Pov. BELLA.
Ya estábamos a mitad del semestre. Y todo iba de maravilla. Mi padre me había regalado un ferrari color rojo. El sabia que me gustaban mucho los ferraris desde que Billy le compro el suyo a Jacob. Y mi padre aprovecho la oportunidad de comprarme uno en rojo mi color favorito.
Jacob me había dado lecciones de manejo y fácil aprendí. Una tarde le comente cuando me gustaba la velocidad, después de una semana me llevo a su casa y no pude ver lo que estaba viendo cuando llegamos. Eran dos motocicletas que estaban estacionadas en la parte de afuera de su casa, una era roja y la otra negra. Según Jacob se emociono cuando le comente mi adoración, sobre la velocidad y había comprado las motos para pasar, tiempo juntos. Era un actividad divertida, pero lo malo era que yo no sabia de motos. Asi que aquí estaba yo en una motocicleta, en mi motocicleta aprendiendo a asarla.
Bien, dónde está el embragues- señalé una palanca en el manillar izquierdo. Era un misterio cómo iba a poder pulsarlo sin soltar el manillar. La pesada motocicleta temblaba debajo de mí, amenazando con tumbarme a un lado. Agarré otra vez el manillar, intentando mantenerla derecha.
Jacob, esto no se queda de pie —me quejé.
Verás cómo va bien cuando esté en movimiento —me prometió él— Ahora, dónde tienes los frenos- me pregunto con voz dulce.
Detrás de mi pie derecho- había olvidado esa parte.
Error- Me tomó la mano derecha y me dobló los dedos alrededor de la palanca de aceleración.
Pero tú me dijiste- proteste.
Éste es el freno que estás buscando. No uses ahora el freno de atrás, eso lo dejaremos para más tarde, cuando sepas lo que estás haciendo- Jacob tenia tata paciencia conmigo.
Eso no suena nada bien —repliqué con cierta suspicacia—No son los dos frenos igual de importantes- le dije recordando el freno.
Olvídate del freno de atrás, vale. Aquí —envolvió mi mano con la suya y me hizo apretar la palanca hacia abajo— Así es como se frena. No lo olvides —me apretó la mano otra vez.
De acuerdo —asentí.
El acelerador- Giré el manillar derecho.
La palanca de cambios- La empujé ligeramente con mi pantorrilla izquierda.
Muy bien, amor. Creo que ya has pillado el manejo de todas las partes. Ahora sólo te queda arrancar la moto.
Oh, oh —murmuré, asustada, por decirlo con suavidad. Notaba unos extraños retortijones en el estómago y sentí que me iba a fallar la voz. Estaba aterrorizada. Intenté decirme a mí misma que el miedo no tenía sentido. Ya había pasado por lo peor que podía ocurrirme. Supuse que debería poner cara de no importarme nada y reírme.
Pero mi estómago no estaba por colaborar. Miré fijamente el largo tramo de camino polvoriento, flanqueado por una densa maleza envuelta en niebla. La senda era arenosa y húmeda, desde luego, mejor que el fango.
Quiero que mantengas el embrague hacia abajo —me instruyó Jacob. Se me agarrotaron los dedos en torno a la palanca.
Ahora, esto es crucial, Bella —insistió— No dejes que la moto se te vaya, vale. Quiero que pienses que te he dado una granada explosiva. Le has quitado el seguro y estás sujetando el detonador- Lo apreté con más fuerza. Crees que podrás arrancar el pedal
Si muevo el pie, me caigo —le expliqué con los dientes apretados y los dedos tensos sobre mi supuesta granada explosiva.
vale, yo te tengo. No sueltes el embrague- Dio un paso atrás y súbitamente golpeó con fuerza el pedal. La moto hizo un sonido brusco como de tableteo y la fuerza del tirón la hizo balancearse. Empecé a caerme de lado, pero Jacob agarró la moto antes de que me estampara contra el suelo.
Mantén el equilibrio —me animó—Tienes bien sujeto el embrague.
Sí —respiré entrecortadamente.
Planta bien el pie, voy a intentarlo otra vez- No obstante, en esta ocasión puso una mano en la parte trasera del asiento, con el fin de asegurarse. Necesitó al menos cuatro intentos antes de que arrancara y la moto rugiera entre mis piernas como un animal agresivo. Aferré con fuerza el embrague hasta que me dolieron los dedos.
Aprieta el acelerador —me sugirió—, muy suavemente. Y sobre todo, no sueltes el embrague- Giré de forma vacilante el manillar derecho. Aunque se movió muy poco, la moto gruñó. Sonaba enfadada y casi hambrienta. Jacob sonrió con gran satisfacción.
Recuerdas cómo se pone en primera —me preguntó.
Sí- estab muy segura de como se pania en primera.
Bien, venga, vamos- me animo.
Vale- Esperó unos segundos.
Suelta el pie —me urgió.
Ya lo sé —dije, aspirando aire profundamente.
Estás segura de que quieres hacer esto —me preguntó Jacob—Pareces asustada.
Estoy bien —repliqué con brusquedad. Cambié la marcha rápidamente. Muy bien —me alabó— Ahora, con mucha suavidad, suelta el embrague- Se apartó un paso de la moto.
Quieres que deje caer la granada—pregunté sin podérmelo creer. Con razón había empezado a retirarse.
A ver qué tal la llevas, amor. Procura ir poco a poco- En el momento en que abrí ligeramente la mano para soltar el embrague, me paralizó una voz que no pertenecía al chico que tenía al lado.
Esto es temerario, infantil y estúpido, Bella- bufó aquella voz aterciopelada- comprar estas motos fue una mala idea- me dijo almo molesto, pero en realidad tenia miedo de que me pudiera caer o lastimar. Pobre de mi Jacob lo que el no sabia era que yo no era tan frajil como creía.
Oh! —comencé a jadear y solté el embrague de forma repentina. La moto cabeceó debajo de mí, lanzándome hacia delante, y después se me cayó encima, medio aplastándome. El motor rugiente se caló y luego se paró definitivamente.
Soltaste el embrague demasiado deprisa- Asentí.
Probaré de nuevo- le dije muy segura.
Estás segura —inquirió Jacob.
Afirmativo- Esta vez intenté arrancarla yo. Era complicado; tenía que saltar un poco para dar el golpe seco sobre el pedal con fuerza suficiente, y cada vez que lo hacía, la moto intentaba tirarme. La fuerte mano de Jacob flotaba sobre los manillares, preparada para agarrarme si lo necesitaba. Fueron necesarios unos cuantos buenos intentos y bastantes más de los malos antes de que el motor arrancara y comenzara a rugir entre mis muslos. Me acordé de sujetarlo como si fuera una granada y aceleré con la palanca de forma vacilante. Respondió con un gruñido al toque más ligero. Mi sonrisa se correspondía ahora con la de Jacob.
Suelta despacio el embrague —me recordó- Suéltalo lentamente —me animó Jacob.
Lo haré —contesté. Me molestó un poco la idea de que pareciera que les contestaba a los dos a la vez. La voz de mi mente gruñó por encima del rugido de la moto. Intenté concentrarme esta vez, para que la voz no volviera a sorprenderme y relajé la mano muy poco a poco. De pronto, la marcha entró y me arrastró hacia delante. Y de repente, volaba.
Apareció un viento que no había soplado hasta ese momento, azotó mi piel y la aplastó contra el hueso del cráneo con tal fuerza que parecía que alguien tiraba de ella. Me había dejado el estómago en el punto de partida; la adrenalina fluía por mi cuerpo, haciéndome cosquillas en las venas. Los árboles parecían correr a mi lado, difuminándose en una pared verde. Y eso que iba sólo en primera. Mi pie volvió a empujar la palanca de cambios, mientras giraba el manillar para dar más gas. Después de ese momento practicaba, mas seguido en la motocicleta, junto con Jacob. Hasta que la alumna supero al maestro. Nos encantaba dar paseos a grandes distancias con Jacob en moto y a veces llevábamos a Eddy con nosotros. Yo tenia en mi vida lo mas hermoso que podía existís. Tenia a un padre que me amaba mucho a un novio maravilloso y dulce y a una familia que jamás cambiaría por nada los queria tal y como eran. Pero a veces no poda dejar de sentirme fuera de lo normal me sentía inadaptada, a mi forma de vida. Y también aparecía un vacio que no podía explicar. Como si algo me insiera falta. También una de las cosas que me atemorizaba, nunca se avía vuelto realidad. Algún dia y no sabia cuando vendrían por mi los desconocidos que me había encontrado en el bosque. Laurent, victoria y james. Algún dia vendrían por venganza y eso me atemorizaba. Charlie o cualquiera de mi familia no podía pagar por mis errores. Pero estaría al pendiente y cuando ese dia llegara. Pelearía con quien fuera para mantener a salvo a mi familia.
Fue tranta- se quejo Jacob al ver que le había ganado en la carrera de motos.
Amor no seas mal perdedor- le dije divertida de su expresión y se hecho a reir.
Bueno, a lo mejor un beso. ayude- me dijo con un tierno puchero al que no podía resistirme.
Bueno. Pero solo une- mis labios se fueron acercando a sus delicioso labias. Podía sentir su respiración nuestras cocaba con la mi a. era tan delicioso poder besarlo de aquella manera. Mientras nos entregábamos a la pasión. Cortamos el beso cuando fuimos consientes de que nuestras respiraciones estaban muy agitadas. Cuando lebante mi vista para poder apresiar el rostro de Jacob. No pude desifrarla.
Qué —pregunté poco dispuesta a colaborar. Mie.ntras no bajábamos de las motos y soltaba a Eddy un rato para que fuera a pasear.
Si te concedieran lo que más quisieras de este mundo, cualquier cosa, qué pediría- Sentí el escepticismo en mis ojos. A ti- Sacudió la cabeza con impaciencia.
Algo que no tengas ya- No estaba segura de adonde me quería conducir, por lo que le di muchas vueltas antes de responder. Ideé algo que fuera verdad y al mismo tiempo bastante improbable. Observé su reacción con cautela mientras esperaba otra nueva dosis de la ira demostrada en su casa.
Que nunca te alejaras de mi- Me sorprendía que mantuviera impertérrito el ademán. Su expresión seguía siendo cavilosa y calculadora- que bayamos juntos a la universidad.
Qué estarías dispuesta a dar a cambio de eso- No pude dar crédito a mis oídos. Me quedé boquiabierta al ver su rostro sereno y solté la respuesta a bocajarro antes de pensármelo.
Cualquier cosa- Sonrió ligeramente y frunció los labios.
De acuerdo. Si quieres que vayamos juntos a la universidad y que vivamos juntos también, primero tendrás que aceptar una condición.
Condición —pregunté con voz apagada—Qué condició- Había cautela en su mirada y habló despacio.
Casarte conmigo- cuando pronuncio estas palabras me quede helada. No me había dado cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, cuando busque a Jacob, el ya estaba con una rodilla el en suelo y sostenía una pequeña cajita de terciopelo color roja en sus manos. Poco a poco, fue abriendo la pequeña cajita, hasta dejar a la vista, una hermosa sortija de matrimonio- se mi esposa. bella……………………………….
:3 .................. NO ESPERABAN ESTO VERDAD, MIS NIÑAS.................... jejejje bueno preparencen xk abra una linda boda muy pronto, solo diganmen xxxxxx fissssssssss k les parecia est cap. o cual a sido su cap. favorito................ TRATARE DE ACTALIZAR SEGUIDO PARA K ESTN AL PENDIENT MIS NILÑAS........ las kelo muxo ermoxasss.... =)
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