la verdad, pero siendo él un vampiro, un mito, sabía que ya nada podía ser imposible, solo había algo que lo preocupaba, más bien lo asustaba un poco y esa era la reacción de su familia si esa historia llegaba a ser real y por consiguiente ese monstruo del bosque resultara ser él. Los demás también pensaban en algo parecido, las pruebas, las descripciones, casi todo decía que era Edward ese ángel-demonio que perseguía a Isabella pero años de vivir con él y el amor fraternal les impedían aceptarlo. Después de unos minutos de silencio Carlisle los sacó del leve estupor.

- Deberíamos leer un capítulo más, pronto amanecerá y debo ir al hospital, reservaremos las lecturas para las noches, así será más cómodo y ustedes podrán cazar durante el día ¿Están de acuerdo?

Todos asintieron.

- Bien, un capítulo más entonces ¿Quién leerá?

- Yo - dijo la pequeña Alice, que en un segundo se levantó y fue en busca del libro, se sentó y acomodándose comenzó a leer.

Capítulo 5: Bronce Capítulo 7: Tiempo perdido

 


 


 
14438913 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios