el baile de primavera (+18)

Autor: konitah
Género: + 18
Fecha Creación: 17/09/2010
Fecha Actualización: 30/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 11
Visitas: 57363
Capítulos: 24

                                                              terminada


El baile se acerca y Edward quiere sorprender a su novia, por lo que le pedira a Bella su ayuda. ¿Podra Bella ayudarlo al estar enamorada de el? ¿Edward conocera sus verdaderos sentimientos? Todos Humanos. BellaxEdward

esta historia pertenese a Libelula19

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Capítulo 14:

Desde que habíamos salido del salón no habíamos abierto la boca. Íbamos en su volvo plateado en un, para mi gusto, muy cómodo silencio. No le pregunte a donde nos dirigíamos, tampoco me importaba la verdad, con tal de estar con el mucho mas tiempo, podía llevarme a la luna que yo no me quejaría.

En su cara se notaba que quería que fuese una sorpresa y aunque las odiase con toda mi alma, no se lo diría, por que sabia que yo Isabella Swan, haría todo lo que el me dijese. Puede que pensase incluso el tirarme desde un acantilado por el…

Tampoco dije nada por el nerviosismo que tenía en mi interior. Solo pensaba en lo que ahora mismo estaría sucediendo si Jacob no hubiese interrumpido lo que Edward parecía que iba a hacer.

¿De verdad lo habría hecho?

¿Me habría besado?

Que ganas tenia que poder besar sus labios. Pero no podía ser, no nos íbamos a besar por mi bien y por el de Tanya. Tampoco era tan mala como para hacerle eso a ella, no tenía culpa de que yo sea una estupida enamorada.

Edward también sufriría por que se arrepentiría al instante de ello, estaba enamorado de su novia y eso lo sabíamos todos.

El viaje se me paso en un santiamén, ya que antes de lo que esperaba Edward paro el coche al principio de un camino de tierra que no conocía de nada y el corazón se me subió a la garganta al darme cuenta de una cosa.

¿No tendría que caminar verdad?

Demasiadas piedras para mi gusto.

Antes de que pudiese bajar del coche, Edward ya estaba a mi lado y tenía la puerta abierta para mí con una de sus sonrisas torcidas que hicieron que mis piernas se volviesen gelatina. De no estar sentada me había desplomado al suelo. Patético lo se, pero así era el am… no podía ni decirlo, se me ponía la piel de gallina.

-Que caballero-le dije sonrojándome como una idiota. Odiaba mis continuos sonrojos.

-Gracias bella dama-bromeó haciendo una reverencia que me hizo sonreír.

-¿Dónde me has traído?-dije curiosa mirando hacia todos lados. No me sonaba de nada este lugar.

-Ya lo veras-sonrió-sígueme e intenta no caerte.

-Será difícil-dije haciendo un mohín que le hizo soltar una carcajada, algo que no me gusto nada.

Edward comenzó a andar delante de mí y yo intentaba con mucho empeño el no tropezar ni caer, pero el camino me lo estaba poniendo realmente difícil. Parecía que ponían las piedras colocadas estratégicamente para que yo tropezase sin parar. Maldito camino de tierra.

¿De donde salían tantos obstáculos?

Tuvo que ayudarme varias veces a no romperme la cabeza u otra extremidad del cuerpo. No se como se daba cuenta de todas la veces que iba a caer. Ni que estuviese mirándome por el rabillo del ojo…

Cada vez que hacia el amago de caerme o simplemente tropezaba, ahí estaban sus musculosos brazos para sostenerme.

Me pase todo el resto del camino mirando detalladamente cada piedra o cada rama del camino para no volver a tropezar y que no tuviese que posar sus delicadas manos en mi, ya que cada vez que lo hacia la conocida corriente eléctrica se hacía presente y una extrañada calidez me embargaba.

Me sentía tan en paz cuando el me tocaba o simplemente me miraba con ese mar esmeralda en el que me ahogaba tan seguidamente, con el que me cortaba la respiración sin parar y hacia mi corazón se acelerase de un modo poco normal para una persona normal. Un día sufriría un infarto con solo verlo.

No es que me desagradase el hecho de que me tocase, ¡que va! Al gustarme tanto se convertía en un problema muy grande. Cuanto mas me tocaba mas nerviosa me ponía y al ponerme nerviosa menos reflejos y mas tropezaba.

-Ya hemos llegado- dijo andando un poco más rápido y adentrándose en una especie de claro que estaba iluminado por todos lados.

Intente seguirle el paso mirando fijamente al lugar donde Edward se había metido sorprendiéndome de la luminosidad que desprendía.

¿De donde salía esa clase de luz en Forks?

Fue cuando pose el primer pie dentro de aquel claro cuando me di cuenta de donde estaba verdaderamente. Mi boca se abrió de asombro y mire a mí alrededor maravillada por el paisaje.

Edward me había traído al sitio mas hermoso que había conocido en toda mi vida. Todo estaba rodeado por árboles muy altos y todo repleto de unas flores demasiado vivas para vivir en Forks. Enserio, ¿De donde salía toda esa luz? Era algo realmente increíble en este pueblo tan asquerosamente lluvioso. Después de vivir media vida en Phoenix esto era como volver a casa aunque con mucho más frío.

-Edward-exclame totalmente asombrada sin poder dejar de mirar a mí ardedor quedando cada segundo más maravillada y asombrada que el anterior-esto es precioso.

-Lo es-dijo y lo mire cuando hablo.

La piel se me puso de gallina al darme cuenta de que me miraba fijamente. ¿Se refería verdaderamente al claro?

No me paso desapercibido lo hermoso que estaba Edward debajo de aquel foco de luz, que le hacia brillar su pelo despeinado y sexy, incitándome a enredar mis dedos en su cabello.

Comencé a ponerme nerviosa cuando avanzo hacia mi a paso lento sin apartar todavía su mirada de la mía. Parecía que nuestras miradas estaban enganchadas o atraídas por una fuerza superior. No podía apartar mi mirada de el, estaba tan guapo.

Abrí los ojos de la sorpresa cuando sus manos acunaron mi cara. Me miro de la misma forma que hizo en el salón de baile y el corazón se me acelero y comenzó a bombear tan fuerte en mi pecho que creí que de un momento a otro me saldría por la garganta o explotaría en mi interior.

Pude descifrar en ella muchas cosas que llevaba mucho tiempo queriendo sentir por su parte. Me sentí feliz de ver que yo le gustaba tanto como el me gustaba a mi. Eso me decía su mirada, que quería besarme con tantas ganas como yo, que le gustaba mi compañía y que dijese lo que dijese me besaría en este momento y ya no habría nada ni nadie que interrumpiese el deseado beso que llevaba tanto tiempo queriendo sentir.

-Si que es precioso-dijo mirándome a la vez que acortaba la distancia entre nosotros y poso sus labios en los míos de forma suave.

Cuando sus labios tocaron los míos las miles de mariposas volaron felices en mi interior, por fin tenían lo que querían, sentir sus labios una y otra vez contra los míos.

Edward movía sus labios delicadamente contra los míos, en un delicioso beso del que no sabía como seguir. Nunca me habían besado, era mi primer beso y no sabia que hacer o como actuar. Decidí que lo mejor era no pensar y dejarme llevar, así lo hice y moví suavemente mis labios contra los de Edward, algo que le hizo soltar un suspiro en mi boca que me llego a todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo y me hizo suspirar como el lo había hecho anteriormente. Nuestros labios se movían lentamente, como saboreándose. Edward era el que llevaba la voz cantante, ya que yo solo me dejaba hacer y seguía lo que el hacia.

Solté un suspiro en sus labios al sentir uno de sus brazos rodeando mi cintura y atrayéndome más a el si es que era posible, por que yo sentía que mi piel estaba pegaba como un imán a la suya.

Sentí como la punta de la lengua de Edward quería abrirse paso entre mis labios y nerviosa abrí la boca lentamente esperando por la lucha de su lengua con la mía. Quería probar su sabor, todo de el. Quería saber como era ser besada por el muchacho del que estas enamorada y era, sin duda, la mejor experiencia de mi vida.

La lengua de Edward se abrió paso entre mis labios y busco la mía que salio rápida a su encuentro. Estuvimos besándonos no se cuanto tiempo, lo único que sabia era que su aliento, su lengua, sus labios, sus besos, eran sin duda lo mejor que había probado en mi vida y aunque luego me arrepintiese de todo esto lo estaba disfrutando como si no hubiese mañana.

Nos separamos cuando nos hizo falta respirar en lo que me pareció que fueron horas, aunque realmente no habría durado ni diez minutos.

Cuando se separo de mí y mire sus ojos me di cuenta del error que habíamos cometido, ¿Cómo podía haberme dejado besar de esa forma?

El tenia novia y yo… yo solo era una muchacha estupida enamorada de el. La chica que después de todo esto sufriría, por que el ni se acordaría y se iría con su linda novia a pasarlo bien a cualquier parte. Su novia era la que mañana, pasado y todos los días lo besaría y lo acariciaría de una forma que yo no podría hacerlo jamás… todo eso hizo que un sollozo saliese de mis labios sin poder evitarlo y el rostro de Edward se contrajo al darse cuenta del dolor que debía de expresar mi rostro. Era realmente patética…

-¿Qué pasa?-me preguntó Edward preocupado alzando su mano para acariciarme, pero me aleje de el como si quemase.

Lo ultimo que necesitaba ahora era que el me tocase, dejaría de pensar de nuevo y mis sentidos se nublarían sin dejarme pensar con la claridad que me hacia falta en estos momentos. Todo esto había sido un tremendo error. Y lo más importante, no quería que me tocase por que estaba comenzando a odiar las descargas eléctricas, las malditas mariposas y los sentimientos hacia el que cada día se hacían más grandes sin poder pararlos y me hacían daño, un daño tremendo.

-No-dije como pude y comencé a retroceder mirándolo sin poder apartar mis ojos de el. Sus ojos me hipnotizaban de una forma que debería ser pecado.

-¿No que? ¿Qué pasa Bella?-me dijo medio asustado-¿he hecho algo mal?-negué con la cabeza incapaz de decir una sola palabra sin echarme a llorar.

Por una parte, era lo ultimo que quería, llorar frente a el y que todos los sentimientos que llevaba tanto tiempo intentando borrar y esconder frente a todos saliesen a la luz y encima con el protagonista delante. Con el como único a la vez lo único que mi cuerpo pedía era llorar, llorar y llorar, descargar todo este dolor que se había instalado en mi pecho en el momento que nuestros labios se separaron y note el peso de la culpa.

Todo era mejor cuando nuestros labios estaban batallando, por lo menor habia tenido mi momento de felicidad con Edward. Ya conocia sus besos y lo peor era que me habia convertido en una adicta a ellos, aunque fuesen un pecado que no se volveria a repetir, asi era.

-Me estas asustando-dijo el angustiado-¿Puedes decirme lo que te pasa?

-Quiero irme a casa-dije con la voz ahogada.

Tenía un nudo en la garganta que me estaba abrasando y quería escapar de aquel maravilloso lugar y meterme en la cama y llorar hasta quedar dormida del cansancio. No pensar en todo esto nunca más o que fuese un triste sueño del que despertaría feliz y sin dolor… sobre todo sin dolor, sin esta angustia que se había instalado en mi garganta y no me dejaba respirar.

-¿A casa? Pero Bella…-intento decirme pero no lo deje seguir.

-Quiero irme y si tu no me llevas me iré andando-dije cerrando los ojos y saliendo deprisa de ese maldito claro.

-Bella-dijo el corriendo detrás de mi al poco tiempo-¿Puedes esperarte un momento?-dijo cogiéndome del brazo.

Forcejee con el para que me soltase, pero evidentemente Edward tiene mas fuerza que yo y me lo impidió.

-Déjame-dije con la voz entrecortada sin mirarlo.

-No, no te llevare a casa hasta que no hablemos-dijo intentado conectar mi mirada con la suya, pero le rehui.

En ese momento sentí lágrimas cayendo en mis mejillas sin parar. No se cuando comencé a llorar pero no podía evitarlo, no podía controlar el mar de lagrimas que salían de mis ojos por el dolor, la rabia, impotencia y mil cosas mas que pasaban por mi mente en ese momento. Todo era un torbellino en mi cabeza.

¿Por qué solo no me dejaba irme a casa?

Era lo único que quería hacer y el parecía empeñarse en hacerme sufrir gratuitamente. C laro que sin darse cuenta claramente de lo que habia echo con un simple beso.

-No quiero hablar-dije llorando.

-¿Estas llorando?-dijo el angustiado-Bella enserio dime por favor que es lo que te pasa. Si es por lo del beso, lo sien…

-¡Ni se te ocurra decir lo siento!-dije furiosa mirándole a los ojos y soltándome de golpe de su agarre-Tu has sido el que me ha besado y ahora no puedes simplemente decir lo siento y pretender que nada ha pasado, por que ha pasado Edward. Llevas días haciendo cosas y pidiendo perdón y ya me estoy hartando, mejor cállate y llévame a casa de una maldita vez.

-Bella…-dijo intentando cogerme de nuevo pero lo evite y comencé a andar hacia el coche, milagrosamente sin caerme-No es lo que estas pensando.

-Mira Edward-dije parándome de golpe y limpiándome las traicioneras lágrimas que seguían cayendo sin parar-Te perdono ¿vale? Si lo sientes y quieres a Tanya, simplemente tienes que dejarme en mi casa e irte con ella y hacer como si nada de esto hubiese ocurrido, por que para mi no ha ocurrido. Ha sido un error que no se volverá a repetir.

-No…

-Si y otra cosa, las clases se han acabado. Ya estas preparado y no puedo seguir dándote clases, ahora soy yo la que lo siente-dije con todo el dolor de mi corazón y comencé de nuevo la marcha hasta el volvo.

-¡No puedes dejarme tirado así!-dijo angustiado corriendo detrás de mi y poniéndose a mi lado mirándome con los ojos desorbitados por mi confesión.

-No te dejo tirado-espete-simplemente ya no puedo hacer nada mas, has aprendido lo que querías y ya es hora de terminar con todo esto. Dentro de una semana y algo es el baile y creo que ya sabes lo suficiente para el maldito baile.

-Pero Bella…-dijo el a mi lado.

-No hay peros Edward… ahora llévame a casa-fue lo ultimo que pronuncie.

Edward tampoco dijo nada en todo el camino hasta mi casa. No quise mirarlo en todo el viaje, ya que recordaba sin parar en mi cabeza aquel beso que tanto deseaba y que ahora se había convertido en mi verdugo. Cuando Edward entro en su coche no pude descifrar el sentimiento que cubría su rostro, tampoco quise pensar mucho en ello. Ahora lo único que quería era escapar de el y de su olor, sus ojos, sus labios…. de él.

Pensar un poco en mi, para variar.

Pronto estuvimos en la puerta de mi casa y un suspiro de alivio quiso salir de mis labios, aunque me controle. Antes de bajarme mire a Edward y este parecía estar en un debate interno de algo que no sabia.

-Sobre el beso-le dije-no te preocupes, no le diré nada a nadie. Tanya no enterara de nada.

Dicho esto salí del coche y con un portazo prácticamente corrí hasta mi casa y me apoye en la puerta con lágrimas en los ojos.

Sollozos incontrolables salían de mis labios y mi pecho subía y bajaba rápidamente intentado respirar con tranquilidad pero no podía. Me estaba ahogando en llanto y me dolía el pecho. Dolía demasiado para ser un simple beso.

No sabia que esto me haría tanto daño y tome la decisión de no verle nunca mas y enterrar de una vez por todas este sentimiento que no conducía a ninguna parte mas que dolor…

Capítulo 13: Capítulo 15:

 
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