Por Tu Felicidad

Autor: Danisss
Género: + 18
Fecha Creación: 25/02/2016
Fecha Actualización: 28/03/2016
Finalizado: SI
Votos: 1
Comentarios: 4
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Capítulos: 27

Isabella es hija de una de las familias más adineradas de nueva york, su hermano mayor es amante de los deportes pero su papa quiere que estudie lo mismo que él, que hará isabella para que su hermano sea feliz, será capaz de interponer su felicidad encima de la de su hermano

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Capítulo 25: Peticiones

 

EDWARD

 

no había hecho nada elaborado simplemente le prepare su plato favorito y había cerrado el club hoy solo para nosotros dos había mandado a llevar a Pegaso y paloma para que ella los conociera y cuando nació  el potro de paloma y Pegaso lo habíamos dejado en el club porque no queríamos que su papa lo vendiera así que decidimos dejar los dos caballos en el club para que se quedaran a salvo mientras conseguíamos una casa más grande tanto para nosotros como para nuestros caballos y nuestros hijos porque yo quería tener más claramente no solo a sofí.

 

-          hola hermanito – me llamo mi hermana

 

-          Alice como estas- dije

 

-          estaba recogiendo a mi sobrina para pasar el dia con ella y jas- dijo

 

-          gracias Alice de verdad no sé cómo agradecerte- dije

 

-          dándome otro sobrino – dijo ella con una sonrisa

 

-          lo intentare- dije sonriente

 

-          bueno hermanito disfruten y no la presiones las cosas se darán – dijo

 

-          si pero es que la necesito y la extraño mucho – dije

 

-          lo sé pero por lo que estoy viendo ella también te quiere

 

-          tú crees- dije emocionado

 

-          no lo creo estoy segura

 

con la fe que tenía mi hermana yo también estaba bien ella me había ayudado a conseguir un lindo traje de montar y unos guantes negros para bella para que fuéramos al club había arreglado el establo donde habíamos estado por primera vez con flores y con una cena para los dos por si las cosas terminaban bien el medico había dicho que lo de bella era temporal pero en este tiempo no había recordado nada él dijo que pese a que era temporal teníamos que ayudarla con cosas de antes y había decidido llevarla al primer lugar donde estuvimos era especial  así que después de montar comeríamos en nuestro lugar

 

-          hola – dije mirándola ella se quedó mirándome sonrojada

 

-          hola – dijo mirándome de nuevo

 

-          estas lista- dije

 

-          si solo que Alice no me dijo que tenía que poner – dije

 

-          bueno solamente ve a darte una ducha encima de la cama esta lo que te  tienes que poner espero que no te moleste es un regalo mío – dije sonrojado

 

-          gracias – dijo besándome la mejilla y corriendo a la habitación no dormíamos juntos desde que paso eso pero ella dormía en nuestra habitación yo dormía en la habitación des Sofía  gracias a dios tenía una cama cómoda o sino no sabría qué hacer, pero cada beso que ella me daba por más simple que fuera me encendía y eso me molestaba porque me moría por tenerla pero no podía cuando la fui a ver no se había terminado de vestir tenía el pantalón puesto pero no tenía ni sostén ni camisa y me tense en el marco de la puerta

 

-          Edward- dijo tapándose los pechos mientras me miraba

 

-          lo siento no sabía que no habías terminado de vestirte- dije mirándola

 

-          ya término pero podrías- dijo señalándome con una mano la puerta

 

-          si lo siento – dije mirándola apenado

 

Me quede en el sofá de la sala con las manos en la cabeza desesperado no sabía qué hacer ni cómo comportarme sentía que mis pantalones se iban a romper pero tenía que calmarme  

 

-          nos vamos ya – dijo mirándome levante los ojos y la vi dios mío se veía perfecta la mujer más hermosa que había visto mi mujer mía y de nadie más porque al menos esa era lo único que me tenía tranquilo era que ella era mía y de nadie más para siempre tenía una camisa azul de manga corta con los botones sueltos una trenza larga hermosa y no tenía puesto el gorro un pantalón negro pegado a su cuerpo y unas botas cafés de montar

 

-          si claro vamos  dije

 

-          no te pondrás ropa para montar- dijo mirándome

 

-          bueno digamos que para mí no es tan incómodo montar con la ropa que tengo – dije mirándola – además el doctor dijo que era bueno que te mostrara cosas conocidas para ti para que recordaras y bueno como montas profesionalmente te traje un traje pera que recordaras

 

-          gracias- dijo sonriéndome la tome de la mano pero a ella no le molesto nos fuimos en el coche hasta el lugar donde quería cuando llegamos Sam me saludo

 

-          señor cullen señora cullen como están. dijo mirándonos

 

-          bien Sam – dije tomando más cerca a bella ya que Sam no sabía nada

 

-          sus caballos están listos – dijo y se fue despidiéndose camine con bella a los nuevos establos –

 

-          bueno aunque deberías conocerlos te los presento de nuevo ella se llama paloma es tu yegua y la tienes desde los 10 años – dije sonriéndole – y él es Pegaso que lo compraste hace dos años – dije mirándola

 

-          y ese- dijo mirando al más pequeño sonreí mirándola con una sonrisa tierna y sincera

 

-          él es chocolate es su potro – dije

 

-          es hermoso – dijo acariciándole el osico

 

-          si muy indo entonces que caballo quieres montar- dije mirándola

 

-          esta- dijo mirándome

 

-          te molesta si monto tu caballo – dije

 

-          claro que no – dijo mirándome

 

La ayude a montar y tomar las riendas y me monte yo caminamos despacio al principio y luego ella empezó a tomar más confianza y empezó a trotar dejándome atrás cuando la alcance la mire sonriente

 

-          es definitivo el montar lo tienes en las venas- dije mirándola

 

-          se siente bien – dijo mirándome

 

-          que te parece una carrera- dijo mirándome

 

-          me parece estupendo – dijo mirándome

 

-          ok entonces si ves esa casa de haya – dije señalando la caballeriza abandonada

 

-          si – dijo

 

-          entonces hasta haya el primero que llegue puede pedirle lo que quiera al otro – dije mirándola

 

-          perfecto – dijo colocándose el casco y empezamos ella me tomo ventaja pero definitivamente quería ganar solamente que se me olvidaba que ella era la mejor y cuando me gano me sentí feliz pero frustrado

 

-          te gane- dijo mirándome sonriente y salió corriendo dentro de la caballeriza sonreí siguiendo cuando la vi en medio de la cobija extendida en el suelo con cojines y comida- que es esto – dijo mirándome

 

-          nuestro almuerzo tienes hambre- dije mirándola

 

-          mucha – dijo sonriéndome

 

-          bien – dije tomándola de la mano para que nos sentáramos comimos animadamente cuando la sentí tensarse- que pasa – dije mirándola

 

-          no lo sé este lugar se me hace conocido – dijo mirándome

 

-          lo recuerdas- dije mirándola

 

-          no solo que siento que ya había estado antes aquí – dijo mirándome

 

-          es que ya lo has estado – dije sonriéndole – cuando éramos novios y luego de que nos comprometimos empezamos a pasar días aquí – dije mirándola

 

-          es hermoso – dijo mirándome

 

Comimos animadamente y tomamos demasiado tanto ella como yo ya nos habíamos terminado una botella de vino

 

-          de verdad Edward te lo juro tu hermana me tiene harta- dijo riéndose

 

-          bueno ella siempre ha sido así – dije mirándola cuando la sentí tensarse ya que la tenía sentada entre mis piernas- que pasa- dije mirándola

 

-          recuerdas- dijo apenada y roja como un tomate se tomó el poco de vino que le quedaba y me miro – recuerdas que dijiste que el que ganara la carrera podía pedir lo que quisiera- dijo mirándome

 

-          si lo recuerdo que quieres- dije

 

-          yo – dijo sonrojada

 

-          dime cariño puedes decirme lo que quieras

 

-          bueno yo – dije

 

-          bella – dije tomándola de la mano – puedes pedirme lo que gustes- dijo

 

-          de verdad?- dijo mirándome asentí con miedo pensando que me pediría  que me alejara de ella pero eso si no lo podía hacer

 

-          si lo que quieras- dije con la garganta seca

 

-          quiero que me hagas el amor – dijo me atragante con un poco de vino y la mire con los ojos abiertos de par en par mientras ella me miraba a los ojos brillantes y mordiéndose el labio

 

-          que – dije mirándola

 

-          quiero que me hagas el amor Edward – dijo mirándome – quiero recordar que es estar entre tus brazos 

 

 

Capítulo 24: Tiempo A Solas Capítulo 26: Momentos De Felicidad

 
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