Ya han pasado dos meses desde el nacimiento de nuestra adorada madison y bella esta cada día más hermosa había pensado pedirle que se casara conmigo pero estaba muy nervioso dios mío parecía un adolecente en vez de un hombre, la deje en la cama dormida estaba muy cansada primero a media noche madison se despertó llorando y luego hicimos el amor como locos así que la deje que durmiera un rato, le prepare algo de comer y se lo lleve a la cama pero aún seguía dormida sonreí acariciándole la columna vertebral con un dedo desde su trasero hasta la nuca

-          mmm- Dijo bella sin mirarme – buenos días

-          Hola hermosa – dije sonriente – vamos amor te traje el desayuno. dije sonriente ella se sentó en la cama tapándose los pechos y me miro sonriente

-          Gracias- dijo sonriente y haciendo una mueca – me duelen todos los músculos de mi cuerpo – dijo sonriente

Luego de que terminamos de comer llevaríamos a los niños al parque y esta noche ella sería totalmente mía le pediría que se casara conmigo en un restaurante, todo el día estuvimos los 4 juntos, bella estaba muy feliz y se veía tan linda y yo no podía estar más contento con mis dos hijos

Luego de que dejáramos los niños con Emmet y Rosalie bella se fue a la casa a peinarse y colocarse un lindo vestido yo ya tenía el anillo con el que le pediría que se casara conmigo, el vestido se le veía magnifico era dorado y los tacones la hacían ver más alta nos fuimos al restaurante, cuando llegamos corrí la silla para ella y sonrió enamorada dios esta mujer sacaba lo más cursi que tenía, todo estaba perfecto y ella se veía hermosa, comimos, hablamos, nos reímos, nos besamos y decidimos ir a caminar un rato, cuando llegamos frente a la fuente ella me miro a los ojos y yo hice lo mismo llego la hora

-          Bella – dije mirándola – esto lo iba hacer mucho antes de que naciera Anthony pero por todo lo que paso decidí hacerlo hoy- dije nervioso me puse de rodillas y la mire a los ojos ella me miro expectante y sonreí saque la caja de mi bolsillo y la mire- Isabela Marie swan me aria el extraordinario honor de ser mi esposa- dije ella me miro y asintió llorando

-          Si, si quiero – dijo llorando le coloque el anillo y la mire muchos alrededor aplaudían y sonreían

3 meses después

-          Nerviosa?- dijo mi cuñada mirándome

-          Demasiado – dije mirándola

-          Tranquila ya todos están en sus lugares- dijo mirándome – y creo que no eres la única el novio esta que no puede de los nervios- dijo mirándome sonreí nerviosa y ella sonrió

Hace dos meses Edward me había pedido que me casara con él y yo le había dicho que si pero ahora tenía miedo y si no era lo que él esperaba hay mi dios el vestido que mi cuñada me había confeccionado era hermoso tenia tirantas delgadas en pedrería, un cruzado en la cintura y era liso el vestido con una abertura en la pierna, tome mi ramo mi papa me miraba con orgullo y me tendió su brazo empezamos a caminar y vi a Edward se veía sencillamente espectacular dios parecía un ser de otro mundo

La ceremonia fue tan emotiva que llore todo el tiempo no sé qué era lo que me pasaba pero Edward me miraba con ternura

-          Los declaro marido y mujer que lo que dios ha unido no lo separe  el hombre –dijo sonreí y Edward me miro – ahora si puedes besar a la novia

Me beso tan profundo que me olvide de donde estábamos o que había gente a nuestro alrededor Edward tuvo que ayudarme a separarme del ya que no lo quería soltar sonrió y me miro

-          Luego podemos seguir donde lo dejamos- dijo en mi oído sonreí sonrojada y mire a los demás que aplaudían

Cuando nos fuimos a casa para la fiesta yo solo pensaba en que quería irme lejos con Edward y perdernos en un lugar oculto donde pudiéramos hacer el amor Edward me miraba y sonreía, me saco a bailar y en mitad de la pista me levanto estilo novia y corrió  conmigo todos se reían y yo suspire de alegría

-          Por fin – dije mirándolo

-          Por fin – dijo mirándome nos fuimos a mi casa donde hicimos el amor toda la noche y el día también