Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 134003
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 13: Dos puntos importantes.

BPOV

 

Calor. Me estaba asando. Odiaba tener calor cuando dormía. ¿Me había olvidado de bajar la calefacción cuando me fui a la cama anoche? ¿Qué demonios era lo que me pasaba? Vamos a ver, anoche... oh, joder, anoche me acosté con Edward Cullen. No estaba en mi apartamento, estaba en su casa. No estaba calienta porque nos olvidáramos de bajar la calefacción anoche, estaba caliente porque su duro y magnífico cuerpo estaba presionado contra el mío y sus brazos me envolvían vagamente.

Eso era interesante. Nunca había sido capar de dormir con nadie que me tocara. Alice y yo habíamos compartido cama algunas noches de borrachera o cuando viajábamos y si se atrevía a acercarse a mí se llevaba un golpe de mi parte. Se negaba a dormir conmigo después de la última vez. Como si fuera mi culpa que le diera en un ojo. Estaba soñando con un ladrón y me tenía que defender. No es que la hubiera pegado a propósito.

Ni siquiera había querido pasar una noche con James cuando estábamos juntos, no es que él lo hubiera propuesto, de todos modos. Aunque debería haberle dicho que no, pero no, era una idiota. Probablemente llamaba a su próxima cita en cuanto salía por la puerta.

No era un digno pensamiento, no después de la noche que había tenido. Jesús. Edward era todo lo que me había imaginado, por no decir más. Con una vez no habíamos tenido suficiente. Me había quedado dormida en sus brazos, pero me desperté una hora después y me lancé otra vez. No le importo e hizo el lo mismo un par de horas más tarde. Era increíblemente hermoso. No sabía que un hombre pudiera ser perfecto en todo, pero el lo era. Incluso su pene era bonito y muy grande. Casi me dio miedo de lo grande que era, pero eso no me impidió no tenerlo en cada oportunidad que se presentó. Jeje... surgió. Seguro que no tenía ningún problema en esa zona.

Cuatro veces en una noche. ¡Cuatro! Las piernas me dolían, pero no me importaba. Lo haría de nuevo si el quisiera. El querría que yo... cuatro veces. No me lo podía quitar de la cabeza. Le eché un vistazo y no pude resistirme a tocar el pelo que le caía por la frente. Estaba sexy. Esa cara, los labios, el pecho, el abdomen... Dios los abdominales. Quería lamerlos. Quería usarlos como mi plato y comer todas mis comidas en ellos. Los limpiaría muy, no tendría ninguna queja.

Por otro lado estaba la perfecta V entre sus caderas. La letra V iba a ser mi letra favorita a partir de ahora gracias a esa zona increíble de su cuerpo. Tal vez debería cambiarme el nombre y llamarme Velma en su honor. No, Velma no. Verónica. Verónica Swan. Hmmm, no, en realidad no me gustaba. W es para Victoria, Virginia, Virgen... Jaja. No hay vírgenes por aquí, gracias.

-¿Bella?- Vaya, se despertó. Oooh, se despertó del todo. Hmm, ¿Vamos a por la quinta ronda? No me había lavado los dientes y mi pelo debe de estar demasiado enredado, como si hubiera estado teniendo sexo toda la noche. No era atractivo.

Aparté la mirada de su divino pecho y allí estaba sonriéndome. Quería saltar de nuevo, aunque mi cuerpo este dolorido.

-¿Qué?

-¿Hay alguna razón por la que me estés, uh, tocando ahí?

-¿Porque me gusta?- Estaba atrapada, más me valía que no se quisiera acostar ahora. No serviría de nada mentirle. Simplemente era difícil concentrarme cuando estaba a su lado. Todavía no podía creerme lo que le había dicho ayer en la sala, y luego lo de su polla. Jesús. Alice iba a morir cuando se lo contara.

Se rió en voz baja y movió su pulgar por mis mejillas. Dios, un solo toque y sentía como si cada terminación nerviosa de mi cuerpo estuviera en llamas. ¿Hacía esto con cada chica que tuvo la suerte de que la tocara? Odiaba esa idea. Él era mi novio ahora y quería ser diferente al resto.

-Bueno, puedes continuar. Y si tu mano quiere ir un poco más a bajo, no me importa.- Le golpeé el pecho, me agarró la mano y la llevó a sus labios, sus ojos verdes me miraban con diversión.- Solo te daba el visto bueno para que me tocaras cuando quieras, carió.

-Muy generoso de tu parte.

Resopló y me envió una sonrisa socarrona.

-Eso no es lo que dijiste anoche.

-Pervertido.- Caliente, perfecto y pervertido.

-¿Dice la mujer que me estaba acariciando mientras dormía? ¿Eso en qué te convierte?

Joder, un punto para Cullen. Sin embargo...

-Estaba comprobando que no hubiera ningún daño irreversible después de lo de anoche. No me gustaría dejarlo insensible.

Edward se rió y los músculos de debajo de mi mano se movieron. Era demasiado sexy. Seguí sus abdominales hacia abajo y vi como su risa se calmaba y sus manos se hacían puños sobre las sábanas. Quería hacerlo de nuevo. ¿Qué había hecho para merecer un milagro como este? Fuera lo que fuese, me gustaría volver a hacerlo. Y otra vez. Y otra. O tal vez sólo lo quería hacer ahora. No, que va, pero de momento funcionaba.

-Hmm, eso sería un buen reporte muy interesante de lesionados:... Cullen, pene excesivamente usado. Estaría mejor que la ingle de Jasper. Sería legendario.

Ya está. No hay nada más que decir.

-Bueno, voy a ver qué puedo hacer para que eso se haga realidad.- Me senté a horcadas sobre su cintura y sus manos se acercaron a acariciar mis pechos. Otra vez esos dedos. Eran mágicos. Quería que los conservara con unos guantes de hierro para que no les pasara nada. Me pregunté si Alice podría hacerle algunos a lo Iron Man como el casco de Jasper. Y ya de paso también le podría hacer otro casco, no quería que le pasara nada a su cara. O a su cuerpo. A la mierda, necesitaba todo el traje.

-Por supuesto.- Me apartó un poco de él y me llenó con su polla antes de guiarme encima de él. Mierda. Había olvidado que estaba desnudo... perfecto. Sus brazos me sostenían de la cintura como si no pesara nada, era la cosa más caliente que había visto. Se inclinó hacia delante, apretando sus abdominales, tal vez estaba equivocada y eso no fuera lo más caliente del mundo. Lo era todo él, punto. Era muy sexy. Debería ser molesto, pero me beneficiaba y no me iba a quejar. Me sonrió y se recostó cruzando los brazos detrás de la cabeza, tenía una pose de despreocupación a pesar de que actualmente tenía su polla dentro de mí.- Bueno, nene, muéstrame lo que sabes hacer. Si no recuerdo mal, dijiste algo acerca de ser fantástica en la cama.

Lo miré.

-¿Estás diciendo que no estás de acuerdo?- Eso era insultante... quizás no tanto como cuando me reí de su polla, pero había tenido una buena escusa. Fue culpa de Emmett.

Se incorporó de nuevo, poniendo sus manos en mi cintura y apretando su nariz con la mía. Estaba hipnotizada con esos hermosos ojos verdes que estaban a solo un par de centímetros de los míos.

-No podría estar más de acurdo, Bella. No puedo tener suficiente de ti. No quiero ir a trabajar. No quiero que te vayas cuando lo haga. Quiero que te quedes todo el fin de semana.

Joder. Si era posible estar más excitada con este hombre de lo que ya lo estaba, entonces lo había logrado. Esos ojos ardientes me miraban, esas palabras que salían de su perfecta boca... tenía miedo de convertirme en un montón de cenizas ya que mi cuerpo estaba en llamas.

-¿Quieres?- Sus ojos aún estaban en los míos y estaba bastante segura de que estaría de acuerdo con todo lo que me dijera, siempre y cuando no me dejara de mirar así. ¿Qué coño quería que hiciera ahora?

-¿El qué?- Oh Dios, sonaba como una estrella del porno. Mi voz estaba sin aliento y chillona... bueno, que coño, le gustaría, ya que cuando le pedí que viéramos porno se encendió, así que supongo que estaba bien. Gracias a Dios que encontró mi vómito de palabras entrañable.

-Quedarte.- Si. Siempre. Ni siquiera necesito ropa. Usaré tu ropa en todo momento. Me casaré contigo y tendremos bebés y... Ya Bella. Responde a este hombre y pon un poco el freno. No ha escapado aún, pero lo hará si se entera de que estás planeando tener bebés con los ojos verdes y su sonrisa y su... vale, una réplica de él. Eso estaría bien.

-¿Bella?

Mierda. ¡Concéntrate. El hombre más increíble del mundo te estaba pidiendo que te quedaras con él y tu estas tan ocupada nombrando a los futuros hijos, Ryan Christian y Kayla Elizabeth Cullen , que no puedes ni contestar a esa pregunta tan sencilla. Y ahora lo estás haciendo de nuevo. ¡Responde!

-¿Quieres que me quede?

Se rió y me besó.

-Si.

Quería quedarme. Eso era un hecho. Pero tenía que hablar con Seth y por supuesto con Alice y necesitaba más ropa y... ¿qué haría cuando él no estuviera?

-Me encantaría.- Me dio una hermosa sonrisa y sentí como su polla se contraía dentro de mí. Oh, sí, teníamos asuntos que atender, pronto.- Voy a tener que ir ha hacer unas cosas, pero podría volver esta noche, si te parece bien.

-Está más que bien.- Me besó esta vez más fuerte y sus manos se apretaron en mi cintura. Recibí el mensaje y empecé a mover mis caderas, montándole. Tenía miedo de que estallara mi útero o algo así por lo grande que era, pero no me importaba, excepto porque no podría tener a ningún Ryan y Kayla, lo que estaría mal, ya que sus genes tendrían que estar expuestos a todo el mundo. A través de sus hijos, no de su polla. Esa era mía. Lo siento chicas, Mr Polla ya ha firmado. Jajaja, Mr Polla. Tenía que ponerla nombre. ¿Goliath? ¿Titan? Ya se me ocurriría algo.

Me encantó esta postura, nuestros cuerpos tan juntos y sus ojos mirándome fijamente mientras sus pulgares se movían sobre mis pezones y su boca se movía sobre mi mandíbula. Era increíble cómo podía besarme tan reverentemente mientras yo saltaba de arriba a abajo sobre su polla como si estuviera montada en un toro o algo así. Me hacía sentir como si fuera muy fuerte, pero también como si fuera igual de frágil que in cristal. Era hermoso y aterrador. Me podría construir, pero también derribar fácilmente si el quería.

Él tenía mi corazón en sus gloriosas manos, no tenía duda. No era tonta... Sabía que me estaba enamorando de él muy rápido y muy fuerte, pero antes, cuando me llevó a su habitación y me tocó y me hacía sentir como si no hubiera vivido hasta que puso sus manos sobre mí, tuve que admitir que no estaba sólo por él. Yo le amaba. Gracias a Dios tuve suficiente autocontrol como para no dejarlo escapar durante toda la noche. Eso habría sido desastroso, no tenía duda. No era la clase de mujer que decía muy fácilmente te amo, solo habíamos estado juntos tres semanas, sobre todo a un hombre como Edward. Las mujeres se lo gritaban desde las gradas en todos los partidos.

No, estaba guardándome esas palabras hasta que algún día, tal vez el diera el primer paso. Le importaba, lo sabía. La forma en la que me miraba, me tocaba... lo sentía. Si tenía suerte, más suerte de la que ya tenía, que no parecía ser posible, sentiría lo mismo que yo. Quería que me amase, lo deseaba como nunca había deseado nada en mi vida, y eso era aterrador. Ningún hombre debería hacerme sentir así en un periodo de tiempo tan corto, ni siquiera Edward Cullen.

Sus labios se encontraron con los míos y me perdí de nuevo. Quito todos los pensamientos de mi cabeza con un solo beso. Potente. Caliente, más potente, era letal de una forma muy agradable. Apretó las manos en mi cintura y me ayudaba a moverme y, de repente, estaba dando en el sitio correcto y yo veía manchas y me vine con fuerza a su alrededor. Gimió contra mías labios y sentí que se venía dentro de mí y di las gracias a Alice por hacerme tomar la píldora cuando salía con James, a pesar de que nunca me llegue a acostar con él sin condón. Edward y yo habíamos hablado de eso y estábamos los dos limpios, solo quería sentirlo dentro de mí sin barreras. En ese momento no sabía lo bien que se sentía así. Se sentía estupendamente dentro de mi.

Se echó hacia atrás y me dio esa sonrisa irresistible. Su cabello le caía en los ojos y lo aparté. Tan suave. Podría jugar con su pelo todos los días. Podría jugar con él todos los días. Esperemos que pueda seguir haciéndolo.

-¿Cómo lo he hecho? ¿Crees que aún puedes jugar mañana por la noche?

Se rió y me besó, llevándonos hacia la orilla de la cama antes de levantarse y llevándonos al baño. Me encantaba que hiciera eso.

-Todavía puedo jugar esta noche,- susurró en mi oído y me estremecí ante la promesa.- Y aún puedo jugar hoy. Y mañana.- Mierda, me iba a matar.

Sonrió y abrió la puerta de vidrio y me metió en la ducha, dejando que me deslizara de su cuerpo y ayudándome a poner de pie. Estaba vergonzosamente tambaleante, normal, había estado montando su polla casi toda la noche. Tenía que tener algunos efectos secundarios. No iba a quejarme, además mantuvo sus manos sobre mí para estabilizarme. No había ningún problema.

-Joder, ¡tienes un panel de control en la ducha!- Tenía un teclado en la pared que al golpear un botón el agua salió en forma de lluvia.- ¿Eso es una cascada?- Señalé al otro extremo de la ducha donde sobresalía y Edward sonrió y golpeó otro botón y el agua salía de ahí, al igual que una cascada. Me alejé de él e incliné mi cabeza hacia atrás.- ¡Está super chulo!

Las paredes eran de una hermosa piedra azul marino, y a parte de la cascada y la lluvia, había otra más que era normal y algún que otro accesorio redondo a los que no les veía ninguna utilidad.

-¿Qué hacen?- Se rió y golpeó otro botón y el vapor comenzó a inundar el espacio.- Increíble. ¿Puedo vivir en tu cuarto de baño?

Edward inclinó la cabeza hacia atrás dejando que el agua en forma de lluvia le cayera encima y se rió.

-Y aun no has estado en la bañera. No saldrás de ahí a este paso.

Me reí y me senté en el asiento de la ducha.

-No, no saldré. Te lo aseguro.

Sonrió y se acercó a mí, tomando mi mano y tirando suavemente para levantarme de nuevo.

-Me gusta la idea.- Mi corazón dio un vuelco al oír sus palabras. Estaba bromeando ¿no? Y yo no debería de emocionarme tanto por eso. Quería que me quedara el fin de semana y eso por ahora era suficiente. Iba a disfrutar cada minuto que tenga con él, en lugar de preocuparme acerca de dónde nos llevará esto.

-Voy a lavarte el pelo. Amo tu pelo.- Él me amaba... bueno, a mi pelo. Eso era un comienzo. Yo le dije que quería casarme con sus dedos y su lengua, así que... Ah, y eso sin decir que también quería hacerlo con su polla, estaba segura de que lo había dicho en la tercera ronda. Me guió de nuevo bajo la cascada y sus dedos se movieron por mi pelo, junto con el agua. Estaba en el paraíso. Me encanta cuando alguien jugaba con mi pelo, pero cuando es un hombre guapísimo... ¡qué calor! Abrió una botella de champú y puso un poco en sus manos antes de volver a mi cabeza de forma experta. Dios mío. ¡Cómo estaba disfrutando de que me lavaran el pelo!

Decidí que mejor hablara, ya que si no lo hacía haría algo ridículo como pedirle matrimonio en la ducha. Estaba cerca de hacerlo ya que sus magníficos dedos estaban a punto de hacerme llegar al orgasmo, otra vez.

-¿Qué más hace la ducha?

Se rió entre dientes.

-Bueno, tiene radio.- Por supuesto. Todo el mundo necesitaba música cuando se duchara.- Hay un botón que calienta el suelo y el asiento de la ducha. Puedes calentar tu trasero ahí.- Me uní a sus risas.

-¿Eso es necesario en Arizona?

-No, pero me gustan esas cosas.- Pues claro que le gustaban. Seguramente que le electrocutaría si intentaba utilizar esta cucha yo sola. Supongo que él se tendría que duchar siempre conmigo. Y yo no tendría ninguna queja.

Terminó de lavarme la cabeza y no pude evitar suspirar cuando quitó sus talentosos dedos de ahí y me volvió a meter en el agua. Dios, estaba tan a gusto, más aún cuando empezó a aclararme el pelo. Repitió el proceso con el acondicionador y, en serio, me sentía mareada cuando terminó de hacerlo y me desplomé en el asiento-

Edward sonrió.

-¿Qué te pasa, Bella?

-Manos,- murmuré. Joder. ¿Por qué tenía que decir siempre lo que pensaba? ¿O por lo menos partes de su cuerpo?

Puso las manos a cada uno de los lados del asiento.

-¿Qué pasa con ellas?- Vi como sus dedos se movían hacia mis piernas y comenzó a acariciar mis muslos, estaba excitada. Joder, era como una especie de demonio del sexo cuando él estaba cerca de mí. Era una depravada.

-Son muy talentosas.

-Me alegro que lo pienses.- Las quitó de mis muslos y levantó una mano para coger una pastilla de jabón. Regresó a mis muslos, acariciando con la pastilla mis piernas. Solté un gemido, estaba temblando cuando me empezó a tocar por el interior del muslo. Pero antes de que llegara a más, se trasladó hacia el estómago y luego a los pechos. Dejé escapar un fuerte gemido cuando sus dedos empezaron a jugar con mis pezones. No quedó ahí mucho tiempo y limpió mis brazos y mis hombros antes de volver por mi cuerpo.

Se puso de rodillas entre mis piernas y acarició suavemente mi coño y grité cuando estaba a punto de correrme. Presionó dos dedos sobre mi clítoris y ya estaba hecho, tuve un fuerte orgasmo. Sin duda esta era la mejor ducha que había tenido en mi vida.

Edward me ayudó a ponerme de pie y me guió bajo el chorro de nuevo, pasando sus manos por mi cuerpo. Estaba temblando por su toque.

-¿Tienes frío?- No podía respirar, por lo que negué con la cabeza. ¿Cómo le iba a explicar que estaba como en un continuo orgasmo solo con tener sus manos sobre mí?- ¿Bella? ¿Estás bien?

Luché por el control de mi cuerpo y abrí los ojos y me miraba de forma insistente.

-Estoy bien. Es sólo que... Dios, Edward. Nunca antes me he sentido así.- Sus ojos verdes se agudizaron y se oscurecieron de deseo y su pene endureció de nuevo. Mierda, ¿todos los atletas tardan lo mismo en recuperarse? Necesitaba empezar a correr maratones o hacer algo.

No podría tener relaciones sexuales con él mañana de nuevo, no si quería ser capaz de caminar, conducir... vamos ser un humano normal y corriente. No es que tuviera ningún problema con eso, todo por tener relaciones sexuales con él. Estaba a gusto con esto, pero la realidad siempre me tenía que golpear.

No, ya era hora de ver si mi boca podía con él. Salí del agua y puse mis brazos a su alrededor, empujándolo hacia atrás hasta que topamos con el asiento y le hice sentarse. Arqueó una ceja y cogí el jabón, comenzando a enjabonarle todo el cuerpo. Los músculos agrupados y ondulados debajo de mis manos... Necesitaba una cámara para grabar eso. Pasé más tiempo en sus abdominales, eran perfectos. Un escultor no podría haber hecho un mejor trabajo.

Me arrodillé y pasé las manos por sus pantorrillas y rodillas, deteniéndome para besar la cicatriz que encontré en su pierna izquierda.

-¿Cómo te lo hiciste?

-Se me cascó la rodilla cuando tenía trece años.- Se pasó los dedos por el pelo mojado.- No fue tan malo como me temí. Pensé que mi carrera deportiva había acabado, pero solo fue un esguince y un corte.- La besé de nuevo y seguí limpiando sus piernas.

-Creo que te limpiaré de otra forma.- Respiró hondo y lo soltó cuando envolví los labios alrededor de la cabeza de su pene. No había manera de conseguir que me cupiera más de un tercio en la boca, así que puse mi mano en la base y la movía al mismo ritmo que mi boca, deteniéndome para girar mi lengua alrededor de la punta antes de volver a metérmelo. Él gimió y susurró mi nombre, enredando sus manos en mi cabello.

Yo me balanceaba arriba y abajo y apreté mis manos para empujarle más hacia mí.

-Bella, me voy a correr.- Seguí con mi ritmo, lo que él tomo eso como una invitación a que se viniera en mi boca y lo hizo, arqueando la espalda mientras le chupaba más fuerte. Lo tragué y lamí mis labios antes de besar la cabeza de su polla y coger el jabón. A pesar de que se desinfló, aflojó o como quiera que se llame, todavía daba impresión.

-Wow. Gracias.- Me reí de su respuesta y el se unió. Me puso en su regazo y me besó.- Lo siento. Eso ha sido... no tengo palabras para describirlo.

-Yo diría lo mismo del resto de la noche... indescriptible y perfecta,- le dije en voz baja. No estaba segura de lo que debería decir, pero apenas pude detenerme.

Me besó de nuevo y me abrazó con más fuerza.

-Si, eso lo resume todo. Me encanta estar así contigo, Bella. No quiero que esto se acabe.

Mi corazón latía con fuerza otra vez. Me volvía lanzar palabras de amor, aunque no de la forma que yo quería. Aún así, fue increíble.

-Yo tampoco. No quiero irme, pero volveré esta noche.

Sonrió ampliamente antes de besarme de nuevo.

-Ya te echo de menos.

-Yo también.

 

.

 

-Alice, ¿te llevo a casa? Edward está casi listo e iba a ver si Jasper se iba con él...

-¡SÍ!- Alejé el teléfono de mi oído y sonreí por su exuberancia. Sabía que lo más probable era que se hubiera estado muriendo por saber lo que había pasado. Y el hecho de que no me hubiera llamado, mostró un increíble autocontrol de su parte.

-Salimos en dos minutos.- Colgué justo cuando se la oía chillar a Jasper para que se diera prisa y metí mi teléfono en el bolso.

-Supongo que aceptó,- Edward murmuró detrás de mí mientras deslizaba sus brazos alrededor de mi cintura y me atraía hacia su pecho, besándome el cuello suavemente. ¿Era posible que lo desee otra vez? Sus pulgares se movían sobre mi estómago y supe la respuesta a esa pregunta: si, era posible.

-¿La oíste?- ¿Por qué tenía la voz entrecortada? Me mordió la mandíbula. Ah, sí, era por eso. Olía increíble, a limpio y a jabón, varonil. Quería morderlo.

-Creo que la gente de California se ha enterado,- respondió con una carcajada, besando mi mejilla antes de alejarse y agarrar su bolsa de deporte.

-Es un poco hiperactiva.

Edward se rió entre dientes y tomó mi mano.

-¿En algún momento Alice es “un poco” en algo?

Buena pregunta.

-Es pequeña, y punto. Eso es todo.

-Vamos a enfrentarnos al pelotón de fusilamiento, ¿preparada?

-¿Crees que va a ser tan malo?- Alice no me iba a torturar para obtener información. Eso espero.

Me besó y me llevó hacia la puerta.

-Tal vez no para ti. Tengo que lidiar con Emmett y Jasper.- Me mordió el labio y tiró de el entre sus dientes.- Estoy bromeando, Bella. No son tan pervertidos. Bueno, Jas no lo es. Y a Emmett le gustas, así que podría controlarse un poco.

Seguimos nuestro camino hasta el ascensor y Edward pulsó el botón para bajar al piso siete, el de Jasper. Llevaba una camiseta de los Cardinals gris y unos pantalones cortos de entrenamiento rojos y estaba tan caliente como cuando había estado desnudo.

-Deberíamos entrenar juntos alguna vez.- ¿De donde coño había sacado esa sugerencia? Rara vez, en el gimnasio, utilizaba algo mas que no era la cinta de correr y ¿ahora quería ir a entrenar con un atleta mundial? Me gusta hacer el ridículo.

Me lanzó su sonrisa sexy.

-Me gustaría. Mucho. ¿Utilizarías licra?- golpeé su duro estómago, me cogió la mano y la besó.- Es broma. No me gusta la licra. Usa sudadera. Una ancha.

Negué con la cabeza.

-Estás loco. Como si alguien notara que estoy a tu lado.

Edward me presionó entre la pared del ascensor y su cuerpo, no podía evitar pensar en hacer ejercicio de una forma completamente diferente. Otra vez. Me estaba convirtiendo en una obsesionada del sexo. Menos mal que a el no parecía importarle.

-Olvidas que he visto cada centímetro de tu cuerpo.- Joder, esa voz. Era la voz del sexo. Y sus ojos estaban oscuros, hambrientos. Joder ¿por qué no se rompía en este momento el ascensor? Sus manos recorrían mis caderas y me tomó del culo, atrayéndome hacia él.- No quiero que nadie vea lo que hay debajo de esa ropa, a parte de mí.- Si, todo lo que diga. Es tuyo, todo tuyo.

-Está bien,- chillé y se rió y me besó. El ascensor sonó y se alejó, pero no antes de que las puertas se abrieran y revelaran a Jasper y Alice.

-No sabía que el ascensor tenía show,- arrastró las palabras Jasper, entrando en el ascensor con Alice, la cual no dejaba de sonreír de oreja a oreja.

-Uno de los lujos,- Edward pulsó el botón de la planta baja y Jasper y Alice se empezaron a reír.

Cuando finalmente se calmó, Alice me sonrió socarronamente.

-Buenos días, Bella. Te ves relajada.

MÁS que relajada.

-Gracias, ha tenido un buen entrenamiento.

Jasper que estaba tomando agua de su botella la escupió.

-¿Así es como lo llamas?- farfulló.

-¿Se puede decir de otra forma?- Pregunté, tratando de contener la risa.- Edward me estaba diciendo que la próxima vez usara chándal porque la licra es muy reveladora.

Los ojos azules de Jasper se estrecharon y negó con la cabeza.

-Porque estuviera anoche un poco distraído, no significa que esta mañana sea idiota. No había licra involucrada, a menos que os guste ese rollo, aunque prefiero no saberlo.

-Ya, seguro,- murmuró Edward y Jasper abrió la boca para discutir, pero luego negó con la cabeza con una sonrisa.

-Cierto. Sería muy divertido escucharlo.

-Eres como una chica, Jazzy,- Alice le dijo cariñosamente, dándole una palmada en el culo. No parecía afectada por tener que separarse.

El ascensor se abrió y fuimos hacia mi coche. Edward me dio un beso corto pero hambriento y con una promesa.

-¿Te veré esta noche? ¿Sobre las ocho? Compraré la cena, ¿te parece bien?

-Por supuesto. Nos vemos más tarde.- Me besó de nuevo y Jasper y Alice terminaros de despedirse y nos metimos en el coche. Los chicos no apartaron la vista de nuestro coche hasta que salimos del garaje. Mantuve los ojos en el retrovisor hasta que no veía a Edward. Alice estaba sospechosamente tranquila junto a mí.

-¿Qué?

-No he dicho nada,- respondió alegremente. La miré y me estaba observando muy cerca. ¿Que coño pasaba?

-¿Por qué me miras así?

-Solo para verificar que estas diferente.

-¿Qué? No es como si hubiera perdido la virginidad.- No pensaba que estaba diferente desde anoche.

-De hecho, ya han pasado dos años desde que tuviste relaciones sexuales, por lo que se te volviste a himenizar, técnicamente, lo que hizo que perdieras la virginidad anoche de nuevo.

¿Himenizar?

-Alice, deja de crear palabras y normas sobre el sexo.

Abrió los ojos y sacudió la cabeza enfáticamente.

-¡No me lo he inventado! Todo el mundo dice que si llevas un año sin tener sexo, eres virgen de nuevo.

-Alice, no había himenizado. Créeme, no había himen. Aun así lo habría roto antes de entrar una cuarta parte...- Mierda, había hablado de más.

Alice aplaudió y rebotó en su asiento.

-¡Lo sabía! ¿Cómo la tiene de grande? ¿Lo meciste?

-Jesús, Alice, por supuesto que no lo medí. Eso sería demasiado grosero. Perdona, tengo que sacar un metro para...

-¿Un metro?- gritó. Me sorprendió que las ventanas del Volvo no salieran por los aires.- ¿Estás diciendo que con una regla no tienes suficiente? Joder, ¿cómo haces para caminar?

-Estaba exagerando. Creo que no es más que una regla.- Pero estaba cerca.- Y ese no es el punto.

-Yo diría que si que es el punto. ¡Punto con P mayúscula de polla!

-Eres peor que un hombre, te lo juro.

-Los hombres no pueden medir las tetas con una regla. Si pudieran, lo harían. Y si piensas que no las ha medido con las manos, entonces no sabes nada sobre hombres.

-Edward no haría eso.

-No tiene por qué. Jasper y Emmett te conocen. Sin embargo, si fueras una chica al azar, habría estado diciendo cual es el tamaño de tus melones.

-¿Melones? Estas pasando demasiado tiempo con Jasper.

Sonrió soñadora.

-¿No es genial? Y déjame decirte que no es ningún fideo como quiere hacernos creer Emmett. Mi cowboy está muy bien. Y anoche le puse un nombre. Bucking Bronco.

Me estaba riendo tan fuerte que pensé que iba a tener de detenerme. Gracias a Dios había tráfico y no nos movíamos rápido y me dio tiempo para limpiar las lágrimas de tanto reírme.

-Eso es genial. Ya sabes que hay dos equipos en la liga que son los Cowboys y los Brocos.

-Él me lo dijo, pero yo le dije que no me importaba. Podría jugar con ellos algún día. De cualquier manera, es mi caballo salvaje. ¡Cabalga, vaquero, cabalga!- Ella hizo un movimiento con el brazo sobre la cabeza, como si estuviera dando vueltas a un lazo. Me estaba muriendo de la risa.

-No me puedo creer que le pusieras un nombre,- me quedé sin aliento, dios que risa.

-Hey, si Emmett tiene un nombre, Jasper necesitaba otro,- respondió, cruzando los brazos sobre el pecho y asintiendo con la cabeza con decisión.

Gemí ante la mención del nombre de la de Emmett.

-¿Qué?

Decir o no decir, ¿a quién intentaba engañar? Se lo acabaría diciendo.

-Puede que hubiera pensado accidentalmente en el apodo de Emmett cuando vi por primera vez a Edward desnudo...

-¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? ¿No querrás a Emmett?

La miré

-¡No! Es sólo que Edward es tan grande que no sabía si iba a entrar, y pensé que si Emmett era más grande, entonces no sabía como Rose podía caminar en línea recta. Me eché a reír y se ofendió y se lo tuve que explicar.

-Los hombres no quieren que se rían de su polla, Bella.- Sonaba como una maestra de colegio irritada, dando clase.

-Ya lo sé. Se lo expliqué. Y se rió. Estoy segura de que es más grande que Emmett. Él no lo dice, pero creo que se la ha visto.

-Oh sí, Jasper dijo que se habían visto desnudos. Y Edward es definitivamente más grande que Emmett.

La miré boquiabierta.

-¿Tu novio ha comparado el tamaño de la polla de Edward y Emmett?

Puso los ojos en blanco.

-No es como si ellos no las compararan. Sólo me ha dicho lo que sabe.

-¿Estás segura de que es hetero?

Se humedeció los labios y me sonrió de forma seductora.

-¿Te lo demuestro? Tengo historias que haría...

-¡NO!

Alice sonrió triunfante mientras giraba hacia la derecha en la Main Street.

-Entonces, ¿qué apodo le has puesto?

-Ninguno, ¿por qué tendría que ponérselo?- El hecho de que unos cuantos nombres hayan pasado por mi cabeza y los haya rechazado no quiere decir que esté pensando activamente el apodo.

-Bien, porque tengo el nombre ideal.

-No puedes ponerle un nombre al pene de mi novio, Alice.

-¿Por qué no? Es un nombre perfecto. Y pone a Emmett en su lugar. Ganas por partida doble.

Bueno, joder, tenía curiosidad. No estaría mal escucharlo, ¿verdad?

-¿Cual?

-Bueno, es simple. Si Emmett es Hércules y Edward es más grande...- se interrumpió en una pausa dramática.

-¿Si...?

-¡Entonces Edward es Zeus!- Se interrumpió para lanzar un brazo triunfante por encima de la cabeza.- Es el padre de Hércules y el Dios más poderoso.- Era perfecto. Pero aún así...

-Sabía que no tenías que haber escogido mitología en la universidad.

-Esa clase era increíble y el profesor estaba bueno. Fue fácil sacar una A y además la polla de tu novio ya tiene nombre. No hay de qué.- Parecía satisfecha.

No lo podía negar, era perfecto.

-Vale, realmente no necesita un nombre, es sólo que es... perfecto.

Alice se rió y quitó la radio.

-Detalles.

Así que la conté cómo le llevó a la habitación.

-Me encanta cuando Jasper me lleva,- suspiró. La conté las cuatro veces de la noche, además de la ducha.- Jasper necesita esa ducha.- De hecho, sacó una libreta y apuntó los detalles de la ducha.

-¿Y?

-¿Y qué? Eso es todo.

-No, hay algo más.

¿Qué coño decía?

-En serio, Alice, tuvimos relaciones sexuales cuatro veces y luego lo de la ducha. No creo que hubiéramos podido hacer nada más.

Negó con la cabeza.

-Bella, no estoy hablando acerca de la acción. Estoy hablando de los sentimientos, lo amas.

Joder, ¿por qué me conocía tan bien?

-¿Y?- Mi voz sonaba nerviosa y a la defensiva, pero no pude evitarlo.

Alice puso una mano sobre la mía en el volante.

-Entonces, eso es una gran cosa. No has estado nunca enamorada.- Empecé a responder, pero su mano apretó la mía.- No, en realidad no amabas a James. Te encantaba, pero nunca te entregaste a él plenamente. No como lo estás haciendo con Edward.

-No ha dicho nada.- No es que no quisiera, pero tenía miedo.

-Tal vez no lo haya dicho, pero se le nota cuando te fijas. ¿Lo niegas?

-No.- No podía mentir a Alice, especialmente en esto.- Pero es demasiado rápido ¿y si no es real? ¿Qué pasa si estoy detrás de un príncipe de cuento de hadas y un día me despierto y se ha convertido en calabaza?

-Creo que estás mezclando historias Disney. No puedes conseguir que tu corazón sane si te pones así, eso puede llegar a ser verdad, pero también puedes encontrar la verdadera felicidad. Él está tan enamorado de ti, como tu de él.- Solté un bufido. Eso parecía imposible.- Deja de dudar. Te mira como si fueras la única mujer en el mundo, de la misma manera me mira Jasper. ¿Estás diciéndome que no me ama?

¿Cómo quieres que lo sepa? Sólo había conocido a Jasper un par de semanas antes que yo a Edward. Pero entonces, veía cómo estaban juntos y no dudaba de ellos.

-Por supuesto que no, Alice, pero no somos vosotros.

-No, no lo sois. Pero eso no quiere decir que no os sintáis de la misma manera que nosotros. No te estoy diciendo que se lo tienes que decir, Bella. Te conozco y sé lo que quieres, y no es suficiente. Sólo quería asegurarme de que te lo admitías a ti misma y dejarlo para él. Eso es todo.

-Puedo hacerlo.- Ya me lo imaginaba, de todos modos. Nunca me había sentido así y era aterrador y emocionante al mismo tiempo. Al igual que cuando hice paracaidismo con Alice. Había saltado en ese momento y ahora también lo podía hacer.

-Bien. Ahora, ¡cuéntame más sobre esos dedos!

Me reí.

-Te amo, Alice.

-Te amo yo también a ti. Y lo mismo te ocurre con él.- Tal vez lo hacía. Podía tener la esperanza de que no me iba ha hacer daño, ¿verdad?

 

 

…..................................

 

Bueno chic@s este capítulo tiene de todo un poco, desde lemons hasta conversaciones donde se descubren cosas. Ya se sabe que Bella ama a Edward. Y lo de la licra fue super divertido. Ahora la pregunta más importante de este capítulo, (pausa dramática jaja) ¿De qué team sois? ¿Team Hércules? ¿Team Zeus? O ¿Team Yendo Bronco? Jaja Yo soy sin duda team Zeus jajaja ¿Y vosotras? Jaja

Bueno a otra cosa, no me habéis dejado comentarios :( pero bueno se que son fechas difíciles entre exámenes y demás, así que esta semana os lo perdono jaja pero por favor dejar alguno votito o comentario que siempre me hace mucha ilusión cuando los veo jajaja.

Un beso a tod@s y por cierto este capítulo se lo dedico acarlarobpatt4ever que me han estado animando con sus mensajes de apoyo el otro día, y os recomiendo que os paséis por su fic ¡Te odio! ¿Amor? Está super bien y os lo recomiendo :)

 

Y bueno que paséis buena semana, espero vuestros comentarios y votitos, un beso!

Capítulo 12: Touchdown Capítulo 14: Por encima

 
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